N/A: Entonces si, me tomo cerca de cinco meses para terminar el capitulo, díganlo soy un fiasco. Pero aquí estoy cumpliendo con mi deber, pero estoy segura que esto lo compensa ;) si saben a lo que me refiero.
Debido a que algunos de ustedes ya comentaron en este capi porfa dejen un PM si me quieren expresar su opinion en caso de que el review no se pueda, pd: amo los coments largos, es la mejor parte de todo esto
Recuerden que probablemente ya leyeron la mitad de este cap desde que publique el adelanto sin editar ni corregir hace dos meses, este es mi regalo atrasado de año nuevo, besos y disfruten.
Capítulo 23: Un cambio en las nubes
"Ok, entonces debería llenar cada campo en los papeles para ganar posibilidades, o es qué no todos son obligatorios porque-"
Wow, me encanta la manera en que sus ojos se mueven a un lado y al otro y parpadean cada dos palabras, es gracioso, es casi como si tuviera algo en el ojo.
¡Ouch!
"y para ser sincero me siento incomodo contestando algunas de estas cosas y otras son tan ridículas, como ¿para qué necesitan saber mi tipo de sangre? No van a darme una transfusión gratis ¿O sí?"
Mmh tiene que dejar de poner esa expresión a todo, no es sorprendente que se está volviendo cada vez más irónico. Y como sus manos parecen querer hablar por él más que su boca, haciendo señas tontas con cada cosa que dice…
¡Ugh!
"-ración y ¿a quién le importa si tengo un refrigerador en casa de cualquier forma?"
y dios, son bonitas manos, dedos tan largos y delgados, sí, definitivamente podría hacer tanto con esas manos,
¡Ouch!
"-idículo, y llamar por teléfono lo haría mejor ¿no?"
¿desde cuándo tiene ese lunar en el cuello?
¡Au-
"y el otro día, sí, tome helado con un dinosaurio, fue divertido, conseguimos entradas para el cine también"
¿Son esas pecas?
¡Ouch!
"¡Edward! ¿Edward, me estás escuchando? ¡Edward!" Brent vociferó tan bruscamente que sobresaltó a Edward.
"¿Qué? ¡¿Qué?! ¿Qué está mal? ¿Qué hice?" preguntó rápidamente entre jadeos, sorprendido y desafiante, tratando de disimular lo mejor posible su muy obvia falta de atención a lo que Brent trataba de decirle. Le está pasando muy seguido últimamente, sobre todo cuando esta con Brent, y es que esas son realmente pecas…
¡Ouch!
"¡Edward!"
"¡Lo siento!"
"¡¿Qué estás haciendo?!"
Él baja la mirada a donde su muñeca está ardiendo en su regazo, la liga elástica que la rodea más estirada de lo que era al principio de la semana y hay una línea roja dolorosa debajo que no le dejará olvidar el propósito de ella. Frunce el ceño.
"Es terapéutico" se defiende ante la mirada incrédula de Brent. Él no le dice sobre la razón por la que necesita llevar la banda, al menos por un par de días más. La necesita para ser consciente, de cada cosa, cada pensamiento, cada corriente imaginativa que pase por su cabeza, tan descabellada como sea. Y por dios que no quiere saber nada de eso, los pensamientos no están hechos para ser serios. Así, Edward piensa que Brent es… lindo? (sí, sí, lo admite, a veces el piensa eso) Bueno, él recibirá un golpe en la muñeca a cambio.
Pero a este paso lo que conseguirá será más bien una cicatriz y tal 25 dólares menos en un ungüento.
Todavía está llegando a un acuerdo con ello. Okay, es comprensible. Brent tiene algunas bonitas facciones; ojos grandes y brillantes, cejas oscuras y pobladas, pestañas largas, nariz pequeña y respingada, pómulos resaltados, labios rosados y llenos… Él no es ciego, ninguno de sus pensamientos están mal, sólo son un poco… observadores. Es horrible, honestamente, principalmente porque tiene esta imagen en su cabeza del lado racional de su cerebro y un idiota sentados discutiendo en una mesa, y por alguna razón el idiota siempre parece ganar cada argumento.
"¿En qué forma?" Brent vuelve a preguntar, y luego niega con la cabeza casi instantáneamente. "¿Sabes qué? No importa, si no tomas esto en serio o te estoy aburriendo o cualquier cosa podrías decírmelo y no sólo dejándome hablar solo como un desequilibrado mental"
"Oh vamos, no exageres" él dice pero Brent ya está caminando fuera de su habitación con una mueca hostil persistente en su cara.
¡Ouch!
Rueda los ojos a sí mismo y sigue a Brent fuera del cuarto, sonriendo inesperadamente cuando él gruñe y se quita el suéter para lanzárselo a la cara. "Lo creas o no, no me salí de mi propia habitación porque me desagradara la pintura" Edward se ríe un poco como quita la sudadera de su pelo y viendo a Brent parado en medio del pasillo con los brazos cruzados, una delgada camisa blanca de manga corta apretando su pecho plano y pálido ahora que el molesto suéter no está y sí, esas son definitivamente pecas.
"¡No hagas eso! Me está poniendo nervioso" Brent dice irritado y Edward no entiende hasta que es de repente consciente de su mano estirando la liga en su muñeca de nuevo.
"Perdona, es un experimento" no es totalmente una mentira pero Edward duda que a Brent en verdad le interese de que se trata, él sólo parece querer que pare. Es tan quejumbroso estos días y a Edward le encanta. Hace que su cuerpo se caliente por todas partes. Piensa que se debe a la gran cantidad de días viendo tan poco en su rostro además de la tristeza, pero no puede estar seguro, se está convirtiendo en alguna clase de pervertido raro, sobre todo a media noche cuando le es imposible dormir.
"¿De qué? ¿Masoquismo?"
Edward va a negar, pero se lo piensa mejor. "Algo como eso" Brent resopla, obviamente pensando que se trata de algún tipo de broma, dejando caer sus brazos a sus lados y dar la vuelta para seguir con su camino por el pasillo.
"Es raro, sin embargo"
No tienes que decírmelo.
"Y ya que no vas a ayudarme a rellenar el formulario por lo menos podrías dejar de molestarme"
"Podría, es la palabra clave" puede oír a Brent suspirar delante de él y vuelve a seguir sus pasos. "de todos modos ¿Qué era todo eso del formulario?" pregunta levantando las cejas con curiosidad.
"Oh dios mío, de verdad no escuchaste nada de lo que dije ahí adentro ¿cierto?" Edward tiene que mirar a otro lado para no mirar a Brent a los ojos; no se trata de que no lo escuchara, se trata del porqué. Él no lo nota de cualquier manera, agarra una manzana de la mesa y la mastica experimentalmente, traga y luego habla. "Antes de que… bueno, tu sabes. Antes de eso," Edward se estremece cada vez que "eso" entra en conversación, pero hace alusión de ignorarlo "estaba tan eufórico y loco que he hecho la prueba para como cinco universidades en cinco carreras distintas" Edward abre la boca sorprendido y Brent se ríe de su expresión. "Para ser sincero normalmente lo dejaría ir pero en una agradable coincidencia, una de esas carreras era literatura en una universidad bastante cerca de aquí, así que ¿por qué no?"
"Eso es… genial" él dice, sincero pero todavía confundido.
"Gracias. Jake pensó que podría ser bueno para mi distraerme un poco"
Y esa era la manera perfecta de arruinar una conversación.
Brent se ríe dando otro mordisco a la manzana. "Por favor, quita esa cara. Está bien que no se agraden el uno al otro pero al menos deberías disimular un poco"
"Basura" Edward dice con facilidad y Brent levanta una ceja hacía él.
Se siente como que está siendo juzgado de alguna forma y se encoge de hombros. Brent es y será su… bueno, lo que sea, pero Jacob no entra en ese paquete.
Escucha una aclaración de garganta y levanta los ojos. "Hay algo que no te he dicho" Brent murmura calladamente y hay este pequeño brillo culpable en sus pupilas que delata que no se debe tratar de nada bueno. "este "algo" es importante. No sólo a ti, también tengo que decirle a los demás, pero sobre todo a ti" dice y tira el hueso de la fruta en sus manos a un bote en una esquina. Edward lo mira expectante pero Brent apenas abre la boca cuando hay un grito en la sala.
