PARA LEIA FROM SOMEWHERE
Como ya muchos sabrán, mi nombre es Wanda-Marie840 propietaria de esta cuenta de , y de la gran mayoría de las historias que por ella se transmiten a ustedes, mis queridos lectores, digo la gran mayoría porque esta, y una más, no son de mi autoría, no completa, en el caso de "The Voyage of The Dawn Treader my personal ending" es de Fuckyeatwilight, solo me limite a traducirla junto con Zuzu Howlett, y esta es la continuación de "Amores y desamores de Lucy Pevensie" de Leia From Somewhere, en este caso lo que va a partir de ahora es de mi persona, salvo una nota textual que es con el consentimiento de su creadora, Leia.
Sin más que decir, me limito a lo que me gusta que es, escribir.
Saludos y espero poder hacerle justicia a esta historia.
Capítulo VII: Lo que los trajo
-Bueno…ahora que estamos todos creo que es prudente que comience con mi explicación…- todos los presentes asistieron observándolo. –Bien… el motivo por el que han sido traídos hasta aquí por una última vez es un poco diferente al anterior…- los más jóvenes lo miraron curiosos. –Narnia los necesita, si, pero ella también escucho su llamado y los trajo aquí… una última vez…- sonrió el inmenso león compartiendo por unos minutos, demasiados para ciertos reyes, la mirada con cierta reina que le correspondió el gesto ajena a lo que por la cabeza de aquel ser se cruzaba. –"Si supieras que fines egoístas me obligaron a traerte aquí conmigo no me sonreirías mas… no me verías mas de aquella forma tan inocente y amorosa que tienes solo para mi…"- pensó con amargura.
-¿Y cuál sería esa misión que nos trajo hasta aquí Aslan?- quiso saber Peter observando a todos los presentes, buscando, con acierto, la forma de romper aquel extraño enlace que últimamente venía sucediendo demasiado a menudo entre su pequeña hermana y aquella figura que alguna vez él había tenido como mentor y que de ahora en mas comenzaba a ver como enemigo, un rival por la atención de su querida reina, un rival aun más fuerte que Caspian quizás, solo por el hecho de la extraña fe ciega que tenía su hermanita en esa figura… -"Debo de dejar de verla así… ella no es Susan, ella no es ella…¡Dios! Eustace, maldito…"- pensó con odio, si aquel energúmeno en materia de sentimientos que tenia por primo no hubiera planteado aquella duda que ahora germinaba en su corazón las cosas serian diferentes…
-Hay una nueva oscuridad… un nuevo enemigo se forma pero no tiene forma, no tiene rostro… algunos rumores dicen que viene de las zonas más septentrionales de Narnia… desde las afueras de Carlomen y que se extendió por mar a la Isla Oscura y amenazaba con invadir las Islas Solitarias…- empezó Aslan ignorando lo que pasaba por la mente del magnífico, con su atención puesta al completo en la niña que había conocido alguna vez y ahora dejaba ver a una hermosa mujer, una hermosa madre… los ojos del animal se posaron en el vientre ya pronunciado… si no se equivocaba ya iba por el 4to mes de embarazo, un embarazo que no debió acontecer, que no debió de suceder, no de aquella forma, no con aquel niñato como protagonista, aquel niño que le había robado la inocencia a aquella mujer que él comenzaba a amar…
-¿Aslan?- el gran soberano salió de sus pensamientos para enfocar su mirada ámbar en unos ojos verdes que lo miraban entre preocupados y curiosos, desde un rostro delicado cual querubín que era la cara de su amada reina.
-Lo siento querida ¿Decías?- comento parándose cuan alto era sobre sus cuatro patas y sacudiendo las hojas secas y el pasto que se había asentado en su pelambre.
-Te preguntaba si deseabas cenar con nosotros o pensabas irte por tu cuenta…- sonrió ella ignorando los diferentes pensamientos que cruzaban la mente de su querido amigo.
