DISCLAIMER: Nurarihyon no Mago no me pertenece, sino a Hiroshi Shiibashi. Solo la historia es mía.


II

−Muchas gracias−el peliblanco toma la pequeña bolsita de seda con una sonrisa. Con el simple tacto, se da cuenta de que se tratan de monedas, posiblemente de oro.

La youkai con cabeza de reptil realiza una reverencia –Y también tenemos un regalo para su señora.− su acompañante le da un paquete, el cual le entrega a la Yuki Onna –Es un kimono, espero le guste.

−Muchas gracias – agradece con una ligera reverencia, sonrojada.

− En nombre del clan Genda, le deseamos una larga y prospera vida, amo Rikuo. Y felicidades por su matrimonio.−mostrando sus respetos, los representantes del Clan se retiran, permitiendo que los youkais faltantes en la fila rindan el tributo correspondiente a la ocasión.

El gran salón se halla en esos momentos rebosante, con todos sus ocupantes comiendo y charlando animadamente, mientras que la pareja de recién casados atiende a los cientos y cientos de subordinados que viajaron de todas partes para la celebración.

−Apuesto a que nunca habías pensado en que este día llegaría tan pronto, ¿eh, Nurarihyon?−en una de las pequeñas mesas contiguas, Osamu se encuentra cómodamente sentado junto al antiguo Comandante y su nuera.

−No estés tan seguro de ello, mi buen amigo–le da una calada a su pipa– Desde el momento en que mi lento nieto se dio cuenta de sus sentimientos, este día se veía venir.

−La verdad es, que la noticia no nos cayó tan de sorpresa, Osamu–Wakana comenta de forma animada, entrando en la conversación – Creo que la única verdaderamente sorprendida fue Tsurara. Hasta el momento, solo había sido su subordinada y al siguiente día ya era su prometida.

El oni ríe de forma estruendosa− Tan típico en esta familia, ustedes y sus proposiciones. Quiero creer que Rihan también la sorprendió a usted, ¿verdad?

−Sí, tiene usted razón –contesto con una sonrisa divertida.

Por su parte, el último de los youkais por fin se ha presentado ante el Nura, quien con una sonrisa agradecida lo despide. Su mirada se dirige hacia su compañera, quien con sus grandes ojos dorados recorre la habitación con una sonrisa.

− ¿Cómo la está pasando hasta el momento, señora Nura?− se acerca un poco más a la chica, quien al escucharlo voltea con algo de sorpresa.

−Muy bien−le regala una sonrisa brillante, para de forma inconsciente redirigir su mirada hacia un costado, buscando a alguien entre la multitud.

− ¿A quién buscas, Tsurara?− Rikuo pregunta con extrañeza y diversión.

− ¿Yo? Yo no busco a nadie, ¿Por qué debería?− una risita nerviosa sale de sus labios –Todos están aquí, bueno, a excepción de los Keikan que no quisieron asistir y los ayakashi de Toono …aunque Yura envió su regalo de cumpleaños y sus felicitaciones, al igual que Reira, Itaku y los demás…me pregunto si Ryuji no molestó demasiado a Yura por ello…

−Sabes que eres muy mala mintiendo, ¿verdad?−al instante se sonroja, para diversión del chico − ¿Me dirás que sucede?

Cuando estaba a punto de responderle, una potente voz la interrumpe− Perdón por la interrupción, pero aún no lo he felicitado por su cumpleaños, Supremo Comandante. Y lo más importante, por su matrimonio. ¿No habrá olvidado que prometió que me presentaría personalmente a su esposa, cierto?

−Claro que no lo he olvidado−con un gesto, lo invita a sentarse frente a ellos−. Osamu, ella es Tsurara. Tsurara, él es Osamu, líder del Clan Hayashi y un viejo amigo de mi abuelo.

−Encantada de conocerlo finalmente– le rinde sus respetos.

−El sentimiento es mutuo, querida –les regala una profunda reverencia –Debo decir, que las numerosas descripciones sobre su persona no le hicieron justicia en absoluto. Es usted muy hermosa, si me permite el atrevimiento. Se parece mucho a su madre.

