[HETALIA NO ME PERTENECE]

Primero que todo, antes de comenzar unos pequeños puntos… que nadie leerá xDD.

Por ahora el fic no será "lemon" así que pueden leerlo con toooda calma, pero si es angst, no quiero mujeres llorando desesperadas Q2 XD

Basado en una historia que lei hace tiempo que me dejó llorando, ;A;! me acorde de ella en una tarde y fue "e-esto debe ser pruaus" repito, solo es basada… así que no se mueran… es original, mia completamente mia… la historia, los personajes no….

SIENTO LA MALA ORTOGRAFÍA… el Español es mi idioma nativo, peeeeero XDUu no falta que me coma los tildes ( ´ ) en más de alguna palabra… etc, etc….

Sin nada mas que decir, ¡disfruten! Y alimenten mi ego con reviews por su puesto XD


Cap. 1: Malas actitudes:

Era un poco tarde ya… Casi se acercaba la noche cuando sintió un "alborotado" golpeteo en la puerta principal de su amplio hogar, aun así y a pesar de lo sorpresivo que podría llegar a ser, a él no le sorprendía para nada, de hecho podría decir que hasta le agradaba en cierta medida… El toque insistente en la puerta de su casa le obligó a ponerse de pie y dejando a un lado el libro que se encontraba leyendo y una vez que este estuvo sobre la mesita más cercana, se dirigió a abrir la puerta a la visita nocturna.

-¡Vaya señorito que te a costado!, mi grandiosa persona estaba muriendo congelado allí afuera – El albino ingresó rápidamente apenas la puerta fue abierta, eso molestó un poco al Austriaco, a pesar de que ya estuviera acostumbrado a ese tipo de actitudes de parte del prusiano siempre le molestaba que no tuviera un poco de respeto por su casa… Además de entrar todo empapado mojando todo a su paso.

-¿puedo saber a que se debe tu visita A ESTAS HORAS, Gilbert? – Cuestionó a la vez que cerraba la puerta tapando el paso del albino al interior de su casa, no quería que mojase nada más.

-¿Ah?, ¡pero si es obvio!, vine a iluminar tú triste y poco grandiosa existencia con mi deslumbrante ser- soltó a la vez que parecía darse cuenta del porque de la notable molestia del castaño, dejando su chaqueta a un lado de la puerta en la perchero que allí se encontraba, sin borrar aquella brillante sonrisa de sus labios en ningún momento.

-oh, ya veo, pero ¿sabes?... tú presencia no es necesaria en mi hogar y MENOS a estas horas de la noche- Espetó echándolo de su casa con aquella indirecta bastante directa, pero a pesar de esto el albino simplemente ignoró al castaño, a pesar de haber entendido claramente el mensaje, después de todo esa era su especialidad.

-¡oh!, no tienes que ser humilde conmigo, nos conocemos desde hace años, ¿lo olvidas? – a pesar de entender perfectamente que el castaño estaba irritado con su presencia, pase una de sus manos por entremedio de sus cabellos en u intento de caricia, pero solo logrando más irritación en el Austriaco, al que a pesar de que la visita del albino no le molestaba como demostraba, no podía evitar tomar ese tipo de actitud en contra de este… era algo que hacía "por instinto"

-Insisto, ni te hubieras molestado – le miró con una frialdad indiferente directamente a los ojos rojos como la sangre del prusiano, a la vez que apartaba con un golpe seco la mano pálida de este que se posaba sobre sus cabellos, esa última actitud había molestado al oji-rojo de sobremanera, después de todo había cruzado por el frío invierno, bajo las frías gotas de lluvia durante horas solo para verle.

-Bueno, bueno ¿sabes? Tengo bastante frío, ¿te molesta si tomo algo de tú té?- pregunto con cierta arrogancia, y siendo mas que una pregunta una orden realmente, no quería recibir otra negativa y por eso… solo por eso era que no había entrado ya a pesar de poder haberse echado al castaño al hombro y haber hecho todo lo que el quisiera.

-¡Que extraño!- escupió ácidamente con el ceño fruncido sin quitarle la vista de encima- ¿escuché al "increíblemente awesome" Prusia pedir permiso?, ¿seguro que no estamos en la tercera guerra mundial?-

Ya había tenido suficiente, era verdad que siempre que el prusiano iba a casa del castaño hacía desordenes, rompía cosas, etc… cosas que molestaran al austriaco, pero ahora sencillamente no había hecho nada que se considerara "indecente", "tonto" o "vulgar"; mientras un leve silencio incomodo los envolvía, fuera de la casa podían oírse fuertemente los truenos que comenzaban a formar parte de la tormenta, agravando mas el silencio cada vez mas frío entre ellos.

-¿qué hice? – cuestionó mientras ocultaba su mirada debajo del flequillo plateado tan característico de él, entonces el castaño se percató de su error, de lo frías que eran sus palabras y de la actitud que estaba tomando contra el albino… de hecho, hubo un pequeño lapso en el que intentó pedir disculpas, pero la imagen mental del prusiano burlándose de él a carcajadas se hizo presente y todas las intenciones de tal acción fueron borradas - ¿tanto me odias? … - el silencio se hizo aun más agudo, continuando con su reinado- tan frío como siempre – sentenció al no recibir las respuestas que buscaba, y tomando la empapada chaqueta que hace poco había dejado colgada hace unos momentos atrás en el perchero más cercano- me parece perfecto, entonces, no vendré más por acá si es lo que quieres…. Abschied Roderich

Al castaño en verdad le gustaba que el albino fuese a molestarlo, le encantaba, era feliz con su pequeña rutina… ¿tan mal se había comportado?, quiso detenerle, peor como en la mayoría de los casos el orgullo fue mucho mas fuerte y solo se dedico a observar la fría y casi gélida mirada que le dedicaba al prusiano, solo observar como se iba delante de sus narices y como por mas que quisiera detenerle el orgullo frenaba todos sus músculos, hasta que el portazo final se oyó.

¡No había hecho nada malo!, ¿acaso solo el albino podía "mal comportarse"?, aun que ahora que lo pensaba… por mas que el albino fuera mal comportado, un desastre de persona, un egocéntrico, entre tantos otros sinónimos, él no le había hecho sentir mal al propio, excepto en esa época en la que vivían en guerras y peleados por cualquier cosa o a la periodo anterior a que Gilbert se viera obligado a irse con Ivan, pero de esto se dio cuenta demasiado tarde, ya el albino no se veía por ninguna parte fuera de la casa del castaño, ahora mismo este debía estar caminando entremedio de aquella tormenta, envuelto en la espesa noche y con las gotas de lluvia cayendo sobre él como piedras, golpeando su pálido rostro.

-Seguro viene mañana nuevamente- comentó más que nada para auto-convencerse de que las cosas se arreglarían, dio media vuelta de todos modos encaminándose hacía el interior de su hogar a retomar la abandonada lectura que llevaba antes de que el albino apareciese en escena, y mientras hacía todo eso, se preguntaba por que el frío silencio de su hogar que tanto le gustaba ahora era tan desagradablemente aterrador. Ahora ni terminar su lectura podía, la concentración se iba directamente al carajo y cuando lograba algunos avances con está la fría mirada del prusiano volvía a su mente y no se disipaba, por mas que el quisiera y las palabras que habían salido de los labios de este se repetían también en su cerebro.