Hola de nuevo, espero que estén de maravilla; bueno como lo prometido es deuda, aquí les dejo un nuevo capítulo de esta historia, el POV de Blaine, el cual quedo muchísimo más largo que el de Kurt, pero bueno aquí tocaba aclarar más cosas. Espero que la parte en la que Blaine y Mercedes aclaran todo el malentendido que planifico Delilah no resulte confusa y tampoco muy ambigua; pronto traeré lo que sigue, la cita de Klaine; esta vez juro no tardarme tanto, como les dije anteriormente, la enorme pausa en esta historia se debió a que no sabía como continuarla; pero ahora es como si la inspiración que no tuve en semanas llegara toda de golpe, así que aquí estaré más seguido.
Bueno gracias infinitas y totales por sus reviews, por ahí en alguna historia leí que los reviews son la comida de los autores, y es muy triste pasar hambre o morir de inanición.
Bueno disfruten mucho este capítulo, y no dejen de visitar mi otra historia, verán que les gustara :D saludos y suerte; cuídense y un abrazo enorme para todo/as
Notas: Al igual que con Kurt, las frases entre paréntesis son pensamientos de Blaine mientras escribe)
Glee y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de FOX, Ryan Murphy y otros más…
CAPITULO 8
=BLAINE=
18 de Marzo de 2011
Querido Diario:
Definitivamente; si no creía en el destino, después de lo que sucedió esta tarde, he abandonado esa idea. Todo comenzó cuando terminaron las clases, la mayoría de los alumnos de la Academia ya estaban saliendo para sus hogares y yo me encontraba camino a mi habitación, pues solamente visito mi casa una vez al mes; fue entonces cuando Wes me intercepto:
—Hey Blaine— Wes saludo — Me ofrecí a llevar a Jeff a casa de sus tíos en Lima y después pasare al centro comercial, es cumpleaños de mi hermano y necesito conseguirle un regalo ¿Quieres venir?—
Tenía la tarde libre y muchas ganas de salir, así que acepte
—Seguro, solo denme tiempo para ir a cambiarme y…—
—No, no hay tiempo; el camino a Lima es largo además los uniformes llaman la atención— Wes me interrumpió mientras me daba un empujón.
Inmediatamente salimos de Dalton en el auto de mi mejor amigo acompañados de Jeff, el camino fue agradable y a mi parecer muy rápido; una hora y media después ya habíamos dejando a Jeff en donde sus tíos, y estábamos ingresando al centro comercial de Lima; Wes pensó que sería mejor idea ir ahí, en vez de regresar a Westerville, según él era buena idea cambiar de aires de vez en cuando. Y ciertamente de no haber sido por la idea de mi amigo, las cosas no se hubieran dado como se dieron.
Después de comprar un café, decidimos no perder tiempo y entramos a la primera tienda de ropa que vimos, ahí pasamos un largo rato tratando de encontrar algo que fuera del gusto del hermano de Wes.
—Bien, me parece que esta le agradara— dijo mi amigo con voz segura
—Yo levante un pulgar para demostrar que estaba de acuerdo, ciertamente los asuntos de la moda no son mi fuerte, sin embargo esa camisa era formal y discreta, una buena elección
—Blaine, ¿podrías medirte la camisa por favor?— cuestiono Wes
Yo lo mire extrañado y antes de decir algo me interrumpió
—Tienes casi la misma estatura y complexión física que mi hermano, entonces me sentiría más seguro si te la pruebas; no quiero gastar mi dinero en vano, estoy seguro de que si te queda bien a él le quedara también—
Acepte y tome la camisa que Montgomery tenía en sus manos. Me dirigí al probador mientras Wes seguía dando un vistazo por la tienda; rápidamente me quite el saco, la corbata y la camisa de Dalton y me dispuse a probarme la camisa del hermano de Wes (debo decir que odio los probadores, son espacios demasiado pequeños y si tardo demasiado en ellos, comienzo a sentir que me ahogo).
