Disclaimer applied
Advertencias: Posibles spoilers. A pesar del título no tiene nada que ver con la novela de Terenci Moix, lo único que cogí prestado de ella fue el título.
Pairing: Sasusaku principalmente aunque seguramente habra más.
Summary: Una serie de extraños sueños inquietan a Sasuke, no puede comprender su significado ni el por qué siempre sale ella. Estos se vuelven más frecuentes cuando al regresar por fin a Konoha descubre algo que no esperaba. Sasusaku
No digas que fue un sueño
"La huella de un sueño no es menos real que la de una pisada" - George Duby
Capítulo 1. El sueño
La bruma del bosque por el que caminaba se fue disipando lentamente y ante él, bañada por el Sol que siempre brillaba en ese lugar, estaba la gran entrada de la aldea oculta de la Hoja. El mismo arco con el emblema de Konoha grabado en la parte superior y las mismas puertas de madera verde, tal y como las recordaba, que esperaban abiertas para él a pesar del tiempo que había transcurrido desde que las atravesó por última vez… para marcharse.
Siguió avanzando por el camino de tierra que entraba en la villa pasando bajo el arco con paso tranquilo. Todo estaba desierto y en silencio, pero no era uno de esos silencios tenebrosos y tensos que pone los pelos de punta y hace que hasta el sonido de tus propios pasos te asuste. Este era un silencio tranquilo que transmitía paz y que combinaba perfectamente con la dorada y cálida luz del Sol que lo envolvía todo.
Una sensación de paz envolvía al muchacho mientras se internaba en la villa recorriendo con sus ojos oscuros cada centímetro de la aldea de su niñez, sintiéndose de nuevo en casa después de tantas cosas, olvidando todo el rencor y el odio que le habían poseído. Ahora esos pensamientos se habían quedado atrás, en otra vida, ni siquiera recordaba porqué les había dado tanta importancia.
A unos metros de distancia, sus ojos captaron algo que le hizo detenerse.
Sobre una de las bancas de piedra que había a los lados del camino, una chica joven de estrambótico pelo rosa descansaba tranquilamente mirando al suelo y suspirando de vez en cuando como si estuviera esperando algo.
Los ojos oscuros del muchacho brillaron enfocándola. Sabía qué era lo que ella esperaba, estaba esperándole a él. Le aguardaba en el mismo lugar en el que la dejó.
Reanudó su marcha hasta detenerse a unos pasos de ella.
—Tadaima —susurró el chico con voz grave con la típica expresión que se usaba al llegar a casa.
La pelirrosa alzó la cabeza revelando unos destellantes ojos verde jade y sonrió cálidamente, con esa sonrisa que él hace tiempo había querido olvidar.
—Sasuke-kun —ella pronunció su nombre con el sufijo que tanto detestó en el pasado pero que ahora le sonaba a nostalgia y a hogar.
—Sakura —contestó el pelinegro con su habitual seriedad—, he vuelto… a casa.
La muchacha se levantó de la banca con delicadeza mirándole con algo que podía identificarse como tristeza en sus ojos jade, le sonrió de nuevo y luego negó con la cabeza.
—Este no es tu sitio, Sasuke-kun —dijo con voz suave—, aun no.
Esas palabras sonaron en la cabeza del pelinegro como si alguien resquebrajara una plancha de hielo. Sus ojos se posaron en los de la pelirrosa tratando de descifrar el por qué de sus palabras. Sin embargo, se distrajo al mirarse a sí mismo y descubrir con sorpresa sus manos cubiertas de sangre, su ropa rasgada y sucia, y algunas heridas que sangraban como si acabara de salir de una dura batalla que no podía recordar.
Levantó la vista hacia Sakura con incomprensión en su mirada.
—Debes regresar —explicó ella con ternura dando un paso hacia él.
—No —fue todo lo que pudo contestar. No volvería a donde fuera que hubiera venido, lo único que recordaba de ese sitio era la sensación de vacío, el dolor, la angustia y la confusión. No quería regresar, quería quedarse allí, en ese lugar en el que su corazón se sentía por fin en paz, en Konoha.
—Te quedan cosas por hacer allí —siguió Sakura riendo levemente.
Una punzada de dolor atravesó el cerebro de Sasuke obligándole a crispar levemente su expresión.
—La otra vez… —el chico apretó los dientes, el maldito dolor no le dejaba pensar con claridad—… la otra vez, me pediste que me quedara.
Esta vez sí que pudo ver la tristeza en sus ojos jade antes de que ella se inclinara levemente sobre su oído sin llegar a tocarle.
—Pero igual que entonces, tú no puedes quedarte y tampoco puedes llevarme contigo —dijo suavemente.
Sasuke la taladró con sus ojos oscuros pero entonces otra punzada de dolor le hizo encogerse levemente.
—La vida te reclama —murmuró la pelirrosa.
—La vida duele —replicó el chico apretando la mandíbula.
Sakura rió ante ese comentario.
—Sí —concedió—, pero te están esperando… en casa, te echan de menos… despierta y vuelve a casa,… vuelve a casa, Sasuke-kun.
En ese momento, antes de que el Uchiha pudiera decir nada, la pelirrosa sopló suavemente sobre su rostro al tiempo que el viento se levantaba a su alrededor. Una luz cegó al muchacho a la vez que notaba como algo tiraba de él mientras las últimas palabras de Sakura resonaban en sus oídos "vuelve a casa, Sasuke-kun"
…Sakura…
. */*/*/*/* .
Sasuke abrió repentinamente los ojos y respiró a bocanadas como quien se estaba ahogando y sale abruptamente del agua, notó como el aire le quemaba en los pulmones y todo el cuerpo le dolía terriblemente. Tosió haciendo que sus costillas se resistieran por el movimiento y soltó un gemido ahogado.
—¡Sasuke-kun! —oyó una voz de mujer a su lado gritar su nombre— ¡Está vivo, Suigetsu!, ¡ha despertado!
—¡Ja! ¡Te lo dije grandullón, nadie puede acabar con este bastardo! —dijo otra voz, esta vez masculina, entre carcajadas con evidente regocijo.
El Uchiha se llevó una mano a la cabeza que sentía a punto de estallar.
—Karin, Suigetsu, creo que deberíais dejar de gritar, Sasuke-sama aun está herido —comentó una tercera persona con tono más tranquilo.
—Claro, Juugo, pero ya no se muere —replicó Suigetsu con alegría—, eso es un avance.
—Hmp… —Sasuke se incorporó con esfuerzo ayudado por la mujer, Karin— ¿Qué ha pasado?
—Estabas gravemente herido, pensábamos que ibas a morir —dijo la chica pelirroja con aprensión.
—Y que lo digas, zanahoria. Ya estaba pensando en lo mucho que me iba a cansar cavando un hoyo suficientemente grande para enterrar tu enorme ego —bromeó el espadachín con su típico humor negro.
Sasuke ni siquiera gruñó ante el comentario, aun estaba demasiado aturdido y adolorido. Sentía como si alguien estuviera perforándole el cerebro con un clavo ardiendo después de haberle pasado por encima una manada de elefantes.
—Madara estuvo cerca de matarte, fue una batalla muy reñida —informó Juugo.
—¿Madara? —masculló Sasuke más para sí mismo con voz pastosa.
—¿Qué es lo último que recuerdas Sasuke? —preguntó Karin.
A Sakura, estuvo tentado de responder, pero afortunadamente pudo morderse la lengua a tiempo para no revelar ese extraño y estúpido sueño que había tenido. Se esforzó por recordar hasta que pudo rescatar alguna imagen de su adolorida mente.
—La batalla contra Madara —respondió frunciendo el ceño—, ¿Ese bastardo está muerto?
Suigetsu esbozó una sonrisa llena de afilados dientes.
—Por supuesto, quedó peor que tú… aún —finalizó enarcando una ceja con aire crítico por el estado de Sasuke.
El Uchiha se dejó caer tumbándose de nuevo en el suelo con satisfacción, la frescura del suelo de piedra le recibió resultándole agradable ¿acaso estaba en una cueva? Le daba igual. Cerró los ojos, lo único que le importaba es que por fin todo había terminado, había sido un camino duro y largo.
Primero Itachi, se obsesionó con matarlo durante años, lo abandonó todo para conseguirlo y cuando al fin lo tuvo muerto a sus pies todo su mundo se volvió del revés tornándose más doloroso y agónico de lo que ya era para él, al conocer la verdad sobre su hermano.
Luego Danzou, ese asesino disfrazado de digno líder, no lamentaba ni una sola gota de la sangre que derramó al acabar con él. La furia le había poseído en esa batalla hasta el punto de no reconocerse a sí mismo pero había merecido la pena por verlo muerto. Después de eso, Madara había estado llenándole la cabeza contra Konoha y podía decir que había funcionado, su odio se había vuelto contra la aldea de su niñez y contra todos los que habitaban en ella. Sin embargo, ya entonces, las palabras del líder de Akatsuki le sonaban a manipulación, a una verdad tergiversada a conveniencia para que sus objetivos se convirtieran también en los suyos.
Sasuke era consciente de eso, tal vez no al principio ya que el odio desmedido le nublaba la mente, pero pronto, las palabras envenenadas que Madara le deslizaba por el oído dejaron de parecerle tan convincentes, poco a poco se dio cuenta de que en realidad se estaba convirtiendo en su marioneta, una de la que no tendría reparos en deshacerse cuando hubiera cumplido su función. Además, el muchacho no olvidaba ni por un segundo que él, el hombre que se llenaba la boca hablándole de su venganza, había sido uno de los participes de la masacre de su clan y desde luego no por los motivos de Itachi.
De modo que el joven Uchiha había resuelto usar el mismo método que con Orochimaru, aprender todo lo posible, conocer sus puntos débiles y cuando ya no le sirviera, matarlo. Completando así la ansiada venganza que le llevaba persiguiendo desde los ocho años. Con él muerto, no quedaba nadie más relacionado con la exterminación de los Uchiha ya que Konoha había procesado al consejo de ancianos hacía unos meses por alguna razón, Sasuke no conocía los detalles ni le interesaban.
—¿Qué haremos ahora, Sasuke? —preguntó Suigetsu.
—Hmp —el Uchiha se limitó a gruñir, lo único que quería era dormir para que dejara de dolerle todo.
—Déjale en paz, tiburón —le regañó la pelirroja—. Necesita descansar.
—Siento ser yo quien te de la noticia, zanahoria —replicó el espadachín—, pero estamos jodidos. Sin Madara, Akatsuki se va a la mierda y si Akatsuki no está adivina a quién perseguirán ahora las aldeas. ¡Premio! A nosotros, y por si tu diminuto cerebro no es capaz de verlo, no estamos en nuestro mejor momento.
Suigetsu siempre miraba la parte práctica de las cosas, y que Kami le perdone pero no le veía el punto a matar al tipo que les servía de protección contra las grandes fuerzas ninja, vale, Madara no era especialmente un santo de su devoción, en muchos momentos se había visto tentado a darle un espadazo y separarle la cabeza del cuerpo, pero tenía que admitir que en lo de ser un poder disuasorio de ataques tenía su utilidad. Ahora Sasuke y junto a él, su equipo, se había colocado en el punto de mira, a la cabeza de las listas de organizaciones criminales.
—¡Eres un agonías! —acusó Karin crispada.
—Largaos —dijo Sasuke de pronto sin tan siquiera abrir los ojos ni moverse—, Taka ya ha cumplido su objetivo así que ya no tenéis nada que hacer aquí. Las aldeas me buscarán a mí. Largaos —repitió con calma.
Sasuke estaba tan cansado que en ese momento le daba igual lo que pasara con él, ya había cumplido, ahora ya no le quedaba nada por lo cual vivir.
…Te quedan cosas por hacer allí…
Le vino a la cabeza el extraño sueño que había tenido. ¿Qué había sido eso?, había soñado que volvía a Konoha y realmente se había sentido tan en paz, en ese lugar no existía nada que le produjera angustia o dolor, nunca se había sentido así, ni siquiera en sueños. Y lo más bizarro de todo ¿qué pintaba Sakura?, en su sueño la pelirrosa estaba esperándole en la misma banca en la que la había dejado de niña, pero su aspecto era adulto como cuando la vio en la guarida de Orochimaru.
Sus compañeros de Taka se habían quedado mudos tras sus últimas palabras pero pronto mostraron sus reacciones.
—Qué cosas tienes, Sasuke —dijo Suigetsu riendo como si el Uchiha hubiera gastado una buena broma.
