Ahí estaba. Mary Morstan figuraba registrada en otro hospital, en estado casi de coma y con sus dos riñones dañados. Watson, apenas pudo, fue donde ella y se hizo pasar por su esposo, para verla. Tras meditar largamente la idea de transportarla de hospital, decidieron que era lo mejor. Había nada que objetar. Sherlock especuló que debía estar junto con ellos en el Hospital Saint Bartholomew, ya que ambos sabían que era un mejor establecimiento que el Hospital de Christ. Espetó la posible participación como autora intelectual o material del accidente igual a cualquier otro involucrado, por lo cual formaba parte de los imputados. Logró que la orden de traslado de paciente crítico se firmara –no sin la ayuda, nuevamente, por parte de Lestrade-.

Irremediablemente, en la movilización, Mary entró en estado de coma por el daño a su sistema nervioso central y fallo renal. Aunque Watson sabe que por daños cerebrales el cuerpo puede colapsar, el que el cuerpo de Mary esté tan dañado, en especial el par de órganos mencionados, no le trajo una buena señal.

Mientras tanto, el hermano de Sherlock, Mycroft, no pudo hacerse indiferente ante lo acaecido, por lo cual fue camino al hospital en cuestión, para saber cómo, en qué y por qué estaba su hermano involucrado.


Desde su despertar, gracias a John e Irene, Sherlock no hizo más que preocuparse de ayudarle en todo lo permisible al primero, así fuera viajar hasta el otro hospital cercano, pedirle ayuda al medianamente inútil Lestrade otra vez, o seguir la farsa del ataque terrorista premeditado a la Corona (el cual, según él, ya no tenía lógica tras dar con el objetivo de su caso). Grande fue su sorpresa al encontrarse con su adinerado y atediado hermano, el cual parecía estar ahí más por curiosidad que por real preocupación. Holmes, además de ser lo más ignorado por todos, no pudo evitar tener otra alucinación. Espléndido, la causa de sus martirios: Mary. Estaba ahí, sirviéndole un vino de jerez, cosa que no supo interpretar ¿Tenía realmente importancia eso?

-El jerez o sherrie puede ser un trago específicamente relacionado con un bar popular del sector; a veces las cosas más simples son las respuestas a las dudas más complejas, Sherly –Vaya, su hermano realmente era un genio.

-Seguramente Micky -sentenció Sherlock.

Holmes no vio hora para comentar con su amig-… colega… no, su ¿compañero de residencia?... más que eso, probamente hermano… no, muchísimo más grande, algo que jamás ha tenido. Sin embargo, ahora el otro lo aborrece. Si una persona tiene afecto a otra sin ser correspondido, no es una relación ¿no? Ni social, ni de ninguna índole. Se supone que entre dos hombres no puede haber un sentimiento mayor que la amistad, los otros son meramente para las mujeres, eso es lo debido, al menos en la sociedad.

Pensó significativamente en Irene Adler: Alta, hermosa, sensual, inteligente y ávida cumpliendo sus planes de robo, como él los de sus casos ¿Podía imaginarse en una relación amorosa con ella? No, lo intentó, intentaba e intentará, sin duda, porque lo correcto es hacerlo ¿no? Y lo cabal en sí es seguir el orden establecido y sus morales, instituidas por la gente -gente distinta y que no siempre vive lo que otra-: Casarse y tener una familia, se acordó de Watson diciéndole eso.

-Sabes hermano, he soñado con una mujer perfecta. Aluciné anteriormente verla bailarme striptease. La vi sin sobrefalda, guardainfante y ese peto triangular que cubre el pecho y el estómago, casi sin corsé. Pero cuando quise ver más, mi propia mente me detuvo –en cuanto dijo lo último, advirtió que Mycroft no estaba a la vista; estaba hablando solo.


Sherlock halló a John cerca del cuarto en el que ahora estaba Mary. Se le veía profundamente abrumado, había la posibilidad de que constatara algún síntoma incurable. Le hubiese gustado tantear el motivo, pero eso era cosa de doctores.

