HASTA QUE NOS VOLVAMOS A VER

Corría y corría por un largo e interminable sendero, rodeado de altos árboles que dejaban caer sus hojas producto del fuerte viento helado que azotaba aquel lugar. Al parecer era un bosque, un frió y desolado bosque.

Repentinamente comencé a escuchar lejanos truenos, que hacían eco en mis oídos, seguramente una fuerte tormenta se avecinaba.

Sigo corriendo, estoy asustada, tengo miedo, no te encuentro, ¿Dónde estas?... puedo sentirte, no te ocultes de mi, deja que alivie las penas de tu corazón, confía en mi, se que algo te ocurre, no tengas miedo, quiero ayudarte ¿Dónde estas?, por favor aparece ¿Qué no vez que me estoy muriendo?

Repentinamente una pequeña y lejana luz aparece frente a mi camino, es tan calida, puedo sentirla…

Al final de aquel lejano resplandor una silueta aparece, eres tu, por fin te he encontrado. La alegría y la dicha colman mi corazón. Comienzo a correr lo más rápido que puedo, quiero alcanzarte, pero el camino se me hace interminable, no puedo llegar a ti. Tu me miras, con esa mirada tan profunda que tanto me enloquece, me miras como tratando de decirme algo… me miras con infinita tristeza, de repente te das la vuelta y te alejas de mi.

La lluvia comienza a caer incesante sobre mi rostro, mezclándose con las lágrimas, producto de mi profunda angustia y desesperación, cada vez te siento más lejano ¿Por qué me haces esto? ¿Es que acaso ya no me amas?, no puede ser así… ¡ryoma!... por favor no me dejes sola ¿Qué no vez que nada soy si ti?... por favor… te grito cada vez mas fuerte, pero tu no me escuchas. Repentinamente tropiezo con unas ramas llenas de espinas que se presentan a mi paso, caigo abatida por mis sentimientos, lastimándome… tu ya te has ido, me has dejado sola…

-¡ryoma!

-¿Qué te ocurre sakuno, estas bien?- pregunto desesperadamente ann, entrando al cuarto de la castaña.

-yo…-susurro sakuno con lagrimas en los ojos, acababa de tener el sueño mas horrible de su vida- ¿Dónde estoy?- pregunto algo confundida.

-estas en tu casa, saku- respondió tomoka y al ver la cara desconcertada de su amiga continuo- estaba buscándote en la escuela, cuando te encontré desmayada. Rápidamente corrí a buscar ayuda, te llevamos a enfermería y la enfermera nos dijo que al parecer no era nada grave.

-si, tomoka me aviso inmediatamente, así que corrí hacia seigaku, luego le avisamos a tu abuela y te trajimos hacia aquí en el auto- continuo explicando ann.

Sakuno agacho la cabeza y se quedo en silencio, tristes y angustiantes recuerdos comenzaban a inundar su mente.

-¿Qué te paso saku? ¿por que te desmayaste?- pregunto la chica de coletas

La joven ojirubi no se atrevía a emitir palabras, ¿Cómo podría explicar algo que ni siquiera ella misma entendía?

-¿acaso es algo relacionando con ryoma?- se aventuro a decir ann

Sakuno ahogo un pequeño grito de dolor, y sin poder reprimirlo mas comenzó a llorar, conteniendo sus lágrimas en sus manos. Tomoka y ann se miraron tristemente, ya que sospechaban que algo malo había pasado entre su amiga y su novio.

-¿Qué paso sakuno?, cuéntanos todo, no te guardes nada, desahógate, te va a ser bien- propuso la novia de momoshiro

-si, saku, sabes que puedes confiar en nosotras. Solo dime ¿Qué te hizo el príncipe ryoma?, solo tienes que decírmelo y ¡yo lo haré pagar!- dijo un tanto eufórica la chica de coletas.

-n no lo sé- susurro ahogada entre su propio llanto- ni yo misma lo entiendo.

Ambas jóvenes guardaron silencio esperando a que su amiga continuase.

-encontré a ryoma, y el comenzó a actuar extraño conmigo, entonces comenzó a besarme y luego…- hizo una pausa, no podía continuar, un fuerte nudo se le hacia en la garganta impidiéndole el habla, sentía que iba a desfallecer.

-¿y luego? ¿Que paso saku?- la alentó a continuar tomoka, mientras le ofrecía un vaso de agua.

-luego él co... Comenzó a p propasarse conmigo- guardo un profundo silencio.

-¡ ¿Qué?- exclamaron ambas jóvenes sorprendidas

-¿Cómo que intento propasarse contigo?, eso no puede ser, ¿Y tu que hiciste sakuno? – pregunto Ann sumamente angustiada, no podía creer que ryoma hubiese sido capaz que de hacer una cosa así, podía comprender a la perfección los sentimientos de la castaña.

-n nada, yo no pude hacer nada.

-¿el se atrevió a hacerlo?- pregunto casi en un susurro tomoka, casi como si estuviese contando un secreto. Debía ser la primera vez en su vida que hablaba tan despacio, pero aquella historia, simplemente le había dejado sin palabras.

-no, por que momo llego justo a tiempo, y lo golpeo- dijo para alivio de las allí presentes- no se que le paso a ryoma, el no es así, se que algo malo esta ocurriendo con él, intenté que hablara conmigo, que me confiara sus problemas, pero fue inútil… él no quiso hacerlo.

- no sakuno, no puedes decir eso, nadie hace una cosa así, por mas problemas que tenga, tu deberías denunciarlo, no puedes dejarlo así- comento tomoka, muy furiosa e indignada.

- ¡no! Yo no podría hacer una cosa así, estoy segura que a ryoma le ocurre algo, por eso ha estado actuando tan extraño últimamente, el nunca se habría atrevido a hacer algo así, si no tuviese un motivo poderoso, que lo esta atormentando.

-pero no debes intentar justificarlo, lo que ryoma hizo esta muy mal. Pienso que tomoka tiene razón, nadie hace una cosa así, por más problemas que tenga. Pero dime ¿Qué te dijo?, ¿o al menos, imagino que le pediste explicaciones por sus actos?- pregunto la chica de ojos azules.

