Glee no me pertenece, ni los personajes, ya quisiera yo ser dueña de Blaine, los Hummel-Hudson, etc., pero no, no me pertenecen, esto es por "diversión".
AGRADESCO sus comentarios y su infinita paciencia, oficialmente este es el último capítulo de Tigre.
ADVERTENCIAS:
Esta historia contendrá situaciones difíciles, mal lenguaje, violencia y una temática homosexual latente, si tienes problemas con cualquiera de estos temas, te recomiendo no sigas leyendo, igual si eres menor de edad no me hago responsable de traumas y sin más…iniciamos.
Epilogo
El verano había iniciado no hace demasiado tiempo, con el habían llegados las vacaciones de la escuela y se podía sentir en el ambiente de Nueva York que muchos habían decidido salir a tomar un descanso de la gran manzana, con la promesa de volver, este era también el caso de una familia especial que viajaba en avión hacia la pequeña ciudad de Lima, Ohio, como muchos, bajaron del avión y llegaron a donde estaba la banda de las maletas, banda que pese a la tecnología seguía siendo la misma que hace unos cinco u ocho años, esta era la primera vez que los dos chicos de doce años viajaban en avión a cualquier parte y parecía que la experiencia había sido por demás grata, pero lo que más llenaba sus corazones no era viajar en avión, no, era la idea de ver nuevamente a los abuelos, porque sí, ese viaje era una visita hacia los abuelos.
- vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos –murmuraba la adolescente de doce años, cabello rizado, negro hasta la cintura, esponjado especialmente para el viaje, de ojos azules quien llevaba una falda azul eléctrico con unas mallas negras y una blusa de tirantes en color blanco y unos zapatos de piso tipo balerinas en color azul- saaaaaal de ahí –murmuro cual mantra especial mientras su hermano a su lado solo resoplaba-
- supongo que sabes que por más que le hables, tu maleta no va a salir , no por eso –dijo el chico a su lado, un adolescente de doce años también, con el cabello castaño en capas, las cuales iban desde su frente hasta el cuello, él vestía unos jeans negros, unos converse clásicos, una camisa gris con un collar de cuero que tenía un dije en forma de colmillo, último regalo que le había mandado el tío Sam desde Los Ángeles, donde ahora se encontraba- pareces una niña…
-peeeeeeeeerdon, señor soy muy grande, pero soy una niña –dijo de forma divertida mientras le miraba de reojo antes de ver a lo lejos el hermoso liston verde fosforescente que identificaba a su maleta - ¡Ahí estas! –grito antes de moverse rápido a donde se veía su maleta, aun cuando esta podía llegar a ella y su hermano la siguió sin más-
- Aun así va con ella –murmuro el adulto de cabello castaño y ropa de diseñador quien esperaba aun lado de un hombre de cortos rizos negros y una casual barba que le hacía ver un poco más adulto de lo que ya era- no creo que las cosas cambien demasiado, se supone que esta es la etapa en la que más se repelen entre ellos –dijo divertido al ver como Alex terminaba sacando de la banda la pesada mochila de su hermana mientras esta, emocionada halagaba lo fuerte y guapo que era su hermano, avergonzándolo públicamente para variar- Alex es tan adorable –murmuro Kurt antes de acercarse para tomar su maleta, la cual por cierto venía junto a la de su pareja, quien también tomaba la suya- ¿crees que papá ya este aquí Blaine? –pregunto el castaño al pelinegro quien solo asintió-
- conociendo a Carole y a Burt deben estar esperándonos desde hace una hora –dijo el pelinegro antes de observar como sus dos hijos regresaban con sus maletas, cada uno, al final Lizzy había decidido no dejar que su hermano le ayudara con su equipaje- ¿listos? –pregunto Blaine logrando que su niña sonriera ampliamente, no tan niña ya de hecho, pues comenzaba a tener cuerpo de señorita, pese a que no había crecido más que unos centímetros en los últimos meses levantaba su pulgar y su hijo solo miraba a otro lado, Alex estaba en esa etapa de "no me importa si creen que soy mudo"- bien, entonces vamos –dijo animado y fue como la familia comenzó a moverse-
Ya en la sala de espera, donde las familias aguardan a que lleguen sus seres queridos, Lizzy dejo su maleta en cuanto vio a sus abuelos, lo cual significaba que Alex tendría que llevar su maleta y la de su hermana, no le molestaba, últimamente Lizzy tenía arranques demasiado marcados y así como entraba en un estado eufórico salía de el, de hecho Alex no era un chico malhumorado, ni grosero, solo se había vuelto más callado de lo normal y evitaba a toda costa últimamente, que Kurt, su papá, Lizzy o quien sea invadiera de más su espacio vital, la única a la que parecía no importarle las nuevas reglas de él, era Lizzy quien seguía abrazándolo en lugares públicos entre otras cosas.