-Me conoces demasiado bien ¿verdad Lucy? Me gustaría compartir la cena con ustedes pero sabes que en esta forma…- la chica sonrió divertida. – no comparto los mismos hábitos alimenticios que ustedes…
-Tienes razón…- concordó ella divertida antes de ponerse en pie con intención de dirigirse con los otros a la zona donde habían hecho la fogata cerca de la playa de lo que alguna vez había sido la isla de Ramandu y que ahora le pertenecía a su querida hija. – Cuando vuelvas búscame, tengo algunas preguntas que hacerte…- aseguro.
-Apenas vuelva te buscare… como siempre hago…- confirmo el animal antes de marcharse dejando a la joven que pronto fue buscada por cierto navegante.
-¿Y Aslan? ¿Otra vez se marcho?- quiso saber Caspian parándose tras ella y pasando sus brazos por su cintura… desde que habían hablando y Lucy le había aclarado la naturaleza de su estado, su estado y todo lo relacionado con este el navegante había decidido tomar bajo su protección al pequeño, y para asombro de todos, pedirle autorización a la futura madre de formar parte de la vida de ambos, de la forma que ella creyera conveniente… luego de meditarlo por mucho tiempo Lucy acepto, ya había descubierto la verdadera naturaleza de sus sentimientos con respecto al rey y no podía seguir negando lo evidente, por eso, antes de partir, se había anunciado el futuro compromiso entre ambos y la inminente boda… al principio la noticia tomo a todos por sorpresa, y los primeros en tomar la palabra y señalar su postura contra aquello fueron Peter y Aslan, mas el segundo que el primero, asegurando que no debíamos apresurar las cosas. Lucy, con su fe ciega con el león, tomo su opinión en cuenta y decidieron tomar las cosas con calma, si para cuando su nueva aventura culminaba ambos querían seguir adelante con esto, lo seguirían, pese a quien le pese… igual, a pesar de aquello, Caspian no perdía momento de demostrar cuáles eran sus sentimientos con respecto a la reina.
-Si… fue a cenar… ya sabes… pronto volverá…- sonrió ella dejándose abrazar.
-Siempre me pregunte qué es lo que te lleva a ser tan fiel a él… ¿acaso tu nunca…?
-¿…dude de él?- termino ella por él. –nunca me lo puse a meditar con demasiada profundidad, pero si, hubo veces en las que dude de él… tiempo antes de nuestra anterior aventura pensé que nos había fallado, pero pronto estuvimos de nuevo aquí… y ahora nuevamente… pero esta vez para siempre…
Los días pasaron, pronto descubrieron de que se trataba esa "oscuridad" de la que tanto se hablaba, un grupo de gigantes revueltos del desierto y algunas que otras revueltas por allí y por allá… todo en menos de dos meses se soluciono y pronto se vieron todos de regreso en Cair Paravel, bueno… todos no, el profesor por su parte había preferido quedarse por un tiempo en Carlomen así poder pasar información a Narnia de su reino aliado, al igual que Jill y Eustace que optaron por quedarse en Archeland donde fueron recibidos por los nobles y decidieron permanecer… una especie de vacaciones habían dicho…
Las cosas pronto volvieron a su curso, Caspian con sus asuntos de estado casi nunca podía estar junto con Lucy, que se la pasaba su tiempo con sus doncellas o conversando con su hermano o con Aslan… para sorpresa de todos, algo que también trajo esas aventuras en las islas solitarias fue el compromiso de Peter y Lilialdill, Lucy había estado feliz por su hermano, sabiendo aun cuanto sufría por la pérdida de Susan y lo cruel que había sido está con él… Todo parecía marchar bien… todo, obviamente, a simple vista…
-Mi señora tenemos algo que decirle…- aseguro un grupo de grifos y de enanos acercándose con reverencias al trono de la mujer y de su acompañante, un joven hombre de mirada negra.
-Espero que sea importante…- sentencio la mujer molesta.