-Watson –decir su nombre le dio una extraña sensación-. Sabe, he estado con Micky, mi hermano, y pues creo que parte de la respuesta a la situación de Mary está relacionada con algún bar del sector, alguno que tenga como trago principal... -fue interrumpido.

-¿Cómo tiene la decencia de aparecer así? -John lo miraba fulminantemente- ¿Sabe siquiera el estado de mi mujer? ¿Se ha puesto a pensar que ustedes dos estaban juntos en un bus, pronta la medianoche, el cual terminó hecho pedazos y con suerte usted recuerda haber estado y ella ahora está en coma? ¡Y para más descaro aparece diciendo que el trago de un bar tiene la culpa! -si las miradas matasen, Sherlock estaría bajo tierra-. Apuesto mis años con usted que de algún modo u otro se enteró de la insuficiencia hepática de Mary y está tratando de justificar su falta de criterio y memoria con…-el interrumpido ahora fue él.

-¿Morstan ha sufrido una insuficiencia hepática? –Holmes creyó que el "trago" pudo dejar en estado de sopor a Mary, pero no con fallas al hígado- Vaya, eso es muy drástico, cambia toda mi hipótesis sobre lo sucedido.

John rió cínicamente, de modo mordaz- Disculpe mi estimado Holmes ¿el que probablemente Mary tenga hepatitis B cambia drásticamente su hipótesis? Oh, cuánto lo siento, tendrá que investigar de nuevo.

-Y sé por dónde empezar, y usted me va a acompañar –Sherlock respondió decidido- si mis conjeturas anteriores iban por buen camino, el bar del sector que sirva ese vino debe saber algo.


Llegaron al susodicho local nocturno de la zona. En cuanto entraron, Sherlock sintió conocer al barman, al cual bombardearon con preguntas de rigor hechas por John, y lograron descubrir que Mary aparentemente estaba enferma, estornudaba y moqueaba, Holmes no pudo evitar evocar el recuerdo del niño vago anterior que se rascaba la nariz, en su alucinación.

Nada fuera de lo normal, un simple resfriado. John se veía perturbado, si de verdad era hepatitis B, Morstan estaba perdida, aún no había cura para eso. Holmes padeció un gran vacío, algo no le cuadraba. No podía ser que una hepatitis B se detonara por ese accidente. No es médico, pero no es tonto.

-Creo que es hora de irnos al hospital Watson… -para cuando observó, otra vez estaba hablando solo.

Decidió entonces que lo mejor era largarse a Baker Street, él era solicitado por nadie ahora.


Mientras Sherlock dormía, su mente divagó entre más recuerdos de Mary, pero esta vez hubo uno que apuntaba a la parte baja de la espalda de esta: Algo tenía allí.

Miró a su alrededor tras despertar completamente. Silencio, oscuridad y soledad. Watson no estaba, seguramente se quedó en el hospital. Tenía que convencerse siempre que Mary, sólo ella, ella, ella era la persona que John más quería y amaba… no él. Él planeaba vivir con ella, incluso ya no estaban todas sus prendas en el recinto en que ambos solían convivir. Nunca pensó llegaría el día en que estuviera completamente solo mientras dormía en ese viejo lugar…


Sherlock, en cuanto pudo, fue al hospital a la mañana siguiente. Estaba optimista, como en sus otros casos; le contaría su sueño a John y estaría todo bien, porque Mary se recuperaría y todo volvería a ser felizmente normal… o tristemente normal.

-¡Sherlock! Qué gratificante verte –era Adler. Únicamente ella- John está como loco, creo que descubrió qué es lo que Mary tiene, algo parecido a una alergia en la espalda o no sé, es complicado ¿sabes?, yo no sé de medicina. El punto es que la mujer aquella no mejora, y pues se puso a pelear conmigo y tu hermano, hasta con Lestrade. Nos echó la culpa a todos de eso… -Irene no era una mala persona, pero indudablemente estaba en una situación que le era impersonal ¿Entonces qué hacía allí exactamente?