−M-muchas gracias –lleva una de sus manos hacia su rostro, sintiendo el incremento de temperatura de sus mejillas− ¿Usted conoció a mi madre?−pregunta tímidamente.

− ¡Por supuesto! Hace unos quinientos cincuenta años, si mi memoria no me falla –una sus enormes manos se dirige hacia su barbilla, de forma pensativa. –En aquellos días, ella llevaba tiempo al lado del Clan Nura. Y fue en una de las visitas para nada planeadas del viejo Nurarihyon en la que conocí a Setsura. Incluso dejó varios corazones rotos dentro de mis filas.− Osamu no pudo evitar sentir ternura al ver la mirada anhelante y devota de la chica al escuchar hablar de su madre. Y no para menos, ya que ella siempre fue uno de los pilares principales del Clan, por su valentía y lealtad.− También me han dicho que usted es la representante del Distrito Nishikigoi.

−Así es. Ayudo a la familia Arawashi en el mercado Garakuta, son grandes amigos míos y un gran apoyo para nosotros. El distrito estaba bajo la jurisdicción de mi madre, por lo que el amo Rikuo decidió que yo me haría cargo.−de repente, sus mejillas se colorean al ver la mirada del Nura − ¡Lo siento!... aun no me acostumbro…

Frente a ambos, el ayakashi observo como el peliblanco toma la mano de su esposa cariñosa y comprensivamente, no sin algo de divertida resignación. Ella solo le sonríe de vuelta. Añorante de tiempos más felices con su esposa, habla nuevamente– Con solo verlos, me di cuenta de que es muy valiosa, Rikuo. No pudiste haber hecho mejor elección. Estén siempre juntos –realiza una pequeña reverencia −les deseo una larga y prospera vida a ambos. Y espero que visiten mi hogar alguna vez, nada me encantaría más que disponer de su agradable compañía.

−Muchas gracias, me encantaría charlar con usted nuevamente –la Yuki Onna agradece el gesto con sincera alegría.

−Ten por seguro que así será, Osamu – habla el Comandante con una sonrisa – Y gracias por contar esta noche con tu presencia. Tú también puedes venir a visitarnos cuando gustes.

−Hubiese sido incapaz de perderme semejante acontecimiento. Y gracias muchacho, créeme que te tomaré la palabra.− con algo de dificultad, estira uno de sus brazos hasta tomar una de las botellas de sake en una mesa contigua − ¡A su salud!− y así, el sake desapareció como por arte de magia.

De repente, un animado Aotabo se acerca hacia ellos, llamando la atención de la joven dama de las nieves− Tsurara, ya llegaron.

− ¿Dónde están?−se levanta de un salto, para sorpresa de Rikuo.

− ¿Llegaron? ¿Quiénes?− ¿es su imaginación o lo están ignorando a propósito?

Las puertas del salón se abren nuevamente, dándole paso a un grupo ya bien conocido por él. Aunque claro, eso no fue inconveniente para dejar de sorprenderse. Por el corredor caminan Torii y Maki, brindándoles una sonrisa a lo lejos; a su lado una asustadiza Kana trata de aparentar el cierto temor que aun siente hacia los youkais. Claro que son caso aparte Kiyotsugu y Shima, quienes encabezando el grupo observan con gran fascinación a cada criatura de la enorme habitación y a la novia de la celebración con enorme adoración, respectivamente. Por su parte, los presentes solo los observan con algo de curiosidad.

Ya de pie, el jefe del Clan se dirige con confusión hacia Ao − ¿Qué hacen aquí?

−Fue idea de Yuki Onna, amo. –con eso, voltea a verla aun confundido.

−Sé que quería que estuviesen presentes, aun con la naturaleza de la celebración.−volteo hacia el pequeño grupo, ya casi frente a ellos –Son nuestros amigos, los que han compartido muchas cosas con nosotros, con usted. Siempre han sido importantes en su vida y ellos merecen pasarla con usted esta noche. Hablé con su abuelo y él estuvo de acuerdo.

− ¡Rikuo!− unas muy animadas Maki y Torii se acercan y lo abrazan − ¡Felicidades!−la pelinegra voltea hacia la Yuki Onna con una sonrisa – ¡Estas preciosa, Tsurara!

