Capítulo 3
"Pintemos el mundo"
Cuando Hiccup llegó a la escuela la siguiente mañana, se topó con una situación un tanto inusual. Los cinco adolescentes estaban reunidos, y un muy molesto Gobber los estaba regañando. El castaño estiró su boca y miró hacia abajo, caminando directo a su asiento, no quería parecer descortés y acercarse para escuchar. Sin embargo, la fuerte voz de su maestro era difícil de ignorar y Hiccup hizo su mejor esfuerzo para no voltearse y ser un metiche.
"¿Cuántas veces les he dicho que se alejen se ese lugar? ¿Qué fue lo que vimos ayer? ¡Aléjense de las malditas brujas!"
Hiccup respiró hondo y se quedó quieto, un intento para oír mejor. "Me ponen en un predicamento, niños. No quiero meterlos en problemas con sus padres, pero esto es muy arriesgado."
"Podemos cuidarnos solos." Dijo una voz femenina. Astrid, no había duda. "Nos has enseñado bien."
Pasaron unos segundos, nadie dijo nada. Hiccup se imaginó a Gobber masajeándose la sien.
"Esa mujer, bruja o no, no es su asunto. Denle tiempo al tiempo, cuando sea el momento, nos encargaremos del asunto."
Y la conversación se dio por terminada. Hiccup rápidamente abrió su libro y fingió leer mientras los demás ocupaban sus asientos. ¿Una mujer-bruja? Ciertamente sonaba interesante, pero si era verdad que había una bruja suelta por ahí, ¿Por qué nadie había intentado capturarla? El joven ojeó las páginas distraídamente hasta que Fishlegs se sentó pesadamente cerca de él. Hiccup apretó los labios y dejó el texto a un lado. Se preguntó si era buena idea sacarle información al chico, no era como si fuera a utilizarla para algo…
"¿Y quien es esta… señora?" Preguntó el joven inmediatamente después de analizar su situación, inclinándose un poco para que su compañero lo oyera mejor. Fishlegs volteó su cabeza y lo miró, juntando las cejas. Hiccup sonrió con un poco de torpeza, tal vez no había sido la mejor de sus ideas, sin embargo, cuando el rubio se mordió los labios y curvó su espalda para acercarse a él, el castaño supo que lo había logrado.
"La gente cree que es una bruja porque lleva generaciones y generaciones siendo una vieja, y no ha muerto." Eso fue todo. Fishlegs tomó sus cosas rápidamente y se sumergió en su mundo de la lectura. Hiccup suspiró y entrecerró los ojos. Una parte de él se moría por ir a buscarla y descubrir si era verdad que era una hechicera. No era su culpa, su curiosidad siempre lo había metido en problemas después de todo. Además sería divertido, sin mencionar interesante. ¿Qué podría pasar? Hiccup asintió, intentando convencerse a si mismo y por el resto de la mañana intentó prestar atención a lo que su maestro Gobber les decía. Sin éxito, claro está.
Cuando el robusto hombre les dio permiso de irse, Hiccup no perdió el tiempo y salió de la pequeña escuela, sin embargo, en lugar de ir directo a casa el joven se quedó esperando a que sus compañeros salieran también. Estaba nervioso, de eso no había duda, no solo tendría que verse cara a cara con los dos matones que le habían regalado un ojo morado, también tendría que convencerlos de que lo dejaran ir con ellos, y eso si los cinco planeaban ir de nuevo a buscar a la bruja.
La figura de Astrid se abrió paso entre las puertas, seguida de los demás adolescentes. El grupo hablaba rápidamente, y caminaban despacio. Hiccup tragó saliva y se atrevió a acercarse a ellos, fue entonces cuando escuchó la cínica risa de la rubia. "¡Que pregunta más tonta! Vamos a regresar." Tuffnut, el rubio que tenía cara de tonto, agitó sus puños en el aire. "¡Si!"
Hiccup frunció el seño y miró hacia arriba. ¿Por qué Dios le estaba dejando las cosas tan fácilmente? De cualquier manera era ahora o nunca. El castaño tomó aire y se acercó a los jóvenes, no estaba seguro de como empezar con su petición, pero cuando se hizo obvio que todos se habían percatado de su presencia, Hiccup simplemente abrió la boca.
