Mi vida después de Edward Cullen

Capitulo 1: Muerta en vida

Hoy… era 30 de septiembre, hoy, se cumplían dos semanas desde que se fue, se llevo todo con él, cada recuerdo, cada cosa que asegurara que el… existió, ya solo me quedaba, este dolor, el dolor en mi pecho que crecía día a día, cada segundo que él no estaba a mi lado el dolor aumentaba asiéndome sentir más débil, más triste, mas… muerta.

El no quería que yo viviera la muerte en vida, él no me amaba, por eso se fue, pero… ser un vampiro y que mi corazón dejara de latir no significaba la muerte para mí, al contrario significaba vida, vida eterna… junto a él… eso era la vida para mí, y esto… esto era la muerte.

Me aislé, desde el primer día que pase sin él nada volvió a ser igual, él aseguraba que olvidaría, que todo pasaría, pero sabía que no era así, él creí que por ser humana no podría sentir esta clase de dolor, pero yo tenía claro que era mentira, me subestimaba, subestimaba él dolor que podría llegara a sentir.

Dijo que él dolor se iría, pero no pasara, lo sé porque lo siento con cada día, él dolor no se desvanece, si no aumenta, para ser sincera tampoco quiero que se valla, es todo lo que me queda para recordarlo, no contento con irse solo él, se llevo a Alice, a Carlisle, a Esme, a Emmet, a Jasper, y aunque tal vez a ella no le importe también extrañare un poco a Rose, se llevo a muchas personas que yo amaba, me dejo sola, lo único que me queda es mi padre, yo… y mi dolor.

Me encontraba en mi habitación en posición fetal observando la pequeña mecedora del rincón, allí donde mi ángel me había observado dormir durante el periodo mas feliz de mi vida, es increíble que desperdiciara la mitad de mi tiempo con él dormida, por eso no quería ser humana, si yo no lo fuera, si fuera menos débil, si fuera más hermosa, tal vez se hubiera quedado. Si pudiera me transformaría yo misma, aunque significara un año completo de aquel sufrimiento del que tanto fui advertida, no se compararía con el que siento ahora, pero sé que es imposible.

Escuche un golpeteo de alguna parte, no quise averiguar de dónde provenía, desde hacía dos semanas que me había vuelto prácticamente inconsciente de lo que me rodeaba, mis compañeros de escuela ya no me trataban igual, no me importa mucho pero ellos saben la razón de mi estado, por supuesto que no imaginan la profundidad de mis sentimientos pero saben que es por el… por Edward, probablemente creen que estoy loca, solo fue un noviazgo adolescente con el chico más guapo de la escuela, deben pensar, pero no es así, yo amo a ese estúpido vampiro.

—hija, ¿estas bien? — pregunto Charlie entrando por la puerta, bueno así que de ahí vino el sonido, no le respondí, no quería preocuparlo, pero tampoco quería mentirle, si antes era callada, ahora casi no hablaba, se adentro en mi habitación y vino a sentarse a mi lado, no lo mire seguía con la vista fija en la mecedora de la esquina.

—Bella, no puedes seguir así, entiendo que te dolió lo que paso, pero lo superaras, ten en cuenta que tienes toda una vida por delante, Cullen no es el único pez en el agua y yo sé, que pasara— asentí para tranquilizarlo pero sabía que estaba mintiendo, no quería hacerlo, pero debía, yo no olvidare, ni sanare, pero él debía creer que podía —Bien, llamo Jessica, quiere hablar contigo—

—Hablare con ella mañana, papa — trate que mi voz saliera normal pero falle, asía días que no pronunciaba palabra alguna, mi padre asintió y se levanto

—Bells, hee… Sue trajo algo de comida ¿Por qué no bajas a cenar? — propuso mi padre

—no tengo hambre Charlie — respondí y él me miro preocupado y salió de mi habitación, en todo este tiempo jamás moví un solo músculo que no fuera la boca y uno que otro parpadeo, no tenia ánimos de moverme en lo mas mínimo, pero tendría que hacerlo, mañana habrá escuela y, como en las últimas dos semanas, tenía que enfrentarlo.

No supe cuando me quede dormida, pero gracias al cielo no soñé con nada, desde que él se fue solo he estado viviendo ese último encuentro cada noche en mis sueños, como si no fuera suficiente con haberlo vivido una vez fueron incluso más de diez.

Me bañe y cambie con lo primer que encontré, unos jeans gastados, una blusa naranja delgada y una gruesa chaqueta, baje a la cocina, faltaba una hora para irme al instituto y no sabía que hacer, Charlie estaba sentado en la silla frente a la cocina y al verme una sonrisa apareció en su rostro, sonrisa que yo no pude responder, me senté a su lado y me mira extrañado con el seño ligeramente fruncido.