-Lo es, lo es… encontramos la ocasión perfecta para nuestra victoria…- comentaron. –el baile que celebrara el compromiso y la inminente boda entre el navegante y la valiente…
Capítulo VIII: Compromisos, historias y atentados…
Había pasado ya varios meses desde su llegada a Narnia, y de sus extrañas aventuras…
El peligro que nuevamente los había llevado hasta allí para visitar las islas ya había sido eliminado, y tras esta última victoria en la isla Oscura y en los desiertos que había en todo el reino, pronto se pusieron a corrientes de los sucesos que acontecieron desde su última aventura…
-¿… entonces dices que algunas cosas han cambiado?- quiso saber la valiente algunos días después, mirando con seriedad al navegante que le sonreía. Desde que habían regresado del viaje nada había cambiado en su relación, es más, el compromiso aun seguía en pie y el propio Caspian le había pedido autorización a Peter y su bendición a Aslan para que aquella unión comenzara a crecer en total armonía… claro que aquella noticia hizo que crecieran los rumores en el reino, algunos, los más osados aseguraban que por aquel desliz se habían apresurado las cosas, obviamente el único culpable de esto era Caspian, la reina Lucy era pura e inocente para los ojos del pueblo… todo aquello causaba la gracia de los dos hermanos y de Caspian, si el reino supiera la verdad dejaría de ver a la reina valiente como una diosa, a pesar que para los ojos de cierto rey si lo eran.
-No mucho, pero hay bastantes cambios… ¿recuerdas el mercado de esclavos?- un escalofrió le recorrió la espina dorsal a la joven al recordar lo acontecido en aquella isla en su última aventura, un escalofrió que ella dudaba que fuera solo por el recuerdo de lo sucedido.
-Lamentablemente lo recuerdo a la perfección…- confirmo ella.
-Pudimos lograr erradicarlo de todas las zonas pertenecientes a nuestro reino, Carlomen es un caso aparte al igual que las zonas más septentrionales de nuestro mundo… pero creo que no es momento de conversar esas cosas… ya casi tenemos todo listo para el baile y sobre eso quería hablarte…- luego del regreso de los dos Pevensie, Eustace, Jill y del Profesor, los lores junto con Caspian habían decidido organizar un baile llamando a todos los miembros de las bastas tierras de Narnia a participar del mismo, tantas invitaciones y tan gran evento les habían llevado su tiempo y por eso recién ahora podía, él, ponerse a pensar este asunto que se traía entre sus manos sin ningún impedimento.
-Drinian y Aslan me comentaron que ya todo estaba listo y que pronto llegara Lilialdill…- comento la joven Pevensie con cierto tono de celos en su vos que ella no reconoció pero que el navegante si, sonrió para sus adentros, tal vez aquello podía significar su victoria. –supongo que querías pedir mi autorización para invitarla…
-Creo que eso ya lo habíamos hablado Lucy…- comento entre divertido y preocupado el castaño acercándose por detrás de la joven para pasar sus brazos por su cintura acariciando en ese ínterin el vientre abultado de ya 7 meses de la joven. –entre ella y yo nada paso, nada pasa y nada pasara… estoy contigo, contigo y con nadie más hermosa…- ella sonrió divertida antes de dejarse hacer, buscando pronto los labios del joven navegante con los propios.
-Lo sé… pero no puedo evitarme poner celosa… eres atractivo, ella es atractiva y yo estoy tan gorda como una ballena…- el hombre rio divertido atrayéndola más hacia él.
-Para mí no hay nadie más bello que usted, mi señora…- aseguro él besándola con profundidad, dejando plasmado en aquel gesto todo lo que sentía y quería demostrar. –aparte Lilialdill está con Peter…- ella sonrió divertida ante lo absurdo de sus celos pero él no al dejo pensar mucho y pronto busco sus labios donde se recreo hasta que una garganta aclarándose los obligo a separarse para su desosiego ya que el recién llegado, no otro que Aslan, los estaba buscando.
-Lamento interrumpirlos…- comento el animal tratando de evitar que se evidenciara en su voz sus sentimientos encontrados al ver a su pequeña niña en brazos de otro.
-No interrumpes nada…- aseguro Lucy con una sonrisa en su rostro, ignorando las miradas duras que se enviaban sus acompañantes. -¿Qué se te ofrece?
