Lo inevitable…

Sakura Kinomoto quien hasta hace unos días fue Sakura Amamiya jamás se había imaginado estar ahora en un vuelo directo a Inglaterra, tenía que irse antes de cometer una locura en la boda de su mejor amigo que ahora comprendía que amaba con todo su corazón, y lo peor era que se casaría con una buena chica que lo quería tanto como ella y que probablemente lo haría tan feliz como ella soñó que algún día podría hacerlo. Pero ¿como se iba imaginar hace casi un año que su vida iba a cambiar tanto?

En ese entonces Sakura vivía con su abuelo Monoru Amamiya y junto a la señora Kaho Mizuki quien se había encargado de educarla desde que recordaba y esto era desde sus 10 años, ya que Sakura había sufrido un fuerte accidente en el que perdió todo los recuerdos antes de este, trágicamente allí su madre, Nadeshiko Amamiya, había fallecido dejando como única familia a su querido abuelo y además su tía Sonomi Daidouji que era prima de su madre, ella también tenía una hija de la edad de Sakura llamada Tomoyo quien era su mejor amiga, su padre según su abuelo y su tía le decía nunca se quiso hacer cargo de ella y su madre, cosa que hizo que Sakura guardara un poco de rencor hacia este. Sakura creció con todas las comodidades que su abuelo lo ofrecía ya que era el dueño de la gran empresa Diseños Piffle Princess empresa fundada junto a su fallecida esposa.

En esos momentos estaba terminando de estudiar su carrera en la Universidad para tomar en un futuro el mando de Diseños Piffle Princess, ya que Tomoyo había obtado por el diseño, carrera que ahora ejercía junto a su abuelo en Piffle Princess. Sakura vivía en un departamento en el centro de Tokio, aunque no totalmente sola ya que contaba con la compañía de su glotón gatito llamado Kero. En la semana iba por lo menos dos semanas a visitar a su abuela ya fuera en la empresa o en la gran mansión. Cuando Sakura salía de sus clases en la Universidad trabajaba en una pequeña cafetería cerca, aunque no necesitara el dinero a Sakura le gustaba trabajar allí para no sentirse muy dependiente del dinero de su abuelo y porque se divertía allí junto a su mejor amigo Yukito Tsukishiro, que era quien mejor la entendía a parte de Tomoyo.

La cafetería era muy visitada por los universitarios tanto por sus ricos postres como por su buena atención, ya que Sakura aunque no lo notara era una chica hermosa con grandes y de un color verde jade rodeados por espesas pestañas, su tez era pálida y fina, su cuerpo había adquirido el porte de una joven de alta clase.

El día en que lo inevitable tenía que pasar Sakura salía de la cafetería terminando su turno, eran las 5 de la tarde, acomodando un rico postre de salsa de mora que Yukito le había obsequiado en su bolso, buscó sus patines y se disponía ir a su hogar.

- ¿Sakura, eres tú? –pregunto una delicada voz tras ella, Sakura se giró y pudo divisar a una linda chica de cabello corto y negro, tan negro como sus ojos y sus labios ligeramente rojos a tono con sus mejillas, su ropa era cómoda pero sofisticado denotando su buena posición económica.

- Mmm si. Y tu eres… - dijo Sakura mirándola fijamente intentando recordar sus rostro.

- Soy yo Akashi Monoroshi, estudiamos juntas en el Internado Baltimore en Alemania. –dijo ella con un tono de decepción.

- ¡Oh Akashi! – Casi grito Sakura mientras dejaba su postre sobre una mesa y la abrazó fuertemente- ¡Que genial verte! ¿Como estas? ¿Qué haces en Japón? –pregunto a Sakura con gran entusiasmo a la que en el internado junto a Tomoyo y Li Meiling fue su mejor amiga.

- Veo que no has cambiado en mucho Sakura, aun se siente esa vitalidad en ti –sonrió amistosamente Akashi- pero… ¿Tienes un poco tiempo?

