DEDICADO PARA LEIA FROM SOMEWHERE
Como ya muchos sabrán, mi nombre es Wanda-Marie840 propietaria de esta cuenta de , y de la gran mayoría de las historias que por ella se transmiten a ustedes, mis queridos lectores, digo la gran mayoría porque esta, y una más, no son de mi autoría, no completa, en el caso de "The Voyage of The Dawn Treader my personal ending" es de Fuckyeatwilight, solo me limite a traducirla junto con Zuzu Howlett, y esta es la continuación de "Amores y desamores de Lucy Pevensie" de Leia From Somewhere, en este caso lo que va a partir de ahora es de mi persona, salvo una nota textual que es con el consentimiento de su creadora, Leia.
Sin más que decir, me limito a lo que me gusta que es, escribir.
Saludos y espero poder hacerle justicia a esta historia.
ADVERTENCIA: Tiene spollier de "Las Cronicas de Narnia: el sobrino del mago" y breves remake del comienzo de la historia, autorizadas por Leia.
CARPEN DIEM
Capitulo III: Goodbye
-Ni por Aslan ni por nadie Edmond, si alguien se entera jamás te lo perdonaran, ni a ti ni a Lucy… ¿Acaso le quieres arruinar la vida?- el negó. –eso pensé, hazme caso, es lo mejor, para todos…
-Gracias Susan…-la joven sonrio y nuevamente la imagen se difumino antes de arrojarlo a la oscuridad…
-… Propongo un brindis…- sonrio el profesor desde la cabecera de la mesa mientras miraba a todos los presentes. La navidad había llegado a la casa y todos estaban ya satisfechos, sentados en la mesa, con las pansas llenas y los corazones contentos.
-¿Un brindis?- cuestiono Lucy sonriendo risueña.
-Si, un brindis, un brindis por nosotros… por la nueva generación que pronto llegara…- le guiño un ojo a la joven. –pero sobre todo, por Narnia… por Narnia y por Aslan…- todos asistieron contentos y chocaron sus copas entre sí, sonriendo felices entre sí, felices y en familia…
-¿Profesor?- llamo derepetente Lucy entrando en el despacho del profesor. Todos ya estaban durmiendo, cómodos y calientes en sus camas, todos menos ellos dos.
-Pequeña…- sonrio el hombre dejando a un lado el libro que leía para observar a la joven recién llegada. –Pasa muchacha pasa y siéntate con este viejo hombre…- ella compartió el gesto y se sentó en una de las butacas del lugar contemplando las inmensas estanterías llenas de libros. –muchos ¿verdad? Pero dudo que vengas por eso… dudo que hayas abandona tu lecho a estas horas solo para discutir sobre estos viejos volúmenes…- ella se sonrojo avergonzada pero eso no la amedrento, todo lo contrario, la envalento. Siempre había sentido una extraña complicidad con el anciano hombre, vinculo que se intensifico al ella saber que Narnia no había sido un descubrimiento propio, sino que antes el profesor y una niña también habían pisado aquellas tierras.
-Es muy sabio…- suspiro ella. –y confió mucho en usted, le agradezco enormemente que nos haya permitido regresar a su casa… en nuestro hogar no… demasiados recuerdos…-el hombre guardo silencio mientras la observaba. –estos… estos últimos meses han sido muy difíciles, para todos pero creo que mas para Peter y el que haya hecho esto por nosotros…
-Narnia nos unió una vez, y las dificultades y la soledad nuevamente lo hacen Lucy…- suspiro meditabundo él. –se por lo que pasan, no por haberlo sufrido sino por haberlo visto en la bella clase que es la naturaleza… estoy seguro que donde sea que este el joven Edmond, el se encuentra bien y los resguarda, a Peter y a ti, y también a ese pequeño que crece en tus entrañas…
-Lo sé, de eso no me cabe ninguna duda, se que él no decía en serio todo aquello que decía pero… es… es tan difícil seguir adelante y decir adiós, adiós al recuerdo a todo… por Aslan… es tan difícil despedirse de quien uno ama…
Flash Back
Estaban ahí, frente a aquella maravilla que solo Narnia podía tener.