"¡Odio los loros! ¡Los odio!" la voz de Emmett grita claramente y Edward ni siquiera tiene que preguntarse de que se trata porque, seamos realistas, es Emmett.
"Eso es sólo porque tenía mejores argumentos que tú" Jasper dice con tono aburrido, como si ya hubiera tenido esta conversación antes. Emmett pone mala cara y tira sus llaves sobre el sillón.
"En el zoológico, es ahí donde bestias como esas deberían estar"
"Hey, chicos" Jasper dice esta vez más alto, ignorando por completo el comentario de Emmett. "¿Hacen algo interesante o Edward sólo sigue golpeándose con esa liga?"
"Más o menos" Brent exhala y Edward, siguiendo el ejemplo de Emmett pone mala cara.
Edward espera a que Emmett y Jasper se metan en la cocina para que Brent continúe con lo que estaba diciendo un momento atrás, sin embargo eso nunca ocurre, de hecho es casi como si Brent se hubiera olvidado completamente de "la cosa tan importantísima" que tenía que decirle hace un segundo. Se mantiene viendo por la ventana del comedor ignorándolo por completo hasta que Emmett y Jasper están nuevamente con ellos, ambos sosteniendo un plato de pollo y verduras en su mano derecha.
"Me siento débil" dijo Emmett en un murmullo. "Tengo que matar algo en mis juegos"
Hay un coro de bufidos en conjunto pero Emmett los ignora y va hasta a la televisión y conecta el cable del videojuego en las intermitentes, sonriendo como un niño de ocho años cuando la pantalla se ilumina en el azul profundo del logo del juego preferido de Emmett.
…
Para las ocho y cuarto la conversación que había sido tan importante horas atrás era ahora completamente olvidada como él muchacho bajito ayudaba a Jasper a estar listo para la llegada de Alice, quien había insistido en que había pasado demasiado tiempo desde que su novio la había llevado a una cita formal (alias, demasiado tiempo desde que había estrenado un vestido de fiesta) y ya era tiempo de que sucediera.
Jasper estaba usando un traje negro y corbata beige a juego con el vestido de Alice estaría usando y lucía derrotado como dejaba que Brent acomodara su cabello y Emmett (dios sabe cómo) terminara de hacer el nudo de su corbata mientras ambos se burlaban cruelmente de él. Edward a sí mismo no era un santo, así que para que negarlo, él no se quedaba atrás.
"Pareces un pingüino" Emmett se carcajeaba cada pocos minutos seguido por la risa de alguno o los de ellos y Jasper solo ponía los ojos.
"Eres el tipo con menos suerte en el planeta" Edward dijo como broma cuando Jasper grito por un nudo que Brent estaba deshaciendo en su cabello. Él sabía que eso no era verdad, por supuesto, Jasper en realidad era una de las personas más afortunadas que conocía, amaba y era amado por una mujer hermosa que lo adoraba más que a nada en el mundo, incluso se atrevería a decir, más que a su guardarropa, sin importar lo loca que Alice pudiera estar Edward no podía pelear con ese hecho. Pero era divertido burlarse de Jasper.
"No les hagas caso" Brent dijo con un tono compasivo, pero demasiado divertido para sonar verdaderamente serio. "Te vez mucho mejor de lo que un pingüino haría"
"Ja-ja-ja. Gracias. No pueden simplemente ayudarme y guardar silencio. Me gustaría que fueran felices por mi solo por una vez"
"Claro que somos felices por ti, Jaspi" Emmett dijo sonando casi ofendido. "Tu felicidad es nuestra felicidad"
"No, tu felicidad es mi miseria y dolor y humillación"
Emmett se encogió de hombros, no iba a discutir con eso.
Brent saltó del lugar donde estaba acomodando el cabello de Jasper para traer un espejo de mano a él. Jasper lo tomo, moviéndose inseguro y finalmente lo puso enfrente de su cara, suspirando. "Me veo como un idiota"
"No, te vez como una persona enamorada" Brent murmuró, por primera vez ayudando solo un poco al orgullo de Jasper. "Solo alguien increíblemente loco de amor se pondría un traje para ir a un restaurante de ensaladas de clase media y bailar en medio de un bar" Jasper suspiro de nuevo, sabiendo que vendría y se dejó caer en el sofá.
Edward hizo alarde de verse sorprendido. "¡Vamos! Esto no será nada contra los fines de semana de compras" Brent le palmeó la cabeza a Edward y él se quejó, su mano extrañamente tentando alrededor de la carne sensible de su muñeca izquierda.
Jasper lo miro fijamente entrecerrando los ojos, por primera vez desde que empezaron las bromas parecía genuinamente molesto. "¿No tenías una novia o algo así? ¡Oh espera! Que no te duro ni la semana"
Edward abrió la boca en indignación pero la cerró cuando hubo una risita en la sala. Él giró su cabeza para mirar a Brent, con la mirada ahora perdida en algún punto del piso de madera y Emmett, a su lado, riendo como una colegiala.
"¡Por favor! Es divertido. Piénsalo, por fin consigue una chica y que la olvida completamente por centrarse en un desayuno medio decente y un par de pastill-" Emmett no consiguió terminar porque Edward lo calló con la mirada, ambos dando una mirada significativa al pelinegro quien ahora revisaba sus zapatos con culpabilidad. "Como sea, eres un inútil, viejo"
Edward iba a hacer un discurso de como mucho más inútil Emmett era cuando la puerta se abrió de un momento a otro y Rosalie entró con cara de querer estar en cualquier lugar menos ahí.
"Vamos comandante, hay una lechuga esperándote" la frase, para cualquier persona normal que no hubiera pasado más de 10 horas diarias en ese departamento hubiera sido probablemente incomprensible, pero todos ellos habían cruzado la línea de lo normal hace mucho.
Jasper se hundió más en el sofá y Rosalie se acercó para tomar su mano y empezar a jalarlo hacía la puerta.
Ella se quejó. "Se nota que estas emocionado"
"No me digas" Jasper dijo. "Detesto los restaurantes vegetarianos"
"No va a ser tan malo" Rosalie exclamó en otro intentó por levantarlo del sofá. "¿Cierto, chicos?
"Absolutamente" Aseguró Emmett, aunque cuando Rosalie paró para mirar su teléfono que sonó con un nuevo mensaje, él,Edward y Brent sacudieron frenéticamente la cabeza, haciendo una mueca. Jasper ahogó un jadeo.
"No soy un conejo, necesito carne"
"Basta, cavernícola" decidió Rosalie justo después de terminar de leer su mensaje. "Alice va a patearme el trasero si no te tengo en su puerta en diez minutos"
Jasper uso su más exagerada mueca de pánico en Rose pero ella no cedió y finalmente tuvo a Jasper en sus pies caminando hasta la puerta. "Y Emmett" el chico levanto la cabeza al oír a su novia llamándole. "Ven conmigo, no sea que trate de escapar antes de llegar a casa de la duende. Podemos ver películas en mi casa más tarde" Emmett sonrió ante la segunda parte de la oración y siguió a Rose por detrás, entrando en su modo novio real y abrazando a la rubia por la cadera.
"¿Por qué nosotros nunca somos invitados a estas cosas?" Brent farfulló consternado, su cara construyendo una mueca perfecta.
"Tal vez porque nosotros no somos con quien ella puede ignorar la película para besarse y… bueno, otras cosas" que no era como si Edward quisiera estar presente de cualquier manera mientras esos dos se comían el uno al otro. No, él sin lugar a dudas prefería quedarse en casa totalmente solo. O con Brent. O preferiblemente completamente solo con Brent.
Sí, eso era sin duda una mejor opción.
"Al menos podría preguntar si queremos ir y darnos algún tipo de indirecta" Edward movió la cabeza en acuerdo, demasiado ocupado en las posibilidades de lo que podrían hacer ahora que estaban completamente solos para contestar lo que sea.
Hasta que el reloj en su mano derecha emitió un hilo de cuatro timbres seguidos y él y Brent se quedaron viendo las agujas que marcaban las nueve de la noche fijamente.