— ¿Qué ocurre Bella? ¿No vas a desayunar? — pregunto confundido

—No Charlie, no tengo hambre—

—eso me dijiste ayer, ¡tienes que comer algo Bella! — Dijo mi padre furioso, no conteste y miraba asía el vacío, Charlie se destenso y me miro — mira desayuna algo ¿sí? Sue envió unos pastelillos caseros, dicen que son la muerte de las dietas, pero realmente están deliciosos—

—OK. Ha… porque no… como una fruta y me llevo el pastelillo ¿te parece? — le propuse

—bien, pero en cuanto llegues de la escuela quiero que comas algo de verdad— advirtió y yo sonreí con tristeza.

Tome una manzana y la comí, recogí un pastelillo de la caja que Sue había enviado y lo guarde en mi bolso para el almuerzo.

Salí de casa y me subí a mi camión, iba en la carretera a 50 K/H, recordé fugazmente como se quejaba Edward de mi camión y como había ofrecido innumerables veces darme uno, si lo hubiese aceptado ¿también se lo hubiera llevado? No creo que me hubiera dejado sin coche, tal vez debí aceptarlo, al menos algo de él me quedaría, pero no tenia caso pensar en esto ahora, el ya se había ido.

Llegue al instituto y estacione, no pude reprimir el deseo de voltear al estacionamiento que siempre ocupaba un flamante volvo, en cuanto vi en su lugar una camioneta jeep no contuve las lagrimas que salían desesperadamente de mis ojos, me perdí la primera hora encerrada en mi auto, no me sorprendió que nadie se diera cuenta, últimamente parecía que ya no estuviera ahí. Entre desapercibida a la segunda hora, trate de poner toda la atención que fuera posible, pero no conseguí mucho, llego la hora del almuerzo y Jessica me intercepto en el corredor.

— ¡BELLA ESPERA! — grito Jessica y en un segundo estaba junto a mi —hola Bella, ¿sabes? Oí hablar de una fiesta y quería saber si podrías venir conmigo—

—no Jessica, ya sabes que no estoy de humor para fiestas— le dije agachando la cabeza

—OH vamos Bella, no puedo creer que sigas pensando en el, oye yo se que era guapo, pero no es el último hombre sobre la faz de la tierra— ¿Cómo podía decirme esto? ¿No sabía cuánto me dolía? Para mí, Edward si era el último hombre sobre la faz de la tierra— ¿Y…?—

—No voy a ir Jessica— le dije cortante caminando hacia la cafetería

—Bien— respondió enojada y caminando junto a mi.

Llegamos a la cafetería y nos sentamos en el lugar de siempre, todos menos yo fueron por sus almuerzos y se sentaron de nuevo en la mesa, comenzaba darme un poco de hambre así que saque el pastelillo de mi bolso.

—Wow— exclamo Mike y Jessica siguió su mirada — ¿vas a comerte eso? — pregunto señalando el pastelillo

—si ¿Qué tiene? — dije confusa

—no nada es solo que…—

—Bella, vas a engordar— siguió Jessica ¿Qué trataban de decirme?

— ¿a qué te refieres? —

—ya sabes… no es por nada pero… te ha crecido un poco la panza ¿no crees? —

¿Qué? Había engordado y no me había dado cuenta, pero si apenas he comido, baje el pastelillo y tanto Jessica como Mike apartaron la mirada, el timbre sonó anunciando el final del almuerzo, todos fuimos a nuestras respectivas clases y tire el pastelillo a la basura. Nunca me había importado tanto mi peso, pero me molesto mucho lo que Jessica dijo, pero lo olvide por completo durante la siguiente hora de clase… Biología, ahí, sentada en el salón con un asiento vacío a mi lado, ¿cómo se podía esperar que no pensara en el? Fue todo en lo que pensé durante una hora seguida.

Las clases terminaron y cuando me dirigía a casa, probablemente a seguir llorando por Edward escuche una plática entre Jessica y Lauren.

— ¿puedes creerlo? — Pregunto Jessica a Lauren con una sonrisa burlona en su cara —pasaron dos semanas y sigue con eso, no puedo creerlo

—se está haciendo la mártir, mejor cuida a Maik que probablemente ya ande tras el— Jessica río

— ¿y crees que le va a hacer caso? Esta loca… además, gorda, no la ha visto ¿sabes? Probablemente por eso Edward la dejo, el era rico, guapo, misterioso ¿Qué hacía con Bella Swan? Nunca lo entendí, seguro reflexiono y se fue…—

