Notas:

Haha sí, yo de nuevo. ¡En fin! He aquí una nueva historia.

Está escrito en primera persona por Sakura principalmente en todo el fic... y Kakashi, pero sólo en la parte final del capítulo. ¿Por qué? Porque nunca lo he utilizado, y como soy una chica que gusta de retos... pues aquí me tienen. Luego me dicen en qué puedo mejorar.

El lugar, por ahora, está centrado en Konoha.

Disclaimer:

Los personajes son de Masashi Kishimoto.

.


Capítulo I

● Dos desconocidos ●


.

.

.

—¿Qué demonios pasa con ustedes? —nos gritó nuestro sensei mientras estábamos sentados en el pasto. No era la primera vez que nos regañaba y, sinceramente, dudaba que fuera la última.

Kakashi se tomó el puente de la nariz, intentando relajarse; para luego hablarnos de la manera más tranquila posible.

—Chicos… les he dicho desde siempre, que deben trabajar en equipo. E-qui-po —recalcó haciendo énfasis.

¿Y por qué el gran Hatake Kakashi se molestaba en entrenarnos? ¿Qué no éramos los suficientemente maduros como para dejar los entrenamientos en equipos? Sí, pero todo se debía al simple hecho de que Tsunade se lo había ordenado. Alegando que no podíamos ir a misiones de rango "S", sin antes pasar las pruebas de nuestro ex-sensei; debíamos, según ella, estar lo suficientemente calificados para no poner en peligro a la gente. No obstante, seguíamos sin progresar.

—¡Pero no es mi culpa, dattebayo! —expresó Naruto—. Le juro que yo sí quiero trabajar en equipo ¡Pero es imposible con ellos dos! —nos apuntó irritado—. Uno me dice una cosa, el otro hace lo contrario… ¡Me confunden!

Bajé la vista hacia mis uñas verdes, como si fueran la cosa más sorprendente que había visto. Suspiré, Naruto tenía razón.

Hace apenas un año que Uchiha regresó a la aldea, y no fue por voluntad propia; y como siempre fue y había sido, sin mi ayuda. Me sentí nuevamente inservible.

Después de que él mató a Danzô, tuvo una pelea casi letal con Naruto… y mi amigo había logrado convencerlo de que se nos uniera, sólo Dios sabía cómo. Fue un cambio realmente radical, ver a Sasuke y a Naruto de nuevo en Konoha, ver al legendario Uchiha ayudando a reconstruir la aldea… pero no todo era tan fácil. La gente le temía y odiaba, y él no hacía nada para cambiar aquello.

Pero más allá de eso, él ya no era el mismo niño de trece años, el niño que yo había conocido, del que tontamente me había enamorado.

Ese chico había muerto.

A mis ojos sólo era un ente vacío que se hacía llamar Uchiha, notaba como su relación con las personas no había cambiado nada. Pero lo que casi todos ignoraban, o más bien a nadie más importaba, era que Naruto y él… aún eran los mejores amigos.

Sin embargo… mi relación con Sasuke, ya no era ni cerca de ser lo mismo de antes, la de hace años. Ya no éramos iguales. Yo había cambiado, había madurado, mis ideas ahora eran diferentes, mis sentimientos y mi modo de ver las cosas no eran semejantes a aquella débil y patética niña de hace cinco años.

Esa chica había desaparecido.

Y no quería volver a ser como aquella chiquilla. La antigua Sakura era insegura, tonta e inútil. Un estorbo. No pretendía volver a tener el corazón tan estúpidamente débil y roto, no quería volver a sufrir; por nadie y mucho menos por él.

Y dejé de amarlo.

Él había intentado matarme, no era el mismo, ya no poseía alma. El antiguo Sasuke que era una buena persona aunque intentara aparentar lo contrario, el que confiaba en el equipo siete, el que me protegía sin previo aviso… se había marchado, y más que claro me había quedado que nunca regresaría.

Mis ideas nadie me las cambiaba.