Burt y Carole recibieron a la familia con un gran abrazo, con excepción de Alex, quien solo estrecho la mano de su abuelo y se acercó para dar un abrazo, súper exprés a su abuela, subieron al auto y después fueron a la casa donde vivían los abuelos, la charla del camino en su mayoría fue dirigida por Lizzy, quien resumía todo lo que había pasado en los ocho meses que no se habían visto, como ella había ganado su primer competencia a nivel estatal, como había logrado tener el segundo lugar en su clase y como es que sus amigas no dejaban de hablar de los chicos, incluso pudo hablar de lo genial que había estado Alex en una competencia de relevos en la piscina de una universidad de renombre, finalmente llegaron a la casa que había remodelado Burt hace medio mes pues si quería que su familia se quedara en su casa debía agregar un par de habitaciones, dos para ser preciso, pues los chicos ya no compartían habitación y Carole había mencionado lo importante que era que ellos tuvieran su privacidad, sobre todo por Alex quien se mostraba más receloso de su espacio.
Se instalaron rápidamente, Blaine tuvo una conversación privada con Burt donde el pelinegro se comprometía a no dejar salir sonidos extraños, pues lo apreciaba mucho pero su paciencia y hospitalidad tenían un límite, el hecho de que Blaine fuera el padre de sus queridos nietos o que fuera el prometido de su hijo desde hace dos años no significaba que iba a ponerse tapones en los oídos para dormir por la noche, su casa, sus reglas; la hora de la cena llego y con ayuda de Lizzy, Carole la sirvió, estaban en la mesa disfrutando de un exquisito cordero con puré de papas, en familia, cuando Burt Hummel se dio cuenta de la felicidad que brotaba por cada uno de los poros de su hijo, ese que hace varios años atrás se había destruido ante sus ojos sin poder hacer nada, la respuesta de su infelicidad y su actual estado de brillo y vida era el mismo, el hombre a su lado de ojos color miel quien había vuelto de la tumba con dos hermosos niños que crecían ante sus ojos y que para bendición del cielo lo llamaban abuelo, ¡ABUELO!, solo él sabía lo increíble que era eso, sobre todo porque una parte suya había renunciado a la idea de nietos cuando entendió que su hijo jamás podría ser feliz al lado de una mujer, pero la vida, caprichosa y complaciente le daba vida suficiente para ver a sus hijos ser felices, para disfrutar de sus nietos y para gozar de su vejez junto a su esposa.
- Papá ….-dijo por tercera vez Kurt logrando al fin captar la atención de su padre quien solo se acomodó su gorra e hizo como si no hubiera estado distraído – te decía que mañana vamos a ir al refugio de animales para adoptar un perro ¿podrías prestarnos la camioneta? –pregunto el castaño logrando que el mayor de los Hummel lo viera extrañado- preferimos adoptar uno ¿verdad niños?
