¡Hooooola! Ok este es el primer lemmon que escribo, y lo hago porque ya tenía este one shoot listo desde hace unos tres meses atrás, pero nunca tuve el valor de publicarlo, así que no me extraña que sea el peor lemmon que hayan leído, de todas formas nunca he hecho uno pero me gustaría que comentaran y me dieran su opinión, no es usual a lo que escribo así que si son sensibles a temas sexuales etc., no lo lean ¡quedan advertidas! (no sean muy duras conmigo en los review ¿ok? XD)
Disclaimer: ni los personajes ni Twilight me perteneces, todos son de la gran mente de Stephanie Meyer, yo solo juego con ellos XD
El Papiprofe
Amo y odio los lunes a muerte. Primero: los amo por mi clase de biología, tengo el profesor más sexy, encantador y buenote de todo el planetaPor otro lado, odio los lunes por mi pesadilla personal: educación física. ¿Para qué quiero yo saber cómo se arroja una pelota, si yo voy a estudiar literatura? En fin... iba con Alice hasta el aula de biología con mucha prisa porque llegaba tarde y... ¡está bien lo admito! Estoy casi corriendo porque quiero ver al papiprofe y, como siempre, Alice adivina mis intenciones. Por lo tanto ahora estoy escuchando el sermón de mi vida...
—Bella, haz el favor de no comerte con los ojos a Cullen, ¿me has entendido?— conozcan a Alice Brandon, mi mejor amiga y mi infierno portátil. No se dejen confundir por su tamaño, que no pase de un metro sesenta no significa que no sea más peligrosa que la esposa del diablo.
—Alice, deja de ser tan perra conmigo, es inevitable no ver lo delicioso que está profesor Cullen. Él es tan malditamente sexy...
—¡Bella, regresa de la luna que te necesito en la tierra! Ya entramos, así que no babees en el escritorio— entramos al laboratorio y Alice saludó al profesor como si nada... cochina envidia...
—¡Hola, profe! ¿Cómo está?
—Bien, Alice ¿y tú?
—Oh bien, ya sabe, lo usual.
—¿Cómo estas, Bella?— ¿había dicho que tiene una voz y un acento tremendamente sexy?
—Hola profesor, pues normal...— ¡genial, Bella! ¡Quedaste como la propia emo a punto de cortarse las venas con un dorito!
—Bueno chicos, hoy les tengo que dar una clase fuera de lo común, pero al ser profesor de biología, es mi deber darla debido al gran número de enfermedades venéreas y embarazos precoces que hay... Cada uno tome un condón y yo les diré la manera correcta de colocarlo— ¡¿Qué? ¡¿Es qué ya no tengo suficiente con fantasear despierta en sus clases? Tomé un puto condón de la caja que me pasó Newton... maldito sádico pervertido. Si él cree que esa cara de "Bella con solo verte me corro" va a conseguir algo conmigo, está muy equivocado. Observé como el papiprofe (si, así lo llamaba en mis pensamientos) sacaba el condón de su envoltorio. No sé ni para qué da esta clase, aquí todo el mundo sabe cómo poner un condón, bueno… excepto Eric Yorkie ¡jajá!
—Muchachos, observen como lo voy a colocar. Swan ¿podrías poner el dedo índice y medio juntos?— ya va, esperen un segundo: ¡¿Va a usar mis dedos como pene imaginario? Dios, ampárame...— lo van a tomar de la punta, mientras lo van bajando lentamente...— mi mente cochina no podía dejar de fantasear cosas no aptas para horario infantil, así que mi rostro empezó a sonrojarse sin remedio y mi mente viajó hacia tierras conocidas y totalmente placenteras. Cuando volví a mi cuerpo, el timbre que indicaba el final de la clase había sonado. Comencé a guardar mis cosas para abandonar el aula, pero una orgásmica voz interrumpió el hilo de mis pensamientos.
—Swan, quédese. Necesito hablar con usted un momento— ¡Santa Macarena de la Cochinchina! ¡Por favor, que no se haya dado cuenta de mi cara de león hambriento!
