Edward no sabía cual dirección tomar. Corrió por muchas horas. Él se sentó dentro la tierra norte de la frontera Canadian cuando su corazón empezó doler por la distancia de ella. Edward abrió la carta para ella y pensó que debería ponerla en su cuarto. Es una carta bonita, él pensaba, tocaba el papel.

El próximo día él llegó a Denali. Cuando él venía cerca, el oyó la voz de Tanya en su mente. Me gustaría si hubiera amada a ella, el pensó. Debo olvidar su nombre. Debo olvidar su cara, su pelo, su fragancia. Debo buscar otra. Hasta yo me he enamorado, no puedo vivir soltero. Necesito otra que me hace olvidar mi dolor. Y Tanya…Tanya es bonita. Tanya es inteligente y tiene un espíritu feliz. Tanya es…no es Bella.

"Tanya," Edward gritó con una sonrisa en su voz.

"¿Quién es?" Ella respondió en voz alta.

Edward se reía y dijo, "Edward Cullen. ¿No me recuerdes?"

"Sí, sí, claro. Ven aquí," Ella le invitó. "Mis hermanas están comiendo ahora."

A eso momento él le vio a la frontera de su área. Ella corrió encontrarle en la frontera. Ella vio la tristeza de él y cuando le encontró, ella puso sus brazos acerca de él. Edward se cayó en sus brazos y rompió. Las llores de el vampiro rompieron el corazón de ella. Ella se prometió que no va a preguntarle sobre esta tristeza. Ella pensó que una tristeza como esta no tiene palabras. Solo el dolor es suficiente. Él está en casa, finalmente, ella pensó.

Capitulo 2 Tanya

"Diga me," ella dijo caminaba en el bosque. "Va a nevar pronto," ella dijo también para llenar el silencio.

"¿Qué?" El pregunto con sorpresa.

"La nieve," ella respondió.

"Si."

"Nevará pronto."

Edward sonreí.

"¿Edward, que pasa? Hace tres días y tú no has hablado."

"No puedo, Tanya."

"Y yo no puedo estar contigo como este. Necesito saber, necesito comprender. Me alegro que tú estés aquí, entiéndame. Pero tu como así, no es una posibilidad." Ella tenía vergüenza y miedo de su confesión y trató de salir.

"Tanya." Su nombre en la voz de él fue magnífico. Y ella supo que no puede quitar de él nunca. Una mano tocó su mano. Ella vio arriba y su cara estaba llena de gracia.

"Lo siento," el suspiró.

"No te preocupes. No necesitas decirme nada."

"No, no, quiero te digo sobre ella."

Tanya se sentó, sus espaldas lo solo demonstración de su tensión y su emoción. Pero Edward estaba en su mismo y no vio, como siempre.

"Ella se llama Bella. No puedo leer su mente. No puedo entender sus piensos. Y lo más importante, lo más difícil, su sangre estaba cantando en mi cuerpo. Ya está cantando en mi cuerpo. Su sangre y su corazón, no pueden ser juntos…"

Tanya estaba en silencio. Edward siempre estaba un poeta y muy dramático. Pero esto fue algo diferente. Edward se sentó al lado de ella y puso su mano en la mano de ella.

"¿Cómo…cómo quitas de ella?"

"No sé. Jasper…mi familia. Fue yo. Solo fue yo. Mi culpa."

"Allí, allí," ella dijo en broma.

Edward vio abajo.

"Lo siento," ella suspiró. "Yo conozco el amar."