La misión por fin había culminado y su tiempo en aquellas tierras donde una vez y por siempre fueron los reyes y reinas de antaño, aquel cuarteto de hermanos que le había devuelto la primavera a aquel fantástico lugar.
El final ahí estaba, el final de la infancia, el final de todo, ahí estaba, traspasando aquella inmensa pared de agua. Ahí estaba pero ella no quería ni deseaba que todo terminara, no ahora, no nunca.
-Es hora…- la sentencia callo y como resorte, sus ojos verdes se fijaron en los ambarinos de su amigo.
-¿Ya?- pregunto, deseando con todo su corazón que el león rompiera en carcajadas y le dijera que no, que solo era una broma.
-Pequeña, su tiempo en Narnia ya se cumplió… han aprendido todo lo que tenían que aprender… -ella lo miro dolida. –pequeña…- lo alcanzo y lo abrazo, lo abrazo con fuerza, buscando consuelo en aquel gesto o alguna señal de que todo era un sueño, como aquel que había tenido a bordo del barco.
-Es hora Lucy…- el que hablo esta vez había sido Edmond, su querido y amado hermano, su rey. –Es hora…- un suspiro escapo de sus labios mientras una lágrima salía de sus ojos como esmeraldas. Una sola lagrima, lágrima en la que guardaba todo su amor y su deseo por aquella tierra que tanto le había dado y enseñado.
-¿Nos volveremos a ver?- pregunto observando a su amigo.
-Todas las veces que quieras, pero tendrás que aprender a verme en tu mundo, descubrirme y conocerme…- ella sonrio ante la idea de una nueva aventura en su mundo tan común y gris. –ve pequeña, ve y crece, y conviértete en aquella mujer que una vez me mostraste ser…- beso su frente y los dos hermanos caminaron junto a su primo hasta la inmensa pared.
Una mirada más, pero ya no vio esos ojos ambarinos, sino vio a unos chocolate que gritaban millones de sentimientos que le costaron identificar, pero no había tiempo… ya no…
Una última aventura, una nueva salvación… una promesa… una mirada…
Tierra y bosque…
-Adiós…- una despedida musitada antes de ser tragada por la inmensa pared de agua.
Fin the Flash Back
-Te entiendo pequeña, pero es tarde ya… algunas veces uno se da cuenta tarde de lo que tiene a su alrededor y ahí aprecia sus errores… de sus faltas, pero no temas, estoy seguro que tu hermano te acompañara…- sin notarlo, el hombre se acerco y con sus dedos nudosos señalo su corazón. –desde aquí…- su frente. –y también desde aquí, pero sobre todo…- toco el vientre ya abultado de 4 meses. –desde aquí…
-Gracias…
-No… no lo agradezcas, yo no hice nada… nada por ahora…- ella sonrio. –ahora… - miro el reloj. –creo que el pequeñajo y tu necesitan descansar, mañana es navidad y creo que querrán ver que les trajo aquel viejo y gordo amigo nuestro ¿verdad?- la muchacha asistió y como niña pequeña, corrió hasta su cuarto buscando el cobijo del frio entre las frazadas para esperar calentita que su amigo narniano llegara con muchos obsequios.
La mañana de Navidad amaneció cubierta de nieve y los rededores de Cair Paravel se encontraban sepultados bajo varios metros de tierra, pero eso no impedía que todos los niños y jóvenes que vivían en las inmediaciones de la fortaleza o en esta misma saliesen, y el rey no fue la excepción, quien, junto con su contramaestre, Drinian, y un grupo de súbditos decidió salir a cabalgar un rato por los bosques que rodeaban todo el paraje.