No había terminado de ponerme bien la camisa cuando la cortina que hacía de puerta del probador se abrió, no pude hacer otra cosa que gritar: "Hey, está ocupado" pero no hubo respuesta alguna. Por inercia mire a quien había irrumpido mi privacidad y al verlo, mi capacidad de formar ideas se extinguió; no podía creerlo, era el chico del café, el de hermosos ojos, el que me había rechazado. Se veía tan perfecto, igual que la primera vez que lo había visto, sin embargo ahora estaba demasiado sonrojado (cosa que lo hacía ver más sexy) y francamente lo entiendo, la situación en la que nos encontrábamos no era agradable.
Antes de que pudiera decirle algo, salió corriendo; yo no iba a dejar que se me escapara, no ahora que tenía la oportunidad de presentarme por mi mismo como se debe y de ser rechazado en persona, así que salí tras él; no pensé en otra cosa que en alcanzarlo, estire mi mano para alcanzar su hombro pero no lo logre, el guardia de seguridad me detuvo en la entrada de la tienda, obviamente no me iba a dejar salir con la camisa aun puesta y sin pagar.
Suspire frustrado, sin embargo de inmediato un grito llamo mi atención:
—Kurt, Kurt espera— una chica morena se aproximaba a la puerta, fue fácil darme cuenta de que iba tras mi chico, cuyo nombre era Kurt; antes de que saliera de la tienda la tome del hombro sin pensarlo.
—Oye, disculpa, tu co-conoces a Kurt?— pregunte (ciertamente una pregunta bastante obvia)
La chica me miro de arriba abajo y luego puso las manos en la cintura
—Sí— fue lo único que dijo
No sabía cómo plantearle la situación, así que solo saque el ticket de compra que me habían dado en la cafetería y me acerque a la caja, que estaba junto a la puerta para conseguir un bolígrafo. La amiga de Kurt me miraba extrañada mientras yo escribía mi nombre, correo electrónico y mi número telefónico en el ticket.
—Podrías dárselo a Kurt por favor, y decirle que de verdad me gustaría que me contactara— estoy seguro de que mi voz sonaba como un ruego.
La joven tomo el papel y solo asintió, luego salió de la tienda sin decir más y yo regrese al probador, donde Wes me esperaba con cara de incredulidad
—¿Que fue todo eso?— pregunto
—Kurt— fue lo único que respondí (estoy seguro de que mi respuesta no ayudo mucho, pero simplemente no podía enfocarme en otra cosa; ya sabía su nombre y también al fin había logrado ver con claridad el color de sus ojos, eran tan azules como un océano).
Después del altercado, Wes pago la camisa y salimos de la tienda, bajo la mirada de curiosidad de la cajera y el guardia de seguridad que habían presenciado todo. En el camino de regreso a Dalton puse al tanto de lo sucedido a Wes; el solo se limito a burlarse:
—Blaine, si ya le habías dado tu número una vez y no le intereso, ¿Qué crees que lo hará cambiar de opinión esta vez? La forma en la que se encontraron hoy no fue nada agradable— me cuestiono
—No lo sé Wes, fue lo único que se me ocurrió hacer, además por alguna extraña razón confió más en su amiga que en Delilah— respondí
—Delilah es linda y amable— agrego Wes
—No lo sé Wes, dejo de agradarme cuando me beso a la fuerza, ahora creo que está loca— dije
Wes solo levanto los hombros y continúo:
—Pues entonces aquí vamos de nuevo, con el Blaine que vive pegado a su móvil, esperando la llamada de un desconocido—
Yo solo lo mire con el ceño fruncido y decidí dar por terminada la conversación.
Y bueno, aquí estoy de nuevo; esperando y rogando por qué mi celular suene y conforme pasan las horas me voy convenciendo más de que Wes tenía razón; quizá a Kurt (lindo nombre, por cierto) no le intereso en lo más mínimo.