No pude con las incontrolables lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos, Salí corriendo hacia mi camión y luego a mi casa, gracias al cielo Charlie no estaba, corrí y corrí a mi habitación, cerré la puerta de un golpe y me tire en mi cama a llorar. ¿Y si tenían razón? ¿Y si Edward había dejado de quererme porque había engordado y me veía fea? de por si nunca fui muy bonita y aun así me quiso, aunque sea un poco y lo arruine ¿tal vez si me hubiera dejado vestir como Alice quería? Ella sabía lo que hacía ¿y si vio que Edward me iba a dejar si no cambiaba y solo trataba de ayudarme? Y yo de tonta que no la deje ¡QUE ESTUPIDA! Corrí al espejo del baño y me vi, Jessica tenía razón estaba fea y gorda, con razón Edward se fue ¿Cómo alguien como él pudo haber estado conmigo? ¿Cómo pude pensar que me amaba? No tenía sentido. Llore todo el día hasta que Charlie llego y me vi forzada a calmarme.

—Hola papa— salude luego de bajar las escaleras para que no entrara a mi cuarto y me viera llorar

—hola Bella, ¿ya comiste algo? — dijo Charlie desde la cocina

—Si, comí pollo estaba muy bueno— mentí, no iba a comer, ya estoy muy gorda como para seguir comiendo y comiendo, voy a terminar pesando más de 100 kilos

—que bueno, ¿para mí no hay nada? — ¡RAYOS! Olvide la comida Charlie

—no, lo siento, ahora te hago algo— baje hasta la cocina y le prepare tostadas a Charlie, le gustaban mucho y era algo fácil, iba a subir de nuevo a mi habitación pero Charlie hablo primero

— ¿te han gustado los pastelillos? —

—ahh… si, dale las gracias a Sue —

—lo are— aseguro y yo corrí a mi habitación.

Me vi una última vez en el espejo pero seguí igual, igual de fea y gorda, tenía que hacer algo, tal vez… solo tal vez si cambiaba y me veía mejor Edward regresaría. Me fui a dormir y esa noche tuve una pesadilla espantosa, estaba en el instituto y todos me apuntaban y se reían de mi, pero no sabía porque, de pronto vi a Edward parado a unos metros de mi y corrí asia el pero me indico que me detuviera, todos se rieron aun mas fuerte cuando me detuve, Edward negó con la cabeza y se fue por el bosque dejándome sola de nuevo, con toda esa gente burlándose de mí, estaba desesperada, no sabía qué hacer, mire asia abajo y me vi, estaba enorme, gigantesca, me desperté gritando y rápidamente cogí posición fetal y comencé a mecerme sobre mi misma.

— ¡eso no es cierto! ¡Eso no es cierto! ¡Eso no es cierto! —Repetía y repetía, Charlie entro alarmado a la habitación y corrió junto a mí— ¡eso no es cierto! ¡Eso no es cierto! ¡Eso no es cierto! — seguía diciendo

—Bella, cálmate por favor, solo fue un sueño, tranquila—

— ¡eso no es cierto! ¡ESO NO ES CIERTO! —lloraba sin consuelo, Charlie me abrazo y pronto me quede dormida.

Desperté, me arregle y baje las escaleras, Charlie estaba esperándome y se notaba preocupado

—adiós, Charlie, me voy a la escuela— me despedí y antes que saliera por la puerta me detuvo

—Bella, necesitamos hablar— susurro

—Bien, después de clases—

— ¿no vas a desayunar? — pregunto

—Ha… claro, en la escuela comeré algo— tal vez comiera una fruta o algo así, pero Charlie querría que comiera todo un desayuno y yo no quería engordar

—no, ahora, no pasara nada si no vas a la escuela un día, quiero que te sientes, comas algo y luego hablemos— grito Charlie y yo me quede pasmada, el nunca me hablaba así, estaba tan enojado que me recordó a…

—No, no, no, no, no— comencé a decir una y otra vez, tapando mis orejas y cerrando los ojos, sentí unos brazos temblorosos llevándome al sofá

—Bella ¿Qué tienes? — yo seguía repitiendo lo mismo y sentí como Charlie se levantaba y me traía un vaso de agua, me calme un poco y lo bebí, me temblaba todo el cuerpo y me sentía fatal, Charlie me obligo a comer algo y a regañadientes lo ise, cuando ambos estábamos mejor empezó.

—Bella… estoy… comenzando a preocuparme por tu… sa-salud mental— titubeo

— ¿Qué? No, no yo no estoy loca, no estoy loca —grite desesperada, Charlie me abrazo y susurro

—Bella, nada más mira como estas, y esas pesadillas ¿estás segura que te sientes bien? — yo no estaba loca, no, no, no estaba loca

—si, enserio papa, solo… solo estoy nerviosa, es todo—

—Bueno, está bien, pero ve a dormir, seguro anoche no lo asiste bien— corrí a mi cuarto y me encerré, pronto tome de nuevo mi antigua posición

— ¡yo no estoy loca! ¡No estoy loca! —