Karin negaba con la cabeza sonriendo mientras se inclinaba para arreglar uno de los vendajes del brazo del muchacho. Juugo por su parte rodó los ojos con paciencia y se sentó en el suelo recostando la espalda contra la pared de piedra del refugio. Porque lo que a Sasuke le había parecido una cueva, era en realidad un improvisado refugio de piedra en mitad del bosque que habían tenido la suerte de encontrar.
—Hablando en serio —dijo el espadachín dejando de reír—, no vamos a irnos —el chico esbozó de pronto una sonrisa pícara y maliciosa—. Y menos antes de que nos digas quién es esa tal Sakura.
En esta ocasión, Sasuke sí abrió los ojos de par en par preguntándose si habría oído bien o se había imaginado lo que había dicho, puesto que segundos antes había estado dándole vueltas al sueño.
—¿Qué? —preguntó el pelinegro con voz ronca sonando como un gruñido.
—Vamos, no te hagas el tonto —prosiguió Suigetsu con persuasión mostrando una sonrisa zorruna—. Cuando estuviste inconsciente no parabas de repetir su nombre.
Karin le fulminó con la mirada chascando la lengua con molestia.
—No sé de qué me hablas —replicó Sasuke con tono cortante.
Lo único que le faltaba era que Suigetsu comenzara a hacerse ideas extrañas por culpa del estúpido sueño que seguramente había estado provocado por la masiva pérdida de sangre que había sufrido en la pelea. Era simplemente gracioso pensar que él había soñado con Sakura, su molesta compañera genin a quien hace siglos que ni siquiera veía.
—Por supuesto que no —concedió el ninja dejando claro que no se creía una palabra—, pero… su nombre me resulta familiar ¿seguro que no lo recuerdas? —siguió preguntando sólo para molestarle.
Sasuke frunció el ceño y al tratar de incorporarse soltó un siseo de dolor que le obligó a recostarse de nuevo con un gruñido.
—Deberías descansar, Sasuke —intervino Juugo—. Por mucho que no nos guste, Suigetsu tiene razón al decir que estamos en peligro. Cuanto antes podamos movernos de aquí, mejor.
—Hmp.
Sasuke se sorprendió a sí mismo al pensar en lo poco que le importaba estar en peligro. Después de acabar con su venganza se sentía vacío, tanto le daba vivir o morir, al fin y al cabo, ¿qué le ofrecía ya la vida? Un camino sin sentido, siempre huyendo, sin lealtad hacia nada ni nadie, siempre solo. Ojalá no hubiera despertado, ojalá hubiera podido quedarse en esa visión de Konoha que había soñado.
…Te están esperando… en casa, te echan de menos…
Era extraño pensar las cosas que su propia mente inventaba en forma de delirios. Porque ¿Qué otra cosa a parte de un delirio podía ser imaginar que él volvía a Konoha? Y lo de Sakura, tal vez se explicara porque ella estaba en el último recuerdo que tenía de la villa.
Ajenos a Sasuke, Taka continuaba la conversación.
—Tenemos que pensar en un sitio seguro donde estemos protegidos de los ataques… —Karin se interrumpió en mitad de la frase girándose bruscamente hacia la puerta y abriendo mucho los ojos.
—Tal vez, nosotros podríamos tener algo que decir respecto a eso —dijo una voz entrando al refugio.
Los tres ninjas de Taka se tensaron colocándose en posición defensiva ante los dos extraños ataviados con capas color beige. Al retirar sus capuchas, reluciendo en sus frentes pudieron ver que portaban la banda con el símbolo de Konoha gravado en el centro.
Hola!
Ya estoy de vuelta, sé que he estado demasiado tiempo apartada de aquí… no ha sido por gusto, he estado bastante ocupada jeje. Pero bueno, he decidido que ya era hora de volver y ahora que tenía algo más de tiempo me he animado a comenzar esta nueva historia.
Espero que os guste y volver a ver caras conocidas por aquí ;), es algo diferente a lo que acostumbro y no será tan larga, sobre unos diez capítulos espero. Si hay algo que no se entienda, no dudéis en decirlo, aunque os advierto que habrá cosas algo raras que se irán solucionando con la trama.
Como en otros fics, actualizare los martes, a no ser que me sea imposible por alguna circunstancia jeje
Besos Ela.