Whoa! Primer fic de "Como entrenar a tu dragón" :D Ojalá les guste y me dejen reviews. Gracias!
Antes de que empiecen a leer esta historia, sepan que va a tratar de un romance entre Hipo y Chimuelo. Intento escribir como dos hombres, que son mejores amigos, lidian con el hecho de enamorarse e intentar sacar adelante una relación que es mal vista por la sociedad.
Si tienen mente abierta les agradeceré muchísimo que la lean, si no, entonces pueden dar click al botón "regresar" y buscar otra historia.
NA: Decidí llamar a Hipo y a Chimuelo por sus nombres en inglés: Hiccup y Toothless.
Capitulo 1
"Un dragón blanco"
Hiccup y Toothless se miraron fijamente y finalmente compartieron un abrazo, uno largo y un tanto extraño de realizar, pero a fin de cuentas: hermoso. Ambos compartían un torrente de emociones y pensamientos increíbles e indescriptibles gracias a estos.
Al separarse el joven no-tan-vikingo montó en su amigo y ambos volaron directo a Berk.
"Patético" Dijo una voz "Muy patético… me encanta"
Escondido entre las sombras unos ojos amarillos miraron la escena, la verdad es que esto era ridículo, un humano y un dragón formando una amistad, si tan solo se vieran a ellos mismos, sobre todo esa cosita de niño, flacucho y pequeño, a lo más que podría aspirar a merecer era a un pequeño Terror, tal vez ni eso, pero ¿Un Furia Nocturna? Bah…
La extraña figura caminó lentamente a la dirección a la que ambos individuos se dirigían, revelando así su cuerpo.
Si una persona hubiera estado allí se moriría del susto.
Era Loki, uno de los dioses más peculiares y temidos, conocido por ser un poderoso enemigo o un leal compañero, nadie sabe como Loki actuará.
Retomando el paso, el poderoso dios continuó con sus pensamientos.
Dragones, humanos… humanos, dragones. Dos especies diferentes, siempre en guerra y capaces de destruirse mutuamente, y ahora, así de fácil, ambas criaturas congeniaban, y bueno, hasta eran capaces de sacrificar la vida por el otro, Él lo había visto, ese Furia Nocturna prácticamente dio su vida para rescatar al humano de las llamas.
Loki sonrió, el dragón conocido como Furia Nocturna era poderoso, orgulloso, fuerte y listo, el más especial de su raza, aún así las llamas que causaron la muerte de la Reina Dragón, también nombrada como Muerte Verde, eran demasiado para él, ni Odín ni Thor quisieron movieron un dedo para ayudar al peculiar par cuando supieron de la situación en la que estaban, pero ambos eran demasiado divertidos como para dejarlos morir ¿No? Al menos eso era lo que pensaba Loki, así que silenciosamente, el dios sí levantó un dedo, y las escamas de Toothless automáticamente adquirieron más fuerza, solo la necesaria para resistir las poderosas flamas y así salvar a su amigo y a el mismo.
Pasado un tiempo desde ese día, Loki se preguntó qué haría ahora, había salvado a los héroes de Berk, le debían algo, después de todo él los había ayudado a salir de esa caliente situación, pero aquí venía lo divertido del asunto, ¿Con que podrían pagarle? ¿Sus vidas? Por amor de Thor, los había salvado, obvio no quería matarlos, ¿Tributo? Eso no servía, supersticiones humanas, ¿Almas? Su hija es la reina del mundo de los muertos, el tenía esas de sobra.
Entonces ¿Qué?
Loki se sentó en la orilla de un acantilado, era una vista preciosa, seguramente ningún humano o animal puede disfrutar de los detalles que estas ofrecen, las nubes no son solo de colores, el mar no forma solo pequeñas olas blancas y los sonidos encierran más que simples melodías, sería una tortura no poder volver a ver algo así de hermoso si tenías el privilegio de verlo como de verdad es, de sentir su verdadera naturaleza…
¡Eso es!
Levantándose de un salto, Loki se preparó para ir a donde los dioses, juntó sus palmas y un sonido ensordecedor salió de ellas, en unos pocos segundos él se encontraba en los aposentos de Odín.
