Hola de nuevo, espero que estén muy bien. Muchas gracias por acompañarme de nueva cuenta en esta historia, como siempre deseando que sea de su agrado.
Esta historia nos sitúa en el futuro; diez años después de que terminaran la secundaria, Kurt y Blaine se reencuentran; y bueno, ya veremos que sucede después.
Creo que ya se habrán dado cuenta que mis historias siempre tienen algo que ver con Nueva York, y es que es mi lugar favorito del mundo, por eso de nuevo esta maravillosa ciudad es el escenario de esta trama.
Como siempre espero sus comentarios, criticas, sugerencias, etc. Gracias por seguir esta nueva historia, nos leemos muy pronto; saludos y suerte para todos.
Nota: Yo soy malísima para describir personas, de verdad; pero para Rick Carell me inspire en Brandon Flowers de The Killers y para Joe en Nicholas Hoult de Skins UK
Disclaimer: Glee y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de FOX, Ryan Murphy y otros; si me pertenecieran, mis historias no serian solo Fanfics, serian el guion de la serie ;D
CAPITULO 1:
"Lo que ha de suceder, sucederá" (Virgilio, poeta romano.)
El fino reloj de pared marcaba las diez cuarenta y cinco de la noche, no había ninguna luz en las instalaciones más que la que salía de su oficina, todos se habían retirado ya desde hace horas. Era triste como su vida social había decaído tanto; pero no podía darse el lujo de dejar el trabajo para después, la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros era demasiada, y un gran número de gente dependía de él.
A sus veintinueve años, Kurt Hummel era el editor en jefe de una de las revista de moda más leídas en Estados Unidos, llegar a ese puesto no había sido nada fácil, había empezado desde abajo; desde que inicio su carrera como diseñador fue buscando abrirse camino; a estas alturas se podría decir que ya había hecho de todo, pero lo más importante, había cumplido su sueño.
Llevaba ya mucho rato sentado en el suelo, bajo su escritorio, quebrándose la cabeza para encontrar ese "algo" que le hacía falta a la edición de Octubre de su revista para que fuera perfecta. De repente alguien toco a su puerta, estaba tan concentrado que no pudo evitar dar un gritito ahogado.
— ¡Oh por Dior!, Rick me asustaste— repitió con una mano en el pecho mientras se levantaba del piso
Recargado en el marco de la puerta estaba Richard Carell, el novio de Kurt; se habían conocido tres años atrás en una función de cine especial dedicada a Audrey Hepburn; donde Rick, como Kurt lo llamaba cariñosamente, le había derramado el refresco al ojiazul sobre sus pantalones Armani favoritos. Rick tenía la misma edad que Kurt, era abogado y se hacía cargo de la firma de su familia. Era un joven alto, apenas un poco más que Kurt, tenía los ojos y el cabello café obscuros y su piel era blanca.
— ¿Tan mal vestido estoy hoy?— respondió el aludido.
— No, para nada; de hecho esa corbata me gusta demasiado; espera, creo saber porque, yo te la regale— respondió el castaño entre risas —¿Qué haces aquí, pensé que trabajarías hasta tarde?
—Cariño, ya es más que tarde; definitivamente necesitas salir de estas cuatro paredes, antes de que te vuelvas más loco— respondió Rick mientras le besaba la frente a Kurt. —Te llevare a cenar, ¿qué te apetece?, podríamos darnos una vuelta por McDonalls, hace siglos que no voy, de hecho desde que te conocí no lo visito—
Kurt le dirigió una mirada molesta y luego negó con la cabeza.
—Oh pobre Richard, estarías perdido sin mí— respondió Kurt, que se había sentado tras su escritorio y removía algunos papeles que tenia sobre este. Sonrió al encontrar un sobre azul turquesa, se levanto, tomo su bolso y dijo:
—Tengo esta invitación para la inauguración de un restaurante japonés en el centro—
—Entonces sushi será— dijo Rick mientras le ofrecía su brazo a Kurt.
A pesar de que ya casi era media noche, las calles de Nueva York aun estaban concurridas, así que les tomo más tiempo del que imaginaban llegar al restaurante; por suerte el local aun estaba lleno y parecía que así seguiría por más tiempo.
