Prólogo
-¡Señorita Higurashi! ¡Señorita Higurashi!- se escuchaban varias voces acercarse desde lo lejos. Kagome corría sobre la banqueta perseguida por flashes y reporteros con libretas tratando de sacar la mejor entrevista.
Meses antes seguía siendo una joven normal hasta que un amigo de su madre le consiguió trabajo en una compañía de televisión como miembro del equipo de limpieza. Limpiaba retretes, botes de basura, barría y trapeaba, lloraba lágrimas de sangre y sudaba lágrimas hasta que, el mismo día que entró a trabajar, un agente de la compañía la descubrió y decidió darle la oportunidad de hacer una audición que consistía en "darle hijos" pero después de varias cachetadas y sermones de ética, la joven consiguió el trabajo y se convirtió en el personaje principal de una mini-novela. Después de la filmación el personaje que Kagome obtuvo se convirtió en uno de los más aclamados por las jóvenes de Japón quienes ansiaban con fervor convertirse en la próxima Kagome Higurashi, la cenicienta de las estrellas y obtener un papel tan influyente y poderoso como el que representó en la novela "Flores de una pasión apasionante de los años dorados de pasión".
-No más entrevistas- exclamó mientras atravesaba las puertas corredizas del enorme edificio TvNipón.
Los guardias de seguridad cerraron rápidamente las puertas mientras la joven se hiperventilaba de haber corrido tantas cuadras y con tacones. Los reporteros seguían afuera tocando con desesperación mientras los guardias hacían una pequeña valla humana. Los empleados comenzaron a aglomerarse alrededor del lobby sorprendidos por la cantidad de personas que se agrupaban para sacarle una fotografía o una palabra comprometedora a la joven quien se había refugiado en una cuba libre. Miroku, el agente que contrató a Kagome, ahora su representante fue atraído por el bullicio de la gente.
-Vamos, vamos, despejen el área- decía agitando los brazos mientras intentaba aferrarse a los encantos femeninos de alguna de las empleadas.
Al llegar hacia la puerta bajó la cortina de metal impidiéndoles visibilidad a los reporteros y finalmente se marcharon sin haber podido obtener algo de valor para sus revistas de espectáculos. Todos volvieron a su trabajo y el lugar quedó nuevamente vacío, excepto por la protagonista de todo quien ya tenía cuatro vasos vacíos a su lado.
-¡Otro!-