-Una magnifica mañana para cazar ¿verdad mi Lord?- sonrio Drinian mientras controlaba las riendas de su corcel para sortear la nieve.
-Excelente…- asistió el hombre sonriendo, pero aquella sonrisa no llego a sus ojos.
-Mi Lord…- empezó el hombre más viejo.
-Por favor Drinian…- pidió este cortándolo. –Hoy… solo déjalo estar…
-Pero tiene que tomar una pronta decision… sabe…
-Ya sé que ellos no volverán Drinian… una y mil veces aquella certeza se fija en mi mente pero no puedo evitarlo fantasear con verla nuevamente…
-Lo entiendo… pero es hora de seguir…- Caspian asistió y los dos comenzaron a cabalgar para empezar con aquella tradición que el rey Peter había instaurado en aquellas tierras. "La casería del Ciervo Blanco"
It is the end of all hope
To lose the child, the faith
To end all the innocence
To be someone like me
This is the birth of all hope
To have what I once had
This life unforgiven
It will end with a birth
Un sollozo escape de unos labios sonrojados mientras un grupo de lágrimas se deslizaban por las mejillas arreboladas. Los recuerdos aun recientes hacían mella en ella, haciendo que desandará todo lo que había andado hasta aquel momento…
Flash Back:
…Edmond de la nada había aparecido y se había parado frente a ellos, y con rudeza separo al joven de ella. Lucy, que estaba alegre y feliz, se vio de pronto invadida por la cólera.
-¡Edmond! ¿Qué diantres te sucede?- se quejo ella observándolo como si estuviera loco
-¿Qué me sucede a mí, dices?- cuestiono él con una soltura innata y con cierto aire de celos en su voz.- Qué te sucede a ti, que tienes tan mal gusto para elegir…
-¿¡Qué!- aquello la todo desprevenida logrando que la poca cordura que tenia ante aquella actitud extraña de su hermano pendiera poco a poco por un precipicio.
-Ya me oíste. Todo ustedes- gruño el Justo, primero a la pareja de su hermana, y después a los pretendientes que esperaban junto a los tres. - Lárguense, ahora.
El grupo de jóvenes lo miró, divertidos. Pero él fijó la vista en ellos, con una mirada asesina, una que deseaba que corriera sangre, pero ya.
-Si alguno de ustedes sigue aquí para cuando termine de hablar, me encargaré personalmente de arrancarles el cuello a cada uno. No… les haré agonizar primero. Unos buenos puñetazos en el estómago, el pecho, la cara, luego les cortaré todo el cuerpo, y créanme que los dejaré agonizando en un lugar en que muy difícilmente alguien en sanas condiciones pueda encontrarlos y llevarlos a un hospital.
Su mirada estaba cargada de ira y sangre. Ninguno de los presentes dudó de su palabra, y se esfumaron en un segundo, dejándolos solos entre la multitud.
-¡¿Eres un imbécil o qué?- le espetó –La única vez que me puedo divertir con soltura y tu vienes a arruinármelo todo…
Él no dijo nada, y simplemente la tomó fuertemente por la muñeca, arrastrándole en busca de un lugar privado. Ella trató de zafarse de él, pero sus intentos fueron en vano. De pronto Edmond recordó que al lado de la fiesta estaba la casa de sus tíos. No lo pensó dos veces y la jaló aún más fuerte en dirección a la casa.
-Oye- le advirtió -¿Sabes que no deberíamos andar por aquí, no?
-No me interesa- gruño él, volteándose a verla, pero al instante apartó sus ojos al notar el escote que dejaba poco a la imaginación. Ella lo notó y se ruborizó.
Cuando llegaron a la casa, Edmond, en vano, trató de forzar la puerta, ya que esta ya estaba abierta. Con cuidado ingresó llevando a su hermana consigo, subió a lo que le pareció ser el segundo piso, y entró a la primera habitación sin llave con la que se topó.
