APARECIIIIIIIIIIIIIII… si lo sé… más de una me quiere matar por estar casi cuatro meses y algo ausente, de verdad le pido muchiiiiisimas disculpas pero han sido los meses más estresantes de toda mi vida ¡quede en la universidad! Así que pueeeeees estuve estudiando ahí… y el tiempo era verdaderamente limitado, me gradué, eso también fue estresante, mi mejor amigo se fue a vivir a Portugal así que ando deprimida por eso ¡pero jamás abandone las historias! Así que espero que les guste este capi… que a decir verdad me costo muchiiiiiiiiiiiisimo le doy las gracias a sorita wolfgirl porque sin ella estoy más que segura que no hubiera el ánimo para terminarlo, sus emoticones de muñequitos gritando wiiii me alegraron el día ¡jajajajajaja! Espero y les guste y muchísimas gracias por todos sus review… yo creo que eso fue lo que me trajo de vuelta…
Disclaimer: ni los personajes ni Twilight me pertenecen, solo soy responsable por la historia creada por mi cabeza disparatada XD.
¡Necesito lentes!
EdwardPOV
Esta semana con Bella había sido maravillosa, compartimos mucho tiempo planeando la venganza en contra de los chicos. Así que hoy era el día de retirar las cámaras, obviamente yo era el que iba a entrar a la casa, ni muerto intento que Bella se suba a un árbol ¡moriría en el intento! Estaba pensando en como iba a sacar las cámaras de ahí cuando una dulce voz interrumpió el rumbo de mis pensamientos.
—Edward... ¿Cuándo buscaremos las cámaras?— me llamó Bella mientras sus mejillas se tornaban levemente rosadas, haciéndola lucir mucho mas adorable.
—Esta misma noche... ¿O se te olvidó que mi hermana organizó una pijamada de reconciliación?— le recordé sonriendo... cosa que creo la distrajo un poco ¿será que tengo alguna lechuga atorada en un diente y no me he dado cuenta? Disimuladamente tallé un poco mis dientes mientras ella miraba el otro lado del estacionamiento.
—No me lo recuerdes, que hoy es noche de "torturando a Bella"... Tu hermana tiene un serio problema, Cullen— ¿desde cuando soy "Cullen"?
—¿Desde cuando soy Cullen, Isabella?— le dije su nombre completo, para que viera que "Cullen" me molestaba.
—Está bien señorito EDWARD— me dijo mientras gesticulaba como si fuera una niña de cinco años hablando con su amigo imaginario, diciéndole que hoy iban a jugar al té— estoy bromeando, no pongas esa cara— me dijo mientras hacia un pucherito adorable, que sería capaz de derretir todo el polo norte, así que controlé mi expresión de coma cerebral.
—Vamos a mi casa, mejor te llevo yo... aunque si quieres pasar por el centro comercial a comprar con la psicópata de las compras eres libre de irte— le dije mientras ella ponía cara de "¡¿te metiste un coctel de drogas, o qué?".
—Edward cállate, que no aportas nada nuevo a la humanidad— ¡claro que aporto cosas a la humanidad! Por ejemplo mi amor por ella ¡eso es un aporte a la humanidad!
—Swan, móntate en el auto y deja de hablar— dije, mientras abría la puerta del copiloto reía suavemente de las ocurrencias de Bella, hasta que escuché el sonido de la cabeza de Bella estrellándose contra el marco de la puerta.
—¡Carajo!— rápidamente comencé a revisar su cabeza en busca de algún río de sangre, una contusión ¡lo que sea!
—¡Bella! ¿Estás bien?— estoy desesperado, lo admito. Si algo le pudiera pasar a Bella, me muero.
—Estoy bien solo me di un gran golpe contra tu puerta, no te preocupes no la rompí— ¿de verdad ella espera que yo le crea? A millas de distancia se ve la contusión que se estaba empezando a formar en su frente.
—Bella no bromees con eso, ¡pudo haber sido peor!— ya sé que me paso de sobre protector ¡pero no lo puedo evitar!
—Edward móntate y prende el auto que se nos hace de noche— entorné mis ojos tratando de que sintiera culpa, pero la muy desgraciada ni se inmutó con mi mirada de basilisco hambriento… bueno Bella, prepárate para conocer mi modo de conducir… cerré la puerta del asiento del copiloto, y caminé lo más rápido que mis piernas me permitieron hacia mi asiento. A penas me senté prendí mi bebé y aceleré en punto muerto dejando las marcas de las ruedas en el pavimento al mejor estilo de rápido y furioso. Por el rabillo del ojo vi como Bella se sostenía al asiento con las uñas.
—¡Edward baja la velocidad! ¡Si nos convertimos en galleta de volvo va a ser tu maldita culpa!— gritó Bella, mientras miraba con horror por la ventana.
—¡Bella quien diría que tienes un léxico al mejor estilo de un marinero! ¿Tú no querías irte rápido? Además Bella en Italia conducen peor...— iba a seguir hablando pero ella me interrumpió como si no hubiera dicho nada.
