¡Hola! Yo se que debería estar trabajando en el nuevo capítulo de Perfect Situation, pero los trabajos de fin de curso no me dejan :( y sinceramente mi día no está completo si no publico algo; así que decidí buscar entre todos mis escritos este que ya tenía. Es muy especial, pues fue lo primero que escribí de Klaine, ojala les guste y si es así, estaré actualizando esporádicamente.

Disfrútenlo y saben que agradezco de antemano sus reviews. Nos leemos luego, ¡suerte!..

Disclaimer: Glee y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Fox y otros más. (Si me pertenecieran haría un spin off de puro Klaine :D)


=KURT=

12 de noviembre de 2010

Querido diario:

El día de hoy fue agotador, entre todas las tareas que hay que hacer para clases, la temporada de exámenes que está por llegar y los problemas del Glee club, mis nervios están a punto de destrozarse.

Y es que cada vez se vuelve peor la lucha por los solos; la búsqueda constante de maneras de arrebatárselos a Rachel no está dando buenos resultados; y encima de todo, tenemos que soportar el drama de las parejas. Es en momentos como ese que la idea de estar solo no es tan patética como parece.

Asi que decidí que antes de volver a casa, merecía un momento para mí, me subí al auto y maneje directamente a la cafetería; en el camino decidí que no iría a la de costumbre, no quería encontrarme con nadie conocido que pudiera interrumpir mi momento de reflexión.

Llegue a un pequeño local que estaba en el camino hacia Westerville, rápidamente me ubique en una de las mesas del centro del lugar y coloque mis audífonos en mis oídos, al ritmo de "Still the one" de Shania Twain comenze a divagar sin rumbo alguno.

Entonces, mientras planeaba mis atuendos para el fin de semana, pude sentir una mirada sobre mí; ciertamente estoy acostumbrado a que de repente la gente me mire en lugares públicos, pero nunca se había sentido como hoy.

Intente no hacer mucho caso, pero simplemente no podía ignorar ese extraño sentimiento que me invadía; tenía que enterarme de donde venia esa mirada, así que sin pensarlo levante los ojos un poco y ahí estaban… los ojos más bellos que he visto en mi vida. Después de cruzarme con ellos un par de segundos, no pude mantener la vista levantada y volví a mi posición inicial completamente ruborizado.

Esa mirada provenía de UN CHICO que se encontraba sentado tres mesas lejos de la mía; iba con más chicos, todos ellos elegantemente uniformados con un saco azul marino y corbatas de rayas azules y rojas; tenía el cabello rizado, aprisionado bajo una enorme capa de gel, la piel morena clara y sus ojos me parece que eran cafés; es obvio que de eso no estoy seguro, pues debido a la distancia y lo corto de nuestro encuentro fue lo más que pude apreciar.

Me sentí extraño, es decir, nunca en mi vida había descubierto a un chico mirándome; llegue a pensar que seguramente eran solo ideas mías y si bien, nuestras miradas se cruzaron por unos segundos, lo más viable es que hubiera sido mera casualidad. Pero para mi suerte (o desgracia, no he podido definirlo bien) lo que sucedió después me hizo darme cuenta de que no era así.

Segundos después volví a sentir su mirada sobre mí, fue hasta que escuche algunas risitas que volví a dirigir mis ojos a él; pero esta vez el encuentro duro más, no podría asegurar que minutos, pero si un rato que me pareció largo; además esta vez me dirigió una sonrisa; la sonrisa más perfecta que he visto en mi vida.

No puedo describir bien que sentí en ese momento; fue algo extraño y completamente nuevo para mí; inmediatamente sentí un calor en tomo mi cuerpo, una calidez extraña y una descarga eléctrica me recorrió de los pies a la cabeza, sin dejar de mencionar las típicas mariposas en el estomago, mis manos temblaban, pero aun así no podía despegar mi mirada de él.

Cuando sus amigos se dieron cuenta de nuestro encuentro, comenzaron a darle algunos codazos y a murmurar cosas que no pude entender, pero aun asi el no despegaba sus ojos de los míos.

Lo más extraño fue lo que sucedió después, la misma descarga que había recorrido mi cuerpo, apareció otra vez y sin darme cuenta me había levantado de la silla. Pude ver una reacción de sorpresa en el chico uniformado, ¿Qué iba a hacer ahora? No podía caminar solo a su mesa y presentarme, ¿Y si todo eran solo imaginaciones mías?

Lo único que pude hacer fue huir cobardemente al baño; cuando estuve ahí, me pare frente al espejo de los lavabos. Nunca había visto mi rostro tan sonrojado. Después de unos minutos de debatir conmigo mismo decidí que debía salir y por muy loco pareciera presentarme con el uniformado, es decir, ¿Qué podría pasar? Lo peor es que me ignorara por completo y sus amigos se rieran un poco de mi, pero ¿Qué podía perder?, nadie me conocía en ese lugar, si las cosas no salían bien solo bastaría con no volver nunca más, tenía que hacerlo; no todos los días un chico me miraba (o yo imaginaba que me miraba).

Asi que me arregle un poco el cabello antes de salir, respire profundo y salí decidido a cumplir mi propósito. Desgraciadamente cuando llegue a su mesa, el grupo de chicos uniformados ya no estaba, no puedo describir cual decepcionado me sentía, me quede parado ahí unos segundos hasta que la mesera me interrumpió.

-Los WARBLERS, vienen aquí de repente; son tan guapos-

Me limite a sonreírle a la chica y regrese a mi mesa; luego de un rato salí del lugar y maneje hasta casa, sin dejar de pensar un momento en lo cobarde que fui, sin embargo no estaba molesto; de ahora en adelante, será una costumbre de Kurt Hummel ir a esa cafetería todos los viernes después de clases, y si el destino lo quiere, me volveré a encontrar con el chico de ojos hermosos y sonrisa perfecta.