Hizo un además de invitación permitiendo que ella ingresara al lugar, para luego entrar él. Cerró la puerta con cuidado, pero no encendió la luz.
-Ed- llamó ella -¿encuentras el interrup…?
Antes de que pudiera finalizar cualquier palabra, su hermano ya había presionado sus labios contra los suyos, enloquecido de amor. Inmediatamente buscó abrirse pasó a través de su boca, quien en medio de su pasión le concedió el paso, entreabriendo los labios. Él reaccionó al movimiento de la joven, comenzando a recorrer el paladar y rozar la lengua de la muchacha que amaba. Ella le echó los brazos al cuello, sin poder evitar reprimir su entusiasmo, y él por toda respuesta le sujetó la cintura firmemente con las manos, deslizando éstas por su vientre y su cadera. Ambos disfrutaron enormemente cada segundo que duró el beso, saboreándose, lamiendo, consumiéndose en la pasión que habían llevado dentro de él por años.
Edmond creyó que su hermana sabía mejor que cualquier caramelo. Ella sintió en sus adentros que su hermano podría resultar más delicioso que un chocolate.
Al principio, de manera lenta y luego más apasionadamente, él acarició su vientre y sus senos. Con ese contacto, sin romper el beso, ambos sintieron cómo comenzaban a encenderse. Ella coloco sus manos sobre el pecho de él, y haciendo presión, lo obligó a separarse de ella.
-Edmond… esto está mal- consiguió decir cuando recuperó el aliento.
-¿Por qué?- se quejó él, molesto, atrayéndola hacia sí.
Ella sintió la erección de su hermano, y sintió cómo se iba un poco de su cordura.
-Porque… somos hermanos. Nos repudiarían.
-¿Quiénes?- Edmond siguió acariciando su vientre.
-Papá y mamá… y las demás personas…- gimió un poco cuando su hermano bajó su mano hasta su intimidad. La dulce voz de su hermana le llenó de insaciabilidad.
-Lucy- susurró en su oído -¿Sabes qué? No me importa lo que digan, yo te voy a poseer aquí y ahora, ¿me escuchaste? Y nada va a cambiar eso.
Una corriente le recorrió la espalda a Lucy, mientras su temperatura corporal aumentaba.
-No, Ed… soy virgen.
-Ya lo sé.
-Pero, ¿mi primera vez? ¿Con mi hermano?- El mencionarlo en voz alta hizo que sonara aún más prohibido, y más tentador.
-Qué seductivo sonó eso viniendo de ti, Lu- susurró en su oído.
Ella se derritió cuando vio a su hermano lamerse los labios, y el poco sentido común que le quedaba se esfumó, dejando a su paso todo lo que estaba a punto de suceder.
Edmond tomó a su hermana, y reanudó el beso que habían dejado hace un rato. Luego, él buscó a tientas el nudo de su vestido, y ella le ayudó a desatarlo. Una vez deshecho el lazo, le soltó el vestido a su reina y se lo quitó totalmente, dejando entrever un sujetador y unas bragas a juego. Ella quedó descontenta, pues estaba en clara desventaja con Ed, quien estaba completamente vestido. Él no tardó en quitarse el saco, la camisa y la corbata que en algún momento puso tanto esfuerzo en anudarlo bien, seguidos por su pantalón.
Ambos ya se había deshecho de sus zapatos, y Ed finalmente pudo contemplar la femineidad de su hermana en toda gloria. Era perfecta, ¿qué más podía pedir? Era delgada, con senos bien formados, una cintura diminuta y caderas que lo volvían loco. Sin poder contenerse, comenzó a besarla en el cuello, bajando, dejando saliva por donde su boca se abriera paso, pasando por sus senos, lamiéndolos ansioso, masajeando sus pezones que se habían puesto duros por el contacto, succionándolos con su boca, recorriendo aquella suave piel, arrancándole seductivos jadeos que tensaban su cuerpo de la excitación por la que se veía atrapado.