-Creo que es hora que el anfitrión comience a mostrarse frente a sus invitados y sus huéspedes y aparte la joven Jill te buscaba… algo sobre muchos preparativos y poco tiempo…- comento Aslan quitándole importancia.
-¿Jill? ¿Acaso mi primo y ella han regresado ya?- Aslan asistió. -Bueno… creo que mejor voy en su búsqueda no sea que se termine desesperando… nos vemos después…- sonrió despidiéndose de Caspian con un casto beso en sus labios y de Aslan con un cálido abrazo.
-¿Qué se te ofrece?- quiso saber el navegante una vez que ella se perdió de la vista. –se que no estás aquí para informar eso…
-¿Acaso me conoce más usted, mi lord?- quiso saber Aslan acercándose.
-Te conozco lo suficiente para saber que no te alegra mi relación con Lucy…- sentencio el rey aun de pie mirándolo seriamente. –se como la miras… reconozco esa mirada en cualquier persona…
-¿Y cuál es esa mirada?- le cuestiono.
-La mirada de un hombre enamorado… ¿acaso también contigo tengo que luchar? ¿Acaso no es suficiente con el fantasma de Edmond?
-Nadie dijo que el amor era un camino de rosas Caspian, pero yo admito mi derrota, se que ella jamás me vera como te ve a ti….
-¿Alguna vez pensaste en decírselo?
-¿Para qué? ¿Cambiaria algo?-
La gente iba y venía por todo Cair Paravel, todos estaban absorbidos por el inminente baile que celebraría el compromiso doble de los señores de Narnia con sus prometidas ignorando lo que se gestaba a sus alrededores….
-¿Qué tal te sientes?- quiso saber Jadis cabalgando junto con Edmond, a cada lado se alzaba un inmenso grupo, un ejército lleno de criaturas oscuras que seguían las ordenes de su señora y de su ahora señor.
-Ansioso… quiero verla… quiero tenerla en mis brazos… quiero humillar a Caspian de una vez por todas… quiero hacerla mía de nuevo y demostrarle al mundo que ella es mía y de nadie más…- a su mente llegaron diferentes recuerdos, uno tras otro, de todos los encuentros que habían tenido, pero de un en particular, aquel en el que había sido concebido su hijo…
Flash Back:
…Edmond de la nada había aparecido y se había parado frente a ellos, y con rudeza separo al joven de ella. Lucy, que estaba alegre y feliz, se vio de pronto invadida por la cólera.
-¡Edmond! ¿Qué diantres te sucede?- se quejo ella observándolo como si estuviera loco
-¿Qué me sucede a mí, dices?- cuestiono él con una soltura innata y con cierto aire de celos en su voz.- Qué te sucede a ti, que tienes tan mal gusto para elegir…
-¿¡Qué!?- aquello la todo desprevenida logrando que la poca cordura que tenia ante aquella actitud extraña de su hermano pendiera poco a poco por un precipicio.
-Ya me oíste… Todo ustedes- gruño el Justo, primero a la pareja de su hermana, y después a los pretendientes que esperaban junto a los tres. - Lárguense, ahora.
El grupo de jóvenes lo miró, divertidos. Pero él fijó la vista en ellos, con una mirada asesina, una que deseaba que corriera sangre, pero ya.
-Si alguno de ustedes sigue aquí para cuando termine de hablar, me encargaré personalmente de arrancarles el cuello a cada uno. No… les haré agonizar primero… Unos buenos puñetazos en el estómago, el pecho, la cara, luego les cortaré todo el cuerpo, y créanme que los dejaré agonizando en un lugar en que muy difícilmente alguien en sanas condiciones pueda encontrarlos y llevarlos a un hospital…
Su mirada estaba cargada de ira y sangre. Ninguno de los presentes dudó de su palabra, y se esfumaron en un segundo, dejándolos solos entre la multitud.
-¡¿Eres un imbécil o qué?!- le espetó –La única vez que me puedo divertir con soltura y tu vienes a arruinármelo todo…
Él no dijo nada, y simplemente la tomó fuertemente por la muñeca, arrastrándole en busca de un lugar privado. Ella trató de zafarse de él, pero sus intentos fueron en vano. De pronto Edmond recordó que al lado de la fiesta estaba la casa de sus tíos. No lo pensó dos veces y la jaló aún más fuerte en dirección a la casa.