El obscuro dios se dirigió a un cáliz, el agua que reposaba dentro de él reflejó justo lo que pasaba por la mente de Loki: un muchacho quitándose su pierna falsa y un dragón observando fijamente como lo hacía, como si cada movimiento pudiese lastimar al chico, pocos segundos después el joven se encontró dentro del ala protectora de la bestia y ambos se quedaron dormidos.
Una seca risa rompió el silencio, ¡Esto sería tan divertido y tan fácil! Loki metió la mano en el cáliz, todo cuidadosamente. Es bien sabido que los dragones no tienen religión ni creencias, y es que ellos solo están separados de los dioses por una línea delgada, ya que los poderes ocultos en ellos eran fuertes, pero al parecer no tenían la paciencia ni la intención de dominarlos. Eso tenía que continuar así, Loki no quería pensar que pasaría si un dragón descubre de lo que es capaz.
Quitándose esos pensamientos de la cabeza, el dios continuó con la tarea, y en menos de un minuto la mano de él estaba en la habitación de Hiccup, no literalmente, claro, solo la esencia de ésta. Con mucho cuidado logró entrar en los pensamientos del chico y le creó un falso recuerdo, un objeto importante olvidado en una parte incierta del bosque y la urgencia de ir a recuperarlo lo antes posible. No era necesario darle el mismo recuerdo al dragón, con Hiccup era suficiente.
Al finalizar la tarea Loki sacó su mano del Cáliz.
"Con eso bastará"
Xxx
Los primeros rayos de sol despertaron a Toothless, que lanzó un perezoso bostezo. Abrió un poco el ala y encontró a Hiccup aun dormido. No tuvo que esperar mucho para que éste despertara, unos minutos después el humano abrió sus ojos y salió del ala protectora del dragón.
"Buenos días, Tooth." Dijo el adolescente entre palabras y un bostezo. El dragón ronroneó como respuesta y esperó a que su jinete se quitara esas extrañas ropas que usaba para dormir, y se pusiera su traje cotidiano para volar y también su prótesis.
Cuando ambos bajaron a desayunar (Toothless tenía que salir por el balcón del cuarto de Hiccup y luego entrar al comedor por otra ventaba aún más grande) Stoick ya estaba allí, comiendo un pedazo de pan con carne seca.
El Night Fury miraba la carne de Stoick con curiosidad, pero decidió que lo mejor para él en las mañanas era pescado. El jefe de Berk aun no se sentía muy a gusto con la presencia del demonio, como él solía llamarlo, pero hacía lo mejor que podía para no quejarse. Después de todo, su hijo merecía eso y más.
"Hola, papá." Dijo Hiccup mientras se sentaba en la mesa.
El hombre asintió por respuesta y le dio un mordisco a su comida. "Gobber vino a buscarte"
"¿De verdad?" Respondió el muchacho. "Oh, bueno. Lo buscaré más tarde. ¿No te dijo porque quería verme?"
"Necesita tu ayuda en la herrería. Pensé que aún tomabas sus lecciones."
El chico suspiró. Después de que los dragones se instalaran en Berk, Hiccup tenía que enseñarle a su gente como tratarlos. Muchos no tenían ni idea que las anguilas molestaban a las lagartijas gigantes, y en varias ocasiones el pelirrojo tenía que interponerse con un asustado dragón y un molesto vikingo.
"Pero sí quiero ir. Lo que pasa es que siempre se me agota el tiempo." Explicó Hiccup. "Juro que hoy pasaré todo el día en la herrería."
"Sé que lo harás." Dijo Stoick, sonriéndole a su heredero.
Ni un minuto había pasado cuando Hiccup sintió algo extraño rondando su mente. El joven tensó su cuerpo, una extraña ansiedad se apoderó de él.