Sus manos, traviesas, exploraban las piernas de la joven, pasando sus manos por sus piernas, tan bien contorneadas, tomando sus muslos en sus manos, acariciándolos, arrancando suspiros de la garganta de la muchacha, que desesperada se agarraba de las sábanas.
-Ed… Edmond…- gimió su hermana –Hazlo de una vez, por favor.
Sonó tan excitante escuchar de los labios de su hermana que quería que la tomara y que la hiciera suya, que él soltó un gemido ronco. Pero se contuvo.
-Aún no- pero vio la expresión de incredulidad de la reina, y añadió –Primero vas a disfrutar tú solita, hermana.
-No me llames hermana- le reprochó ella, medio avergonzada –haces que suene más prohibido.
-Por eso mismo.
Y hundió su rustro en su vagina. Ella tomó a Ed por los cabellos, tirando de ellos levemente. El muchacho se maravilló al ver a su hermana húmeda, extremadamente excitada. Como temiendo herirla, lamió lenta pero sensualmente al principio, provocando que su hermana se removiera, inquieta. Pero hubo un punto que la hizo soltar un gemido de lo más desesperado, y razones no faltaban. Edmond se sonrió a sí mismo, satisfecho por su trabajo, y lamió con más insistencia en ese punto, lo cual causó que Lucy se muriera cada vez más de puro y auténtico deseo. Entonces, apartó su boca para dejar paso a su mano. Suavemente, introdujo un dedo dentro de ella, lo cual arrancó un suspiro de sorpresa de su hermana. Lo comenzó a mover, aumentando la velocidad mientras los segundos se sucedían, masturbándola, haciéndola gozar.
-Eeeed… sigue…
Llegó un momento en el que sintió que Lucy se ponía cada vez más estrecha, así que aumentó la velocidad aún más, llegándole a doler la mano, pero qué más da. Lucy soltó un grito de placer que la llenó completamente, y un temblor de apoderó de ella.
-Eso- dijo ella una vez recuperó el aliento –Eso fue…
-Un orgasmo- le dijo él- y es sólo el primero.
Ella rió.
-Iba a decir que fue asombroso- y se ruborizó.
Edmond no pudo hacer más que besarla profundamente. Ella quiso acariciar su vientre, pero por accidente su mano rozó con su miembro, duro y expectante. Al instante retiró la mano, pero ya era tarde. Ed cerró los ojos, deseoso, y le comenzó a besar los pezones de nuevo, acariciando sus senos, y luego masajeándolos salvajemente, haciendo que broten de sus labios exclamaciones de placer.
Hasta que no pudo soportar más su propia excitación.
-Lucy…- su voz, cargada de amor, resonó por la habitación -No hay que retrasarlo más.
-No- concordó ella -Yo tampoco puedo seguir con esto. Hay que hacerlo, Ed, ya.
Ed asintió, y se colocó a horcajadas sobre su hermana. Ambas intimidades rozaron, y los dos soltaron un jadeo. En seguida Lucy lo atrajo hacía sí, y buscó a tientas su boca en la oscuridad. La encontró, deseosa por un poco de ella. El beso fue lento, y a medida que se iba profundizado, Edmond se iba introduciendo en Lucy poco a poco.
El placer y el dolor llenaron a la muchacha al mismo tiempo, y se sintió morir con cada movimiento y acción de Ed. Él la seguía besando, sin mover las caderas, tomando luego sus pechos con su boca, lamiendo, tratando de distraerse de algún modo, pues quería moverse, llenarla aunque sabía que a ella le dolería.
-Ed…
-¿Sí?
-Muévete.
Eso rompió con su tolerancia, y entendiendo que el dolor se había esfumado, comenzó entonces a embestirla, primero de manera lenta y profunda, y luego más rápida y bruscamente. Lucy sintió cómo su hermano se movía, tomando sus muslos, soltando jadeos que cada vez iban en aumento, y casi sin pensarlo se encontró acompañándolo, gimiendo al mismo tiempo, luego arqueándose para que él pudiera penetrarla con más facilidad, lográndolo.