-Oye- le advirtió -¿Sabes que no deberíamos andar por aquí, no?
-No me interesa- gruño él, volteándose a verla, pero al instante apartó sus ojos al notar el escote que dejaba poco a la imaginación. Ella lo notó y se ruborizó.
Cuando llegaron a la casa, Edmond, en vano, trató de forzar la puerta, ya que esta ya estaba abierta. Con cuidado ingresó llevando a su hermana consigo, subió a lo que le pareció ser el segundo piso, y entró a la primera habitación sin llave con la que se topó.
Hizo un además de invitación permitiendo que ella ingresara al lugar, para luego entrar él. Cerró la puerta con cuidado, pero no encendió la luz.
-Ed- llamó ella -¿encuentras el interrup…?
Antes de que pudiera finalizar cualquier palabra, su hermano ya había presionado sus labios contra los suyos, enloquecido de amor. Inmediatamente buscó abrirse pasó a través de su boca, quien en medio de su pasión le concedió el paso, entreabriendo los labios. Él reaccionó al movimiento de la joven, comenzando a recorrer el paladar y rozar la lengua de la muchacha que amaba. Ella le echó los brazos al cuello, sin poder evitar reprimir su entusiasmo, y él por toda respuesta le sujetó la cintura firmemente con las manos, deslizando éstas por su vientre y su cadera. Ambos disfrutaron enormemente cada segundo que duró el beso, saboreándose, lamiendo, consumiéndose en la pasión que habían llevado dentro de él por años.
Edmond creyó que su hermana sabía mejor que cualquier caramelo. Ella sintió en sus adentros que su hermano podría resultar más delicioso que un chocolate.
Al principio, de manera lenta y luego más apasionadamente, él acarició su vientre y sus senos. Con ese contacto, sin romper el beso, ambos sintieron cómo comenzaban a encenderse. Ella coloco sus manos sobre el pecho de él, y haciendo presión, lo obligó a separarse de ella.
-Edmond… esto está mal- consiguió decir cuando recuperó el aliento.
-¿Por qué?- se quejó él, molesto, atrayéndola hacia sí.
Ella sintió la erección de su hermano, y sintió cómo se iba un poco de su cordura.
-Porque… somos hermanos. Nos repudiarían.
-¿Quiénes?- Edmond siguió acariciando su vientre.
-Papá y mamá… y las demás personas…- gimió un poco cuando su hermano bajó su mano hasta su intimidad. La dulce voz de su hermana le llenó de deseo, de necesidad… debía tenerla… era su obligación…
-Lucy- susurró en su oído -¿Sabes qué? No me importa lo que digan, yo te voy a poseer aquí y ahora, ¿me escuchaste? Y nada va a cambiar eso.
Una corriente le recorrió la espalda a Lucy, mientras su temperatura corporal aumentaba.
-No, Ed… soy virgen.
-Ya lo sé.
-Pero, ¿mi primera vez? ¿Con mi hermano?- El mencionarlo en voz alta hizo que sonara aún más prohibido, y más tentador.
-Qué seductor sonó eso viniendo de ti, Lu- susurró en su oído.
Ella se derritió cuando vio a su hermano lamerse los labios, y el poco sentido común que le quedaba se esfumó, dejando a su paso todo lo que estaba a punto de suceder.
Edmond tomó a su hermana, y reanudó el beso que habían dejado hace un rato. Luego, él buscó a tientas el nudo de su vestido, y ella le ayudó a desatarlo. Una vez deshecho el lazo, le soltó el vestido a su reina y se lo quitó totalmente, dejando entrever un sujetador y unas bragas a juego. Ella quedó descontenta, pues estaba en clara desventaja con Ed, quien estaba completamente vestido. Él no tardó en quitarse el saco, la camisa y la corbata que en algún momento puso tanto esfuerzo en anudarlo bien, seguidos por su pantalón.