- ya no somos niños Kurt –murmuro Alex logrando que su padre lo viera de mala gana- lo digo de la forma más respetuosa –dijo con cierto fastidio, últimamente su padre se tomaba cada una de sus palabras de la peor manera, porque él no sentía que estuviera siendo grosero, jamás lo sería con Kurt, pero era importante que notaran que ya no eran unos niños pequeños, él ya estaba un poco más alto que Lizzy- sobre lo otro- volvió sus ojos a su abuelo – es mejor adoptar que comprar, aún hay personas que solo tiran a la calle a los animales o los maltratan y es algo que se debe dar más aquí que en Nueva York, porque allá ya hay leyes muy estrictas sobre eso, lo mismo en Chicago
-¿Chicago? –pregunto interesada Carole mientras Lizzy asentía de buena gana y Blaine solo resoplaba no muy contento con la razón principal de aquella información, no tenía nada en contra de su fuente, solo que no deseaba que sus hijos se volvieran precoces, no lo necesitaba-
- Los chicos se han hablado mucho con Sebastián Smythe –dijo Kurt antes de suspirar- pareja de Dave –aclaro el castaño para que su papá y Carole lo ubicaran mejor- de hecho están a punto de obtener la custodia de una niña –dijo de buena gana- al parecer le broto la vena familiar
- eso es excelente, Dave es un gran chico, tuvo sus problemas y en su momento quise… -dijo pero en el momento Burt detuvo sus palabras, era mejor que los chicos no conocieran esa parte de la historia, el que ese chico hubiera acosado a su hijo y otras cosas no ayudaba para nada, no cuando esos chicos realmente habían ayudado a su hijo y al mismo Blaine- quise pasar a saludarlos, pero no sabía dónde vivían, ahora lo sé, al menos …bueno, ustedes me entienden, eso –dijo antes de que Carole sonriera por su tacto-
- Entonces ¿sabes de un lugar al que podamos ir papá? –pregunto Kurt y Burt asintió mientras masticaba su comida- excelente, entonces mañana iremos por nuestro nuevo integrante de la familia –dijo de buena gana y Lizzy levanto sus manos como señal de victoria, cosa que logro que Alex suspirara, su hermana era a veces demasiado ruidosa, pero era su hermana-
- creo entonces que tendré que cocinar algo especial para festejar –dijo Carole con aire divertido, amaba a su familia, Kurt se había transformado en su hijo hace muchos años, sabía que Finn lo quería por igual, no solo a él, a su familia- aunque no tengo idea de que puedo tener para nuestro invitado especial ¿quieren un perro pequeño o grande?
- no lo sabemos aún-dijo Lizzy, Alex y yo hemos platicado sobre eso, porque papá Blaine y papá Kurt nos dijeron que sería nuestra decisión y nuestra responsabilidad, así que decidimos que adoptaríamos al perrito que nos conquistara, amor a primera vista, el Romeo para nuestra Julieta, la mantequilla de nuestro pan, el limón de nuestras papas, el…
- ya entendieron Lizzy –dijo Alex antes de recibir otra mirada de mala gana de su padre, en serio, que no lo hacía de mala fe y Lizzy lo sabía- es solo que te emocionas demasiado y …-suspiro- lo siento Liz
- esta bien, no lo tome a mal, se que estas en una época difícil, es como…si estuvieras en tus días –dijo Lizzy de forma tan espontanea que Burt abrió los ojos y Carole solo rio por lo bajo mientras Kurt solo se desconcertaba, Lizzy últimamente dejaba salir cosas como esas sin importarle mucho quien estuviera cerca, lo hacía sin malicia alguna, Blaine por otro lado la miro con una reprimenda en sus ojos claros, esos niños estaban logrando que su paciencia se viera tentada- y es Lizzy, no Liz, Liz suena muy…adulto y serio, cosa que no soy –dijo antes de batir sus pestañas hacia su padre como disculpa, logrando que el pelinegro solo se llevará una mano a los ojos antes de disculparse con Carole y Burt con un ademan de su mano, estaba seguro que entenderían el complicado camino que iniciaban el y Kurt junto a los mellizos en una doble porción de la adorable adolescencia-
