Disclaimer: No me pertenecen ni los personajes, ni los lugares, ni ciertas partes de la trama. El saldo de mi cuenta bancaria sigue siendo igual de miserable después de publicar y no creo que mi imagen se revalorice con esto.
TILL DEATH DO US PART
Previously, en Till Death Do Us Part: Nuestros protagonistas están a punto de acabar la escuela. La situación en el mundo mágico cada vez es peor, y la guerra es ya una realidad. Los chicos se preparan para salir al mundo, Lily se irá a vivir con James, Remus y Marlenne parece ser algo que ya nunca va a funcionar. Mientras, Sirius ha confesado en voz alta lo que ya sabía hace tiempo, está enamorado de Marlenne.
And that's what you missed on Till Death Do Us Part.
28. Graduación
Soundtrack: Something As Simple As This- Jake Bugg
Lily se acordaba perfectamente de la primera vez que le habían hablado de los exámenes finales de séptimo curso, los EXTASIS. Tenía muy presente cómo le había parecido lo definitivos, lo importantes que iban a ser para el resto de su vida. Como había pensado, sin atreverse a decirlo en voz alta, que era imposible que ella pudiese aprobarlos… Bastante tenía con no perderse cada mañana para bajar a desayunar, ¡como para acordarse de todo lo que había estudiado en siete años! Era una locura.
Y, por supuesto, se acordaba también de lo mayores y maduros que parecían los estudiantes de séptimo, a un paso de tener que trabajar para ganarse la vida, siempre hablando de cosas de "adultos", como buscar piso en Londres, de la academia de aurores, ¡incluso de bodas!
Y ahora era ella la que estaba ahí. A punto de salir de la escuela por última vez, para no volver más. Y desde luego no se veía ni mayor, ni madura… pero sí se veía capaz de acabar los EXTASIS. E incluso se atrevía a pensar que, a falta del último examen, el de Tranfiguración, no le estaba yendo del todo mal.
Levantó la vista para observar la biblioteca llena de alumnos. La mayoría estudiaban, pero había alguno que había sucumbido al sueño, y alguno más que observaba las motas de polvo flotando en los tenues haces de luz de las ventanas, con un gesto de hastío profundo.
Y luego estaba Mary, delante de ella, dándose golpecitos en la cabeza contra el libro que tenía apoyado en la mesa.
- ¿Es una nueva técnica de estudio?- susurró Lily sonriendo- Ya me avisarás si es efectiva.
Mary gruñó y apoyó la barbilla en el libro, mirando a Lily con el ceño fruncido.
- Me quiero matar- contestó con un suspiro- He empezado a estudiar como una loca el capítulo de vegetales, ¡ y me acabo de dar cuenta de que no entra!- exclamó.
Mme Pince y Lily chistaron a la vez. Mary levantó la cabeza para mirar con ojos rencorosos a la bibliotecaria. No se llevaban bien desde que Mary había intentado colar una almohada y una manta la semana pasada, pretendiendo esconderse para estudiar en la biblioteca toda la noche.
- No me acuerdo de cuando fue la última vez que me duché- protestó Mary volviendo a apoyar la cabeza en el libro.
Lily hizo una mueca pero sonrió.
- Estás agotada, deberías descansar… ¡y a darte una ducha!- susurró mirando el reloj- Hemos quedado con Sarah para cenar en una hora.
- No quiero ver a esa traidora- murmuró Mary contra su libro.
- Creo que no deberías tomarte lo de que Sarah haya acabado ya los exámenes de forma personal- Lily se levantó para recoger sus libros y empezó a recoger los de Mary, que protestó débilmente cuando le quitó el libro que estaba usando de almohada- Ella no decide los horarios de los exámenes.
- Debería estar aquí con nosotras, por solidaridad- se levantó y metió los libros que le tendía Lily en la mochila- si fuese una buena amiga, claro.
Lily puso los ojos en blanco y le dio un codazo a la chica mientras caminaban hacia la puerta de la biblioteca, seguidas por la mirada de halcón de Mme Pince. Mary se giró antes de salir y despidió a la bibliotecaria agitando efusivamente la mano y con una sonrisa cargada de veneno que hizo explotar a Lily en una carcajada.
- Te va a echar de menos.
- Lo sé- Mary suspiró- Y yo a ella. A todo el mundo… ¡Incluso a Black!- dijo riéndose- Como se lo digas a él le cuento a todo el mundo que James te llama bombón cuando piensa que estáis solos…
- ¡Serás traidora!- exclamó Lily sonrojándose- ¿Así que nos espías?
Mary hizo rodar los ojos antes de empezar a subir las escaleras.
- La Sala Común no es vuestra. Y déjame decirte que las cortinas a lo mejor hacen que no se os vea, ¡pero no son insonorizadas!
Lily bufó, aun sonrojada. Era imposible encontrar un sitio mínimamente íntimo en el castillo.
- Yo también te echaré de menos- dijo rodeando a Mary con un brazo- aunque seas una pesada, una mandona y una cotilla. ¿Te mudarás al final con Max?
- ¿Quién es la cotilla ahora?- Lily se echó a reír y Mary sonrió- Sí. Pero sólo porque es conveniente. Su piso está muy cerca de San Mungo.
- ¿Sólo porque es conveniente?- la chinchó Lily.
- ¿Has visto a mi novio?- contestó Mary fingiendo exasperación- ¡Claro que no es sólo porque es conveniente! Déjame que te diga que debajo de esos suéteres de niño bueno… en fin- Mary se echó a reír- ¡Pasan cosas!
Llegaron a la Sala Común de Gryffindor bromeando entre risas. Mary dejó sus cosas en la mejor mesa de al lado del fuego, lanzando una mirada de advertencia a unos alumnos de segundo que parecían tener intención de instalarse en ella.
- Voy a darme una ducha y vuelvo- dijo examinando uno de sus rizos con curiosidad- Tengo que volver a repasar los movimientos de varita de los últimos temas… ¡la rana que transfiguré en gato ayer aún croaba!
Lily se rió y se sentó en la mesa. Sacó sus libros y suspiró. Tenía la cabeza embotada, no podía leer ni una línea más. Tras hojear el libro volvió a suspirar y sacó su agenda gemela. Quizás un paseo con James, y la posibilidad de uno entre un millón de que encontrasen un sitio para estar solos y que ese sitio no fuese un escobero, conseguía relajarla.
Abrió la agenda en el día correspondiente y vio que James se le había adelantado.
No creo que nos veamos hoy… :(
¿Quidditch con los chicos?
James tardó un par de minutos en contestar.
Prométeme que no te vas a enfadar.
Lily inspiró y solo escribió ? en la agenda. Bien grande.
Puede que estemos castigados.
¿Puede? ¿Cómo que puede?
Las palabras de James tardaron en aparecer unos segundos.
Estamos castigados. Sirius la ha liado un poco.