− ¿O debemos llamarte señora Nura ahora? La verdad, como humana desconozco sus protocolos youkai en estos casos− la rubia, a pesar de hablar con seguridad, no puede evitar sonrojarse un poco ante la tan repentina confianza de su amiga hace unos segundos.

Adivinando sus pensamientos, se dirige a ellas con algo de vergüenza− ¡No, no! Tsurara está bien.

− ¡Muchas felicidades, Rikuo!−Shima toma la mano del Nura, para después con un sonrojo dirigirse a la mujer a su lado − ¡Muchas felicidades para ti también, Oikawa!... e-estas muy linda.

− ¡Esta es una gran noche!−con el puño en alto, Kiyotsugu se encuentra con una sonrisa –Oikawa y Rikuo han contraído nupcias y la Patrulla Paranormal Kiyojuji está nuevamente junta. Felicidades a ambos. Tenemos un regalo para ustedes –de su saco extrae una pequeña caja, la cual entrega a los ayakashi frente a él – De parte de todos nosotros.

Mientras su esposo sostiene la pequeña caja con una de sus manos, la Yuki Onna quita la tapa.

−Cuando hace dos días fuiste fue a buscarnos y nos dijiste que se casaban, pensamos que deberíamos regalarles algo especial.−explica, refiriéndose a Tsurara – Están bendecidos por un monje del templo Meiji.

Con delicadeza, cada uno toma un enmusubi-omamori: el de color blanco lo toma él y ella hace lo mismo con el rojo, tal como lo marca la tradición. Ambos amuletos son de seda y al darles la vuelta, se pueden ver bordada claramente una palabra con hilos dorados:

Felicidad…susurran al mismo tiempo.

−Muchas gracias, chicos.−el gesto lo ha conmovido tanto, que cree que las palabras no serán nunca suficientes.

−Son hermosos, gracias.−los ojos de Tsurara se cristalizan un poco.

−La idea fue de Kana.

La Yuki Onna, entonces, dirige su mirada hacia la callada castaña, a unos pasos de ella. Con el amuleto fuertemente afianzado en su pecho camina hacia ella, quien al verla no puede evitar sentirse insignificante. Después de todo, al verla vestida así no puede evitar compararla con una antigua princesa feudal.

−Me alegra que pudieras venir, Kana –realiza una reverencia respetuosa, para sorpresa de todos los presentes. Tanto ella como la humana se dirigen una mirada profunda.

−No podía faltar. Rikuo siempre será mi mejor amigo y el estar presente en su cumpleaños…y en su boda, me hace muy feliz. Gracias por permitirnos asistir... Tsurara.−ambas sonríen, pero es la castaña la que trata de ocultar su tristeza.

La dama de las nieves se hace a un lado concediéndole el paso a la chica, quien se acerca al ayakashi.

−Hola, Rikuo.

−Kana...

−Feliz cumpleaños –de repente, se acerca y lo abraza fuertemente – Y…felicidades por tu boda… deseo que seas muy feliz.

Él la conoce desde que eran unos niños, han compartido momentos muy preciados. Creyó, por un corto tiempo, sentir atracción hacia ella…que tal vez terminarían juntos. Hasta que su corazón le dio la respuesta que por mucho tiempo ignoró inconscientemente. Por ello y porque la quiere y sabe de sus sentimientos, puede darse cuenta del dolor que la embarga, por lo que la abraza de regreso.

−Tú también serás mi mejor amiga siempre –susurra.

Su destino era no estar juntos.

Sus amigos los observan con una mezcla de pena y alegría entremezcladas. Tsurara sólo aparta la mirada, dándoles un poco de privacidad. Ella también puede sentir su pena, porque por mucho tiempo ella estuvo en su lugar.

Kana se separa del youkai que la salvó infinidad de veces, del que hasta hoy está enamorada. Ya no lo ve con tristeza, sino con la alegría que solo un buen amigo podría brindar.

−Gracias…

−Bueno, veo que llegaron justo a tiempo−Nurarihyon se ha acercado al grupo colocándose al lado del viejo oni con una sonrisa, quien hasta el momento pasó inadvertido para ellos − ¿Por qué no se sientan con nosotros?

