Los cazadores de mayor rango a parte de Kaien eran Touga Yagari el maestro tuerto y Zero Kiryu, el gemelo. Los conocía lo suficiente como para saber los puntos débiles y con quien debía aliarme. Ya en la gran sala todos estábamos ubicados en una gran mesa redonda y se miraban sin saber cómo empezar, así que Kaien decidió iniciar.

-Lady Rose, esperamos no se moleste...- hablaba lentamente evitando molestarme por mi rol de purasangre y a la vez evitando molestar a sus colegas cazadores por darme ese trato.

-y tampoco nos importa si lo hace...- sugirió Yagari haciendo que me carcajeara sin poderlo evitar, poseía un humor tan parecido al mío pero que nunca había mostrado a nadie más que a mis antiguos "amigos", esto si era una reunión, no esa fachada inventada por esos vampiros inferiores.

Todos me miraban sin poder evitar sorprenderse ante mi actitud, los conocía muy bien como para saber todos sus gestos o reacciones y sabia que algunos estaban diciendo "¿qué carajo le pasa?" "¿quien se cree?" "malditos chupasangres" "niña boba" entre muchos más comentarios que sonaban en sus cabezas.

-no me molesta, llámeme solo Rose, y estoy de su lado, no se preocupe, no pienso estar del lado de los vampiros.

Estaban estupefactos y mi mirada estaba fija en Kaien, dirigí mis recuerdos a él, me adentre en el lio de su mente, mostrando la imagen de cuando apenas era un niño y nos mirábamos desde lejos, él sabía que yo era un vampiro y desde luego no se me acerco... Más adelante, como tres adolescentes corríamos por los prados, Su cara cambio radicalmente a una de comprensión y viejo cariño, provocando que los cazadores se exaltaran.

-¿Cómo puedes creerle a esta niñata vampira? ¡Es una chupasangre, una sangrepura! ¿Cómo va a estar en contra de los suyos? Además, ¡debe ser una trampa y esta aliada con Asato!- grito Kiryu estampando la mano contra la mesa al ver la cara de Kaien.

- espera un momento...- le susurre- el que sea una sangrepura no quiere decir que este del lado de ellos y tampoco que quiera traicionarlos... Tú tienes todas las piezas y solo necesitas un sorbo de mi sangre para saber el respeto que les tengo a los humanos...aunque a veces no tenga salida, tal como tu...- me excuse y me coloque de pie- si tienes un problema en lo personal dímelo después, no así Kiryu... puedes salir herido.

-¿quién te crees para hablarle así a nuestro futuro presidente...?- me hablaban rudamente casi todos acusándome sobre el trato al joven vampiro.

-deberías morir sanguijuela- decían otros.

Empuje la puerta dispuesta a salir de allí lo antes posible, después ellos se darían cuenta de que estaba allí en son de paz y que no les mentía respecto a mis intenciones, no pretendía una guerra, o al menos no en esos momentos.

Todos los cazadores armados apuntaban en mi dirección: los más altos, fuertes, hábiles y rápidos, pero solo uno llamo mi atención, un pequeño Moreno con mi tamaño de adolescente, buena musculatura, de ojos azules. Aun pareciendo un hombre diferente, tenía la misma cara que el... Mis ojos se iluminaron ante su presencia y todo el mundo giro a su alrededor, mis piernas temblaron y no pude evitar flaquear en presencia de él, aun estando también todos esos cazadores.

-Rose, espero perdones a Kiryu es que tuvo un pasado...- Kaien llego hasta mi lugar y dirigió la vista hasta donde seguía la mía, deje de mirarlo por un segundo y mire al vampiro sin colmillos.

- no puede ser...- una lagrima bajo por mi mejilla y de inmediato la limpie con el dorso de mi mano- tu...

-sí, es su hijo- era lo único que no sabía, estaba cien por ciento segura de que sabía todo de todos los personajes resaltantes de el último año en la sociedad vampírica y en la de cazadores mas no sabía nada de el...

-perdón...- me desintegre del lugar directo a las calles del pequeño pueblo.

Flashback

Intentaba descansar en la sombra de aquel árbol, el día era soleado y mucha gente paseaba a los alrededores incluyendo a dos adolescentes con mente firme.

-hola Rose-san- saludaron ambos al mismo tiempo hacia mí.

-Hola Kaien, hola Miko- les salude con una leve reverencia a ambos chicos con vestimentas de época, al igual que mi vestido de seda celeste.

-vayamos al bosque...- Miko era un chico fornido de cabello marrón y ojos azules que llamaban la atención como el mismo cielo.

-¿están seguros?- les pregunte a ambos dispuesta a aceptar su propuesta, los dos mostraron sus armas escondidas bajo el abrigo y sonrieron cómplices-¡vamos!- tome el vestido con ambas manos y lo Levante para correr hasta el bosque, aun sin tener que esforzarme siempre le ganaba a ambos. Eran descendientes directos de los primeros cazadores y por lo tanto la sangre de Kuran corría por sus venas.