-si, lo hice, y él me dijo que lo hizo por que quiso- hizo una leve pausa, mientras trataba de contener nuevas lagrimas que amenazaban con salir- que no me ama, que nunca lo hizo… que ya no quiere estar conmigo- dijo rompiendo a llorar nuevamente.

Ann y tomoka no podían creer lo que estaban escuchando, por mas que ambas creían que lo que ryoma había hecho no tenia ninguna justificación ni perdón, si era muy extraño que hubiese dicho y hecho todo eso, y mas cuando días y meses atrás, ambos parecían estar tan bien, tan enamorados.

Sin más que decir y hacer, ambas chicas rodearon a su amiga en un calido y fuerte abrazo de consuelo.

Luego de un par de horas, sakuno volvió a quedarse dormida por tanto llorar, ann y tomoka regresaron a sus casas, no sin antes explicarle a los padres de la joven ojirubi, que su hija no se había alimentado correctamente en el día, situación que pudo haber provocado tan repentino desmayo.

A la mañana siguiente el día amaneció nublado, con augurios de tempestad. Sakuno abrió sus ojos con pesar. Durante toda la noche, insistentes pesadillas, acerca de ella y ryoma, habían estado torturándola, sin dejarla descansar en paz. No tenia ningún interés en levantarse para comenzar el nuevo día e ir a la escuela, simplemente quería que la tierra se la tragase, quería borrar su existencia de aquel mundo cruel, no saber mas de nada, cerrar su ojos y dormirse en un profundo y eterno sueño, donde no existieran los sufrimientos ni el dolor.

Acobijada entre las frazadas de su cama, sakuno se encontraba sumida en un profundo transe, ya no lloraba, ya no tenia mas lagrimas para derramar, había llegado a un punto en el que se sentía prácticamente sin vida, sin nada que la hiciese reaccionar.

Repentinamente la puerta de la habitación de la castaña se abrió, dejando entrar a una joven mujer de edad madura. Llevaba entre sus manos una bandeja que al parecer sostenía un sabroso desayuno.

-sakuno, hija ¿estas despierta?- pregunto mirando en dirección hacia la castaña- hace rato que escuche sonar tu despertador, pero como no te has levantado, vine a ver si estas bien. Como ayer te desmayaste, pensé que algo te podría haber ocurrido.

-estoy bien mama- comento con un tono sumamente neutro, que dejaba notar la poca vida que se hallaba en sus palabras.

-bien- dijo la madre de la ojirubi, dejando la bandeja sobre la cama de su hija para luego dirigirse hacia la ventana y correr su cortina para así, dejar entrar la luz de aquel nuevo día- te prepare el desayuno para que lo comas en la cama, tal cual y como te gustaba cuando eras pequeña.

-gracias mama- emitió sakuno enderezándose sobre su cama para recibir la bandeja que su madre había dejado. Pero se sorprendió al ver como esta se sentaba sobre la orilla de sus pies mirándola fijamente, escudriñando en su mirada- ¿ocurre algo?- pregunto con cierto nerviosismo.

-no lo sé, eso me lo dirás tu, por que ni pienses que voy a creerme ese cuento de que te desmayaste por lo poco que comiste ayer- comento en un tono serio pero dulce.

Sakuno solo agacho la cabeza, no quería hablar sobre aquel tema.

¿Tiene que ver con ryoma verdad?- pregunto naoko tratando de hacer las casas mas sencillas para su hija.

-si- respondió sin atreverse a decir mas nada y luego de un tiempo continuó, después de todo, su madre algún día tendría que enterarse- el termino conmigo mama- dijo para luego arrojarse a llorar sobre las rodillas de su madre, quien le acariciaba el cabello con las yemas de sus dedos.

-no llores hija, las diferencias siempre pueden arreglarse ¿dime, ya hablaste con él?

-si, pero no quiso escucharme, además, las palabras no quisieron salir de mi, y fue entonces, cuando sentí que todo el mundo se me venia encima y me desmayé- comento con gran aflicción, no pensaba que aun pudiese seguir llorando ¿acaso esta tortura nunca se iba a terminar?

-entonces ve, búscalo de nuevo y asegúrate de que esta vez te escuche- aconsejo sabiamente la madre de la castaña- yo se que ryoma es un buen chico y que te ama, habla con el, veras que todo se va a solucionar y tu volverás a tener esa sonrisa tan bella que tienes hija- dijo con una gran sonrisa, mientras limpiaba las lagrimas de su hija.

Sakuno se quedo mirando a su madre, mientras un pequeño pero potente brillo de esperanza se dejaba ver en sus bellas orbes rubíes, quizás su madre tuviera razón, tenia que insistir, no darse por vencida, ryoma tenia que darle una respuesta, una explicación a sus actos, porque pese a lo que sus amigas pensaban, estaba segura que una buena razón tendría que haber tenido para hacer lo que hizo.

Estaba decidida, iría a seigaku, buscaría a ryoma y no se iría de allí hasta hablar con él. No iba a dejar que todo quedase así, por que lo amaba con toda su vida, con toda la razón de su ser, y estaba segura de que él sentía lo mismo por ella, por que nadie puede engañar durante tanto tiempo a una persona por solo jugar, solo por tener una vana relación carnal, eso no podía ser mas fuerte que el amor, no podía serlo.

- si mamá, iré a seigaku, y no me marchare de allí, hasta no haber hablado con ryoma- dijo con renovadas esperanzas.

-esa es mi hija- comento orgullosa- estoy segura de que todo saldrá bien.

-espero que así sea mamá- y sin mas para decir comió rápidamente su desayuno, tomo un baño y se alisto para asistir a seigaku, donde aquel día, su destino quedaría sellado.

La mañana había pasado rápidamente, ryoma al igual que los días anteriores no había asistido a clases. Pero sakuno, estaba segura que iría a entrenar a las practicas y allí aprovecharía para hablar con el.

Cuando el timbre de final de clases sonó, la castaña tomo sus cosas y a paso firme y decidido se dirigió hacia donde suponía, estaría su amado.