Al reparar en el enorme ayakashi de piel rojiza y cuernos, el líder de la Patrulla Paranormal se acerca extendiendo una mano con ojos soñadores− ¡Mucho gusto! Mi nombre es Kiyotsugu, amigo de Rikuo.

−Oh vaya, ¿es él quien organizó tu defensa frente a los humanos cuando ocurrió lo del Clan Hyaku Monotagari, cierto? Al igual que todos tus amigos –mientras se dirige a Rikuo, toma la mano del mas que encantado Kiyo –Es bueno saber que el Supremo Comandante tiene tan buenos amigos como ustedes. Mi nombre es Osamu y el placer es mío. ¡Vamos, siéntense con nosotros y charlemos un rato!

− ¡Claro!

−Kiyo, solo compórtate por favor − al verlo, Maki no puede evitar suspirar. Parece un niño pequeño en una dulcería.

El grupo es conducido a tomar asiento mientras hablan con el ayakashi, dejando a los novios de pie.

−Gracias Tsurara –el peliblanco se acerca a ella.

−No tiene por qué, me alegra verlo feliz – él está a punto de tomar su mano, cuando uno de los altos mando se acerca hacia ellos.

−Perdón por molestarlo, Supremo Comandante, pero me preguntaba si podríamos disponer de su tiempo por unos momentos. Seremos breves. –sin duda notó como se alejó discretamente de su compañera.

Aclara su garganta, un poco avergonzado –Por supuesto− voltea a ver a la Yuki Onna, quien con una sonrisa comprensiva asiente.

−Está bien, al parecer Kejoro quiere hablar conmigo− ambos ven como la ayakashi, al darse cuenta de la situación, llama la atención de Tsurara de manera discreta.

−No tardaré, así podremos disfrutar de la celebración – con una sonrisa, da media vuelta para dar por acabado el asunto.

o0o

Una hora y media.

Después de quince minutos de conversación, dejó de prestar atención a lo que los ayakashi sentados frente a él le decían. Si su abuelo en esos momentos hubiese estado a su lado, de seguro que ya le hubiera dado un buen golpe frente a sus subordinados por su falta de respeto.

Distraídamente, da un breve recorrido por el salón percatándose de que todos la están pasando muy bien: puede ver a su abuelo y a su madre hablando animadamente con sus amigos y Osamu, quien a su vez parece encantado con el grupo de humanos. Kubinashi, Kurotabo, Ao y los demás tienen un pequeño enfrentamiento de vencidas, gracias al alcohol. Del otro lado del salón, puede ver en una de las mesas como Kejoro parece hablar con Tsurara, la cual en momentos se sonroja furiosamente con una cara de sorpresa total, por lo que tapa su rostro con una de las mangas de su kimono. Su compañera solo ríe con diversión.

Al verla, es inconsciente su propia sonrisa.

−… ¿Amo Rikuo?−la voz de uno de sus subordinados parece traerlo a la realidad – ¿Nos está escuchando?

Revuelve un poco sus cabellos, en un gesto típico de su contraparte humana –Claro, y tengan por seguro que todos esos puntos los discutiremos una vez que todos los lugartenientes estén presentes−se levanta de su lugar, para sorpresa de los ancianos –Si me disculpan.−y con eso, se retira, con dirección a su esposa.

Pero no da ni tres pasos, cuando siente que lo abrazan por los hombros− ¡Rikuo! ¿Cómo es posible que no te hayas dignado a pasar un rato con tu hermano?

−He estado ocupado atendiendo a mis subordinados –suspira de forma cansina −, toda la noche.

−Sí, lo he notado. Tanto así que no has pasado tiempo con ella, ¿cierto?−ambos voltean hacia donde se supone que debería estar la ayakashi, encontrando la mesa vacía.