23 de marzo de 2011
Querido diario:
Habían pasado varios días desde mi encuentro con Kurt en el centro comercial, y debo decir que ya estaba completamente resignado a no volverlo a ver ni a saber de él; pensé que después de todo, Wes tenía razón, no estaba interesado en mi. Sin embargo esta noche, las cosas tomaron un rumbo interesante, un muy buen rumbo.
Me encontraba perdiendo el tiempo con Wes y Jeff después de la práctica de los Warblers, cuando el sonido de mi móvil llamo mi atención, inmediatamente lo saque de mi bolsillo, mire la pantalla y descubrí que era un número desconocido. Me quede mirándolo un momento sin decir ni hacer nada; debo decir que estaba un poco nervioso, ¿y si era Kurt?... ¿Qué debía decirle?
—Blaine, no piensas contestar— Jeff me saco de mis pensamientos pero no me moví —¡BLAINE!—
Su grito me llevo finalmente a pulsar el botón y contestar:
—Hola— respondí temeroso
—Bueno, ¿Blaine Anderson?; ok escúchame; quiero que pongas mucha atención a mis preguntas y respondas con la verdad, si no lo haces, me encargare de encontrarte y dañarte, ¿entendiste?—
La voz de una chica desconocida me atacaba del otro lado de la línea, yo decepcionado que no fuera Kurt continúe:
—¿Quién habla?—
La chica en la línea suspiro y luego dijo:
—Soy Mercedes Jones, amiga de Kurt, nos vimos en el centro comercial—
A la simple mención de Kurt mi respiración comenzó a acelerarse, no sabía si de felicidad o solo por el temor a escuchar que había sido rechazado de nuevo.
—Oh, si ¿Qué sucede?— pregunte amable
—Sabes, dude mucho en llamarte, pero tuve que hacerlo; estas volviendo loco a mi bebe, así que quiero saber ¿qué es lo que quieres de él?—
"¿Qué que quería de él?" pensé extrañado, pues creí que las cosas habían quedado muy claras, si le das tu numero a alguien es porque te interesa.
—No entiendo tu pregunta Mercedes…—
La chica me interrumpió
—Por favor chico, si es muy clara; solo habla—
Exhale agresivamente y prepare mi respuesta:
—Pues, quiero hablar con él, invitarlo a salir, conocerlo más no se qué….—
—Oh no niño bonito, tengo que detenerte ahí; vaya que hay personas demasiadas enfermas en este mundo— Mercedes dijo agresivamente y luego suspiro— antes de colgarte el teléfono y maldecirte para siempre déjame dejarte claro que Kurt no es el tipo de chico que se presta a relaciones de ese tipo—
Era oficial, no tenía ni la más mínima idea de lo que Mercedes quería decir
—Mercedes… tú… bueno… yo…. ¿De qué estás hablando?—
—Oh vaya, ahora te haces el inocente, pero está bien, si quieres escucharlo con todas sus letras lo diré: No voy a permitir que uses a Kurt, no voy a dejar que lo lastimes usándolo como tu juguete cuando tu noviecita te aburra—
Después de las palabras de Mercedes solté una carcajada, no sé bien si fue a causa de lo hilarante que resultaban sus deducciones, es decir ¿Qué clase de mente tenía esa chica para llegar a pensar eso? O tal vez por temor, al pensar que Kurt creía eso de mí. No vacile y me dispuse a aclarar el punto
—Ok, alto ahí Mercedes— agregue con voz severa —Yo no tengo novia, de hecho, ni siquiera me interesan las mujeres; ¿podrías aclararme cómo es que piensas eso?—
—No intentes negarlo con pretextos tan bajos Anderson, solo quedas como un tonto—Mercedes alego —¿Cómo puedes decir que no te interesan las mujeres cuando Kurt te vio besando a esa chica, la tal Delilah de la cafetería—
Después de eso, me quede helado; algunas ideas difusas invadieron mi mente, este asunto era bastante confuso
—Mercedes, eso no fue lo que pareció; ella me beso cuando estaba descuidado, ella acababa de decirme que Kurt había rechazado la servilleta con mi número telefónico—
—¿De qué servilleta hablas?— cuestiono Mercedes
Aun sin entender nada, me dispuse a explicarle a Mercedes como después de haber visto a Kurt y no atreverme a hablar con él, le había encargado a Delilah que le hiciera llegar una servilleta con mi número telefónico, y que días después de haber esperado ansiosamente la respuesta de su amigo, había recibido un mensaje supuestamente escrito por Kurt, citándome en la cafetería; y como yo emocionado había ido sin dudarlo, para encontrarme con que el mensaje en realidad era de Delilah y me había citado para informarme que Kurt me había rechazado y como luego de eso invento un estúpido pretexto para besarme e intentar seducirme.
