Tenía este drabble en mente hace bastante. Siempre quise escribir algo sobre Urahara, porque es mi personaje favorito en todo Bleach, pero mi creatividad me sigue jugando en contra. Así que lo único que pude hacer al respecto es este crack fic. Espeor que al menos les haga reír un poco, ésa es la idea :D

Disclaimer: Bleach y sus personajes son propiedad del troll de Tite Kubo.


Conversaciones peligrosas


Era un día caluroso, con un sol tan fuerte que parecía arrasar la tierra y resquebrajar el asfalto en pedazos. Pero eso no iba a pasar, por mas calor que hiciese. Afuera de la tienda Urahara, donde nunca llegaba ningún cliente, Jinta seguía practicando sus famosos "Jinta Home-run" hasta que decidió que había sido suficiente, mientras se secaba con el brazo el sudor de su frente.

Al entrar a la tienda, donde la temperatura era más agradable, se encontró con Ururu apoyada sobre el fino papel de arroz del shoji con expresión más afligida de lo normal.

―¿Qué te pasa, Ururu?

―Kisuke-san y Yoruichi-san están hablando de algo muy raro ―explicó ella en un tímido susurro de voz.

―Tsk ―se quejó el pelirrojo chasqueando la lengua―, no debe ser para tanto.

Jinta en seguida apoyo también su oreja sobre la delgada puerta tal como Ururu lo había estado haciendo y escuchó lo que se decía del otro lado de la habitación.

―Se ve deliciosa.

―Muy deliciosa. ¿Quieres probarla, Yoruichi-san?

―Dame un momento, quiero admirarla un poco más.

―¿Admirar qué?

―¡Su textura, Kisuke! Su forma… es suave, pero rígida a la vez. Tú me entiendes.

―Además es bastante grande.

―No alardees ―se podía escuchar la risa seductora de Yoruichi―. He visto más grandes que esta.

―Pero no mas sabrosas…

―Eso se verá en cuanto la pruebe.

"Oh-oh, ¡esto no es bueno!" pensó en seguida Jinta. Lo que estaba escuchando era la clase de diálogos que aparecían en esas películas porno que él miraba a escondidas cuando todos se iban a dormir. Imaginarse a su jefe y la mujer gato haciendo las cosas sucias que hacían en esas películas y a plena luz del día le dio ganas de vomitar. ¡Qué pervertidos eran!

―¿Entiendes de lo que están hablando, Jinta-kun?

―N… n- no, no. No tengo idea. ¡C-cómo voy a saberlo tonta! ―respondió nervioso.

¡Vaya problema! Ururu era una niña muy inocente que no sabía nada de esas cosas. ¿Cómo le explicaba lo que ese par de degenerados adultos estaba por hacer?

―Vamos, Yoruichi-san, chúpala de una vez.

―Pero hacer todo más lentamente genera más placer, ¿no sabías?

―No, pero ya no aguanto.

―Esta bien… voy a sacarla de su envoltorio…

―Ah, parece que está muy dura.

―Tranquilo, yo puedo con esto.

―Nunca dudé de tus capacidades.

Jinta se tensó ante lo último que acababa de escuchar. ¿De verdad esos dos iban a…?

―Parece que está por ocurrir algo ―dijo asombrada Ururu sin darse cuenta que todo la cara de Jinta ardía de un rojo más fuerte que el de su pelo.

―¿Qué hacen ahí? ¿Qué no saben que espiar es malo? ―la figura de Tessai apareció detrás de ellos como si fuese un fantasma.

―¡TESSAI!

―Lo siento ―se disculpó Ururu―, solo queríamos saber de qué hablaban Kisuke-san y Yoruichi-san.

―¿Es eso? ¿Entonces por qué no entran y les preguntan? ―dijo abriendo el shoji para temor de Jinta.

―¡NO, TESSAI! ¡NO LO HAGAS IDIOTA! ¡NOOOOOO!

.

.

.

―¿Uhhh?

Con extrañeza y al mismo tiempo, Urahara y Shihouin vieron a los tres entrar abruptamente y luego quedarse petrificados como estatuas.

―¡¿Q-qu-qué estaban haciendo?! ―gritó el pequeño Jinta.

―¡Probando la nueva mercancía! ―respondió Urahara― ¿Tú también quieres probar las nuevas paletas de dulce, Jinta-kun?