-Eso suena para nada bien, creo que tendré que hablar sobre sus modales para con las damas, un hombre desesperado no debe desquitarse con todo lo que se le cruce por delante –Sherlock le lanzó una mirada sugestiva a su receptora- Iré ahora mismo a buscarlo –ciertamente el diálogo no podía importarle menos.


-Holmes… Mary está con daño renal, hepático, ahora pulmonar y con una reacción alérgica en su cuerpo. Está en un estado de semiinconsciencia, prácticamente en coma. Si llegase a entrar en esa situación yo… ella moriría, si su cerebro no trabaja, será imposible que sus órganos dañados lo hagan. Creo que es una enfermedad autoinmune por…-

-Basta Watson, sabe que no soy doctor y que ciertamente nunca lo seré, pero sí detective. Si está contando la deplorable condicional clínica de su mujer, a alguien que no entiende de síntomas, es porque tiene un motivo oculto. Quiere pedirme algo ¿no es así? Dígamelo y lo hago ¿Qué más puedo hacer, si no puedo recordar?

-Me enajena Holmes, cualquiera hubiese pensado que si acudo a alguien para contarle esto, es por busca de su consuelo –iba a ser interrumpido- Espere. No se equivoca. Quiero pedirle un favor de vida o muerte para usted, con tal de salvarla.

-¿Me pide que… arriesgue mi vida con tal de salvar la de su mujer? – Watson sólo asintió, con cara de póquer.

Sherlock no supo qué pensar, su mente divagaba en nada ¿de verdad haría eso, hipotecaría su vida por otra? Ni siquiera eso ¿la daría por ella? La mujer que le quitó lo más importante que tiene y lo hace feliz, a diferencia de él, que sólo lo pone en peligro. A la mujer que detesta, envidia…

-Bien –únicamente respondió.


Estaba atado, con su cabeza paralizada gracias a tornillos y bajo anestesia local. Se sentía despierto, pero su cuerpo dormido. Nunca se creyó haciendo un acto tan plausible como ese. Jamás. Los demás involucrados externos estaban arrobados, Sherlock sería famoso por muchas cosas, pero no por actos altruistas…

Mientras los doctores le abrían el cráneo, Sherlock no hacía más que mirar a la nada, ni a John quería ver.

-Está todo listo, la estimulación cerebral profunda es compleja e innovadora, incluso hay rumores médicos de que se usará en el futuro para tratar enfermedades relacionadas con el movimiento. Lo que sí se sabe, es que con ciertas corrientes eléctricas, partes del cerebro se pueden manipular, hasta se les…

-… puede hacer recordar algo específico, si se les presiona la parte precisa ¿me equivoco? –respondió mecánicamente Holmes.

-No, en lo absoluto.


-Sherlock Holmes –mencionó una dama elegante, bien parecida y alusiva a la alta sociedad.

-Mary Morstan –respondió el mencionado anteriormente- ¿a qué debo su agradable compañía? Pensé que había mandado llamar al doctor Watson, no a su prometida –agregó irónicamente.

-Me conmueve decirle que él está trabajando en el hospital de esta ciudad, como un hombre correcto. No pierde su tiempo en un bar de mala muerte como usted. Y sé que mandó a llamarlo, mediante un emisario, a la casa en que vivimos ahora, pero acudí yo para saber qué rayos quiere.

-Mire, con todo el respeto del caso. Usted no me sirve: Estoy en medio de una redada. Persigo criminales, delincuentes traficantes de algo ilícito que están a minutos de causar un estrago aquí. Por favor, retírese por su seguridad.

-No lo haré. Permaneceré aquí y le demostraré a usted y a John que sus casos son sólo especulaciones de situaciones cotidianas y… ASHISSS –Mary estornudo fuertemente-. Este resfriado. Y más encima enfriándome por su culpa.

Sherlock la ignoró, evidentemente estaba bebido; tuvo que disimular su presencia allí, no podía ser descubierto espiando a sus sospechosos. Con sus sentidos a la mitad de su capacidad, pudo notar como sus blancos miraron en su dirección, probablemente por el estornudo de Mary. Eso no era bueno.

-¿Me está escuchando Holmes? –chilló Mary.

