Flor del Imperio.
Prólogo.
Sasuke Uchiha el joven príncipe, miembro de la deshonrada y extinta familia Uchiha, los anteriores gobernantes del país, ambiciosos descendientes de la familia Hyuuga, actuales gobernantes. Un noble guerrero a la defensa del Emperador, pero él deseaba venganza por la forma en que había acabado su familia y Neji Hyuuga era uno de los principales autores de la Masacre de su Clan. Ahora el Hyuuga había fijado sus ojos en una mujer, una mujer en la que él también había posado sus ojos y por supuesto, no la iba a dejar convertirse en una concubina más del Hyuuga, no le quitaría nada más.
Uchiha, ¿No te han enseñado que la mujer de otro hombre no se toca?
Capítulo I. Sasuke Uchiha
Sakura Haruno, era una joven noble, la menor de tres hermanos y la única que no había sido desposada hasta ahora. Ella era una mujer de un poco común cabello color rosa y ojos verdes, era una mujer encantadora pero a su vez, era una mujer de carácter algo fuerte y que demostraba más interés sobre las propiedades medicinales de algunas hierbas y otras cosas interesantes del mundo, excepto en casarse. Su padre, era uno de los más importantes consejeros del Emperador Neji Hyuuga, un joven y guapo emperador, que había ascendido a sus ocho años y cuyo título tenía desde que había sido concebido por ser el único hijo de un noble, sobrino del Emperador anterior, el cual fue derrocado y su clan asesinado, excepto por una persona.
-¡Sakura! ¡¿Dónde estás? –gritaba una mujer de cabello color negro y corto, su nombre era Shizune. Ella era la mujer que realmente tenía la responsabilidad de cuidar de Sakura, ya que su padre siempre estaba ocupado con sus deberes y su madre con sus juegos de azar y la vida en sociedad. De pronto Shizune sintió que le jalaban el cabello.
-Te advertí, Shizune, que quería que hicieras que Sakura se convirtiera en una mujer respetable y adecuada para ser una buena esposa. Pero veo que los progresos son casi nulos.
-Haruno-sama, discúlpeme –de pronto sintió un golpe sobre su mejilla derecha y bajó la mirada.
-Es una nueva y última oportunidad… y espero resultados –dijo el Señor Haruno, mientras entraba en la lujosa y bellamente adornada casa al estilo japonés tradicional. Shizune sollozó.
Sakura corrió hasta llegar a una pequeña cascada lejos de casa, llegando ahí se dejó caer al suelo y lloró mientras rascaba en la tierra. Su padre le había dicho que tenía que aceptar a uno de los hombres que pretendían desposarla o pronto ya nadie querría casarse con ella por su edad, pero también el Emperador Neji ya tenía un interés en ella y era algo por lo que debería sentirse orgullosa. ¿Orgullosa? ¿De ser una concubina más del harén del Hyuuga? No quería eso, ella quería ser libre, investigar y aprender aún muchas cosas y encontrar tal vez algún día a un hombre que de verdad le amara. Ella sabía que el Emperador Neji, ya tenía una emperatriz, la bella y joven princesa Hinata Hyuuga. Ellos eran primos, pero debido a que la familia imperial quería preservar la "Sangre Real", habían contraído matrimonio y ahora esperaban un hijo. Por lo que, ¿Para qué la quería a ella? El emperador además tenía otras mujeres: Temari e Ino, con ésta última ya tenía un hijo, pero si algo todo el mundo sabía es que los hijos de la emperatriz eran los que tenían la preferencia sobre los demás... los otros hijos quedaban como nobles y tenían posibilidades remotas de ascender hasta el trono.
Trató de calmarse y entonces dejó caer el kimono color rojo que traía puesto, el cual tenía detalles de flores blancas y el emblema de los Haruno en la espalda; lo acomodó sobre una roca y dejó caer su cabello largo color rosa hasta la cintura. Se introdujo en el agua fría con calma y después de un rato se recargó en una piedra mientras observaba el cielo estrellado. Se puso a pensar si realmente estaba haciendo lo correcto en no aceptar su destino, muchas de sus conocidas, e incluso algunas más jóvenes que ella, ya estaban casadas e incluso tenían uno o dos hijos, pero ésas mujeres (la mayoría) no amaban a su esposo y simplemente se conformaban con acatar las órdenes y evitar los problemas. No odiaba la idea de casarse del todo, pero quería conocer a alguien especial y mucho menos quería algo con el Emperador, al cual detestaba. Se levantó y se acercó a sus ropas. De pronto escuchó un sonido entre los árboles.
