Hola a todos, aquí tienen el último capítulo de la historia. Agradezco los mensajes que me han dejado y a todos los que me han apoyado a lo largo de esta historia. Si quizás se haya echo una historia corta, pero no me veo capaz de continuarla más por lo que he decidido terminarla en este capítulo el cual espero que les guste.
Capítulo 8
Supervivencia o exterminio, la nueva era
Harry se encontraba aquel día tranquilamente en un laboratorio, habían pasado ya varios años desde la derrota de los Wraith. Desde ese día, muchas cosas habían pasado en la galaxia, nuestro amigo había tenido seis hijos entre todas sus esposas. Con Ganos aparte de su hijo Nicolás había tenido una niña a la que llamaron Lily, la pequeña de apenas unos años de vida era la viva imagen de su madre, con Chaya había tenido una niña que fue llamada Alexia como la madre de Chaya, era una niña hermosa que tenía el pelo de Harry pero su rostro era el de su madre, luego estaba Sam que dio a luz a una pareja de mellizos a los que llamaron Jacob al niño en honor al padre de Sam y a la niña la llamaron Petunia, la última en unirse a ser madre fue Adria la cual dio a luz a una hermosa niña llamada Ginny.
Era una vida de felicidad, una vida donde la galaxia Pegasus se había convertido en un crisol de cultura y paz, tras ser erradicada la amenaza de los Wraith los diferentes pueblos de la galaxia comenzaron a salir al exterior, a cambiar, ya no había miedo, solo había esperanza e ilusión, muchas culturas reprimidas y escondidas a causa de los Wraith por fin habían salido a la luz.
Pero para Harry el trabajo no había terminado, hacia un año, uno de los satélites ubicados en el exterior de la galaxia recibió una extraña señal, era una mezcla entre señal tecnológica y telepática, en un principio Harry creyó que se trataba de la reina oscura de los Wraith la cual había desaparecido poco después de la última batalla contra la raza, pero se dio cuenta de que tanto el tipo de señal tecnológica como la firma telepática no eran como el de la raza. Era una señal que nunca sus escáneres habían visto, no solo es, ninguno de sus aliados identifico la señal por lo que tuvieron que proceder con cuidado, para descubrir de qué tipo de señal se trataba y no destruir la señal en el proceso.
Era uno de los trabajos donde Harry ponía más empeño, era el proyecto que más tiempo le absorbía, pero por otro lado había otros proyectos donde Harry había trabajado, el joven había sido el artífice de la creación de otras dos naves-ciudad, una de ellas había sido mandada tras su finalización a La Tierra donde se había quedado en el polo sur, el lugar donde antaño había estado la ciudad de Atlantis, seria la defensa final del planeta si este era atacado. La otra nave-ciudad fue enviada a la galaxia Ori, al estar la galaxia tan alejada era un lugar idóneo para establecer allí una colonia desde donde investigar las galaxias cercanas.
Otras galaxias habían cambiado, en la Vía Láctea las civilizaciones estaban en paz, ya no había Goa'uld u Ori que los intentaran dominar, el ejemplo de cambio más importante fue La Tierra, el planeta paso a ser llamado Terra, hubo muchos cambios, el principal acontecimientos fue cuando los gobiernos del mundo informaron sobre el Stargate y los viajes a otros planetas y galaxias, fue una gran noticia, saber de donde provenía la gente les hizo limar diferencias, poco a poco las guerras entre los países fueron descendiendo, el hambre, enfermedades, iban siendo cosa del pasado, las fronteras ya casi no existían, daba igual el idioma o la nacionalidad, los habitantes terrícolas poco a poco se iban sintiendo como un solo pueblo. Eso dio a grandes avances tecnológicos, ya no había barreras, la investigación y la ciencia se pusieron a la cabeza de la civilización, siempre con límites y parámetros, con unas directrices que solo buscaban el bien y la protección del planeta y de sus habitantes. Solo algunos sectores del planeta estuvieron en contra de los cambios, el principal sector fueron las principales religiones mundiales, cada una con sus creencias se negaba a ver la verdad, la verdad sobre los orígenes de la raza humana, sobre las demás razas del universo, no les gustaban los avances que se hacían debido a que poco a poco la fe se iba perdiendo, la gente creía