—¡Si pero no estamos en Italia estamos en Forks!
—Ya le bajo a la velocidad... — bajé la velocidad a unos ciento veinte kilómetros, y eso para mí es como andar a ochenta.
—Aún no estoy feliz, pero algo es algo.
—Odio conducir despacio... — ella puso su mejor cara de incredulidad cuando dije lo último.
—A ti como que el frío te congeló el cerebro... ¿A una velocidad de ciento veinte, crees que vas despacio?— ¡pues claro que creo que voy despacio! Mi sueño de niño, siempre fue ser corredor de la fórmula uno.
—Bella a todos nos gusta la velocidad, lo heredamos de... Carlisle— le dije con una nota de molestia que no pude ocultar por más que lo intenté. Y pude ver en su cara que lo percibió, a veces el rostro de Bella es un libro abierto. Pero para que no se sintiera mal por mis problemas familiares decidí cambiar la conversación—... ¿O es que nunca te has montado en el Porsche turbo de Alice?
—Cómo olvidarlo... Alice cree que está conduciendo en la fórmula uno... cuando aprieta el acelerador, dejas tú estómago en el punto de partida— solo pude reír ante sus ocurrencias, al tiempo que llegábamos a la casa de Jasper y Rosalie. Bella me preguntó el lugar donde nos encontrábamos y le respondí simplemente que estábamos en casa de los chicos recordándole que teníamos que sacar las cámaras de ahí.
—Edward... ¿Cómo vamos a entrar ahí? Si nos ven te juro por Dios que te voy a patear el culo hasta que te salga sangre— no puedo creer que Bella piense que se ve aterradora en esa postura, se parece al gatito de shrek tratando de aparentar que es un tigre.
—Bella no jures en vano, es pecado— Bella me miró como si estuviera viendo a un seminarista a punto de convertirse en sacerdote —Y no, no me voy a convertir en sacerdote así que no te preocupes— le guiñé un ojo para aligerar el ambiente lo que provocó un adorable sonrojo por su parte. Empecé a explicarle el plan antes de que cometiera alguna estupidez.
—Tu cara es un libro abierto Bella. Pero volvamos a lo importante, te recuerdo que yo ya entré aquí... Y tú no vas a entrar conmigo, porque probablemente te matarás intentando subir el árbol...— pude ver claramente su expresión de enojo por haberme burlado así que trate de compensarlo un poco pidiéndole disculpas, lo que no esperé es que mi cuerpo traicionero se acercara más de lo debido dejándome cerca de hecho demasiado cerca de su rostro ¡y por dios yo parecía una pequeña moneda atraída por un gran imán! No podía dejar de ver los labios de Bella como si fueran la cosa más exquisita del mundo, cuando vi que ella cerró sus ojos casi me pongo a hacer el baile de la victoria que inventamos Alice y yo cuando pequeños, pero mi conciencia ganó así que de un rápido movimiento me baje tan rápido como pude del auto.
Bella aun seguí testaruda acerca de mi intrusión en a casa de los Hale mientras alegaba que era ella la que se quería vengar… en fin el hecho es que no la dejé venir conmigo y la dejé custodiando el auto esperando mi regreso.
Rápidamente me subí al mismo árbol que utilice la otra vez, así que llegué velozmente a la habitación de Rosalie y saque la cámara tan rápido como pude, lo mismo hice con la cámara que instale en la habitación de Jasper; pero con tanto ajetreo me dio hambre así que baje sigilosamente hacia la cocina que tantas veces había visitado y encontré una gran cacerola tapada y que olía endemoniadamente bien, así que la destape y había un guiso que se veía de muerte lenta tome una cuchara, probé un poco y estaba delicioso así que comencé a comer un poco más cuando escuche un sonido peculiar detrás de mí que sonaba como un gruñido. Lentamente me di la vuelta con la boca repleta de carne y creo que hasta un poco sucia, mientras mis ojos se abrían como dos platos al ver al demonio que tenia frente a mi… era un gran perro, idéntico al perro de la profecía y por inercia me voltee hacia la cacerola y me fije en algo que no había visto por mis ansias de comer algo, esta tenia grabada en letra cursiva un nombre: Damián.
Dios por favor… ¡que no me haya comido la comida del monstruo que tengo frente a mí! Empecé a correr como si mi vida dependiera de ello y… esperen un momento: ¡mi vida depende de ello! Así que corrí lo más rápido que mis piernas me permitían hacia el auto con el perro pisándome los talones, a lo lejos divise mí adorado volvo y desde donde estaba escuchaba el disco que Emmett había dejado la última vez que se averió su Jeep.
Llegue corriendo al auto mientras le daba a los cristales como un maniaco esperando a que Bella me escuchara, a penas vio mi rostro el suyo se contrajo en una mueca de horror y de análisis al mismo tiempo. En serio no sé como hace Bella para tener expresiones faciales tan extrañas…
Ella presiono el acelerador como una loca sin importarle que yo estuviera afuera, por suerte apago el radio y con el poco aire que aun me quedaba mientras el perro me perseguía logré gritar.
