LOS PERSONAJES DE ESTA HISTORIA LE PERTENECEN A STEPHENIE MEYER, YO SOLO PUSE LA HISTORIA

Una vida inmortal: Una nueva vida

98 años han pasado desde que te fuiste, todavía recuerdo con claridad las palabras que me dijiste

FLASH BACK

—Bella, nos vamos-Yo inspiré profundamente. Era una opción aceptable,y pensé que ya estaba preparada, pero debía preguntarlo:

—Bella, ha llegado el momento. De todos modos, ¿cuánto tiempo más podemos quedarnos en Forks? Carlisle apenas puede pasar por un treintañero y actualmente dice que tiene treinta y tres. Por mucho que queramos, pronto tendremos que empezar en otro lugar.

Su respuesta me confundió. Había pensado que el asunto de la marcha tenía que ver con dejar a su familia vivir en paz. ¿Por qué debíamos irnos nosotros si ellos se marchaban también? Le miré en un intento de entender lo que me quería decir.

Me devolvió la mirada con frialdad.

Con un acceso de náuseas, comprendí que le había malinterpretado.

—Cuando dices nosotros... —susurré.

—Me refiero a mí y a mi familia.

Cada palabra sonó separada y clara.

Sacudí la cabeza de un lado a otro mecánicamente, intentando aclararme. Esperó sin mostrar ningún signo de impaciencia. Me llevó unos minutos volver a estar en condiciones de hablar.

—Vale —dije—. Voy contigo.

—No puedes, Bella. El lugar adonde vamos... no es apropiado para ti.

—El sitio apropiado para mí es aquel en el que tú estés.

—No te convengo, Bella.

—No seas ridículo —quise sonar enfadada, pero sólo conseguí parecer suplicante—. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

—Mi mundo no es para ti —repuso con tristeza.

— ¡Lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada!

—Tienes razón —concedió él—. Era exactamente lo que se podía esperar.

— ¡Lo prometiste! Me prometiste en Phoenix que siempre permanecerías...

—Siempre que fuera bueno para ti —me interrumpió para rectificarme.

— ¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? —Grité, furiosa, mientras las palabras explotaban dentro de mí, aunque a pesar de todo seguían sonando como una súplica—. Carlisle me habló de eso y a mí no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!

Respiró hondo una vez más y clavó la mirada ausente en el suelo durante un buen rato. Torció levemente los labios. Cuando levantó los ojos, me parecieron diferentes, mucho más duros, como si el oro líquido se hubiese congelado y vuelto sólido.

—Bella, no quiero que me acompañes —Pronunció las palabras de forma concisa y precisa sin apartar los ojos fríos de mi rostro, observándome mientras yo comprendía lo que me decía en realidad.

Hubo una pausa durante la cual repetí esas palabras en mi fuero interno varias veces, tamizándolas para encontrar la verdad oculta detrás de ellas.

— ¿Tú... no... me quieres? —Intenté expulsar las palabras, confundida por el modo como sonaban, colocadas en ese orden.

—No.