Los personajes que reconozcan son de propiedad intelectual de Stephanie Meyer.
Nos leemos abajo
Epilogo
Un nuevo comienzo
-Te amo – una vez más le dijo ella queriendo que sus palabras se quedaran grabadas para siempre
-Lo sé… ¿y sabes por qué? – ella negó – porque yo también te amo y muchísimo.
Se abrazaron queriendo que ese abrazo durara para toda la eternidad y más allá si fuese posible, juntando sus cuerpos y sus almas en aquel abrazo que inundaba y desbordaban sus corazones de amor, llevándose consigo todo rastro de tristeza y angustia de lo que se avecinaba a pasos agigantados.
Estaban en el aeropuerto de Seattle con las personas que más amaban, su familia y sus amigos, viéndolo por última vez en meses, quizás años.
-Pueden, por favor, despegarse un poco yo también quiero un poco de atención antes de que te vayas – murmuró molesta una pequeña chica de rizos cobrizos y ojos como el chocolate.
-No – dijo él.
– Sí – dijo ella al mismo tiempo.
-Está bien – dijo falsamente ofendida, limpiando una lágrima de sus ojos – Pero el no haberme disfrutado estos últimos minutos pesará en tu conciencia.
El rió, pero esa sonrisa era más bien triste bien lo sabía ella, lo conocía mejor que nadie, incluso mejor que él mismo y sabía que en cualquier momento las lágrimas traicioneras caerían por esos ojos que tanto amaba, que amó desde la primera vez que los vio tanto tiempo atrás, así que hizo lo que su corazón y su cuerpo le dictaban, la abrazó más fuerte enterrando su nariz en su suave pecho, queriendo memorizar su aroma mientras que él hundió su cara en su cabello pensando que solo en sus tibios y fuertes brazos se sentiría tan protegido, tan amado…
-No llores mamá – lo mataba verla llorar mientras sentía humedecer sus ojos.
-Es… que… te voy a extrañar tanto… demasiado cariño – dijo entre sollozos – no me imagino un día sin ti.
-Tranquila mamá – dijo apretando su cuerpo contra el de ella, pensando que podían estar más juntos de lo que ya estaban – no te darás cuenta cuando estemos juntos de nuevo… lo prometo.
Ella sintió que su corazón se desgarraba de a poco para quedarse con él en ese momento… sí lo extrañaría más, pero todo esto era por él mismo.
Ella creía ciegamente en él, era su hijo, su pequeño pedacito de luz entre tanta oscuridad. Quien le dio la fuerza para seguir cuando pensaba que ya no quedaba nada por lo que luchar en aquellos primeros años de vida. Era su pequeño quien estaba a pocos minutos de emprender el mismo viaje que su padre había emprendido hace casi veinte años.
Su orgullo maternal estaba siendo dejado de lado por la tristeza de que uno de sus hijos se iría al otro lado del mundo… por tiempo, quizás, indefinido.
Pasajeros del vuelo 179, con destino Florencia, Italia, por favor abordar en la puerta 7.
Esa era la llamada, la sentencia final. Solo les quedaban unos pocos minutos juntos, se abrazaron más fuerte pensando que así el tiempo se detendría. Comenzó a despedirse de lo que más quería, su familia.
Luego de despedirse de su madre sintió un apretado abrazo de su padre, ese hombre que fue solamente un sueño en los primeros años de su vida pero que gracias a una caída por las escaleras llegó a su vida para llenarla de juegos y cuidados que solo un hombre como él podía darle. Él era su héroe y siempre lo sería.
Luego se despidió de Emma, quien era igual a su padre pero con el carácter amoroso de su madre, fue su compañera del crimen desde pequeños a pesar de sus cinco años de diferencia. Se dieron un largo abrazo y trató de tranquilizarla recordándole que podía ir el siguiente verano a verlo sin problemas.
Siguió con sus tíos, primos y abuelos, quienes lo llenaron de besos y buenos deseos. Recordándole que su familia estaba donde él quisiera estar y que esperaban tenerlo de vuelta dentro de un año como estaba planeado inicialmente.
