Corría desesperada, mientras la lluvia empapaba su rostro y hacia que su uniforme se pegase a su figura, realmente, cuanto más tendría que soportar…
-Maldición!
Sus piernas seguían su recorrido sin un rumbo definido, el bosque se hacía cada vez más espeso e impenetrable hasta para los escasos rayos de sol, que en este momento también estaban ausentes, sintió unas presencias, ja, ya tenía con quien desquitársela, siguió corriendo hasta que encontró un claro, todos se abalanzaron contra ella a la vez, miserables youkais inferiores, una luz rosada, enceguecedora y pura, como veneno para ellos los desintegro al instante, su dolor se expresaba en aquella aurora, se dejo caer de rodillas y su sollozo de hizo aun más fuerte.
Sentía frio, estaba hiperventilando, y en aquellas condiciones quedo dormida en aquel charco de lodo, lo que la hizo despertar fue un gran dolor, ahora físico, su corazón había sido traspaso ferozmente por el brazo de un youkai, sonrio, vaya, que ironico, fallecería ahí, sola, sin una buena causa por su propia ingenuidad. Su vista estaba borrosa, percibió como su asesino perdia la vida a manos de otro ser.
-Quieres vivir?
La voz que se lo pregunto era frio, helada, la hizo sentir como si realmente su vida no valiese la pena, la reconocio, ciertamente la ironia habia tomado cada pequeño espacio de su vida, ahora, nuevamente, seria salvada por el.
-Si.
Su ultimo suspiro se sintio con la agudeza del dolor, un dolor profundo y desgarrador, podia sentir como su alma abandonaba su cuerpo maltrecho, pero no, no podia dejarse morir, no asi, aun debia recolectar la perla que nuevamente habia fragmentado, si no todos sufririan, y ella preferia morir en el desasosiego de soledad a ser causa del dolor ajeno, acepto, pese a su vergüenza, que el fuera su salvador, aunque tuviese que entregarle su vida, ya lo haria cuando su mision hubiese terminado.
Entonces se desvaneció.
Hacía ya cierto tiempo que Inuyasha había escogido a Kykio, era normal que cuando ella apareciera él se precipitase en su búsqueda, para compartir aquellos breves momentos de pasión, las cosas habían dado un giro inesperado, en una batalla contra Naraku, cerca del pozo del tiempo, la Shikon No Tama, la gran parte que poseía Naraku había sido nuevamente dividida en pedazos, si, otra vez por obra de Kagome, pero era eso o que la perla se formase nuevamente en manos de aquel demonio, lo más extraño es que gran parte paso por el pozo, y tiempo después, cuando quiso pasar con Kagome a recuperarlos no le fue capaz pasar por el pozo.
Naraku nuevamente había escapado, hace ya un mes no sabían nada de el, Kikyo cada vez adquiria una mayor esencia humana.
Esa batalla todavia estaba grabada a fuego en su memoria, como podria olvidarla, lo que se suponia el final de sus aventuras, habia pasado a ser el inicio de una nueva busqueda.
El ruido no cesaba, Naraku tenía la perla en sus manos, a acepción del fragmento que poseía Kohaku.
-Inuyasha, volveré a partir la perla!
Si, no veia otra opcion, todos luchaban con todas sus fuerzas, pero el poder de Naraku era cada vez mayor, y su cuerpo casi habia ingerido la perla, que se encontraba a penas a unn fragmento de estar completa.
-Nani?!
-No podemos permitir que Naraku la posea…a este paso…
Kagome estiro la cuerda de su arco, se concentro como nunca, con un solo objetivo: la casi completa Shikon No Tama.
-Ike!
Dio en el blanco, traspazo la barrerra de Naraku y desgarro sin piedad su estomago, donde estaba la perla, parecía una lluvia de estrellas, la perla nuevamente había sido despedazada.
Naraku no perdió en tiempo, aun en las condiciones que estaba, desagradable a la vista, fue tras el único fragmento a mano, Miroku hizo una kekkai en lo que Kagome tomaba a Kohaku en sus brazos, sentía que una energía la quemaba por dentro, la dejo emanar mientras lo abrazaba con fuerza, por su mente solo pasaba una persona en ese momento, Sango, que luchaba con fiereza para que Naraku no se acercara a ellos, mientras Inuyasha también continuaba su riña, un resplandor envolvente los rodeo, el fragmento de la perla que poseía Kohaku entro en Kagome, las heridas de Kohaku se curaron lentamente, mientras paso lo que se creía imposible: Kohaku estaba vivo.
Bajo las condiciones Naraku escapo con todos sus extensiones, no tenia planes de rendirse, volveria a reunir la perla y acabaria con ellos sin mostrar piedad.
Estaban en la aldea de la anciana Kaede, con grandes expectativas, Kagome sin duda tenia un gran poder escondido, en medio de la batalla contra Naraku, eso quedo claro.
Sango se había ido a su aldea, donde estaba Kohaku, Miroku y Shippou la acompañaron, regresaría en un par de días, Kagome estaba en su época tomando unos exámenes, también porque necesitaba tiempo para reponerse, las heridas del corazón sanan lenta y dolorosamente…
Habia vuelto con su gran mochila, tenia que idear un plan para recolectar también los fragmentos de la perla que estaban en su época, pero Inuyasha había intentado pasar varias veces por el pozo y no lo había conseguido.