más en los científicos, en la ciencia para solucionar sus problemas, que en la religión. Otro sector que tuvo difícil acostumbrarse a los cambios fue el mundo mágico, cuando se les informo del origen de sus poderes muchos estaban escépticos, saber la verdad sobre la magia fue difícil, tuvo que ser Harry Potter quien regresando al planeta les hiciera ver la verdad, les mostró como la magia era usada para usar la tecnología atlantiana, las mejoras que supondrían para su sociedad, también los duendes para demostrar la verdad habían regresado al planeta, la raza les hablo de sus orígenes, de cómo fueron traídos por los Goa'uld, aquello fue una gran sorpresa, ahora entendían por que los duendes habían abandonado el mundo mágico, había regresado al que fue su hogar. La mayor parte del mundo mágico se adapto a las nuevas noticias, pero en algunas zonas, sobre todo algunos sangres pura se negaban a ver la verdad, esos magos decidieron aliarse con aquellos que aun admiraban a Dumbledore y fundaron su propia sociedad, fue un gran error, la sociedad aunque en un principio iba bien se desmorono poco a poco, sin saber sobre finanzas, las riquezas que tenían les duraron poco tiempo, al cabo de medio año decidieron regresar al mundo mágico. No querían pero de no hacerlo no sobrevivirían más, aquellos sucesos dio fin a algunas líneas de sangre antiguas que se negaron a volver, fue una perdida que apenas importo, ahora que se había aceptado la verdad sobre el origen de la magia, no había sangres pura, no había sangres sucia, solo había una sociedad buscando su lugar en la historia.
Aquel día Harry se encontraba con Alexia en brazos, la hija que había tenido con Chaya quería los abrazos de su padre algo que el joven no se podía negar. Era una niña preciosa y muy cariñosa, estaba tan tranquilo cuando un pitido en su muñeca le aviso de que tenía que ir a su laboratorio, dejo a la niña con Chaya y fue para saber que pasaba. Vio que los monitores estaba mostrando una gran cantidad de imágenes y esquemas, por lo visto el programa que había creado para descodificar el mensaje por fin había tenido éxito. Vio cientos de imágenes y gráficos pero lo que más destaca era un mensaje de video. Un mensaje que Harry puso para saber que pasaba. Un hombre, con una armadura de color gris apareció en pantalla.
- Saludos a quien este viendo este mensaje - Harry se sorprendió al ver que entendía a la perfección al humano - soy Tallum, último de los lideres de los Caballeros Grises, voy a intentar mandar este mensaje a través del espacio para que si alguien lo recibe, así la historia de nuestra galaxia pasaría inadvertida.
Harry entonces vio como la galaxia de donde provenía el mensaje había tenido que luchar contra una raza a la que habían llamado Tiránidos, aquella galaxia estaba en constantes peleas entre sus habitantes, pero el verdadero horror llego con los Tiránidos.
Los esquemas de las criaturas, su comportamiento, su número, nunca Harry hubiera creído que habría una raza más cruel que los Wraith, pero aquella amenaza era tal que si los Wraith eran un grano de arena, los Tiránidos eran la playa entera. Sus métodos de ataque eran muy variados, eran capaces de aclimatarse a cualquier situación de combate. En el archivo también iban sobre las diversas formas de las criaturas, sus puntos débiles y sus habilidades. Harry mientras veía aquello sabía que no tenían las defensas necesarias para luchar contra semejante amenaza. Debía contactar con sus aliados, esta debía ser la amenaza de la que los Furlings habían temido, la amenaza que la raza sabía que llegaría.
Rápidamente convoco de urgencia una reunión entre sus aliados, era necesario avisar de lo que pasaba, incluso por primera vez desde que se había encontrado con ellos envió un mensaje a los Nox para que ellos y los Furlings se unieran a la reunión. Debían saber que la amenaza se aproximaba a la galaxia. Decidió programar el satélite que había recibido los datos para que se moviera escaneando la galaxia. Mando varios satélites a cada punto del exterior de la galaxia para estar avisados por si se acercaban los Tiránidos. Mando los satélites por todos lados, los Tiránidos eran imprevisibles con sus ataques, por lo que podían atacar desde cualquier posición, su número era tal que se lo permitía.
