Hooolaaa a todos, bueno después de un tiempo y de que una personirijilla me preguntara casi a diario xD. Al fin me decido a publicar mi nuevo fic, este va a ser algo diferente a los anteriores y espero que les guste...

Inuaysha y todos sus personajes no me pertenecen, son propiedad de la gran Rumiko Takahashi.

EL SANATORIO

Hola ¡amigo! Espero que la vida te este sonriendo tanto como a mí, Sango y yo estamos viviendo en la isla de Honshu, nos queda cerca del trabajo y es un lugar agradable, espero que cuando recibas la información que te envió adjunta a esta carta te decidas a venir aquí… Y ¿quién sabe? Tal vez te enamores del lugar.

Espero que leas bien los expedientes, hay uno en particular que creo que te va a interesar.

Saludos Miroku.

Desde que había recibido el paquete de documentos por parte de su amigo y colega no había dejado de releerlos, era un formulario de ingreso y copias de historias clínicas de un sanatorio, había una vacante para un psiquiatra con experiencia en casos de esquizofrenia, la nota que le había escrito le inquietaba un poco, sabía que detrás de esas simples palabras se escondía algo y él lo había detectado… Una advertencia, eso lo alentaba a aceptar la oferta de trabajo, pero lo que más le llamaba la atención era la historia clínica de una paciente, el diagnostico no estaba definido, pero la causa aparente de la enfermedad, según puntualizaba el padrastro y tutor legal de la chica, que también era medico, era hereditaria, por parte de su madre y abuela materna, la frase esta subrayada por Miroku, eso le hacía entender que su amigo dudaba de la veracidad de eso, cosa que lo intrigaba, tomo el formulario y lo lleno con todos sus datos, anexo algunos documentos e hizo llamadas a sus antiguos jefes para conseguir cartas de recomendación y referencias personales.

-creo que me mudare a Honshu- sonrió de medio lado observando los expedientes regados en su escritorio, ese caso era todo un desafío y a él le gustaban los desafíos, mas cuando eran difíciles, eso significaba un grado mayor de esfuerzo y para Inuyasha Taisho no había nada más placentero que un buen reto.

A lo largo de su vida siempre tuvo que esforzarse para conseguir lo que ahora tenia, a sus 29 años era uno de los mejores médicos especializado en psiquiatría, para su madre era su mayor orgullo y el único apoyo desde que quedo viuda y su hermanastro Sesshomaru hubiera heredado la fortuna de su difunto padre, ellos nunca habían sido los mejores hermanos del mundo, por eso Inuyasha siempre se esforzaba por ser el mejor, el sonido de su teléfono celular lo saco de sus pensamientos.

-¿Hola?-

-Hey ¡amigo! ¿Recibiste mi encomienda?-

-Miroku, viejo amigo, precisamente estaba reuniendo todos los documentos para enviártelos-

-eso quiere decir que ¿aceptas el puesto?-

-¡claro! Para mí nunca hay un reto pequeño, además… me pude dar cuenta de que algo muy extraño pasa ahí ¿me equivoco?-

-veo que te distes cuenta… siento si en la nota decía muy poco, pero dentro me tienen vigilado… por eso te elegí, porque eres uno de los mejores psiquiatras… y porque eres duro de matar.-

-¿Qué quieres decir? –

-bueno… sucede que el antiguo psiquiatra… fue asesinado en un supuesto asalto-

-¿y eso qué? El mundo está más inseguro cada día-

-lo sé, lo raro es que no se llevaron ni el dinero, ni el auto ni ninguna de sus pertenencias-

Inuyasha no se esperaba eso, sabía que algo muy delicado había detrás de todo esto cuando leyó las ¨muy cordiales¨ palabras de miroku en la nota, además de las palabras claves subrayadas en la historia clínica, pero no se imagino que un caso, pudiera llevar a alguien a la muerte.

-Miroku-

-¿sí?-

-acepto el trabajo-

-¿con quién hablabas Miroku?- la voz de su joven esposa lo hizo desviar la mirada hacia ella, para Miroku Houshi, todas las mujeres eran hermosas, pero solo una había logrado cautivar su corazón y acabar con la fama de mujeriego que tenía en la universidad.

-con Inuyasha, le envié la vacante para psiquiatra que hay en el sanatorio- la castaña abrió los ojos impresionada, cambiando su expresión a una de confusión

- ¿Por qué? Ese trabajo es muy peligroso ¿se supone que son amigos?-

-sango tranquila, se lo que hago, busque a Inuyasha porque él es uno de los mejores psiquiatras y porque no es tan fácil de matar, el no es estúpido y se dio cuenta, a pesar de haberle dejado muy pocas pistas de que hay algo raro en todo esto y bueno… El ha aceptado encantado-

Sango no se sentía muy bien al respecto sobre esto, era una situación muy difícil, donde lidiaban con gente muy peligrosa que estaba dispuesta a desaparecer a quien sea, con tal de mantener un secreto guardado o más bien enterrado… -confiare en tu buen juicio Miroku-