Al llegar vio las serpientes de Kikyo merodeando, seguro debía estar en la aldea, y no se había equivocado, pero tenia que ser valiente, que los demás estuvieran felices era lo mas importante, al acercarse vio a Inuyasha con Kykio sobre las ramas de un gran arbol, la abrazaba por la cintura mientras miraban el horizonte.
-Ya has vuelto Kagome!
-Osuwari
Fue un ruido sordo, al ver a Kagome Kykio inteligentemente se había separado de Inuyasha, lo amaba, pero no tanto como para probar el piso con el. Bajo delicada, elegante y misteriosa del árbol, asi la veía Kagome, todo lo que ella no era.
-Por qué demonios has hecho eso?!
-Tomalo como un saludo (mientras le hacía caras y le sacaba la lengua)
-Kagome…
-Kykio, he traido medicinas de época….
No recibió respuesta, a fin de cuentas Kikyo era Kikyo, ella se dirigió a la cabaña, seguida de Inuyasha.
-Pronto empezara a llover, entremos Kagome.
-Si….
Verlos de esa manera, Inuyasha sentado, con Kykio recostada de el, durmiendo en su regazo, mientras Kaede cocinaba, allí había algo de mas… ella.
-Kaede, ire a buscar unas hierbas medicinales que me hace falta.
-Kagome, no deberías esperar a que se detenga la lluvia….
-Dejala anciana, si quiere que vaya.
-No te preocupes, eso hare Inuyasha.
Habia dicho que iba recolectar hierbas, pero simplemente no podía soportar mas aquella escena, las lagrimas traviesa se desbodaron de sus ojos, y empezaron a acariciar sus mejillas mientras se confundían con la lluvia, entonces empezó a corre con todas sus fuerzas.
Cuando despertó estaba recostada a un árbol, frente a un manantial, sentía el olor del pescado cocinándose. Lo vio parado de espaldas a ella, con la vista puesta al norte.
-Come humana.
-Toshte… por que me ayudaste?
-….
Bueno, tampoco es que esperara que respondiera, solo se dedico a comer.
-Volverás?
-Eh… bueno, yo… no lo sé….
Ya había perdido la cuenta de las veces que el le había salvado la vida, cando la atacaban en los bosque mientras estaba sola, en las batallas contra Naraku y ahora que la había revivido. La verdad no es que la ´pregunta le cayera de sorpresa del todo, pero ya se decidiria, daria una respuesta definitiva, por mas que lo amase Inuyasha estaba con Kikyo y ella podria ayudarle con lo de la perla, en cambio, si ella iba a buscarla a su vez con Sessomaru, seria mucho mas rapido.
-Déjame ir contigo, Seshomaru.
-Que recibiré a cambio?
Ella no dudo, aquel ser frio que parecía preocuparse solo por si mismo, ella sabía que eso solo era una máscara, como la sonrisa que esa solía utilizar mientras su corazón recibía constante daño. No dudo.
-Mi vida.
Aunque ya era de el…. Si, ella ya estaria muerta si no fuera por el, ademas de que el simple hecho de andar con el, era sinonimo de pelgro, pero de todos modos lo haria… tenia que hacerlo, pues si no conseguia que Inuyasha puediese pasar el pozo para recuperar la perla, entonces lo seyaria para siempre, asi, no habria mas peligro….
Sus pensamienntos fueron de subito escucharon destrozos y una de ultratumba se escuchaba.
Sesshomaru permaneció tranquilo, en posición de pelea. El Youkai, una aberrante combinación de algún tipo de reptil con un ave, un desagradable youkai.
-Sesshomaru…. He venido a tomar tu reino!
La pelea comenzó, Sesshomaru, en calma como solo el sabe hacerlo, se defendía, de un solo tajo le que el brazo izquierdo a su contrincante y siguió la pelea, este gimió y rogo a los pies de Sesshomaru, pero mientras inclinaba su cabeza, una sonrisa de engaño surcaba sus labios.
-Cuidado Sesshomaru!
Gracias al poder de la Shikon No Tama, las partes de aquel demonio se restauraban, hasta parecían poseer vida propia, y en ese instante iba a atacar a Sesshomaru por la espalda, mas Kagome se interpuso en el momento exacto para crear una Kekkai. Si… ni ella misma podia creerlo.
-Malditos!
Que mas decir cuando tu cuerpo es desintegrado por el fulgor de una energía a la que no puedes escapar…. Fue cosa de un segundo, y ya se habia desintegrado, cuando Kagome se agacgo para recoger el fragmento, ete traspao la piel de mano, fusionandose con ella.
Se sorprendio, la sensacion todavia la recordaba, era como cuando el fragmento de Kohaku se habia fusionado con ella. Permitio que un grito sofocante escapase de su garganta, podia sentir todos los sentimientos que abergaban los fragmentos de perla, dolor, agonia, arrepentimiento, odio, alegria, miles de lamentaciones, le llevo varios segundos calmar su respiracion, que estaba fuertemente agitada, por fin logro retomar el completo control de su cuerpo, sintio la cercania de Sesshomaru, estando aun de espaldas a el, el la tomo de la barbilla con la mano izquirda, haciendo girar su cabeza en esa direccion, de un movimiento rompio la manga derecha desde el cuello de su pollera, dejando su hombro libre, y entonces la clavo sus afilados colmillos en su blanca piel, en el hombro derecho, que de ahora en adelante demostraria su pertenencia al gran Sesshomaru, señor de las tierra del Oeste. No hubieron palabras de por medio, era algo que ya habia sido pactado.
Ahora la verdadera aventura, ha comenzado.