Hola de nuevo, paso a dejar otro capítulo, gracias por el primer Review tezzyth97hot

Cursiva: Anotaciones para hacer ubicación al lector.

Que lo disfruten.

Disclaimer: Vampire Knight pertenece a Matsuri Hino, y solo trato de crear locas parejas junto con mi loca mente :)


Soñar no cuesta nada, eso es lo que suelen decir, pero en mi concepto soñar es lo más caro. Cada que cierras tus ojos y viajas a ese mundo interno en el que todo es perfecto, moldeándolo a tu antojo, a tu necesidad; donde la lejanía no existe ni los límites de poder amar, ése espacio que creamos, a ese donde huimos cada que la realidad nos atropella, donde el cielo no tiene que ser azul, las plantas tal vez ni se enverdezcan, donde el viento se palpa y las estrellas no están tan distantes. Allí, allí huyo, ser un genio no te asegura que los sentimientos no te fragmenten la razón, que tu dominio de la lógica no termine siendo manejado por el de los impulsos, es allí, en ése espacio, cuando me pregunto qué pasaría si… Más es inútil, esa libertad solo dura efímeros minutos, luego abro mis ojos y me encuentro de tope con el muro, ese muro construido no de concreto, sino de amenazas, miedos, intereses, muertes, poder, obligaciones. Entonces descubres lo costoso que se hace dejar atrás lo que soñaste, no te cuesta dinero, pero cuesta tus deseos, lo que anhelas, lo que esperas, a demás es algo que sin dudano obtendrás, Y entonces se preguntan por qué me preocupa mi aspecto, por qué suelo ser caprichoso, arrogante, haciendo todo a mi voluntad. Jah! sino puedo tener un mundo idealizado, al menos trato que el infierno donde estamos sea agradable, por lo menos para mí.

Por qué no darle a las humanas una estrella que no sea distante, un viento que se pueda palpar, si, me gusta ser admirado, pero nos retribuimos mutuamente, Yo, soy el único sol que necesitan para fomentar sus fantasías de príncipes y ellas y sus gritos y los chocolates son mi aumento constante de ego, nadie puede quitarme como me miran , ni los ancianos del consejo pueden manejar sus emociones, mientras que las mías deben ser opacadas por la presencia del apellido de mi familia.

Una vez más, Aiduo había salido a caminar cerca del bosque, teniendo un monólogo sobre sus responsabilidades y verdaderos deseos, como agradecía que Kaname estuviese de vuelta y que Yuki no se le despegara antes de que éste tuviera que partir nuevamente, si bien la nueva pura sangre era extraña, su amor hacía su Rey solo aumentaba cada día y esto le alegraba, Kaname sonreía con frecuencia y ya no se veía tan distante, le gustaba esta nueva faceta. Aiduo poco a poco se había ido desprendiendo de la presencia de Kaname en su vida, adquiriendo una actitud mas madura, esa que podía apoyar al nuevo Rey de los Vampiros.

De pronto fue sacado de sus pensamientos, una ráfaga de viento trajo hasta si el dulce aroma de las rosas, ese que desprendía Sayori-chan. Rápidamente la buscó son sus ojos y con sus sentidos.

Muy cerca de allí, Sayori tenía su mirada fija en el flamante vampiro de cabellos rubios, no pudo evitar la tentación de querer admirarlo aún más de cerca, se veía tan confundido en su avanzar de un lado a otro, sumergido en sus pensamientos, con sus manos en su espalda, ese impecable uniforme blanco, ojos azules, con un caminar semejante a la levitación, sin duda era una criatura hermosa, perfectamente creada, parecía un lienzo vivo, quería acercarse más, tocarlo, descubrir que provocaba esos movimientos dubitativos en sus labios, quería rosar su piel y descubrir como la porcelana se había impregnado en él, quería… pero, salió del trance que Aiduo provocaba en ella y decidió alejarse antes de que la descubriese el Idol del dormitorio luna, como si el viento supiese de sus intensiones, sopló fuertemente provocando un desequilibrio sobre si, sin duda alguna Sayori ya podría sentir el golpe contra el árbol que estaba frente a ella, pero lo que sintió fueron unos cálidos brazos cubriendo de frente su cuerpo y un aroma delicioso que la llevo al más fantástico éxtasis descrito alguna vez. Abrió sus ojos para encontrarse con ese magnífico océano frente así, la profundidad de las orbes de Aiduo eran aún más maravillosas que una pintura, su piel era más nívea que la nieve, que el mármol, más perfecta de lo que alguna vez su cabeza imaginó. Pronto su cerebro hizo conexión siendo consciente del abrazo, llevando su corazón a palpitaciones extremas, como si fuera la última vez que lo haría, choques eléctricos recorrían su piel y sólo se sentía hipnotizada por la presencia que la sostenía tranquilamente.