−Iré a buscarla…

− ¡Espera un momento!−Zen lo toma del brazo y vuelve a abrazarlo, con una sonrisa –No puedo creer que mi hermano este casado, ¡y antes que yo!−suelta una carcajada −, aún recuerdo cuando corrías por ahí de pequeño gastándole bromas a todo mundo, hasta a tu mujer.−se acerca a Rikuo, con una sonrisa pícara –Y hablando de Yuki Onna, creo que es hora de que tú y yo tengamos una plática de hombres, Rikuo. No querrás que tu abuelo la inicie ¿o sí? Me pareció escuchar hace rato que tenía pensado hacerlo.

−No gracias, no es necesario que ni tu ni el abuelo lo hagan− a pesar de su semblante contrariado y un poco molesto, no puede evitar ponerse rojo de vergüenza. Ya puede hacerse una leve idea de lo que Kejoro le decía a Tsurara.

El ayakashi solo se ríe, mientras toma una botella de sake, sirviendo un par de tragos−Está bien, está bien, no te pongas así.−su rostro recobra un poco de seriedad. Le tiende un vaso− ¿Sabes? Esta fiesta se hizo con el fin de que la pasaran bien, juntos. ¿Por qué no haces algo al respecto?

"−Si, ¿Por qué no hago algo al respecto?" −su voz diurna se escucha en su cabeza, como una epifanía.

Con una sonrisa divertida, toma el sake de un solo trago− Tienes razón Zen, gracias.−la cara de su hermano jurado cambia de seria a sorprendida mientras observa como el Supremo Comandante camina por en medio de la habitación hacia la salida sin reparar en las miradas extrañadas ni en aquellos que quieren llamar su atención.

− ¡Rikuo! ¿A dónde vas?−su grito divertido es respondido con un ademan de despedida por parte del Nura, quien ni siquiera se ha dado la vuelta. Cuando pasa frente al antiguo Supremo Comandante, madre y amigos, les sonríe. Y solo por si acaso, le dirige una mirada de "No intentes detenerme, anciano" a su abuelo, antes de desaparecer por la puerta.

Está seguro de que sabe lo que tiene en mente, pero no está demás prevenir.

o0o

−Kejoro en serio, no es necesario que me acompañes a la habitación, no es como si fuera a perderme –ambas se encuentran caminando por los pasillos, rumbo a la habitación que hasta ese día compartían.−Solo me quitaré el uchikake.

−Ya lo sé Yuki Onna, pero ni creas que te volverás a escabullir de mí como hace rato. ¡Aun no terminamos nuestra conversación!

Detiene su marcha abruptamente –Kejoro…−lleva una sus manos hacia su frente, con bochorno.

− ¡Claro que sí! Necesitas mi guía− habla como un maestro estricto lo haría con uno de sus alumnos, deteniendo su marcha también y volteando a verla – Además, conociéndote, estoy segura de que tú nunca has tenido…-

− ¡B-basta!−su rostro se encuentra más que rojo− R-realmente todo esto es demasiado vergonzoso… por favor.

−Está bien, está bien, te dejaré en paz por ahora –le sonríe, mientras voltea de nuevo hacia enfrente y reanudan la caminata, con la Yuki Onna detrás de ella.−Además, el amo Nurarihyon también debe de estar hablando con el amo Rikuo, así que no me preocupo. ¡Ya me imagino su cara! Así que agradece que yo tenga más tacto que él para estas cosas.−sonríe de forma tierna – en serio que extrañaré tu compañía, ¡me quedaré sin alguien con quien conversar por las noches! Aunque claro, supongo que en tu caso no será así ¿verdad?−ríe pícaramente, para después ponerse un poco triste− Aún recuerdo cuando eras pequeña y siempre andaba tras de ti, asegurándome de que no congelaras nada. Mucho se dice del joven amo cuando era pequeño, pero tú no te quedas atrás, aunque es increíble que él siendo humano te haya superado –no puede evitar reírse − Creo que te educamos muy bien, y no es por alabarme a mí misma, pero en particular yo hice un estupendo trabajo. Setsura estaría más que encantada al verte este día, te lo aseguro −Llega frente a la habitación y desliza la puerta entrando primero. Al ver que no ingresa, suspira divertida y un poco culpable −Vamos Tsurara, entra, deben estarte esperando en el salón. Prometo que ya no haré más comentarios… ¿Tsurara?