Brent puso los ojos con fastidio, como si no pudiera creer que realmente estaba pasando por esto. Edward junto ambas cejas por encima de sus ojos y frunció los labios, haciendo su mejor esfuerzo por verse firme y severo.
"Lo que sea" Brent dejo salir en una exclamación furtiva. Él agarro el gel para el cabello y el peine con el que había arreglado el cabello de Jasper y se dirigió hacia su habitación con pasos pesados mientras Edward se apresuraba a meterse en la cocina, llenar un vaso de agua y sacar un pequeño frasquito del cajón de los cubiertos.
Para cuando llegó a la habitación de Brent la puerta no estaba cerrada, si no entreabierta en una forzosa invitación. Brent todavía estaba guardando el gel y el peine en su lugar para cuando el llego y se sentó en la cama.
"Todavía no sé porque las tienes tú" dijo Brent, arrebatándole el frasquito de las manos a Edward.
"Están más seguros conmigo" Edward concluyó, como si la razón fuera obvia. "Yo no las perdería escondiéndolas por ahí"
"Bueno no me gusta que estén en la cocina. Emmett podría creer que son condimentos y ponérselas al cereal o cualquier cosa"
"Tengo que recordarte que en cosas como estas no podemos echarle la culpa Emmett, lo único que haría sería mostrarte sus calificaciones en bioquímica y alardear todo el día. Además se que tienes un segundo frasco en algún lugar por aquí en caso de emergencia."
Brent hizo un sonido de disgusto y Edward le ofreció el vaso de agua que aún conservaba en su mano, viéndolo resoplar como un niño de cuatro años al que le das jarabe para la tos. Por fin se rindió y acepto el vaso, sacó dos pastillas del frasco y se las hecho rápidamente a la boca seguido por un largo trago del líquido transparente.
"Listo ¿feliz?"
"Algo así" Edward se encogió de hombros. No era acerca de la felicidad, sino más bien sobre el sentido del deber. Había investigado lo suficiente para saber que la mejor forma para estar seguros que los estabilizadores de ánimo tuvieran el efecto que se supone que tendrán era tomarlos todos los días, exactamente a la misma hora. También era de ayuda no comer ni beber nada demasiado fuerte, o pasar por disgustos innecesarios. Él era (o iba a ser en algún momento) un médico, era su trabajo asegurarse de que las personas estuvieran bien, y Brent era una parte muy importante de su vida que no iba a descuidar.
Sin embargo, después de un par de minutos, a pesar de todo su trabajo en esta cosa, pudo entrever la humedad comenzando a llenar los las pupilas de Brent, sus ojos de un perfecto color chocolate tornándose más brillante con cada segundo. Brent se llevó ambas manos a la nariz y apretó ahí cerrando los ojos con fuerza, cuando los abrió eran incluso más brillantes y se negaban a mirar hacía Edward.
"Bien, ya hiciste lo que tenías que hacer, ahora puedes irte" él dijo, todavía sin mirarlo y sacando una mano para empujarlo a la salida. Edward se deshizo de la mano tan pronto como empezó a empujar y se levantó de su lugar en la cama para llegar más cerca de Brent.
"Oye, hey" murmuró cuando Brent siguió tratando de empujar y uso ambas manos para levantar la mandíbula de Brent para que lo mirara. "¿Estás bien?"
Brent se apartó del contacto. "Me voy un poco inestable después de tomar mis medicinas. Se va después de unos minutos. Estoy bien." Más lágrimas escaparon de los ojos de Brent en sus palabras, pero esta vez no eran lágrimas emocionales que las pastillas le obligaban a dejar ir, sino lágrimas de frustración y vergüenza.
Edward pensó el los últimos días, como desde que había tomado en sus manos la tarea de darle a Brent los medicamentos a la hora exacta él siempre actuaba enojado y luego después de tomar la pastilla y un comentario mordaz se iba y no salía de su habitación en la siguiente media hora. Hoy era la primera vez que se había quedado, o que Brent no se había ido, después de tomar la medicina.
Este no era el Brent Swan que se reía de sus bromas aunque sabía que podían llegar a ser infantiles o él que le daba una palmadita en el brazo cuando estaba siendo inapropiado, pensó mientras veía a Brent sentándose en la cama dejando brotar las lágrimas de sus ojos poco a poco, no, este era el Brent Swan que había conocido hace un poco más de un par de semanas atrás, siempre hostil o triste o enojado y tan, tan desgarradoramente hermoso.
Pero ese era un pensamiento que tendría que descifrar a sí mismo, seguramente a las dos o tres de la mañana.
"Tranquilo, seguro que con un poco de chocolate te sentirás mejor. Nada te hace tan feliz como el chocolate ¿he?" Bromeó mientras se sentaba al lado de Brent, pero él no se rio como seguía sorbiendo su nariz. Edward cambió su expresión a una mucho más seria ahora. "Así que, ¿es por esto que siempre estás enojado cuando quiero darte las pastillas? ¿no quieres que te vea llorar?" preguntó Edward tranquilamente y Brent se rasco el brazo con nerviosismo, dejando un poco húmedo con sus lágrimas.
"Sé que probablemente me has visto llorar tanto las últimas semanas que no hay nada nuevo que ver pero… no me gusta, me hace sentir débil"
Edward no pudo evitar soltar una risa entrecortada, pero la detuvo tan rápido como pudo, sin querer parecer como que se estaba burlando de él, pero la idea de Brent siendo débil era tan ridícula, incluso aunque él mismo lo había pensado tantas veces. "Tú eres todo, sino débil. Cualquiera que afronte las cosas que tú y siga luchando lo es. Eres la persona más fuerte que conozco, Brent." Edward dijo, toda la sinceridad que era posible demostrar enfocadas en esa frase. "Y si por cualquier razón pensabas que un par de lágrimas me asustarían estás muy equivocado, tú rebotando en las paredes, eso me asustaría" Brent se rio ligeramente cuando más lágrimas cayeron y se las limpio con una mano temblorosa.
Inconscientemente Edward agarró esa mano y la envolvió entre las suyas hasta que el temblor cedió un poco. "Pero eres muy obstinado ¿verdad?" otra ligera risa y lo único que Edward quería era desterrar esas lágrimas fuera de su rostro.
"¿Por qué no me dijiste lo de tus padres?" preguntó cuándo el temblor por fin desapareció por completo.
"No lo sé" Brent confeso. "Yo… mis padres y yo no teníamos una relación perfecta, pero yo realmente los quería mucho. Era bueno pretender que seguían vivos, solo un poco" él estaba mirando sus rodillas y Edward apretó su mano entre las suyas. Él no le pidió que siguiera pero Brent lo hizo de todos modos.
"Cuando yo- Estuve con mi madre casi toda mi infancia. Era muy difícil porque ella era tan feliz, todo el tiempo, siempre de aquí para allá haciendo esto y haciendo aquello y ella… ella era así, así que nunca podía diferenciar cuando…" Brent hizo una pausa. "cuando la tristeza se acercaba"
Él hizo una mueca ante el terminó, deseaba que tan solo fuera tristeza lo que aparecía en los ojos de Brent cuando eso sucedía, pero no, lo que ocurría era mucho, mucho peor que solo la tristeza.
"y estuve llorando por tanto tiempo, durante años llore porque no sabía lo que pasaba. Yo solía llevarle el desayuno y escribirle cartas cuando era pequeño para que se sintiera mejor, pero nunca lo hacía y con el tiempo yo me acostumbre a que fuera así como eran las cosas. Nadie me dijo lo que pasaba hasta que ella se volvió a casar. Un doctor vino y nos explicó que era una enfermedad y que… que podía ser hereditaria…"
"Está bien, no- No tienes que contarme nada si no quieres" Edward le aseguró a Brent quien lo miraba con enormes, ojos de cachorro triste. Nunca se había sentido tan entrometido en algo, ni siquiera cuando era el quien había insistido por información.
Pero Brent ignoró la salida que Edward le dio y continuó.