Sakura miró su reloj y decidió ir a visitar a su abuelo en la mañana antes de ir a la Universidad. –Claro – Sonrió Sakura y ambas tomaron asiento en una de las mesas de la cafetería de Yukito, hablando de todo lo que había pasado esos días en la vida de ambas excompañeras. Akashi había estudiado arte en una Universidad en China, es su país natal, y ahora estaba comprometida con un joven empresario.

- Te felicito Akashi –dijo Sakura con una de sus sonrisas naturales- ¿Y como se llama él?

- Bueno su nombre es S… -Akashi se detuvo cuando Sakura pareció que dar en blanco- ¿Sakura te encuentras bien?

-¡Por dios! ¡Olvide alimentar a Kero! –grito Sakura y tomo de nuevo su bolso- Akashi lo siento, quisiera acompañarte a tu casa pero…

- Descuida, veo que eres aun muy despistada. Quedé de verme con mi prometido aquí.

- Oh que bien espero pronto conocerlo, bueno adiós Akashi un gusto verte –se despidió Sakura con la mano y aumentó la velocidad, Kero debía estar desesperado sin comida en todo el día, pero ese día lo despistada de Sakura había salido a relucir. Tomando toda la velocidad que pudo iba cruzando una calle y no se fijo que el semáforo que aun no indicaba a los autos que pararan, unas luces y un pito la trajo a la realidad, pero en ese segundo su cuerpo pareció responder quedándose estático en el lugar.

(Para mayor emoción escucha esto Chun gook eh gi uk - Jang Jung Woo)

- ¡Cierra los ojos Sakura! –escuchó una voz cerca con un tono de suplica y de miedo. Sakura hizo caso cerrando sus ojos pero luego escuchó otra voz.

- ¡Hey! ¡Muévete! –grito aquella voz, Sakura parecía en shock aun al abrir los ojos y ver mas de cerca las luces, pero algo la empujó alejándola del peligro, Sakura al reaccionar se vio envuelta en unos fuertes y cálidos abrazos unos segundos después aquel que la abrazaba levanto la mirada para observar la calle - ¡¿Acaso estás loca o intentabas quitarte la vida?! –reclamó un joven de rostro blanco, ojos almendrados y cabello castaño. Sakura no podía responder las palabras no salían de su boca, aun en su mente la primera voz seguía, con esfuerzo se separo del joven y se puso en pie mirando a todos lados buscando a la dueña, porque en definitiva era voz de mujer, pero no había nadie mas que ella y el joven, que aun se encontraba en el suelo perdido en su pensamientos, en su mente había quedado grabado el verde color de los ojos de Sakura, ese color ya lo había visto y el recuerdo de donde lo había visto era doloroso, aquella niña de sonrisa dulce y cálida que un verano jamás volvió a ver, de inmediato se puso de pie y giró a Sakura obligándolo a verlo.

- ¡¿Sakura?!¿Eres tu Sakura?! –casi grito el chico con un sufrimiento evidente en su voz y sus ojos, Sakura aun en silencio lo observaba confundida y con miedo, el chico no resistió más la incertidumbre y la abrazo fuertemente, Sakura quieta como piedra hacia memoria intentando hacerse a la idea de quien quizás podría ser quien la abrazaba pero nada venía a su mente.

- Lo… lo siento, no se quien eres. No te conozco. –dijo Sakura apenas pudo recobrar el movimiento en sus labios, el chico detuvo el abrazo y miró a Sakura directo a los ojos con más dolor en ellos, la chica de ojos verdes sintió en el fondo de su alma demasiado pesar por el joven queriendo ser la persona a quien buscaba pero su mente había hecho tanto esfuerzo que cayo inconsciente en brazos del joven.

En minutos un taxi los llevo al hospital central de Tokio, en el camino el joven no pudo dejar de ver a Sakura, su rostro le recordaba tanto a la persona que había perdido 15 años atrás pero aunque lo deseara ella no daba rastros de conocerlo. Sakura volvió en si de a poco viendo con cuidado a todos lados.

- ¿Dónde estoy?- dijo apenas audible mirando a todos lados reconociendo paredes de colores claros, y a un joven sentado a su lado.

- En el hospital… -musito el chico alzando el rostro y observando el rostro de Sakura, que ahora estaba más pálido que lo acostumbrado.