Ambos lanzaban ataques contra mí y yo los esquivaba a la vez que usaba mis poderes para retenerlos y aprovecharme de la situación para hacerle cosquillas a ambos. Era una buena forma de estar en practica y no necesitaba hacerles daño. Cuando ya ambos se daban por vencido nos tirábamos a la grama a descansar.

-¡ohh! tu vestido esta hecho un desastre- me dijo Kaien, mientras halaba la tela rasgada y sucia por el barro y la tierra.

-no importa- lo rasgue a la altura de mis rodillas y lo envolví colocandolo de almohada antes de recostarme sobre el pasto.

-nunca veré a una chica normal haciendo eso- dijo Miko asombrado.

-se te olvida que no soy normal- le mostré sonriendo mis colmillos y el sonrió para sí mismo.

-si tus padres te vieran haciendo eso- me dijo con la mirada perdida en el cielo.

-debieron morir hace miles de años y no recuerdo nada de ellos- lo silencie y los tres seguimos mirando los colores del atardecer.

Fin del flashback

Miko había sido nuestro mejor amigo hasta que llego otra nueva época de guerra y los tres nos separamos: Kaien siguió su vida como un asesino de vampiros y décadas después se enamoro de la purasangre Juri Kuran, mientras que Miko había sido engatusado por una purasangre que le dio todo, incluso su sangre, para que acabara con su tormentosa vida, yo simplemente no entendía, haber vivido tan solo siglos y ya tenía fama de loca y psicópata, ni que hubiera tenido que aguantar milenios, como yo. Perdí todo contacto de ellos. En este siglo todo cambio, Kaien era un hombre nuevo, padrastro de hogar y dirigía una academia y además surgieron los problemas con los Kuran.

Aquel chico de ojos azules tan parecidos a los de él era su hijo...

En tan solo un par de horas había perdido todo el valor que había reunido en miles de años, por necesidad, casi desde mi nacimiento, me tuve que valer de mi misma y ahora necesitaba a alguien. Volví a la asociación pidiendo hablar con Cross lo antes posible, me redirigieron esta vez a su oficina, escoltada por un grupo diferente de cazadores y me hicieron esperar. Él entro con una taza de té en manos, me sonrió y me la tendió, yo agradecida la tome y aspire su aire caliente.

-no me recordabas...- susurre mientras daba un sorbo al delicioso te de limón

-has crecido, no creí que fueras tu, hasta que me lo demostraste tu misma, tu cabello es dos cuartas más largo, y tu cuerpo es el de una adolescente- sonreía con ojos llorosos, se quito las gafas y me tendió una mano sobre su escritorio.

-siempre he sido yo, desde hace quinientos años- quinientos años conociéndolo y sin contar los milenios anteriores sin un amigo, sola en mi cueva, hasta que llegaron esos chicos-y tu envejeces lentamente gracias a Juri Kuran, nunca la conocí, pero debo agradecerle por darte su sangre para que estés aquí hoy, no me creí capaz de dejar mi hogar para salir al mundo, pero tú me das confianza tal como en los viejos tiempos.

Nuestras miradas se encontraron y ,durante al menos 5 minutos, nadie menciono nada.

-sobre Miko, el fue sobornado por la ancestro de los Shouto- el ancestro de Isaya- y le dio su sangre completamente como pago para que la matara y la desapareciera por completo de este mundo, estaba loca, y el único que la podía desaparecer por completo era un cazador, y el simplemente cayó ante sus palabras, tomo de su sangre y la desapareció de la faz de la tierra, hasta hace 20 años seguía en pie y dispuesto a seguir en su trabajo pero se enamoro y he aquí el fruto de su amor- la chica que estuvo a su lado, debió ser afortunada- los descendientes de los Shouto lo mataron con sus propias manos una tarde en la que se enfrentaba con uno de los suyos y reconocieron la sangre de su ancestro en el- acabo de hablar Kaien con lagrimas saliendo de sus ojos y las limpio con el dorso de su mano

-¿Cómo se llama?- el niño me recordaba mucho a él y debía ser un gran cazador, tal como lo era su padre.

-Alex Harada- su madre le había dado el apellido original de Miko, el de cazador.

-está bien, ahora con respecto a el gran baile- cambie de tema para evitar flaquear ante el- estoy con ustedes, solo espero conocer todos los blancos importantes para desaparecer a cada vampiro mafioso, como ese Asato y los Shiki... Ah y por ultima y no menos importante Sara Shirabuki, la muy perra busca pelea...- las ventanas se rasgaron un poco, ante la presión de mi aura. Kaien se río de mi y se levanto a tomar la taza ya sin té.

-toda su familia y ella son los primeros en la lista de amenazas, y hay mas por nombrar.

-bueno, espero poder tener toda la información necesaria para después del dichoso baile- estaba ansiosa por destruirlos a todos pero debía saber sus puntos débiles y además asegurarme de que nadie me quedara por fuera, todo eso en una noche; para dar el golpe final y acabar con todos los que representaban una amenaza para el mundo, los humanos y los cazadores tenían que poder tener un futuro con una familia, tal como Alex, ese era mi objetivo y el era una razón más. Y yo podría volver a tener una vida tranquila en mi hogar...o quizás, en otro lugar.