"Primero no entendí porque el doctor me miraba de esa manera mientras lo decía, y cuando me obligaron a ir a vivir con mi padre y él lo explicó para mí, tampoco le tome mucha importancia" sollozó. "Tal vez fue porque me veía tan diferente a mi madre. Yo era demasiado serio y sin duda muy lejos de lo alegre que mi madre era, ni siquiera cuando estaba realmente feliz. No lo entendía porque justo antes de que viniera la tristeza y los gritos ella era tan, tan intensamente feliz…" Brent se calló por un momento, él ya no estaba llorando pero su cara no había cambiado en lo más mínimo.
Edward se acercó más a él. "Pero es bueno ¿no? ¿Sentirse tan feliz?" preguntó. "¿no lo compensa, ni siquiera un poco?"
Sintió un ligero apretón en su mano y lo reconoció como el gesto que Brent le estaba devolviendo, sus manos todavía se quedaron unidas, ninguno pensando en las implicaciones de eso. "Ahora comprendo que no se siente tan bien como se ve" murmuró en silencio y se apoyó en el toque de Edward, su cabeza apenas tocando su hombro. "Cuando estoy así a veces estoy como ¡Oh Dios mio esto es genial! Pero al mismo tiempo es increíblemente frustrante porque físicamente no puedo mantener mis pensamientos y ellos empiezan a ir más rápido y más rápido y solo puedo oír ruidos en mi cabeza y es tan alto y no entiendo casi nada de lo que ocurre porque es solo ruido. Y no puedo captar las asociaciones así que solo voy de un tema a otro y me es imposible sostener un tema por mucho tiempo y siento que soy tan rápido y el resto del mundo se está convirtiendo en demasiado lento y me siento impulsivo y quiero hacer tantas cosas estúpidas que pueden llegar a ser peligrosas y me siento como ¡Quiero saltar de un avión! ¡Voy a gastar todo mi dinero en un avión para poder saltar de él y decir que salte de MI avión no importa que me endeude por el resto de mi vida! y sé que son malas ideas pero quiero hacerlas tanto así que me pongo tan enojado y soy un idiota por ninguna razón y luego todo comienza de nuevo" terminó, ahora descansando completamente contra el cuello de Edward y tapando sus ojos con las manos. "Oh Dios, no sabes cuánto quisiera apagar mis sentimientos y borrar todos mis recuerdos solo para poder dormir una noche en paz"
"Shh, tranquilo" Edward le dijo suavemente, su mejilla frotándose contra el cabello de Brent. "¿Duerme ahora?"
"No puedo"
"¿Por qué?"
"Me da miedo volver a las pesadillas" Brent dijo sin pensar, pero a pesar de sus palabras empezó a caer hacía abajo en la cama con Edward a su costado. Él no pregunto sobre las pesadillas solo lo sostuvo por un tiempo, alentándolo a dejarse ir y entregarse al sueño. "¿No te iras?"
"Te prometo que no" y él le creyó, dejándose arrastrar hasta que su cabeza estaba descansando contra la almohada y Edward a su lado los sostenía por la cadera para que pudiera sentirlo ahí. Junto a él.
Varios minutos pasaron y aunque Edward podía ver los ojos todavía abiertos de Brent había algo más que robaba su atención de esos ojos chocolates. Eran los llenos, carnosos, rosados y perfectos labios, brillando con la humedad de la última lágrima que había derramado.
Así, de esa manera, en ese preciso instante, Edward no pudo evitar preguntarse cómo sabrían los labios de los chicos.
…
Jacob se golpeó ambas palmas de las manos fuertemente contra su cara. Y otra vez. Talló para aliviar el dolor cuando se dio cuenta de que había sido demasiado fuerte esta vez pero tan rápido como vio la mueca de su amiga no se detuvo ni un momento para hacerlo de nuevo.
"¿Cómo? ¡CÓMO?!" Él gritó, completamente inconsciente de como el tono mando un escalofrío incomodo por el cuerpo de Bella como ella se paraba ofendida de su lugar en el sofá, botando al gato que recientemente descansaba en su regazo al piso.
"Deja de mirarme así ¡No es tan fácil!" se quejó, cruzando sus brazos en su pecho. Jacob la miro contrariado y se llevó las manos a su pelo para tirar de él con frustración. "No veo como golpearte a ti mismo solucionará esto"
"¿Qué tan difícil puede ser? No es como si te fueras de la cuidad… todavía, de cualquier manera" añadió pensándoselo mejor y Bella dejo caer los brazos, un poco abatida, y los metió dentro de la enorme sudadera que llevaba puesta. "Hace una semana que deberías haberles dicho"
"Lo sé, yo… no he encontrado el momento"
"Cualquier momento es bueno para decir "Oh, solo olvide mencionar, ¡Me mudo! ¿No es genial? Ahora pásame la sal por favor" Jacob exclamó imitando la voz de Bella, muy mal por cierto.
No es que ella no supiera como hacerlo… es decir, no era tan difícil de decir era cierto, pero lo que sería realmente difícil era de verdad hacerlo. Tenía meses estancada en ese pequeño departamento con otros tres hombres y a diferencia de lo que había pensado en un principio, no era tan complicado.
Excepto que totalmente lo era.
"Bella…" Jacob llamó su atención y cuando ella levantó los ojos no vio nada más que sinceridad y preocupación en el rostro de su amigo. "No puedo cuidarte, y mucho menos protegerte de nada si tienes que estar ahí todo el tiempo. Ni siquiera de ti misma" Bella frunció el ceño, ella no necesitaba protección. Está bien, que tiene algunos problemas, más de los que quisiera sí, pero había estado lidiando con ellos desde hace mucho tiempo sin ayuda de nadie.
El problema es que últimamente se siente como si estuviera siendo dividida en dos personas, y no está segura de cómo debería manejar todo lo que sigue llegando cada día.
Pero esta era Bella Swan hablando. La Bella Swan que había visto con sus propios ojos como sus padres eran asesinados justo en frente de ella, la Bella Swan que de alguna manera había logrado escapar antes de sufrir el mismo destino, no una sino varias veces, la Bella Swan que se había protegido y cuidado a sí misma por más de dos años ahora, la Bella Swan que estaba dispuesta a cualquier cosa, a mentir, herir, y muchas, muchas cosas más, con tal de conservarse a sí misma.
Pero nadie le pregunta a Brent Swan que es lo que quiere. Brent quien es solo un niño asustado luchando por vivir una vida normal. Brent quien trata de vivir con sus amigos quienes ni siquiera imaginan los problemas que pasan por su cabeza. Brent, quien le gusta bromear con los chicos y poder sonreír sin pesar y olvidarse de sus malditas pastillas. Brent quien también gusta de otros niños. Brent quien a veces disfruta quedándose dormido en los brazos de su amigo. Brent, que sabe que está cayendo lentamente por alguien que no se le permite tener. Brent, quien no quiere dejar de ir todo eso.
Pero Brent apenas y existe.
Las manos de Jacob apretando sus hombros la sacan de su trace.
"Escucha, si te mudas conmigo no significa que no podrás verlos nunca más" dice el chico más alto, pero a decir verdad no suena muy convencido. Bella sabe que se supone debería hacerla sentir mejor pero funciona exactamente al contrario, porque no hay forma en que se dejaría a sí misma seguir arriesgándose si no fuera completamente necesario. "Yo no te quiero alejar de ellos porque sé que después de todo el tiempo que han pasado juntos también son tus amigos, pero pueden pasar un tiempo más corto aquí o en donde sea, es demasiado arriesgado que vivas con ellos"
Ella sabe que es verdad, lo sabe mejor que nadie y sin embargo no puede evitar alegar.
"Lo he estado haciendo por siete meses, nada ha pasado hasta ahora" se defiende. Ha puesto demasiado empeño en hacer esto bien y lo ha logrado, no va a dejar que su mérito sea menos.
Jacob se ve a un paso de tratar de estrangularla por la impotencia. "Bien, es cierto. Pero debes saber tan bien como yo que una relación más allá de platónica no es lo ideal para tus… circunstancias" Jacob dice, el tono insinúate en cada palabra que salía de su boca.
"¿De qué estás hablando?"
Jake se ve ofendido ante la pregunta. "¿De qué parece que estoy hablando? De tu precioso Cullen, ese idiota me tiene harto con todas sus miradas matadoras "aléjate de él. Es mío" En serio, me pone nervioso"
Bella duda por un largo momento, repitiendo las palabras de Jacob en su cabeza una y otra vez y tratando de no perderse en su significado. Finalmente con la voz más controlada que puede encontrar dice "Edward ni siquiera es gay"
Jacob sonríe en respuesta, casi cómicamente. "Tienes que estar bromeado, ese tipo es más gay que… que tú" bufa.
"Tengo que recordarte que realmente no soy gay ¿verdad?"
"Como sea, te gustan los hombres ¿no es cierto?"
"Bueno… Sí"
"Fantástico! A él igual!" el moreno exclamó con una muy grande, muy falsa, sonrisa exagerada.
Bella resopló. No tenía mucho caso ponerse a discutir con Jacob en ese momento. Él podía pensar lo que quisiera, pero sus palabras debían influir en la manera en que ella veía las cosas. Edward nunca podría ser más que un amigo, y si quiera dejarse llevar por el pensamiento estaba completamente mal.
"Mppm, quita esa cara, tigre. Parece que te acabara de discutir lo que hay entre tus piernas"
"¡Jacob!"
"Está bien, ¿Quieres pelear? Peleemos" Jacob dijo poniendo ambos puños frente a su cara y haciendo una mueca ridícula.
"No te pongas difícil ahora, lo que menos necesito es pelear contigo"
"Bien tu cara me dice todo lo contrario"
Okay, de acuerdo, todo lo que quería en ese segundo era poner las manos alrededor del cuello de su amigo, pero también era cierto que no podía darse el lujo de más problemas. Para su alivio Jacob dejo caer sus manos a su costado y se sentó en el sillón detrás de él con un suspiro dramático. "De acuerdo, hey, sé que estoy siendo desconsiderado ¿Quieres hablar de ello?"
"¿De tu desconsideración?" se aventuró.
"No, tonta. De tu-" Bella le dio una mirada de advertencia. "De Cullen"
"Primero que nada, Edward no es mío" Jacob le dio una mirada cansada. "Y además… no quiero hablar de ello. Tengo suficiente con mis propios pensamientos para torturarme, no es que necesite que también lo hagas tú"
"Vamos. Háblame sucio"
"Estás siendo insensible de nuevo"
"Perdona. Es un hábito" Jake se encogió de hombros. Bella no pudo evitar sonreír. "Sólo prométeme que se los dirás. De verdad no me importa que tu querido Eddie se enoje, pero por favor aleja todo lo puntiagudo de la chica ninfa y puedo manejar a la rubia"
"¿Asustado de un par de chicas, lobo feroz?"
"Ni hablar. Pero usando el término correcto podría estar ligeramente intimidado, si es lo que quieres decir"
"Como digas, sí, supongo que lo prometo"
"Genial" Jake se recostó por completo en el sillón y puso una mueca contemplativa en su rostro. "Oye dime, esa cosa-ligante o lo que sea, ¿no te duele?"
Bella se rio un poco. "Sólo a veces, ¿por qué?"
"Nada, sólo curiosidad. Olvídalo"
…
Edward repasaba las palabras frente a sus ojos una y otra vez, tratando de darle algún sentido en su cabeza. El libro entre sus manos no era la gran cosa, apenas 150 páginas de una pequeña colección dedicada a cada aspecto de los órganos más importantes del cuerpo, pero la sección de los pulmones había perdido cualquier significado media hora atrás, cuando sus ojos y su cerebro se habían negado a seguir con su trabajo.
La biblioteca no era tan tranquila a estas horas; varios estudiantes buscando enardecidos por la información para completar sus tareas y niños peleándose entre sí en la sección de cuentos. La bibliotecaria había cesado cualquier intento por hacer silencio pero Edward todavía podía ver su molestia por el rabillo del ojo.
Trató de volver a su lectura fallando no más de tres minutos después. Despegó sus ojos del papel gastado y los levanto ligeramente para ver a Brent completamente sumido en su lectura, sus facciones tranquilas y sus pupilas moviéndose de lado a lado en cada línea que avanzaba.
Un ayudante de la biblioteca empujó un carrito junto a ellos, ruedas chirriando y los libros vibrando con el movimiento, un libro cayo del montón y pego con las ruedas todavía en movimiento causando que el muchacho se tropezara con él y dejara caer unos cuantos más.
Brent ni siquiera parpadeó.
Un pequeño "pmff" sale sin permiso de los labios de Edward. Brent está leyendo Orgullo y Prejuicio, de nuevo, le es un poco difícil creer que está seriamente tan concentrado en un libro que ha leído por lo menos cuatro veces cuando él no puede ni leer un párrafo de un libro del cual tiene un examen pronto. Hace un sonido grueso con la garganta para llamar la atención de Brent y cuando parece no servir de nada lo repite, una, dos, tres veces hasta que Brent finalmente cumple con sus ojos.
"Edward" dice con la voz cortada. "¿necesitas algo?"
Edward se muerde la lengua, porque francamente, no tenía muy claro que decir.
"¿Has hablado con Brook?"
Brent solo se le queda mirando, los ojos inquebrantables y ni siquiera realmente mirándolo, y sin embargo, Edward se siente casi desnudo frente a ellos. Es como si pudieran ver a través de él. Aprieta su mandíbula y se niega a inquietarse bajo los ojos marrones que lo examinan, finalmente Brent da una leve inclinación de cabeza.
"¿No te parece que no es el momento para hablar de eso?" él levanta una ceja en el cuestionamiento y sus ojos se van de nuevo al libro, seguir leyendo.
Edward se encoge en su lugar. Brook y él habían dejado cualquier comunicación entre ellos aparte desde esa penosa discusión el otro día en el parque. Ella no había hecho ningún esfuerzo por cambiar eso en todo el tiempo que había pasado desde entonces y Edward no iba a someterse y pedirle perdón por algo que se merecía, de cualquier modo, eso no significaba que le había dejado de importar.
Edward mira a la ventana de la biblioteca, observa las platas y pequeñas flores esparcidas en el jardín de frente, luego desvía los ojos al muchacho que todavía está tratando de organizar la pila de libros tirada en el piso y regresa su atención a su libro. Trata de concentrarse tanto como puede pero se rinde un par de minutos después, bajando el material a la mesa de madera de nuevo.
"¿Acaso Alice te ha contado algo acerca de una fiesta sorpresa para su padre? Porque sí es así creo que no estoy invitado"
Brent niega con la cabeza suavemente, una sonrisa dulce en sus labios.
"Ella y Rose se han visto sospechosas, no han estado en el departamento por más de una hora en dos días"
"¿Alguna vez paras de hablar?" Brent soltó una risita silenciosa.
Hizo una mueca con una esquina de su labio inferior pero se calló. Está bien, entendió el mensaje. Nada de ruidos. Y al parecer, la bibliotecaria tenía una idea parecida, ya que en ese momento retomó sus intentos por mantener el lugar en el más lúgubre silencio. Edward miro su reloj con impaciencia, luego a su libro, luego a la bibliotecaria y por ultimo a Brent quien también lo estaba mirando ahora con la diversión escrita por todo su rostro.
El pelinegro se levantó sin decir una palabra y comenzó a guardar sus cosas en la pequeña mochila que cargaba en la espalda. Edward quería alegar que según su reloj todavía faltaban 30 minutos de su sesión de estudios pero se dio cuenta de que sería la cosa más tonta que hacer cuando se estaba muriendo por salir de ahí lo más pronto posible.
Rápidamente siguió los movimientos de Brent para guardar todo y entregó los libros al ayudante de biblioteca antes de salir por las enormes puertas del lugar.
…
Tan pronto como estuvieron fuera Brent soltó un suspiro de alivio exagerado.
"Se ha acabado al tortura ¿ah?" dijo cómicamente y Edward podía sentir el rubor extendiéndose desde debajo de su cuello.
"No es así, sabes que me gusta venir a la biblioteca pero…"
"¿Te parece aburrido…?"
"Bueno, yo…"
"¿Crees que soy aburrido?"
"¿Qué-¡No!"