La reunión tuvo lugar en Atlantis, cuando todos sus aliados estuvieron reunidos empezó la reunión. Había que reconocer que estaban intrigados, no por la urgencia de la reunión, sino por ver allí a los enviados de las razas de los Nox y de los Furling. Las dos razas nunca antes se habían mostrado a la alianza, por lo que debía ser grave lo que pasaba.
- Gracias a todos por venir, una grave amenaza puede acercarse a nuestras galaxias por lo que quería avisarles.
- ¿Acaso los Wraith han regresado?
- No, es mucho peor que los Wraith.
Todos salvo los miembros de las cuatro razas aliadas principales se sorprendieron, nadie se esperaría una amenaza peor que los Wraith, con calma Harry puso el mensaje que había captado uno de sus satélites. Los datos que habían recibido, como eran sus enemigos, los esquemas de las armas que habían usado contra los llamados Tiránidos, las razas que habían vivido en la galaxia. Era una información de gran extensión, pero la alianza tenía una cosa clara. Aquella amenaza era tal que si no eran capaces de luchar juntos, de estar unidos, nunca ganarían.
- He mandado varios satélites a varias direcciones, sobre todo de donde vino la señal.
- Esperemos ver a que nos tenemos que enfrentar y cuanto tiempo tenemos.
- Eso espero comandante Thor - dijo Harry dirigiéndose al Asgard - pero esta claro que debemos reforzarnos.
- Así se hará Harry Potter - hablo el emisario de los Furlings - esta es la amenaza que mi raza tanto ha temido, el motivo por el que decidimos alejarnos de todo.
El Furling entonces puso unos datos en pantalla, se trataba de un sistema de mejora de escudos, según los datos la potencia de los escudos mejoraría tres veces. Sería un gran apoyo para evitar grandes daños.
Se decidió establecer una base para la creación de la flota, necesitarían recursos y mano de obra, no habría problema, pero esperaban que tuvieran tiempo. Al cabo de unos instantes uno de los satélites empezó a transmitir por pantalla las imágenes. Se estremecieron, una cosa era leer los informes, pero lo que veían era espantoso, en la oscuridad del universo, en el espacio entre galaxias, una inmensa flota de extrañas criaturas avanzaba a paso lento, pero el número era tal, el número de naves era tan inmenso que donde orientaran el satélites solo había naves. Era verdaderamente aterrador.
- Harry - dijo Sheppard recuperándose de la impresión de las imágenes - los satélites si no me equivoco los construisteis con sistemas de ataque.
- ¿Quieres que ataquemos?
- Sería aconsejable ver la reacción que tienen, saber como reaccionan ante nuestro armamento.
- Es una buena idea, pero antes quiero que llegue otro satélite, al menos provocaremos más daño.
Así hicieron, al instante desde el subespacio llegaron no uno sino tres satélites más, al momento activaron sus armas de energía y con un potente láser comenzaron a atacar a la flota enemiga. Solo uno de los satélites se quedo en camuflaje y alejado para poder observar los resultados. Las armas eran efectivas contra ese tipo de naves, eran algo más resistentes que las naves colmena mejoradas, pero nada que sus armas no pudieran destruir. Pero al momento de empezar a atacar los satélites fueron atacados, los Tiránidos enviaron varias de sus criaturas para destruir lo que les estaba atacando.
Harry no lo permitiría, preparo la autodestrucción de los satélites, no quería que los Tiránidos se alimentaran de sus fuentes de energía o tendrían problemas, si los informes era ciertos, la raza asimilaba una materia para usarla en su benefició. Al instante los satélites explotaron, la explosión fue inmensa, cuando el único satélite que quedaba volvió a mandar imágenes vieron que de un par de millares de naves solo habían destruido una treintena. Los Tiránidos habían reaccionado con gran rapidez ante el ataque.
- No les hemos causado casi daños - dijo Thor - pero parece que no aceleran su marcha.
- Eso es bueno para nosotros, podemos prepararnos, según el análisis por su velocidad llegaran dentro de medio año al primer planeta.
- ¿Qué debemos hacer Harry Potter? - pregunto Larrin de los viajeros.
- Ahora sabemos a lo que nos enfrentamos, como hemos preparado debemos acelerar la construcción de naves, defensas y armamento, voy a usar las especificaciones que venían en los datos para la construcción de las armas que usaban de donde vienen los Tiránidos, espero que podamos tener las armas listas para su llegada.
- ¿Qué pasara con el planeta?
