Pues este es el capitulo final! Recuerden que nada nos pertenece pero fue un placer adaptarlo, los personajes son de S. M. y la historia de N. R.
Jasper siguió corriendo hasta que sintió que el corazón se le salía del pecho. Lo impulsaba el pánico de llegar demasiado tarde. Alice estaba en algún sitio del vasto y sinuoso laberinto del bosque.
Se detuvo, se apoyó contra un abeto y permaneció inmóvil. ¿Era un murmullo de voces lo que oía, o solo la lluvia?
Esta vez, cuando ella gritó, él estaba cerca.
EMMETT apartó a Alice de un empujón y, con las escasas fuerzas que le quedaban, se abalanzó contra Edward. Cuando el cuchillo volvió a herirlo, no sintió más que desesperación al tambaleares y caer. Alice intentó sostenerlo.
Todo fue muy rápido: su padre que se le escapaba entre las manos, unos pasos que corrían sobre la tierra empapada. Y la punzada de un cuchillo contra su garganta.
-Suéltela -Jasper sostenía el revolver con las dos manos, como un policía típico.
-Suelta el arma. La matare. Sabes que lo haré
-¿Y perder su escudo? No lo creo -Jasper miro la sorpresa en los ojos de Alice, el hilillo de sangre que le corría por la garganta.
-¡Suelta el arma de inmediato! -Edward levanto bruscamente la cabeza de Alice con el costado de la hoja-. ¿No me oyes? Suéltala o la mato.
-De todos modos me matara -aseguro Alice al ver que Jasper empezaba a bajar el arma-. Me matara hagas lo que hagas. Y después te matara a ti. No lo dejes acabar con alguien más que amo. No lo dejes ganar.
En ese momento, sujetó los fríos ojos de las tijeras, las sacó y las clavó con toda su fuerza en el muslo de Edward. Este gritó y dejo caer el cuchillo. Alice le arrancó las tijeras y las sostuvo frente a si cuando él se lanzó hacia ella.
Oyó el balazo, un solo tiro. Vio la mancha de sangre carmesí que brotó en el pecho de Edward cuando este caía hacia ella. La punta asesina de las tijeras se le clavo silenciosamente en el abdomen.
El peso muerto de Edward derribó a Alice. Jasper la levantó y la estrechó contra sí.
-Está bien. Estas bien -se estremeció mientras la recorría con manos temblorosas-. Te corto. Oh, Al.
Estaba aferrada a él, hundida en él. Se sentía aturdida.
-Pensé que te había matado. Vi la sangre y creí... ¡No! -retrocedió de pronto-. Papá -se alejo de Jasper y cayo de rodillas junto a su padre-. ¡Oh, no, no! Por favor. Lo siento mucho. Perdóname, papá -no tenía más que las manos para oprimidos la herida.
-No llores, Ally -alzo una mano para tocarle el rostro-. Así es mejor para mí. De todos modos, no me queda mucho tiempo. Necesitaba verte otra vez. Era lo último que tenía que hacer -sonrió lacónico.
Ella ocultó la cara en el cuello de su padre.
-No hables. Debemos detener la hemorragia. Nos encontraran pronto - torpemente, intentaba contener la sangre con jirones de tela que Jasper le iba dando-. Te llevaremos al hospital.
-Sabes que no llegare vivo -la mirada se le iba nublando, pero la volvió hacia Jasper-. Es muy lista, ¿verdad, Whitlock?
-Claro -Jasper aplico otro jirón de su camisa a la herida en el costado de Emmett-, así que hágale caso.
-Prefiero morir como héroe -la momentánea risa de Emmett termino en un acceso de tos-. Todavía queda bastante de mi antiguo yo como para disfrutarlo -el dolor se desvanecía-. Ally -la tomo de la mano-, aquella noche, cuando estuve buscándote, no era para lastimarte.
-Lo sé. No me dejes ahora que acabo de recuperarte.
-Lo siento, Ally. Pero, al menos sé que pude protegerte. Quizá eso compense por todos los años que no lo hice -su visión se volvió borrosa-. Cuida a mi niña, Whitlock. Dame un beso de despedida, Ally, mi amor.
