Los niños en el tejado y las estrellas

Es una noche de verano, faltan un par de semanas para que las clases den inicio. Son las 8:00 pm, el cielo está despejado sobre la ciudad de Springfield por lo que es el momento perfecto para observar el tintineo de las estrellas y la Luna que se encuentra en cuarto creciente. Esta oportunidad de admirar el cielo nocturno no es desaprovechada por los hermanos Bart y Lisa quienes han estado holgazaneando sobre el techo de su casa desde hace aproximadamente hora.

Tras haber tenido una tarde llena de ocurrencias junto a su hermano, Lisa finalmente decidió recostarse un rato para relajarse. Su saxofón se encuentra a su izquierda, Lisa lo trajo consigo puesto que está acostumbrada a cargarlo y nunca sabe cuando llegara la inspiración para tocar. Bart no llevó ningún juguete al tejado porque sabia que hay muchos juguetes y diversos objetos dejados allí por los miembros de la familia, en cambio el chico trajo una linterna porque su hermana había insistido que no era seguro moverse en la oscuridad. Bart no es adepto a quedarse quieto, a menos de que se trate de ver televisión, pero él se resignó a recostarse al lado derecho de Lisa y después de unos dos minutos se encuentra relajado al igual que ella. Hay sillas puestas en el tejado para cuando los miembros de la familia suben allí, pero los niños no las usan en esta ocasión, se encuentran cómodos tal como están.

-Mira la Luna y las estrellas. El cielo luce muy bonito está noche, ¿no crees? -comenta Lisa sin apartar su mirada del firmamento.

-Supongo que sí -contesta Bart.

-Piénsalo, durante miles de años las personas han mirado al firmamento y se han preguntado que misterios oculta.

-Yo a veces me pregunto si existen personas en algún planeta distante. Quizás justo ahora alguno de ellos está mirando en nuestra dirección y preguntándose si estamos aquí.

-¿Cómo crees que lucirían?

-Muy diferentes a nosotros. Posiblemente ellos sean feos para nuestros estándares como nosotros para los suyos -el chico dio su opinión.

-Los extraterrestres en la película Avatar no eran feos, no puedo decir lo mismo de "E. T.: the Extra-Terrestial".

-Ahora que lo mencionas, el pobre de Milhouse le tiene pánico a E.T., el pobre chico sufre pesadillas cada vez que ve esa película, ja, ja, ja.

-Ja, ja -Lisa suelta una leve risa.

Los dos hermanos guardan silencio brevemente mientras siguen observando las estrellas, unos dos minutos después Lisa vuelve a hablar:

-No sé si lo sabías pero las estrellas que alcanzamos a ver son solamente una pequeña parte de las estrellas en nuestra galaxia... eso me hace darme cuenta que lo insignificante que somos nosotros y nuestro mundo en comparación -Lisa termina su comentario con un tono filosófico.

-¿Sabes que sería genial? Presenciar el momento en que el Sol estalle y destruya nuestro planeta -dice el chico con entusiasmo ante la idea de una lluvia de fuego envolviendo la Tierra. No le interesa detenerse a pensar en la reflexión anterior de su hermana.

-Bart, el Sol no va estallar nunca -la niña de ocho años corrige.

-¿Eh? Pensé que era así como mueren las estrellas. Esa cosa llamada supernova.

-No todas acaban de esa forma. Sólo estrellas que poseen una enorme cantidad de masa pueden convertirse en supernovas.

-Rayos, eso es decepcionante.

-Si te hace sentir mejor, el Sol se convertirá en una gigante roja. Su tamaño aumentará con el tiempo hasta abarcar todo el cielo, su color se tornará rojo. Mercurio, Venus y la Tierra terminarán por ser tragados por el enorme astro. Después de eso el Sol se volverá una enana blanca, su brillo será menor y su gravedad será muy débil para mantener junto lo que quede del Sistema Solar así que los escombros se dispersaran por el espacio -Lisa explica con evidente entusiasmo en su voz. Ella simplemente se deja llevar por un tema que la apasionada y no se detiene a pensar en si suena como una "nerd" o si está hablando lo suficientemente claro para que Bart la entienda. La mirada de Lisa está perdida en las estrellas.