- Es un planeta deshabitado por los humanos, solo hay animales y vegetación - Ganos intervino en la conversación - pero puede haber un problema.
- ¿Cuál sería?
- Este planeta, esta en nuestros objetivos ya que en su interior se encuentra uno de los minerales usados en los MPC, hasta ahora no lo habíamos explotado ya que teníamos suficientes reservas, pero ahora deberíamos ir al planeta.
- Pero de ir al planeta seríamos objetivos de los Tiránidos.
- En efecto Larrin, por lo que deberíamos reforzar el planeta lo mejor que podamos.
- Tengo una idea mejor - comento Ronon Dex - esta claro que esos seres buscan alimentarse para fortalecerse, si los pudiéramos atraer de alguna manera.
- Creo que entiendo a Ronon - fue Sam la que hablo - quiere que sean atraídos a algún lugar donde podamos ocasionar un gran daño a sus fuerzas.
- En efecto.
Entonces Sam les propuso un plan que ella misma había usado hacía tiempo, un plan para atraer a la flota Tiránida cerca de una estrella, para así hacer explotar la estrella y que la flota Tiránida sufriera una gran perdida. Sería una estrella joven, donde no hubiera un sistema habitado, un sistema solar que apenas se hubiera desarrollado. Solo quedaba atraer a los Tiránidos, encontrar la manera de que la raza cayera en la trampa.
Eso fue lo difícil, debían ser capaces de enviar una señal energética que atrajera a los Tiránidos, una señal que la raza creyera que era para alimentarse, no para tenderle una trampa, debían ser cuidadoso, tal y como eran los Tiránidos no volverían a caer en esa trampa.
Fue un duro trabajo, al cabo de un mes consiguieron crear una señal energética que pensaron que engañaría a los Tiránidos, también prepararon todo para la explosión de la estrella, como era una estrella joven se lanzarían varias armas nucleares de gran potencia al centro del astro, para que así las explosiones alteraran el núcleo de la estrella para que su campo de energía se expandiera y la explosión destruyera las naves Tiránidas.
Pero por otro lado la creación de naves y defensas se incremento varias veces, los planetas que pertenecían a la alianza enviaron mano de obra, el planeta que más envió fue Terra, al tener de las mayores poblaciones de la galaxia no hubo ningún problema, muchos obreros estaban contentos de visitar otros planetas.
El tiempo paso con nerviosismo, se acercaba el momento en que los Tiránidos llegaran a la galaxia, estaban a un mes desde que la primera flota enjambre entrara en la galaxia Pegasus, según el número esa primera flota era de medio millar de naves, pero el problema era lo que le precedía, los satélites habían contabilizado cerca de tres millares de naves, nunca antes se habían encontrado una flota tan poderosa, el problema era que según lo que sabían puede que esa flota solo fuera una de muchas, quien sabía cuantas flotas disponían los Tiránidos, quien en el vasto universo había sobrevivido a la temible raza.
La señal fue mandada, los escáneres vieron como la primera flota cambiaba de dirección y se dirigía al planeta, marchaba al completo toda la flota por lo que pensaron que los Tiránidos deseosos de alimentarse de nuevas formas de energía querían consumir la fuente de la señal. Los Tiránidos tardaron varios días en llegar a las cercanías de la estrella, buscaron el lugar de donde provenía la señal sin ningún éxito. En ese momento la reacción comenzó, las explosiones dentro de la estrella fueron de gran potencia, eso hizo que en menos de unos segundos la estrella comenzara a expandirse con fuerza, las naves Tiránidas fueron engullidas por la energía del astro, cada nave que era tocada por la inmensa ráfaga de calor de la estrella fue destruida. Al cabo de un minuto casi todas las naves Tiránidas habían sido destruidas, solo quedaron una docena de naves que fueron interceptadas por los satélites y destruidas.
Era una pequeña victoria, pero no lo que quería Harry, el hubiera querido que todas las naves fueran destruidas por el poder de la estrella, ahora los Tiránidos sabrían que todo había sido una trampa y ya conocerían una de las estrategias que usaban. Era bueno haber destruido toda la flota enjambre, pero ahora la mente enjambre de los Tiránidos sabría que encontraría resistencia en la galaxia.
- La primera flota ha sido destruida.
- En efecto Adria, pero no como quería.