-Verdaderamente… no.

-¡Argh! ¿Cómo se atreve a...–fue impedida por el garzón.

-Saben, estimada pareja, el grupo de personas de allá les ha enviado un aperitivo de regalo. Conste que no es de aquí, es de ellos y me han mandado a entregárselos, ni idea de lo que es –comentó nerviosamente.

-¿Amigos suyos, señor Holmes?

-No, y me imagino que menos suyos -comentó viendo irse al garzón. Ese chiquillo no trabajaba ahí, en toda la tarde no lo había divisado.

La caja contenía una seta de aspecto exótico, se veía cocinada con distinción, como si hubiese sido elaborada para regalarse como bocado fino. Por muy bebido que estuviese, sabía que eso no era de buen proceder, era un truco. Vergonzosamente, su mareo no lo dejaba estudiar el hongo, para saber cuál era. Tenía que admitírselo, no debía beber si Watson no estaba presente, o mejor dicho, no debía hacer un montón de cosas si Watson no estaba presente.

-Vamos, no sea insolente, coma lo que buenamente le han regalado –Mary respondió, jocosamente-, o me va a decir que es la manzana de la discordia enviada por sus maleantes, como muestra de advertencia de que lo han pillado.

La presencia de Mary suscitó el haber sido hallado por tales hombres, los cuales se veían como cualquier grupo de amigos del lugar. Avistó a uno de ellos tomando jerez. Morstan miraba inquisitivamente a Holmes esperando respuesta, pero estaba siendo ignorada.- Está bien, si no la come usted la como yo –dicho esto, se la comió. Nada sucedió. Pero el grupo mencionado salió del lugar.

Holmes no reparó en la acción de Mary y los persiguió, aunque se tambaleo bruscamente en el proceso. Ella lo observó y pagó al barman. Razonó que por mero impulso comió el alimento, quizás no debió haberlo hecho…

-¡Espéreme Holmes!

Sherlock sin más subió al autobús al cual le pareció que los vándalos acechaban. Inmediatamente observó su alrededor: Gente de distintos estratos sociales, cansada después de un día de trabajo, nada anómalo, madres con bebes, etc. Los nuevos buses londinenses eran pequeños y llamativos, mucha gente se subía como fuera a ellos, eran lo más representativo del progreso en Londres.

Se percató del chófer, se le veía nervioso. ¿Lo perseguirían a él los tipos? Se fijó bien y lo vio ingerir algo, una bolsa tal vez. Su visión no estaba funcionando bien. Luego buscó panorámicamente a los sospechosos, a los que perdió de vista porque no se subieron al bus. ¿Entonces dónde estaban? ¿Desaparecieron de escena para no ser reconocidos por él, más adelante? Pero si aún no hacían una fechoría o transgresión a la ley como para escapar, ni pruebas en su contra tenía… ¿no han hecho algo malo, cierto?

Pensó a una velocidad como nunca antes, pero su estado etílico hizo que viera todo en cámara lenta. Vislumbró a Mary sentada, con una cara de desagrado y aferrándose el estómago al mismo tiempo que la espalda. Su vista la atravesó, cuando notó por la ventana al costado de ella a otro bus dirigiéndose imparable hacia ellos.

Se tuvo que haber detenido. El otro bus los quería chocar. Y después fue el impacto. Su bus rodando lejos. Él tratando de entrelazar sus manos con las de Mary. Ambos al borde de la nave con el peligro de salir volando por la ventana, en el torbellino que era ahora el vehículo.

Despertó, Mary se veía mal. Aparte de tener un fierro enterrado en su pierna, la cual él vendó, se notaba que algo le cayó pésimo. Seguramente lo que comió. La seta exótica. Su color, rojo como una aminita vinosa, de bordes verdes únicos como los… de las… oronjas verdes. No era una seta cualquiera, era una oronja verde "camuflada." Oh no.


Mientras Sherlock revivía lo acontecido, le contaba a Watson todo asimismo sentía que este formaba parte de la recreación en su mente. Pero cuando le dijo lo último…

Estaba todo hecho, el destino era definitivamente cruel.

