Airi: ¡Hola! Aquí les dejo un fic que se me ocurrió mientras charlaba con mi hermana menor sobre las "cosas de la vida" X3

Espero que les guste. Como todos sabemos Shugo Chara no me pertenece, es de Peach Pit, yo solo estoy escribiendo esta historia porque tengo algo de tiempo libre.

Capitulo 1: La noticia

Hacía un par de días que cumplieron dos años de novios. Durante ese período de tiempo muchas cosas habían sucedido entre ellos, ella lo amaba pero no estaba segura de que el realmente sintiera lo mismo por ella.

Cada vez que recordaba el cómo había comenzado su relación, se alegraba levemente con la esperanza de que podía volver a ser de ese modo. Su novio Tadase Hotori era un chico rubio y realmente apuesto, había cumplido 21 años y era realmente popular entre las jóvenes mujeres. Pero a ella eso no le importaba, solo se había enamorado de su personalidad, al principio amable y cordial, simpático y respetuoso con ella; si, todo eso lo fue hasta que ambos experimentaron su primera relación íntima. Luego de eso, Amu Hinamori como se llamaba la muchacha de 20 años, ya que aún faltaban unos meses para su cumpleaños, quedo embarazada, Amu estaba realmente feliz de eso, ya que era la mejor forma de probar su amor a su pareja, según ella, pero lo que no esperaba era que él no reaccionaría de la manera que ella imaginaba.

- Estoy esperando un hijo – habló la joven pelirosada mirando a los ojos a su novio frente a ella. El esperaba otra cosa, ya que, ella le había hablado esa mañana, diciéndole que tenía algo realmente importante que decirle.

- ¿Eso es todo? – Preguntó molesto Tadase - ¿Para decirme eso me hiciste faltar a la universidad? Lo mejor será que te vayas ya a tu trabajo, yo me iré a estudiar, pero gracias, ya me has arruinado el día –

La muchacha se quedó de pie mirando como el rubio desaparecía de su vista yéndose de camino a la universidad, o eso es lo que ella pensaba. Amu trabajaba arduamente en dos diferentes trabajos, uno como mesera en un restauran y en otro como vendedora y cajera en una tienda de pasteles, todo con la única razón de costear los estudios de su novio, y el poder subsistir a diario.

Resignada camino hasta su habitación, ambos vivían juntos en un pequeño departamento que Amu alquilaba gracias a su sueldo, pero no compartían su habitación ya que, según Tadase, el necesitaba su espacio para poder estudiar. Debía hacer maravillas para que el dinero alcanzara para todo el mes. Tadase era realmente antojado, cada vez que ambos salían y veía algo que a él le gustaba, prácticamente obligaba a Amu para que se lo regalase. Tadase no trabajaba, nunca jamás en sus 21 años de existencia había trabajado para nadie, sin embargo, Amu desde los 18 años había empezado a trabajar, ya que, Tadase le había planteado que quería seguir estudios superiores para que, cuando ambos se casaran ella no tendría que trabajar nunca más, puesto que él la mantendría por el resto de su vida.

Se sentó en su cama pensando en que podría hacer, ella realmente quería tener a ese niño, y aunque Tadase se negara, era ella quien llevaba el dinero a casa.

Tadase caminaba hacía la universidad, estaba furioso, ¿cómo podía su novia embarazarse justo ahora? Acaso ¿realmente creía que él se casaría con ella? El sabía manipular a Amu a la perfección, todo lo que él quería lo conseguía, ya que, tenía a Amu comiendo de la palma de su mano. No sabía cómo, pero lograría deshacerse del nuevo "problema" que amenazaba con arruinar sus planes. Seguía pensando hasta que su mente se ilumino, Kukai, su mejor amigo procedía de una familia adinerada, le pediría dinero prestado, luego Amu se lo devolvería. Lo importante ahora era que Amu abortara. Al llegar a la universidad, se dispuso a encontrar a Kukai. Cuando dio con el entablo la conversación sobre su "problema", Kukai le escucho atentamente, él también había pasado por esa clase de situaciones y estaba al tanto de los planes de su amigo, así que no se sorprendió en absoluto, sabía que Tadase no estaba conforme con la chica y que apenas se titulara conseguiría un mejor partido.