Ambos ya se había deshecho de sus zapatos, y Ed finalmente pudo contemplar la femineidad de su hermana en toda gloria. Era perfecta, ¿qué más podía pedir? Era delgada, con senos bien formados, una cintura diminuta y caderas que lo volvían loco. Sin poder contenerse, comenzó a besarla en el cuello, bajando, dejando saliva por donde su boca se abriera paso, pasando por sus senos, lamiéndolos ansioso, masajeando sus pezones que se habían puesto duros por el contacto, succionándolos con su boca, recorriendo aquella suave piel, arrancándole seductivos jadeos que tensaban su cuerpo de la excitación por la que se veía atrapado.
Sus manos, traviesas, exploraban las piernas de la joven, pasando sus manos por sus piernas, tan bien contorneadas, tomando sus muslos en sus manos, acariciándolos, arrancando suspiros de la garganta de la muchacha, que desesperada se agarraba de las sábanas.
-Ed… Edmond…- gimió su hermana –Hazlo de una vez, por favor.
Sonó tan excitante escuchar de los labios de su hermana que quería que la tomara y que la hiciera suya, que él soltó un gemido ronco. Pero se contuvo.
-Aún no- pero vio la expresión de incredulidad de la reina, y añadió –Primero vas a disfrutar tú solita, hermana.
-No me llames hermana- le reprochó ella, medio avergonzada –haces que suene más prohibido.
-Por eso mismo.
Y hundió su rustro en su vagina. Ella tomó a Ed por los cabellos, tirando de ellos levemente. El muchacho se maravilló al ver a su hermana húmeda, extremadamente excitada. Como temiendo herirla, lamió lenta pero sensualmente al principio, provocando que su hermana se removiera, inquieta. Pero hubo un punto que la hizo soltar un gemido de lo más desesperado, y razones no faltaban. Edmond se sonrió a sí mismo, satisfecho por su trabajo, y lamió con más insistencia en ese punto, lo cual causó que Lucy se muriera cada vez más de puro y auténtico deseo. Entonces, apartó su boca para dejar paso a su mano. Suavemente, introdujo un dedo dentro de ella, lo cual arrancó un suspiro de sorpresa de su hermana. Lo comenzó a mover, aumentando la velocidad mientras los segundos se sucedían, masturbándola, haciéndola gozar.
-Eeeed… sigue…
Llegó un momento en el que sintió que Lucy se ponía cada vez más estrecha, así que aumentó la velocidad aún más, llegándole a doler la mano, pero qué más da. Lucy soltó un grito de placer que la llenó completamente, y un temblor de apoderó de ella.
-Eso- dijo ella una vez recuperó el aliento –Eso fue…
-Un orgasmo- le dijo él- y es sólo el primero.
Ella rió.
-Iba a decir que fue asombroso- y se ruborizó.
Edmond no pudo hacer más que besarla profundamente. Ella quiso acariciar su vientre, pero por accidente su mano rozó con su miembro, duro y expectante. Al instante retiró la mano, pero ya era tarde. Ed cerró los ojos, deseoso, y le comenzó a besar los pezones de nuevo, acariciando sus senos, y luego masajeándolos salvajemente, haciendo que broten de sus labios exclamaciones de placer.
Hasta que no pudo soportar más su propia excitación.
-Lucy…- su voz, cargada de amor, resonó por la habitación -No hay que retrasarlo más.
-No- concordó ella -Yo tampoco puedo seguir con esto. Hay que hacerlo, Ed, ya.
Ed asintió, y se colocó a horcajadas sobre su hermana. Ambas intimidades rozaron, y los dos soltaron un jadeo. En seguida Lucy lo atrajo hacía sí, y buscó a tientas su boca en la oscuridad. La encontró, deseosa por un poco de ella. El beso fue lento, y a medida que se iba profundizado, Edmond se iba introduciendo en Lucy poco a poco.
El placer y el dolor llenaron a la muchacha al mismo tiempo, y se sintió morir con cada movimiento y acción de Ed. Él la seguía besando, sin mover las caderas, tomando luego sus pechos con su boca, lamiendo, tratando de distraerse de algún modo, pues quería moverse, llenarla aunque sabía que a ella le dolería.
