Gracias de nuevo por los review, los adoro un montón! Y mis lectores son los mejores. Y no los hago esperar más, aquí esta y perdón por el retraso, estaba visitando mis abuelos. Pero, aquí estoy de vuelta y con ganas de seguir.

Hetalia no me pertenece…y perdonen el OCC de Antonio de ahora en adelante…


A la mañana siguiente todo amaneció normal, Romano estaba en la sala, dormido en el sofá, y Feliciano sentado en la mesa del comedor curando sus propias heridas en las muñecas. Las miraba sin parar, y sin creer lo sucedido. Todo parecía solo una pesadilla pero, cuando Feliciano lentamente pasaba sus dedos por el cuello, dolía. Eso daba señal de que no era una pesadilla, sino real.

Todo era real, cada cambio, cada grito, cada beso y, cada moretón y laceración…todo era real. Nada era sueño, ni falso…era pura realidad. Pensativo Feliciano se puso el último vendaje, limpio el reguero que hizo y se dirigió hasta donde estaba Romano dormido, sin hacer ningún ruido.

-¿Qué te han hecho fratello para que actúes así?- suspiro Feliciano mientras se arrodillaba frente a su hermano y acariciaba su mejilla. –Ve~ Ti amo fratello, sin importar lo que me hayas hecho-

Sin hacer ningún ruido, y lagrimas bajando por sus mejillas Feliciano se levanto y se fue a su cuarto donde se sentó en piso y abrazo sus piernas; escondiendo su cara entre ellas empezó a llorar sin parar. Se sentía mal, y no era por lo que le había hecho su hermano, era porque se siente inútil y no encuentra como ayudarlo.

La mañana se hizo tarde y el sol daba su último bostezo haciendo que se formaran piscinas de brillo en el piso del cuarto. La suave, y cálida brisa hacia que las finas cortinas bailaran. Feliciano no sabía cuánto había estado ahí, y juzgando por el paisaje…quizás mucho.

La respiración de Feliciano era cortada por los llantos, había llorado mucho; temblaba sin parar y no era por miedo. Rápidamente alzo la mirada hacia la puerta donde vio a Romano con los brazos cruzados, el brillo del sol hacia que los ojos olivas de Romano resaltaran.

-¿Va tutto bene?- pregunto Romano, acercandose a Feliciano lentamente.

-Soy un inútil...- murmuro Feliciano volviendo a esconder su cara, no podía llorar porque lo que le salía eran sollozos que cortaban su respiración por lo mucho que había llorado desde la mañana.

Aunque Feliciano tenía su cara escondida sabía que su hermano estaba arrodillado frente a él. Feliciano sintió la mano de Romano acariciándole el cabello, y luego le alzo su cabeza para darle un beso en la frente.

-Tú no eres inútil- murmuro Romano acercándose a la cara de Feliciano. –El que no sirve para nada soy yo-

En eso las manos de Romano se posaron en los hombros de Feliciano y lo empujo suavemente contra la pared. Feliciano no sabe por qué lo hizo pero, automáticamente el bajo las piernas para dejar que Romano se le acercaran más de lo que estaba. Quizás lo hizo para no sacar el otro lado de Romano.

En eso Romano se lamio los labios y beso a Feliciano. Feliciano se quedo con los ojos abiertos por unos instantes pero, luego los cerró. Mientras sentía los labios húmedos de Romano chocar con los de él, en la mente solo hacía eco lo que Romano dijo hacia ya unos segundos atrás. 'El que no sirve para nada soy yo'

Feliciano volvió abrir sus ojos cuando Romano despego los labios.

-E-esto e-es p-pe-pecado- susurro Feliciano un poco asustado escondiendo su cara entre las manos pero, en realidad con le quería ocultar eran sus mejillas bañadas en rojo. Sintió como Romano hacia que el despegara su cara de las manos. Soltó un suave gemido cuando Romano toco las muñecas cubiertas por vendas, esto hizo que Romano lo soltara y colocara sus manos en la cara, acariciando suavemente las mejillas.