—Kurt nunca recibió esa servilleta, de hecho estuvo yéndote a buscar varias veces al café, pero nunca te encontraba ahí, hasta que un día esa chica Delilah… Oh mi Dios, esa bastarda…— Mercedes dijo esa última frase casi gritando—
Luego fue su turno de explicarme que Kurt nunca había recibido la servilleta, que había estado visitando el café constantemente e incluso había pensado en visitar Dalton con la intención de encontrarme, y como Delilah había planeado todo, para que Kurt llegara justamente en el momento en el que me besaba, para que así creyera que entre ella y yo había algo. Mercedes tenía razón Delilah era una… mala persona. Había hecho todo un plan para que Kurt y yo nunca nos conociéramos, nos había manipulado a ambos para que creyéramos cosa que no eran.
Después de un silencio prologado, que supongo, ambos utilizamos para asimilar toda esta información me apresure a decir:
—Mercedes, necesito que me digas donde vive Kurt; necesito verlo, aclararle todo esto—
—Tranquilo chico— la voz de Mercedes ahora sonaba amable —Definitivamente estoy de acuerdo contigo, pero ahora no es el momento, ya es muy tarde; además seria muy extraño que un desconocido llegue a buscarlo a esta hora ¿no crees?—
—Tienes razón, entonces dime Mercedes ¿Dónde puedo encontrarlo, mañana mismo?—le cuestione
—Mañana después de clases, como todos los días tendremos práctica de coro, pero creo que sería una buena idea si te das una vuelta por McKinley cuando esta termine, alrededor de las cuatro de la tarde— la chica me respondió
—Claro, ten por seguro que ahí estaré— la emoción en mi voz era evidente
—Ok chico, pero antes de seguir tienes que prometerme que esa bruja Delilah recibirá su merecido y que yo estaré ahí para presenciar el suceso— Mercedes dijo, era fácil notar la rabia en su voz al decir el nombre de Delilah
—Claro Mercedes, y de verdad gracias; por haber llamado, haberme escuchado y ayudarme a aclarar este malentendido—
—De nada ricitos; soy capaz de lo que sea por mi chico Kurt, y al decir lo que sea, hablo también de arrancarte todos tus blancos y lindos dientes si lo lastimas; ten en cuenta que estoy confiando demasiado en ti—
—No tienes nada de qué preocuparte— dije
—Bien, entonces supongo que te veré mañana por McKinley—declaro Mercedes
—Claro, hasta entonces; y de nuevo gracias—
—Hasta entonces chico—
Y después de haber cortado la llamada con Mercedes me dispuse a planear lo que haría mañana al encontrarme con Kurt, ahora tengo un buen plan, que incluso incluye una forma de escarmiento para Delilah, de verdad esa chica es una enferma.
Ahora creo que debo dormir, es la única forma en la que puedo dejar de pensar en Kurt.
24 de marzo de 2011
Querido diario:
El día de hoy ha sido el día más perfecto de todos, creo que es justo que después de tanto drama las cosas sonrían para Kurt y para mí ahora.