-Ed…
-¿Sí?
-Muévete.
Eso rompió con su tolerancia, y entendiendo que el dolor se había esfumado, comenzó entonces a embestirla, primero de manera lenta y profunda, y luego más rápida y bruscamente. Lucy sintió cómo su hermano se movía, tomando sus muslos, soltando jadeos que cada vez iban en aumento, y casi sin pensarlo se encontró acompañándolo, gimiendo al mismo tiempo, luego arqueándose para que él pudiera penetrarla con más facilidad, lográndolo.
Luego, esa sensación celestial aumentó, y nada fue mejor que ese momento, sus movimientos totalmente salvajes, ella gritando el nombre de Edmond, con las mejillas sonrojadas, pidiéndole más fuerza, más de todo, y él llamándola también, penetrándola a su gusto, tomándola por las nalgas, por los muslos, gimiendo…
Y llegó un punto en el que ella sintió que el éxtasis recorría todo su cuerpo, haciéndola temblar, jadear, gritar, incontenible, y Edmond no fue la excepción. Ambos sintieron la cima juntos, sudorosos, besándose, ahogando sus gritos…
Lucy se sorprendió por la intensidad del orgasmo, que aún seguía recorriéndola toda. Aunque Edmond sintió que todo aquello había acabado ya, no salió del interior de su hermana, sino que quedó allí, gozando de la sensación.
Ella lo abrazó, y él le correspondió. Se besaron durante un momento, felices de tener el uno al otro, sin importar nada de este mundo.
Fin the Flash Back
-Aun siento su sabor en mis labios y su piel en mi cuerpo…- susurro anhelante. –no dilatemos mas este momento Jadis… lo prometiste…
-Lo prometí y lo cumpliré… espero que tu también hagas tu parte en el trato querido… espera un poco más, cuando la diosa se alcé gozosa y allí podrás reencontrarte con tu amada…
Ignorando todo esto, cierta reina junto a su prima y doncella se preparaban para la inevitable celebración, desconociendo que sus respectivas parejas también lo hacían, aun más ansiosos que ellas.
-¿Qué les parece?- quiso saber Lucy mirándose en el espejo antes de encarar a sus dos acompañantes, Lilialdill y Jill, quienes sonrieron al verla tan bien vestida en aquel traje, un impecable vestido de rojo terciopelo, con un diseño bordado en finos hilos de oro y plata, largo hasta el piso y con sus mangas acampanadas al final. Las otras dos llevaban vestidos similares, en el caso de Jill de un precioso verde y el de la estrella era blanco cual marfil…
Las tres jóvenes se contemplaron un rato mas terminando de arreglarse, peinados y maquillándose hasta que unos golpes les advirtieron de una visita.
-¿Se puede?- quisieron saber Aslan y el profesor, quien también había regresado para aquella ocasión.
-Pasen por favor…- invito Lilialdill terminando de arreglar el cabello de Lucy para que esta hiciera lo mismo…
Ni bien los ojos de Aslan se posaron sobre Lucy, algo dentro de su interior rogo por poder gritar a los cuatro vientos todo lo que en su interior bullía pero sabía que no podía, debía callar por el bien de todos… una mirada significativa de parte de la estrella le hizo comprender antes que fuera demasiado tarde y se recompusiera.
-Están bellísimas…- comento el león observándolas a las tres pero con mayor detenimiento a Lucy ya que el vestido de terciopelo rojo marcaba cada una de las curvas y su ya prominente embarazo de 7 meses. –Serán las prometidas más bellas de todo Narnia… de todos los mundos…- las tres se sonrojaron divertidas pero agradecieron el cumplido…
Don´t tell me when
Something is beautiful.
And don´t tell me how to
Talk to my friends.
Just tell me the names of
The stars in the sky.
What´s your favourite song.
And tell me the names of the
And lovers you had,
Before I came along.
No me digas cuándo
Algo es bello.
Y no me digas cómo
Hablar a mis amigos.
