Epílogo.
Por fin había llegado el gran día. Estaba súper nerviosa. Llevaba toda mi vida soñando con este momento. Solo había algo que me faltaba y es que mi padre hubiese estado a mi lado, de pequeña siempre me repetía que el día en que me casara él me acompañaría y amenazaría al novio frente al altar. Pero sabía que donde quiera que estuviese estaría feliz por mí.
Llevaba horas arreglándome con la ayuda de Emily y Kim, a pesar de haber ensayado el peinado mil veces el día de hoy no acababa de convencerme ninguno e hice que me lo cambiaran una, otra y otra vez hasta que por fin dije:
- Así, justo ahora mi pelo sí está perfecto.
Llevaba el pelo recogido en un moño del cual caían mechones con tirabuzones sueltos.
El maquillaje era muy natural, mi piel siempre había sido oscura por lo cual nunca usaba base de maquillaje, un poco de lápiz de labios y rímel en los ojos era todo lo que llevaba.
Había elegido un vestido bastante sencillo, era todo blanco, con escote en pico y caída suave hasta los pies. Estaba decorado con bordados en color blanco. En el momento en que lo vi decidí que tenía que ser ese. Era el vestido más bonito que había visto jamás.
Una vez que ya estaba lista. Mis damas de honor decidieron dejarme un momento a solas con mis pensamientos para que pudiese disfrutarlo. Me puse frente al espejo y me sorprendió lo que vi. Cuando miré mi imagen me quedé sin respiración, por un momento incluso dudé que fuera yo la imagen del espejo. Emily y Kim eran verdaderos genios.
Entonces comenzaron a temblarme las piernas, todo esto había sido tan rápido, habían pasado apenas seis meses desde que Joel me pidió matrimonio y sin embargo seguía siendo incapaz de asimilarlo, parecía un sueño del que iba a despertar en cualquier momento. Estaba nerviosa, muy nerviosa.
Siempre dicen que la novia tiene que estar nerviosa que es normal tener dudas, pero yo estaba segura de que esto era lo que quería y también estaba convencida de que él me quería. Sin embargo estaba temblando como un flan, las piernas apenas si me sostenían y eso que aún no me había subido a aquellos enormes tacones de diseño que Alice Cullen me había mandado por correo con una orden expresa de no ponerme difícil y usarlos. Había hecho que me los enviasen para que no pudiese alegar el olor a vampiro. Realmente olían genial cuando me los trajeron. Decidí usarlos como una forma de romper con mi odio por ellos, Jacob me había hecho ver que no eran tan malos y aunque a veces me costaba admitirlo, yo misma lo había comprobado cuando estuve en su casa.
Entonces escuché un golpecito en la puerta
-¿Sí?
-Somos nosotros cariño ¿podemos entrar? –respondió mamá desde el otro lado de la puerta.
-Claro, pasad.
Entonces la puerta se abrió y entró mamá como loca a abrazarme diciéndome lo hermosa que estaba seguida por un tímido Seth vestido realmente elegante con su traje de chaqueta.
-La hora se acerca, tenemos que irnos en unos minutos ¿estás nerviosa? –me dijo mamá.
-Sí, estoy muy nerviosa mamá.
-No te preocupes Leah, no va a pasar nada malo, Jacob estuvo dando una vuelta esta mañana y no hay indicios de aparecer ningún vampiro que nos haga marcharnos en medio de tu boda. –se echó a reír cuando vio mi cara asustada, realmente no había pensado en que eso pudiera ocurrir, transformarme en mitad de la boda sería algo realmente horrible-. Es broma Leah, era para ver si te tranquilizabas un poco.
-Sí, Seth, me siento más tranquila, pensando en que podría ocurrir algo que ni siquiera me había planteado.
-Vamos no te enfades, si lo que te preocupa es Joel, Jacob y yo lo tendremos vigilado y no lograremos que no se escape.
Bufé fuertemente y él solo se limitó a soltar otra carcajada que fue acompañada por una risilla de mamá. Le callé con una colleja.
-¿Ves como lo he conseguido? Antes no podías ni andar y ahora te lanzas sobre mí para pegarme.
-Tienes razón Seth, ahora estoy más tranquila. Con ganas de matarte pero tranquila.
-De eso se trata mi labor como padrino, llevar a una novia lo más tranquila posible a la boda. Y eso de matarme sabes de sobra que no es cierto, que me lo pediste a mí porque me adoras aunque tu orgullo te impida llenarme de besos.
Otra vez me hizo reír y decidí dejar mi orgullo atrás, me lancé sobre mi hermano y empecé a llenarle de besos.
-Sabes que te quiero mucho Seth.
-Claro que lo sé ¿por qué crees si no que te aguanto?
-Yo también os quiero –interrumpió mamá mientras nos abrazaba con fuerza a los dos.
Un golpecito en la puerta llamó nuestra atención, apareció Charlie para decirle a mi madre que era hora de marcharse, ellos irían primero y luego saldríamos Seth y yo. Mi madre se marchó con un último beso. Al principio me costó mucho asimilar su relación con Charlie pues no hace tanto tiempo que mi padre murió. Pero luego lo pensé y decidí que ella merecía ser feliz y si lo era junto a Charlie no podía hacer otra cosa que aceptarlo. Entre otras cosas porque estoy segura de que es justo lo que mi padre habría querido para ella.