"Quisiera ir con ustedes." Fue lo primero que salió. Los cinco pares de ojos lo miraban con extrañeza, pero no pasaron muchos segundos para que Snotlout hablara primero.
"¿Un debilucho como tú? Creí que había dejado las cosas claras contigo." El joven de cabello oscuro escupió al suelo, y se acercó peligrosamente a Hiccup, superándolo en fuerza y estatura. El castaño, sin embargo, estaba acostumbrado a esa clase de tratos, y no dejó que el muchacho lo intimidara, al menos por ahora.
"¿Qué no es mejor ir en grupos?" Se apresuró a contestar Hiccup, mirando sobre el hombro de Snotlout hacia Astrid, que seguramente era la líder. Al parecer había captado su atención, así que el adolescente continuó. "Hay que tener refuerzos, ¿no?" Intentó nuevamente el joven, citando a Gobber.
Ruffnut, la gemela de Tuffnut, silbó un poco, y le dio un puñetazo juguetón a Fishlegs. "Mira, mira, no eres el único que pone atención en clase." Snotlout simplemente rodó los ojos y acercó sus puños a la quijada del chico. "Basta de tonterías."
"Pero tiene razón". Habló Astrid, interrumpiendo a su amigo, y le dedicó una mirada llena de irritación. No era secreto que el chico estaba enamorado de ella, pero solo lograba molestar a la chica aún más, por lo que no quiso empeorar la situación y se hizo a un lado. "Puedes venir."
Hiccup asintió y miró de reojo a Snotlout, que lo señaló con un sucio dedo. El chico rio nerviosamente y se apresuró para no quedarse atrás.
"¿Qué estamos haciendo?" Preguntó Hiccup al ver a Fishlegs y Tuffnut mover unas rocas. Los seis se habían alejado un poco de la villa, y ahora estaban detrás de una vieja casa.
"No vamos a asustar a una bruja con solo nuestras caras, ¿sabes?" Dijo Ruffnut, sonriéndole. El castaño se encogió de hombros, regresando su atención a lo que los demás estaban haciendo. Astrid le dio las gracias a sus amigos y metió la mano en el oscuro y gran hoyo que había dejado la ausencia de las rocas, cuando la sacó un hacha venía con ella.
"¡Que demonios!" Gritó Hiccup, tomando un paso hacia atrás. Definitivamente las armas no se le habían cruzado por la cabeza cuando decidió involucrarse en esto.
Astrid soltó una carcajada genuina, pero esta no hizo nada para relajar a su nuevo compañero. "Tranquilo, se como manejar una de estas." Y para probar su punto, la chica movió su 'juguete' con gracia de mano a mano. "Si he de apuntar a algo será a una bruja, no a tu cabeza."
"Gracias por aclarármelo". Tartamudeó el joven, con un poco de sarcasmo en su voz. Esperó a que los demás sacaran sus propias herramientas y no se sorprendió cuando a él le tocó un escudo en lugar de una espada o una lanza.
"¿Listos?" Preguntó Astrid, saliendo del oscuro callejón.
Hiccup no pudo evitar contestarle. "¡Listos!"
Hiccup los siguió hasta las solitarias catacumbas del pueblo. A lo lejos el joven vislumbró un puente, y debajo de él estaban las contaminadas y sucias aguas que la villa desechaba. "Que lindo lugar." Comentó el joven, tapándose la nariz.
"Oh, espera a ver debajo de esto, amigo." Sonrió Tuffnut, inclinándose y destapando la alcantarilla.
Astrid fue la primera en saltar, y Hiccup los miró a todos, preguntándose si eso era parte del plan. Obtuvo su respuesta cuando Snotlout fue tras ella, seguido por Tuffnut y Ruffnut, que pelearon para ver quien se lanzaba primero.
"Adelante, yo siempre tapo la entrada." Le dijo Fishlegs. El castaño asintió, se arrodillo frente al abismo, y se inclinó para ver a lo que se enfrentaba. No solo apestaba, todo estaba completamente oscuro. "Vamos." Lo apuró el rubio.
Hiccup dejó escapar un exasperado suspiro, y metió primero sus piernas, solo para que unas manos las tomaran y lo jalaran hacia abajo. Un grito salió de sus labios al caer, pero fue interrumpido con el suelo tocando sus pies. No era tanta distancia de arriba hasta el suelo como él había calculado. "¡No seas tan lento, inútil!" Dijo Snotlout. La luz que entraba desde la salida fue bloqueada cuando Fishlegs bajó, y un escalofrió recorrió la espalda del joven, que había ignorado por completo el insulto. Los ojos de los cinco no tardaron en acostumbrarse a la poca luz que se filtraba por el lugar, y fue Astrid quien habló primero.