"¿Hijo? ¿Ocurre algo malo?" Preguntó Stoick al ver como el adolescente se levantaba de un salto. Toothless levantó la cabeza de su desayuno al notar el extraño comportamiento de su humano. No es que el Jefe Vikingo no estuviera acostumbrado al peculiar comportamiento de su hijo, pero aún así era extraño ver como Hiccup se había alarmado en tan poco tiempo. Toothless también estaba un tanto alarmado, si, su jinete era diferente a los demás, no es que tuviera un problema con eso, al contrario, le encantaba, pero su comportamiento desde la mañana había sido un poco diferente.
"Es que… no lo sé" Respondió Hiccup que se detuvo un momento, intentó analizar la situación. ¿Qué había sido eso? Algo lo estaba jalando, una sensación que le impedía estar tranquilo le calaba los huesos, ¿pero que era?
El chico respiró profundamente y se tranquilizó, le pidió disculpas a su padre y volvió a su desayuno, seguramente había sido su imaginación, lo mejor era olvidarlo, pero cuando iba a darle otra mordida a la comida que tenía enfrente nuevamente la ansiedad llegó a su cuerpo.
Será inútil resistirme. Se rindió Hiccup, que sabía que no estaría tranquilo hasta saber que era lo que le pasaba. Mejor veré que es.
"Sabes… saldré a dar un paseo" Nuevamente el desayuno de Hiccup se quedó a medio comer. "No tardo nada. Vamos, Toothless."
Stoick miró a su hijo salir por la puerta y al dragón escabullirse por la enorme ventana.
Ya en el jardín, Hiccup le puso su silla de montar a Toothless y ambos se prepararon para despegar. Una vez en el aire Toothless dejó que Hiccup dirigiera a donde quería ir, después de todo había sido su jinete quien deseó volar primero ese día, pero la actitud del vikingo inquietaba al dragón.
Pasaron los minutos y finalmente Hiccup le pidió a su amigo que aterrizaran cerca de un acantilado, donde el bosque no estaba lejos y el mar se veía perfectamente.
Toothless se sentó y miró como el adolescente caminaba lentamente hacia los arboles.
La sensación que quemaba el cerebro de Hiccup había desaparecido tan pronto como había pisado el suelo. Nada pasó por varios minutos. Lo único que se podía oír era la respiración del dragón y del humano.
Decidiendo que nada interesante estaba pasando, y que no había porque seguir en un lugar en donde no había nada que hacer, Hiccup se encogió de hombros y decidió regresar a casa.
"Vámonos, parece que fue solo…"
Apenas y el chico había dado la espalda al bosque, para regresar a donde Toothless, un poderoso dragón emergió de las sombras.
Era blanco, tenía cuello largo y varias escamas azules adornaban su cuerpo. Sus ojos eran enormes y de un horrible y frio color rojo. La poderosa bestia lanzó un gruñido temible y peligroso, al parecer estaba preparado para atacar.
Hiccup no tuvo tiempo de reaccionar ya que en menos de un segundo se encontraba oculto por las alas de su Night Fury.
Ambos dragones se erizaban, lanzándose miradas asesinas. Ninguno de los daba señales de acercarse al otro. Entonces Toothless atacó primero, se lanzó hacia el dragón enemigo y clavó sus poderosos dientes en la garganta de la bestia, pero las escamas del otro animal se habían protegido a tiempo y con una embestida logró alejar a Toothless. El adversario corrió hacia él y puso sus grandes patas sobre el costado del Night Fury, estiró su cuello y abrió la boca, presumiendo de una dentadura hecha para matar y atacó a Toothless, mordiéndole la parte trasera de la cabeza.
El dragón aulló de dolor, ya que esa parte era una de las más sensibles que tenía. Ignorando la sensación que recorría su espalda, Toothless volteó la cabeza para mirar al dragón y le lanzó una bola de fuego.
La ceguera que el ataque causó fue fue rápida, y la bestia blanca se echó para atrás moviendo su cabeza de un lado a otro en un intento desesperado por recuperar la visión. Aprovechando el momento Toothless se levantó y se lanzó con toda la fuerza posible al otro dragón, pero en vez de que éste cayera, logró posicionarse para que fuera Toothless quien quedara tumbado en el suelo, demostrando así la increíble agilidad que el otro dragón tenía.