- Se que no querías usar los satélites, pero no había que encargarse de ellos, además, mejor usar los satélites que nuestras naves, no queremos que aun conozcan nuestra tecnología.
- Cierto Adria.
Siguieron mirando los escáneres de largo alcance, querían saber si los Tiránidos cambiaban de rumbo o seguían con su plan, no parecía haber ningún cambio en su movimiento, siguieron avanzando a su ritmo. Era un ritmo lento, un movimiento que auguraba destrucción. Según como se movían tardarían en llegar otro medio año, esa primera flota hubiera sido para debilitar las defensas que hubiera y conocer contra que se hubieran enfrentado. Pero por suerte no había habido perdidas, el plan de Sam había funcionado a la perfección. Pero aun quedaba mucho, tenían que aumentar en gran medida el armamento, las defensas y las naves. No eran rivales para una flota de tal calibre.
La galaxia había sido avisada de los acontecimientos que se cernían sobre ellos, los habitantes con gran coraje se sobrepusieron al terror, ya habían combatido contra los Wraith, no querían perder sus vidas y sus tierras contra nadie más. Pero no solo fue la galaxia Pegasus, una amenaza de tal calibre no se podía ignorar y de todas las galaxias la ayuda era enviada, los que más ayudaron fueron los miembros de las otras tres razas de la antigua alianza, la unión de las cuatro tecnología fue un gran avance que esperaban pudiera ayudar a detener al enemigo.
El tiempo siguió pasando, las defensas estaban al máximo, aquellos planetas más alejados habían sido deshabitados para que sus habitantes se protegieran tanto en otras galaxias como en las naves-ciudad.
La flota Tiránida se acercaba al primer planeta de la galaxia, no se veían naves, solo se veía como una gran sombra cubría el cielo. Aquel planeta estaba guarnecido por defensas automáticas para ver como el enemigo se adecuaba a los escudos y el armamento, ver sus debilidades y fortalezas en el campo de batalla, una cosa era leer los informes, pero otra muy distinta comprobarlo en persona.
El ataque comenzó, vieron a través de los satélites espías como medio centenar de naves entraba en la atmosfera del planeta, esas naves expulsaban cada una varios centenares de lo que parecían meteoritos, pero no lo eran y lo sabían, las defensas comenzaron a disparar con todo lo que tenían, lo que los Tiránidos estaban lanzando era lo que se llamaban esporas micéticas, esos organismos llevaban en su interior, una veintena de criaturas Tiránidas, las fuerzas de choque de los Tiránidos comenzaron a emerger, a pesar de la potencia de fuego, el número de esporas era tal que al final caían a la superficie, daba igual si caían en tierra firme o en el mar, al momento salían las criaturas.
Las primeras criaturas que salieron fue aquellas llamadas Genestealers, según la información que Harry tenía de las tropas a pie básicas de los Tiránidos, eran las más peligrosas, sus potentes cuatro garras desgarraban la carne o el material que se encontraban con gran fuerza, por suerte los escudos aguantaron esa primera horda de atacantes y fueron destruidos. Pero poco a poco había cada vez más Tiránidos, las esporas micéticas llegaban cada vez más al planeta, algunas se chocaban contra el escudo para debilitarlo. Desde el satélite se transmitía la estrategia Tiránida, veían las diferentes criaturas que surgían de las esporas micéticas, de diferentes tamaños y formas, su formas de atacar, pero Harry sabía por los informes que eso no era todo. Veía como los Tiránidos atacaban sin orden, solo se guiaban en aquel momento por su deseo de alimentarse y destruir, pero sabía que si la batalla se complicaba la raza solía enviar a un poderoso jefe que controlara la mente de los Tiránidos dando órdenes complejas.
- Harry los escudos de la base están a punto de caer.
- Preparar la autodestrucción, no podemos permitir que se alimenten.
Harry dio la orden a Neville, al momento el satélite mostró una poderosa explosión donde estaba antes la base, cuando se despejo la onda de la explosión se vio como todo había sido destruido, no solo la base, sino los Tiránidos que había alrededor. Pero había miedo, aquella base podría estar fácilmente preparada para resistir un ataque Wraith durante varias horas, pero los Tiránidos solo habían necesitado poco más de una hora para llegar a penetrar las defensas. El problema también que ni habían usado un cinco por ciento de la flota, como se podían enfrentar a algo así. Como si quisiera podían pensar en victoria ante semejante poder de ataque.