Amu estaba alistándose para ir de camino a su segundo trabajo en la pastelería. Había pedido permiso en el restauran para faltar durante su jornada en la mañana, con la única intensión de darle la noticia a Tadase, pero este ni siquiera le dio un poco de importancia. Deprimida tomo su cartera y salió del departamento dejando asegurado con llave. Tenía ya dos meses de embarazo pero era a penas visible, lo que si se notaba sobremanera era su alegría. No estaba segura de contarle sobre su estado a Tadase, pero luego de debatir mentalmente durante un mes, decidió que lo mejor era decírselo. Ella sabía mejor que nadie que, su novio hacía alrededor de un mes y tres semanas había cambiado demasiado. Llegaba al departamento a la hora que quería, con quienes quería y hacía lo que quería. Lo peor de todo es que ella no podía objetar ante su comportamiento, ya que también se había vuelto violento y si la situación lo requería, no dudaba en golpearla hasta el cansancio. Yaya quien era su mejor amiga y consejera, cuando Amu le conto sobre la primera vez que Tadase le había golpeado, le dijo que le denunciara, pero Amu hizo caso omiso argumentándole que el rubio había reprobado un examen final de semestre y por eso había desquitado su ira con ella, si no hubiese sido por que ella no le dejo estudiar a gusto, como él había exigido, Tadase no hubiese reprobado su examen. Yaya se había cansado de decirle a su amiga que denunciara al joven, así que solo se limitaba a escucharla y consolarla cada vez que Amu llegaba junto a ella en un estado crítico.

Al llegar a su trabajo, entro como de costumbre y se dispuso a tomar su lugar en caja, cuando su jefe se acerco a ella.

- Amu – habló el hombre, ella inmediatamente le miró por reflejo

- Señor, Buenas Tardes – Amu le regalo una sonrisa que el hombre le devolvió, pero noto un leve toque de tristeza en sus ambarinos ojos aunque no comento nada, después de todo el no era quién para involucrarse en los problemas de sus empleados.

-Acompáñame a mi oficina, tengo algo que decirte – Amu se asustó un poco, pero le siguió en silencio hasta llegar al lugar. El hombre tomó asiento tras su escritorio en una gran silla que se veía muy cómoda.

- Solo quería informarte que tendrás un nuevo compañero de ventas, la joven Yui como tu bien sabes renunció a su puesto hace algunos días, pero ya hemos conseguido un reemplazo, pensé que sería demasiado pesado dejarte todo el trabajo a ti – la joven se relajo notoriamente

- No debió molestarse, yo sola pude hacerme cargo, solo si… - dudo un poco antes de seguir.

- ¿Solo sí?… - invitó el hombre a que ella completara su oración.

- Solo si usted me aumentara un poco el sueldo – Amu agacho la mirada mirando el suelo, se había sonrojado levemente ante su atrevimiento.

- ¿Hay algo en especial por lo que quieras que te aumente el sueldo, Amu? – miraba curioso el hombre a su subordinada.

- Bueno, es que estoy esperando familia señor, y me gustaría que me aumentara un poco el sueldo, solo si pudiera – seguía mirando el suelo. Su sonrojo se acrecentó aun más.

- ¡Felicidades Amu, apuesto a que el joven Tadase está muy feliz! – el hombre se puso de pie y cuando estuvo frente a ella la abrazo, esta solo respondió débilmente.

- Si… está más que feliz, señor – Argumento Amu con falsa felicidad intentando que su amargura pasara desapercibida.

- Pásate por mi oficina cuando acabes tu jornada, hablaremos sobre tu aumento – La joven sonrió por primera vez en todo su día con verdadera alegría, sus ojos brillaron, podría mantener a su hijo ella sola, sin pedirle nada a Tadase, de seguro él también estaría feliz al saber que le aumentarían el sueldo.

- Bien, ahora te presentare a tu nuevo compañero - Un joven de cabellera azulada y ojos del mismo tono entro a la oficina.

- Su nombre es Ikuto Tsukiyomi, y a partir de hoy será el encargado de los pedidos – El joven una vez estuvo frente a Amu, sonrió y le tomo la mano para luego besarla delicadamente.

- Es un placer conocerla, señorita – Acto seguido las mejillas de Amu tomaron un leve color rosa, y rápidamente retiro su mano.