Toda la mañana estuve ansioso por que llegara el final de las clases; al escuchar el timbre que marcaba el final de mi tortura, salí corriendo al estacionamiento, me subí a mi auto y maneje directamente a McKinley, apenas y tenía el tiempo justo para llegar. En el camino iba practicando el dialogo que había planeado para Kurt y buscando la forma de que el chico de hermosos ojos azules no se diera cuenta de lo malo que era con el romance.
Finalmente llegue a McKinley y me estacione, al comenzar a caminar me di cuenta de que no tenía ni la más mínima idea de donde se encontraría el salón de coro; así que supuse que lo mejor sería esperar a Kurt en el estacionamiento, tome mi móvil y le escribi un mensaje a Mercedes:
"Hola Mercedes, podrías ayudarme de nuevo e indicarme cual es el auto de Kurt por favor –B"
Un par de minutos después, me respondió con indicaciones muy especificas de donde se encontraba el vehículo; al decir especificas me refiero a que me indico la matricula, el color y la ubicación exacta de la todoterreno de Kurt en el estacionamiento. Cuando di con el vehículo me recargue en el cofre y esperar; afortunadamente no fue mucho tiempo; minutos después vi a Mercedes aproximándose del brazo de Kurt.
Cuando estuvimos frente a frente, Kurt se quedo estático mirándome con la incredulidad pintada en su magnífico rostro, yo me deshice de mis nervios y me dispuse a romper el hielo.
—Buenas tardes Kurt, Mercedes— dije amablemente
—Hola Blaine, que bueno verte— Mercedes fue la única que respondió
Los tres nos quedamos en silencio mirándonos, esta situación era demasiado bizarra; gracias al cielo Mercedes nos hizo reaccionar de nuevo
—Bueno los dejo entonces para que hablen, nos vemos mañana Kurt—
Kurt siguió con la mirada a su amiga lo más que sus ojos le permitieron hacerlo sin rotar su cabeza, espere a que Mercedes se alejara y justo como lo había planeado, di el primer golpe:
—Entonces Kurt, ¿te gustaría acompañarme por un café?— le pregunte lo más amable que pude sonar, para no asustarlo
—No gracias— respondió con algo de temblor en la voz, debo decir que estaba preparado para recibir esa respuesta
—Ah no, ¿Por qué?— fue lo más inteligente que pude decir, realmente tenía miedo de lo que fuera a responder
—Porque— respondió tajante, su voz ahora sonaba muy segura—Porque primero que nada, estas recargado en mi bebe y segundo… ¿nunca te enseñaron de pequeño que no tenias que fiarte de extraños y mucho menos irte con ellos? Porque a mi si— termino su frase con un latente dejo de ironía.
Debo decir que eso en vez de asustarme me fascino más, la forma en la que me hizo ver que le molestaba que estuviera recargado es su auto, el hecho de que lo llamara bebe era precioso, definitivamente Kurt Hummel era único; su respuesta había sido tan inteligente y espontanea, eso me hizo soltar una risita inconsciente.
—Kurt, yo no soy un extraño— argumente, en cierta forma eso era cierto; de una muy extraña manera, ambos sabíamos demasiado el uno del otro.
No dijo nada, solo me dedico una mirada fría con sus bellos ojos azules que parecía decir "aléjate de mí ó morirás", pero como ya había sucedido antes, eso no me detuvo; al contrario, cada pequeño gesto de Kurt hacia que me gustara más, aumentaba mis ganas de conocerlo, de saber detalles de su vida.
Todo parecía ir perdido para mi, si no hacia algo inteligente Kurt terminaría por hartarse y se iría; así que hice lo que creí más indicado, presentarme de la manera correcta, le extendí la mano y dije:
—Soy Blaine Anderson, de Westerville, estudio en la Academia Dalton, soy miembro del club de coro y soy gay— Si, hice énfasis en la ultima parte, tal vez era necesario dejárselo claro, tal vez era un factor importante para que se negara a aceptar mi invitación; pues para él las cosas no eran tan claras como para mi, luego de mi platica con Mercedes.