James…
Sirius ha aturdido a unos Slytherin de quinto. Pero ha sido una causa de fuerza mayor.
¿Fuerza mayor?
Se estaban metiendo con un Ravenclaw en el patio.
James hemos hablado muchas veces de lo de la "solución Merodeadora" a los problemas, no podéis…
Las palabras de James aparecieron sobre el papel obligándola a detenerse.
Lo sé, Lily. Ya lo sé. Era broma, me lo tomo en serio, de verdad.
La chica suspiró y miró al fuego. Quería calmarse antes de seguir escribiendo. James no era un crío, y ella no era su madre, y la situación en la escuela estaba empezando a ser insostenible. Y aún así los chicos, y en especial Sirius y James, habían demostrado un cambio de actitud radical en sus últimos meses. James era un Premio Anual querido y respetado por la mayoría de alumnos, y ella había tenido que tragarse sus prejuicios uno detrás de otro. No podía seguir comportándose como si nada hubiese cambiado, porque las cosas habían cambiado drásticamente; si James decía que era una causa de fuerza mayor, le debía, por lo menos, la presunción de inocencia.
¿Os han castigado a los cuatro? Escribió cambiando de tema
No, sólo a Sirius. Pero hemos convencido a la McGonagall para que nos castigase a los cuatro.
No creo que os haya costado mucho convencerla. Lily se rió suavemente, pensando en la mirada de severidad de la profesora. Aunque debo decir que no me parece una decisión muy inteligente…
Queríamos pasar nuestro último castigo juntos. Estamos estudiando en su despacho. No está realmente enfadada, estoy un 75% convencido ;)
Pobre mujer. Seguro que os acaba echando antes de tiempo.
Pues no te lo creerás, pero la he pillado un par de veces mirándonos con los ojos vidriosos. Yo creo que le da pena que nos vayamos.
Lily no puedo evitar soltar una carcajada, ganándose miradas extrañadas de toda la Sala Común de Gryffindor. Tosió para disimular. Debía parecer una loca riéndose sola. Aunque no sería el primer caso de crisis nerviosa en medio de los exámenes; a un Hufflepuff le habían tenido que llevar a la enfermería hacía dos días después de encontrarle transcribiendo el manual de CAO en las paredes de su habitación.
Síndrome de Estocolmo
;)
Avísame cuando os suelten. Si no es muy tarde bajaré a estirarte de las orejas por bobo. Me voy a dar un paseo…
Pásalo bien
…y a buscar un novio que no esté castigado.
¡Eh!
Cerró la agenda sonriendo y la guardó en el bolso. Ni la McGonagall podía resistirse al encanto de esos cuatro. Claro que los echaría de menos, siempre haciendo ruido, riéndose, armando jaleo… con alguna idea nueva cada semana. Con los deberes sin hacer, cara de sueño, con una prepotencia a prueba de bombas. Pero en el fondo eran las personas más valientes y leales que Lily había conocido, aunque fuesen demasiado impulsivos para su propio bien.
Por lo que parecía, iba a tener que dar ese paseo sola.
El aire que la recibió al cruzar la puerta principal no era frío, pero dejaba claro que el verano aún no había empezado en Escocia. El atardecer olía a las flores que crecían alrededor del castillo y al lago, que brillaba como un espejo reflejando las nubes. Lily inspiró y empezó a caminar hacia la orilla, dejando atrás grupos de gente disfrutando de los últimos rayos de sol.
- ¡Lily!
Se giró para ver a Dirk Cresswell haciéndole gestos con la mano a unos metros de ella. Estaba sentado, solo, cerca de la entrada del estadio. Lily se acercó sonriendo. Era raro ver a Dirk ahí sentado, simplemente relajándose. En la imaginación de Lily Dirk siempre estaba debatiendo, mediando en conflictos, estudiando o creando grupos de respuesta a problemáticas complejas, por ejemplo, como repartir los turnos del baño de prefectos.
- ¿Qué haces aquí?- preguntó la chica sentándose a su lado.
Dirk, apoyado sobre los brazos y con las piernas estiradas, miraba con los ojos entrecerrados hacia la puesta de sol.
- Hace una tarde bonita- contestó sin mirarla- Y estoy harto de estudiar.
- Yo también.
- ¿Mañana acabas?
- Sí.
Dirk asintió y la miró de reojo. Luego volvió a observar la puesta de sol, para mirarla tan solo unos segundos más tarde. Lily sentada como un indio sobre el césped, le miró con cara interrogante. Él inspiró.
- ¿Puedo contarte algo Lily?
Ella asintió con curiosidad.
- Le he fallado a mi mejor amigo. Le he fallado porque es gay.
Lily abrió la boca para decir algo, pero se lo pensó mejor. Luego frunció el ceño y se mordió el labio. Dirk volvió a mirar la puesta de sol.
- Siento si te ha molestado Lily… Necesitaba decírselo a alguien. Hoy ha sido un día de mierda.
La chica sacudió la cabeza rápidamente, ruborizándose porque él había malinterpretado su silencio.
- No… Dirk. No me molesta. Claro que no me molesta- se apresuró en responder- Pero no me lo esperaba… No se por qué…
- ¿Te lo he dicho?
Ella asintió con la cabeza y le tomó de la mano.
- Pero obviamente no me molesta- repitió con una sonrisa que esperaba que tapase su asombro.
Ambos se miraron y sonrieron. Dirk entrelazó sus dedos con los de ella unos segundos, antes de soltarle la mano.
- Te lo he dicho porque sabía que no ibas a juzgar. Y porque sé que sabes guardar un secreto. Sé lo de Remus Lupin, y sé que es uno de tus mejores amigos, pese a todo.
- ¿Qué sabes?- preguntó Lily sin poder evitar que el corazón se le acelerase, intentando parecer desconcertada.
Dirk ladeó la cabeza.
- Después de lo de Snape y de la Casa de los Gritos… - hizo un gesto elocuente con la mano- Flitwick habló conmigo y con otro de los prefectos. Confió en nosotros para que intentásemos callar los rumores. Nos hizo prometer que no diríamos nada.
Lily inspiró y volvió a mirarle preocupada. Él sonrió ligeramente para tranquilizarla.
- ¿Qué ha pasado?- preguntó Lily, en parte preocupada, en parte para cambiar de tema.
Dirk se apoyó en las rodillas y se rascó la cabeza.
- Hay más personas homosexuales en Hogwarts. Y no todo el mundo es discreto porque… joder, ¡no tienen porque ser discretos!- exclamó enfadado de repente. Lily notó que el malestar parecía en gran parte consigo mismo. Tardó unos segundos en seguir hablando, más calmado- Hoy unos Slytherin se han empezado a meter con mi amigo, en el patio. Le han empezado a llamar nenaza y marica. Diciéndole que era una aberración, porque cualquier mago sabe que su deber es propagar la sangre mágica… le han hecho arrodillarse para fingir que… que se la estaba chupando…- Dirk apretó los dientes y cerró los ojos- Y no he hecho nada. Me he quedado tan acojonado, pensando en que me podía salpicar a mí, que no he hecho nada... Black ha tenido que venir a partirles la cara y dejarles inconscientes. Ha tenido que defender a un chico de mi casa. Un chico de mi casa que no es hijo de muggles, y que es mi mejor amigo.