- El placer es todo suyo – Habló Amu intentando no darle importancia al tema – Señor – miró a su jefe –Realmente no hace falta que contrate a nadie más –

- Amu, ahora en tu estado con mayor razón necesitas tener un ayudante, además el joven Ikuto ya está contratado indefinidamente – Amu solo asintió con la cabeza, el hombre hizo un ademán con las manos – Ya pueden retirarse, Amu por favor enseña bien a Ikuto como hacer su trabajo – Amu asintió una vez más.

- Déjelo en mis manos, señor – Ambos jóvenes salieron de la oficina. Una vez afuera Amu habló

- No creas que te será fácil quedarte, necesito el dinero de ambos trabajos, así que lograre que te vayas, en verdad lo siento Ikuto-kun – Sonrió la joven sardónicamente

- ¿A sí? – Sonrió el joven con la misma intención – Ya veremos quién gana, tu nombre es Amu si no mal recuerdo ¿no? –

- Hinamori Amu, pero no te acostumbres, no creo que dures mucho en este trabajo –

- Si tú lo dices… por cierto, te diré algo antes de llegar a nuestro puesto de trabajo – el joven dejo de caminar y miró a la chica, ella le imitó.

- Eres muy linda – La chica se ruborizó por enésima vez en el día. Ikuto rió divertido

- Solo bromeaba – Soltó de pronto comenzando a caminar otra vez

- Maldito… - murmuró la pelirosada siguiéndole desde atrás

- O tal vez no… - susurró más para sí mismo que para Amu

- ¿Qué dijiste? – Amu logro escuchar el último comentario de Ikuto

- ¿Quién sabe? – y así llegaron a su puesto de trabajo, Ikuto dejando a Amu con una gran incógnita en su mente y este divirtiéndose jugándole bromas a su nueva compañera de trabajo.

Cuando hubo terminado su jornada y luego de pasar por la oficina de su jefe, Amu iba saliendo de la institución para ir a su casa, cuando sintió que alguien la seguía muy de cerca.

- ¿Por qué me sigues? – soltó violentamente

- No estoy siguiéndote, vivo en esa dirección – suspiro el peliazul

- Este bien… te creeré – sonrió débilmente

- ¿Puedo caminar junto a ti? – preguntó Ikuto sin rodeos

- Esta bien… - Ikuto la alcanza hasta quedar junto a ella, ambos caminaban a la par en un incomodo silencio, hasta que el chico decidió romper la densidad en el ambiente

- ¿Qué edad tienes? – la joven se sorprendió ante la pregunta pero decidió responder

- Tengo 20, pero pronto cumpliré los 21, ¿Qué hay de ti? – el joven medito un poco antes de responder

- 23 – Soltó de pronto – Escuche que estas embarazada – La chica asintió – Tu novio no está feliz ¿no es así? – la chica se paró en seco, ¿Cómo lo supo él?

- Cómo lo pensé – susurró.

- ¿Cómo lo sa?…- fue interrumpida por el chico, quien habló

- Lo noto en tu mirada –

- Ya veo – El silencio se hizo presente de nuevo. Esta vez no hablaron más hasta que Amu llego a su departamento.

- Aquí vivo, no hacía falta que me dejarás frente a mi hogar – Habló Amu.

- No he venido precisamente a dejarte, vivo una calle mas allá, eso es todo – Amu solo se limito a sonreír amargamente ante tal aclaración

- A, lo siento, creí que… - Quedó completamente absorta cuando Ikuto deposito un dulce beso en su mejilla

- No te preocupes, yo ganaré, ¿lo recuerdas? Así que no te fíes tanto de mi – Sonrió y se dispuso a seguir caminando – Nos vemos mañana, Amu. El joven se perdió de la vista de Amu, cuando ya no le vio mas esta decidió entrar al departamento. Subió las escaleras hasta llegar al segundo piso. Saco las llaves y abrió la puerta. Entró silenciosamente y encendió la luz. Al llegar al recibidor estaba su novio sentado en uno de los sillones con el ceño fruncido.

- ¿Puedo saber quién era ese imbécil? – preguntó molesto el rubio

- Es mi nuevo compañero de trabajo – Sonrió.

- Y ¿tenía que besarte para despedirse te ti? – Soltó verdaderamente molesto

- Tadase tengo algo que decirte – habló la chica sentándose junto a su novio intentando cambiar el tema.

