Harry Potter no me pertenece, solo a J.K.
Corto pero espero que les agrade. :D
Para taniz, que este lo encontré hace poco y estaba empezado, era de un reto que nunca terminé y no recordaba las palabras, y lo terminé. No me convence pero ojala te guste guapina, fue por rellenar un momento de ocio! jajaja
Gracias por todo amiga eres un cielo!
Café.
No hay nada mejor que una deliciosa taza de café en pleno invierno, sentir como el líquido caliente traspasa tu garganta, el sabor que queda en la boca y ese cosquilleo en la lengua, simplemente a Remus le encantaba. Pero sin duda quien disfrutaba más del café y su aroma era Sirius Black, porque este le daba la posibilidad de ver a Remus en una de sus facetas más naturales y sin querer, eróticas.
Ver al licántropo posar sus labios en la taza para luego tomar un pequeño sorbo y sacar la lengua quemada en sensuales movimientos, le ponía. Sin siquiera planearlo ya estaba pensando en otras cosas con esa lengua y en otras partes que esos labios podrían tocar, y eso hizo que se saliera de control; tomara con brusquedad la taza y la dejara en la mesita, para luego sentarse a horcajadas encima del castaño y besarlo con ganas.
- ¡Hey! Eso es trampa. – Exclamó el chico cuando pudo separarse un poco para respirar. Sirius solo sonrió y comenzó a besarle el cuello y a morderle la clavícula con lo que el otro soltó un leve suspiro y le besó de nuevo para sentir la lengua mojada de su compañero, el sabor a café mezclado con pasión y algún chocolate anterior, era adictivo, todo Remus era adictivo.
Remus tiró del cabello del moreno hacia atrás, le encantaba que lo tuviera largo, y le mordió el cuello; se separaron y se miraron fijamente a los ojos. Negro contra ámbar, perro contra lobo, y se besaron de nuevo.
- ¡Perritooo! ¡Loobitooo! ¡¿Qué hacen chicos? .- James no entendía por qué Remus estaba casi llorando de risa en el suelo mientras Sirius se arreglaba como podía la camisa, ahí fue cuando lo captó, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa Sirius lo interrumpió.
– Tomábamos café Cornamenta. - Dijo con una sonrisa en los labios que no pudo reprimir y con una mirada de quién no ha roto un plato.
-Ya, seguro.- Los miró a ambos un momento. – Menudo par de pervertidos están hechos. – Y luego de un momento y algunas miradas fijas, los tres estallaron en carcajadas.
Pero aunque ahora se estaban riendo, Sirius, y aunque no lo admitiera, Remus también, preferían seguir bebiendo del líquido amargo, y quizás comer un pedazo de tarta.
Porque por mucho que querían a James, este podía ser muy inoportuno, y eso se lo reafirmaba el apretón del pantalón y el dolor punzante que sintieron cuando se pararon para ir por un poco de torta de verdad a las cocinas.
Quizás, sólo quizás podrían tomar café más tarde.