- No es algo correcto para decir en la mesa –dijo Alex antes de fruncir el ceño- y no, no es como eso, porque a los hombres no, nos pasa eso, fisiológicamente hablando sería incorrecto si quiera mencionarlo por la cantidad y diferencia entre las hormonas masculinas y femeninas Liz
- Que no es Liz, es Lizzy y déjame te recuerdo que las hormonas, son las hormonas, lo mismo se le acelera el corazón a una niña cuando ve a quien le gusta, que aun niño –dijo antes de sacarle la lengua a su hermano en plan de juego- además, las cosas se deben decir como son, papá Blaine y papá Kurt nos han dicho que no hay nada sucio ni malo, todo lo sucio y malo esta en la cabeza de las personas, así que no esta mal hablar de nada, sobre todo porque los abuelos son de la familia, la abuela Carole me explico por primera vez como me estaba convirtiendo en mujercita y se que el abuelo Burt hablo contigo, seguro de cosas de hombres, así que ellos saben de esto, mira, mira ellos tuvieron hijos, al tío Finn y a papá Kurt y además …todo lo demás –explico logrando que Alex negara con la cabeza de forma divertida mientras Kurt solo suspiraba-
- Aquí van otra vez –murmuro Kurt al notar el ambiente que los rodeaba, sus hermosos niños desde que habían iniciado ese ciclo escolar tenían la manía de debatir entre ellos, usándolos a él y a Blaine como moderadores, jamás se habían peleado realmente, solo…debatían-
- te recuerdo LIZ, que nuestros padres hablaron de eso, pero también del decoro, palabra con la cual aun no estas del todo familiarizada, pero que con gusto, por ser tu hermano mayor, te ayudare, hay temas que se deben tratar con cuidado, por educación y porque así lo dictan las reglas de etiqueta, reglas que nuestros padres se han esforzado por enseñarnos –dijo antes de torcer sus labios- y este es un país libre, si quiero usar Liz como diminutivo de tu nombre lo puedo hacer –dijo logrando que Lizzy se levantara de su asiento y limpiara correctamente la comisura de sus labios, como una extraña caricatura de la televisión-
- ¿Vamos a hablar sobre libertad de expresión? ¿estas seguro que quieres tener ese debate conmigo Alexander Anderson? –pregunto Lizzy con aire intelectual antes de cruzarse los brazos al tiempo que Alex volvía a sonreírle aceptando el reto en un silencio peligroso-
- Ok, basta, basta, nada de duelos, ni retos, no debates –dijo Blaine mientras miraba a ambos con cara de padre responsable y estricto- Lizzy siéntate nuevamente y deja en paz a tu hermano, lo mismo va para ti jovencito –dijo antes de que Lizzy se sentará ante la cara entretenida de sus abuelos- ¿Kurt?
- Hagan caso a su papá, niños…chicos...-dijo Kurt, aun cuestionándose como es que debería referirse a ellos, puesto que Lizzy estaba aferrada a la idea de que quería ser llamada niña y Alex insistía en que dejarán de tratarlos como uno- no me gustaría tener que castigarlos –dijo con voz tranquila a lo que los mellizos volvieron a su comida sin ganas de seguir su divertido debate-
Terminaron con la comida y siguieron con el postre, la charla giro en torno a lo que sabían de Finn, como es que Lizzy planeaba hacerse un corte de cabello para rebelarse contra las masas que oprimían su creatividad, como es que Alex tenía dos años seguidos en el primer lugar a nivel nacional y como eso no afectaba en sus entrenamientos para las competencias de natación, hablaron también un poco acerca de cómo Kurt iniciaría un pequeño negocio de organización de eventos y de cómo Blaine seguía escribiendo canciones para obras de teatro y una que otra disquera, todo esto sin descuidar Kurt la revista y Blaine la administración del taller, alrededor de las once de la noche los mellizos se fueron a sus camas, dejando solo a los adultos charlando en la sala.