Decidió mandar un mensaje a sus aliados para comunicarles como se había dado la primera batalla contra los Tiránidos, el informe era detallando las diferentes tropas que habían usado sus atacantes.
Harry estaba en la sala de reuniones mirando al cielo, el miedo en sus ojos se veía, intentaba no mostrarlo, pero para las personas cercanas a él, para aquellos que le conocían sabía que tenía miedo.
- Debes calmarte Harry.
- No se que hacer Rowena, por primera vez en mucho tiempo no se que hacer.
- Lo primero relajarte, tienes miedo, lo se, pero el miedo es normal, nos estamos enfrentando a la supervivencia o al fin de nuestra raza.
- ¿Cómo estas tan tranquila con esta situación?
- Merlín me enseño bien, yo también tengo miedo, lo reconozco, pero guiarse por el miedo no es la solución.
- Lo se Rowena, pero es difícil.
Harry entonces vio como las pantallas de la sala se encendían, los aliados estaban contactando con él.
- Hemos recibido el informe Harry - dijo el general O'Neill de Terra - son verdaderamente preocupantes.
- Más que preocupantes son aterrantes, nunca antes nos habíamos encontrado algo así.
- Lo se Thor - respondió Harry al Asgard - los informes se quedan cortos con lo que son capaces de hacer los Tiránidos, ese ataque solo fue llevado por menos de un cinco por ciento de su flota y aun así tuve que recurrir a la autodestrucción cuando había pasado poco más de una hora.
- ¿De que potencia era la base?
- El escudo tenía la energía de la mitad de un MPC, su armamento estaba alimentado por varios generadores para disparar en cuanto detectaran al enemigo, la potencia de fuego se podría comparar con el de cuatro naves atlantianas.
- Una poderosa base, pero aun así sucumbir en tan poco tiempo es alarmante.
Estuvieron hablando durante largo rato, decidiendo que estrategia iban a seguir, se centrarían en la construcción de defensas, estaba claro que el principal problema con los Tiránidos era su número tan amplio, por lo que ya que su armamento era eficaz, debían conseguir detener su avance con fuertes defensas.
Crearon al final unos escudos mejorados, a diferencia de los otros escudos estos eran de doble capa, si los enemigos destruían un escudo habría otro para defenderse, si se usarían mucha energía, pero unos escudos de esas características haría que las defensas de un lugar como Atlantis durara según las estimaciones que tenían a un ataque Wraith de cien naves durante un par de años, pero los avances no se quedarían así, los escudos además, serían fortalecidos por tecnología Furling. Eso hizo que según cálculos un ataque Wraith de cien naves fuera resistido fácilmente durante cinco años al menos. Eran cálculos, cierto, pero era de momento lo único que podían hacer era suponer que funcionaría.
Según pasaba el tiempo todo empeoro, los Tiránidos antes una gran flota de naves se dividió, para cubrir más terreno. Aquel acto provoco que muchos mundos quedaran indefensos, para evitar daños se evacuaba a la gente ya que cuando los Tiránidos llegaban a aquellos planetas estos eran exterminados, no quedaba nada en ellos, fauna, vegetación, cualquier tipo de materia era usaba por las criaturas como biomasa. Estaba claro que la raza estaba alimentándose para fortalecerse, otros planetas armados con plataformas de armamento se pudieron defender pero fueron destruidos, el problema es que esta vez la autodestrucción servía de poco, conociendo ya esa estrategia habían aprendido a reconocer cuando las bases iban a ser destruidas.
- Harry tenemos que atacar.
- Lo se Helia - dijo a la capitana de la nave-ciudad - es por eso que en unos días lanzaremos un ataque.
- ¿Por qué no ahora?
- Lo satélites no están listos del modo que quiero.
- ¿Qué estas haciendo?
- Como bien sabes el haz de los satélites es muy poderoso, estoy mejorando el haz de energía para que aunque tengan el mismo poder, con varios cálculos hacer que se junten en un lugar para provocar una gran explosión.
- Entiendo, es buena idea.
- Ya he enviado varios satélites para que rodeen a una de las flotas del enemigo, lamentablemente no tenemos suficientes para lanzar un ataque contra todos.
- Si sirve para disminuir su número mejor.