El revivir el impacto del choque hizo que Holmes entrara en shock por sobreestimulación cerebral; sentía como perdía el conocimiento… era más cruel de lo que pensó…


Irene intentó consolarlo, pero Watson quería saber más nada. Su mujer estaba casi en coma sufriendo, sedada para lo quién-sabía-qué-que-tenía y detener así su agonía. Pero ahora… ahora tenía que devolverle la vida para decirle que la iba a perder irremediablemente… él fue un médico cirujano de guerra fría, pero esto lo superaba considerablemente, con creces.

Vio como Mary abría los ojos lastimeramente, y se enfocaba en él.

-Hola amor –le dijo tácitamente, tratando de esconder su cara abnegada al dolor, para no alterarla.

-No debí haber ido ¿cierto? –dijo casi sollozando- Yo… estoy mal, es muy grave ¿voy a morir acaso?

Watson la miro escuetamente- Oronja verde. Envenenamiento por amatoxina. Explica el daño severo a los riñones e hígado en cuestión de días. Provoca dolor de estómago, náuseas, vómitos, diarrea grave, otros dolores extremos y hemorragias… causando un coma y… finalmente la muerte por paro cardiaco, cerca a los dos días de ingerir la toxina. No hay cura –dijo todo sin respirar. Se sintió el imbécil más grande del mundo: No supo de los otros síntomas porque el primer día que los presentó ella estuvo en el otro hospital.

Se le desgarró el alma al decir aquello, literalmente le admitió que no tenía cómo aperar la cura a su cuerpo. Que no tenía salvación. Que moriría inevitablemente por estar en el momento y hora errada. Que despertó una vez más para dormirse para siempre...

-No recapacité el comer esa cosa –estaba llorando, totalmente resignada a la vida- quería ir a buscarlo, a ese bar mugriento. Es tu mejor amigo, lo hacía por ti. Quería hacer las pases con él, porque yo sabía que no nos agradábamos, pero yo te amo y quise intentarlo para que esto funcionara mejor…

-Sshh, no te alteres, no es tu culpa. Nadie tiene la culpa -Watson subió gimoteando con ella a la camilla, y la abrazó. Sintió tanto en ese momento. Sus emociones se desbordaban. Sí había culpa; ella moría… moría por culpa de…

-No te preocupes amor, estoy aquí contigo. No me moveré –adjuntó, ahora él hipaba y lloraba también.

De repente, Irene, Lestrade, Clark, Mycroft y otras personas más entraron paulatinamente. Venían a dar el pésame en vida a Mary, a verla, aunque la mayoría de ellos no la conocía o no le caía bien. Estaban haciendo acto de presencia, mostrando sus condolencias… Y así se fue la tarde, ambos juntos. Solos, sólo ellos.

-Morirás agónicamente si te dejo así, es mejor que aplique la eutanasia... contigo… -la mirada de Watson se veía perdida. Hablaba sin pensar, pensaba sin sentir, sentía sin razonar. No podía aceptar que todo acabara así.

-De acuerdo, hazlo… sabes que te amo y que… te amaré por siempre -Mary lo observó, expresando más aún- Y yo a ti, amor –se besaron y terminó todo. John le inyectó una droga, sobredosis de morfina: Muerte indolora por sustancia mortífera. Un fin funesto.

De dos vidas en ese cuarto, abrazadas, sólo una quedó, entrelazada todavía al cuerpo ahora inerte que ocupó la otra.


Sherlock Holmes despertó en un espacio vació, sentado en el susodicho e inoportuno bus. Todo estaba iluminado con un blanco purísimo, era un lugar divino, casto y pacífico. Miro su asiento colindante: Mary Morstan estaba allí. ¿Estaba muerto?

-Estás muerta –le lanzó a secas el comentario.

-Todos mueren.

-¿Estoy muerto? –preguntó sagaz.

-… Aún no –respondió en una eternidad efímera de tiempo.

-Debería.

-¿Por qué?

-Porque son los amargados drogadictos solitarios misántropos los que deben morir en choques de buses, no las jóvenes enamoradas que salen cerca de la medianoche en busca del mejor amigo de su prometido.