Lily volvió a tomar la mano de Dirk, que tenía los ojos brillantes.
- ¿Cómo está?
- Asustado… pero bien- cerró los ojos y apretó los labios- Ni siquiera me ha reprochado que no le ayudase ¿sabes? Como si ya supiese que no iba a hacer nada… Me siento como la mayor mierda y el mayor fraude que ha caminado por esta escuela. Soy un puto cobarde.
La chica le apretó la mano y le hizo mirarle a los ojos.
- No eres ningún cobarde, Dirk. Simplemente no supiste reaccionar. Ser un valiente no es siempre ir a partirse la cara en el segundo cero.
- Black hizo lo que había que hacer.
Lily inspiró. Estaba de acuerdo, aunque no aprobase los métodos de Sirius. Pero también sabía lo que era el miedo, la sensación paralizante que sobreviene al temer por uno mismo, al ver demasiado claramente lo que te espera en el futuro. Era algo que tenía cada día más presente desde que había decidido estar en la Orden del Fénix, y sabía que no era fácil luchar contra ello.
- Ser un valiente también consiste en hacer otras cosas. En hablar con ese chico y asegurarse de que esté bien. En exponer el caso a los profesores y… ¡no sé! Tú eres el futuro político, sabes que hablando se saca algo más que a puñetazos.
Dirk cerró los ojos y apoyó lo cabeza en las rodillas.
- Puede que tengas razón. Pero ha sido un día de mierda igualmente.
Lily le rodeó con un brazo y se quedó su lado viendo desaparecer el ultimo resquicio de sol naranja sobre la superficie del lago, en silencio. Pensando en que al salir de Hogwarts, iba a tener que luchar con todas sus fuerzas para ganar todos los trocitos de libertad que aquella guerra insidiosa les estaba quitando. Pensando en devolver a la gente la seguridad de que no hay nada malo en ellos; que ser muggles, squibs, gays u hombres lobo es simplemente ser personas.
Pensando que estaba dispuesta a hacerlo.
Dirk se despidió de ella con un abrazo fuerte, haciéndola prometer que se cuidaría mucho, y dándole las gracias. Lily le dio un beso en la mejilla y le dio también las gracias por ser siempre ese punto de vista que nadie quiere oír, pero que todo el mundo debiera escuchar. No dudaba que alguien como él era capaz de conseguir hacer la Comunidad Mágica un lugar mejor para todos.
Cuando más tarde, ya de noche, los merodeadores llegaron a la Sala Común, Lily los estaba esperando con unos sándwiches y unos zumos. Y antes de que se fueran a dormir, insistió en darles un abrazo y un beso a los cuatro.
- Como una puta regadera…-murmuró Sirius dándole un bocado a su sándwich y desapareciendo por la escalera que llevaba a sus habitaciones, detrás de Peter y Remus, igualmente desconcertados, pero muy contentos por el sándwich sorpresa.
James la miró con una ceja alzada y Lily le obligó a bajarla con el pulgar. Luego le dio un beso en la boca antes de obligarle a subir con sus amigos a la habitación con una palmada en el trasero.
- No sé qué hemos hecho, ¡pero hay que repetirlo!- le oyó exclamar desde la habitación de arriba, mientras los otros chicos se reían.
Lily esa noche durmió tranquila, pese al examen, orgullosa de sus amigos. Orgullosa también de Dirk. Orgullosa detener personas tan excepcionales en su vida. Deseando estar a la altura de esos corazones valientes y generosos.
-o0o-o0o-o0o-o0o-o0o-
Marlenne estaba recogiendo lo poco que le quedaba por meter en el baúl, mientras escuchaba a dos de sus compañeras discutir sobre si un cepillo de pelo le pertenecía a una o había sido un regalo de Navidad de hacía cuatro años de la otra. Dos segundos más tarde estaban abrazándose y llorando.
-Las emociones son una cosa muy jodida- murmuró la rubia para sí misma, metiendo los papeles de inscripción que les habían entregado a principio de los EXTASIS en una carpeta, sin preocuparse demasiado por ordenarlos.
Marlenne no sufría por el resultado de los exámenes. Sabía que le había ido bastante bien; se lo habían dicho de manera extraoficial en su entrevista para el departamento de Seguridad Mágica del Ministerio, del que pasaría a ser empleada en menos de una semana. Tampoco había estado muy nerviosa antes de saberlo… Vivir una guerra y aceptar que vas a poner tu vida en riesgo para intentar ganarla le había hecho relativizar mucho tus problemas; las notas de sus exámenes estaban por detrás de muchas cosas. Demasiadas
Quería muchísimo a sus amigos de Ravenclaw, pero durante ese último curso no podía evitar sentirse distinta, poco involucrada en el día a día, en las rutinas de estudio, clases y tardes en la sala común de la torre. Esa ya no era su vida. Y no era que no le gustase, hubiese preferido sin dudar discutir dos horas con sus amigos sobre algún libro o problema expuesto en clase a tener que perfeccionar un montón de encantamientos en el antiguo cuarto de prefectos, dirigidos siempre a hacer daño a alguien.
Pero sabía qué era lo que tenía que hacer. Lo que quería hacer.
- Marlenne, creo que te buscan.
Marlenne, distraída, levantó la vista de su baúl. Sus dos compañeras miraban hacia la ventana que estaba detrás de ella con expresiones entre asombradas y de preocupación. Se giró rápidamente, asustada.
- Pero qué…- dijo frunciendo el ceño. Al otro lado de la ventana, Sirius sonreía de manera imperturbable, flotando en el aire encima de su escoba. Marlenne abrió la ventana y él saludo con la mano a sus compañeras, que seguían clavadas en el suelo mirándole- ¿Qué mierdas haces aquí Sirius?- dijo enfadada- ¿Quieres que nos expulsen a los dos?
- Vaya, McKinnon. Esa boca no es digna de una señorita- contestó él levantando una ceja- Nos graduamos mañana, no creo que haya mucho peligro de que nos expulsen.
Marlenne cruzó los brazos y ladeó la cabeza, pero no dijo nada. Sirius sonrió de forma torcida. Sabía que tenía razón.
- Black, no puede haber chicos dentro de las habitaciones de las chicas, y menos de otra casa- dijo una de las compañeras de Mar, rompiendo el silencio cómplice.
Marlenne se giró para contestarle que no fuera tan pejiguera, pero Sirius se le adelantó.
- Que yo sepa no he entrado en ninguna habitación. Sólo he venido a buscar a Marlenne.