Los satélites se pusieron en posición al cabo de tal y como había dicho Harry un par de días, mando los datos para que dispararan contra la flota Tiránida, pero para que sus rayos convergieran en un mismo punto. El haz de energía de los satélites ataco con fuerza, varias naves fueron destruidas, pero en el centro de la flota, los rayos de energía chocando unos con otros empezaron a fundirse, poco a poco una pequeña luz pero extremadamente brillante se formo, al cabo de medio minuto la concentración de energía exploto, la fuerza fue como la explosión de varias docenas de bombas nucleares, las naves Tiránidas no pudieron hacer nada ante semejante poder destructivo, al cabo de unos minutos una flota de trescientas naves fue completamente destruida.
Harry estaba contento su plan había funcionado pero de repente una señal de otro planeta llego a sus escáneres. Activo las comunicaciones y vio a Teyla.
- ¿Qué pasa Teyla?
- Son los Tiránidos, han llegado a Olesia, es una flota de mil naves estamos evacuando el planeta pero ya hay varios millares de esas criaturas.
- ¡Que!, pero no hay flota Tiránida tan grande, están supuestamente desperdigados en grupos de entre trescientas y quinientas naves.
- Es por eso que nos han atrapado desprevenidos.
Harry analizo los satélites de toda la galaxia, vio que en verdad había una gran flota Tiránida comprendida con más de cinco mil naves, eso unido a las flotas que había desperdigadas hacían un número inmenso. No entendía como una flota tan gran había conseguido ser tan sigilosa, analizo las naves y vio que tenían tecnología Wraith en los motores, era eso, los Tiránidos se escondían en el subespacio para atacar, seguramente habían sido ellos los que habían eliminado a la reina oscura Wraith y de alguna manera habían aplicado la tecnología subluz a sus motores.
Fue entonces que Harry vio que lentamente aquella flota se acercaba a la posición de Atlantis, las otras flotas eran para mantener dispersas sus fuerzas, el ataque contra la ciudad principal tendría lugar en poco menos de dos días. Debían prepararse, se aviso a todas las naves, todos los aliados, se evacuo cada planeta habitado de la galaxia, cada planeta cerca del objetivo de los Tiránidos se mantendría vacío.
En el planeta donde estaba Atlantis se reunió una poderosa flota, rodeando la ciudad había otras seis naves-ciudad, juntas el potencial de los escudos eran increíbles. Como aquel planeta tenía un gran continente, se habilitaron grandes trincheras y plataformas de armamento, soldados Jaffa, Ori y de Terra serían los soldados a pie, se colocarían dentro de los escudos para así disparar contra los Tiránidos que llegaran a la superficie, cerca de medio millón de soldados entrenados a la perfección serían los encargados de proteger la superficie.
Grandes plataformas de armamento también se había dispuesto, dos centenares de naves de todo tipo camufladas se usarían para atacar en ráfagas saltando y entrando desde el subespacio, casi medio centenar de satélites se encargarían de los Tiránidos según fueran llegando sus naves.
Las personas evacuadas fueron hacía la Via Láctea, con gran dolor de su corazón Harry tuvo que despedirse de sus amadas y de sus hijos, no quería que estuvieran allí, tenían que estar protegidas, vivir una vida feliz aunque fuera sin él por si perdían.
- Ojala fuera de otra forma.
- No Adria, no quiero que estéis aquí, no podría concentrarme pensando en tener a mi familia en peligro.
- Lo sabemos Harry - dijo Sam - pero es duro despedirse de aquella persona que amas, de pensar que no lo volverás a ver.
- Tenéis que ser fuertes Sam, no solo por vosotras, sino por nuestros hijos, por los que estaríamos dispuestos a dar la vida.
Las mujeres asintieron, eran palabras llenas de dolor, de tristeza, pero eran palabras necesarias, si Harry caía, si el poder de la galaxia Pegasus fracasaba, las otras galaxias deberían estar preparadas, que el conocimiento y la herencia de los atlantianos no se perdiera como otras civilización consumidas por los Tiránidos.
Al final las cuatro mujeres decidieron pasar cada una con Harry una hora, como si no existiera el futuro, decidieron pasar el tiempo todos juntos, con el hijo o los hijos que habían tenido.
La primera fue Ganos, se decidió que estarían según el orden en que Harry se había ido enamorando de ellas.
- ¿Te acuerdas de cómo nos conocimos?