-¿Quién está ahí? – preguntó asustada mientras se cubría parte del cuerpo con sus brazos y se ocultaba tras una pequeña piedra. De entre los árboles salieron unos soldados.
-Mira, una mujer… muy hermosa –dijo uno de los soldados al otro hombre con una mirada lujuriosa.
-Esto no se ve diariamente –respondió el otro soldado quién comenzó a acercarse amenazadoramente.
-¡No se acerquen! –dijo Sakura mientras se colocaba lo más que podía tras la piedra.
-¿Qué está pasando aquí? –dijo una tercera voz masculina.
-Uchiha-sama, lo siento, creíamos haber encontrado un intruso –dijo el soldado mientras hacia una reverencia ante el hombre en las sombras, al cual Sakura no podía distinguir, el otro soldado también estaba haciendo una reverencia, por lo que intuyó que aquel hombre debería de ser alguien muy importante.
-¿Intruso? Al parecer ustedes estaban molestando a esta joven, ya la han asustado. Puedo notarlo desde aquí. Ahora discúlpense y lárguense.
-Discúlpenos, Señorita –dijeron los hombres mientras se alejaban rápidamente. Sakura tomó rápidamente sus ropas.
-No te muevas –dijo el hombre. Sakura se quedó quieta cubriéndose parcialmente con el kimono en sus manos. El hombre de pronto se mostró ante ella, Sakura se quedó asombrada ante el gran atractivo de aquella persona. Se trataba de un hombre alto, de cabellera color negro con destellos azules, una piel tan blanca como la nieve y unos profundos ojos ónix. Sakura despertó de su ensueño, al recordar que sólo se estaba cubriendo un poco de su cuerpo con su vestimenta y se ruborizó al instante, Sakura creyó ver cierto brillo en los ojos de aquel hombre que mantenía una expresión seria, pero probablemente lo había imaginado o… tal vez a pesar de la penumbra había notado su rubor y más de lo que ella quería dejar ver –Ve… -Sakura rápidamente se ocultó tras unas rocas, al parecer… ése hombre había podido leer sus pensamientos y eso no le gustaba – Y no intentes escapar, es peligroso –escuchó ella. A pesar de su seriedad, se notaba que era un hombre "bueno"
A los pocos minutos, Sakura salió de entre las rocas y observó al hombre que yacía recostado en una de las piedras con los ojos cerrados. ¿Estaría dormido? Sakura se aproximó hacia él y acercó su rostro con curiosidad, la luz de la luna golpeaba en su rostro y lo hacía ver aún más hermoso. El hombre abrió de pronto los ojos y ella retrocedió.
-Eh… lo siento, pensé que dormías –el joven soldado le observó con detenimiento.
-¿Es natural? –Sakura lo miro confusa –Tu cabello…
-Oh, sí así es. –ella tomo un mechón de cabello y lo observó ruborizada, no sabía por qué, pero le había gustado que lo notara – Al parecer no acostumbra a llamar de "usted" a personas que no conoce. Usted es…
-Sasuke Uchiha y raramente utilizo ése tipo de expresiones o el uso de honoríficos, sólo con algunas personas.
-Me parece que insinúa que yo no merezco su respeto –Sakura de pronto recordó algo-¿Usted…usted es el Capitán de las Fuerzas del Emperador? –Sasuke asintió.
-¿Cómo es que sabes sobre mí?
-Oh, mi padre me hablado sobre usted. Mi nombre es Haruno Sakura –dijo sonriente.
-Ya veo, una Haruno. Eres una de las hijas de aquel consejero...
-He escuchado mucho sobre sus hazañas, debe ser emocionante estar en batallas, conocer muchos lugares, salvar a las personas…
-No hay nada que admirar en las batallas, para conseguir cosas, he asesinado a muchas personas.