- ¿En escoba?- preguntó la otra compañera con tono ofendido- ¿Quieres que se escape por la ventana?
- Sí- Sirius hizo rodar los ojos- ¿Son siempre así, o es que hoy tienen ganas de tocar los cojones?- preguntó mirando a Marlenne e ignorando a las chicas, que protestaron débilmente.
Marlenne se rió.
- Los sentimientos están a flor de piel… ¿De verdad has venido a buscarme?
Sirius se encogió de hombros.
- No, sólo estaba dando un paseo, intentando espiar las duchas de la planta de arriba, pero no he podido y he pensado… ¡Vamos a ver que hace mi vieja amiga Mar!
La chica puso los ojos en blanco pero se rió, y en un momento se puso un jersey y se encaramó a la ventana. Sirius la ayudo a sentarse detrás de él con facilidad.
- Despídete de Tweedledee y Tweedledum- murmuró haciéndola reír.
Marlenne se despidió con la mano de las chicas, que seguían mirándoles sin disimulo y le devolvieron el gesto de manera automática. Sirius aceleró suavemente con la escoba en dirección al lago y Mar se agarró a su cintura.
Sentía su respiración en la nunca. Esperaba que ella no notase que su corazón estaba latiendo en estilo libre.
- ¿Sabes que mañana no se va a hablar de otra cosa verdad?- dijo Marlenne riéndose- Podías haber hecho esto un par de meses antes, mi vida social podía haber aprovechado la emoción.
Sirius se giró haciendo una mueca. Mar le tapó una boca con la mano.
- Ni se te ocurra. Cállate- le ordenó antes de que el chico dijese la barbaridad que ambos sabían que iba a decir- no lo estropees.
La mano de Marlenne desapareció enseguida de su boca, sin dejarle recrearse en su suavidad y haciendo aparecer el deseo de morderle las yemas de los dedos.
- ¿Dónde vamos?- preguntó ella mientras hacía un giro sobre el lago, para volver al castillo.
- Hemos pensado en subir a la Torre de Astronomía a despedirnos de la escuela. Lily, Sarah y sorprendentemente Mary han aceptado la invitación de los Merodeadores a tan distinguido evento…- Sirius se giró y Marlenne alzó las cejas con incredulidad- Estaría bien, ya que se supone que eres nuestra amiga, que vinieras.
Marlenne suspiró. Sirius dirigió la escoba hacia los tejados de las torres más altas de la escuela.
- No es que no quiera ir, Sirius. Pero aún es raro estar cerca de Remus. No hemos hablado prácticamente nada desde… ya sabes.
Sirius asintió pero no se giró para mirarla. Claro que sabía perfectamente a lo que se refería. En Semana Santa Marlenne le había dado un beso a Remus en la biblioteca y él había vuelto a decirle que no podían estar juntos; eso había sido demasiado para Marlenne, que parecía haber desistido del todo.
Sirius aterrizó en la azotea de la Torre de Astronomía. Marlenne se bajó de la escoba y se puso en frente de él con el ceño fruncido.
- Están abajo, no nos oirán- dijo él antes de que pudiese reprocharle traerla hasta allí.
- Llévame de vuelta a Ravenclaw. No quiero que te pierdas la fiesta
Sirius se bajó de la escoba y negó con la cabeza.
- Me imaginaba que no querrías venir. Les he dicho que tenía algo que hacer, no me esperan hasta dentro de un buen rato… ¿Qué se te ocurre que podemos hacer mientras tanto?- preguntó con fingida inocencia.
Marlenne cruzó los brazos.
- ¿Planeas volver a darme uno de tus "besos", también conocidos como "bofetada con un filete crudo en los labios"?- preguntó con curiosidad.
Sirius soltó una risotada y se sentó en el suelo, apoyado contra la pared más resguardada del viento. Dio unas palmadas en el suelo para indicarle a Marlenne que se sentase a su lado.
La chica, tras un par de miradas de reojo, aceptó.
- ¿Cómo han ido los exámenes?- preguntó ella tras unos segundos de silencio
- ¿En serio? ¿Eso me vas a preguntar?- dijo Sirius con tono ofendido.
Marlenne inspiró.
- ¿En serio? ¿Así de difícil te vas a poner?- le reprochó imitándole.
Sirius volvió a reírse.
- Me han ido bien- contestó poniendo los ojos en blanco
- ¿No me vas a contar la historia de cómo has desarmado al examinador en el examen de defensa?- contestó con rentintín- La gente no puede dejar de hablar de ello…
El chico la miró de reojo.
- Yo no tengo la culpa de que la gente hable… Y por si no te acuerdas, James y Peter estaban en tu grupo de examen, Miss "puedo hacer hablar a mi Patronus en francés".
Marlenne chasqueó la lengua, fingiéndose avergonzada.
- Supongo que todo se pega. También lo de ser un presumido- contestó dándole un codazo.
- Todo se pega. También aprender a callar cuando te dicen subnormalidades.
- Si dices eso, ¡es que no se te ha pegado para nada!
- No digo que se me haya pegado a mí- Sirius la miró de reojo y ella se rió.
- Voy a echarte de menos, Black.
- Deberías echarme de menos ya. Apenas nos vemos.
Marlenne asintió y en un arrebato espontáneo apretó la mano que Sirius tenía apoyada sobre la rodilla. Ambos permanecieron callados unos segundos, mirando las estrellas brillantes que decoraban aquella noche.
- Hablando en serio, Sirius, he estado pensando y…- le miró a los ojos- Por un margen ajustado, este año me has tratado bien más veces de las que me has tratado como un bastardo malnacido. Así que gracias, supongo.
- De nada, supongo- replicó el moreno- Yo posiblemente te eche de menos a ti también. Algún día, probablemente.
- Oh, Sirius. Sabes hacer sentir especial a una chica- bromeó Marlenne arrellanándose contra la pared- Es lo más bonito que me han dicho nunca- añadió con sarcasmo.
- Gracias. Lo del filete crudo ha sido precioso también. Me ha tocado el centro de mi pequeño corazoncito- contestó él señalándose el pecho.
La chica le miró alzando las cejas y se incorporó, apoyándose sobre las manos.
- En realidad debería darte las gracias. Esto es lo más emocionante que me ha pasado en mis siete años aquí, en cuanto a mi vida romántica. Aunque sea un encuentro romántico ficticio.
Sirius se giró para mirarla.
- ¿Alguien se está olvidado de los paseos por Hogsmeade con Prewett?
Marlenne puso los ojos en blanco.
- Por favor, ¿Sirius Black viniéndome a buscar a mi habitación en escoba, clandestinamente? A mas de una le habrá explotado la cabeza en mi sala común- dijo la chica con disgusto, pero luego se rió.
- Me alegro de ser un hombre objeto en tus planes, Mar. No te cortes, úsame todo lo que quieras- contestó el chico con sorna.