No me importaba lo que me dijese Tsunade, Kakashi, Ino o demás. Ni siquiera las tantas veces que mi mejor amigo tratara de convencerme que Sasuke era bueno… que aún tenía salvación. No lograba fiarme de él. Para mí era y siempre sería un traidor.

Tal vez nunca volvería a confiar en él.

Y aun así lo intenté, aunque fuera sólo por Naruto; podía percibir la súplica en sus ojos azules, su anhelo de volver a vernos todos juntos de nuevo… me dolía su ingenuidad.

Tantas veces traté de facilitar las cosas, pero Sasuke me apartaba de su lado, no me hablaba, me ignoraba; podía notar con total claridad que mi sola presencia llegaba a asquearle; no deseaba mi compañía. Y en lo más profundo de mí, yo tampoco.

Tal vez hacia algo mal, tal vez la culpable de todo esto era yo, pero ya no podía seguir intentándolo; se consumía mi alegría, me hacía sentir nuevamente que sólo estropeaba las cosas. Así que desistí a las pocas semanas.

Era una cobarde.

Y ese era el problema, no pasábamos la tonta prueba y ya llevábamos un año. Por Naruto no había problema, pues él sí lo intentaba, pero ciertamente tanto Sasuke como yo, solo dificultábamos las cosas.

—Naruto —llamó nuestro sensei—. Puedes ir a Ichiraku por un tazón de ramen, luego te alcanzo.

El rubio iba a protestar, pero reparó al acto que el jounin deseaba hablar con nosotros en privado. Y se fue sin rechistar, dejando un rastro de humo. Kakashi suspiró por quinta vez, y nos habló serio:

—Chicos —empezó, realmente cansado—. Les pido… que empiecen a llevarse apropiadamente —lo miré, monótona—. Cuando entrenan juntos… parecen tan distantes, como si se… odiaran —calló unos segundos y prosiguió—. No le sirven a la aldea si no trabajan juntos. Así nada más no funciona.

—Kakashi-sensei —intenté protestar, y que mi voz sonara inconcusa—. Sinceramente me parece que exageran con todo esto —dije un poco molesta—. No es necesario llevarme bien con él, para hacer servicio en el hospital, no es tan importan-

—Sí es importante, Sakura —me interrumpió—. Ustedes y Naruto son los mejores ninjas, y las misiones de mayor relevancia son las que ustedes deberían llevar a cabo… pero no están calificados aún. Un ninja que no sabe trabajar en equipo, es inútil.

Me limité a encogerme desde mi lugar.

—Así que vamos —instó Kakashi—. Ya rompan sus infantiles barreras.

Volteé levemente mi rostro hacia Sasuke, que me miraba frío entremezclado con despecho, como siempre. Llegué a acostumbrarme a su antipatía, provocando que naciera un efecto en mí, fastidiarme de él.

—Púdrete —solté inconscientemente, tapándome la boca al instante que me di cuenta que había pensado en voz alta. Mierda, esto empeoraría las cosas.

Podía sentir la tensión en el aire, la que surgía cuando los dos estábamos en el mismo lugar. Siempre era así.

Fui consciente del suspiro desalentado emitido por Kakashi; me sentí realmente mal, estaba defraudando a todos, incluso a mí misma. ¿Acaso últimamente no podía hacer nada bien?

En cuanto a Sasuke, él se había levantado y ahora caminaba hacia lo más profundo y sombrío del bosque. No necesitaba ser adivina para comprender que lo había hartado… otra vez.

—¿Se puede saber a dónde vas? —interrogó Kakashi.

El Uchiha se detuvo en seco, sin girarse a vernos.

—A entrenar. No pienso perder mi tiempo —contestó andando de nuevo—. Ella sólo me estorba.

Me quedé en el mismo lugar, con una patética opresión en mi pecho, intentando estúpidamente de no llorar. Por dios… llevábamos un año así desde que regresó, sin ninguna sola mejora.

Él no me hablaba, yo tampoco.

Lo empecé a ignorar, él siempre me ignoró.

No conocía ya nada de él.