—Sí, dígame profesor...— mi voz apenas salía. Vamos Swan, ¡no demuestres tus nervios! Si tienes las bolas suficientes, o más bien los ovarios, para cogerte al profesor con el pensamiento, ten los ovarios de enfrentarlo, mamita.
—Durante toda mi clase estuvo pensando en algo ¿Qué tanto pensaba, para mantenerse distraída durante mi hora?— ¡Mierda, mierda, mierda y más mierda! ¡Claro, ya sé! Bueno profe, a ver cómo le explico esto... Usted tiene un culo y un cuerpo tan apetecibles, que en lo único que puedo pensar es en usted y yo follando como conejitos esponjositos en su escritorio... ¡Obvio que no le voy a decir eso!
—Bue-e-eno... eeeesteee... yo...— ¡Bravo Bella! ¡Quedaste como la retardada mental del día!
—¿Sabe, Swan? Tengo una ligera idea de que tanto piensas en mis clases— ¿Ah? ¿Perdón? ¿Qué es lo que acaba de decir?— Swan, no te hagas la tonta, he visto como me desnudas con la mirada desde el primer día de clases— ¿Qué? ¿Tan obvia soy?
—Sí, la verdad es que eres bastante obvia con tus emociones. Tu rostro es un libro abierto— Mi cara ardía literalmente, estoy segurísima que si me viera en un espejo justo ahora, hasta el blanco de mis ojos estaría de color rojo.
—Disculpe profesor, la verdad no era mi intención, yo…— no pude seguir hablando porque unos labios carnosos y cálidos colisionaron con los míos, dejándome una sensación de vacío cuando estos se alejaron.
—No te disculpes, yo también te desnudé en mi mente la primera vez que te vi—si estoy soñando, ¡no me despierten! El "profe" ¡sí que sabia dar clases! Su lengua se apoderó de la mía en un beso hambriento donde batallábamos por encontrar a un ganador. Rápidamente mi centro se estaba convirtiendo en un parque acuático, ¡con toboganes incluidos! El papiprofe seguía jugando con mi lengua mientras sus manos se deslizaban por debajo de la corta falda de mi uniforme, subiéndola hasta mi cintura y revelando el casi microscópico bikini que Alice me había regalado ayer.
—Swan… ¿Qué no sabes que existen los shorts? Un día de estos me vas a provocar un infarto…
—Lo lamento profe…— dije casi en un ronroneo ¿A dónde se fue la Bella Swan decente? Vamos Bella, tu decencia está en el fondo de tu cabeza con la moral y las buenas costumbres, desde que te metiste en la oficina de tu entrenador personal y te le ofreciste en bandeja de plata. Claro que no puedes negar que Emmett... ¡Fue uno de los mejores! Ok, lo admito, no soy una blanca palomita, pero su voz me prendía a niveles insospechados. Continuamos devorándonos el uno al otro mientras trataba de deshacerme de la mayor cantidad de ropa en el menor tiempo posible. Cuando por fin logré desabrochar su camisa, recorrí con mis manos avariciosas su formado pecho. Edward me levantó presionando mis nalgas, lo que fue una señal para que yo enrollara mis piernas en su cintura. Rápidamente sentí el escritorio debajo de mi, así que empecé a arrojar al suelo todo lo que se me atravesara por el medio. Después lo recojo… el papiprofe devoraba mi cuello mientras arrancaba mi camisa, haciendo que los botones de ésta saltaran por los aires en distintas direcciones y sacando a relucir mi sujetador de encaje negro.
—Wow Swan, quien diría que para ser una niña tienes un cuerpo así de delicioso— si quieres te doy la receta: dos horas de ejercicio diario ¡y sexo durante toda la semana! Él comenzó a morder y saborear todo lo que podía sobre la tela de sujetador, al tiempo que buscaba a tientas el broche en mi espalda.
—¡Demonios, Bella! ¡¿Dónde está el broche?— le di una mirada traviesa, mientras mis manos viajaban hacia el centro de mi pecho, donde se encontraba el broche del sujetador que tanto hizo enojar a mi querido profesor. Apenas lo abrí mis senos saltaron a su vista haciendo que sus hermosos ojos verde esmeralda se oscurecieran de hambre por mí. En menos de un minuto mi bikini desapareció dejando a la vista mi intimidad. Aproveché de terminar de sacar su camisa rápidamente antes de que él enterrara su cabeza entre mis piernas y comenzara darme, ¡el mejor sexo oral de toda mi vida!