Al escuchar solo silencio de su parte desde hace un rato, voltea de nueva cuenta hacia el pasillo, encontrándolo vacío.

o0o

− ¿¡Donde esta Yuki Onna!−una muy indignada Kejoro ha regresado al salón, donde todos sus amigos se encuentran más que alcoholizados compartiendo la mesa principal con Nurarihyon.

− ¿Ahora qué demonios… pasa contigo?−Ao apenas puede mantenerse sentado y más aún conectar correctamente las palabras.

− ¡Pues pasa que la iba acompañando a nuestra habitación y cuando volteé ya no estaba! –prefiere omitir la parte donde la dejó hablando sola como una loca.− ¡Llevo buscándola por un largo rato y no la encuentro!

− ¿No notas que alguien más falta en la habitación, Kejoro?−el anciano Nura hace un movimiento con su mano, indicándole que mire a su alrededor.

De repente, los ojos de la ayakashi se abren con sorpresa –El amo Rikuo tampoco está…

−Así es. Al parecer, la celebración no estaba siendo muy de su agrado y decidió poner cartas en el asunto−una sonrisa burlona aparece en su rostro antes de tomar un trago de sake – Se han fugado.

Aun sorprendida, la youkai cabellera toma asiento junto a Kubinashi, para después pasar del asombro a la felicidad total en medio de su repentina risa –Parece que el amo Rikuo no olvido mi opinión acerca de un novio que se respete. ¡No esperaba menos de él!

− ¡Que romántico!− exclama Torii con una sonrisa, mientras Kurotabo la observa disimuladamente. Ella se sonroja un poco al darse cuenta, aunque no aparta la mirada.

−Sí, muy romántico−suspira la youkai castaña mientras toma del brazo cariñosamente a Kubinashi –Pero aun así… ambos me la van a pagar cuando regresen. –la sonrisa algo macabra les hace sudar frio a todos, pero ella actúa como si nada − ¿Me pasas la botella de sake, Ao?

o0o

Siente movimiento a su alrededor, así como la quietud en el exterior. Tsurara abre los ojos de repente, dándose cuenta que se ha quedado dormida.

−Has despertado.−voltea un poco su rostro, encontrándose con una mirada rubí que la mira divertido. Rikuo la mantiene abrazada de los hombros junto a su cuerpo.

−Lo lamento− exclama apenada.

−Descuida, solo fueron unos minutos…casi llegamos.

Primero dirige su mirada hacia el asiento de enfrente de forma distraída, donde reposan el uchikake y el tsunokakushi. Después con curiosidad, se separa del Nura para acercarse a la ventana, observando que el carruaje que los transporta transita por un paraje solitario lleno de árboles. Vuelve a su lugar anterior, esta vez con una sonrisa.

− ¿Cree que tendrá problemas por habernos marchado de esa forma?

−No creo que al abuelo le importe mucho, aunque no estoy muy seguro con respecto a Kejoro.−está seguro que de una u otra forma se vengará. –Además, ya estaba cansado de que mis obligaciones me persiguieran hasta el punto de no compartir un momento con mi esposa.

−Amo Rikuo, hemos llegado−la voz del youkai- transporte se deja escuchar de forma potente, mientras la puerta se abre. El primero en bajar es el Nura, quien le ofrece su mano a la Yuki Onna para ayudarla. Aunque cuando se dispone a hacerlo, el ayakashi la toma de la cintura para tomarla en sus brazos de un solo movimiento.

−Gracias Oboro-guruma, puedes regresar a la Casa Principal− y con da media vuelta con una sonrojada Tsurara en brazos, para comenzar el recorrido a la entrada de la casa que se alza frente a ellos. Su arquitectura, a pesar de que es muy parecida a la de la Casa Principal parece ser un poco más moderna y menos grande en cuanto a tamaño, pero aun así resulta encantadora con su gran patio y los frondosos árboles que se encuentran dentro de la propiedad.

Aun cuando sabe que no la dejará caer, afianza sus brazos detrás del cuello del peliblanco. Al llegar a la puerta de la entrada, no hace falta ni llamar o llave alguna, porque gracias a la sangre de Nurarihyon ya se encuentran dentro de ella. Ya en el recibidor, baja a Tsurara con algo de reticencia mientras la toma de la mano y caminan por el pasillo.