Lizzy entro a la habitación que el abuelo construyo y que sus dos abuelas decoraron, porque sí, también irían a visitar a los papás de su papá Blaine, el saber que las dos mejores abuelas del mundo, mundial habían estado juntas pensando que poner en su cuarto le provocaban una gran sonrisa, ya había visto la recamara cuando entro a dejar sus maletas, pero ahora se sentía más libre y cómoda, por eso lo primero que hizo fue dejarse caer de espaldas en la hermosa cama vestida de verde y beige desde las sabanas hasta las almohadas, cerro sus ojos y respiro profundamente, Lima era el sitio donde sus padres se habían conocido, tenía muchísimas ganas de visitar cada sitio en el que habían estado juntos, de ser posible donde se habían conocido, donde se habían dado su primer beso y donde el abuelo Burt había amenazado por primera vez a papá Blaine, no sabía si eso había pasado, pero el abuelo Burt le daba esa impresión, si ella tuviera un hijo tan lindo como papá Kurt lo encerraría con candado para que nadie nunca le hiciera nada malo, aparte de eso quería visitar a su tío Finn, el año pasado había vuelto a ser soltero, tal vez ella podría ayudarlo a encontrar novia, había escuchado que la señorita Berry había sido novia del tío Finn y bueno, aunque no era su persona favorita en todo el mundo, no le gustaba como hablaba o era otra cosa, no estaba segura, en fin lo importante es que tal vez ellos juntos estarían bien, igual debía pensarlo y ver que clase de mujeres le gustan al tío Finn, primero tenía que conseguir un perrito, después visitar a los abuelos Anderson, ir a los sitios donde habían estado sus papás y después encontraría la manera de ayudar al tío Finn, lo cual le recordaba que tenía que mandar un correo electrónico, por eso tuvo que rodar por la cama hasta llegar a un lado para estirar una mano y tomar su mochila de viaje de la cual saco una tableta que el tío Copper le había mandado para su cumpleaños número doce.
- veamos…correo, correo, correo –canturreo mientras entraba a su cuenta de correo, cuenta que papá Kurt le había permitido tener solo para hablar con familia y unas cuantas amigas- ahora…si…-tecleo el nombre que quería e inicio- querido tío Puck, que bueno que tienes correo allá donde estas, como cada semana te quiero escribir para decirte como estamos, hemos venido a visitar a los abuelos y mañana …ire…iremos –murmuro cuando tuvo que repetir la palabra por haberla escrito mal- a buscar un perrito para adoptar, papá Blaine está bien, pronto iremos a visitar a sus papis, papá Kurt también está bien aún no se casan, así que tienes tiempo para arreglar las cosas que me dijiste tenías que arreglar y venir a su boda, ya quiero ver que tan guapo te has puesto tío y recuerda que no debes hacer llorar a las mujeres, la señorita López me dijo que cuando eras joven hiciste llorar a muchas niñas, eso es malo tío y yo sé que tu no eres malo –suspiro mientras observaba aun la pantalla de su tableta- los abuelos están bien, el abuelo Burt sigue sin cabello, Alex está muy raro, a veces parece molesto y otras veces parece que no quisiera hablar con nadie, pero conmigo siempre habla, debe ser porque él y yo somos mellizos y estamos conectados y nunca, nunca nos vamos a separar, bueno solo a veces, porque yo también necesito mi espacio, cierto, el correo pasado me preguntabas si tenía novio, eso no es posible tío, porque estoy muy ocupada con mis bichitos, papá Blaine me dejo tener un terrario donde pongo algunos bichitos cuando están lastimados o cuando van a tener bebes, después los dejo ir porque a papá Kurt no le gustan mucho, sobre todos las arañas, grita y se pone más blanco aun de lo que es cuando ve que tengo una, además tengo mis clases y mis competencias, creo que el próximo año cambiare a Kung fu o kendo, son artes marciales muy geniales, pensé en el jujitsu, pero a papá Blaine no le pareció bueno para mi edad, ¿ves? Tengo muchas cosas que hacer, ahora si me despido por que acabo de recordar que quería mandarle un correo al tío Sebastián, cuídate mucho y envíame una foto para verte, eres el único que no he visto en mucho, mucho, mucho tiempo –suspiro y le dio al botón de enviar para dejar a un lado la tableta –
Observo en silencio el techo, sonriendo mientras pensaba en su tío que realmente no era su tío, era como el tío Sam, un muy buen amigo de sus papás que los habían salvado, estaba feliz de tener la familia que tenía, antes de conocer a papá Kurt su vida era bonita, su papá Blaine y las chicas la hacían bonita, pero ahora todo era demasiado bello, demasiado brillante y por eso no podía dejar de sonreír , sus amigas le decían que no era normal ser tan feliz, pero ella sabía a sus doce años que no podía estar mejor en el mundo que con su papá Blaine y claro , con papá Kurt que había logrado que su papá y su hermano sonrieran como jamás los había visto, aun cuando Alex últimamente no sonriera tanto, estaba segura que todo eso era culpa de las hormonas, lo había visto en su clase de orientación estudiantil, volvió a tomar su tableta, ahora tenía que mandarle un correo al tío Sebastián, con suerte y ya tenía noticias sobre la niña que iban a adoptar, tal vez podrían ser amigas o algo así.