"Muy bien, síganme."
Hiccup apretó fuerte el escudo contra su cuerpo y permitió que Ruffnut le diera un ligero empujón para que empezara a caminar. El lugar era detestable. El único sonido que se escuchaba era el del agua, que pasaba cerca de ahí, y sus pisadas. ¿Por qué estaban aquí en primer lugar? Él pensaba que las brujas tendrían un mejor estilo de vida que esto. Nadie en sus cabales accedería a construir una casa aquí.
"No puedo esperar para cortar la garganta de esa mujer." Dijo Snotlout. Hiccup pensó que la conversación seguiría con ese tema, pero Astrid inmediatamente dejó de caminar y se giró con un ágil movimiento. El castaño distinguió el brillo de su hacha cuando ésta le apuntó al chico.
"¿Cuántas veces lo he dicho? No cazar, probar."
"Eres una aguafiestas, Astrid. ¿Lo sabías?" Contestó Snotlout, quitándose el arma de enfrente con un leve movimiento de manos y continuando con su caminata.
Pero Hiccup no pudo evitar apretar el paso, acercándose a la guerrera, por que eso parecía que era, para preguntar. "¿Probar?"
Astrid lo miró de reojo, y asintió. "Las armas son para defendernos en caso de que sea necesario. No vinimos aquí para matarla, ese no es nuestro trabajo." Hiccup levantó una ceja. Si ese no era el punto, ¿entonces por qué estaban allí en primer lugar? Astrid pareció leerle el pensamiento, porque continuó. "La razón por la que nadie la ha acusado de brujería es porque, hasta donde sabemos, no ha atacado a nadie. Pero la maldita lleva viviendo ya más de lo debido, mi padre dice que ya era una vieja demacrada desde que él era un muchacho, y mírala, no muere. Es obvio que le vendió su podrida alma al diablo, merece morir."
Hiccup bajó la mirada, procesando la información. ¿Para que matar a alguien que no había dañado a nadie? No podía decir que la vieja era inocente, pero ¿y si no era culpable?
"Estamos aquí para probar que es una bruja, y la quemen en la plaza. Sabemos que vive aquí abajo por que la hemos estado observando. Todas las tardes sale a comprar dos gallinas y una canasta llena de pescado y cuando regresa se detiene sobre la alcantarilla y en un parpadeo de ojos ya no está."
"¿O sea que entramos ahora porque ella no está en casa?" Preguntó Hiccup.
"Exacto."
Hiccup abrió la boca para responder, pero ella la tapó con su mano rápidamente. "Silencio". Susurró la chica. Todos se congelaron en ese momento, y apretaron sus armas con fuerza. Entonces un sonido, como el chillido de la madera en las noches, hizo eco por todo el lugar. "¿De donde vino?" Inquirió la chica, irguiéndose. El sonido se hizo presente de nuevo y todos voltearon hacia adelante, donde había mas luz.
"Astrid, mira." Dijo Ruffnut, sacudiendo el hombro de su amiga y señalando hacia una sombra de forma inhumana que crecía y crecía. Una maldición salió de los labios de la rubia, y Hiccup miró como sacaba unas pequeñas reliquias de un bolso que no había notado antes. Todos la apresuraron, distrayéndose un momento.
Y de repente el tiempo empezó a correr más lento.
Hiccup no supo porque, pero levantó la mirada. Sus ojos verdes enfocaron la figura, y entonces vio el inconfundible rostro de la anciana. Se veía cansada, y al parecer ella también tenía una excelente vista, pues cuando se dio cuenta de los objetos que la chica había sacado de su bolsa sus ojos rojos reflejaron su miedo.
Y Hiccup sintió pena por ella.
"¡Espera!" Gritó el joven, levantando sus brazos y tirando el escudo. "¡Detrás de ti!" No sabía por que lo hacia, pero era tarde para cambiar sus acciones.
Astrid lo miró perpleja, no sabiendo a que se refería y con la presión de que la bruja, porque seguramente era ella, estaba justo frente a sus narices.
