Hola

Primero que todo gracias por leer. Éste es mi primer escrito. Así que porfavor, no sean muy duras con las críticas *.*

* : Significan pensamientos

Cursiva: Anotaciones para hacer ubicación al lector.

Que lo disfruten.

Disclaimer: Vampire Knight pertenece a Matsuri Hino :)


*"Mmmm. Aquí estoy una vez mas, mirando por la ventana de mi habitación, perdiéndome en la inmensidad de la noche, en la inmensidad del mundo.

Amar y ser amado, perfecta utopía. Vaya! no es un sueño el "para siempre", puedo entenderlo cada que Kaname mira a Yuki, y mi sangre se congela porque ella irradia ese cariño cuando le regresa la mirada a él. Me he preguntado infinidad de veces cómo se sentirá amar algo, pero amarlo con posesión, con intensidad, de esa que… creo yo, sólo puede sentir un vampiro. Ser el centro del universo para alguien, provocar descontrol, inseguridad, fuerza, ganas, Sueños…

A veces… sólo a veces yo también quisiera sentirme de esa manera."*

Pero no, eso sólo era el privilegio de los vampiros y una simple humana jamás podría acceder a tal maravilla.

Sayori suspiro y se alejó lentamente de la ventana terminando por aceptar que sólo hablar con Yuki podría calmar la tormenta que desde hace semanas estaba en su interior.

Camino al dormitorio Luna

Aiduo-Sempai, Ya te dije que no me hables de princesa Kuran! -.-

Pero, usted es una pura sangre,* (No es que me sea fácil decirlo a mi también, todavía no me hago a la idea -.-) Y como tal debo de llamarle.

Pero a Kaname no le dices Príncipe Kuran ¬¬

YUKI! -Interrumpió Sayori-

o.O Yori-chan Qué haces aquí, si el Director se entera…

Lo siento, quería saber como estabas, y verte.

Gracias! Yori-chan yo también quisiera verte mas a menudo, pero Aidou! (torció los ojos) no me permite salir del dormitorio, a menos que sea en compañía de Kaname -suspiró-

Princesa Kuran tengo órdenes, -Específicas de no dejarla salir de las áreas del dormitorio Luna- Terminó Yuki con una monótona voz

No interesa, yo trataré de venir entonces. Dijo alegremente Sayori.

Mientras Yuki se alejó un poco a hablar con Sayori, Aiduo se quedó mirando de lejos a las dos amigas. En sus pensamientos emergían infinidad de sensaciones inexplicables para su maravilloso cerebro…

Contando con hoy era la 4ta vez que Sayori venía, esa muchacha común, delgada de largas y estilizadas piernas, voz suave y mecedora, ojos grandes y de tono caramelo, su cabello en ondas que llegaba hasta sus hombros, sonrisa dulce, mirada fija, manos largas. Pufs! Qué me pasa, en qué momento detalle tan minuciosamente a esa simple humana?
No es que ella me interese, o si? Y que me llame la atención que mi presencia no le afecte, descontrole o si quiere le importe. Verdad?

Nuevamente posó sus ojos en ella, pera ésta vez no sólo se percato de detalles fijos, sino de la tristeza que parecía estar en su alma, de la frialdad que desprendía, de su enigmática seriedad, de lo poco que parecía importarle estar rodeada de vampiros.

Para Aiduo que todo era tan simple de conseguir, más cuando de mujeres se trataba. Claramente le gustaba ser admirado, pero, como no, él era perfecto. Atractivo, inteligente, adinerado, alto, un noble… Qué mujer no se derretiría ante él!

Pero parece que su fórmula ganadora no lograba hacer tambalear ni un poco a la humana, no es que se obsesionara con la idea, pero quedarse observándola detalladamente aún sin él darse cuenta ya empezaba a preocuparlo.

La primera vez era normal, tal vez fue simple curiosidad, pero la 2, 3, 4… Podía pasarse toda la noche escuchando su voz, intentando que el aroma de ella llegara hasta si, y para sumarle al impacto le gustaba, claro, ése aroma de rosas que tenía impregnado en su cabello, en su piel.

Sin darse cuenta su corazón palpitaba y sus manos se pusieron frías, y esta vez no era su poder, era otra cosa, algo que no podía describir algo más allá de su entendimiento vampírico.

Las horas pasaron y Yuki seguía hablando con Sayori, a veces sonreían o simplemente se miraban, esas miradas de complicidad, Aiduo sabía que para Yuki todavía era difícil adaptarse a su posición y que Yori-chan funcionaba como ese pasaje que le permitía regresar a la "tierra" a la tranquilidad.

*El también quisiera disfrutar de la tranquilidad que Sayori Wakaba dejaba con su paso alrededor…