-Bueno Leah prepárate, nuestro momento está llegando ¿estás preparada?
Me sorprendió la seguridad que había en mi voz cuando le contesté.
- Sí Seth, estoy preparada, preparadísima en realidad. Aunque cuando lleguemos y sienta todos los ojos sobre mí, tal vez deje de estarlo…
-Tranquila Leah, eso no pasará. Debo decirte que realmente te equivocaste con tu padrino, cuando lleguemos tendremos que compartir miradas –dijo mientras me guiñaba un ojo.
-De eso nada, hoy las miradas son mías, tú ya las tendrás cuando llegue tu momento y te cases.
-Ay Leah, para eso aún queda mucho tiempo.
-Yo no estaría tan convencida, ¿Quién te dice a ti que no te imprimarás pronto y en pocos meses estaremos en tu boda?
Soltó una risilla y me contestó
-Aún soy joven para casarme, aunque quien sabe, tal vez pronto tendrás que calmarme tú a mí cuando llegue mi momento…
-Seguro Seth –me acerqué a él y le pellizqué los mofletes como cuando era un bebé –¡quien no va a querer casarse con un pequeño tan adorable!
-Leah, sabes que odio cuando haces eso. Vámonos, se nos hace tarde.
La boda iba a celebrarse en la playa de la Push y el encargado de celebrarla era Billy pues según todos los de la tribu era como si fuese el jefe. Realmente ese papel ahora lo compartían Jacob y Sam pero claro, para los quileutes los lobos eran solo una leyenda ancestral y decidimos mantener las apariencias.
Habíamos hecho una fusión entre las tradiciones de la tribu y la vida fuera de ella. Joel decía que siempre le gustaron esas bodas en la playa todos vestidos de blanco. Por lo que pensamos que sería interesante que todos fuésemos de blanco y después nos casásemos por el rito quileute.
Nada más llegar, mi boca se abrió asombrada. En la playa todo estaba decorado con flores y velas blancas. Habían hecho un pequeño camino de flores sobre la arena que llevaba al lugar donde estaba colocado Billy. A ambos lados se encontraban los otros dos ancianos de la tribu: mamá y el Sr. Ateara.
Y luego delante de ellos estaba él, guapísimo con su traje blanco inmaculado. Tenía una enorme sonrisa en el rostro aunque pude ver que estaba nervioso, cambiaba su peso nerviosamente de un pie al otro.
Llegué hasta él cogida del brazo de mi hermano y cuando Seth me soltó, pensé que iba a marcharse, pero sin embargo agarró a Joel y le dijo:
-Más te vale que la hagas feliz porque si no te aseguro que te mataré, te haré pedacitos y serás la comida de las ballenas.
Su frase me hizo soltar una risita, en primer lugar porque escuchar una amenaza por parte del buenazo de mi hermano era algo inaudito y por otra porque sabía que era justo lo que habría dicho mi padre si hubiese estado aquí.
-No te preocupes Seth, te aseguro que haré todo lo que esté en mi mano para hacerla feliz. –le contestó mientras me miraba a los ojos y pude ver que estaba siendo totalmente sincero, era una promesa.
Luego Billy empezó con la ceremonia, comenzó a hablar sobre el compromiso, el amor, la confianza y muchas otras cosas. En ocasiones no pude aguantar las lágrimas de emoción. Era extraño que Billy me dijera esas cosas. Supongo que una cosa es oírlas de un sacerdote o alguien desconocido y otra de una persona con la que tienes confianza pero sin embargo no tratas ciertos temas.
Una vez que pronunciamos las palabras de unión en lengua quileute, Joel me quitó mi pulsera de promesa y me regalo mi pulsera de matrimonio, que era mucho más bonita y elaborada. Yo también le entregué la suya y sellamos nuestra unión con un pasional beso.
El público arrancó en aplausos y toda la manada en aullidos. Pero nosotros no interrumpimos el beso, sino al contrario, lo hicimos mucho más profundo.
Al final nos separamos con un Esperad hasta la noche para hacer esas cosas. Yo roja como un tomate y Joel con la respiración acelerada.
Entonces empezó la fiesta, la música comenzó a sonar y vinieron todas las felicitaciones. Bailamos muchísimo, nos besamos, nos reímos, hicimos bromas, volvimos a besarnos y así hasta que llegó la medianoche.
Entonces de pronto la música paró. Todos miramos desorientados buscando la causa cuando vi a mi hermano reír pícaramente y a Jacob con un micrófono en la mano.
-Un momento de atención por favor.
Todos se callaron y se giraron de forma que Jacob estaba en el centro. Joel apareció a mi lado abrazándome por detrás, con las manos en mi cintura y su mejilla junto a la mía.
-Tenemos un regalo que hacerle a los tortolitos –hubo carcajadas generales ante eso-. No ha sido fácil ocultaros nuestro regalo pues como sabéis esto de guardar secretos es complicado pero sin embargo creo que al final lo logramos.