"La vi, se fue corriendo para allá." El joven señalo el lado opuesto del camino e intentó lucir tan desesperado como pudiera. "Fishlegs también la vio, ¿no es así?" No era verdad, claro, pero esperó que su psicología funcionara.
La rubia, sin embargo, lo quitó del camino y se dirigió decididamente hacia donde había visto la sombra por primera vez. Pero ya no estaba allí. Astrid se llevó una mano a la cabeza, y dirigió su mirada al camino al que había señalado Hiccup. No tenía opción, tenía que creerle. Sacando un poco de aire de sus pulmones, la chica asintió vigorosamente y corrió hacia la dirección contraria. "¡Apresúrense!"
Todos la siguieron sin chistar, el miedo claro en sus rostros. Hiccup le hecho una última mirada a donde la bruja había estado, y contuvo un jadeo al verla nuevamente allí, pero esta vez sus facciones estaban adornadas de curiosidad e incertidumbre. El castaño apretó los dientes, y observó como su figura se derretía, mezclándose con el agua putrefacta del lugar.
"Casi la atrapamos". Se quejó Ruffnut, metiendo de golpe su martillo al escondite de armas. Snotlout pasó su mano por su cabello, dejando que su corazón se tranquilizara.
Los adolescentes habían corrido por horas, siguiendo pasadizos y metiéndose en los desechos. Habían seguido un extraño ruido, pero al final no habían obtenido nada. Para cuando decidieron volver, el sol ya se había ocultado.
"Tendremos mas suerte para la próxima. ¿Han notado como cada vez nos acercamos mas a ella?" Astrid se amarró su cabello en una trenza, alejándolo se su mojada ropa. Todos habían terminado con una cortada o dos, y querían apresurarse a regresar a casa para limpiarse, pero asintieron felices. Pronto podrían verla amarrada y quemada.
"Hay que descansar, vamos a casa."
No caminaron juntos por mucho tiempo, cuando las casas empezaron a hacerse familiares todos tomaron rumbos diferentes, excepto los gemelos, claro. Ya no había gente caminando por las calles, y los negocios estaban cerrados. Hiccup caminó lo más rápido que pudo hasta su casa, el frio aire de la noche hacia que sus ropas se sintieran incómodas, y el pensar en tomarse una ducha hizo que se esforzara por llegar más rápido. Pronto las rejas negras de la mansión se hicieron visibles, y el castaño no tardo nada en tocar la puerta de la entrada con demasiada insistencia. De inmediato la abrieron.
"¡Joven Hiccup!" Gritaron las chicas del servició al unísono. Las manos de todas lo tocaron por todas partes, y el adolescente sintió sus mejillas calientes.
"¿Dónde ha estado?"
"Estábamos tan preocupadas por usted."
"¿Qué le pasó en la mejilla?"
"¡Tiene suerte de que su padre aun no haya llegado!"
Hiccup rio un poco y agradeció por sus atenciones. "Lo siento mucho, me tardé mas de lo planeado con mis amigos."
La respuesta pareció ser suficiente, y cuando él se dio cuenta las chicas ya lo estaban arrastrando al enorme baño de la casa, donde prepararon una tina con agua caliente en menos de un segundo.
El adolescente sonrió aliviado cuando sumergió su cuerpo, disfrutando de la sensación. No había nada mejor que un baño, o mejor aún, que un baño que él no tuvo que preparar. El chico lavó su cabello y se concentró en quitarse el olor de excremento de su piel, apenas iba a llevar sus pensamientos hacia la bruja cuando la atmósfera se tornó fría. Una 'frialdad' conocida.
Hiccup miró hacia la vela que mantenía la luz en el cuarto, y vio el humo hipnotizante que salía de la punta. De repente la vergüenza se apoderó su mente, y metió su cuerpo lo más que pudo al agua. No quería parecer un loco, pero era como si alguien estuviera con él… en ese cuarto, en ese mismo instante. El castaño miro sus alrededores, como si intentara localizar a ese alguien que lo observaba. "¿Hola?"
Su voz se escuchó clara por la habitación, pero nada paso por unos segundos. Hiccup se sumergió mas en la tibia agua, ¿Lo habría imaginado? Pero el humo de la vela se movió vigorosamente, llamando su atención. El adolescente se acercó a esta, y observó el extraño movimiento. "¿Hola?" Repitió.