Pese a que el dragón blanco estaba ciego, su olfato y su oído no le fallaron, logró "visualizar" la posición en la que había quedado su enemigo, el Night Fury, y después ubicó el corazón de este. Una bola de fuego sería rápida para matar al dragón de escamas negras.
Hiccup, que estaba obviamente viendo la pelea, supo lo que venía. Si no se apuraba matarían a Toothless. Mirando a su alrededor buscó algo que usar, se maldijo a sí mismo por no haber llevado una espada o una daga consigo, pero entonces vio una roca afilada al borde del acantilado. Se apresuró a tomarla y se dirigió a los dos dragones.
Toothless luchaba por liberarse de las poderosas garras que lo mantenían pegado al suelo, y el otro dragón parecía deleitarse con el espectáculo. Cuando decidió que era hora de matar a su enemigo, el animal blanco estiró el cuello, listo para lanzar una poderosa llamarada. Fue entonces Hiccup saltó a su espalda.
Mala idea.
Las grandes espinas que rodeaban la espalda del dragón se clavaron en el estomago del humano con extrema facilidad. El niño gritó a causa del dolor, pero eso no le impidió continuar con su tarea, con toda la fuerza posible, Hiccup tomó la piedra y la clavó en el aun estirado cuello del dragón, con movimientos rápidos logró causarle varias heridas, metía y sacaba la piedra con toda la fuerza de la que era capaz. Debido al dolor y al inesperado ataque, la poderosa bestia se puso en dos patas e intentó quitarse al muchacho de encima. No fue difícil, en unos pocos minutos el chico no pudo sostenerse bien del animal y cayó al suelo con otro desgarrador grito al sentir como las espinas salían de su estómago.
Mientras todo esto pasaba, Toothless había logrado escapar de las garras del dragón, estaba preparando la llama más poderosa para acabar con su enemigo, cuando otro olor a sangre impregnó el aire.
No era su sangre ni la del otro dragón, esta era de…
"¡Hiccup!"
Toothless miró a su alrededor y encontró a su amigo, estaba cerca de un árbol, tenía una mano en el suelo, buscando soporte y otra en el estomago, en esa parte de su ropa había una larga mancha roja. El chico respiraba con dificultad y tenía los ojos casi cerrados.
El Night Fury no tardó nada en llegar a donde su jinete y le sorprendió el poderoso olor a sangre que éste emanaba.
Hiccup logró ver como su dragón lanzaba pequeños gruñidos de pena y como también registraba todo su cuerpo, como si buscara algo. El chico supuso que Toothless buscaba la herida, así que con movimientos lentos separó su mano de su estomago.
Toothless se quedó paralizado, una mancha negra cubría el estomago de Hiccup, una mancha muy grande. El Night Fury empezó a desesperarse, pero se obligo a tranquilizarse para pensar en una solución. El dragón sabía que no debía mover a su amigo o las cosas empeorarían, pero si se quedaban aquí Hiccup se desangraría, ¿Qué podía hacer?
No tuvo mucho tiempo para pensarlo porque unas poderosas garras rasgaron el costado del dragón, empujándolo y alejándolo de su jinete.
Era obvio que el dragón blanco estaba furioso, sus preciosas escamas estaban cubiertas de sangre, la sangre que se había derramado a causa del ataque del humano. Sus dientes estaban todos descubiertos, eran de todos los tamaños y ya estaban preparados para atacar. Los asesinos ojos estaban abiertos de par en par, las pupilas estaban tan juntas que el aspecto del dragón era más terrorífico.
Hiccup apenas y vio los detalles, todo parecía una mancha blanca con rojo, y el negro empezaba a cubrirlo todo. Era el final, él lo sabía, pero bueno, había logrado darle tiempo a Toothless para que escapara, ¿no? Eso era lo importante.
La oscuridad que empezaba a cubrir el mundo del vikingo fue total, y lo último que el muchacho pudo escuchar, fue el fuerte rugido de su preciado Toothless.
XXX
NO MUERAS TOOTHLESS! D: