EPILOGO
Pov Bella
La vida había seguido su curso después de todo lo que pasó el día que obtuve mi corazón, el de mi padre, el corazón que me salvó la vida para poder disfrutar de mis hijos, sobrinos, de mi familia. Después de cinco años sentía que verdaderamente mi vida había cambiado conservando en ella las personas a las que quería. Y mi conciencia tranquila de que mi padre fue feliz. Todavía puedo recordar el día que leí la carta que me escribió. No me sentí con fuerzas suficientes para leerla sola y la leí junto toda la familia.
Flash Back
-Bella, hazlo solo si estás preparada – me dijo Edward acariciando mi mano. Hacía apenas un día que había llegado del hospital y aunque aun me sentía un poco débil y cansada, necesitaba leer esta carta.
-Estoy preparada, Edward – dije abriendo el sobre.
Querida hija.
Bella, se que he cometido muchos errores a lo largo de mi vida y si ahora tienes esta carta en tus manos es porque ya no estoy contigo.
En muchas ocasiones te mencioné lo arrepentido que estoy de haberme ido cuando eras pequeña. Y también dije que fue por miedo, miedo a perderte, a que ya no pudiera reírme de tus travesuras, o escucharte todo el día preguntar por qué de todo lo que veías.
Pensé que desapareciendo de la vida de todos no me dolería tanto si en algún momento te pasara algo. Después de algunos años comprobé que no era así, que os necesitaba junto a mí a todos, porque sentía que me falta parte de mi vida. Y cuando intenté reparar mi error, se me negó una segunda oportunidad. Después de años me cansé de seguir solo e iba a lucho por lo que era mío, mis hijos. Y lamentablemente aunque con suerte, tú fuiste la única de tus hermanos que me brindó su confianza. Una confianza que intenté no desperdiciar y aprovechar al máximo junto a ti. Tuve la suerte de poder estar contigo, de conocerte y saber como eras, conocí a mis nietos y estuve el día de tu boda. Sólo ver tu sonrisa era suficiente para que yo fuera feliz.
Ya eres toda una mujer y aunque soy un viejo y mi consejo no te sirva de mucho, se feliz, no pienses en el pasado y no estés pendiente del futuro, lo único que importa es el presente y que en el seas feliz.
Dile a tus hermanos, que no importa que no me perdonaran, que yo a ellos siempre los quise y que estoy muy orgulloso de en qué se han convertido y de cómo te han cuidado siempre. Y que sean felices junto a Rosalie y Alice, que son unas magnificas personas, que se nota que ellas los aman y eso al fin y al cabo es lo único que importa.
A tu madre dile que me alegro mucho de haber podido tener los tres maravillosos hijos que hemos tenido y que sea feliz con Carlisle, porque los dos se lo merecen. Y que siento todo el daño que le hice desapareciendo y dejándola sola.
Estoy muy contento de que Edward apareciera en tu vida, te ha ayudado siempre y se ha preocupado por ti, mucho más de lo que lo has hecho tu misma, y estoy seguro de que no encontrarías a nadie mejor que él para compartir tu vida y regalarle una sonrisa todas las mañanas cuando os despertéis juntos con las sabanas revueltas a vuestro alrededor.
Para mis nueras solamente decirles que cuiden de mis hijos, de Emmett y Jasper que sé que son dos grandes mujeres y que estarán junto a ellos siempre que lo necesiten.
Y dile a Carlisle, que ame y cuide a Esme. Que esa mujer vale oro y tiene una paciencia increíble.
Y mis nietos, los que tengo y los que vengan en el futuro, háblales de mi, diles quién fui y cómo me comporté. Los errores que cometí y cómo intenté arreglarlo. Diles que aunque no estoy físicamente junto a ellos siempre los protegeré desde donde esté, y que cuando miren al cielo y encuentren una estrella que brilla mucho, ese seré yo que los estaré mirando.
Quiero pedirte un pequeño favor, no dejes sola a Sue. Mi pérdida seguramente le duela y no quiero que se sienta sola.
Y quiero aclararte el motivo de mi carta. Hace dos días me encontré con una pitonisa de esas que te leen las cartas y te dicen el futuro. Tú sabes que no creo en esas cosas, pero algo en la mirada de esa mujer me hizo escribir esta carta, y volverme donador de órganos. Sé que debo ser compatible contigo y no quiero que te sientas mal en el caso de que recibas mi corazón, porque yo estaré feliz si eres tú quien vuelve a la vida mientras yo me voy de este mundo.
Creo que no me dejo nada y que ya dije todo lo que necesitaba decir. Recuerda que siempre te he querido a ti y tus hermanos, y que donde quiera que este os vigilaré y protegeré a todos.
Charlie Swan
Sin control alguno las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas y sentí los brazos de Edward a mi alrededor y diciendo palabras de ánimo para que no llorara.
Fin del flash back
-Bella, me ayudas con la mesa – me preguntó Rosalie sacándome de mis pensamientos, me levanté del sofá y subimos a la cocina para poner la mesa.
-Rosalie, ¿Por qué te enamoraste de mi hermano? – le pregunté bajando las escaleras después de haber cogido las cosas.
-Estuvo conmigo cuando todos me dieron la espalda, me ayudó, protegió, mimó, consintió. Hizo que quisiera levantarme todas las mañanas, conseguía sacar una sonrisa cuando pensaba que todo estaba perdido. Me trató como una mujer, y como el resto. Porque sentía que estando con él no me hacía falta nada más para ser feliz, porque solo lo necesitaba a él todas las mañanas para sonreír. Por eso me enamoré – dijo sonriendo con los ojos brillantes.
-Cuando lo conociste mi hermano era la persona más superficial del mundo… - dije recordando
-¿Y yo no? Tu hermano me demostró que podía confiar en él y me enseñó a entrar en ese corazón donde solo había sitio para dos mujeres, su madre y su hermana. Donde ahora somos siete. Me demostró que debajo de esa fachada de mujeriego había el hombre que yo necesitaba en mi vida – dijo girándose para mirarme - ¿Por qué me preguntas esto?
-Tenía curiosidad… - dije encogiéndome de hombros.
-Bella, enamorarse no tiene explicación, es un sentimiento que aparece de la nada y a veces lo sabes en el momento, puede que tardes en descubrirlo y en otras ocasiones lo ocultas porque no quieres que sea verdad. Pero tarde o temprano acaba apareciendo – me explicó.
-¿Cuándo te diste cuenta que amabas a Emmett? – le pregunté completamente atenta a su respuesta.
-Cuando me abrazó y me dijo que lo tendría siempre a mi lado, para apoyarme. La noche que me violaron – dijo sonriendo – Pero no lo acepté hasta que estuve con él viviendo en California.
-¿Qué hacéis aquí? Ayudad un poco a poner la mesa – dijo Alice entrando en el comedor.
-Estábamos poniendo los cubiertos, y nos hemos parado a hablar un momento – contestó Rosalie.
-Mamá, la prima Liz me ha dicho que no me quieres – dijo Charlie que llegó llorando para cogerse de Alice.
-Liz, no le digas esas cosas al primo que no ves que le haces llorar – regañé a mi hija que venía entrando en la sala.
-Yo no le he dicho nada mamá, él ha pensado lo que a querido - dijo echándose en el sofá.
-Tu primo es pequeño, Elizabeth no le puedes decir esas cosas, porque sabes que se las cree – dijo Rosalie.
-Mamá, mira lo que me ha regalado tío Emmett – dijo Anthony entrando corriendo. Me giré y vi que en la mano traía unos guantes de boxeo.
-Emmett, cómo se te ocurre regalarle eso a mi hijo – dijo quitándoselos de las manos – Esto no es un regalo. Dame que lo guardaré para cuando tengas edad – dije mientras comenzaba a subir las escaleras.
-Pero mamá ya tengo doce años, soy…
-Ni se te ocurra acabar la frase, hasta que no te comportes como un adulto maduro, no te has hecho mayor – dije, sabiendo como acababa él la frase y le contesté lo que muchas veces me dijo a mí mi madre cuando le decía cosas de mi enfermedad.
-Pero mamá… - comenzó a quejarse.
-Anthony no le proteste a mamá, si ella ha dicho que no, esos guantes se guardan hasta que tengas edad – dijo Edward entrando por la puerta. Sonreí al verlo y me acerqué para saludarlo, pose mis brazos en su cuello y lo besé apasionadamente.
-Que asco – protestó Lily bajando las escaleras con Carlie, su hermana de la mano.
-Cuando seas más mayor no pensaras así – dijo Edward despeinando sus rizos rubios. Abrazada a Edward, miré a mis hermanos y hermanas, mis sobrinos y mis hijos. Todos quejándose o riéndose por algo. Y no pude evitar sonreír al ver a Charlie abrazado a Alice y Jasper abrazándolos a lo dos. Me hizo recordar el embarazo que pasó mi cuñada.
Flash Back
Pov Alice
Después de que le dieran el alta a Bella, ella, Emmett, Rosalie y Edward continuaron la universidad mientras papá y Esme nos ofrecieron quedarnos en la mansión durante mi embarazo. Y Jasper y yo pensamos en comparar una casa por aquí cerca para estar junto a la familia. Pero Esme nos dijo que no hacía falta comprar nada, que podíamos irnos a vivir a la casa que antes era de ellos. Y así fue ahora estábamos viviendo allí los dos. Aunque no podía disfrutar de la casa porque tenía que estar en mi habitación, prácticamente atada a la cama. Y todo era por la mejor de las causas… mi bebé. Dijeron los médicos que los embarazos de alto riesgo suceden también en mujeres jóvenes como yo, que sólo debía ser precavida y tanto el bebé como yo estaríamos bien. Y yo acepté, pero aún así es muy difícil.
Desde que detectaron el problema, algo a lo que llaman "placenta previa", me mandaron ha hacer reposo absoluto. Dicen que la placenta nace en un lugar muy cerca del cuello de mi matriz, que puede desprenderse y yo sangraría quizás hasta morir y que mi bebé tendría la misma suerte. Eso me asusta, lo hace lo suficiente para que tenga meses casi sin moverme.
Pero me estaba volviendo loca. Claro, tenía visitas, televisión, libros, computadora, todo cuanto deseara… pero el encierro era mucho y ya odiaba cada día. Me dolía el cuerpo por la inactividad y a ratos creía volverme loca, pero todo era por mi bebé.
Esa mañana comenzó como cualquier otra, me levanté y fui a darme un baño, sentada en la tina, dejé que el agua subiera de nivel y me enjaboné con cuidado, tomándome mi tiempo. Alargué el proceso todo lo que pude, hasta que se enfrió el agua y entonces, supe que era momento de salir. Me puse de pie con cuidado, cargando mi vientre de ocho meses de embarazo y tomé la toalla para envolverme, pero sentí algo.
Fue líquido tibio entre mis piernas… y al mirar, noté que era sangre. Creo que palidecí, porque eso era justo lo que más debía temer, empezar con la hemorragia. Si mi embarazo fuera normal, no tendría que entrar en pánico, pero en mi caso… significaba que finalmente la placenta se había desprendido, o por lo menos una parte de ella, y era cuestión de tiempo el que mi bebé y yo muriéramos.
- ¡Jasper! –le grité muy asustada y me apresuré a salir del baño, medio envuelta en la toalla. Tomé la ropa que tenía lista y me la puse junto con una toalla femenina.
- ¿Qué pasa? –entró apresurado y preocupado, yo no solía llamarlo así de alarmada.
- Estoy sangrando… -mustié apenas.
- ¿Te duele algo? –me preguntó acercándose con los ojos llenos de pánico.
- No – le contesté ya derramando lágrimas.
- Van a estar bien, los dos. –me besó la frente y me tomó en brazos para llevarme al auto.
En el coche Jasper iba preguntando constantemente si me dolía algo y como estaba. Aun conduciendo llamo a mi padre, pero le dijeron que se encontraba en quirófano, entonces llamo a Edward, que estaba haciendo las practicas en el hospital. Le explico la situación y después colgó y llamo a su madre y el resto de la familia.
Lo siguiente fue caótico, llegar al hospital, que le llamaran a mi médico mientras me iban preparando para quirófano. No existían posibilidades de un parto normal para mí, eso lo sabía, pero aún así me asusté al pensar que tendrían que abrirme para sacar a mi bebé. Mientras me colocaban el suero y hacían lo demás, también pusieron un monitor especial para el bebé… dijeron que de momento se veía bien, pero no podían demorar las cosas.
Cuando llegó el médico y me pasaron al quirófano no quise despedirme de Jasper, pero tenía que hacerlo. No iban a dejarlo pasar porque tenían miedo de qué iba a suceder conmigo y con nuestro hijo. Lo primordial era sacar al bebé, pero una vez hecho eso… yo aún corría peligro de desangrarme, o de que tuvieran que quitarme toda la matriz y nunca más fuera capaz de tener otro bebé.
- Vas a estar bien. –me murmuró Jasper en el último minuto que teníamos para estar juntos.
- Lo sé. –Contesté con toda la seguridad que pude - Cuida bien a nuestro bebé.
- No me pidas eso, Alice, no como si te estuvieras despidiendo. –me ordenó enojado.
- Te amo. –le dije y me moví un poco para dejar un suave beso en sus labios.
Luego, me llevaron en la camilla al quirófano y ahí me pasaron a la mesa de operaciones, el anestesiólogo me puso un bloqueo en la espalda para no sentir el dolor y me adormeció, pero no me durmió totalmente. Pude escuchar todas las conversaciones y ver que muy cerca tenían un paquete de sangre el cual al cabo de unos minutos colgaron a mi lado y empezó a pasar a mis venas. Eso no era buena señal.
- Ya casi está aquí tu bebé. –me anunció el médico y sonreí.
Deseaba escucharlo llorar, pero no fue así, no sé cómo pero el sueño se me vino encima junto con una fuerte sensación de mareo. Ignoro si fueron los medicamentos o la pérdida de sangre, tampoco supe si volvería a abrir los ojos o no, pero nada hizo que pudiera quedarme despierta. Nada.
Pov Edward
Pov Edward
Cuando entré al quirófano me pareció la escena de horror de una película. Vi sangre muchas veces antes, pero nunca se trató de mi hermana. En ese primer instante me arrepentí de intentar ser valiente y pedir estar ahí, mi padre fue mucho más sensato y decidió que por tratarse de su hija prefería no entrar, pero yo quise hacerlo… creo que fue un error.
Vi el momento en que le entregaban el bebé ensangrentado al pediatra y cómo él se lo llevó a la cuna cálida para revisarlo, pero apenas le presté atención a mi sobrino porque la mancha roja sobre la tela quirúrgica que cubría a Alice captó toda mi atención, después, me fijé en la sangre que ya le estaban pasando directo a la vena, en otra le tenían un suero y vi trabajando a una enfermera para ponerle otra intravenosa… eso debía significar que mi hermana se estaba desangrando tanto como parecía.
Lentamente me acerqué y nadie me prestó atención, los cirujanos estaban muy ocupados en su trabajo. Llegué hasta donde estaba el rostro Alice y vi que estaba dormida, o inconsciente, cualquiera de las dos.
- No deberías estar aquí. –me regañó el anestesiólogo, él me conocía. – Vete. –me ordenó, y aunque una parte de mí quería hacerle caso, nunca lograría marcharme dejando así a mi hermana.
- ¿Cómo está el bebé? –preguntó el ginecólogo al mando.
- En perfectas condiciones. –respondió el pediatra y poco después se escuchó el llanto estridente.
- Creo que va a ser necesario quitarle la matriz. –replicó como si el tener ya un bebé fuera a salvar a Alice del dolor de no poder embarazarse de nuevo.
- Pero ella… -repliqué apenas y por segundos todos me miraron.
- Te dije que te fueras. –repitió el anestesiólogo.
- Ya está. –interrumpió la enfermera cuando le pudo poner la tercera intravenosa y el suero para que pasara rápido y repusiera la sangre que perdía.
Por un momento pensé que deberían hacer algo para que todo saliera bien, Alice era muy joven, demasiado, y no soportaría el dolor de ser incapaz de tener más niños. Iba a decírselos, pero el pediatra se acercó a mí con mi sobrino envuelto en una manta y me lo dio en brazos. Al tomarlo vi que eran reconocibles en él los rasgos de mi hermana y los de Jasper, se veía indefenso… me recordó a mis hijos y todas las veces que estuvieron a punto de quedarse huérfanos, lo mucho que temí estar solo con ellos y que crecieran sin una madre.
Tal vez no era mi decisión, pero de repente la respuesta se hizo clara. No valía la pena arriesgar la vida de mi hermana, la compañera de Jasper, la hija de mi papá… la madre de este bebé, sólo por tratar de salvar su fertilidad.
- Quítensela. –les dije- No importa nada, sólo sálvenle la vida.
Vi al médico a los ojos y él asintió, tomando fuerza de mi certeza.
- Lo haremos. Pero entrega al bebé y vete.
Supe que ese no era mi lugar, por mucho que deseara quedarme, no podía. Besé la frente de mi sobrino y se lo di al pediatra, después, me acerqué al oído de Alice para murmurarle.
- Vas a estar bien. Tu bebé necesita conocerte.
Después sólo di media vuelta y me marché, muy decidido a darle la noticia a todos con calma. Alice no podría tener bebés nunca más, pero salvarían su vida. No podía tener dudas de eso.
Fin del flash Back
Pov Bella
Alice sufrió mucho al principio, después de salir de quirófano, entro en depresión cuando le dijeron que no podría tener más hijos. Estuvo sin salir de casa encerrada con todas las persianas bajadas y las luces apagadas. Pero entre todos le ayudamos a salir de ese agujero en el que se había metido, diciéndole que tal vez no tendría más, pero que ahora tenía a uno y que ella no estaba con él. Ahora es feliz junto a Jasper y Charlie. Mi dio mucho alegría que le pusiera ese nombre, Alice insistió y mi hermano no pudo negarse.
-¿Cómo te ha ido en el hospital? – le pregunté a mi marido con una sonrisa.
-Estoy agotado, dice Ness que haber cuando vas a verla – dijo sonriendo. Edward trabajaba junto a su padre en el hospital, también se había decidido por cardiología. Y Ness era una niña de cuatro años huérfana que estaba en el hospital ingresada, yo siempre que podía iba a verla. Edward y yo estábamos removiendo papeles para poder adoptarla, para que tuviera una familia que por experiencia sabía que era lo más necesario cuando se está enfermo. La pequeña tenía la suerte de no tener la enfermedad muy avanzaba y Edward y yo nos encargaríamos de que tuviera la mejor calidad de vida posible. Recuerdo el día que la conocí.
Flash Back
Caminaba hacía el despacho de Carlisle, porque me quería hacer una revisión de cómo estaba. Y no se si para mi suerte o mis desgracia que como Edward estaba de practicas y el le estaba enseñando, estaría mientras me revisaba. Pase por el pasillo de cardiología y escuche llorar a alguien. Era una niña pequeña, estaba segura. Camine a donde escuche el llanto y entre en una habitación donde había una niña de no más de cinco años. Estaba con la mascarilla puesta y el suero en un brazo. No pude evitar acordarme de cuando yo estaba así, me acerque a ella y le aparte el pelo color caramelo que tenia encima de la cara.
-Hola – dije colocando su pelo detrás de la oreja. Ella levanto la vista y me miro. Sus ojos eran de un color marrón muy parecido al mío.
-Hola – murmuro muy bajito.
-¿Qué te pasa? Preciosa – pregunte mirándola todo el rato.
-No quiero estar aquí – dijo llorando todavía.
-¿Cómo te llamas? – pregunte sacudiéndole las lagrimas.
-Renesmee, pedo me llaman Nessie o Ness (Renesmee, pero me gusta que me llamen Nessie o Ness) – me contesto.
-Yo me llamo Isabella, pero me gusta que me llamen Bella – dije sonriendo.
-Que nombe más chulo (Que nombre más chulo) – dijo con una pequeña sonrisa.
-Y tu, ¿Cuántos años tienes? – le pregunte. Con la mano me señalo cuatro.
-Bella, ¿Qué haces aquí? – dijo una enfermera entrando, en la habitación, se acerco a la cama y comenzó a cambiar el suero – Carlisle te estaba buscando como loco – dijo. Mierda. Se me había olvidado la visita.
-¿Te vas? – me pregunto la pequeña con las lagrimas acumulandose en los ojos.
-Tengo que ir a ver a mi medico, pero después vuelva a verte – dije sonriendo.
-¿Estas malita? – me pregunto.
-Un poquito, como tú – dije mirando a la enfermera.
-Te están esperando en el despacho los dos, están bastante nerviosos, yo te ti iría ya – dijo sonriendo. Comencé a salir.
-Bella – me llamo la pequeña y me gire para verla – No te olvides de venir – dijo son una leve sonrisa.
Fin del Flash Back
Después le pregunte a Carlisle que tenia y como estaba, me explico su estado y que era huérfana. No pude evitar ir cada vez que podía, y tan solo hacía dos meses que la conocía. Y sabía que no podría separarme de ella porque me recordaba mucho a mi.
-¿Dónde esta Carlisle? – pregunté al darme cuenta de que venía solo.
-Se quedó porque tenía una reunión, pero no tardará en venir ¿Y Esme?- preguntó al no verla con lo demás.
-Mi madre ha salido a hacer la compra y de paso a comprar helado, porque a Rosalie le entró un antojo – dijo Emmett riéndose. Abrazando la barriga de Rosalie que estaba de cuatro meses.
-Cuando vengan, tiene que estar todo listo – dijo Alice, mientras corría escaleras arriba y después la vi bajar con la bandeja de comida.