Y nuevamente pasó, el humo empezó a hacer figuras extrañas, para después disolverse y empezar otra vez. Hiccup pestañeo, intrigado. Los dibujitos en el aire seguían, y el castaño pensó que le resultaban familiares. Habían espirales, triángulos y un corazón. Un corazón…
"¡Eres tú!" La verdad le pegó a Hiccup como si fuera una roca. ¡Esos eran los dibujos que había hecho en su sueño! El chico sonrió emocionado. Eso significaba que, de algún modo, todo había sido real. ¡Tenía que serlo! El moretón había desaparecido, esa fue su primera prueba. "Sí existes." Dijo el joven, como si no creyera lo que estaba pasando. El humo se agitó nuevamente, como si estuviera indignado. Hiccup rio y estiró su mano, pero la nube de humo no se dejo tocar, simplemente se dejó llevar por el viento, rodeando al humano.
"¿Cómo es posible?" Preguntó el castaño, siguiendo con la mirada al fantasma, o al menos lo que él usaba para hacerse presente. Hiccup volvió a sonreír, maravillado, pero la felicidad no le duró mucho, porque la puerta de la habitación fue bruscamente abierta.
Por segunda vez en ese día, Hiccup se apresuró a sumergir su cuerpo en el agua al mismo tiempo que el frio del lugar desaparecía y la vela se apagaba. La ausencia del espíritu fue tan súbita que Hiccup miró con enojo a quien había interrumpido. Su padre, Stoick, se encontraba parado allí con una enorme sonrisa en su rostro.
"Hiccup, apresúrate a bajar, te tengo una sorpresa."
El adolescente no podía creer lo que sus oídos le decían. Con exagerados movimientos tomó la toalla que estaba a su disposición y rápidamente la envolvió en su cuerpo al salir de la tina. "¿Podrías aprender a tocar?" Gritó el muchacho, pasando a lado de su padre con la mirada en alto. Algo increíble le había pasado, y su padre tenía que entrar y arruinarlo, ¡como siempre! El chico ni se molestó en ver la reacción que le había causado a Stoick y subió directamente a su cuarto, refunfuñando por lo bajo. No perdió tiempo y rápidamente se puso su camisa de la noche, ni siquiera secó su cabelló y se arrojó a la cama. Sabía lo que tenía que hacer. Cerró sus ojos tan fuerte como pudo, solo quería dormir. Quería asegurarse de que todo estaba pasando de verdad. El cansancio, combinado con su estado de enojo hicieron bien su trabajo, y el sueño pronto se apoderó de su mente.
Cuando las rocas se hicieron visibles, y el gris del cielo se hizo presente, Hiccup no perdió el tiempo. Miró el camino que había seguido ya dos veces, y corrió por él lo más rápido que pudo. No sabía si lo encontraría a él, ¿Qué tal si se había espantado o algo por el estilo?, pero tenía que llegar, saber que esto era real.
Los dibujos en la tierra aparecieron, y Hiccup buscó en los alrededores por unos minutos, pero el lugar se veía desierto. Las rocas estaban donde siempre, y su arte intacta. Pensando lo peor el castaño se dejó caer, ¿Qué tal si jamás lo volvía a ver? Eso sería tan decepcionante, tan… triste. Hiccup se llevó las manos a su rostro, nuevamente estaba siendo fatalista.
El joven estaba a punto de levantarse y andar por ahí, cuando sintió las manos de alguien sobre las suyas. "¿Eh?"
"¿Cuántas veces vas a dejar que tus amigos te golpeen?"
Hiccup subió la mirada y se encontró con el rostro del muchacho. Éste lo miraba con curiosidad, y Hiccup sonrió aliviado. ¡Gracias al cielo! No sabía porque estaba tan feliz, pero simplemente lo estaba. "¿A que te refieres?" Preguntó, recordando lo que había dicho el joven momentos atrás.
"Tu mejilla". El fantasma estiró su mano, tocando con su negra garra el corte que el humano llevaba. "Para mañana ya no estará."
Hiccup negó lentamente. "Oh no, fue un accidente. Me caí. Pero gracias."
El peculiar joven se puso de pie, y camino distraídamente por el lugar, observando, como si nunca hubiera estado ahí. Hiccup lo siguió con la mirada, absorbiendo cada detalle del muchacho. Definitivamente era extraño, se movía con mucha gracia, pero su cuerpo definitivamente no era completamente humano, es más, se parecía un poco a una ilustración de un animal exótico que había visto años atrás. "¿Sabes algo? Te pareces a un dragón." Dijo de repente.