Las luces se encuentran encendidas, lo que hace que Rikuo sonría de forma divertida mientras niega con la cabeza− Mamá.− de seguro ella mando a alguien a que arreglara la casa antes de que abandonaran la Mansión.

−La casa es hermosa –exclama fascinada, observando cada rincón.

−Fue un regalo de mi padre para mi madre, antes de que yo naciera –pasan frente a la cocina – Por lo que me dijo hace mucho, no muy lejos de aquí se encuentra el lugar donde solían pasar tiempo juntos después de conocerse. Y donde él le propuso matrimonio. No muchos saben de su existencia.

Al llegar al final del pasillo, se topan con una habitación. El desliza la puerta, dándole el paso a la chica. Una vez adentro, lo único que ilumina la habitación es la luz de la luna que entra por la puerta que da hacia un jardín exterior, en el cual se puede ver el reflejo de esta sobre el estanque que hay ahí.

Con pequeños pasos, camina hasta la puerta, admirando el hermoso jardín lleno de flores y árboles. Se queda parada, mientras con un suspiro cierra los ojos. Aún en la puerta, Rikuo solo la observa, mientras después la cierra y camina hacia ella hasta llegar a su lado. Solo observan hacia afuera, disfrutando del silencio.

En un momento dado, él voltea hacia ella, mirándola detenidamente. Ella también lo mira ahora, al sentir su mirada sobre sí. Un largo mechón de cabello cae sobre su rostro, por lo que quitándolo con un movimiento, hace lo mismo con un par de kanzashi, permitiendo que su cabello azulado caiga como cascada por sobre su espalda y hombros.

−Me gusta más tu cabello así−él también ha quitado una mecha de cabello de su rostro, para acariciar una de sus pálidas mejillas, sintiendo en su mano una lagrima fría.−¿Tsurara…?

Niega suavemente –Lo lamento… aun no puedo creer que estemos aquí. Que yo esté aquí−sonríe tenuemente –incluso en este instante, siento como si todo esto solo fuera una ilusión…

−Te aseguro que ambos estamos aquí. Juntos. –le sonríe enternecido− Yo también siento lo mismo…aun no puedo creer que seas mi mujer. Que pueda tomar tu mano de la forma en que lo hago, que pueda besar tus labios…

Con un leve sonrojo y aun con lágrimas cayendo como frías perlas sobre sus mejillas, pone sobre la que reposa en su rostro una de sus pálidas manos, para besar la palma de la mano de su esposo en un gesto tan puro e ingenuamente sensual que hace sonrojar al Nura. Atrae a la dama de las nieves a su cuerpo de forma delicada con su mano libre, acariciando su cintura sobre la blanca tela del kimono.

Después de limpiar sus lágrimas, se acerca hasta ella hablando en su oído –Perdón por haber tardado tanto tiempo en darme cuenta…−es una de las cosas que hasta hoy se reprocha y que jamás se perdonará.

Ella sonríe tenuemente, para después dejar de lado su vergüenza y hablarle también igual −…Mi corazón de cualquier forma, pasase el tiempo que fuese…hubiese sido tuyo…te amo Rikuo…

Con una sonrisa victoriosa al escucharla hablar así, se separa un poco para verla a los ojos−Yo también te amo, Tsurara.

De nueva cuenta la observa detenidamente, admirando sus ojos dorados, su delicada silueta, su pequeña boca carmesí. Deslumbrándose con lo irrealmente hermosa que es, tanto por dentro como por fuera. Tomándola delicadamente de la barbilla, toma sus labios con los suyos. El suave contacto de sus bocas se ha convertido en uno profundo y necesitado, él tomándola de la cintura con firmeza y ella enredando sus dedos en los cabellos de su nuca que de un momento a otro han dejado de ser blancos para convertirse en castaños.

Al separarse en busca de un poco de aire, ambos se encuentran con sus rostros sonrojados y los nervios a flor de piel. La ayakashi desvía la mirada, sin saber qué hacer. Rikuo observa como entrelaza sus manos, tratando de que no note el temblor en ellas. Aun así, él toma sus manos entre las suyas.