- ¿A sí? Espero que esta vez sea algo que valga la pena realmente – Amu volvió a entristecerse.

- A decir verdad, esta vez sí vale la pena para ti –

- Continúa –

- Si… Tadase, me han subido el sueldo – El joven la miró sorprendido y comento

- ¡Genial! Hace un mes estaba esperando que te aumentaran el sueldo, ahora podrás comprarme el Ferrari que tanto quería ¿no es así? – El joven dibujo una sonrisa en su rostro y abrazo a su novia, le dio un beso en los labios que ella no correspondió.

- Lo siento Tadase, pero esta vez ahorrare para poder criar a nuestro hijo –

Se estaba negando ¡Amu se estaba negando a su petición! Eso era algo que Tadase jamás espero, tan rápido como las palabras pronunciadas por la pelirosada llegaron a sus oídos, la sonrisa de Tadase desapareció de su hermoso rostro para dar paso a uno totalmente molesto. De golpe soltó a su novia y se puso de pie jalándole por el brazo a esta a su vez.

- ¡Escúchame bien Amu! Porque no te lo voy a repetir… - habló sosteniendo por el brazo a Amu lastimándola notoriamente

- ¡Me lastimas! – chilló la muchacha intentando zafar su brazo

- ¡Y te lastimare más aún si no haces caso a lo que te digo! – Le soltó el brazo lanzándola unos metros lejos de él mientras ella caía al suelo y él de su bolsillo saco un sobre – Ahí tienes suficiente dinero para hacerte un aborto – Le lanzó el sobre en las manos a la chica – Lo he conseguido con un buen amigo, claro está que se lo tendrás que devolver a penas tengas el dinero – La chica miró el sobre en sus manos por unos instantes y luego se lo lanzó de regreso a Tadase, quien no alcanzo a atraparlo, cayendo todos los billetes regados por el suelo. Tadase la miró furioso.

- ¡No lo haré! – Gritó la muchacha mientras lagrimas comenzaban a brotar de sus ojos

- ¡¿Qué has dicho? – Tadase había perdido el control por completo al escuchar las palabras de Amu, camino y se acuclilló frente a ella tomándola por el cuello - ¿Así que no lo harás? –

La muchacha solo negó débilmente con un hilito de voz que apenas pudo articular.

Entonces prepárate para tu castigo. Amu solo cerró fuertemente sus ojos para soportar la golpiza que su novio le entregaría "cariñosamente" una vez más.

Yaya desde su apartamento junto al de su amiga, sintió todo lo ocurrido en el interior del departamento vecino y tan rápido como pudo fue a socorrer a Amu. Al llegar golpeó tan fuerte como pudo la puerta y gritó a todo pulmón que la dejasen entrar. Unos minutos después Tadase abrió la puerta mirando a Yaya y con repulsión le habló

- Puedes entrar, rata – Y tan rápido como pudo salió del departamento en cualquier dirección.

- Maldito animal- Articulo Yaya para luego entrar donde se encontraba su amiga, allí la encontró tirada en el suelo apoyada contra uno de los sillones cubierta de sangre.

- ¡Amu! – Gritó la joven mientras corría a su lado - ¡Llamaré a la ambulancia! – Amu no podía hablar, estaba allí semiconsciente intentando mantener la calma.

- Esta vez se ha pasado, debes denunciarle – Habló Yaya mientras marcaba el número en su celular

- No… lo haré – Logró hablar dificultosamente Amu sorprendiendo a Yaya.

- Amu… -

Rato después llegó la ambulancia llevándose consigo a Amu dejando a una preocupada Yaya que no sabía qué más podía hacer por su amiga, sabía que si ella denunciaba a Tadase, Amu mentiría para poder salvarle. ¿Cómo podía su amiga amar tanto a un hombre así?... eso era algo que Yaya no se lograba explicar, pero pese a todo, ella seguiría junto a su amiga, apoyándola, ayudándola e intentando protegerla cada vez que estuviese a su alcance.

Continuará…

Airi: bueno aquí acaba el primer capítulo XD ¿Reviews? Se los agradecería mucho. Acepto críticas constructivas, ejem… como ya dije en mi otro fic, destructivas también, de todo ¡Excepto golpes!

Bueno, con esto me despido hasta el próximo capitulo

¡Bye!