Capitulo 2

"Conociéndote"

Gruño al ser despertada por los rayos de sol que se asomaban por la única ventana de la habitación. Sus ojos se abrieron con dificultad y un bostezo se abrió paso por sus labios.

Vaya noche la que había tenido, nunca en su vida había dormido tan profundamente.

Se levantó de entre las sábanas rojas y perezosamente se estiro; noto que un chaleco de seda blanca, que probablemente le quedaría debajo de la cintura, se encontraba cuidadosamente colocado en una silla de madera. Lo tomo entre sus manos y se lo coloco.

Le había quedado perfectamente. Dio una media vuelta para apreciar el chaleco en movimiento.

_Buenos días señorita Bella_ Bella dio un respingo al escuchar esa voz desde la puerta, la había tomado por sorpresa.

_ B-buenos días Carlisle_ dijo desconcertada con la repentina aparición del médico de la familia Mason y hasta ahora la única persona en la que podía confiar plenamente.

_Veo que te gusto el chaleco_ dijo Carlisle divertido.

Bella sintió como la sangre se le subía a las mejillas y como su rostro comenzaba a ponerse caliente.

Carlisle rio suavemente ante el evidente sonrojo de la chica.

_ Solo vine a avisarte que Edward te espera abajo para desayunar_ anuncio.

Bella se tensó por un momento, los nervios comenzaron a invadirla; si, el chico era atractivo y todo pero la ponía muy nerviosa, sobre todo por el mero hecho de que es su prometido. La mención de esta palabra hacia que le recorrieran escalofríos por razones desconocidas.

_ No hay porque ponerse nerviosa señorita_ dijo Carlisle tratando de infundirle confianza a la chica. _Edward es un buen muchacho_

Bella solo pudo asentir.

_Vamos_ dijo Carlisle brindándole el brazo para que lo acompañase.

Caminaron hacia las escaleras y bajaron en silencio. Pronto llegaron al comedor.

Allí sentado en una de las sillas, estaba el. . . su cabello se encontraba un poco desordenado, pero por lo demás estaba perfecto.

_Bella_ dijo Edward abriéndole la silla para que se sentara como todo un caballero.

_ Con todo permiso, me retiro_ anuncio Carlisle caminando fuera del comedor.

_ ¿No te quedaras a desayunar con nosotros?_ pregunto Bella sintiéndose más nerviosa al sentir la mirada de Edward en ella.

_No. . . Debo hacer muchas cosas_ el tono de Carlisle había adquirido un deje de seriedad, aunque la usual serenidad que esta emanaba se encontraba allí.

Bajo la cabeza en forma de respeto y se retiró.

_ Nunca desayuna con nosotros, aunque le pidiéramos siempre se niega_ dijo Edward. _ ¿Cómo te ha parecido la casa?_ pregunto.

_Pues. . . no está mal. . . aunque es totalmente desconocida para mi_ dijo Bella.

_ Entiendo cómo se siente. Hace algún tiempo experimente esa sensación_ dijo este observando detenidamente a Bella.

La susodicha miro el suelo apenada por la mirada dorada de aquel muchacho.

_ No quiero sonar grosera pero. . . ¿Por qué me miras tanto?_ pregunto, su voz había salido inaudible, pero no lo suficiente para que Edward lo escuchase y sonriera.

_ Me han tratado de casar muchas veces señorita Isabella. Cada una de ellas era mucho cuerpo poca mente. Pero tú, tienes algo diferente. . . no sé qué sea, pero. . . me gusta_ dijo mirándola directamente a los ojos. Bella no pudo aguantar la mirada intensa de Edward y desvió la mirada sonrojada como un foquito de navidad.

Dos mayordomos trajeron un plato de avena para cada uno, acompañado de un jugo de naranja recién exprimido.

_ ¿Avena?_ pregunto Bella, pero luego cerro la boca al darse cuenta de que había hablado en voz alta. Edward sonrió de forma ladina ante este comentario para desconcierto de la chica.

_ No es algo que me guste comer, desayunar avena es una tradición que ha pasado en mi familia de generación en generación_ dijo sin dejar de sonreír.

_ Es un poco inusual, pero no me quejo_ dijo Bella devolviendo la sonrisa.

Sorprendentemente los nervios desaparecieron, y el hablar con Edward se volvió cada vez más fácil y divertido. Ambos no dejaron de hablar en todo el desayuno y poco a poco Bella comenzaba a acoplarse a la idea de pasar todos los días de su vida con él.

"Es muy dulce" pensó Bella.

_ Dijiste que este lugar te parecía desconocido, pues, quisiera mostrártelo mejor_ dijo Edward con su inescrutable rostro tranquilo.

_ Pero, ¿no tienes deberes que atender? Después de todo eres el futuro heredero_ dijo Bella jugueteando con una de las esquinas de su chaqueta.

_ Daré mis más sinceras disculpas, pero pospondré todo, mi nueva meta aquí es que te sientas cómoda y agusto._

_Gracias_ murmuro Bella, ese sonrojo volviendo a sus mejillas.

_Nos encontramos en el pasillo, estaré esperando. . . impaciente_ Edward se levantó de la silla, hizo una innecesaria venia y salió del comedor, dejando a una Bella con el corazón palpitándole desenfrenado.

No noto un par de ojos que la miraban sedientos, ojos que habían visto la muerte de millones de personas inocentes, ojos que emanaban respeto y poder.

Los ojos de Caius Voltiri. . .