Airi: ¡Hola! Aquí les dejo el segundo capítulo de este Fic, espero sea de su agrado
Como todos sabemos Shugo Chara no me pertenece, es de Peach Pit, yo solo estoy escribiendo esta historia porque tengo algo de tiempo libre.
Capitulo 2: La Mentira
Estuvo inconsciente durante un par de horas, pero ya se encontraba totalmente despierta. Estaba en una camilla en el hospital. Eso es lo que ella pudo notar, por el sitio que podía ver a su alrededor. De pronto alguien ingreso por la puerta que daba a la habitación. Un hombre completamente de blanco, parecía ser un doctor, se acercó a Amu y le hablo.
- ¿Te sientes mejor? – preguntó el doctor a Amu, quien se incorporo lentamente en su camilla
- Eso creo – Se acarició la cabeza, tenía una resaca bastante fuerte, pero continuó – Doctor, ¿cómo esta mi hijo? – El doctor la miró con misericordia y negó con su cabeza para luego hablar nuevamente
- Lo siento mucho, señorita –
- No me diga que… - No logró completar su oración
- Debido al daño en su cuerpo, no lo resistió y aborto de forma natural. Ha perdido a su hijo en gestación – Amu se quedo en completo silencio mientras bajaba su cabeza mirando las mantas blancas que le cubrían, las apretó con sus manos fuertemente y unas lágrimas de dolor cayeron de sus ojos. Su flequillo ocultaba su mirada pero el doctor pudo ver claramente como la chica lloraba. Era normal, después de todo se trataba de su hijo.
- Esta tarde será dada de alta, señorita – intento captar la atención de la chica sin mucho resultado. – Podría decirme ¿qué fue lo que le sucedió para acabar en ese estado? – el hombre le miró con curiosidad, debía saber que le había ocurrido a la muchacha para denunciar en caso de que, de maltrato intrafamiliar o abuso se tratase. Ella se sobresalto ante la pregunta, pero decidió responder, una mentira fue lo que salió de sus labios mientras seguía mirando las mantas.
- Cuando regresaba a casa, unos sujetos me asaltaron y no pude hacer nada por defenderme – No quería hablar de su novio. No quería involucrarlo en algo tan vergonzoso.
- ¿Y podría decirme como eran esos sujetos? Necesito dejar registro en el hospital, ya que llego en estado inconsciente y fue intervenida. Además debemos dejar constancia con la Policía ante el hecho del cual está hablando –
- No se preocupe, ya tiene la respuesta al porqué estoy aquí, la constancia la dejare yo con la Policía. Gracias por preocuparse – aclaró Amu mirando esta vez al hombre. El doctor solo la miro aún con duda pero prefirió hacer caso omiso a sus pensamientos y sin más comentarios, se retiro de la habitación dejando sola a Amu.
La mañana siguiente Amu se disponía a irse a su trabajo en el restauran cuando de la habitación contigua a la suya salía su novio aun desperezándose
- ¿No te dije ayer que quería que me despertases a las 6:00 A.M. para estudiar un poco más? Tengo un examen muy importante el día de hoy, ¡de él depende si paso o no la materia! Eres realmente una inútil – Acabo Tadase mientras pasaba junto a ella de camino al refrigerador. –Al menos dime que me has preparado el desayuno – Amu sintió un escalofrió recorrerle la espalda, no había preparado desayuno ni siquiera para ella, el doctor le había recomendado reposar durante una semana, pero ella no podía faltar a su trabajo. No se encontraba en condiciones de perder los trabajos que tenía.
- No lo has preparado ¿no es así? – Tadase cerró el refrigerador luego de sacar una caja de leche del interior – No sé ni siquiera por que aún te tengo como novia… - Amu se tenso notoriamente, ¿acaso Tadase ya no la amaba?, de ser así entonces ¿por qué él seguía con ella? No encontraba respuesta alguna.
- Podrías al menos responder algo, no te quedes callada como una tonta, ¿quieres contestarme? – Amu ni siquiera le miraba, estaba llorando otra vez. Ella había llegado la noche anterior del Hospital y a su novio no le importaba en lo más mínimo.