En el camino, sakuno se topo con momoshiro, comenzó a seguirlo pensando que seguramente el la podría llevar hacia donde se encontraba ryoma, sin embargo en medio de su trayecto, lo perdió de vista a causa de un profesor que la detuvo para hacerle algunas preguntas. Luego de ese pequeño altercado, siguió el camino que pensó que momo podría haber tomado. Pero repentinamente se topo con lo que tanto había estado buscando… Sentado frente a sus ojos, ryoma, se encontraba con la mirada fija en el vació, se veía tan lejano y cercano a la vez ¿Qué pasaría por su mente?, si tan solo pudiera saberlo, seguramente todo seria diferente.

Cuando tomo el suficiente valor para aproximarse a él, sintió unos pasos que se venían acercando, por lo que instintivamente decidió ocultarse tras el tronco de un viejo árbol allí presente.

- toma, traje tu jugo, haber si con esto cambias un poco esa cara- dijo momoshiro, arrojando una lata de Ponta en dirección a ryoma- aun que dudo que puedas cambiarla, me imagino como debes de sentirte, yo mismo me siento mal, por haber formado parte de ese ridículo teatrito tuyo.

Sakuno abrió los ojos sorprendida ¿de que estaban hablando?, acaso podría ser…

-tu mismo lo has dicho, me siento como la peor basura del mundo, sin duda es la peor sensación que he tenido en mi vida. Cada vez que recuerdo su rostro, esos ojos tan inocentes mirándome de aquel modo, llorando desesperados y todo por mi culpa… se siente tan horrible momoshiro, no puedes imaginártelo- dijo con desesperada frustración tomando entre sus manos sus cortos cabellos, al tiempo en el que agachaba su cabeza, escondiéndola entre sus piernas.

-te equivocas, puedo imaginármelo perfectamente, por que yo fui parte de tu estupidez- dijo en un tono furioso- cada vez que lo recuerdo me arrepiento de haberte hecho caso, de haberme prestado para eso. Me siento culpable por el sentimiento de sakuno.

-ja!, ¿tu te sientes culpable?, imagínate como me siento yo, le dije cosas terribles luego de que te fuiste… no sabes, como me gustaría buscarla, y decirle que todo fue una mentira, que la amo mas que nunca- hablaba desesperadamente, ya ni siquiera le importaba quedar como un estupido cursi frente a su amigo

- aun estas a tiempo ryoma, búscala, explícale todo. Te aseguro que ella esta sufriendo más que tu, ¿¡no seas idiota, por que no puedes ver eso!

-claro que no, ella sufriría mas si le cuento toda la verdad, ¿Cómo piensas que reaccionaria si supiera que me voy y quizás para siempre?- grito desesperado

-peor es que ella sienta que nunca la has amado, que solo estuviste a su lado para acostarte con ella. Ann me lo dijo, luego de que tú te fuiste ella se desmayo… Ryoma date cuenta, ¡no sigas haciendo estupideces!.

-¿se desmayo? ¿Por qué? ¿Qué le paso?, ¿esta bien?- pregunto atropelladamente, dejando ver la clara desesperación en cada una de sus palabras.

-¿Por qué? ¿y todavía preguntas por que? ¿y tu por que crees que ella se desmayo ryoma?- dijo con clara ironía, a lo que ryoma, solo agacho mas su cabeza, sintiéndose peor de lo que ya se sentía.

-¿Cómo esta?- fue lo único que atino a decir

-mejor, ann, dijo que después de llorar por horas, se tranquilizo un poco, y se quedo dormida.

El joven tenista suspiro aliviado. Si encima de todo, le hubiese pasado algo malo a sakuno por su culpa, estaba seguro que no le iban a alcanzar los años que le quedasen de vida para arrepentirse.

-¿espera, dijiste Ann? ¿Le contaste todo a tachibanna?- pregunto con el seño fruncido.

-no, tuve que hacer de cuenta que la comunicación telefónica se estaba cortando, pero estoy seguro que no se creyó ese cuento, así que la próxima vez que no veamos, sé que me va a indagar.

-te prohíbo que le digas media palabra- dijo de manera irrefutable

-tu no tienes derecho de prohibirme nada ryoma, después de que me metiste en este problema… ¿acaso no te das cuenta de mi situación?, ¡no es fácil! ¡Ann es mi novia!

-¡y también la mejor amiga de sakuno!- replico molesto- si le cuentas a ella, seguro se lo dirá y todo lo que hice no habrá servido para nada!

-eres un egoísta echizen, me pides que le mienta a mi novia, solo para encubrir tus propias mentiras, acaso no te das cuenta que- pero repentinamente momoshiro callo al ver una silueta que se asomaba entre los arbustos, con una sombría expresión en el rostro.

Confundido por la repentina actitud de su amigo, ryoma volteo a ver en la dirección en la que momoshiro se había quedado mirando fijamente, casi como si estuviese viendo un fantasma ¿Qué podría ser tan terrible?... y lo que ocurrió a continuación, ni el mismo lo pudo creer. Sakuno yacía parada, entre unos arbustos mirándolo fijamente, casi como hipnotizada ¿acaso todo el tiempo había estado allí?, ¿ella habría escuchado toda la conversación que estaba teniendo con momoshiro?... no podía ser…

Por unos minutos, que parecieron eternidad, el silencio inundo aquel lugar, ninguno de los allí presentes se atrevía a decir media palabra, parece que era un duelo de miradas.

En un acto de suma valentía momoshiro se atrevió a ser el primero en romper el incomodante silencio, para salir huyendo de aquel lugar. Ciertamente no era el mejor sitio para estar y menos en una situación como esa, ya demasiado se había entrometido en los problemas de aquellos dos, lo demás no estaba en sus manos, pero rogaba y deseaba profundamente que todo se solucionara, por el bien de sus amigos.

Luego de la partida del chico de ojos violetas, sakuno y ryoma se quedaron mirando por unos segundos mas, hasta que una fuerte brisa se hizo presente en aquel lugar, despertando de la ensoñación a ambos

-dime, ¿Cómo… pudiste?- susurro en un angustioso murmuro, la chica de ojos rubíes.