Su mirada se suavizo un poco y luego de unos segundos respondió:
—Kurt Hummel, de Lima, estudio en McKinley High, también miembro del coro y también gay— respondió mientras estrechaba mi mano; la suya era muy suave y estaba tibia. El contacto con su piel me causo escalofríos, sin embargo seguí enfocado en mi propósito de llevármelo de ahí lo más pronto posible y hable:
—Entonces, ¿eso es un sí?—
Se limito a asentir y camino con la intención de subir a su auto
—No, permíteme; iremos en mi auto— le dije, y sin darle oportunidad de replica tome su mano y lo guie hasta mi auto, lo abordamos y comencé a manejar tranquilamente; ahora era el momento de darle un escarmiento a Delilah.
Ni él ni yo hablamos, hasta ahora las cosas iban bien y no quería forzar nada. Supongo que el hecho de que estuviéramos abandonando Lima lo inquieto un poco:
—¿A dónde vamos?— preguntó
Yo no quería que supiera a dónde íbamos, claro que se iba a dar cuenta, pero sería mejor si lo hacía hasta que ya no hubiera forma de que regresáramos, así que le di una respuesta evasiva
—Ya veras, no te desesperes— dije sonriendo para darle confianza
—Claro que me desespero, si no me dices empezare a creer que de verdad quieres secuestrarme y tendré que usar estrategias de defensa personal que no te gustaría ver— respondió en tono de broma. Y debo decir que me estaba matando, mis ganas de frenar y lanzarme a besarlo eran enormes, simplemente no podía decidirme que me volvía más loco, si su belleza o su forma tan única de ser.
—Vaya, no puedo imaginarte a ti golpeando a alguien, tu rostro es tan angelical que…— me detuve, había hablado mientras seguía perdido en mis pensamientos, ciertamente el inconsciente me acababa de traicionar, supongo que no se dio cuenta, pues siguió con sus bromas:
—Pues aunque no lo creas, tengo un hermano mayor que es rudo, el me enseño todo lo que se—
"¿Un hermano?, solo espero que no sea celoso" pensé, pero esa tarde mi precociente no estaba trabajando como debía, así que lo dije en voz alta:
—¿Y tu hermano es del tipo de hermano celoso?—
—Demasiado, deberías verlo cuando…— no termino su respuesta, comenzó a mirar por la ventana, nervioso; evidentemente tenía que ver con el asunto de Delilah, apague el auto y abrí la puerta para bajarme, pero él no se movió; lo único que podía hacer era transmitirle confianza:
—Vamos, ven conmigo, todo estará bien; confía en mí— le dije casi rogando por que accediera a bajar, cuando vi algo de tranquilidad en su mirada me baje y corrí a abrirle la puerta.
"Sígueme la corriente" le susurre mientras caminábamos al lugar, no quería que lo que malinterpretara lo que estaba por hacer.
Al entrar a la cafetería no perdí tiempo y me acerque a donde estaba Delilah y la salude; ella respondió notablemente sorprendida y comenzó a hacerme preguntas a las cuales ni siquiera atendí, mi único interés con ella en ese momento era hacerle notar que estaba con Kurt, después de eso ella sola se consumiría por el coraje de que le provocaría el que las cosas no hubieran salido como las había planeado. Ignore su coqueteo y decididamente le dije:
—Si, bueno podrías servirme un mocha blanco por favor y a mi cita podrías servirle… ¿Qué quieres tomar Kurt?—ahí estaba el golpe, acerque a Kurt a mí, para dar más credibilidad, mientras rogaba que me siguiera el juego
—Mocha blanco está bien, también para mí— su respuesta me libero de un enorme peso, primeramente por el hecho de que Delilah estaba completamente pálida y extrañada, y luego porque así se daba por hecho que yo no tenía nada que ver con ella
Yo solo sonreí, las cosas iban de maravilla…