En ese momento todos los lobos se acercaron a nosotros y Sam nos entregó un sobre.
-Felicidades chicos, esperamos que os guste.
-Gracias Sam –dijimos al unísono mientras lo abrazábamos.
Joel me lo dio a mí para que lo abriese y cuando lo vi me quedé sin palabras.
VALE POR UNA LUNA DE MIEL EN FLORIDA.
-La Push es una playa preciosa pero no tiene demasiado sol así que hemos pensado que os gustaría pasar vuestra luna de miel en el estado soleado-. Nos dijo Jacob.
No podía creerlo ¿de verdad íbamos a viajar hasta Florida? Jamás había ido más allá de Seattle, sería increíble poder atravesar todo el país.
-Oh, muchísimas gracias chicos, de verdad. No puedo creerlo-. Les dije con toda sinceridad.
-Pero tenéis que marcharos ahora mismo –dijo Paul- el avión sale de Seattle en unas horas así que tenéis veinte minutos para hacer las maletas.
Abrí los ojos como platos ¡Era imposible preparar todo en veinte minutos!
Entonces llegaron Sam y Emily con dos maletas y dijeron:
-Espero que no os importe que hayamos hecho el equipaje por vosotros.
Otra vez nos lanzamos a abrazarles, lo tenían todo realmente pensado. Estábamos abrazando a todos cuando me di cuenta de que Jacob no estaba.
-¿Dónde se ha metido Jacob? –pregunté
Y como respuesta obtuve el pitido de un coche. Cuando busqué el coche me encontré con Jacob que me dijo.
-Aquí estoy, a partir de este momento soy vuestro chofer. Subid al coche que no llegamos.
Nos despedimos rápidamente de todos y corrimos al coche de Jacob que ahora estaba totalmente adornado y ponía recién casados en la parte posterior.
Ahora era el momento de comenzar nuestra vida juntos…
.
.
FIN
.
.
Si queréis ver el vestido de Leah, quitad los espacios a esta dirección: 2. fimagenes i/ 3/ 7/ 8b/ am_ 459068_ 4093135_ 934336. Jpg
Pues ya se acabó esta historia ¿Qué os pareció?
Yo le tengo un cariño especial porque fue mi primera historia, nunca pensé en escribir hasta que la empecé y gracias a ella descubrí mi vocación como escritora. Sé que tiene una gran cantidad de errores y de cosas fuera de lugar o que no eran relevantes para seguir con la trama de la historia. Pero no he querido borrarla aunque a veces haya tenido intención porque pienso que de lo errores se aprende y a pesar de todo me gusta la idea de la historia.
Me gustaría dar las gracias a muchas personas que apoyaron esta historia:
En primer lugar a Raquel (Rack. Moon), ella fue una pieza clave para que escribiese esta historia pues empezamos a escribir casi a la vez y siempre cuando hablaba con ella por MSN acababan entrándome ganas de continuar la historia. También me ayudó siempre cuando me quedaba estancada dándome ideas para continuarla. De hecho hubo un tiempo en el que apenas si pude hablar con ella y fue justamente cuando la historia se quedó parada, no encontraba ideas para seguir ni tampoco inspiración. Así que es justo que el primer agradecimiento de la obra para sea para ella. Sabes que te quiero muchísimo, aunque ya no hablemos tanto como antes siempre tendrás un lugar muy especial en mi corazón y siempre serás mi niña.
En segundo lugar mi agradecimiento es para Morenita Black Clearwater. Has sido la mejor lectora que ha tenido esta historia, ya te lo dije más veces pero eso no quita para que sea verdad. Siempre me han encantado tus reviews, me encanta como te expresas, se ve que eres una persona súper divertida. Gracias por seguir la historia después de tanto tiempo y de dejar siempre tu review en cada capítulo. De hecho en los últimos capítulos solo tú los dejaste y si no hubiese sido por ellos definitivamente esta historia habría muerto, o al menos no la habría acabado de publicar en la página.
También me gustaría agradecer a:
Melany: aún recuerdo el día que entré y tenía 18 reviews tuyos. No sabes la ilusión que me hizo, si con cada review que recibo suelo estar saltando de un lado para otro imagínate con 18 jeje. Además hiciste algo que prácticamente nadie hace y es dejar review en cada capítulo cuando lees una historia con muchos y eso es algo que realmente te agradezco. Ya te lo he dicho muchas veces pero es lo que pienso: ¡eres la lectora que todo el mundo querría tener!
Alex: gracias por leer la historia y dejar comentarios, creo que lo hiciste bajo coacción porque a veces puedo ser muy pesada jeje, por eso te lo agradezco aún más. Gracias por soportarme siempre, ¡te quiero mucho!
Beaa: ¡gracias por tus comentarios!
Bueno en resumen, gracias también por su apoyo a: jane000, naiiaraa, una chica especial, rochi, naiara, blackcullen, RuthDaniela, Achnanthes flexella, Mangaka, Faaahh y Neko-Tiara
Ahora ya sí me despido.
Gracias por leer y nos vemos pronto
Libezzy