-¿a que te refieres?- fue lo único que contesto ryoma

-sabes muy bien a lo que me refiero- respondió con firmeza ajena en sus palabras, sosteniéndole la mirada, casi como si aquello fuese un desafió el cual no quería perder- jamás pensé que pudieras ser tan cobarde ryoma- dijo sin poder contener mas todo lo que estaba guardando

-¿cobarde?- dijo incrédulo

-dime ryoma, ¡que demonios te hizo pensar que diciéndome toda esta estupida mentira yo no iba a sufrir! ¡¿Por qué?, ¡dime por que lo hiciste!- gritaba desesperada, al mismo tiempo que lloraba desconsoladamente y se abrazaba a si misma.

Ryoma se quedo mirándola fijamente, no reaccionaba, estaba como petrificado en su sitio, jamás en su vida se había sentido de aquella forma simplemente no sabia que decir, nunca se imagino que sakuno pudiese reaccionar de esa forma y gritarle todas esas cosas.

-¡no me mires así!, ¿no puedes decirme nada verdad?- le reprochaba mientras seguía llorando amargamente- ¿y sabes por que?, por que lo único que hiciste fue pensar en ti, solo buscaste la manera en la que tu mismo no sufrirías, por que no te atrevías, por que no tenias el suficiente valor de mirarme a la cara y decirme que te irías, ¡que me dejarías sola!

-¡cállate!- dijo por primera vez- tu no sabes como fueron las cosas, ¡tu no sabes nada sakuno! ¿Acaso crees que para mi fue fácil decirte todas esas cosas? ¿Mentirte de aquella forma y luego cargar con mis propias palabras?, ¿sin poder desahogarme, sintiéndome la peor basura del mundo por hacer sufrir a la persona que mas amo en la vida?, ¿acaso crees que fue fácil? ¡Dímelo!

La chica de cabellos castaños, se callo, ocultando su mirada bajo su flequillo mientras reprimía sus amargos sollozos. Había tenido un ataque de histeria causada, por toda la frustración y tristeza que había estado viviendo producto de enterarse tan repentinamente de toda aquella mentira armada por ryoma. Pero en una cosa él tenia razón, ella no sabia como habían sucedido las cosas, ni siquiera sabia por que ryoma tendría que marcharse dejándola sola, era demasiada información para su pobre y aturdida cabeza.

-entonces explícame- murmuro por lo bajo, manteniendo su mirada fija en el suelo- explícame que es todo esto ryoma ¿Por qué quieres dejarme sola?- continuo diciendo, para luego levantar su mirada y observar con sus tristes ojos llorosos, al joven que estaba parado frente a ella. Pero al hacer aquello, descubrió que él también lloraba, en sus bellos orbes ámbar, se podían apreciar los surcos de la más profunda amargura, contenida hace varios días, y que ya no se podía reprimir.

Sakuno se quedo sorprendida, jamás había visto a ryoma en ese estado. El siempre trataba de esconder sus emociones y sentimientos de los demás, y a pesar de que ella, con el tiempo, había aprendido a descifrarlas casi a la perfección, jamás se había imaginado que llegaría el día en el que lo vería en esas condiciones. Su situación solo provoco que su infinita tristeza y amargura se incrementara aun mas, ya que en los ojos de ryoma podía ver su propio reflejo, ahora lo entendía a la perfección, ambos sufrían, ambos estaban siendo victimas de las jugarretas del destino.

-mi abuelo esta muy mal sakuno, y es por eso debo regresar a América con mi familia, para poder tratar su enfermedad y… yo no sé cuanto tiempo…- callo, no podía decirlo, las palabras se negaban a salir.

Sakuno lo miro con tristeza, ahora podía comprender la situación por la que estaba atravesando ryoma y su familia, ahora entendía tantas cosas, tantas actitudes. No podía culparlo, no después de todo aquello.

En silencio se acerco lentamente a ryoma y sin que este pudiera si quiera reaccionar, tomó su rostro entre ambas manos y ante la atenta mirada ambarina, deslizo sus delicados dedos, por las mejillas empapadas de lágrimas, secando en una dulce caricia, cada una de ellas.

Se miraron por unos segundos y antes de que el joven tenista pudiera emitir palabra, sakuno tomo su mano y en silencio, ambos se dirigieron a un lugar mas tranquilo para poder platicar, sin correr el riesgo de ser interrumpidos. Al parecer aquella seria una larga conversación.

Una vez que llegaron a un lugar que ambos consideraron como el apropiado, se sentaron en unas hamacas, bajo los calidos rayos de sol que comenzaban a inundar el suave atardecer de aquel día, que horas atrás había estado amenazando con dejar caer una imperiosa tormenta sobre la ciudad.

-¿por que no me lo dijiste antes? ¿Por qué no confiaste en mi ryoma?, sabes que yo lo hubiera entendido- dijo en un tono apagado, mientras se balanceaba sobre la hamaca, observando la proyección en el suelo de su propia sombra y la de su acompañante.

-yo no quería que sufrieras, pensé… que si me odiabas seria mas fácil para ti poder superarlo- respondió

-dices eso por que no sabes lo que es sentir el dolor, al creer que la persona que mas amas en el mundo te ha estado usando.

-¡pero sabes que eso nunca fue así!, todas y cada una de las palabras que te dije, fueron solo mentiras- dijo con verdadera frustración- no sabes todo lo que me dolió decirte aquellas palabras, por que sabia que te estaba lastimando, por que lo veía en tu rostro, en tu mirada… por favor, perdóname sakuno, no sabes cuanto te amo.

-en el fondo lo sabia- contesto con una amarga sonrisa- yo sabia que algo te ocurría, tu no podías ser así, no después de todo lo que habíamos vivido juntos- dijo en un gran suspiro, y mirando al cielo continuo- Yo también te amo ryoma, y no puedes imaginarte cuanto.

Ryoma volteo a mirar a la chica que se encontraba sentada a un lado suyo. Los rayos de sol iluminaban sus hermosos cabellos castaños, resaltando su profunda belleza y haciéndola ver como la verdadera ninfa que para él era.