—¡BELLA SE TE OLVIDA ALGO!
—¡CORRE EDWARD, CORRE! ¡¿QUÉ SE ME ESTA OLVIDANDO?— ¿acaso Bella cree que está en Forrest Gump?
—¡YO! ¡FRENA EL PUÑETERO AUTO!— iba corriendo y viendo hacia atrás observando como el lindo animalito casi echaba espuma por la boca viéndome con cara de "maldito te comiste mi comida". Y por estar haciendo esto, me metí el golpe de mi vida cuando choque con la parte trasera del auto, que me sacó el aire de una sola vez; pero el miedo era mayor así que me monté y le grité a Bella que acelerara. Durante todo el camino íbamos discutiendo, aunque casi no le preste atención imaginándome al perro babeando la cacerola donde había comido ¡qué asco! Hasta que una pregunta de Bella me sacó de mi aturdimiento temporal.
—¡Edward el perro nos está siguiendo! ¡¿Te robaste algo?— si me robé la comida con baba de perro de Damián…
—¡Por supuesto que no Bella! ¡¿Por quién me tomas?— espero que mi voz haya sonado convincente porque si no estoy más que frito.
—¡Lo lamento, pero el perro viene detrás de nosotros, por si no te habías dado cuenta!— ¡claro que me doy cuenta! De seguro que el animalito me quiere destripar para que le regrese lo que me comí.
—¡No estoy ciego Bella! ¡Acelera vayamos a la casa! En el camino se cansará— o eso espero…
Llegamos a la casa y me baje casi sin aliento del auto y a punto de darme un ataque de histeria, voltee a mirar a Bella para asegurarme de que estaba bien, y a pesar de que se veía asustada trato de sonreírme.
—Bella la próxima vez arranca el auto cuando yo esté dentro por favor— Bella se largo a reír con todas sus ganas y yo la seguí, pero la felicidad no duró mucho tiempo, porque apareció el demonio de película viéndonos directamente al tiempo que enseñaba unos afilados colmillos. Salimos corriendo hacia la casa, y trate de encontrar la llave correcta ero mis manos temblaban tanto que la llave se me cayó en ese instante. Bella estaba aterrada y no sabía qué hacer y durante un instante vi la duda en sus ojos y después hablo cosa que me pareció extraña en su estado de nerviosismo.
—Edward, si morimos ahora, en este instante solo quiero hacer una última cosa— y sin más preámbulo y sin dejarme la capacidad de alegar algo (cosa que jamás hubiera hecho de todas formas) Bella me besó… y me sentí llegar al paraíso. Sé que si hubiera muerto en ese instante, yo… habría sido el hombre más feliz de este mundo. Sus labios parecían estar hechos solo para ser besados por mi… estaba en el quinto cielo, en mi propio mundo de fantasías cuando una voz nos distrajo y rompió nuestra burbuja privada.
—¡Damián! ¡¿Pero qué haces aquí?—gire mi cabeza tan rápido hacia la voz de Rosalie, que casi destrozo mi cuello en el intento.
—Rose ¿tu perro se llama como el niño de la profecía?— y para colmo de mis males, Emmett venía detrás de Rosalie. Gracias al cielo no llegaron tres minutos antes, de seguro se hubieran burlado de nosotros lo que les resta de vida.
—¡Claro! Mira su placa. Él es muy celoso siempre protege la casa... ¿Lo que no entiendo es qué hace aquí?— Bella y yo nos miramos, mientras nuestras caras reflejaban culpabilidad desde todos los ángulos de donde se las mirara. Rápidamente recogí las llaves y entramos a la casa, aunque en lo único que podía pensar era en el beso que me había dado Bella. Por lo visto ella también estaba pensando en lo mismo porque estaba como un farolito de navidad.
—Mmm… ¿qué te parece si subimos a mi habitación y revisamos que obtuvimos?— le dije tratando de romper el gran e incomodo silencio que se había implantado en los últimos minutos.
—Claro...
Subimos a mi habitación al tiempo que conectaba las cámaras al DVD, mientras hacia esto observe como Bella se revolvía incomoda en la silla en donde estaba sentada…
—Edward… yo… lamento lo que sucedió antes, yo no quise… fue un impulso muy estúpido y yo…— tartamudeaba y estaba completamente sonrojada y con cada palabra que decía mi corazón se iba encogiendo cada vez más.
—Está bien Bella, no te preocupes— y traté de darle mi mejor sonrisa, aunque creo que no funcionó, en verdad me había dolido lo anterior—Ahora veamos que hicieron los chicos— y sin más que decir tomamos una bolsa de doritos y comenzamos a disfrutar la función…
¡Espero que les haya gustaaaaado! Me costó muchísimo hacerlo pero aquí se los traigo… recibo amenazas de muerte o si lo prefieren me mandan a los Volturis… cuídense se les quiere muchísimo y gracias por el apoyo
Ana Cullen