- ¿Qué pas… -Sakura no pudo terminar la palabra cuando todo lo anteriormente sucedido pasó por sus ojos haciendo que instantáneamente se llevara una mano a su frente.

- ¿Ocurre algo? – se apresuró a decir el joven con mirada preocupada.

- No, no. –negó rápidamente Sakura girando su mirada al chico. – Solo me duele un poco la cabeza.

-Entiendo – se limitó a decir desviando la mirada de Sakura, su parecido con la persona que había perdido era tan grande que le incomodaba.

- Gracias… -dijo Sakura un poco sonrojada viendo al techo- Salvaste mi vida.

- No es nada, pero no habría sido necesario si te hubieras saltado el semáforo. –dijo él a modo de regaño, lo que no paso desapercibido para Sakura que encogió un poco de hombros.

- Lo se, pero iba tan desconcentrada y cuando vi las luces del auto, no pude moverme, fue realmente extraño- dijo Sakura mas para si misma que para su acompañante.

En ese momento entró una enfermera de estatura baja, cabello negro y rizado y ojos azules, era linda a su manera y junto a ella un hombre alto de cabello castaño oscuro, guapo y con el ceño levemente fruncido por las horas que llevaba de turno.

- Dr. Kinomoto ella es la paciente casi fue atropellada y luego se desmayo.

- Entiendo… -dijo aun con el ceño fruncido mientras revisaba las anotaciones que la enfermera había hecho en su planilla. – Bueno señorita solo fue la impresión del suceso, su tensión se bajo un poco, solo haremos unos últimos chequeos para ver estoy en lo correcto.

- ¿Podré irme a casa esta noche? –dijo Sakura con miedo ya que odiaba los hospitales, simplemente no los resistía.

- Si, es lo más probable… -dijo el medico dirigiendo su mirada a la que ahora era su paciente y se encontraba en la camilla, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el rostro de la chica, y una única palabra pudo salir de sus labios. – Sakura…

- ¿Doctor podemos hablar en privado? – dijo el joven poniéndose de pie y caminando a la puerta viendo al medico, quien lo reconoció al instante, asintió y salió tras el no sin antes darle indicaciones a la enfermera de que repitiera los exámenes.

- Mocoso… -dijo con rencor Touya Kinomoto y lo tomó por el cuello de su abrigo- ¡Tu la escondiste¡

- ¡Suéltame! –Exigió el joven empujándolo – Yo también estoy impresionado… pensé que era una jugada de mi mente pero… ella es idéntica.

- ¿Idéntica? –Gritó Touya- ¡Ella es mi hermanita! ¡Es Sakura!

- No, no lo es… ella no me conoce. Y a ti tampoco. –dijo el chico con su ceño fruncido, haciendo que Touya se callara unos segundos dándole la razón. – Me temo que ella solo se parece.

- No, me niego a aceptarlo. –dijo Touya y entró de nuevo a la habitación donde Sakura estaba sentada y siendo examinada, la enfermera estaba tomándole el pulso mientras ella parecía viendo un puesto invisible en la pared. - Disculpe podría decirme su nombre… – dijo el medico sacándola de sus pensamientos y utilizando un tono que usaba con todos sus pacientes- para las formas.

- Claro. – Sonrió ella un poco – Sakura Amamiya –provocando una sorpresa interior tanto en Touya como en el joven de ojos almendrados. El medico anoto en las formas y dio algunas indicaciones a la enfermera. Realizando los últimos exámenes puso una pequeña linterna en los ojos de Sakura comprobando que estaba perfectamente bien pero la duda en su interior crecía más y a riesgo de perder su empleo ordeno un examen de sangre para la chica, así descubriría quien es realmente Sakura.

- No creo que un examen de sangre hubiese sido necesario –dijo el joven cruzado de brazos esperando a Sakura.

- No creo en coincidencias… -dijo Touya molesto.

- Yo tampoco.

- Dr. Kinomoto ya terminamos –dijo la enfermera saliendo con Sakura.

- Bueno señorita Amamiya, ya puede irse a su casa. ¿Tiene alguien que la acompañe?

- Yo lo haré - dijo el joven adelantándose.