De un momento para el otro ryoma se levanto de su lugar, para posicionarse frente a sakuno, y en un abrir y cerrar de ojos tiro de ella, haciendo que se parase junto a el y sin pensarlo dos veces la beso. La beso profunda e intensamente, con todo el amor y la pasión contenida en esos días en los cuales, le había sido negado el más dulce majar que sus labios pudiesen probar.

Sakuno correspondió el beso gustosa, cruzando sus brazos en la fuerte espalda del chico y enredando sus dedos en los cortos y sedosos cabellos negros. Era tan increíble lo bien que se podía sentir estando en los brazos de ryoma, parecía una mala broma del destino que ahora se tuviese que separar de el.

Cuando el aire comenzó a ser necesario, ambos se separaron, quedando muy cerca el uno de otro, mirándose fijamente, indagando en la mirada del otro.

-llévame contigo- dijo repentinamente la castaña, sorprendiendo al ambarino, el cual no esperaba escuchar esas declaraciones.

- ¿Qué dices?- pregunto para cerciorarse si había escuchado bien.

-a donde tu vayas… yo quiero ir contigo… siempre contigo- respondió la chica mirándolo fijamente.

-sakuno yo…

Pero antes de que ryoma pudiera siquiera replicar, sakuno lo besó, aferrándose con todas sus fuerzas a él, el miedo de perderlo era demasiado grande.

-e…espera- hablaba entrecortadamente el ambarino mientras besaba a la chica- sakuno… espera.

-no me importa nada, no me importa… a donde tenga que ir- dejó de besarlo, para tomar su rostro entre sus manos y continuar hablando- yo solo quiero estar contigo ryoma.

-escúchame, no sabes lo que estas diciendo- dijo ryoma, separándola de si, y sujetando sus hombros entre sus manos- no puedes venir conmigo, no es tan fácil como lo parece ¿Qué pasara con tus estudios, con tus proyectos… con tus sueños?

- ryoma tu eres mi mayor proyecto, ¿de que me sirve ser la mejor profesional si tu no estas conmigo? Además… no lo sé, puedo estudiar allá, ese no seria problema- refuto, mientras posaba sus pequeñas manos sobre las de ryoma, que aun permanecían sobre sus hombros.

-no sabes cuanto quisiera llevarte conmigo, pero por favor entiéndeme, será lo mejor para ti que te quedes aquí, además ¿Qué pasara con tus padres? ¿Acaso crees que ellos dejaran que te vayas así como así?

Sakuno agacho la cabeza, escondiendo su mirada.

-parece… como si no quisieras que estuviera contigo.

-no digas eso, no es así, yo solo quiero lo mejor para ti.

-lo mejor para mi es estar a tu lado- dijo mirándolo con lagrimas en los ojos.

El joven tenista guardo silencio, observando el reflejo de la tristeza de su propia mirada en aquellos hermosos orbes rubíes.

Sakuno entendió a la perfección la mirada de ryoma, no hacían falta más palabras, todo estaba dicho.

Sin decir nada, el joven tenista tomo la pequeña cintura de la chica entre sus brazos y la volvió a besar, en un dulce y tierno rose que duro varios minutos.

-no llores- dijo el ambarino en un susurro, al ver como una traviesa lagrima rodaba por las sonrosadas y suaves mejillas de la castaña.

- tu también estas llorando- contesto en una pequeña sonrisa.

-prométeme que no le dirás a nadie de esto- dijo ryoma sonriendo igual que ella.

-no lo se, lo voy a pensar- murmuro rozando sus labios.

-se esta haciendo tarde, será mejor que nos vayamos- dijo ryoma separándose de ella. Seria mejor que terminaran con todo aquello, antes de que les fuera imposible.

- ese beso me sonó a despedida- emitió obviando lo que ryoma acababa de decir.

-quizás lo sea- contesto con amargura.

-te esperaré- pudo decir con firmeza a pesar de su estado.

-no lo hagas, no sé cuando podré regresar

-te espere una vez, puedo hacerlo una vez mas

-no, no quiero que lo hagas, por que quizás…- calló sin poder terminar su frase.

-¿quizás no regreses?- dijo con pesar, evitando su mirada.

-nadie puede saber que pasara el día de mañana.

-tu mismo lo has dicho- dijo con un deje de esperanza

- no hagas las cosas mas difíciles, será mejor así- y sin poder soportarlo mas, se dio media vuelta, dispuesto a marcharse, no podía seguir mas allí. Por que estaba seguro que si lo hacia, tomaría a sakuno en sus brazos y se iría con ella a quien sabe donde, sin importarle nada ni nadie.

-¡espera!- lo detuvo desesperada, ante el miedo de perderlo- por favor no te vayas- le rogó abrazándose a su espalda.

-ya te lo dije, por favor no hagas las cosas mas difíciles.

- ¿Cuándo te vas?- dijo ahogando su propio llanto

-el domingo por la mañana

-¿iras el sábado? Yo quisiera, verte… aun que sea… una vez más

-no creo que tenga sentido… creo que será mejor que dejemos las cosas así.

-pero yo…

-adiós- se despido interrumpiéndola, para evitar que siguiera hablando y haciendo las cosas más difíciles.

-¡ryoma!- grito desesperada, pero el joven de mirada ámbar, había salido prácticamente huyendo de aquel lugar.

Sakuno se quedo contemplando, por unos minutos, con la mente en blanco, el lugar por el cual ryoma se había marchado. Cuando se dio cuenta de su realidad, callo pesadamente sobre sus pies al suelo ¿Qué podía hacer ahora? Si todo ya estaba dicho.

Los días habían pasado rápidamente, el sábado había llegado.

Por la mañana bien temprano sakuno se levanto dispuesta a darse un baño, desde aquel día en el que ryoma y ella se habían despedido, no podía dormir bien, ni siquiera tenia apetito.

Su teléfono celular comenzó a sonar de un momento para el otro, con pesar salio de la tina de baño, envolviéndose en una toalla color natural. Tomo el teléfono entre sus manos y miro la pantalla, seria mejor que contestase.