- ¿Seguro?
- Sí, claro- contestó él encogiéndose de hombros.
Marlenne se impulsó sobre las palmas de las manos, y antes de que Sirius se diese cuenta, la chica había juntado sus labios a los de él, y sus manos descansaban sobre sus mejillas. Entreabrió los labios, y la boca y las manos de Sirius reaccionaron antes que su cerebro, imitándola y enterrando sus dedos en los rizos rubios de la chica, obligándola a inclinarse para ganar acceso completo a su boca. Ella le mordió el labio inferior y Sirius la estrechó aún más contra él, olvidándose de respirar y de pensar, concentrado solo en la sensación y en sus sentidos, deseando que toda la distancia y la ropa que los separaba se desvaneciese.
Las manos de Marlenne viajaron hasta los hombros de Sirius, y tras un gemido suave, se separó con cuidado de él.
Se miraron a los ojos. Sirius intentando esconder su asombro y la necesidad de seguir besándola, aún tenía una mano en el pelo de Marlenne. Ella sonrió.
- Vaya- murmuró- Eso ha estado mucho mejor que la primera vez- se apoyó de nuevo en la pared y miró de reojo a Sirius, que tenía las cejas alzadas.
- ¿Qué ha sido esto?- preguntó él en un susurro, sabiendo que estaba muy cerca de empujarla contra la pared y seguir donde estaban hacia unos segundos. Se obligó a respirar, concentrándose en cada contracción de su diafragma.
Marlenne, sin entender muy bien la seriedad de Sirius, le dio un golpecito en el brazo.
- Como alguien me dijo una vez "eres una chica guapa, yo soy un chico impulsivo… no le des más vueltas"
Sirius cerró los ojos y sonrió recordando la conversación que habían tenido en el Hogwarts Express después de que él la besara en Hogsmeade.
- Siento haberte dado un beso, Sirius- dijo ella frunciendo el ceño, arrepintiéndose de repente- Supongo que ha estado mal… No quería "aprovecharme" de ti ni nada. Sólo es que estábamos aquí y es como emocionante y no es que quiera contarle nada a nadie…- dijo atropelladamente- Es algo para mí, para recordar… Lo siento, de verdad-suspiró al final- Aunque mi beso le ha pateado el culo a tu beso, perdona que te diga…- acabó en un murmullo débil.
El chico volvió a reírse y se apoyó en la pared al lado de Marlenne. Aún sentía todos los músculos de sus brazos y torso tensos, preparados para atraerla contra él y no dejarla ir.
- No me pidas perdón; tienes razón- la sonrisa de Sirius hizo que la chica dejase de angustiarse y le devolviera la sonrisa- Después de joder tu primer beso, te merecías al menos algo en condiciones… Y tu beso ha ganado. De momento.
Marlenne le miró de reojo.
- ¿Planeas una revancha?
- Cuando menos te lo esperes- contestó el chico mirando las estrellas, sonriendo de la manera torcida que era marca de la casa- Para otra vez recuerda… no sé, usar un poco la lengua.
La chica le dio un manotazo y cruzó los brazos.
- Cállate la boca. Ha sido insuperable, Black… Está bien saber que el que Remus no quiera saber nada de mi al menos no tiene que ver nada con que sea mala dando besos.
Sirius disimuló la descarga helada que produjo oír hablar de su amigo. Se rió, sin que el sonido alcanzase sus ojos.
- Ese nunca es el problema, Mar. Lo aprenderás en tus próximas citas.
Ella asintió sin convencimiento, y tentativamente apoyó la cabeza sobre el hombro del merodeador.
- ¿Tienes que bajar ya o nos podemos quedar un rato más aquí? Me gustaría recordar Hogwarts tal y como lo veo ahora. Post-beso, y tal.
- Eres una cursi.
Ella inspiró pero no contestó, ni apartó la cabeza de su hombro. Sirius, con suavidad para que ella no se diese cuenta, tomó entre sus dedos uno de los rizos salvajes que caían por la espalda de la chica.
Él también quería guardar ese recuerdo de Hogwarts para siempre.
Aunque no tuviese ni idea de lo que acababa de pasar y sintiese que intentar obviar ese beso y esa noche iba a ser como intentar volver a meter pasta de dientes dentro del tubo.
Ya se preocuparía mañana, cuando Marlenne no estuviese a su lado.
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- ¿Qué ha ido a hacer Sirius?- preguntó Lily con curiosidad, sentada en la barandilla del balcón de la Torre de Astronomía.
James, a su lado, negó con la cabeza mientras miraba a sus amigos distraídamente. Sirius había llegado volando con la escoba hacía pocos minutos y en ese momento bebía whisky de fuego directamente de la botella, sentado en el suelo a unos metros de ellos, entre Mary y Remus. No habían hablado de ello, pero James se hacía una idea de qué había hecho Sirius, o mejor dicho, con quién había estado. No habían vuelto a hablar del tema desde que habían ganado la Copa de Quidditch y Sirius le había soltado que estaba enamorado de Marlenne. Como un puñetazo en toda la cara.
No se había planteado nunca que Sirius pudiese decir en una frase las palabras "yo" y "enamorado", y estuviese hablando en serio, además. Pero después de oírle decirlo, no dudaba de que hablaba en serio. Y también sabía que había un 95% de posibilidades de acabar en drama; Sirius, Marlenne y Remus; y todos los demás por extensión.
Suspiró. Confiaba en Sirius más que en él mismo. Y sabía que su amigo haría todo lo posible por mantenerles unidos, aunque fuese a costa de su propia felicidad.
Aunque empezaba a dudar que tal y como estaba el mundo, y las pocas posibilidades de felicidad que existían en él, Sirius tuviese que sacrificar su oportunidad.
- No sé- dijo finalmente con una sonrisa- Pero nada malo, estoy seguro- añadió con cara de falsa seriedad.
Lily chasqueó la lengua y se rió.
Excepto ellos dos, todos estaban jugando a cartas, compartiendo la botella de licor caliente. Sus risas inconteniblesdejaban traslucir que todos estaban achispados, incluso Mary se había animado.
- ¿Y si no entro a San Mungo?- repitió por décima vez aquella noche, alterada de repente- ¿Qué será de mí? ¿Tendré que repetir séptimo?
- No hace falta. Puedes pedirle trabajo a Hagrid, y ser su ayudante- ofreció Remus riéndose.
- O puedes hacerte bailarina exótica. Elfo bailarín exótico- añadió Sirius pasándole a la chica la botella de whisky.
Mary hizo una mueca y miró a los chicos de reojo. Pero aceptó la botella.
- No me gusta bailar- murmuró entre dientes. Luego dio un segundo trago y se limpió la boca con el brazo- Y el bosque me da miedo.
- ¡No les hagas caso Mary! Vas a entrar en San Mungo seguro- dijo Sarah con convencimiento, aceptando la botella que le tendía su amiga- Aunque sólo sea por pesada.
