Hola! He tardado en escribir por la maldita escuela que me tiene contra la pared, la verdad es que me sorprende que aun este viva -.- en fin, aquí está el capítulo que sigue, como siempre espero que dejen reviews para que me digan si les gusta o me corrijan ciertas cosas que ayuden a mi escritura, etc. Sigan leyendo que las cosas se pondrán aún más interesantes en el siguiente capítulo.
Disclaimer: y una vez más me obligan a admitir que Edward no me pertenece, le pertenece a Stephanie Meyer y a Bella, la cual tampoco me pertenece. . .
Capitulo 4
Confesión
_ ¡¿Qué?_ fue la única palabra que Bella pudo articular. Su pecho comenzó a verse oprimido por aquel sentimiento infinito de tristeza, mientras que sus ojos comenzaron a brillar con las lágrimas que se iban acumulando en los mismos.
_ Lamento, muchísimo, decirle esto señorita, pero lo mejor era que se enterara de alguien confiable_ dijo Carlisle, la preocupación y la tristeza reflejada en sus ojos dorados.
_ ¿Cómo. . .?_ Bella trato de refrenar los gimoteos, pero era casi imposible. Solo pensar, en haber perdido a su padre, le destrozaba el alma en mil pedazos.
_ Fue encontrado en medio del bosque, con su carruaje destrozado y hemorragias. Los médicos intentaron salvarlo._ respondió Carlisle, sosteniendo su mirada cargada de preocupación.
Bella ya no lo miraba, sus ojos chocolatosos estaban fijos en el suelo y su rostro era una máscara de puro dolor; las palabras dichas por Carlisle hacían eco en sus oídos, un eco que jamás se le olvidaría, un eco que cortaba lentamente su ya lastimado corazón.
Una solitaria lagrima se deslizo por su mejilla; rápidamente la seco, no quería que la vieran llorar y mucho menos si era Edward, pero ahora le parecía imposible contener toda aquella tristeza y sentimiento de soledad que comenzaban a llenarle.
_Y-yo. . . necesitare un momento_ dijo Bella entre gimoteos y con esto camino rápidamente fuera de la biblioteca, ya sin poder contener las lágrimas que resbalaban incontrolablemente sobre sus mejillas, acompañadas de los gimoteos.
_ ¡Bella!_ alcanzo a decir Edward con la intensión de seguirla.
_ Edward_ le detuvo Carlisle _ Lo mejor sería que la dejaras un tiempo sola_
_ No puedo dejarla sola, y menos en estos momentos_ dijo Edward firmemente soltándose del agarre de Carlisle con el mayor respeto posible y saliendo apresurado para alcanzar a la chica.
Bella por su parte continuaba corriendo, como si al correr dejaría todas sus penas atrás y en cierto modo estaba funcionando, pero no lo suficiente para hacerle sentir mejor. Segada por las lágrimas continúo su recorrido sin saber a dónde se dirigía exactamente, tropezó y noto que se encontraba en el jardín al sentir como la hierba y las flores le rozaba la piel de sus brazos y piernas.
Sus manos se colocaron en su rostro para continuar llorando, pero esta vez se iba a desahogar completamente. " ¡¿Por qué?" aquella pregunta retumbaba en su cabeza haciendo eco, hiriéndole cada vez más profundo.
_ Odio verte llorar_ susurro una voz que reconocería en cualquier parte; unas manos fuertes le abrazaron delicadamente.
Bella aparto sus manos de su cara, dirigió su mirada chocolatosa Edward, el cual la abrazaba con cariño aunque en su rostro hubiese presente una mueca de dolor.
_ N-no quise que m-me vieses llorar_ dijo ella con un hilo de voz.
_Lo sé, pero no podía dejarte sola_ dijo Edward con una leve sonrisa, para infundirle valor a la chica.
_ ¿Por qué lo haces? Si apenas hoy nos conocimos más a fondo_ ya la voz de Bella había obtenido un poco más de potencia, por razones desconocidas se sentía aliviada al estar junto a Edward.
_ Porque, desde el momento en que te vi lo supe_ la voz de Edward se había tornado débil, vacilante, como si este estuviera buscando las palabras exactas para poder expresar un gran secreto; cosa muy rara en su persona, jamás se había visto en esta situación. . .
_ ¿A qué te refieres?_ pregunto Bella sumergiéndose una vez más en aquellos ojos verdes del muchacho, los cuales mostraba un brillo desconocido. Edward trazo su pulgar con suavidad en el rostro de Bella para limpiar una lágrima.
_ Desde el momento que te vi, que escuche tu voz, que me sonreíste, supe que. . . que yo te amo Isabella Swan_ esto último lo susurro, pero fue lo suficiente alto para que Bella lo escuchara.
La susodicha se quedó anonadada, aun no podía creer lo que escuchaban sus oídos; pronto un calor familiar comenzó a ascender a sus mejillas.
_No sabes cuánto me encanta que te sonrojes_ dijo Edward recuperando su confianza y sonrisa tan característica de él. El aire fresco hizo que las flores danzaran alrededor de la pareja, la cual se había sumido en un breve silencio, que pronto terminaría por una acción del muchacho de ojos verdes.
Separo un poco a la chica de si, sus ojos brillaban aun entristecidos por ello el impulso de controlarla y demostrarle su amor, más que solo en palabras, se hiciera más fuerte.
Acorto la distancia que había entre ambos rostros, lo trato de hacer de la manera más lenta y suave posible, no quería asustarla ni mucho menos alejarla. Sus labios rozaron tímidamente, pero pronto se juntaron de manera casta.
El corazón de Bella latía desenfrenado por los mil y un sentimientos que corrían a toda velocidad en su mente, pero esta vez todo apuntaba a Edward, puesto que él le hizo sentir que aun había esperanza.
Edward por su parte no quería detenerse, no quería apartase de Bella, y con este pensamiento profundizo el beso con movimientos suaves y lentos, haciendo que una despistada Bella le siguiera el paso, inconscientemente.
Mordió con delicadeza el labio inferior de la chica, haciendo que esta temblara.
_ ¿Te casarías conmigo Bella?_
_ Si_ Bella ni siquiera tuvo que pensarlo, ya estaba más que segura que Edward era la persona para ella, no había nadie más.
_ No sabes lo feliz que me has hecho_ dijo Edward besando delicadamente una mejilla de Bella.
_ Espera, ¿no crees que todo el mundo comience a hablar de esta unión tan repentina? Y más con. . . con la muerte de mi padre_ acostumbrarse a la realidad era algo muy difícil de hacer; sin embargo Bella no quería cancelar la boda, quería estar al lado de Edward en este preciso momento y para siempre.
_No me importa lo que el resto del mundo piense, tu eres mi mundo ahora_ dijo Edward acariciándole la mejilla, sacando una sonrisa de parte de la chica.