-hola- dijo en un tono apagado

-¡sakuno!, por fin contestas, estuve intentando comunicarme contigo desde ayer en la noche, pero no contestabas- se oyó una vos al otro lado del teléfono.

-lo siento tomoka, es que se me acabo la batería- mintió descaradamente, se sentía culpable por decirle eso a su amiga, pero no tenía humor para dar explicaciones, además, ella ya sabia su historia.

-no te preocupes- contesto comprensivamente, sabia a la perfección por lo que estaba pasando sakuno, ella misma se lo había contado días atrás- solo quería saber si vendrás hoy, el partido de la final va a comenzar dentro de una hora- dijo entusiasmada tratando de animar a su amiga.

-lo siento tomoka, no creo que sea conveniente que vaya, allí estará él y creo que tiene razón, es mejor no hacer las cosas mas difíciles.

-pero sakuno, son las nacionales y…- hizo un pausa para dar un gran suspiro- esta bien, lo comprendo.

-gracias- dijo simplemente.

-entonces te veré en la tarde, iremos con ann a eso de las 5, por que a pesar de que no quieras ir al partido, al baile de esta noche si iras.

- pero tomoka, ya te dije que…

-¡nos vemos saku!- saludo alegremente para luego colgar el teléfono, antes de que su amiga pudiese inventar una excusa para zafarse de no ir al baile de graduación.

La castaña solo suspiro, al parecer le esperaba un largo día. Pero de algo si estaba segura, había tomado la firme decisión de no asistir a la fiesta de graduación. Anteriormente tenia una gran ilusión, pero todos esos sentimientos se habían ido cuando ocurrió todo lo de ryoma ¿Qué sentido tenia ir a ese baile si el no estaba?. Ella se había comprado el vestido, las sandalias y todo, por que esperaba que el la viese, quería que le dijese que estaba bella, quería poder bailar con el y que todo fuese como en un cuento de hadas en donde ella era la princesa y el era su príncipe, pero todo se había acabado, aquel cuento había tenido el peor final y ella no había podido hacer nada para evitarlo.

La tarde llego rápidamente, de un momento para el otro sakuno se encontró abriendo la puerta de su casa para recibir a sus amigas, tomoka y ann. Ambas traían una cara que no se colmaba de la alegría.

-¡saku!- grito tomoka- ¡ganamos!

-ya lo se, recibí tu mensaje- dijo con una pequeña pero sincera sonrisa. A pesar de todo le daba una gran alegría que el equipo de tenis hubiese ganado las nacionales, seguro todos deberían estar contentos, en especial su abuela y… él.

-¡si sakuno!, no sabes lo que fue, me da mucho gusto que hayan podido ganar, a pesar de que la fudomine no pudo lograrlo… no te imaginas lo feliz que esta momo- comento alegremente ann.

-me alegro mucho por todos ellos

-pues no lo parece, tienes una cara- dijo la chica de ojos azules observando fijamente a su amiga- entiendo que te sientas mal, pero no lo sé, debes estar feliz, cambia esa cara, no te hace bien estar así.

-si además, ni creas que nos hemos olvidado, ya sabes por que estamos aquí- emitió tomoka- mira, traje todas mis maquillajes y cosméticos, vamos a arreglarnos para esta noche- dijo enseñando un estuche bien decorado.

-chicas, ya les dije que no iba a ir, no me siento con ánimos para fiestas- comento la castaña.

-oh vamos, te hará bien distraerte un poco, anda haznos caso, además es nuestra fiesta de graduación, no puedes no ir- dijo la chica del lunar en la mejilla

-anda sakuno, si quieres vamos un rato y luego nos vamos- agrego ann

-pero…- se quedo meditando por unos escasos segundos, quizás sus amigas tenían razón y debía de distraerse un poco tratando de olvidar, aun que sea por unas escasas horas, todo sus problemas- esta bien chicas, iré… pero solo un rato.

-¡así se habla!- grito muy animada tomoka- ahora vamos a tu cuarto, tenemos que empezar a prepararlo todo

-esta bien- comento con una pequeña sonrisa- gracias por levantarme el ánimo chicas.

- para eso estamos las amigas ¿no?- dijo ann, guiñándole un ojo, a lo que sakuno solo respondió con una sonrisa.

En otro lugar, alejado de donde se estaba sakuno, un chico de mirada ámbar se encontraba sentado, observando entre sus manos, una gran medalla dorada que acababa de ganar.

-¿aun sigues aquí?- pregunto un chico de ojos violetas, y al ver que no obtenía respuesta continuo- el partido termino hace mas de hora y media… te estaba buscando.

-ya lo se- dijo secamente- pero no tengo ánimos para regresar a mi casa, además hoy es…- y antes de que pudiera terminar de hablar, fue interrumpido

-la fiesta de graduación- dijo, adivinando sus pensamientos- ¿vas a ir verdad?

-no, no es buena idea- respondió sin emoción alguna

-ryoma, ¡es tu ultima oportunidad de verla!, mañana te vas… no la desperdicies

-precisamente por eso, no quiero verla… por que si lo hago… no se de lo que seria capaz, todo seria mucho mas difícil.

Momoshiro dio un largo suspiro, cuando a su amigo se le ponía algo en la cabeza, no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión, así que ni siquiera intentaría convencerlo con que fuera a la fiesta, ya se había dado cuenta que seria en vano.

-¿sabes algo momoshiro?- dijo capturando la atención de su compañero- antes, sostener esta medalla entre mis manos, me habría causado la satisfacción mas inmensa, igual que hace 5 años, pero luego de todo lo que he vivido, me doy cuenta, que esto- observando aquel objeto dorado que pendía de sus manos- no significa nada… comparado con la felicidad de estar con ella.

Momoshiro solo se quedo observándolo, entendía perfectamente como se sentía en esos momentos, podía imaginarse estando en esa situación con ann y realmente no se le hacia nada agradable.

