Si Quieres Te Vas

Por Saori Kudo

Capítulo 2:

Estaba sola, sentada en una roca mirando a Ah-Un alimentarse de la hierba. Definir su actitud como de aburrimiento era decir poco, estaba al borde del sueño. Había intentado de todo para matar el tiempo, le faltaba intentar camuflarse con el paisaje, pero nada ayudaba. Y no era para menos, si llevaba casi un día sin la compañia del Señor Sesshomaru y Jaken.

Como era normal para ella, el demonio de ojos dorados desapareció de un momento a otro y se llevó con él al sirviente. Pero por lo menos le hubiese gustado que Jaken se quedase con ella, al fin y al cabo siempre terminaba haciendole caso en sus juegos. Pero no podía reclamar, no tenía derecho y tampoco ganas. Sólo esperaba que volviesen luego, los extrañaba mucho.


Había concluido su misión. Se encontraba bastante satisfecho con el resultado de sus investigaciones. Todo salía según lo que tenía planeado. Así pensaba Sesshomaru mientras volvía con su sirviente Jaken al punto de encuentro.

Después de muchos años recorriendo el mundo feudal, tomó la decisión de volver a aquel castillo que tenía en su dominio, hacia el sur. Ya que había terminado una parte muy importante de su inmortal vida, quería volver a la cotidianidad que le ofrecía aquellas paredes.

Pero no todo fue tan fácil. Llevaba más de cincuenta años sin pisar aquel castillo. La gente que le servía en las actividades domesticas ya no estaban, y el descuido del lugar era extremo. Tuvo que armarse de paciencia para que Jaken encontrara a las mismas personas, o en su defecto a sus descendientes, para que el castillo se asimilara a lo que era antes. Esa era la función de Jaken, ya que él por nada del mundo hablaría con ellos, su orgullo y superioridad se lo impedían.

Aunque, tenía que admitir que podría haber sido peor. Si no hubiese puesto un poderoso campo de energía en todo el castillo, no conservaría ni una piedra de él, y eso también lo alejó de los ladrones y otros que les encantaría hacerse con el castillo. Sí, definitivamente podría haber sido peor.

Ahora, de vuelta con su sirviente, esperaban encontrar a Rin haciendo sus siempre juegos. Pero tan insensibles que eran los dos, que no se dieron cuenta de que había demorado mucho hasta que vieron a Rin, dormida profundamente sobre Ah-Un.

-Esta chiquilla insolente que no espera al amo Sesshomaru, déjemela a mí que la despierto inmediatamente.-Dijo Jaken acercándose más a Rin.

-Déjala-Ordenó claramente Sesshomaru.-Ah-Un la llevara así hasta que despierte.

-Pero amo...-Dudó el pequeño verde.

Sesshomaru le dio la espalda sin dirigirle la palabra y tocó la cabeza derecha (Ah) del dragón. Este le siguió en silencio tomando cuidado de proteger a la niña y a la vez que no despertara. Jaken sólo suspiró y levanto mentalmente la bandera blanca.

Si no fuese porque era su amo, porque le tenía miedo y respeto, y porque sabía que lo haría polvo de un movimiento, Jaken nunca se atrevía a conversar del tema con su amo bonito. Pero ya varias personas sabían de la particular protección que le otorgaba a la humana que llevaban con ellos. Y tampoco para nadie era desconocido la historia de su padre Inu no Taisho con la humana Izayoi, madre del hanyou Inuyasha. No hacía falta ser tan inteligente para ver que, desde que casi perdió a Rin en su visita al infierno, tenía un poco más de cuidado cuando viajaba con ella.

Y recordaba aquella noche...la última vez que vio a su amo sonreír. Rin estaba alrededor de él y era obvio que la pequeña había logrado romper el escudo que separa al gran Sesshomaru del resto de la gente. Pero como era un sirviente, no podía decir nada el respecto.

Pero cualquiera que conociera al demonio más poderoso del mundo, sabría que él tenía un corazón. Aunque el mismo Sesshomaru se lo negara siempre mientras reflexionaba en silencio.

Sesshomaru giró un poco la cara hacia un lado para ver a Rin dormir, miró el paisaje que los rodeaba y afirmó mentalmente que la no tan niña Rin iba a estar muy feliz con el lugar que ocuparían.

Se maldijo, "Otra vez pensando por ella".

-Continuará-