-A veces olvido lo inteligente que eres. -El comentario del chico toma por sorpresa a su hermana menor.

"¿Eso fue un cumplido?", piensa la chica Simpson, "Claro que lo es, Lisa, ¿qué otra cosa podría ser?".

Lisa voltea para ver a su hermano, sus miradas se encuentran, él chico tiene una pequeña sonrisa en su rostro.

-Sólo digo que a veces impresionas a las personas... creo que eso es un poco cool.

El comentario de Bart hace que Lisa se sienta bien consigo misma, una sensación de bienestar inunda el interior de la chica. En cuanto ella siente un ligero ardor en sus mejillas voltea su rostro, Lisa espera que sea lo suficientemente oscuro para ocultar su rubor.

-Gracias.

-Como sea- responde el chico restando importancia al asunto y vuelve a mirar al cielo nocturno.

-Bart, ¿sabes cuál constelación es la Osa Menor? -pregunta Lisa.

-Claro, es la que tiene forma de sartén -responde Bart-. En los niños exploradores nos enseñan a reconocerla porque su estrella más brillante es la estrella polar la cual sirve para localizar el norte -el chico concluye mientras apunta con el dedo indice de su mano derecha hacia la estrella Polaris.

-Tienes razón. Además la Osa Menor sólo es visible desde el hemisferio norte -comenta la chica.

-¿Entonces la gente en "Rand McNally" no puede verla? -pregunta Bart poniendo énfasis en el nombre Rand McNally. Lisa se encuentra confundida al no reconocer tal nombre y voltea para ver a su hermano.

-¿Qué? Yo nunca he escuchado de un lugar llamado... -ella se detiene al darse cuenta de lo que Bart está hablando. Ahora Lisa recuerda cuando Bart confundió el emblema del fabricante en un globo terráqueo como la representación de un país. La niña Simpson no lo había corregido en esa ocasión, de hecho ella inventó una mentira sobre los habitantes siendo devorados por hamburguesas.

-Oh, lo sabes, ¿no? -dice ella. Su tono denota que está algo avergonzada.

-Me di cuenta que me mentiste ese mismo día al hablar con la operadora, resulta que no existe ningún país con ese nombre -responde el chico.

-Perdón, quería saber cuánto tardabas en descubrirlo y termine por olvidarme del asunto.

-Ja, ja. En realidad fue un poco divertido.

-Sí. Todavía no entiendo cómo pudiste creer que existía un lugar donde las hamburguesas se comían a la gente, ja, ja.

-Supuse que eran hamburguesas monstruo creadas por algún experimento que había salido mal -dice Bart encogiéndose de hombros.

-¿Niños están en el tejado? -Marge pregunta asomando su cabeza por la ventana en la habitación de Lisa.

-Sí, mamá, aquí estamos -responde Lisa.

-Ustedes saben que no me gusta que suban al tejado de noche. Bajen, la cena está servida -ordena la mujer de cabello azul.

-Bueno, es hora de bajar -menciona Bart.

-Vamos a subir aquí mañana -Lisa sugiere-. Sería genial tocar mi saxofón bajo las estrellas.

-Aburrido. Si quieres jugar a "la saxofonista en el tejado", no cuentes conmigo -declara Bart a la vez que hace burla de una película que la familia había tenido que ver debido a la insistencia de Lisa, película titulada "El violinista en el tejado" la cual el niño de diez años había encontrado tediosa.

-Como quieras. ¿Y qué te parece si traemos tu telescopio hasta aquí? Puedo enseñarte el nombre de las constelaciones.

-Ay Caramba, eso suena todavía más aburrido que escucharte tocar el saxofón.

-Yo agradecería si aparentaras interés en mis cosas de vez en cuando, ¿sabes? -Lisa se queja.

-Créeme que lo hago con frecuencia.

Los dos niños entran a la casa a cenar en familia. Segundos después de su partida, una lluvia de meteoritos adorna el cielo esa noche de verano.