-oye ryoma, será mejor que cambies esa cara, ¡vamos! Tu no eres así- dijo tratando de darle ánimos- sabes, yo que tu si iría a la fiesta, y al menos me despediría de ella, inténtalo, no tienes nada que perder y mucho que ganar- y sin mas que decir, se levanto de su lugar y se apresuro a marcharse, seria mejor dejarlo así, solo con sus pensamientos- de cualquier modo, te veré mañana en el aeropuerto, con los chicos iremos a despedirte, pero sinceramente, espero verte esta noche echizen.

Ryoma solo lo vio alejarse, y luego de un tiempo de estarlo pensando, se dio cuenta que quizás su amigo tenia razón, talvez verla por ultima vez no seria mala idea, claro, sin que ella se diera cuenta, quería observarla aun que sea de lejos, para guardar su bella imagen en su retina por ultima vez, sabia que estaba siendo un tanto masoquista, pero nada podía hacer, simplemente no podía evitarlo, deseaba verla mas que a otra cosa en el mundo.

La fiesta había dado comienzo, todo estaba perfectamente decorado en aquel salón que tanto esfuerzo les había costado elegir a los alumnos que esa noche festejaban su último día como simples estudiantes de secundaria.

El lugar era realmente precioso, las mesas estaban cubiertas por unos finos manteles color pastel y adornados por elegantes centros de mesa con bellos arreglos florales, el piso era marmolado y las paredes estaban empapeladas con elegantes diseños de estilo antiguo. A lo lejos se podía observar un espacioso lugar donde al parecer, luego de disfrutar de una deliciosa comida, serviría como pista de baile.

Los jóvenes con sus respectivas familias empezaban a llegar y de a poco se iban acomodando en las mesas que con anterioridad se les había sido asignadas.

Sakuno había llegado acompañada de sus padres y su abuela, los cuales llevaban tiempo notando el extraño comportamiento de su hija. Aun así, nadie se atrevía a hacer comentario al respecto, mas especialmente por los pedidos de naoko, que no quería que atormentaran a su hija con cosas que de por si le eran dolorosas, mas adelante cuando esta estuviera lista, estaba segura que hablaría con ellos.

Toda esta situación había sido muy difícil, para kasuma, el padre de sakuno, que al enterarse de que ryoma le había roto el corazón a su hija, sintió un fuerte deseo de estrangular al chico, sin embargo por petición de su esposa y consideración a su hija no lo hizo, de todos modos, contaba con poder darle su merecido algún día.

Ya avanzada la noche y luego de la cena y pequeños homenajes, las luces se apagaron y la música comenzó a sonar más fuerte, dando paso a la parte de la graduación que todos esperaban: la hora de bailar.

La joven ojirubi, se encontraba un poco apartada de el resto de los alumnos, se sentía mal, estaba triste, tantos meses soñando con este día que le hacia una gran ilusión, para que finalmente todo hubiese tenido un final tan diferente al que había estado esperando. Se estaba conteniendo las ganas de llorar, deseaba ver a ryoma con toda su alma, mañana se iría a América y no podría siquiera despedirse de él.

Muy sumida en sus pensamientos se encontraba la castaña, cuando unas manos la jalaron de los brazos para tratar de arrástrala, sin previo aviso, hasta la pista de baile.

-sakuno, no puedes quedarte ahí con esa cara, ven, ¡vamos a bailar!- gritaba la chica del lunar en la mejilla.

-no tomoka, creo que me quedare aquí, estoy bien así- dijo tratando de fingir una sonrisa.

-mmm, ni creas que te dejare aquí, mira- contesto señalando hacia un lugar en el cual se encontraban ann y momoshiro bailando. La chica de ojos azules le hacia señas a sakuno para que se acercara.

-n no lo se, no tengo muchas ganas de bailar, además, sabes que no soy muy buena en ello- dijo sinceramente.

-¿y eso que importa?, anda, te vas a divertir, aun que sea un rato, luego si quieres, nos sentamos juntas.

Y sin mas que decir, la joven de ojos carmines se dejo llevar por su efusiva amiga, simplemente no estaba de ánimos para discutir. Cuando sakuno y tomoka se acercaron al lugar en donde estaban sus amigos, todos se abrieron en una ronda, para así tomarse de las manos y bailar juntos, entre todos.

La castaña solo se dejaba arrastrar por sus amigos, tratando de hacer su mejor esfuerzo por parecer feliz, situación que no lograba, ya que muchos de los allí presentes se habían dado cuenta de la verdadera realidad, especialmente un par de ojos ámbar que desde un lugar apartado, observaban cada movimiento que daba la hermosa chica.

Luego de la charla que había tenido con momoshiro, se dirigió a su casa, encerrándose en su cuarto, no quería hablar con nadie, las cosas con su familia no iban del todo bien y no tenia interés de hablar con ellos, no se sentía de ánimos. Cuando se hizo la hora indicada, tomo una ducha y luego se vistió con un traje negro y una camisa beige que guardaba en su placard para ocasiones especiales, y sin decir nada se marcho de aquel lugar.

Había llegado mas tarde que el resto de sus compañeros, puesto que no pensaba quedarse para la cena y todas esas cosas, solo quería verla un momento, y allí estaba, escondido detrás de uno de los tantos pilares que decoraban aquel espacioso lugar, observándola… solo a ella, se veía tan hermosa, con aquel vestido color champagne, que se ceñía perfectamente a su cuerpo, demostrando una hermosa figura curvilínea, además de la delicada espalda que quedaba al descubierto junto con parte de una de sus firmes y torneadas piernas, que gracias a una abertura que llegaba un poco mas debajo de medio muslo se dejaba entre ver.. Realmente parecía un ángel caído del cielo, y él no perdía detalle alguno.

De un momento para otro, una de las meseras que estaban a cargo de servir aquel día, se acerco con una gran bolsa que contenía todo tipo de cotillon y cosas de fiesta, y sin que el se diera cuenta, le puso en sus manos unos lentes cubiertos de brillantes lentejuelas azules. Cuando observo lo que tenia entre las manos, una fugaz idea cruzó por su mente, pensando en si realmente seria lo correcto o no, y en ese momento, recordó las palabras de momoshiro: "no tienes nada que perder y mucho que ganar". Así que sin pensarlo más, se coloco esos antifaces, que le cubrían gran parte de la cara, y se dirigió a donde estaba ella.