-Supongo que tiene razón –dijo ella seriamente –A mí me gustaría viajar al menos, ir a un lugar dónde pueda ser yo misma y no tenga que cumplir con lo que desea mi padre –suspiró –Tengo que cumplir las obligaciones de una buena esposa, lo cual se centra prácticamente en tener hijos y criarlos.
-Hmp… -se hizo produjó un silencio entre ellos -¿Y tú esposo sabe que vienes aquí?
-Oh, no, aún no estoy casada. Y no vengo a menudo aquí, simplemente quería relajarme un poco y creo que ya es hora de que me vaya.
-Una mujer no debería de salir en medio de la noche –expresó él –Te acompañaré hasta un lugar seguro.
-Eh… gracias, Uchiha-sama –dijo haciendo una ligera reverencia, ocultando su sonrojo –Sé que no me comporto de una forma tan educada, pero estoy aprendiendo.
-Hmp –dijo él comenzando a avanzar delante de ella –Esta bien si me llamas Sasuke –él se preguntó a sí mismo por qué estaba teniendo tanta confianza con ella. A pesar de que parecía de ésas mujeres que tienen necesidad por hablar de todo y era molesta, en realidad no lo era del todo, en realidad, le agradaba a pesar de que se habían conocido hace muy poco.
-¿De verdad? –dijo ella algo ilusionada. Sakura observó que las luces ya iluminaban el camino –Estaré bien desde aquí.
-Hmp –emitió él –Buenas noches –dijo él haciendo un asentimiento.
-Buenas noches –se inclinó un poco. Y así fue como se despidieron.
Al día siguiente, a Sakura la llevaron al Palacio ahí se encontraría con la Emperatriz Hinata, ellas habían sido grandes amigas hasta que Hinata fue llevada a casarse con Neji, ella simplemente pedía no encontrarse con él. Pero ella sabía, que la llevaban exactamente a eso… para que se acercará al emperador.
-¡Hinata-sama! -gritó Sakura al verla e hizo una inclinación ante ella.
-Sakura, tu no debes usar ése honorífico conmigo. Somos amigas -Sakura le sonrió y observó su abultado vientre de seis meses.
-Que grande... -acarició el vientre de su amiga.
-Jeje... sí. Ya pronto nacerá... ¿Qué te parece si damos una caminata? -sonrió Hinata mientras hacía una señal a sus sirvientes de que no la acompañaran. Ellas charlaban sobre trivialidades, Sakura no estaba segura si decirle sobre el hecho de que Neji estaba interesado en ella, no sabría cómo lo tomaría. Caminaban entre los pasillos del palacio cuando cruzaron cerca de los campos de entrenamiento, ahí se escuchaban gritos de órdenes, golpes y algún otro ruido metálico. Entonces ahí fue dónde lo vio, Sasuke Uchiha, él estaba totalmente sudado, entrenando con una katana y sin algo que cubriese sus perfectos pectorales, Sakura se ruborizó al verlo y se quedó como piedra cuando él la miró, desvió su mirada hacia otro lado. Sasuke y el resto de los soldados hicieron una reverencia ante la presencia de ambas mujeres. Hinata hizo una señal en forma de saludo y otra para que continuaran con su entrenamiento.
-Veo que está interesada en los soldados, Sakura-san –escuchó una voz detrás de ella. Hinata y Sakura se giraron ante ésa persona, los soldados se detuvieron nuevamente e hicieron una reverencia mayor ante aquel hombre. Después de las indicaciones todos se levantaron. Estaban en presencia de Hyuuga Neji, el emperador. Su traje color negro denotaba elegancia y exquisitez de las telas, dragones grabados de color oro, en su espalda estaba el símbolo de la familia real y una cinta color blanco sujetaba su cabello largo oscuro mientras que algunos mechones quedaban sueltos en su frente - ¿Cómo está su familia?
-Eh… muy bien, Hyuuga-sama.