—¡Dios, Edward!—casi grité cuando su rápida lengua empezó a embestirme sin piedad alguna. Mi mirada viajó rápidamente a su cabeza, que estaba metida en mi entrepierna cuando noté que había algo en su espalda del lado derecho… ¡Demonios, tiene un tatuaje! ¡Y yo que pensaba que solo era un rumor de la idiota descerebrada de Tanya! ¡Ahora si morí!
—Yo no vivo contigo Swan, así que para ti soy el profesor Cullen— ¡maldito! Que me dijera eso hacía que mi excitación creciera más si eso era posible. Añadió un dedo al trabajo que ya estaba haciendo su lengua, logrando que mi espalda se arqueara y mis caderas se comenzaran a mover en busca de mayor fricción.
—Swan, no te muevas o te castigo.
—Castígueme… ¡Ah!... he sido una muy mala alumna— apenas terminé de hablar sentí un segundo dedo adentrase en mi centro, logrando que casi gritara como una gata. Estaba a punto de llegar cuando abruptamente dejó de bombear y sacó sus dedos, dejándome muy molesta ¡Qué coño le pasa! Iba a abrir mi boca para protestar, pero el aire se quedó atorado en mi garganta cuando sentí su enorme miembro entrando en mi de una estocada.
—¡Dios Bella! Si estuvieras más estrecha ya me lo hubieras partido en dos— mi papiprofe se movía más rápido y más fuerte en cada embestida, tanto que casi podía sentirlo en mi garganta. Ambos gemíamos a causa de nuestros placenteros movimientos, haciendo que llegáramos al punto máximo de placer, cuando lo escuché gritar…
—¡Swan!— ¡demonios había estado fantaseando con el profesor! Y lo peor es que ahora estaba excitada, mientras mi clítoris era atravesado por punzadas de dolor. ¡Eso me pasa a mi por no pararle bolas a la clase!
—¿Se puede saber que tanto piensa, como para no prestarle atención a la clase?
—Di-discul-p-pe profesor— bien bueno Bella, no pudiste escoger otro momento para empezar a tartamudear—, no volverá a ocurrir— eso espero.
—Swan, quédese, necesito hablar con usted un momento— ¿Ah? ¡Estoy teniendo una fuerte sensación de deja vú! Esto no me puede estar pasando a mí…
—Dígame profesor…— dije con miedo al ver como se acercaba a con movimientos propios de un león al acecho.
—Swan, la próxima vez que se excite fantaseando conmigo en clase, póngase más ropa interior, que la puedo oler desde el pasillo— mi rostro era todo un poema y más cuando metió su mano por debajo de mi corto uniforme acariciándome sobre la tela del bikini. Juro por mi colección de disfraces sexy ¡que esto no me lo esperaba! Acto seguido me tomó por la nuca y metió su lengua bruscamente en mi boca, arrancándome un gemido involuntario. Pero antes de que lo pudiera empezar a disfrutar se alejó, dándome una sonrisa endemoniadamente traviesa, de esas que ponen los niños cuando saben que te robaron un dulce ¡coño de la madre! Me dejó con las ganas el muy maldito… Lo vi dirigirse hacia la puerta, dejándome congelada en mi lugar.
—Cuídate Swan, nos vemos en la próxima clase…— si profepapi, ahí estaré, y para la próxima profe sexy, veremos quién se queda con las ganas…
Justo en este instante estoy muuuuyyyy ansiosa porque me dejen un review, de verdad me gustaría saber que les pareció así que estoy abierta a críticas (constructivas) si les gustó: háganmelo saber para ver si desean que haga otro, sino les gustó: pues me quedaré con lo que han leído anteriormente de mi (solo estoy explorando a ver si sirvo para éste género XD) como dije arriba si son sensibles a este tipo de temas que no leyeran, si lo hicieron y no les gustó pues no me insulten yo solo advertí ¡jajajajajajajajaja! Con cariño
Ana Cullen
(PD: si quieren que continue la historia haganmelo saber XD)