Finalmente, se despidió de sus suegros. Esas personas que habían sido como sus padres y les quería como tal. Siempre les estaría agradecido por todo el cariño entregado por ellos y por crear a la maravillosa persona que era su compañera de vida, su alma gemela y su otra mitad.
Un pequeño quejido interrumpió sus pensamientos y con una enorme sonrisa se acercó al coche doble en donde estaban sus hermanitos. Esos mellizos hermosos que sus padres habían adoptado hace algunos meses y que habían llenado su vida de alegría. Los llenó de besos y de consejos para mantener a sus padres ocupados.
-Amor, es hora de irnos – con un suspiro volvió a despedirse de su familia, pero por sobre todo de la mujer que le dio todo. Su mejor amiga.
-Mamá, gracias por todo – sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se fundía nuevamente en otro abrazo.
-Te amo cariño, estoy tan orgullosa de ti mi Eddie – Bella tomo su rostro entre sus manos y solo pudo ver a ese pequeño niño que tanto amó desde el mismo minuto en que supo de su existencia – pero ahora es tiempo de que comiences tu propio camino.
-¿Ya no seremos solo nosotros dos? – besó la frente de su madre mientras que ella soltaba un sollozo.
-Hace muchos años que no solo somos nosotros dos – lo liberó de sus brazos y dejó grandes besos en sus mejillas – pero para mí serás siempre mi pequeño Eddie. Anda, ya debes irte – Bella tenía el corazón apretado y un nudo en la garganta mientras Edward Jacob se despedía rápidamente de todos nuevamente y tomaba la mano de su novia.
-Adiós Familia, nos vemos en navidad – Con un suspiro miró los ojos de quien fue su compañera de juegos, el hombro en que lloro cuando su primera novia lo dejo, por quien vivía y moría cada día.
-¿Lista para esta aventura? – tomó su mano y le dio un pequeño beso.
-Más que lista – respondió dándole un pequeño beso antes de girarse para despedirse nuevamente de sus padres con la mano.
-Te amo Amy, gracias por hacer esto conmigo – juntos, de la mano, emprendieron camino a esa oportunidad que por tanto tiempo había luchado.
Bella, fuertemente abrazada a Edward, veía como su hijo repetía la misma historia. Solamente que él había tomado las precauciones para que no se volvieran a cometer los mismos errores. Veía a Jasper y a Alice completamente tristes por la partida de su pequeña niña, pero sabían que estaba segura junto a quien fue su primero y único amor, lo que les dejaba un gran consuelo en el alma.
La vida seguía y a pesar de la tristeza, todos decidieron volver a casa de la familia Cullen Swan para tener una cena en honor a quienes desde esa misma tarde les dejaban para partir una nueva vida.
Lo que ninguno de ellos sabía, es que en el vientre de Amy se gestaba una nueva vida. Una nueva historia que escribir estaba a punto de comenzar.
Wow... Aunque no me puedan ver, he soltado alguna que otra lágrima terminando de leer esto. Son tantas cosas que han pasado y en lo personal, me ha costado tanto terminarlo, que tengo tantas emociones encontradas... Pero Primero que todo... GRACIAS... Gracias por acompañarme en este viaje de varios años, por la paciencia y comprender que a veces la vida real no da tiempo para todo. Gracias por cada review y palabra de apoyo...INFINITAS GRACIAS a cada una de ustedes por hacer esto posible.
También quiero dar un agradecimiento enorme a mi amiga y beta Dani, gracias a "Aprendiendo a ser padres" nos conocimos y eso nos llevo a una gran amistad. Te adoro amisocia, muchísimas gracias por acompañarme en este proyecto y en todos los que tú sabes que estoy tratando de trabajar. Gracias por molestarme para que te mandara cosos y por ser mi gemela nacida en otra ciudad. Aunque no soy una escritora de verdad, ustedes me han hecho sentir, con su apoyo, que puedo hacer grandes cosas. Las quiero a cada una de ustedes. ¡Nos leemos pronto! Aun hay más de Rommy por acá o en algún blog (aún no decido si me quedo acá o me voy a un blog después de terminar "Enamorado de una Fans") Recuerden unirse al grupo de facebook: Rommy Cullen - Fanfiction Mil besos
Rommy