Con un nudo de llanto en la garganta, Ally le beso la mejilla. Y sintió la mano inerte en la suya. Jasper se sentó a su lado mientras ella acunaba el cuerpo de su padre y lloraba bajo la lluvia.
Alice dormía y cuando despertó, aturdida de dolor y pena, ya era mediodía. Al abrir los ojos, vio a Jasper sentado a su lado.
-No dormiste.
-Sí, un rato –Jasper le tomó una mano.
Se veía tan maravilloso, pensó ella, con los ojos un poco cansados y un asomo de barba.
-Me salvaste la vida.
-No me pidas que lo haga otra vez –se inclinó para besarla.
-Te lo prometo. ¿Cómo te sientes del hombro?
-Podría decirte que no es nada, pero ¿para qué mentir?
Ella se incorporó, le remangó la camiseta y beso el vendaje.
-Gracias. ¿Por qué no tratas de dormir un poco más?
-No. Lo que realmente necesitó es salir. Ven a caminar al bosque conmigo, Jasper.
En cuanto estuvo vestida, le tendió una mano.
-¿Y mi familia? ¿Y tus padres?
-Tus abuelos se quedaron despiertos con Bella casi hasta el amanecer. Sigue dormidos. Mis padres están en la habitación de huéspedes.
Bajaron y salieron por la puerta de la cocina.
-Tu padre –empezó a decir Alice-. Cuando nos encontraron el mismo debe haberse preguntado si se sentía orgulloso de ti u horrorizado.
-Creo que ambas cosas. El me enseñó a usar armas, a respetarlas. Sé que esperaba que yo nunca me viera obligado a utilizar una.
-No sé cómo sentirme. Durante todos estos años creí que mi padre era un asesino de la peor clase. Lo perdí cuando tenía cuatro años, y ahora lo he recuperado. Lo recuperé de un modo que lo camia todo. Y jamás podre decírselo.
-Él lo supo.
Alice le estrechó la mano con más fuerza mientras se adentraban en los árboles.
-Esta vez no corrí a ocultarme. Puedo vivir con todo lo demás.
-Al, hiciste exactamente lo que él deseaba tanto antes de morir, mirarlo y reconocerlo.
Alice asintió.
-Toda mi vida quise mucho a mi tío. Lo admiraba, confiaba en él. No era lo que yo creía, como tampoco mi padre era lo que yo creía –suspiró-. Temí no poder volver a entrar aquí otra vez. Pero si puedo. ¡Es tan hermoso! ¡Esta tan lleno de vida! Ya no hay monstruos. Amo este lugar.
La había albergado, le había dado vida. Tenía que elegir: quedarse con lo viejo o empezar lo nuevo. Le soltó la mano a Jasper.
-Pero hay otro lugar junto a la costa: un magnifico bosque antiguo, con una vista del Océano Pacifico donde el mar se estrella contra los acantilados –se detuvo y lo miro serenamente a los ojos-. Allí deberíamos construir la casa.
El la miró con cara de silenciosa felicidad.
-De acuerdo. ¿La quieres de piedra o de madera?
-De ambas –le temblaban los labios; la mirada resplandecía.
-¿Cuándo?
-En cuanto me pidas que me case contigo –sonrió cuando él la abrazo.
-Te he esperado mucho tiempo –la besó en los labios-. No me hagas esperar más. ¡Cásate conmigo!
-Si –le tomo el rostro entre las manos-. Nos casaremos entre el bosque y las flores. Y pronto –le sonrió, acercándolo a sí para besarlo en la mejilla-. Te amo, Jasper. Quiero empezar mi vida contigo ahora mismo. Los dos hemos esperado ya lo suficiente.
Y bien que les ha parecido el final? Creo que todo resulto de una manera que nadie se imaginaba, esperamos sus últimos comentarios sobre absolutamente todo!
Y de nuevo muchas gracias por cada review y por seguirnos a pesar de nuestras actualizaciones cada muchos meses pero por fin la historia esta terminada!
Saludos!