Cap. 2. Noticia.
Al día siguiente tuve que ir al hospital para recoger los resultados de la maldita analítica. Estaba cansada de esto. El doctor buscaba algún daño físico en mí pero eso no podía encontrarlo ya que yo estaba sana en apariencia. Lo único que tenía era dolor en el alma y en mi corazón. Pero eso no salía en una analítica, lo que hacía era provocarme aún más daño debido a que estar cerca de la sangre me hacía recordar mis recuerdos más prohibidos. No podía soportar pensar en lo feliz que había llegado a ser en aquellos momentos
¡Basta Bella! Detén ese pensamiento ahí, sabes que esto no es bueno para ti. La nada es mejor que los recuerdos.
Es cierto que me lo tenía prohibido, pero a veces mi mente volvía sin querer. Me había hecho muy estricta conmigo misma respecto a ello, sabía dónde estaban mis límites y las dolorosas consecuencias que traían consigo los recuerdos.
Tras despedirme de Charlie fui hacia mi destartalada camioneta y me dirigí hacia el hospital.
Cuando llegué a la consulta del doctor, este me recibió con excesiva formalidad lo cual me asustó bastante. Normalmente el doctor Gerandy acostumbraba a bromear conmigo sobre mi poca tolerancia a los hospitales para hacer esto más llevadero.
-¿Ocurre algo doctor?–. un mal presentimiento se alojó en mi pecho diciéndome que la forma de actuar del doctor debía estar relacionada con el resultado de mis exámenes.
-Siéntate Bella por favor, hay algo importante que debes saber.
Mis rodillas comenzaron a temblar. Era algo malo. Trastabillé hasta encontrar la silla cuando me vi incapaz de mantener mi propio peso.
El doctor comenzó a hablar:
-No quiero asustarte Bella, pero tu analítica no salió tan bien como esperábamos. Los resultados son bastante alarmantes. Sin embargo no debes preocuparte, hemos podido descubrirlo a tiempo y con el tratamiento adecuado podrás hacer una vida prácticamente normal.
Las palabras del doctor retumbaban en mi mente: resultados alarmantes, descubierto a tiempo, vida normal.
Apenas si era capaz de articular una frase coherente. No entendía lo que el doctor pretendía decirme. Esto no me podía estar pasando. Solo acerté a preguntar:
-¿Qué tengo doctor?
-Es lo que se conoce como cáncer linfático. Pero no te preocupes, aún está en fase inicial, con el tratamiento adecuado podrás superar la enfermedad. No será fácil ya que la recuperación es muy dura y necesita de mucha fuerza por parte del paciente. Pero tú eres una chica joven y fuerte y estoy seguro que podrás asimilar la enfermedad y sobrevivir a ella.
El aire comenzó a faltarme.
Esto no podía ser real.
Tenía que ser una pesadilla.
No podía estar enferma
Yo no podía estarme… muriendo…
-Tenemos que hacerte una serie de pruebas para poder determinar los medicamentos que debes tomar así como si debemos comenzar a darte quimioterapia. Lo prepararé todo. Espérame en la sala de espera y en cuanto esté todo listo te llamaré y empezaremos con el tratamiento.
Salí de la consulta del doctor sin ser realmente consciente de mis actos. La palabra "cáncer" se clavaba en mi pecho como un puñal. Sentía como todo el mundo se me venía encima y no podía quitarme a mi padre de mi mente.
Para mí sería un alivio dar por finalizado el sufrimiento, no me importaba demasiado que mi vida humana acabara ya que lo que yo tenía difícilmente podía llamarse vida. Pero ¿qué hay de mi padre? A Charlie se le rompería el corazón si yo me muriese...
El doctor llegó a la sala de espera y me dijo que todo ya estaba listo. Comenzaron a hacerme gran cantidad de pruebas y nuevamente me dejaron sola hasta que tuviesen los resultados y pudieran determinar el diagnóstico.
Mientras me estuvieron haciendo todas esas pruebas fui asimilando poco a poco la realidad. Estaba enferma. Eso era una realidad que no podía cambiarse. La única solución era un tratamiento que según el doctor sería muy duro y requeriría mucha fuerza de voluntad. Pero yo ya no tenía fuerza de voluntad, mi vida se limitaba a sobrevivir, no tenía nada a lo que aferrarme para seguir viviendo. Mi única motivación era evitar el sufrimiento a mi padre por verme derrumbada y de todas maneras él sufriría con mi enfermedad. Tenía que haber alguna solución… pero ¿cuál?
El doctor volvió a llamarme a su consulta y me enseñó un montón de cajas de medicamentos los cuales tendría que tomar a diario a partir de ahora. También me dijo que empezaríamos la quimioterapia pronto para atacar el cáncer de raíz. También me estuvo explicando las consecuencias de la quimioterapia como por ejemplo que mi pelo comenzaría a caérseme…
Esto ya fue demasiado para mí. Comprendí que no sería capaz de tener todo lo necesario para recuperarme. Sería luchar en vano porque en realidad tampoco tenía grandes expectativas que me llevasen a acabar con la enfermedad cuando mi mayor anhelo era la muerte para así al menos dejar de sufrir.