Al entrar Kurt mostro su invitación e inmediatamente fue conducido al interior del local por una joven mesera. Luego de un rato la chica les trajo sus alimentos y empezaron a comer.
—Siempre olvido porque odio la comida japonesa— reclamo Kurt —Nunca supe como sostener correctamente estos estúpidos palitos— Paso un largo rato luchando con dichos instrumentos y recibiendo las burlas de Rick, hasta que la mesera se acerco.
—Disculpe señor, el caballero de la mesa de allá me ha pedido que le entregue esto— la chica le mostraba un papel cuidadosamente doblado.
—Lo siento señorita, podría decirle que no me interesa por favor— respondió Kurt
La chica lo miro suplicante y dijo:
—Lo siento señor, no puedo retirarme hasta que reciba el recado, esa fue mi orden—
Rick tomo el papelito y agradeció a la chica; la cual se retiro muy tranquila.
—No puedo creer que le sigas el juego, no sabes quién es, quizá es un acosador o un asesino serial— reclamo Kurt
—Anda, no pierdes nada con leer, te aseguro que mejorara tu humor— respondió Rick.
El abogado puso su cara tierna para convencer a Kurt, el castaño solo puso los ojos en blanco y le arrebato el papel, lo abrió y no pudo creer lo que leyó:
"¿Tantos años y aun tienes problemas con los palitos? francamente me decepcionas Kurt"
El ojiazul arrugo el papel y levanto el rostro, comenzó a buscar al remitente de dicho recado cuando de repente, este ya se acercaba a su mesa.
—Mis ojos no pueden creer lo que ven, pero si es el mismísimo Kurt Hummel—
Blaine Anderson se había parado junto a su silla, mejor dicho, una versión adulta del Blaine que conocía, Sus facciones se veían un poco más duras que antes, tenía la barba crecida pero muy bien arreglada y usaba unos elegantes anteojos sin armazón, su cabello aun seguía bajo una enorme capa de gel y usaba un traje azul marino sin corbata.
Kurt se levanto de su silla de golpe y ambos se dieron un abrazo
—No puedo creerlo, Blaine; ¿cuánto ha pasado; nueve diez años?—
Blaine asintió frenéticamente y dijo:
—Diez largos años, los cuales no han pasado por ti Kurt, te vez como si siguieras de 17—
Kurt se sonrojo un poco:
—Blaine, déjame presentarte a Rick, mi novio— dijo el ojiazul mientras señalaba a Rick
—Rick Carell el es Blaine Anderson, amigo de la secundaria—
Ambos hombres estrecharon sus manos diciendo al unisonó "Un placer"
— ¿Y qué haces por Nueva York Blaine?, la última vez que supe de ti estabas en Italia— pregunto Kurt
—Sí, bueno; estoy tomándome unos meses de descanso, estuve trabajando muy duro con mi escuela de canto— respondió Blaine
—Oh, qué lindo, eres maestro de canto; espero que tu no obligues a tus alumnos a cantar toda la discografía de Journey— dijo Kurt mientras daba pequeños aplausos
—Sí, soy maestro; ya sabes lo que dicen, quien no puede hacer enseña; y por Journey no te preocupes, tuve demasiado con el año que pase bajo la tutela del buen Will Schuester— Blaine rió —Bueno, me retiro; interrumpí su cena, un verdadero placer verte de nuevo Kurt, espero encontrarte pronto, de cualquier forma aquí tienes mi tarjeta; cuídate—
Y sin más Blaine se perdió en el lugar antes de que Kurt pudiera decir algo más, Rick solo lo miro y sonrió.