Brent miro al piso "Está bien sí crees que lo soy, yo también lo creo…"
"No creo que seas aburrido" Edward le aseguró. "Es sólo que hoy no estaba de humor para anatomía, la anatomía es aburrida, no tú"
"Valla, gracias" Brent le envió una sonrisa. Edward se retuerce en su lugar, no era así como quería que sonara. "Y por cierto, sí, he estado hablando con Brook desde que… ya sabes. Bastante en realidad. Creo que por fin se está haciendo a la idea, al menos ha dejado de insistir…"
Edward asiente, se alegra por ella, ya era hora de que dejara eso atrás. Tal vez la llamaría en la mañana; alguien tenía que dar el primer paso, pero que ni soñara que se disculparía.
Él no se da cuenta cuando es que Brent empieza a arrugar la nariz adorablemente y todo su cuerpo se torna de repente mucho más tenso. "Edward…" dice descuidadamente "Tengo… yo, hay algo que no te he dicho. Lo he estado aplazando pero, creo que es mejor que lo haga de una vez"
El pecho de Edward se sobresalta sin ninguna explicación y él desea que tan solo todavía tuviera uso de la liga de silicona en su muñeca, sólo para tener algo con lo cual distraerse del efecto que causa en él. "Uh-hu" murmura en silencio, esperando porque Brent continúe. Por cuanto tiempo tarda, él intuye que no puede ser nada bueno.
Después de un momento, Brent suelta todo el aire contenido en su pecho y dice en un hilo rápido. "Me voy a mudar con Jake"
"¿Disculpa?" Edward obviamente oye mal, y deja de caminar para mirar fijamente a Brent antes de seguir.
Brent suspira y asiente. "La próxima semana"
"Estas bromeando" no es una pregunta y en ese momento Brent solo quiere que la tierra se habrá y se lo trague. Cuando sigue sin decir nada, los ojos de Edward se abren como pozos "¿Qué? No ¿De donde sacaste esa tontería? Claro que no te estas mudando"
"Edward no me lo hagas mas difícil" Brent le dice, sin ver otra cosa que sus pies moviéndose hacia delante en el asfalto. "Con todo lo que paso ahora solo me siento como una carga, y no me gusta que tengas que estar al pendiente de mi para tomarme las estúpidas pastillas y-"
"Lo hago porque quiero, no porque tenga que" Edward espetó.
"Ya sé, pero- hey, Jake puede ayudarme con todas esas cosas, nos conocemos y nos tenemos mucha confianza y tu tienes que concentrarte en tu trabajo y la universidad"
Edward resopló, un habito que había empezado a tomar de su amigo aquí presente. "Entonces no me tienes confianza"
"No se trata de eso ¿si?" Brent sacudió la cabeza, cansado. "No significa que no nos vallamos a ver nunca más, los visitare y ustedes me pueden visitar a mi cuando quiera, Emmett y Jas ya tienen empleo y pueden muy bien con la renta y yo-"
"Ya no quieres vivir con nosotros" Edward concluyó con un tono resentido.
"¿Quieres dejar de hacer eso? ¡No!" Brent gritó, empezando a volverse loco con el rumbo que estaba tomando la conversación. "Cielos, ¿esta si quiera escuchándome?" Edward frunció el ceño. Brent realmente se veía irritado. "Los quiero chicos, pero a veces no me siento cómodo con ciertas cosas, podrías- ¿puedes entenderme, por favor?"
Lo que Edward más quería era hacer una rabieta digna de un niño de dos años y gritar que no, y patalear y hacer una escénica vergonzosa hasta que se le diera gusto. En cambio, bajo la cabeza y asintió por debajo de la mirada de Brent.
No volvieron a hablar en todo el camino de regreso al departamento, y una vez que llegaron en vez de quedarse juntos a ver televisión o jugar algo como normalmente lo hacían cada uno caminó hasta su habitación y ahí, por lo menos Edward, no salió por el resto del día.
…
Cuando Edward abre los ojos lo primero que ve es el azul de un cielo despejado y sus oídos son inundados por el sonido del agua en movimiento; el olor de la sal está por todas partes y el bote que lo retiene de caer en la profundidad del mar esta hecho de una fina madera delgada que huele como el cielo. Cerrando los ojos, se deja caer en el abismo de la perdido en sus pensamientos hasta que siente la perdida del contacto cálido contra la piel de su mejilla. Con los ojos aun cerrados alcanza su rostro para palpar la carne caliente y escucha una suave risita musical antes de sentir un par de labios finos entre los suyos.
Por loco que parezca, en ese momento lo que menos es capaz de sentir es miedo; sorpresa, serenidad, esperanza, felicidad, deseo; sí, pero no miedo.
Sus ojos se topan con dos iris marrones que reflejan su rostro. Los labios entre los suyos apenas se mueven y Edward tiene la sensación de que están formando palabras que no le es posible entender.
No puede evitar la sensación de Déjà vu de haber estado aquí antes, no hace mucho, pero él no lo recuerda, es como si la memoria estuviera guardada bajo llave.
El calor se aleja de él nuevamente y Edward se apoya en sus codos para seguir el calor. El bote se tambalea con el movimiento y él siente un peso que lo empuja de nuevo hacía abajo. El cielo se está cerrando detrás de nueves grises y cada vez es más frío a su alrededor.
El calor baja por su pecho en forma de dedos y siente un jadeo formarse en su garganta. Los ojos marrones no dejan los suyos por un segundo y él quiere llegar de nuevo a donde estaba hace un momento, pero el calor no hace más que alejarse conforme pasan los segundos.
Pronto se da cuenta que esta temblando, el aire y el mal tiempo moviendo el bote de lado a lado cada vez con más fuerza. El cuerpo caliente se eleva fuera de su alcance y él se aferra a la mano que sigue tocando su cuerpo. Ahora él puede recordar, y sabe como termina esto; él, ahogándose tratando de perseguir los ojos marrones. Así que esta vez cuando los labios y los ojos marrones bajan a darle un beso de despedida, él está decidido a no aferrarse. Él abre sus manos para dejarlos ir, pero al mirar abajo se da cuenta de que nada ha cambiado, sus manos siguen apretadas en puños alrededor de calor. Él intenta, una, otra, y otra vez. Nada cambia.
El bote se vuelca. Y él se humde en el mar.
Él no tendría que preocuparse por este sueño, la última vez no había sido necesario, y no hay nada realmente diferente sobre este que pueda hacer alguna diferencia.
Salvo que este es un sueño que recordará.
…
No es mucho mejor cuando Brent le dice a los chicos sobre su decisión.
Es una mañana cálida y soleada, muy diferente a las que a habido últimamente, y Edward sospecha que Brent trata de aprovechar el buen humor que viene con el clima para hacer un mejor ambiente cuando la noticia venga. No funciona.
Él se había subido al sofá, pies descalzos saltando arriba abajo para captar su atención. Trata de hacerlo sonar como si fuera lo mejor, como si irse a vivir con Jacob les beneficiaría a todos. Por supuesto Alice no es de las que se deja influenciar por palabras bien calculadas y tonos amables, y le dice, o mejor dicho le grita un buen pedazo de su mente a Brent de lo que piensa de su decisión.
Rosalie, todo lo contrario, trata de verse comprensiva pero todos pueden ver que la decisión no le gusta mucho mas que al resto de ellos. Jasper pretende verse indiferente pero Edward nota el ceño fruncido, y Emmett, bueno él casi se pone a derramar lagrimas de cocodrilo. Puede sentir a Brent incomodo con las reacciones de todos pero seguramente sabía que esto venia y no estaba sorprendido.
Edward no dice mucho, o más bien nada. Ya ha dicho todo lo que tenía antes y no tiene sentido insistir más. Todos lo miran como si estuviera loco. Sabe que hay algo que se esta perdiendo en todo esto, pero realmente no le importa en ese momento. Alice le pide que hable con Brent para tratar de convencerlo pero él sabe que no tendrá un resultado diferente al de su discusión anterior.
¿Así que cual era el sentido?
El hecho es, Brent quiere irse porque se siente como una carga, ¿o por Jacob?