Luego, esa sensación celestial aumentó, y nada fue mejor que ese momento, sus movimientos totalmente salvajes, ella gritando el nombre de Edmond, con las mejillas sonrojadas, pidiéndole más fuerza, más de todo, y él llamándola también, penetrándola a su gusto, tomándola por las nalgas, por los muslos, gimiendo…
Y llegó un punto en el que ella sintió que el éxtasis recorría todo su cuerpo, haciéndola temblar, jadear, gritar, incontenible, y Edmond no fue la excepción. Ambos sintieron la cima juntos, sudorosos, besándose, ahogando sus gritos…
Lucy se sorprendió por la intensidad del orgasmo, que aún seguía recorriéndola toda. Aunque Edmond sintió que todo aquello había acabado ya, no salió del interior de su hermana, sino que quedó allí, gozando de la sensación.
Ella lo abrazó, y él le correspondió. Se besaron durante un momento, felices de tener el uno al otro, sin importar nada deeste mundo.
Fin the Flash Back
Un sollozo se atraganto en su garganta y agradeció que Jill hubiera optado por tener su propia habitación…
Había creído en él, se había entregado a él, por amor… y como quería solucionar las consecuencias de esto… simple… matando aquello que juntos habían creado…
Flash Back
-Lu…
-Déjame en paz.
La voz de ella brotó de sus labios resueltamente, habló sin darse la vuelta, pero él insistió. La detuvo, y la tomó por la cintura. Por un momento ella pareció ruborizarse, recordando lo que había sucedido cuando él la tomaba de esa manera. Edmond se acercó y le susurró las palabras a su oído, como antes.
-Podemos remediarlo. Hay que deshacernos de eso, Lu. Evitaremos todo un escándalo.
Ella sintió náuseas cuando oyó a su hermano refiriéndose aélcomoeso. No, Edmond nunca la iba a convencer. Se volteó, y miró directamente a sus ojos. Verde desafiando al marrón. Tomó su rostro y le dio otro beso en los labios, luego en la mejilla, y lo abrazó. Él también la abrazó en respuesta, confundido.
-Sabes, yo lo amo con todo mi corazón, Ed, porque es la prueba de que alguna vez nos amamos.
-Pero yo todavía te a…
-No. Tú no me amas. Voy a tener a ese bebé quieras o no- pronunció suavemente -Y si lo matas, te lo juro, me tendrás que matar a mí también.
El rostro de Edmond se endureció.
-No sabes lo que dices.
-Sí lo sé. Ahora, por favor, regresa a casa y déjame acá un rato. Quiero pensar.
Fin The Flash Back
-Y pensar que fue la última conversación que tuvimos en meses…- sollozo escondiendo su rostro en la almohada sin darse cuenta que alguien había entrado en el lugar hasta que un peso extra se sumo a la cama.
-No fue tu culpa Lucy…- suspiro Peter acariciando su brazo y recostándose junto a ella, como cuando eran pequeños. –solo ese malnacido fue el culpable…
-Pero eso no quita el dolor que siento en el pecho Peter…- sollozo ella girándose para esconder su rostro en el pecho de su hermano. -… me duele… me duele mucho…
-Lo sé pequeña, lo sé, pero es hora de dejarlo marchar… es hora de decir adiós…
No will to wake for this morn
To see another black rose born
Deathbed is slowly covered with snow
Poco después de esa charla ambos Pevensie se deslizaron hasta el comedor donde ya se encontraban desayunando el profesor junto con Eustace y Jill.
-Es bueno saber que han decidido unirse a nosotros esta mañana de navidad…- sonrio el profesor al recibirlos mientras servía té en todas las tazas y Eustace se dedicaba a repartirlas entre los ocupantes de la mesa.