-La autocompasión no le queda.

-No, me es mejor la autodestrucción –comentó irónico-. Watson me odiará –añadió- Es lo que se merece –rebatió la otra.

-Es mi mejor amigo –manifestó Holmes- Ya lo sé ¿y qué hará? -cuestionó ella- Puedo quedarme aquí contigo –le contestó.

-Bájese del bus -respondió la aludida taladrándole con la mirada. Sherlock desvió el contacto, como si fuera ella algo anormal, inhumano y fuera de lógica que le estuviera dando una orden absurda e imposible.

-No puedo -fue la negativa que entregó- ¿Por qué? –preguntó ella sorprendida.

-Porque aquí no duele –respondió hondamente Sherlock, de modo ausente- no quiero sufrir, no quiero ser miserable, no quiero... que me odie.

-Bueno, no siempre puedes obtener lo que quieres –respondió Mary, simbólicamente. Holmes regresó la vista a ella, la cual le sonrió, él le asintió, y acabó la conversación. La persona al frente suyo solía verse tan diferente a él, aunque pelearon por el mismo objetivo en común. Y ahora compartían su final, la muerte. No, no conllevarían el mismo desenlace, él estaba vivo y pelearía por Watson, pasara lo que pasara.

Se paró y se bajó del bus.


Despertó en un cuarto de hospital. Todo adolorido, con cables suministrándoles sustancias. Por alguna recóndita moción pensó cuánto se ha dañado estos últimos días, y cuánto más hubiese podido aguantar –o seguir- aquello si es que John se lo pedía.

Miró a su costado. Irene estaba allí, preocupada de verdad. Pudo observar nada más, estaban solos. Le pareció oírla decir que pestañara si la escuchaba. Fue lo que hizo. Simplemente volvería a dormir, no se sentía del todo bien todavía.

Y entendió el motivo por el que ella apareció desde el primer día allí y lo acompañó en todos sus planes nefastos. Y evidentemente no era el accidente, ni curioseo, ni robar joyas onerosas, ni pedirle ayuda. Sin duda era un sentimiento, uno grande y que él recién conocía gracias a otra persona...


Se recobró nuevamente, a su lateral aún seguía Adler, toda doblada en el asiento ahí predispuesto, totalmente incómoda. No la divisó ni con el rabillo del ojo, ya que miró al frente y Watson estaba allí, parado, firme de cuerpo pero flácido de alma. Se le veía arruinado, decaído. Estaba en ese lugar sin estarlo.

Innegablemente es una buena persona, seguramente quería saber de su estado: La condición del patético infeliz que mató a su amada por estar borracho a la medianoche.

Le quiso hablar pero él se marchó antes de poder articular palabra en su boca. No estuvo en el cuarto, sólo contempló su penoso estado desde afuera de la habitación. Eso fue todo. Él lo odiaba, y por más que quiera correr gritándole que lo perdonara, que haría lo que fuera, su estado no lo ayudaba.

Reflexionó: Mary no tenía que morir por el choque del bus al que él la arrastró, o él no debió bajarse del bus solitario en medio de la nada.

¿Fin?


Nunca escribí tanto en mi vida XD. Un millón de gracias por los reviews. Infinito amor a los que lo dejaron :D estoy pensando en hacerle un epílogo, no sé, donde de verdad haya "hotson" :'D

Antes que todo, millones de gracias a iamaplatypus por motivarme a empezar la historia ¡gracias linda!

Aclaraciones: 1. La hepatitis B se descubrió en 1885 (y su cura en 1980). 2. La estimulación cerebral profunda se usa como tratamiento de enfermedades ligadas al mov. de extremidades desde 1997. 3. Hay un vídeo en Youtube llamado "House 4x16 Final Coma Scene" para los que le interesa saber cómo fue la escena original entre House y Amber (Sherlock y Mary aquí). 4. Por si les interesa leer el fic pero no ver el vídeo XD la canción que marcó ese capí fue "Passing Afternoon" de Iron & Wine.