En la habitación de a un lado estaba Alex, acostado en su cama con los audífonos en sus oídos y una libreta de dibujo en su regazo, trazando algunos peces que después llenaría de color para que se notará más el tipo de pez que era cada uno, él no tenía ganas de mandar correos, su tío Copper le había regalado también una tableta digital pero no la usaba tanto como su hermana y ella tampoco era una adicta, no como algunas de sus compañeras que no podían hacer nada sin una tableta o un celular, mientras dibujaba pensaba un poco en lo que significaba estar ahí una vez más, cada día de hecho se preguntaba si algo podría poner en peligro su familia, no estaba estresado pero si le preocupaba un poco que en algún momento algo pasara, sabía que últimamente su tono de voz no parecía ser la más amigable, por eso prefería no hablar tanto, no quería que su papá o Kurt terminaran ofendidos por algo que dijera. Suspiro y se quitó uno de los auriculares para escuchar un murmullo del otro lado de la pared, seguro su hermana ya estaba mandando algún correo, ella tenía la mala manía de hablar lo que sea que escribiera, no le molestaba, de hecho no le molestaba nada de su hermana, a veces le daba un poco de pena que gritara o lo abrazara de la nada, pero no por eso se molestaba, lo cual le había pensar en que su debate había sido genial si no los hubieran frenado, era algo que disfrutaba hacer con su hermana, discutir con argumentos lo que pensaban, y le habían agarrado el gusto el año pasado cuando les habían enseñado el debate y la mesa redonda en sus clases de lingüística y gramática, al menos sus padres habían entendido que era forma de comunicarse y no una pelea real, cierto sus padres, ya en la escuela podía decir "mis padres" y era algo que no cambiaría por nada, aunque no podía decirle papá a Kurt, pero al parecer a él no le importaba.
- ¡Lizzy ya duérmete! –dijo Alex levantando la voz logrando como respuesta un tipo de gruñido queja que le dejaba claro que se apuraría con lo que hacía- ¡mañana el abuelo nos va a levantar temprano! –volvió a levantar la voz para después colocarse el auricular y seguir dibujando al son de su música, él también terminaría pronto, estaba seguro que esos días serían geniales, la verdad dibujaba para tranquilizar sus nervios, hace tiempo le habían prometido un perro y mentiría si decía que eso no le emocionaba-
Termino de trazar una medusa, tal vez no era el mejor dibujante de todos pero hacia el intento, le gustaba hacerlo, lo tranquilizaba así que dejo sus materiales de dibujo sobre la cómoda de un lado para después apagar su reproductor de música y dejarlo sobre su cuaderno de dibujo, tal vez después le pediría a un amigo que le diera consejos para dibujar, no pensaba meterse a clases de dibujo, tenía ya lo de la natación y con este último pensamiento apago la luz y se acomodó bajo las sabanas azules, esas que habían elegido para él, porque aun amaba el mar y todo lo que había bajo el, de hecho había varios posters de tiburones en su habitación, entonces cerro sus ojos y se dispuso a dormir, lo cual realmente no le costó absolutamente nada de trabajo puesto que estaba bastante cansado, los días anteriores a ese había estado entrenado mucho para la competencia que había ganado junto a sus compañeros hace dos días.