−Tsurara…

−Estoy bien, es solo…yo nunca he…yo no…−y mejor guarda silencio, antes de seguir balbuceando. Evita a toda costa mirarlo.

Toma una de las manos que acuna entre las suyas, colocándola sobre su pecho, justo donde su propio corazón de haya palpitando de forma desbocada. Ella al sentirlo de esa forma, lo mira con preocupación para después abrazarlo, descansando su cabeza en el pecho de Rikuo– ¿Se encuentra bien?

−Sí, estoy bien…yo también estoy nervioso−musita con una sonrisa en efecto, nerviosa, abrazándola suavemente mientras cierra los ojos. La paz que se respira en ese instante, hace que se olviden de todas sus dudas, miedos e inseguridades como por arte de magia.

Después de estar así un par de minutos, siente como se mueve entre sus brazos y una ligera opresión sobre su boca y al abrir los ojos, puede ver como Tsurara lo besa suavemente mientras corresponde su gesto, el cual cada segundo se va volviendo más profundo. Sus sentimientos haciéndose cada vez más fuertes con cada segundo que pasa; haciendo que sus corazones latan de nueva cuenta desbocados mientras ambos se sientan en el futón junto a ellos, en ningún momento rompiendo el beso.

Solo que esa vez, no existe nada que los haga dudar en absoluto.

Su pálida mano recorriendo tímidamente su fuerte abdomen por sobre el haori.

Su sonrisa amable y sus ojos felinos llenos de timidez, deseo y amor.

Unos pequeños labios carmín que en ese momento podrían competir con la mismísima sangre.

Una cálida respiración sobre un cuello hasta ahora inmaculado, ahora marcado por otros labios.

El sonido de la delicada seda al ser despojada de ambos cuerpos.

Un sinfín de "te amo" susurrados en cualquier oportunidad donde sus labios no se encuentran con la piel del otro.

La sensación de ser uno mismo.

Y una promesa de amor irrevocable, bajo la noche. Bajo la luna.


Hola a todos! Bueno, aquí está la segunda parte de "Bajo la luna" uffff xD.

Aquí un poco de la fiesta, en la que de última hora fueron invitados Kiyo y compañía. También apareció Osamu, el amigo de Nurarihyon, un poco de KuroxTorii (me en-cantan esos dos! *w*) y un poco de KejoxKubi (¿qué tal los comentarios de Zen y Kejoro? Cada uno de los novios tuvo su momento incomodo xDD) Tenía muchas ganas de despellejar a Kana, pero como se pudieron dar cuenta, al final trate de hacerla sufrir de una forma elegante y realista, según yo xD.

Y bueno, también le puse miel, miel, miel al incluir la noche de bodas de esos dos. Nota mental: Nunca ver una película como "La chica del dragón tatuado" si un segundo después quieres escribir diabetes…no fluyen las ideas como deberían porque lógicamente el nivel de azúcar en la sangre cae en picada (se las recomiendo enormemente si son de mente abierta, muy buena y brutalmente realista… bueno, quien demonios me entiende? xDD Pero en serio, muy buena película, Lisbeth Salander es mi heroína! :3)

La última parte fue la más difícil de escribir, dejando de lado el rollo de la peli…simplemente, creo que escribir lunas de miel no es lo mío xDDDDD y por los sentimientos y eso, pero espero que les haya gustado :')

Creo que mi comentario está muy sin gracia, pero aún tengo tarea que hacer –el lunes de regreso a la escuela 7.7- y desafortunadamente no se hará sola u.u

Saludos como siempre a Suki (la Beteada luego, hay que vivir el ahora (¿?) xD. No es cierto, cuando tú puedas querida Suki n.n), Lonely Athena (en la fecha acordada! Es un milagro, aleluya! xD), IchiRuki07 (ayyyyyyyy! Muchas gracias por tus muy lindos comentarios en, me parece, todas mis historias de NnM, me alegro que te hayan gustado y bienvenida! :), a Citsimsan, Taeyon-Oikawa, a Ivancho, Tsurara 12012 y a todos, todos lo que lean esto! Como siempre, muchas gracias chicos

Saludos!