-Sí, acordaros de la pancarta – dijo mi hijo levantándose del sillón y fue a un cajón y sacó una sábana blanca donde ponía "Feliz aniversario". Hoy se cumplían trece años que Carlisle y mamá se habían casado, y estábamos todos para celebrarlo. No sólo por su boda sino porque gracias a eso ahora éramos todos una familia.
-Bella, ve a por las servilletas blancas – me pidió Rosalie que estaba subiendo para coger los platos.
-¡Ya están aquí! – gritó Liz que estaba asomada a la ventana. Al parecer como casi siempre mamá fue a buscar a Carlisle para venirse juntos.
-Todos a sus puestos – dijo Edward agarrándome de la mano para escondernos detrás de los sofás como todos. Escuchamos la puerta y las luces encenderse.
-¡Feliz aniversario! – gritamos todos. Hicimos que se sobresaltaran un poco pero después sonrieron al ver de qué se trataba.
-Gracias familia – dijeron los dos y comenzamos a abrazarnos. Nos pusimos alrededor de la mesa donde estaba el champagne, y el agua para los niños, Rosalie y para mí.
-Un brindis – dijo Carlisle.
-Yo quiero brindar por las ganas de luchar, de seguir a delante, de no dejarse vencer – dije con una sonrisa.
-Yo brindo por la vida – dijo Alice alzando su copa.
-Pues yo por que nos entiendan – dijo Lily alzando su vaso de agua.
-Por que todos tengamos las mismas oportunidades – dijo Jasper
-Por la felicidad de los que estamos aquí los que quedan por llegar – continuó Rosalie, mientras se acariciaba el vientre.
-Por no estar nunca solos – dijo mi hijo pasando su brazo por la cintura de su hermana abrazándola.
-Por el amor de verdad – siguió Emmett.
-Para mejorar como personas – continúo mi hija.
-Por los sueños – dijo Edward alzando su copa.
-Por la esperanza de seguir todos juntos, porque sin ella, estaríamos perdidos. – dijo mamá.
-Por nosotros, por la familia, y por Charlie. Que nos estará mirando desde donde quiera – dijo Carlisle y todos juntamos nuestras copas. Ahí me di cuenta de una cosa. El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene uno/a, pero aunque se parezca los miedos son tan personales y tan preferentes como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como mirar debajo de la cama porque piensas que va a haber un monstruo. Miedos con los que uno aprende a ir conviviendo, hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no estar a la altura. Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser, hay miedos que nos va dejando la conciencia. Hay miedo a ser culpable de lo que les pasa a los demás y también miedo a lo que no queremos sentir, a que alguien que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien que queremos desaparezca. Hoy he escuchado a un señor de la televisión que decía que la felicidad es la ausencia del miedo y entonces me he dado cuenta de que últimamente yo ya no tengo miedo.
BUENAS!
Ahora si, se acabó. Espero que os allá gustado el Epilogo, yo considero que eh dejado alguna laguna abierta, si es así decirle y escribo un capitulo con esa laguna.
Aparte de eso estoy muy contenta de como ha quedado esta historia, porque aunque a sido larga y a veces se hacía repetitiva, de todas las que he escrito por el momento, publicadas y sin publicar es la que más me ha gustado. Y creo que todo es gracias a kykio88 que me ayudaba cuando me quedaba en blanco y sobre todo en las partes medicas que yo no sabia como poner ella me sacaba de apuro.
También porque ha sido la que más comentarios he tenido, y más apoyo vuestro he recibido. Todo esto sin vosotras no hubiera sido lo mismo. GRACIAS.
Espero que os guste la carta de Charlie, es algo que escribí pensando como me sentiría yo en su caso. Y espero que también os guste el final del capitulo.
Siento no haber podido enviar adelanto, lo siento mucho! Recibí el adelanto hace unos días pero me di cuenta de que no me convencía mucho que faltaban cachos importantes. Después no se si lo dije pero trabajo en una residencia de ancianos haciendo practicas y el otro día lamentablemente murió una a la que yo le tenía apreció. Y creo que por eso no me sentía lo suficiente inspirada.
Y sobre una pregunta que me ha hecho una lectora si tengo pensado escribir otro fic después de este, de hecho ya subí el primer capitulo. Espero teneros a todas allí porque sois fantasticas.
AHORA ME DESPIDO EN ESTE FIC, PERO ESPERO QUE PODAMOS SEGUIR LEYENDONOS EN OTRO :)
UNBESOOOOOOOOOOOOOO(kk'