Las risas y la maravillosa química familiar flotaba por toda la sala, donde los adultos se había movido para pasar parte de la noche, ellos realmente no tenían muchas ganas de ir a la cama, querían hablar y hablar.
Kurt estaba contento de estar en Lima, de visita obviamente, ya que vivir ahí sería un tanto complicado después de acostumbrarse a la vida de la gran manzana, amaba a su padre y a Carole, así que atesoraba mucho más esos momento que podía disfrutar con Carole y su padre, de hecho amaba como sonreían junto a los mellizos, estaba seguro que su padre estaba fascinado con el hecho de ser abuelo, el castaño sabía que la razón era simplemente que su padre había perdido hace tiempo la esperanza de ser abuelo algún día, sin contar con que los mellizos eran demasiado adorables e inteligentes como para no amarlos, él había caído inmediatamente ante la belleza de los ojitos azules de Lizzy y las escasas y tímidas sonrisas que le había regalado Alex, así que ahí estaba él, sentado a un lado del amor de su vida, escuchando su risa mientras Carole les contaba sobre cómo habían tenido que sacar una familia de mapaches del taller ahí en Lima, mientras sus niños estaban seguramente despiertos en las habitaciones que el orgulloso abuelo había construido para ellos, ¿se podía ser mas feliz?, no estaba seguro, pero era un hecho de que mientras viviera con Blaine y los mellizos, siempre encontraría una nueva forma de sonreír, por ellos y gracias a ellos.
Blaine por su parte estaba encantado con todo, desde la cena hasta la forma como Burt de vez en cuando le daba algún consejo sobre cómo mantener a sus hijos en el buen camino, no es como si Burt fuera un hombre que se entrometiera, lo cual agradecía , pero era una forma de aceptarle, de mostrar su cariño, obviamente la compañía de su hermoso prometido hacia todo más maravilloso, Kurt se había transformado en lo que sus hijos necesitaban y justamente Kurt simbolizaba esos sueños que había dejado de lado varios años atrás, gracias a él tenía amor, pasión, sueños, alegrías y miles de cosas más, incluso había hecho las paces con su padre, tantas cosas habían pasado en esos dos años, casi tres si contaba el momento el instante en que Kurt había vuelto a entrar en su vida, no estaba seguro si él lo sabía, pero Kurt siempre entraba en el momento justo para volver toda su vida algo diferente y maravilloso, la primera vez en esas escaleras no supo que ese instante marcaría para siempre su vida, solo sintió la suavidad de sus manos y la luz de sus ojos aun infantiles y se dejo llevar.
Burt no podía estar más orgulloso de esos dos chicos que habían sido separados abrupta y cruelmente por seres sin corazón ni piedad, llevándolos a cada uno a recorrer un duro camino, ese en el cual el mismo Burt creyó que perdería a su propio hijo, así como pensó que había perdido a ese amable y un tanto torpe chico de cabello negro lleno de gel y ojos color miel, el que la vida le permitiera verlos juntos, reunidos y fuertes, siendo los pilares de dos niños que parecían ser el futuro que el mundo necesitaba, lo hacía brillar de alegría, lograba que su pecho se inflara y que siguiera sin entender cómo es que aun ese tiempo existían personas tan ignorantes que no reconocían una familia como la de su…sus hijos, porque Blaine Anderson, aun cuando tenía su propia familia, su propio padre era como un hijo más para él, ahí en medio de una charla en la cual esos dos chicos demostraban que podían ser buenos padres, entre las preocupaciones de ambos por sus acciones y explosiones adolescentes y las excelentes ideas que habían ideado juntos para que esos niños tuvieran todo lo que tal vez no habrían tenido de no encontrarse con ellos Burt Hummel decidió que aun así le llevara toda su energía jamás permitiría que algo tan cruel como lo que esos cuatro seres habían vivido, volviera a hacer mella en sus corazón, porque aunque deseara protegerlos en una enorme y cómoda burbuja, sabía que no podía, solo le quedaba ser un padre, un abuelo y un suegro capaz de patear el trasero de quien fuese necesario para ayudarles a crecer y superar sus problemas, los Anderson Hummel harían historia, lo sabía.