- ¡Eh!- protestó Mary enfadada, entre las risas del resto- Es muy fácil reírse cuando ya tienes el súper trabajo de tu vida esperándote cuando salgas...- murmuró con rencor
- ¿No lo dirás por Sarah, verdad?- bromeó Sirius- Sólo la ha fichado un equipo de la Premier de Quidditch…
Sarah se puso roja y le dio un trago a la botella de whisky sin mirar a los chicos.
- Sí… Los Appleby sólo quedaron quintos este año en la Liga, ¿no Wormy?- preguntó con inocencia Remus mirando a su amigo.
Peter sonrió.
- Sólo.
- Vale, vale…- Sarah agitó las manos para hacerles callar- Soy extraordinaria y maravillosa, ya lo sabemos todos, ¡pasemos al siguiente tema!
Todos se rieron escandalosamente, incluso Mary, su crisis existencial ya olvidada.
Lily se levantó de un salto de la barandilla y caminó hacia la pared del fondo de la torre, alejándose de sus amigos. Ese aula estaba en desuso desde hacía años, demasiado lejos del resto de clases y salas del resto del castillo como para resultar práctica. Por eso era un sitio popular y lo suficientemente clandestino como para que los Merodeadores y otros alumnos lo usasen cuando no querían ser vistos. Lily no había estado nunca allí, salvo una vez con Sarah, simplemente por conocer el sitio del que todo el mundo hablaba. La pared estaba llena de garabatos, corazones, nombres y fechas. Algunos de ellos tenían más de setenta años.
Lily tocó la pared suavemente la pared con la mano.
- ¿Has venido con muchas chicas aquí?- preguntó sin girarse, sabiendo que James la había seguido.
Él se acercó y se puso a su lado.
- No muchas- contestó el mordiéndose el labio y mirándola de reojo.
- ¿No muchas, siendo un número aproximado…?- dijo sonriendo sin dejar de mirar la pared, buscando inconscientemente el nombre de James escrito en uno de los corazones.
Sus inseguridades amenazaban con hacer una aparición estelar.
James la tomó de la mano y la hizo girarse para mirarle. Tenía una ceja alzada.
- Muchas menos de las que te imaginas- contestó apoyando su dedo índice en medio de la frente de Lily- Me halaga que pienses que soy un espécimen irresistible y una máquina del sexo, Lily, pero no es verdad.
Lily ladeó la cabeza y asintió.
- Si busco tu nombre en esta pared ¿lo encontré?- preguntó en un susurro, no segura de si quería tener respuesta.
James asintió. Lily tragó saliva.
- ¿Muchas veces?- preguntó , intentando no sonar preocupada y no pensar en James besando a otras chicas… o haciendo otras cosas, en ese mismo sitio donde estaban.
Él frunció el ceño y sacó su varita del bolsillo. Dio unos golpes en la pared y murmuró un hechizo. Al instante, unos veinte o treinta corazones, repartidos por toda la pared, se iluminaron con una luz amarilla tenue.
Lily le miró con los ojos muy abiertos… ¡Por lo menos había veinte chicas! ¡Veinte! ¡Eso eran la mitad de las chicas de su año!
- ¿Por qué no los miras más de cerca?- dijo James con los brazos cruzados y apoyado contra la pared., claramente un poco molesto.
- No sé si quiero- contestó rápidamente Lily, pensando como iba a lidiar con los nombres de tantas chicas.
- Míralos- insistió James con un gesto impaciente de su mano.
Lily no replicó. Al fin y al cabo ella había preguntado. Se acercó al corazón más cercano y para su sorpresa leyó "James + Lily, enero 75". Tocé el corazón con la mano y sonrió.
- Estábamos en cuarto- dijo desconcertada- Nunca vine contigo aquí.
- Mira los demás- insistió James.
Lily obedeció. Todos los corazones tenían dentro su nombre y el de James, con fechas distintas. El más antiguo era de su tercer año en Hogwarts; el más reciente de tan sólo hacía un par de meses.
- Nunca hemos venido aquí- repitió Lily acercándose a él con una sonrisa- ni siquiera era muy agradable contigo cuando dibujaste la mayoría de esos corazones- añadió tomándole de las manos.
James puso los ojos en blanco.
- Pero yo tenía claro que estabas loquita por mí. Sólo te hacía falta darte cuenta, y un "empujoncito"…- Lily se rió- Un "empujoncito" de unos cuantos años, y unos cuantos gritos, y peleas, y…
- Ya- le cortó Lily- Tú tampoco eras una ganga hace unos años, querido… Aún me maravillo de que tu cuello haya soportado el peso de tu cabeza y de tu ego.
James sonrió y se inclinó para darle un beso. Y ella enseguida rodeó el cuello del chico con sus brazos, todos aquellos corazones iluminando su beso, inundando su cuerpo con el amor que sentía por James. Apoyó la frente contra su pecho, y él le besó el pelo y la estrechó entre sus brazos.
- Sólo te he querido y te quiero a ti, Lily. Esa es mi maldición- murmuró sonriendo.
- Es también la mía
- ¡Muy mal Lily! ¡Un premio anual no debería ni fomentar el vandalismo, ni ser tan cursi!
El grito de Mary les hizo recordar que no estaban solos, y que por lo que parecía les estaban brindando un espectáculo de lo más entretenido a sus amigos. Sirius fingía tener ganas de vomitar y Peter y Sara empezaron a aplaudir y silbar.
- ¡Potter, hazme un hijo!- gritó Sirius levantando la botella de whisky.
- ¡O házselo a Lily!- añadió Mary haciendo estallar en carcajadas a los demás- Aquí no, claro. ¡En privado!
Lily y James se rieron y se miraron.
- Creo que debería llevarme a Mary y a Sarah a dormir. No queremos que le dure la borrachera hasta mañana.
- O sí- James abrió los ojos con interés- ¿Te imaginas las posibilidades de la ceremonia de graduación?
La chica le dio un beso rápido en los labios y negó con la cabeza.
- Vosotros cuatro deberíais despediros de la escuela solos… Al fin y al cabo sois los cuatro Merodeadores. No los cuatro Merodeadores y la novia de una de ellos con sus dos amigas borrachas- murmuró la chica.
James le dio un beso en los labios y asintió. Lily tenía razón, los Merodeadores tenían que hacer su última "travesura" antes de irse… aunque simplemente fuese ver amanecer sobre los terrenos, borrachos y diciendo estupideces. Era su última noche en Hogwarts y sería la última vez que lo podrían hacer. La última vez que vivirían juntos y serían estudiantes.
Con cierto pesimismo, inusual en él, James pensó que sería la última vez que serían jóvenes.
Lily y Sarah tuvieron que convencer a Mary para irse, que se lo estaba pasando en grande y no quería soltar la botella de whisky.