Tan sólo dime los nombres de
Las estrellas del cielo,
Cuál es tu canción favorita.
Y dime los nombres de los
Amantes que tuviste,
Antes de que yo apareciera.
-Ustedes también se ven muy apuestos…- comento de vuelta Lucy ignorando la mirada que le dedicaba su amigo.
-¿Usted cree mi señora?- cuestiono el profesor sacando pecho y haciendo relucir un uniforme típico de la marina narniana con todas sus insignias en los lugares indicados, demostrando su posición en la corte narniana y su jerarquía… ya había varias cortesanas que preguntaban por tan apuesto marino…
-No lo creo, lo sé profesor…- aseguro la valiente terminando de arreglarse, el hombre le ofreció su brazo y así lo cinco comenzaron a desfilar para el salón, de mente y cuerpo, o bueno, cuatro de los cinco…
Don´t put your arms around me
And don´t hold me tight,
´cause I could get used to
Your vision of Paradise.
No coloques tus brazos alrededor de mí
Y no me abraces con fuerza,
Porque yo podría ser utilizado para
Tu visión del paraíso.
-Todo está listo mi señora… cuando guste…
-Que todos se preparen… hoy será una noche digna de recordar… y recuerden… queremos a la realeza viva… los demás son suyo…
Un par de ojos ámbar contemplaban a la gente danzar al son de la música buscando algo en particular, o a alguien en particular…
-Aun no entiendes ¿verdad?- asevero Lilialdill llegando junto a él después de deshacerse por un rato de Peter aprovechando que este estaba hablando con algunos Archelianos y Carlonianos.
-¿Qué mas debo hacer para que los superiores me dejen en paz? Niego a mi corazón, niego mi vida, mi pasado…- sentencio el león observando a la joven reina bailar del brazo del rey.
-Debes arrancártela del corazón… está escrito que quien te ame de verdad aun no ha nacido querido… debes esperar y dejarte de engañar con espejos de colores…
And don´t ask me where
All of the pain goes,
´cause you make me feel
That I don´t know myself.
You say that you want me forever
And I… I say that love is no crime.
So tell me the names of the children
We´ll have at the end of the line.
Y no me preguntes a dónde
Va todo el dolor,
Porque me haces sentir
Que no me conozco.
Dices que me quieres para siempre
Y yo… yo digo que amar no es un crimen.
Por eso dime los nombres de los niños
Que tendremos al final.
So don´t put your arms around me
And don´t hold me tight,
´cause I could get used to
Your vision of paradise.
And don´t let me near the garden
Of earthly delights,
´cause I could get used to
Your vision of paradise,
Of paradise…
Of Paradise.
Así que no coloques tus brazos alrededor de mí
Y no me abraces con fuerza,
Porque yo podría ser utilizado para
Tu visión del paraíso.
Y no me permitas acercarme al jardín
De las delicias terrenales,
Porque yo podría ser utilizado para
Tú visión del paraíso,
Del paraíso…
Del paraíso.
And just use your heart not your head
While I fall apart in my bed.
I find myself aching for you,
I feel myself breaking in two.
Y tan solo utiliza tu corazón no tu cabeza
Mientras me desmorono en mi cama.
Me encuentro doliéndome por ti,
Me siento roto en dos.
So don´t tell me when I should
Come on home.
There might be a time you don´t
Want me around.
So don´t build your world around me
And don´t hold me tight,
´cause I could get used to
Your vision of paradise.
Así que dime cuándo debería
Llegar a casa.
Podría llegar un momento en que no
Me quisieras por aquí.
Por ello no construyas tu mundo a mí alrededor
Y no me abraces con fuerza,
Porque yo podría ser utilizado para
Tu visión del paraíso.
Se acerca el final mis queridos Narnianos, el final de esta bella historia... ¿sera cierto que Aslan tiene a alguien destinado para amar? ¿Se cumplirá la promesa que le hizo la Bruja a Edmond? ¿Hace esto por amor Edmond o no?
¡Todas estas preguntas y mas tendrán respuesta en el próximo capitulo!