-Gracias a ustedes por esperarnos…- aseguro Lucy algo avergonzada. -¿Qué hora es?
-Son las 10 Am querida…- sonrio él mientras ocupaba su lugar en la cabecera. –creo que eso de haber permanecido despierta hasta tarde no te hace bien, y menos en tu estado…
-¿Cómo es eso?- cuestiono interesado Peter. –creí que te habías dormido, cuando fui a tu habitación eso parecía…
-Culpa mía joven Peter…- intercedió el profesor. –nos quedamos conversando y ni cuenta nos dimos del tiempo…
-Así fue Peter…- aseguro la pequeña mirando a su hermano y apretando su mano en agradecimiento. –no es para que te preocupes…
-Es cierto Peter…- insistió Eustace. –es navidad…-
Después del fastuoso desayuno el grupo de jóvenes junto con el profesor se sentaron junto al fuego en el despacho y abrieron los regalos que descansaban bajo el árbol.
Uno a uno fueron dedicándose agradecimientos hasta llego el turno de Lucy.
-Es…. Es hermoso…- sonrio observando un pequeño osito de bebe color blanco con pequeños motivos fantásticos.
-Cuando lo vi pensé que sería bonito para él o ella…- sonrio Eustace. –creo que mi sobrino o sobrina debe vestir como todo un príncipe…o princesa…- como toda respuesta una llorosa Lucy lo abrazo.
-Creo que eso es un gracias…- comento Peter riendo un poco ganándose un golpe por parte de ella. – ¡Auch! Bueno, bueno, abre ahora el mío…- pidió señalando una caja grande con un lazo verde, la valiente no se hizo rogar y lo abrió para encontrarse con gran león de peluche, muy parecido a Aslan, según los que lo conocían.
-¡Peter!- sollozo de nuevo abrazando a su hermano con el león incluido.
-Él dijo que debíamos encontrarlo a nuestro modo aquí ¿verdad?- todos, incluyendo al profesor asistieron. –bueno, creo que esa es mi forma de encontrarlo para ti Lucy…
-Gracias…-
Angels, they fell first but I'm still here
Alone as they are drawing near
In heaven my masterpiece will finally be sung
El día continúo su curso y después de una guerra de nieve, que ganaron Jill y Lucy, los cuatro jóvenes se reunieron para la cena en el comedor donde el profesor los esperaba con una extraña caja.
-¿Qué es eso?- cuestiono Jill al notar el curioso contenedor.
-Como todos ustedes han compartido sus aventuras en Narnia conmigo, creo que era justo que compartiera con ustedes la mía…- los cuatro jóvenes lo miraron con curiosidad pero se acercaron y se sentaron alrededor de la butaca donde él se encontraba y esperaron expectantes que el hombre comenzara. – como ya sabrán yo llegue a Narnia cuando esta no existía… llegue a ella después de una aventura que tuve con una niña llamada Polly, la única amiga que tuve en aquellos tiempos… cuando era niño, si, si, fui un niño… hace mucho tiempo…- los cuatro jóvenes rieron. –en una de las aventuras que hicimos llegamos a la casa del tío Andrew, un viejo hombre que tiempo después descubrimos que era un mago, quien creó unos anillos…- abrió la caja y en ella se encontraban los dichosos objetos. -… los amarillos nos llevaban a otro mundo, y los verdes nos traía de regreso… Polly fue la primera en ir, y para traerla de regreso tuve que ir tras ella con los anillos…- el hombre continuo haciendo que la imaginación de los jóvenes recrearan en sus mentes lo que ellos contaban. -… y así conocimos a Jadis, visitamos Charm, aquel mundo donde ella había reinado, quisimos escapar de ella pero la trajimos aquí y cuando la regresamos al bosque entre los dos mundos llevamos al tío Andrew, a un cochero, su caballo y también a Jadis, claro está… después de eso caímos por un pozo y presenciamos la creación de Narnia, ante nosotros surgió un mundo de la oscuridad, de la nada… Jadis escapa y Aslan, aquel león que creo todo, nos pidió ayuda… nuestra aventura ahí comenzó…
-¿Qué les pidió?- cuestiono Jill recostada en el regazo de Eustace.