- McDonald va a tener una resaca de la hostia mañana- dijo Sirius encendiendo un cigarrillo cuando las chicas salieron. Se rió- Nunca pensé que lo diría, pero me gusta esa chica. Tiene muchos huevos.
- A mí me asusta a veces- dijo Peter asintiendo- pobre Volmer
Remus y James se rieron de la vehemencia de su amigo.
- Sarah jugando en la Premier, Lily trabajando con Damocles en un proyecto internacional, Mary de medimaga… - dijo Remus enumerando con los dedos
- Y Marlenne en el departamento de seguridad mágica- acabó Peter.
James y Sirius intercambiaron miradas y se echaron a reír.
- ¡Somos unos patanes!- exclamó James- No tenemos trabajo ninguno.
- A esto se refería la McGonagall cuando decía que si seguíamos así no íbamos a llegar a nada- añadió Peter con un suspiro.
- Lástima que no la escuchamos- Sirius apagó el cigarrillo- Me parece que voy a tener que pedirle a Hagrid ese puesto de ayudante.
- ¿Creéis que yo tengo posibilidades como bailarina exótica?- preguntó Remus alzando las cejas.
- Una vez al mes estás recubierto de pelo. Eso es bastante exótico, para quien le vaya ese rollo- puntualizó James haciendo estallar en carcajadas a sus tres amigos.
Se sentaron en el suelo, mirando a los terrenos del castillo y pasándose la botella de whisky hasta que estuvo vacía. Hablaron de los exámenes, de chicas, recordaron bromas y castigos, riéndose hasta quedarse sin aire.
En un acuerdo silencioso no mencionaron la Orden, ni la guerra ni las muertes. Tendrían que dedicarle mucho tiempo de sus vidas a ello, así que esa noche era suya: esencia merodeadora en estado puro.
Ya había amanecido cuando los chicos decidieron que era hora de volver y desplegaron el Mapa del Merodeador para asegurarse un camino seguro. Pero tan pronto el mapa se hubo dibujado en el pergamino, se dieron cuenta de su error.
- ¡Aquí estáis, gamberros desgraciados!- Filch apareció en la puerta de la torre y estaba encima de ellos antes de que ninguno pudiera reaccionar- ¿Qué es esto?- dijo mirando el mapa que Sirius y Remus tenían desplegado.
- ¡Travesura realizada!- James pudo tocar con su varita el pergamino un segundo antes de que Filch se apoderase de él.
Por lo que parecía, iban a romper otro récord. Ser los únicos alumnos castigados horas antes de su propia graduación.
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- Oh… Merlín… ¿Se puede callar la gente ya de una puta vez?- protestó Mary, pálida y ojerosa, mirando con rencor a los alumnos que aplaudían después de el discurso de despedida de Dumbledore.
Sarah le acercó un vaso de agua.
- Permíteme que te presente a tu resaca. El precio que hay que pagar por beber whisky malo.
- ¿Quién?- preguntó Mary aceptando el vaso.
- ¿Quién qué?
- Qué quién te ha pedido consejo- contestó Mary acabándose el vaso de un trago.
- Espero que te atragantes y venga aquí la McGonagall a ver qué pasa- Sarah entrecerró los ojos- Seguro que huele el alcohol a diez metros.
- Eso es imposible- refunfuñó Mary.
Disimuladamente se olisqueó el brazo.
Lily puso los ojos en blanco y se rió antes de levantarse y ayudar a Mary a hacer lo mismo. Todos los alumnos de séptimo salieron del Gran Salón en dirección al muelle subterráneo, donde se subirían en las barquitas que les trajeron por primera vez a Hogwarts. Montados en ellas se despedirían para siempre de la escuela.
Marlenne se acercó hasta las chicas haciéndose sitio entre los demás estudiantes.
- ¿No os parece que los Fundadores eran un poco ñoñas? ¿Llegar e irnos en las barquitas?- hizo una mueca y abrazó a las tres chicas.
- A mí me parece romántico- contestó Sarah encogiendo los hombros.
- Yo estoy con Mar. Es una mierda. Me voy a marear- protestó Mary con el ceño fruncido.
- Pero eso es porque aún sigues borracha- murmuró Sarah, haciendo reír a Marlenne y Lily.
Mary le enseñó el dedo corazón y se abrió paso entre los estudiantes con escasa delicadeza. Sarah la siguió riéndose.
- Os echaré de menos- Marlenne suspiró- Supongo que esto es el final.
Lily le tomó la mano y se la apretó unos segundos. Luego suspiró también.
- Estoy muerta de miedo, Mar- confesó en un susurró.
- Yo también. Pero no vamos a pensar en ello ahora… tenemos toda la vida para preocuparnos. Y aún estamos en Hogwarts.
Lily asintió.
- Entonces podemos hablar del último cotilleo de Hogwarts; se comenta que alguien fue a visitarte anoche… a tu cuarto- Lily le guiñó el ojo.
Marlenne se echó a reír.
- Es totalmente cierto. Black vino a mi habitación ¡Ahora mismo y durante los próximos cinco minutos voy a ser la chica más popular de Hogwarts!
Lily se rió también.
- Me alegro por tu breve fama. ¿Fue para invitarte a nuestra pequeña fiesta en la Torre de Astronomía?
Marlenne hizo una mueca y bajó la mirada.
- Sí. Pero no me apetecía, Lily… es…- la chica tomó aire. De repente parecía más cansada y menos feliz que hacía tan solo unos segundos.
La pelirroja hizo un gesto con las manos.
- Otro día lo hablamos- dijo sonriendo
- Otro día- concedió Marlenne devolviéndole la sonrisa- O casi mejor nunca- añadió en un susurro al que Lily supo que era mejor no responder.
Llegaron al muelle, algunos estudiantes ya habían empezado a ocupar las primeras barcas. Sirius, Remus, Peter y James estaban bromeando con Sarah, y por la cara de Mary, parecía que estaba siendo a su costa.
Lily dudó un segundo antes de acercarse al grupo, no sabía si Marlenne querría estar cerca de Remus, pero la chica asintió y avanzó hasta los Merodeadores, forzando un poco la sonrisa.
- ¿Aún no habéis elegido barco?- preguntó- ¿Ya cabrán todos vuestros egos en uno solo?
Los chicos se rieron y James le dio un abrazo.
- Dímelo tú, se "supone" que eres la inteligente- dijo Sirius entrecomillando con los dedos.
Marlenne inspiró fingiendo exageración, pero le dio un abrazo al moreno y otro a Peter. Al llegar el turno de Remus, ladeó la cabeza. Él miró al suelo que había entre ellos.
- ¿Te parece que hablemos un minuto?- preguntó sacando fuerzas de la certeza que podía ser su última ocasión para arreglar un poco ese desastre de situación.
El chico metió las manos en los bolsillos y asintió.
- Claro. Vuelvo enseguida- dijo mirando a sus amigos- No hundáis ningún bote.