- A es cierto, aún no me has dicho que ocurrió con tu embarazo… lo perdiste ¿no es así? – Tadase esta vez la miró mientras tomaba asiento en el sillón luego de servirse leche en un tazón que Amu le había comprado el día de su cumpleaños. Amu asintió con su cabeza aún mirando el suelo. Se encontraba frente a un espejo situado en el recibidor. Terminaba de arreglar su hermoso cabello para irse al restauran pero no pudo continuar por la aparición de su novio. Decidió hablar por fin
- Ha sido tu culpa… - El joven se sorprendió pero hizo caso omiso al leve temor que le recorrió.
- No me habrás denunciado, ¿o sí? – intento sonar desinteresado y casual, pero el nerviosismo afloro en su voz
- No puedo… Tadase yo… yo te amo – Se armo de valor y le miró a los ojos luego de voltearse a verlo.
- A… si – El chico medito un poco antes de contestar, si no respondía como ella esperaba que lo hiciera, todos sus planes se irían por el retrete – Yo también te amo, mi querida Amu – Dejo el tazón en la mesita de centro y se puso de pie, camino hasta donde se encontraba su novia y la abrazo. – Lo siento mucho, Amu… ayer perdí el control y bueno, me cegaron los celos y tuve miedo… miedo de ser padre y por sobre todo, miedo de perderte por culpa de tu nuevo compañero – Tadase deposito un suave beso en la frente de su novia y luego acaricio su cabello rosado.
- Lo sé… fue mi culpa también, no debí permitir que Ikuto me acompañara… no debí dejar que el me besara, sabía que sufrirías por eso Tadase. Todo ha sido mi culpa, lo lamento – Amu abrazo fuertemente a su novio ocultando su rostro en el pecho del joven.
-Lo superaremos, mi querida Amu - Lo había conseguido nuevamente, el joven rubio volvía a salirse con la suya.
- Oye, Amu – susurró el joven al oído de su novia
- ¿Sí? – contesto apenas audible al joven rubio
- ¿Qué haremos con el dinero que conseguí? – Tadase jugaba con los cabellos de la chica con su mano izquierda y con la derecha la abrazaba por la cintura.
- Regresarlo, claro está –
- ¡¿Qué? Claro que no, debemos aprovecharlo en algo, ¿Qué tal si compramos un apartamento a mi nombre? – La chica medito las palabras de su novio, no era mala idea pero… ponerlo a nombre de Tadase era un gran riesgo, uno que ella no quería correr, ya que, claramente no estaba segura de lo que el rubio sentía por ella y podría dejarla en cualquier momento y para rematar, dejarla completamente en la calle. Ya era suficiente con que le pagara los estudios universitarios y cumpliera todos los caprichos de él.
- Lo siento, Tadase… creo que lo mejor por el momento es que primero te titules… ya veremos luego si compramos un departamento, devuelve el dinero que has pedido prestado – El joven se aparto bruscamente de Amu, dejándola completamente confundida.
- ¿Cómo puedes ser tan desconsiderada? Yo solo pienso en lo mejor para ambos, así si comprásemos un departamento ya no tendrías que pagar el alquiler, ya que sería nuestro – La chica estaba decidida y no cambiaría de parecer, había tomado esa decisión y ni siquiera Tadase la haría cambiarla.
- He dicho que no –
Se estaba pasando, definitivamente algo pasaba con su Amu, era la segunda vez que se negaba a una de sus peticiones, ¡no! ¡Era la tercera! Primero su Ferrari, luego el aborto y ahora el departamento, acaso ¿Ella estaba comenzando a sospechar?... debía hacer algo para hacerla cambiar de parecer y debía hacerlo rápido.
- "Esta noche" – pensó el rubio. - "Esta noche cambiaras de parecer, Amu… todo lo que quiero lo consigo" –
Amu solo lo miraba sorprendida, ¿había ganado la discusión? No estaba segura.
- Tadase, ya me voy a trabajar, nos vemos en la noche – tomó su cartera y salió del departamento camino al restauran no sin antes despedirse de su novio con un corto beso en los labios que el chico intento esquivar sin lograrlo.
Tadase estaba en la universidad, era la hora del almuerzo. Camino junto a su amigo Kukai hasta llegar al casino para comprar su almuerzo, luego se sentaron en una de las mesas situadas al fondo.
- ¿Cómo te ha ido? – Kukai le miraba con curiosidad
- A la perfección – habló el rubio – Solo tengo una duda, creo que Amu está comenzando a sospechar de mis planes – Kukai le miró y suspiro.