El fantasma volteo a verlo e inclinó su cabeza a un lado, preguntándose de que hablaba el chico.
Hiccup rio un poco, y empezó a dibujar en la tierra. "Un dragón, tu sabes, esas criaturas mágicas…" El niño dibujó una cabeza y continuó. "Dicen que eran temibles y escamosas." Los trazos, como en la noche pasada, se elevaron, pero esta vez Hiccup estaba preparado. Su mano tocó el dibujo, pero este no desapareció, en su lugar parecía que la 'pintura' salía del dedo del muchacho, como un marcador. El chico miró de reojo al fantasma, que le pidió que siguiera. "Sus cuerpos eran musculosos y muy agiles". El dedo empezó a trazar en el aire, conectado a la cabeza del dibujo el cuerpo que estaba describiendo, la tinta saliendo de este, quedándose suspendida en la atmosfera. "Tenían varios tipos de alas, pero las de este dragón eran enormes." Hiccup tuvo que ponerse de puntitas para dibujarlas correctamente. "Y las patas eran poderosas." Su dedo se movía con agilidad y comodidad.
"Y ni hablar de la cola, que tenía los suficientes músculos como para derribar a tres hombres de un golpe".
El chico regresó hacia la cabeza de la criatura que estaba creando, sin perder la concentración. "Pero lo mas peligroso eran sus ojos. Grandes y …" Hiccup trazó con cuidado, tomándose su tiempo. "Y de un verde tóxico." Una vez terminada su obra, se volteó para ver al fantasma, que estaba a centímetros de su rostro. El castaño jadeó un poco, sorprendido ante la proximidad del muchacho y más aún por la mirada de que estaba dando, con sus ojos grandes y de un verde tóxico. Hiccup sacudió su cabeza y se hecho para atrás. "Es un Night Fury. Así se llama este dragón." Explicó.
"¿Él se parece a mi?" Preguntó el joven, señalándose a si mismo. Hiccup asintió silenciosamente.
El fantasma observó el dibujo por unos segundos, analizando cada detalle. Llevó su mano a su boca, como si pensara en algo bastante interesante. Estiró su mano, tocando el trazo, y cerró sus ojos. Hiccup abrió la boca en sorpresa cuando el esbelto cuerpo del fantasma empezaba a crecer, su cola y sus alas permanecían igual, pero aumentaban en tamaño, su cabello desapareció y fue remplazado por una cabeza larga y aplastada. Cuando la transformación concluyo, un hermoso Night Fury estaba parado delante de él, perfectamente vivo y real.
"No puede ser." Susurró el adolescente, llevándose su mano a la boca. El dragón intentó observar su nueva figura, estiró sus alas y movió su cola. Parecía satisfecho. La bestia se sacudió un poco y trotó hacia el humano, que estaba congelado en el lugar. Bajó su cuello, como si lo estuviera invitando a montarlo.
Hiccup frunció el seño. Todo parecía un sueño… bueno, era una especie de sueño. "¿En verdad?" Preguntó. Tenía que asegurarse de no ofender a su nuevo amigo. El dragón se acercó mas hacia el suelo, asegurándole que tenía su permiso, y el castaño no perdió el tiempo y saltó a su espalda. Debajo de él sintió los músculos, moviéndose, listos para tomar vuelo, y en un segundo se encontraba a metros el suelo. La euforia se apodero de su pequeño cuerpo, y dejó escapar un grito de alegría. "¡Esto es increíble!"
El niño se aferró al cuello del dragón, disfrutando la brisa contra su rostro. Todo parecía ser tan perfecto… de no ser por el triste cielo por el que volaban. Era tan gris y frío. Hiccup suspiró y miró hacia abajo, al rostro de su amigo. ¿No le deprimía ver el mismo vacío color todos los días? El adolescente guardo silencio unos minutos, hasta que se armó de valor y se acercó al oído del fantasma. "Oye, ¿No te gustaría tener un cielo azul?"
El dragón hizo un extraño sonido, y entrecerró los ojos. Miró hacia atrás, el joven que llevaba en su espalda miraba melancólicamente hacia arriba. ¿Un cielo azul? Jamás lo había considerado. Decidiendo que no tenía nada que perder, el fantasma cerró sus ojos se concentró en crear esa curiosa fantasía. Solo era un poco de color, y en poco tiempo pudo escuchar el asombrado 'wow' de su acompañante.