- No se preocupe –dijo Sakura apenada viendo al chico – Puedo tomar un taxi.

- Creo que es lo mejor. –dijo el medico a regañadientes ya que no expondría a la que posiblemente era su hermana menor.

- Gracias por todo Doctor –dijo Sakura haciendo una pequeña reverencia y yéndose junto al chico, que llevaba el bolso de Sakura y sus patines, en esos momentos el doctor no pudo esperar para llamar a su padre e informarle de lo descubierto.

Sakura y el joven caminaron hasta la calle, tomaron rápidamente y Sakura indico donde vivían, cuando el chico le paso sus cosas pudo ver en su celular llamadas de su abuelo, debía estar realmente preocupado así que lo llamó mientras en silencio sin que ella lo notara el chico prestaba atención.

- ¿Abuelo?... Cálmate… Si, estoy bien solo… lo siento mañana iré a verte, lo prometo… sabes lo distraída que soy dejé el celular en vibrador y llegué a dormir, lo siento… Este bien, mañana paso a las oficinas… si, también te quiero abuelo. –y colgó ahogando un suspiro, su abuelo no podría enterarse de lo ocurrido o sería todo un caos.

- ¿Todo en orden? –dijo el joven notando el semblante de preocupación en Sakura.

- Si, muchas gracias… –sonrió rápidamente pero recordó que aun no sabía su nombre. – Disculpa, ¿Podría saber tu nombre? –dijo ella tímidamente haciendo que el chico sintiera una especie de Deja vu.

- Oh, soy Shaoran Li –dijo el extendiendo su manos y Sakura la apretó sintiéndose de repente sumamente feliz.

- Un gusto Shaoran Li –el chico pareció hipnotizado ante sus palabras, su nombre se escuchaba realmente bien en sus labios. Permitiéndole solo asentir mientras un leve sonrojo surcaba sus mejillas lo que no fue visible para Sakura por la poca luz.

El viaje transcurrió en sumo silencio hasta que llegaron a las puertas del edificio de Sakura, ella salió en compañía de Shaoran, quien le entrego sus patines.

- De nuevo gracias por todo, espero no haber causado ningún problema.

- No fue nada, cualquiera lo hubiera hecho –dijo el restándole importancia, pero a Sakura le parecía un gesto muy lindo, pero ella pareció recordar algo cuando estaba a punto de entrar al edificio. – Oye… -gritó ella llamando la atención de Shaoran quien estaba a punto de entrar al taxi- ¿Cómo sabias mi nombre?

- Es que… me recordaste a alguien. –dijo el con mucha sinceridad, y Sakura asintió para indicar que había entendido.

Ya en su apartamento Sakura le sirvió triple ración a Kero y luego se fue a dormir, no sacando de su mente el rostro de Shaoran Li, había causado algo en ella que pudo sacárselo hasta quedar dormida. Por otro lado el joven Shaoran había recibido una llamada concretando su cita con Monoru Amamiya dueño de Diseños Princess Piffle… su apellido es igual al de aquella chica pensó Shaoran acostado en su cama viendo al techo.

- Si el destino lo quiere mañana te veré… Sakura –dijo el apretando un pequeño objeto en su puño derecho.

NOTA DE LA AUTORA

Hola este es mi primer fic aquí espero les guste, espero su reviews y sus comentarios, ¿que es lo que pasará más adelante? ¿Por qué Sakura es tan parecida al alguna persona que conocen Touya y Shaoran?

Avance

- Sakura querida – le saludó su abuelo poniéndose en pie de su asiento.

- Abuelo… creo que estás ocupado –dijo ella un tanto nerviosa viendo a alguien sentado de espaldas- mejor espero afuera.

- No mi niña espera, quiero presentarte a uno de los posibles inversionistas. – el joven se puso en pie mirando a Sakura con una pequeña sonrisa mientras por su parte ella parecía no creerlo.

- Joven Shaoran Li, ella es mi nieta Sakura… -dijo el señor Amamiya con tono amistoso.

- Un placer conocerla. –dijo Shaoran inclinándose con respeto en dirección a Sakura mientras ella no salía de su asombro.