-Feli…si lo es…eres el pecado más dulce que he probado- Romano sonrió.

Romano sonrió, y Feliciano lo está viendo con sus propios ojos. No es una sonrisa de mentira, es una de verdad. Feliciano sintió que los latidos de su corazón aumentaban cada vez que fijaba sus ojos a la sonrisa de Romano. Por fin…una sonrisa.

En eso nuevas lágrimas salían de los ojos de Feliciano, las cuales eran removidas rápidamente por los dedos de Romano. Feliciano se despego de la pared y en un rápido instante saco las manos de Romano y escondió su cara en el pecho de su hermano. Romano puso sus brazos alrededor del cuerpo de Feliciano y lo apretó.

Las mejillas de Romano se tiznaron de rojo cuando sintió lo que era los labios de Feliciano en su cuello. Lo que Romano pudo hacer fue soltar un poco el abrazo para dejar que las manos de su hermano acariciaran su pecho.

-El que dijo que era pecado- murmuro Romano entre dientes mientras sentía que las manos de Feliciano desabotonaba su camisa.


-Hola Antonio… ¿Qué haces? Bueno, no algo mejor que yo pero, te pregunto- se rio Gilbert mientras sostenía el teléfono entre su oreja y su hombro, y preparaba un emparedado.

-Preguntándome donde esta mí querido italiano… ¿Lo has visto?- pregunto el español con un tono preocupado desde la otra línea.

Gilbert dejo lo que estaba haciendo y agarro el teléfono, sentándose un poco sorprendido ante la pregunta de su amigo.

-¿No que Romano estaba contigo?- el albino arqueo una ceja.

-Se supone que estaría conmigo desde hace días…pero, no sé nada de él- contesto en un tono melancólico. –No contesta las llamadas, ni los mensajes…lo extraño-

-No llores y escucha lo que este grandioso yo tiene que decirte- Gilbert miro para ambos lados y volvió a resumir su postura actual.

-Si se trata de mi hermoso Lovi… ¡Dime y no te quedes callado!- grito Antonio.

-Ahora por gritarme no te diré- sonrió Gilbert.

-¡Gilbert!- gruño el español

-Está bien, está bien… ¿Dónde quedo la paciencia?- Gilbert empezó a reírse. –Feliciano también anda desaparecido-

-¿Qué?- pregunto sorprendido el español. -¿Feli también?-

-¿Y adivina qué?- dijo Gilbert mientras se levantaba e iba a la nevera y sacaba una cerveza.

-¡Gilbert di todo o voy a Alemania y te vuelo la cabeza con un hacha!- volvió a gritar el español.

-Ehh ¿Y ese cambio sangriento Antonio?- Gilbert pregunto mientras escucho al español diciendo lo que seria las últimas palabras de Gilbert si no avanza y dice lo que tiene que decir.

-Eh, este…igual que Romano, Feliciano le dijo a West que vendría a pasar unos cuantos días aquí con el- tartamudeo Gilbert. –Pero, el día que Feliciano se suponía que vendría aquí vino pero, el nunca llego-

-¿Y?- Antonio se estaba poniendo impaciente.

-Ehh… ¿Estas amolando un hacha o es mi imaginación?- Gilbert tomo un sorbo de su cerveza. –Bueno, nada que West llama y deja mensajes pero, igual que Romano no contesta-

-¡Gilbert! ¿Y si alguien los secuestro? Mi Lovi y Feli… ¿Y se están en peligro?- Gilbert le dio gracias al cielo y todo lo celestial que hay, hasta los planetas, gracias por que Antonio volvió al ser el que es. –Tender que ir a Italia e investigar-


Va tutto bene= ¿Está todo bien?

Bueno gracias por su paciencia, espero que les haya gustado este capítulo. Review