Iba a negarme al tratamiento. Esta enfermedad acabaría con mi vida. Pero no era un suicidio, no estaba cogiendo una cuchilla y cortándome las venas. El destino había decidido que había llegado mi momento y me había enviado esta enfermedad. Yo simplemente no iba a poner resistencia a ella. Nadie podía culparme por algo que de todas maneras tenía muchas posibilidades de ocurrir.
El doctor seguía hablándome sobre la enfermedad y dándome ánimos ya que según él era una chica fuerte y podría superarla. Ya no podía más con esto y le corté:
- Doctor, espere un momento, debo decirle algo. No quiero someterme al tratamiento. Sé que no tendré fuerzas para poder superar esta enfermedad, yo ya no tengo nada que me dé fuerzas para seguir viviendo. Por ello quiero acabar mi vida de la mejor manera posible y morir de una forma normal. Además me niego a dar a mi padre este sufrimiento, no quiero que me vea debilitarme día tras día sin poder hacer nada para evitarlo…
- Pero Bella no puedes negarte al tratamiento. Si no tomas los medicamentos y la quimioterapia estarás muerta en cuestión de meses. En cambio si pones todo de tu parte para recuperarte tal vez en un año estés bien y puedas tener una vida prácticamente normal. Además dices que no quieres que tu padre te vea sufrir ¿qué pretendes que sienta cuando tú mueras sabiendo que no hiciste nada para evitar tu propia muerte?
Un plan estaba comenzando a formarse en mi mente, era un poco una locura pero debía dar resultado. Debía evitar a toda costa que mi padre supiese de mi enfermedad e incluso de mi muerte. El doctor Gerandy tendría un papel importante en todo esto…
- Mi padre no lo sabrá. Nadie le dirá nada. Por favor doctor se lo suplico, mi enfermedad debe quedar entre usted y yo. Yo encontraré la forma de evitar el sufrimiento a mi padre pero usted debe ayudarme. Prométame que no le dirá nada y me ayudará a encubrir los síntomas de mi enfermedad.
- Bella, tu padre acabará enterándose. Si sigues en tu idea loca de no querer tomar tratamiento al menos deberías hablar con él para que pueda estar preparado para lo peor. De todas formas aún es pronto, tenemos tiempo para que lo pienses antes de comenzar el tratamiento y que sea demasiado tarde.
- La decisión está tomada doctor. Pero quiero hacer feliz a mi padre todo el tiempo que me lo permita mi vida. No soportaré verlo derrumbado por mi culpa. Por eso necesito su ayuda, necesito que me ayude a encubrir mi enfermedad ¿lo hará?
- Está bien. Puedo ver cómo quieres a tu padre y como todo esto lo haces por él. Estoy dispuesto a colaborar en esta locura si tú crees que es lo mejor. Pero si lo piensas, si decides aferrarte a la vida no dudes en llamarme, haré todo lo que esté en mi mano para salvarte.
- Muchas gracias doctor. Pero la verdad es que mi vida ya carece de importancia. Lo único que me importa en este momento es mi padre y evitarle tanto sufrimiento como me sea posible.
Salí de la consulta del doctor con un poco de esperanza. Es posible que mi vida terminase y yo no fuese a hacer nada para evitarlo. Pero al menos evitaría que mi padre sufriera lo que era muchísimo más importante. Ahora solo quedaba perfeccionar mi plan para que todo saliese perfecto y mi padre fuese feliz en mi ausencia…
¿Qué os pareció? La historia está un poco triste.
Aclaro que no sé nada de medicina, no sé la esperanza de vida de una persona con este tipo de cáncer ni todo lo relacionado. Pretendía inventarme yo misma la enfermedad pero encontré esta y me pareció adecuada.
Hoy no podréis acusarme de tardar mucho en actualizar porque apenas pasó un día desde que subí el primer capítulo. Realmente estoy entusiasmada con esta historia. También aclaro que no he dejado abandonada el resto de fics, tengo intenciones de terminar pronto los dos que están en proceso.
Y ya que estamos aprovecho para hacer publicidad. Estoy entusiasmada con mi nueva labor como Beta Reader. Si escribís alguna historia y necesitáis ayuda para la ortografía ¡estaré encantada de ayudaros! Realmente me hace mucha ilusión hacerlo así que si queréis ayuda solo mandadme un MP y nos pondremos en contacto. ¡Soy una viciada del PC así que no tardaré mucho en corregirla!
Nada más ya me marcho.
Sabéis que los reviews son la paga del escritor así que me gustaría recibir muchísimos
Besitos
Libezzy