La música había cambiado drásticamente su ritmo, ahora era lenta y suave, bastante romántica, por lo que todos se pusieron a bailar en parejas, y aprovechando el momento en el cual tomoka se encontraba con horio y ann con momoshiro, la castaña aprovecho para escaparse antes de que sus amigas se dieran cuenta.

A pasos lentos iba avanzando entre la multitud de gente, cansada y sin ánimos. Cuando estuvo un poco más alejada del bullicio de los demás, sintió como una mano la jalaba nuevamente a la pista de baile. Cuando iba a darse vuelta para disculparse con alguna de sus amigas, que seguramente la había descubierto en su huida, se vio capturada en unos fuertes brazos que la tomaban fuertemente de su pequeña cintura, guiándola al compás de la música.

Quedo tan sorprendida, que cuando levanto la mirada para observar quien era aquel que se atrevía a tomarla con tanta confianza, sus ojos no pudieron dar crédito a lo que veían.

Sabia perfectamente que era él, por más que llevara ese antifaz que le cubría parte de la cara, seria capaz de reconocer esa profunda mirada color ámbar entre miles. Rápidamente su corazón dio un brinco, no lo podía creer, él estaba allí, bailando con ella, aferrandola fuertemente a su pecho.

Sin nada para decir, puesto que ninguno de los dos quería arruinar el mágico y quizás último momento que vivirían juntos, ambos se dejaron llevar por la música, disfrutando de la cercanía del otro, ya después tendrían tiempo para las palabras.

Sakuno apoyo su cabeza sobre el pecho de ryoma, aspirando el delicioso y masculino aroma. El peliverde por su parte hacia lo mismo con ella, la exquisita esencia a jazmines se colaba de manera impertinente por sus fosas nasales ¿Cómo haría de ahora en adelante para acostumbrarse a no tenerla cerca?, definitivamente seria algo imposible.

-viniste- susurro dulcemente la castaña, cerca del oído del joven

-te lo había prometido ¿no?- respondió en el mismo tono y sin dejar de abrazarla.

-¿Cómo?- pregunto ella, enfrentando aquella profunda mirada que se dejaba ver a través de aquellos lentes

-sabia la ilusión que tenias por esta noche, te dije que por mas que no me gustaran las fiestas… te acompañaría- respondió rozando los labios de la hermosa chica, con sus dedos.

Sakuno solo le sonrió, con una mirada llena de amor, y sin pensarlo dos veces, en un arrebato, le quito el antifaz al joven de mirada ámbar que tenia en frente suyo, para luego acercar su rostro y besarlo lenta y profundamente. Ryoma correspondió aquella caricia con urgente necesidad, aferrandola más así mismo y agarrándole el rostro con una de sus manos, la cual sintió una traviesa lágrima derramarse.

Esta seria la ultima vez, ambos lo sabían, seria el ultimo beso, al menos hasta que el destino lo quisiera y tal vez los volviera a reencontrar, si es que lo hacia.

En un momento de cordura el joven tenista se separo de la bella chica, y regalándole una ultima mirada que solo con ella podía tener, se apresuro a abrirse paso entre la gente, dejando a una chica entre lagrimas, que apenas se dio cuenta de lo sucedido, no dudo en salir corriendo tras él, pasando entre una multitud de personas que parecían ajenas a toda la situación que ella estaba vivando.

Cuando logro finalmente llegar afuera de aquel lugar, lejos del bullicio de la gente, miro para todos lados, pero no pudo encontrar lo que buscaba, el se había ido y ella se había quedado sola. En unos desesperados pasos, mientras trataba de contener las lagrimas, se encontró con algo que llamo su atención. Tendida en el suelo, una hermosa rosa blanca se hallaba con un pequeño papel atado.

Sin pensarlo la tomo entre sus manos, y observando aquella bella flor, una sonrisa escapo de su melancólico rostro- mis favoritas-pensó la chica.

Lentamente desenvolvió aquel arrugado papel que se encontraba atado a aquella bella rosa y sin poder contener las lagrimas, y marchándose de aquel lugar, comenzó a caminar entre las calles de la ciudad, al tiempo en el que una refrescante lluvia de verano, que había estado amenazando todo el día, se desataba con toda su potencia, empapando la bella silueta femenina.

Luego de unas horas, recostada en una silenciosa habitación, se podía observar a una joven dormir pacíficamente, estaba triste, ryoma se había ido, pero al menos sabia que el la amaba y le hacia feliz, que aun que sea por un pequeño momento, había podido verlo y compartir aquella noche tan especial con ella.

la tormenta había terminado, dando lugar a la calma, y la luz de la luna que se colaba traviesamente en la habitación de la castaña, dejaba entrever un pequeño papel todo mojado en el que claramente se podía leer "hasta que nos volvamos a ver – te amo"

-hasta que nos volvamos a ver… ryoma- una vos medio dormida susurro en medio de la oscura habitación..

N.A: hola a todas!, primero que nada pido mil disculpas por haberme atrasado tanto con la actualizacion, se que es muy feo para las que seguian la historia, por que al haber paado tanto tiempo, uno se termina olvidando la trama del fic, pero relamente se me hizo imposible actualizar debido a problemas con el estudio, asi que ahora aprovecho las pequeñas vacaciones que tengo para continuar con esta historia.

tambien quiero agradecerles a todas las que me dejaron rw, y a las que me pidieron que actualizara pronto, realmente fue muy motivante para poder retomar el fic, asi que se los agradezco y ojala sigan interensadas en esto jeje.

se que este capitulo me quedo muy cursi (demasiado para mi gusto jaja) y dramatico, pero fue lo que mi inspiracion pudo lograr, asi que ojala que les haya gustado o que al meno no les haya decepcionado. de cualquier forma estoy abierta a todo tipo de critica constructiva.

tambien se que es lo mas largo que he escrito, asi que tambien espero que no se hayan hartado de leer xD..

bueno sin mas que decir, nos leemos en la proxima, y esta vez prometo, que no voy a tardar tanto en actualizar..

saludos!

dm99