Porque si es porque se siente una carga esta siendo muy estúpido. A Edward le encanta cuidar de él. Le encanta esforzarse y hacer planes tontos para que siempre recuerde tomar sus pastillas a tiempo, le encanta levantarse todas las mañanas, sincronizar su reloj de mano con la televisión así puede ser lo más exacto posible a la hora de molestarlo y aun después de luchar y rodar los ojos aun tome todo lo que necesita, le le encanta llevarlo a la biblioteca o a comer pastel o helados, le encanta jugar con él videojuegos de deportes en los que no tiene ninguna oportunidad, y que luego de varias derrotas Brent le deje ganar así no sentirá tan mal, le encanta burlarse y hacer bromas de mal gusto así pueda conseguirlo a ser tan infantil como se siente, pero por sobre todo le encanta la manera en que pueden ser, solo ellos solos, cuando nadie los mira y pueden hablar o estar en silencio y todavía estar cómodos con el otro sin que sea forzado. Entonces sí, Brent es el mayor idiota en el mundo.
Pero si lo que desea es irse para estar con Jacob, no hay nada mas que pueda decir.
Esta bien, puede aceptarlo, siempre y cuando Brent y él sigan viéndose tan seguido como lo hacen ahora, a pesar de que eso es prácticamente imposible él sabe, pero lo superará.
Brent quiere mudarse el viernes, lo que hace casi una semana completa de distancia así que al menos puede tratar de aprovechar el tiempo que le queda. Esta empacando todo el cajas para no tener que llevárselo todo de una vez y no es agradable descubrir cuanta prisa tiene de que ese día llegue. Es extraño, ver las cosas de Brent lentamente ir desapareciendo de la casa, se vuelve… un vacío. Al igual que falta un libro en el sofá a la hora en que Emmett ve el fútbol americano, o algunos de sus discos al lado de las bocinas que solía utilizar cada mañana en el desayuno. Es como si partes de su personalidad fueran desapareciendo de la vida de Edward poco a poco y él odia eso.
El domingo Brent trata de formar algún tipo de tregua. Desde que les dio la notica nadie realmente habla con él, Alice esta tratando de utilizar la ley del hielo para hacerlo sentir culpable y Jasper como su novio y Emmett como una persona fácil de manipular se le unen. Edward solo esta tranquilo, no tiene muchas ganas de hablar y su plan de aprovechar el tiempo que le queda no esta resultando como esperaba si no es capaz de hablar con Brent mucho más que el resto. A excepción de Rosalie quien parece la única persona que no esta en guerra con Brent. Y él domingo el chico más bajo propone algo que, en su opinión, no podría ser una idea más horrible si tratara.
Al parecer hay una piscina en la casa de Jacob. Una piscina con agua, Emmett destaca. Y Edward nunca había detestado tanto el que sus amigos fueran tan influenciables por algo tan mundano como una piscina. Brent los invita a pasar un tiempo ahí el domingo, y les asegura que Jacob esta bien con eso. No que a Edward le importe, de todos modos.
Él no quiere ir.
Sin bromear, sin rabietas, sin ley del hielo, él simplemente no quiere ir.
Alice piensa que puede ser una buena oportunidad, conocer el lugar donde Brent estada viviendo así pueden ir a visitarlo. Pero están locos si piensan que podrán hacer con la casa de ese tipo lo que hicieron con el departamento al convertirlo en una clase de lugar de reunión, duda que Jacob alguna vez lo dejaría pasar, y claro que Brent no está tan loco para dejarlos. Pero ella insiste, y todo el mundo lo mira juzgándolo cuando niega la oferta. No quiere ir ¿por que no pueden entender eso? No quiere llegar conocer la casa de Jacob, no quiere llegar a conocer a Jacob.
Pero -desafortunadamente- esta ahí. Ojos desviados y mueca malhumorada, no sonriendo ni siendo hipócrita fingiendo que esta aquí por voluntad propia, sino en una silla fuera de la piscina, cargando con su cara deprimente y viendo a Emmett y Rosalie haciendo un gran lío en el agua mientras Jasper hace quiensabeque truco debajo y Alice se concentra en broncearse. Hay música del tipo que Edward detesta y Jacob se esfuerza tanto como él sabe que puede en ser amable y falsamente atento y sobre todo no decir nada que pueda molestar a la duendecillo. Debe estar advertido.
Varias veces Brent le invita a unirse a ellos, pero Edward lo rechaza una y otra vez. Alice pone sus manos en sus caderas y hace una mueca. Lo obligaron a estar aquí, no iba a lucir feliz por ello ahora.
Ha sido llamado amargado demasiadas veces en su vida, pero en realidad es la primera vez que se siente como uno.
Le molesta. Le molesta lo sonriente que están todos, ya sea perdidos en sus propias bromas, salpicando agua o bailando con la música. O, en el caso de Jacob, coqueteando descaradamente con Brent justo enfrente suyo. Edward solo desea pararse de su lugar y empujarlo al agua, rezando que se ahogara.
Y Jacob lo sabe. Edward esta seguro. Es la única explicación para la manera en que lo mira cada vez que lo atrapa viendo en su dirección, donde él y Brent beben y comen botanas riendo de un chiste privado el cual no puede oír. Cada vez que se acerca y dice algo al oído del chico, cada vez que pasa su brazo por sus hombros, cada vez que sonríe a él y cada vez que Brent le regala una risa en voz alta, Jacob mira hacía él, una sonrisa burlona y petulante en su rostro.
Casi no capta la mirada de compasión de Alice.
Lo está haciendo apropósito, de alguna forma lo sabe. Es como si quisiera restregárselo en la cara, hacer un punto.
Es mío ahora. Retrocede.
No es la primera vez que Edward quería golpearlo en la cara.
"Vamos tortolitos, dejen de cuchichear" Emmett bromeó pasando por donde Brent y Jacob estaban hablando y tratando de sonar astuto.
"Emmett…" Brent llamó con advertencia firme en su voz, no del todo contento con su inoportuna interrupción y desviando la vista después de un segundo al popote de su bebida.
Emmett parpadeó y lo miró. "No, oye está bien, entiendo que quieran su tiempo a solas y todo pero tendrán mucho de eso luego, no puedes ignorarnos ahora amigo" Jacob le sonrió extrañamente satisfecho al chico alegre.
"¿Pero por qué no empezar desde ahora?" Guiña un ojo cínicamente.
La mano de Edward estaba empezando a doler de lo fuerte que estaba agarrando en reposa brazos de su silla.
"Callate" Brent murmura empujando a Jacob en el hombro, sintiendo demasiado pesadas todas las miradas de los presentes sobre él. "Me estas avergonzando" se queja y Jacob se ríe, empujándolo de vuelta y casi haciéndole caer por el borde de la piscina pero inmediatamente trayéndolo de vuelta en un abrazo. Jacob sonríe más amplio, dandole esa mirada a Edward. Se está divirtiendo.
"No te preocupes, Rose me lo dice mucho" Emmett lo tranquiliza llegando más cerca y dejando entrever sus dientes en una sonrisa brillante. Rose y Jasper se ríen entre dientes.
"Y sepan que ahora que te conocemos mejor los apoyamos, no eres tan malo después de todo y podremos venir a a tu piscina así que, sí…" Emmett continuó, haciendo un gesto vago al moreno.
"Emmett, basta, no…" Brent se cortó a sí mismo, llevando sus manos a sus párpados y frotando ahí dejando salir un resoplido. "no es como estas pensando, más bien… no es como ninguno de ustedes están pensado"
Emmett se rie tan ligero como toda la vida y el resto de los chico quitan la mirada como si no reconocieran que se les estaba hablando a ellos. El único que mantiene una mirada firme y sin expresión es Edward.
"Claro, hey claro pero quiero que sepas que incluso si fuera así-"
"Sí, lo capto, me apoyarían, gracias" Brent lo interrumpió y Jacob retrocedió un poco. Edward sabía que Brent estaba perdiendo la paciencia.
Emmett, al parecer, no. "y se que no hablas mucho sobre- bueno sobre eso con nosotros pero-"
"Lo tengo, Emmett" él gruñó, sus ojos abriendo peligrosamente.
"Y cualquier chico que tú-"
"¡Emmett!"