Hiccup sonrió de oreja a oreja al ver una especia de ola se esparcía arriba de él. Su dragón también soltó una risa bastante peculiar mientras volaba con gracia por el color, que poco a poco ocupó todo el cielo. Sintiéndose confiado, Hiccup habló lo suficientemente fuerte como para que el fantasma lo escuchara. "¿Sabes que hace falta? Nubes."
El dragón asintió, pero en lugar de empezar a crearlas golpeó a Hiccup con una de sus alas. "¡Hey! Eso no era necesario." Dijo el niño, sobándose el hombro. El Night Fury rio, y lo hizo de nuevo, llamando la atención de su pasajero. Hiccup lo miro, encogiéndose de hombros, ¿Qué era lo que quería?
El fantasma lo miro fijamente y asintió una segunda vez. Y a Hiccup le cayó el veinte. "¿Quieres que yo lo haga?" El dragón hizo una pirueta, confirmando lo que había dicho el niño.
Hiccup torció la boca y miró sus manos. Había dibujado al dragón con ellas antes, ¿Podría hacer las nubes del mismo modo? Con un poco de miedo y dudas el castaño estiró las manos, el Night Fury bajó la velocidad para que no se cayera. Hiccup imaginó la textura de éstas. Suaves, esponjosas, blancas como la nieve y empezó a mover sus dedos. La imagen en su cabeza empezó a materializarse justo delante de él, mientras creaba una y otra vez las nubes. Ahora sí era perfecto. Todo era tan… ideal.
Hiccup perdió la noción del tiempo. El Night Fury saltaba de nube en nube, como si fueran colchones, ambos jóvenes reían y gritaban. Parecía como si estuvieran creando un mundo perfecto, y Hiccup se permitió ser egoísta, y pensar que le pertenecía a él y a su nuevo amigo. Estaba tan perdido en la felicidad, que no se dio cuenta cuando el fantasma empezó a descender. Cuando sus patas tocaron la tierra, Hiccup se dio cuenta de que se había terminado. Se bajó con torpeza de la espalda del Night Fury, y observó como éste volvía a su forma original. La cola se hizo pequeña, al igual que sus alas. El cuerpo oscuro escamoso se transformó en piel besada por el, a excepción de las pequeñas manchas oscuras características de su piel, y una cabellera oscura como la noche se hizo presente de nuevo, tapando sus facciones.
"Es hora de que despierte, ¿no es así?" Preguntó Hiccup, el tono triste en su voz presente para los dos.
"Así es." Dijo el dragón, que accidentalmente borró los dientes del dibujo que Hiccup había hecho.
"¡Hey! Cuidado con eso, no son fáciles de hacer, ¿sabes?" Le respondió Hiccup juguetonamente, imitando las mismas palabras que el fantasma le había dicho el día anterior. "No quieres quedarte sin dientes, ¿o si?"
El muchacho sonrió, y se cruzó de brazos. Hiccup no tuvo tiempo de despedirse, porque lo siguiente que supo fue que la lluvia estaba entrando por su ventana, no había cielo azul ni nubes blancas. El muchacho se levantó y cerró el vidrio para protegerse del frio. La realidad de que estaba nuevamente en casa, en el mundo real, le dolió más de lo esperado.
Hola! :D
Bueno, nuevo capi! Ta~da! Respondiendo a una preguntita que me hicieron por ahí. Toothless SÍ es real, solo que es un fantasma que se mete en el subconsciente de Hiccup cuando este duerme y allí tiene el poder de crear lo que él quiera. :D
Pues bien, sé que el inicio es un poco pesado, pero vamos avanzando. Ojalá les esté gustando la dirección que está tomando el fic, y quiero decirles que en verdad amo los comentarios que me dejan! Estaba pensando en abandonar la historia porque no estaba recibiendo mucho feedback, pero me llegaron unos cuantos reviews después y eso me animó a seguir escribiendo. :3 En serio, MUCHISIMAS GRACIAS a todos los que dejan un comentario, ustedes hacerme feliz! XDDD
Si tienen una pregunta no duden en decírmela, las sugerencias también son bienvenidas! Graciaaaaas!