-Nos pidió que encontráramos un fruto mágico para que el plantara un árbol al que Jadis jamás se podría acercar, permitiendo que bajo la sombra de este árbol los animales pudieran vivir felices…
-¿Cómo la encontraron? ¿La encontraron, verdad?- interrumpió Lucy.
-Paciencia pequeña paciencia…- sonrio el profesor. -… junto con Polly, a bordo de Fresón, el caballo del cochero, solo que algo mejorado, era alado…- todos sonrieron. –bueno, en fin salimos en su búsqueda con Fresón… logramos hacernos con el fruto, pero Jadis también adquirió uno y al comerlo se volvió más fuerte y poderosa, escapo… nosotros cumplimos nuestra misión, Frank, aquel cochero que junto con Fresón y con el tío Andrew, y su esposa, se volvieron reyes y protectores de Narnia… antes de irnos de regreso a nuestro mundo, cuando ya todo estuvo en orden, Aslan me dio uno de esos frutos para mi madre, que estaba muy enferma… la enfermedad de mi madre fue el motivo por el que me mude cerca de Polly, cuando regresamos, y después de darle el fruto, mi madre comenzó a curarse, el resto del fruto y los anillos los enterré… de la fruta creció el árbol que dio su madera para crear aquel armario que los llevo a Narnia y como podrán ver, aquí están los anillos…
-¿Por qué… por que nos muestra esto profesor?- cuestiono Eustace.
-Porque creo que es hora…- empezó el profesor. – de que regresen a Narnia…
-¿Y usted?- interrogo extrañada Jill.
-Yo ya estoy viejo…- sonrio el profesor.
-No, no, de ninguna manera…- le corto Peter. –creo que hay anillos para todos…
-Pero… ¿Peter?- el joven miro a su hermana.
-Un nuevo comienzo Lucy… ¿no lo vez? Regresar y jamás volver… mamá y papá están desechos, Susan ya hizo su vida, esta es nuestra verdadera familia…- aseguro señalando a todos los presentes.
-¿Una segunda oportunidad?- cuestiono ella.
-Una segunda oportunidad para todos…- aseguro el profesor. –la última esperanza…- Lucy observo a todos y asistió.
-La última esperanza…- y con esas palabras todos recogieron los anillos amarillos y a la cuenta de tres se lo pusieron dejándose hundir en la oscuridad, por una última esperanza…
Wounded is the deer that leaps highest
And my wound it cuts so deep
Turn off the light and let me pull the plug
Mandylion without a face
Deathwish without a prayer
End of hope
End of love
End of time
The rest is silence
Ahora mismo se esta abriendo el capitulo de Once upon a time para que continue, si Aslan quiere lo voy a subir hoy xD
Aqui nuevamente me tiene, actualizando Carpe Diem, continuacion de la historia creada por Leia en respuesta mi desafio
quien me sedio el honor de continuarla xD y se lo agradesco y espero estarle haciendo justicia.
Para las fanaticas de los Caspian Lucy, supongo que ya conoceran mis otros proyectos:
Once Upon A Time, que se acerca a la recta final xD
y
Las Cronicas de Narnia, Los Reyes y la Diosa, que ya se encontraron Caspian y los Pevensie xD
Bueno
no me dilato mas xD
nos vemos cuando me vean,
espero que sea en un par de horas
denle al botoncito de abajo
y si me agregan en favoritos porfis dejen aunque sea un:
-i like
-me gusta
-bien
-muy bien
etc
pongo todo positivo porque dudo que si no le gusta me agregen a rewiers xD
bueno ahora si
me retiro
y nos vemos cuando me vean!