Emmett se calla inmediatamente ante el grito enfurecido que Brent el tira.
"¡Basta!" Exclamó. Todos lo miran de nuevo ahora, sorprendidos, pero sobre todo en un completo estado de confusión. "¿Quieren solo… parar con todo esto?"
Brent se levanta de su lugar a la orilla de la piscina y sin decir nada más se aleja y entra a la casa.
"¡Hey¡ ¡Hey, yo- Lo siento!" Emmett trata de decir pero Brent ya se ha ido de su vista y el ambiente parecía haber muerto de un minuto a otro.
Jacob le palmea el hombro reconfortantemente. "No te preocupes, estará bien" Emmett hace un puchero pero asiente con la cabeza.
…
Brent no sale del cuarto de invitados hasta que son las seis y es hora de que vuelvan al departamento.
E incluso cuando llegan, después de casi media hora de incomodo silencio en el auto de Alice y otros tres minutos de apretado contacto en el ascensor, Brent corre directo a su habitación en cuanto la puerta se abre sin dirigirles si quiera una mirada.
Edward suspira ¿por qué todo tiene que ser así? ¿por qué todo tiene que ser tan complicado? ¿por qué no puede volver a hacer como era hace meses, cuando eran solo los seis de ellos y no había peleas ni malos entendidos?
No nota que sus pies empiezan a moverse por sí mismos hasta que siente la mano de Jasper agarrar su antebrazo para detenerlo. Edward gira para ver la expresión de disculpa en su cara mezclada con algo que no puede descifrar.
"No creo que sea buena idea ir" Jasper dice, manteniendo una voz baja que a decir verdad logra clamar a Edward un poco. De todos modos duda que podría contenerse si quisiera, al otro lado de la pared Brent está ahí, enojado con el mundo y a unos días de salir del departamento para siempre. Tiene que intentar algo.
Pasa demasiado tiempo, Jasper suelta su brazo y asiente, casi como si supiera lo que pasa por su cabeza.
Edward dio la vuelta hacia el pasillo, arrastrando los pies por el piso y escuchando los pasos de Jasper ir en otra dirección, se detuvo frente a la puerta de la habitación de Brent, indeciso de si debería tocar o no y recordando que la mayoría del tiempo él ponía el cerrojo de todos modos. Hizo un intento de girar la perilla lentamente, con extremo cuidado y la cerradura cedió. Bien, ya no había vuelta atrás. La puerta se abrió casi por si sola sin hacer el menor ruido, dio a Edward una perfecta visión de Brent sentado en una orilla de su cama, su mano limpiando una lagrima que caía por su mejilla.
Le hizo picor su pecho con angustia. Nunca había sido bueno con la gente que llora, y Brent llora tanto, no le gusta admitirlo pero es difícil saber que decir en estos casos, trata de disimularlo con bromas amables que duda que le ayudarían ahora, sobre todo si la causa de sus lagrimas no eran sus medicamentos, que según la hora, no lo eran.
"¿Te tomaste la pastilla?" pregunta en la mejor voz controlada que consigue hacer. Brent giró su cabeza hacía él, no parecía sorprendido de su presencia, lo que era comprensible, en los últimos tiempos él siempre parecía estar ahí en los malos momentos, que Brent no sabía si era una buena o una mala cosa.
"Si" él le mintió, pero Edward no dijo nada sobre ello; era mejor si Brent pensaba que le creía, pero él no era tonto, y Brent estaba al tanto más que nadie de cuan enterado estaba Edward de los horarios de sus medicamentos. No podían engañarse a ellos mismos.
Brent se sorbe la nariz y se talla las mejillas con las manos para quitar todo rastro de humedad de su cara. A pesar de que Edward todavía no es bueno con la gente que llora, le gustaría que Brent se sintiera a gusto para llorar con él, que no tuviera que sentir vergüenza por ello.
"¿Por qué te importa?" Edward cuestiona. Cierra la puerta del cuarto detrás de él y avanza hasta sentarse al lado de Brent, que mira a sus rodillas como si fueran la cosa mas interesante en el mundo. "ya sabes como es Emmett, solo está siendo él mismo"
"No me importa" el pelinegro asegura, sorbiendo su nariz de nuevo. Edward alza las cejas desafiante, esas lágrimas no eran por nada. "es que… no me gusta que la gente asuma cosas… sobre mi. Yo nunca admití que era gay… no realmente, no con ellos al menos"
"pero es cierto" Edward argumentó. Brent se quejó, tiro su cabeza hacia atrás y luego de nuevo todo al frente hasta que se estableció entre sus rodillas.
"¿porque tenias que ir con tu gran boca a arruinar todo?"
Edward se mantuvo en su lugar sin decir nada, a decir verdad no estaba seguro de su Brent estaba hablando con él, o consigo mismo. "no es su problema la manera en que vivo mi vida"
Edward suspiró. "no, no lo es" admitió. "pero ¿sabes? eso es parte de compartir tu vida con otras personas; se meten en cosas que no les importa"
Brent saca la cabeza de entre sus rodillas, mirando a Edward como si acabara de darle la clave del sentido del universo. Es un poco exagerado, él piensa, Brent se muerde el labio y saca todo el aire contenido en sus pulmones. "Tal vez tengas razón" reflexionó, entonces cerró los ojos por unos segundos y los abrió de golpe. "Sé que estoy volviéndome un idiota de pronto y yo… no quiero estar solo. A pesar de todo lo que diga cuando estoy enojado…. no quiero" niega con la cabeza. Edward pone una pequeña sonrisa ladeada en su rostro, esperando que le ayudara un poco a calamar.
"Brent, no estás solo" Edward levantó suavemente la cara de Brent con una mano, la otra arrastrándose por las sabanas hasta llegar a la de él y apretar sutilmente alrededor de ella. "Yo estoy aquí. Siempre. Y siempre lo estaré."
Un rubor carmesí se extendió desde debajo del cuello de Brent hasta sus orejas mientras una delicada sonrisa se formaba en sus labios. Labios, tan rosados, tan llenos; húmedos por las lagrimas recientes y agrietados solo un poco en los bordes pero tan tan tan tan estimulantes.
"¿por qué haces eso?" Brent preguntó con una sonrisa sincera. Edward hizo un gesto de que no sabia de que estaba hablando. Por un momento entró en pánico, ¿qué si le preguntaba porque lo estaba mirando así? Él realmente no tenía una respuesta para eso.
Brent sonrió de nuevo, mordiendo su labio más lleno. "Gastar tanto tiempo en animarme" dijo, y Edward nunca se había dado cuenta cuando habían llegado tan cerca. "gastar tanto tiempo en mi" rectificó.
Edward abrió la boca, como un tonto cerrándola de nuevo casi inmediatamente. El rostro de Brent era triste y encantador, tan pálido como la primera vez que lo había visto y sus ojos marrones tan intensos y bellos como en esa playa de Luisiana, brillantes con algún tipo de alegría pura, y los labios Dios, los labios.
"E-eso es lo que los amigos hacen" La voz de Edward era entrecortada. Inestable.
De repente era demasiado consciente de su mano pronunciado patrones sobre la mandíbula de Brent. Brent lo miro por entre sus pestañas, sus labios estaban entreabiertos ligeramente, lo suficiente para hacer el estómago de Edward retorcerse sin sentido. Su corazón estaba latiendo tan rápido.
"¿si?" Brent inquirió, un sonido apenas audible.
Tragó.
Y entonces estaba ahí, a dos centímetros de distancia, y no pudo soportar más. Se lanzó hacía adelante acabando con el poco espacio que quedaba entre ellos como sus labios chocaron con los de Brent. Jadea brevemente, las manos volar hasta descansar planos en los brazos del hombre frente a él y suspira en el toque mientras sus labios se mueven. Es… lento, y suave y completamente diferente a cualquier cosa que haya experimentado antes, no es forzado o incomodo o incluso se mueven en lo absoluto. Es solo sus labios apretados, cepillarse, cálido… el tacto suave y mojado de la parte inferior de su labio contra su barbilla.
Pasan menos de 5 segundos cuando se aleja.
Él no reacciona hasta que está lo suficientemente lejos para pensar con claridad.
…