La pareja termino de cenar, salieron del lugar y abordaron el auto de Rick. Iban transitando por la ciudad rumbo a casa de Kurt cuando Rick pregunto:
—Kurt, ¿Blaine es alguien de quien deba preocuparme?—
El castaño lo miro con el ceño un poco fruncido y respondió:
—No, definitivamente no; debo decir que Blaine fue mi novio de la secundaria, pero por favor amor, esos romances no tienen futuro—
— ¿Y qué me dices de tu hermano y tu cuñada, no se conocieron en la secundaria?— contraataco Rick
—Por favor Richard, estás hablando de Rachel, a quien solo le hace falta tener escrito en la frente "el primer amor es para siempre", estuvo a punto de dejar su carrera por Finn; esas son palabras mayores— respondió Kurt —Además si te hace sentir más tranquilo, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que lo vi—
—Está bien, está bien; te creo, no quiero que te molestes y luego me recrimines que por mi culpa tienes arrugas— dijo Rick mientras se estacionaba frente a casa de Kurt. El castaño se acerco al abogado y lo beso
— ¿Quieres subir?— pregunto Kurt con una vocecita seductora
—Suena tentador, pero mañana tengo que presentarme en la corte ridículamente temprano; será otro día— respondió Rick decepcionado.
La pareja de despidió y Kurt entro a su casa. Se puso su pijama, reviso los mensajes de la contestadora y luego se dirigió al librero que estaba en su estudio, de entre los libros saco el viejo anuario de McKinley; haber visto de nuevo a Blaine le había traído muchos recuerdos; hace mucho tiempo que tampoco veía a Quinn, ni a Puck; y a Tina y Mike no los veía desde su boda hace 6 años. De hecho solo tenía contacto con Mercedes y Sam, y obviamente con Finn y Rachel.
Al ver las fotos se dio cuenta que en verdad estaba poniéndose "viejo", se veía en ellas tan joven y contento, con un brillo soñador en los ojos que no tenía desde hace tiempo. Y así, perdido entre los recuerdos se quedo dormido sobre su sofá…
Dos semanas después, se encontraba en su oficina, cuando su asistente entro a la misma:
—Kurt, tienes una visita—
— ¿Quién?— respondió amable
—Blaine Anderson— respondió la joven
—Que pase por favor—
Kurt se levanto de su silla y se sacudió el polvo inexistente de su elegante abrigo beige, segundos después Blaine apareció tras la puerta.
—Hola Kurt, valla; de verdad fue difícil dar contigo— dijo el moreno mientras cerraba la puerta
—Siento no haberte llamado, es que estuve muy ocupado y…— dijo Kurt, pero Blaine no lo dejo terminar.
—No te preocupes, entiendo— respondió Blaine mientras miraba algunas fotografías que estaban colgadas en la pared
Kurt se paro junto a él, Blaine ni siquiera se dio cuenta de que Kurt se había puesto junto a él; estaba demasiado concentrado en las fotos.
— ¿Son tus hijos?— pregunto el ojimiel mientras señalaba una foto en la que Kurt abrazaba a unos gemelos
Kurt miro la foto y respondió:
—No, son Charles y August; mis sobrinos, hijos de Rachel y Finn—
Blaine lo miro sorprendido y continuo interrogándolo acerca de las imágenes
— ¿Cómo está tu papá?—
—Bien, de maravilla diría yo; hace dos años tuvo otra crisis cardiaca, fue muy difícil que la superar; temimos lo peor, sin embargo se recupero y desde entonces ha estado mejor que nunca—
—Eso me da gusto— respondió Blaine.
Kurt sonrió y se cruzo de brazos y Blaine se quedo mirándolo sin decir nada, se quedaron así por un breve momento, hasta que Kurt algo fastidiado pregunto:
— ¿Qué pasa, tengo algo en la cara, un diente sucio?—
Blaine se percato de la molestia del castaño y trato de disculparse:
—No no, estas bien; bueno es que, esto es realmente… extraño, físicamente veo al mismo Kurt de hace diez años, pero ciertamente ya no te conozco, eres tan diferente ahora.
Kurt le dedico una sonrisa torcida y no dijo nada, solo regreso a sentarse tras su escritorio
—Podríamos recuperar nuestra vieja costumbre e ir por un café, para ponernos al tanto de nuestras vidas— sugirió Blaine
Kurt se recargo en su silla y cruzo la pierna, no quería hacerlo pero sintió que era necesario:
—Sabes Blaine, ahora estoy bastante ocupado; pero podrías venir a cenar a casa, hablar con más calma y también podrías conocer mejor a Rick—
Blaine levanto las cejas, sorprendido, no tenia como objetar a Kurt; además, siendo sincero, no esperaba esa respuesta de su ¿amigo?, no, ahora ni siquiera sabía si eran eso.