Al Uchiha yo nunca le importé.

Lo llegué a golpear, él igual.

Sasuke dejó de preocuparme…

Para él… yo podría estar muerta.

Éramos como dos completos desconocidos.

.

.

.

Leía tranquilamente mi preciado libro de Icha Icha Paradise, esperando pacientemente sentado en la gran oficina de la Hokage, que la mencionada terminara de leer el reporte que le había traído, sobre los "avances" hechos con mi antiguo equipo. Al notar como Tsunade lo examinaba con el ceño fruncido, presentí que no le estaba simpatizando.

—¡Esto es inaceptable! —gritó colérica, lanzándome el pergamino; a lo que esquivé sin dejar de leer—. ¡Llevan un año igual! ¡Un jodido año! ¡Hasta parece que van de mal a peor!

Resoplé, aquí venía la perorata de siempre que regresaba con mi informe.

—Esos engendros me causan más dolores de cabeza que los exámenes chunnins —exclamó moviendo sus manos irritada—. ¿Recuerdas cuando esos dos se pelearon frente a la presa de agua? ¡No quiero recordar sus malditos estragos! ¿Qué demonios le ha pasado a Sakura? Se ve tan diferente. Antes ella era más…

—Las personas tienden modificar su personalidad, dependiendo de los acontecimientos —interrumpí con voz monótona—. Y creo que ella tiene sus razones de haber cambiado.

La rubia me miró con aflicción.

—Kakashi… sabes bien que si continúan así, terminaran… matándose.

Asentí desganado. He ahí la verdadera razón por la que deseábamos que su relación mejorara. Todos sabían la constatación de ese hecho, de lo que pasaría si seguían así, incluso ellos. Se estaba volviendo inevitable. Y para cuando sucediera, le crearía una mala imagen a Konoha el que sus mejores ninjas pelearan contra sí, con tal magnitud de rencor.

Pero lo que realmente me preocupaba, es que tanto Sasuke como Sakura, pelearían entre ellos; sin compasión ni arrepentimiento.

Habían tocado fondo.

Escuché como la Hokage inhalaba y exhalaba tratando, supongo yo, de calmarse.

—Bien —musitó—. No quería hacer esto pero… no me dejan opción.

Dejé de leer mi libro para mirarla, aquella sonrisa que tenía no me era una buena señal.

—¿Y qué tienes pensado? —cuestioné—. Has usado todos tus planes y siempre fallan…

—Lo sé —contestó sentándose con cierto aire de preeminencia—. Es mi última idea, y prácticamente estarán obligados a cambiar su actitud, si quieren regresar de 'La Misión'. O sino, se quedarán ahí por siempre.

—¿Qué misión? —pregunté bastante incómodo al ver como sonreía.

Me miró ensanchando aún más su gesto.

—Tu bien sabes cuál es…

Abrí mis ojos a más no poder, estaba realmente pasmado ante su decisión. Ella no podía hacer eso, era estúpido y dudaba que llegara a ayudar de alguna forma. Era necesario algo más fuerte que un milagro.

Quizás, todo esto era porque Tsunade quería deshacerse de ellos.

Me parecía bastante probable.

—¿Te refieres a…? —inquirí, rogando que no fuera lo que estaba pensado.

La Hokage se limitó a sonreír. Y dijo triunfal, como si por fin hallase la respuesta a todos sus obstáculos:

—Sí —afirmó—. Mandarlos a un Universo Alterno.

.

.

.

Continuará

.

.

.


Avance:

Me encontraba inmóvil a un costado de Sasuke, con los ojos abiertos de par en par. Había demasiadas luces y ruido, personas que caminaban sin descanso, personas que subían y bajaban de extraños objetos ruidosos, muchísimo humo, gente gritando, aparatos y vestimenta que nunca en mi vida había visto.

Empecé a preguntarme si podría lograrlo.

Y yo que pensé —susurré para mí misma—. Que no había nada peor que tú…

El mundo en donde estábamos era… aterrador.


.

.

.