-¡Uchiha! –Sasuke se acercó e inmediatamente se hincó ante aquel hombre, Sakura creyó ver que él había fruncido el ceño con furia – Sasuke, ¿Podrías hacer una demostración de tus grandes habilidades? –Sasuke asintió y se levantó y llamó a uno de los soldados: Naruto, un joven muy atractivo, su cabello rubio y ojos celestes combinaban a la perfección. Sakura miró a Hinata ruborizarse antes esto, Neji también pareció notarlo pero sólo frunció el ceño y volvió su vista a los contrincantes. Naruto y Sasuke hicieron una reverencia, cada uno con una katana. Entonces comenzó el combate, ambos eran muy hábiles y Sakura supuso que el primero que fallara un movimiento sería el perdedor. Y así fue, en un momento Naruto perdió el equilibrio y en ése momento Sasuke se dirigió hacia él, ¿No iba a matarlo, o sí? Se preguntaba la pelirrosa asustada, ¿Se supone que era un combate amistoso, no? Ella estuvo a punto de gritar, cuando de un momento a otro Sasuke se detuvo y ayudó a levantarse a Naruto, éste cruzo una mirada que Sakura no pudo descifrar con Hinata - ¿Por qué te detuviste Sasuke? – dijo Neji molesto, las mujeres lo observaron aterrorizadas.
Sería un total desperdicio de poder de combate para nuestras fuerzas si yo asesinase a Naruto y menos en un combate como éste –dijo él seriamente, sosteniéndole la mirada al Hyuuga, Sasuke sabía mejor que nadie del amor sincero que había entre la Emperatriz y Naruto, sabía que eso hacía enfurecer al Hyuuga y además cómo se atrevía a pedirle que matara a su amigo.
-Sasuke, debes cumplir con mis órdenes siempre, te estoy dando demasiado y deberías agradecerme…
-Lo siento, pero no puedo matarle –Sasuke se inclinó – Le pido que le perdone la vida –expresó seriamente –Tome la mía si es necesarito.
-Déjalo, Sasuke. Hazlo –dijo Naruto mientras le entregaba la espada y Sasuke sólo lo observaba.
-Neji-sama, por favor –rogó Hinata al borde de las lágrimas, sujetando el brazo de su marido.
-Guarda silencio… Tanto tú como yo sabemos por qué quieres salvarle. Ahora… ¡Vete de aquí! –Sakura sintió que ya odiaba al Hyuuga, era arrogante y déspota.
-Neji-sama. Yo comparto la idea de Uchiha-sama, no creo que sea bueno derramar sangre en vano y creo que debería ser más cuidadoso con su esposa, está esperando a su hijo – el Hyuuga puso atención en Sakura y le dirigió una mirada tan fría y extraña, que le asustó. ¿Deseo?
-Está bien, sólo porque hoy tenemos la presencia de nuestra invitada… - dijo esto de forma sugerente, Hinata miró a su esposo con confusión, ¿Sería que estuviera interesado en Sakura? ¡Ella era su amiga! Tendría que hablar con él, pero de seguro no le haría caso, su opinión no contaba para Neji Hyuuga. A veces parecía despreciarla demasiado, sobre todo por su amor hacia Naruto. Sasuke también notó el tono en que el Hyuuga pronunció aquello y se molestó – Vámonos –dijo el Hyuuga comenzando a avanzar y tras él las dos mujeres, Sakura dirigió una mirada a Sasuke y le hizo una señal de despedida con la mano, él sólo le hizo un asentimiento con la cabeza. Sasuke pensó que si el Hyuuga estaba o no interesado en Sakura, lo mejor sería moverse rápido.
-Sasuke… ¿Te gusta ésa joven, verdad? –dijo Naruto, mientras caminaba hacia él – Deberías apresurarte o Neji te la quitará… Tal y como me sucedió a mí.
-Naruto –Sasuke observó la tristeza en los ojos de Naruto – Ese maldito ya disfruto demasiado –dijo colocando una mano en su hombro.
-No va a parar hasta matarme… Por cierto gracias, Sasuke. Eres mi amigo pero no te metas en problemas por mi culpa.
-Idiota –dijo Sasuke y comenzó a caminar dejando atrás los insultos del rubio. Sasuke se dijo que debería tener paciencia, Neji no sabría lo que se esperaba. Su maldita familia ya le había quitado mucho, además sabía que el Emperador seguramente quería a Sakura sólo para una cosa y eso no se lo iba a permitir nunca. Además quitarle algo al Hyuuga, le traería una satisfacción enorme.