—Bien Kurt, llámame entonces cuando tengas tiempo, nos veremos hasta entonces— dijo Blaine mientras salía de la oficina con una sonrisa apagada.
Kurt puso su cabeza sobre el escritorio y suspiro; sabía que había sido bastante grosero con Blaine, de hecho se sentía mal; el de verdad hubiera querido aceptar la invitación de Blaine y quedarse horas o días hablando de todo lo que habían hecho durante estos diez años, como buenos amigos. Pero sabía qué camino tomarían las cosas; estaba cien por ciento seguro de que ya no sentía nada por Blaine, sin embargo era "la novedad" y sumado a su forma de ser o esas sonrisas que le dedicaba las cuales no habían cambiado nada en diez años lo iban a trastornar un poco, iban a llevarlo a un punto en el que se confundiría, y él no quería eso, porque era obvio que sería efímero. Hacía muchos años que había dejado el drama atrás, además, solo lo arrastraría a su pasado. Estaba muy contento de que Blaine hubiera vuelto a su vida, pero no la cambiaría por eso, si de verdad era el destino que volvieran a cruzarse, Kurt tenía que incluirlo a su vida tal y como era ahora.
Blaine salió de la oficina de Kurt, estaba un poco abrumado; entendía perfectamente que Kurt ahora fuera alguien ocupado y le daba mucho gusto por él. Pero es que él reencuentro le había causado mucho conflicto, obviamente no tenía nada que ver con sus sentimientos, de hecho hacía mucho tiempo que Blaine había dejado de ver a Kurt como su primer amor; si, era especial el hecho de que haya sido su primer novio, pero recordaba a Kurt igual que a los demás chicos con los que había tenido una relación en su pasado. El conflicto radicaba en el hecho de que Kurt le recordó mucho su pasado, todas las cosas que soñó cuando tenía diecisiete y que no había logrado, cosas que aun quería hacer; además se sentía mal porque tal vez le había dado la impresión al castaño de que lo buscaba para revivir su romance.
Iba perdido en sus pensamientos hasta que escucho que alguien corría tras él y le gritaba, se detuvo y antes de que pudiera girar para ver quién era, una mano se poso sobre su hombro:
—Hey, hasta que te detienes, lamento si te asuste, pero tiraste esto— Un chico de piel blanca, ojos verdes y cabello castaño obscuro muy desordenado se poso frente a él y le entrego su abrigo.
Blaine lo recibió confundido, no se había dado cuenta de en qué momento lo había tirado, seguramente iba muy distraído
—Gracias, siento haberte hecho correr— dijo amable el moreno
—Descuida, ¿no te había visto por aquí antes, eres nuevo?— pregunto el chico ojiverde recuperando el aliento
—Oh, no, no trabajo aquí; vine a visitar a alguien— respondió el joven Anderson algo extrañado
—Lo siento, lo hago de nuevo; entrometerme, es una mala costumbre que tengo; bueno adiós y cuida tus abrigos— se despidió el ojiverde
—No hay problema…. — Blaine hizo una pausa para incitar al chico a que le dijera su nombre
—Joe, Joe Dumount— respondió el chico mientras se alejaba.
Después de eso Blaine se alejo caminando, intentaba encontrar un taxi que lo llevara a su casa, cuando recibió un mensaje de texto:
"Hola Blaine, siento casi haberte corrido de la oficina; pero lo de la cena era enserio. ¿Este sábado te parece bien?, espero tu confirmación para acordar la hora, seguimos en contacto. Kurt Hummel"
Blaine guardo su móvil y sonrió, quizá solo estaba siendo dramático y exagerado respecto a su reencuentro con Kurt; definitivamente esa cena era una buena idea…
Blaine y Kurt no lo sabían; pero el hecho de haberse cruzado de nuevo cambiaria sus vidas.