- No, esperaremos a que vengas- contestó Peter con sinceridad.
Remus siguió a Marlenne unos metros, hasta que estuvieron alejados de los botes y de los grupos de estudiantes que se abrazaban, reían, y también se aguantaban las lágrimas.
Marlenne se detuvo y miró al chico a los ojos. La sonrisa triste de Remus le dio coraje para empezar a hablar.
- Siento si no ha sido muy sutil, pero todo esto- dijo señalándose a si misma y al chico- ha llegado a un punto ridículo para nosotros y para los demás, y tenemos que hablar.
Remus asintió.
- Lo sé, y lo siento. Al final todo el mundo se cree con derecho a comentar y a decirnos qué hacer…- miró al techo y encogió los hombros- Y… No sé. Lo siento de verdad, Mar. No quería que pasara nada de esto.
- Yo tampoco
- No sé qué decirte.
- Lo sé.
- Lo siento.
- Yo también lo siento- Marlenne puso una mano sobre el hombro del chico, pero la retiró rápidamente y frunció el ceño. Chasqueó la lengua y cerró los ojos- Es difícil… no sé si la mitad de las cosas que hago a tu alrededor están bien, o te hacen sentí incómodo y.. a la vez… ¡a veces estoy tan enfadada contigo!- exclamó atropelladamente
Remus apoyó las manos en los hombros de la chica y ella le miró a los ojos, pero no intentó revolverse. Unos segundos después el chico sonrió.
- No te voy a decir más tonterías que suenan a palabras de consuelo, Mar. Sé que no estamos de acuerdo y sé que nos hemos hecho daño el uno al otro. Pero tienes que saber que si pudiese pensar en una chica… de esa manera… pensaría sólo en ti- le dio un apretón en los hombros- ¿Me crees?
Marlenne se mordió el labio, desconcertada, pero en los ojos de Remus sólo había verdad. Si se atrevía a decirle algo así, alguien tan reservado como él, era porque era importante para él que ella le creyese.
Asintió y el volvió a apretarle los hombros.
- Te creo- le aseguró.
Se abrazaron, estrechándose fuerte, en silencio, y Remus le dio un beso en la frente antes de separarse.
- Espero que un día te puedas ver como te veo yo, Remus- Marlenne sonrió- Y que aunque no pueda ser yo, espero que dejes que alguien te quiera como te mereces
Se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla. Remus sonrió cuando ella se giró y echó a correr hacia el muelle de nuevo, en busca de sus amigos. El corazón le dolía como si le hubiesen echado vinagre en las heridas de la última luna llena, pero un poco de ese dolor también ayudaba a cicatrizar y a mirar hacia delante.
Las cosas nunca sería igual con Marlenne, y nunca podría sacarse de encima la sensación de lo que pudo ser y no fue… Pero tenía esperanza en que en su nueva vida, fuera de Hogwarts, podrían volver a estar en la misma habitación sin que fuese insoportable para los dos.
Sus amigos le recibieron como si nada, incluso Sirius, aparentemente más interesado en lanzarse miradas desdeñosas con Rosier que en él. Sabía que Sirius en condiciones normales no hubiese desaprovechado la ocasión para lanzarle una indirecta, así que quiso interpretar su seguramente finjida indiferencia como un buen presagio. Peter ya estaba sentado en una barca, esperándoles, y Mary tenía la cabeza apoyada en otra, con los ojos cerrados.
Se subió al bote con Peter, que le recibió con una de sus sonrisas asustadas. A veces se preguntaba si Peter llegaría a estar cómodo del todo con él, su depredador interior le decía que su amigo tenía aún miedo de que se lo fuese a comer de aperitivo algún día.
Sirius subió también a la barca, y se sentó provocando tanto movimiento como le fue posible, salpicando a Mary en la cara en el proceso. La chica protestó, pero no tenía fuerzas para devolvérsela en ese momento.
- ¿Vienes, Prongs? ¿O tú y la señora Prongs queréis ir en un bote privado, para meteros mano descaradamente?
James se echó a reír y Lily le lanzó al moreno una mirada afilada.
- Ahora voy- contestó el aludido mirando a sus amigos- A no ser que quieras que vayamos juntos- susurró esta vez dándole un beso en la mejilla a Lily.
Ella negó con la cabeza.
- Tenemos mucho tiempo para estar juntos- dijo ella- Demasiado- añadió con una mueca y riéndose. James protestó, pero ella le calló con un beso- Ellos son los que te han aguantado estos siete años, tienes que despedirte de la escuela con ellos.
James sonrió.
- Está bien. Pero nuestra nueva vida empieza en King's Cross. Juntos- dijo el chico como si fuese casi una amenaza.
- Exacto- asintió la pelirroja riéndose y dándole un último beso antes de empujarle suavemente hacia sus amigos, que estaban silbando y diciendo tonterías.
Como siempre.
Como no volvería a ser nunca más.
- Espero no vomitar dijo Mary cuando Lily se sentó a su lado, en frente de Sarah- pero no es algo que pueda prometer al cien por cien
Lily se rió. Por suerte aún les quedaba un último paseo en barca antes de empezar sus nuevas vidas.
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Han pasado años, lo sé. No sé si alguien se acordará de la historia, o si alguien quiere seguir leyéndola. Puede ser que no. Sé que algunos estáis enfadados y habréis perdido el interés, lo siento, sabed que mi ausencia no ha sido premeditada y no quería fastidiar a nadie con ello.
Sólo puedo decir que hay etapas en la vida, etapas más ajetreadas y menos, con menos ganas de escribir, con más, con más y menos tiempo. Con más y menos problemas.
Hay muchos motivos por los que no he aparecido antes, pero tampoco tiene sentido que los mencione. Tengo intención, como he tenido siempre de seguir con la historia, y si puedo hacerlo en algún momento en mi vida, creo que ahora puede ser ese momento. Quiero y espero lograrlo.
En cualquier caso gracias. A los que me habéis seguido esperando y a los que no. A los que volveréis a leer y a los que no. Gracias, gracias, gracias. Por esos reviews que nunca han dejado de ir llegando. Sois maravillosos y tenéis mucha culpa de que no pueda desengancharme de todo esto. Gracias y mil gracias.
Y ahora hablando de lo más importante ¿Cómo estáis? ¿Qué es de vuestra vida? ¿Bodas? ¿Algún bautizo? Escribidme para contarme cosas, por favor.
También si después de todo este tiempo habéis leído el capítulo y os ha gustado. Espero que sí, pero también entenderé que no. ¡Y que paséis de mí!
Sólo quiero añadir: Sirius/Marlenne ¿por fin? ¿pasarán más cosas? ¿se avecina drama? ¿se avecina romance? PRONTO LO SABREMOS (I promise).
¡Dejadme un review y contadme cosas! Un golpe de teclado vuestro hace que alguien (yo) sea muy feliz.