-¡amor mío! Sabes muy bien que no haría nada que nos pusiera en peligro a ambos y mucho menos a Inuyasha, tranquilízate, resolveremos esto y salvaremos muchas vidas- Sango se acerco a su marido y lo abrazo, llevaban cinco años casados, aun no tenían hijos, pero Miroku estaba decidido a que de ese año no pasaba, ambos eran colegas, el era psiquiatra, graduado de la misma generación de Inuyasha, sango era psicóloga y ambos trabajaban en el sanatorio de Honshu, era un lugar bastante peculiar, pues las instalaciones eran cómodas, amplias y totalmente adecuadas para manejar pacientes con enfermedades mentales, desde los más agresivos, hasta los más callados, aparentemente un sitio de trabajo común y corriente, aunque sus pacientes no lo eran tanto, la mayoría eran hijos, esposos o padres de los hombres y mujeres más influyentes de todo Japón y solo los internaban con un solo propósito y era que nunca se curaran… Esa situación enfermaba de rabia a Miroku y a Sango sobre todo la de una paciente en particular y ese caso especial pronto estaría en manos de Inuyasha.

Inuyasha se rascaba la mejilla mientras pensaba en darle la noticia a su madre, a ella de seguro no le gustaría que su único hijo se fuera a vivir lejos de ella, aunque tampoco lo quería agarrado de sus faldas, de seguro que no le gustaría la idea de que sus visitas se redujeran a 3 veces por semana… A veces a Izayoi le salía la vena protectora, sonrió al recordar el hermoso rostro de su madre al imaginársela con el ceño fruncido, tomo la bolsa de panecillos y te, era una costumbre que cuando pasaran las 6 de la tarde, comprara panecillos, preparara te y fuera a casa de su madre a compartir un rato, tomar la merienda y hablar del día, cerro con llave la puerta de su departamento, subió a su auto y se dirigió a casa de su madre, mientras manejaba observaba las calles de su vecindario, nunca se detenía a apreciar nada, pero ese día en particular sentía la necesidad de hacerlo, era un lugar bastante agradable, en la esquina había un parque, lleno de frondosos árboles al que acudían niños de todas las edades que jugaban y se divertían, en realidad no iba a extrañar nada de eso, se sacudió un poco y siguió su camino, en pocos minutos ya estaba en la entrada de la casa de su madre, era una típica casa japonesa, la casa donde el había crecido, suspiro hondamente para darse valor - aquí voy - toco la puerta y espero hasta que una señora de unos 50 años, muy hermosa de tez blanca y cabello negro abría la puerta.

-¡hijo! No te esperaba tan temprano pasa- el solo atino a mover afirmativamente la cabeza, ella estaba sentada tejiendo guantes y gorros de lana como siempre, aunque aún faltaba meses para el invierno, pero ella se adelantaba un poco, el se fue hacia la cocina, sirvió el té y coloco los panecillos en una bandeja, Izayoi lo seguía con la mirada, algo andaba mal con su hijo -¿Qué te pasa hijo?-

El la miro de reojo, aun no sabía cómo iba a reaccionar, pero si ya estaba ahí…

-mama yo… bueno… me ofrecieron un puesto como psiquiatra-

-oh que bien hijo, ¿supongo que estas feliz?, pero hay algo mas ¿verdad?-

-que bien me conoces… veras, el trabajo es en Honshu y bueno, no podre venir a verte tan seguido, quizás sea solo una o dos veces por semana y pensé…

-¿pensaste que me enojaría?- el asintió con la cabeza, ella dulcifico la mirada y se acerco a él –Inuyasha… eres mi único hijo y si tu futuro profesional esta algo lejos de mi nunca dudes, tal vez me ponga algo triste, pero no puedo ser tan egoísta, si en ese lugar puedes ayudar a muchas personas con tu método… cuentas con mi apoyo- el ojidorado no sabía cómo responder a lo anterior, tenía una mezcla de sentimientos, pero el más importante era el orgullo, se sentía orgulloso de su madre, pensó que tal vez reaccionaria en mala forma ya en alguna ocasión menciono que lo quería siempre cerca, pero esta vez, lo apoyaba, se acerco a ella y la abrazo dándole las gracias.

-¡gracias mama! No sabes cómo me tranquiliza saber eso, viajo mañana mismo por eso, vine hoy más temprano, quería pasar más tiempo contigo, pero tratare de estar aquí el fin de semana- la volvió a abrazar y se pasaron el rato comiendo y hablando de lo que sería su trabajo, omitiendo claro la parte del asesinato del psiquiatra anterior.

Inuyasha manejaba con lentitud, buscaba la dirección del edificio donde Vivian Miroku y Sango, solo se quedaría unos días con ellos mientras buscaba un sitio cerca donde vivir, se detuvo en un edificio de apartamentos de 10 pisos, miro el papel donde había anotado los datos viendo el numero, respiro profundamente y se dio valor para bajar del auto, este era el comienzo de una nueva experiencia, solo que él no se imaginaba la magnitud del problema que se iba a encontrar.

Continuara...

¿Que les pareció? espero sus opiniones, nos vemos byeee...