- Vamos, llevas dos años con esta farsa, puedes aguantar un poco más con ella, ¿no es así? –
- Claro que si, el problema es si ella seguirá creyéndome todo el tiempo –
- Confía en ti, ya has logrado llegar hasta aquí, tienes todo lo que deseas. Ella te entrega todo lo que le exiges. ¿Qué más puedes pedirle? –
- Un automóvil y un departamento – sonrió divertido el rubio
- Vaya que eres… - rió también el muchacho
- ¿Kukai? – preguntó una joven chica sentándose junto a el mencionado. Su cabellera castaño claro y sus ojos de un hermoso color celeste. - ¿Cómo has estado? –
- Ah… hola Yua – saludo alegremente Kukai a la chica
- ¿Quién es ella, Kukai? – soltó de pronto Tadase sin dejar de mirar a su nueva acompañante
- Ah, lo siento Tadase, olvide presentarte… ella es mi prima, su nombre es Sakurai Yua – la chica lo saludo alegremente agitando su mano en el aire
- El es Tadase Hotori, mi mejor amigo –
- Estoy encantado de conocer a una chica tan linda como tú – Sonrió encantadoramente Tadase.
- Yo también, los amigos de Kukai ¡son también mis amigos! – Sonrió de vuelta Yua a su ahora nuevo amigo Tadase. Esa tarde sería larga sin duda, una tarde que Tadase y Yua jamás olvidarían.
Amu había terminado ya su jornada en el restauran, caminaba en dirección a la pastelería. Su humor sin duda había mejorado en el transcurso del día, pero aún así no quería llegar a su casa. Sabía que al llegar se encontraría con su novio. Era la primera vez desde que comenzaron a ser novios que realmente no deseaba verlo, no estaba segura del porqué pero así era. Lo que le animaba aún pese a todo, era pensar que primero debía ir a su segundo trabajo y luego de su jornada laboral, recién volvería al departamento.
Al llegar tomó su lugar en caja, como siempre. Le sorprendió encontrar a Ikuto ya listo para comenzar su turno. Ella sonrió, Tadase no le había prohibido relacionarse con el joven, claro que ella no había olvidado su propósito "que el joven de ojos zafiros renunciara a su trabajo" pero por algún extraño motivo que ella no se explicaba del todo, su rostro se ilumino con una gran sonrisa al verle allí, tan tranquilo y alegre como era Ikuto. Al verla llegar el muchacho le saludo alegremente, lo que ella respondió del mismo modo.
- Ayer faltaste al trabajo, ¿ocurrió algo malo? – Preguntó Ikuto a su compañera
- Es cierto, tú no lo sabes… - susurró la muchacha. Ikuto se silencio, él sabía que la habían llevado al hospital, ya que, su hermana menor quién transitaba la noche del accidente por el recinto, le contó al joven que llevaban a una chica pelirosada al hospital.
- ¿Saber qué?... – Sabía que la joven había perdido a su bebe, era de esperarse por el estado en que Utau la había descrito que iba la chica, si bien Utau no entendía el por qué del interés de su hermano, decidió contarle lo que ella había visto.
- Me han asaltado de camino a casa – soltó la pelirosada. Atrapada ¿Cómo podía mentirle a Ikuto si él la había acompañado hasta dejarla frente al departamento?
- Mientes… - el peliazul bajo la mirada ocultando su rostro bajo su flequillo. Estaba molesto ¿Cómo se atrevía siquiera la chica a inventarse semejante mentira por encubrir a su novio? ¿Tanto le amaba? Su tristeza era evidente, pero no surgió por lo que dijo la chica, sino mas bien, porque él sabía que no tenía oportunidad alguna con aquella chica que le enamoro a primera vista.
- ¿Qué…? – Se silenció. Lo había olvidado por completo, Ikuto la había acompañado hasta su casa dos días atrás, ¿Qué excusa daría ahora? Bajo la mirada apenada y sonrojada, dio media vuelta para salir del sitio, pero una mano detuvo su caminar.
- ¿Por qué? – solo eso salió de los labios del apuesto chico. -¿Por qué?... – insistió.
- Porque lo amo… - el chico soltó la mano de la pelirosada quién desapareció del sitió para no regresar más durante el resto del día.
Continuará…
Airi: ¿Reviews? Onegai :3 ¡les estaré muy agradecida! Es lo que me inspira a continuar escribiendo
Bueno ¡nos leemos!
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