- Como olvidarlo, cuando Rowena nos presento creí que ibas a llevarte a Rowena por incumplir las reglas.
- Cierto, pero poco a poco nos acercamos.
- Tuvo que ser un ascendido quien me hiciera darme cuenta de lo que sentía por ti.
- Y ahora, años después, tenemos dos preciosos hijos.
Fue una hora de conversaciones, de tener a sus hijos en sus brazos, de que Harry se despidiera de ellos como si pronto se fueran a volver a ver.
Luego le siguió Chaya, la ascendida de Proculus le miro sonriente.
- Tanto que hemos pasado.
- Y tanto que pasaremos Harry.
- ¿Y si no vuelvo?
- Estoy segura de que volverás, lo se, ya que no conozco a nadie que quiera tanto a su familia.
- Ojala fuera tan fácil.
- Pero entonces no estarías aquí, si la vida fuera tan fácil no te hubieras enfrentado a los desafíos que has tenido.
Un suave beso en los labios le respondió, Chaya había conseguido calmar ligeramente a Harry. Hablaron, charlaron y por último se quedaron abrazados hasta que llegase la hora de cambiar. Sam llego poco después. Se sentó al lado de Harry.
- Te miro y me acuerdo de cuando te observe en aquella charla sobre astrofísica hace tanto tiempo.
- No te creías que hacía allí alguien como yo, siendo tan joven.
- Cierto Harry, pero luego tuve la oportunidad de conocerte, gracias a ti conseguí mis dos sueños.
- Formar una familia y ser una de las mejores científicas de la galaxia.
- Si.
Hablaron largo tiempo sobre como habían sido sus vidas desde que estaban juntos, a lo que se habían enfrentado. Ya solo quedaba Adria con la que hablar.
- Te miro y recuerdo el motivo por el que vine a este mundo.
- Para derrotarnos, para purificar las galaxias.
- Pero tu me mostraste otro camino, que había otra manera de hacer las cosas.
-Te convertiste en mi alumna, demostraste gran poder, gran fidelidad.
- Y al final nos enamoramos, nuestro amor fue tan hermoso que los ascendidos nos dieron un verdadero don.
- Que tienen nuestros hijos, que tendrá nuestro linaje.
- Por eso tenemos que irnos, aunque queramos quedarnos contigo, debemos proteger a nuestros hijos.
Harry la beso, Adria le respondió el beso, aquel hombre le había enseñado a amar, un amor inmenso, por su marido, por sus hijos, no solo los que ella había dado a luz, sino los hijos de sus otras esposas.
Tras la conversación con sus esposas, Harry se quedo un tiempo solo, decidió dejar una grabación para sus hijos en un futuro, por si no sobrevivía, no quería hacerlo, pero debía ser fuerte sabiendo que la batalla que se venía enfrente era la supervivencia o la aniquilación.
- Mis queridos hijos, si estáis viendo esto es que no he sobrevivido a la batalla que se avecina, no se como habrá sido, pero solo espero que sea encargándome de la amenaza que nos acecha. Espero que seáis felices, que viváis una buena vida, recordad que sois dueños de vuestro destino, que no os digan lo contrario. Me despido de vosotros, espero que esta grabación no la tengáis que ver para poder ver como crecéis, como os hacéis mayores, como cada uno de vosotros elige el camino que más quiera.
La grabación terminó, esperaba que no tuvieran que ver aquella grabación, que pudiera ver a sus hijos y que la batalla fuera ganada. Vio como su familia marchaba a la Tierra a través del Stargate, como aquellos a los que amaba se alejaban esperando volver a verle. Una mano se puso en su hombro, vio como Sirius su padrino estaba con él. Entre los refuerzos que habían venido de Terra estaba el hombre.
- Las volverás a ver, volverás a estar con tus esposas y con tus hijos.
- Eso espero Sirius, al igual que espero que tu vuelvas a ver a tu familia.
- Las volveremos a ver, debemos ganar para volver a estar con nuestros seres queridos.
Era cierto, debía ser fuerte, no podían perder, si los Tiránidos tenían tecnología subespacial serían una amenaza para el resto del universo más rápidamente de lo que pudieran defenderse. Ahora mismo solo podía agradecer a Tallum el mensaje que había mandado, el hombre había ayudado en gran medida al enviar los datos de los Tiránidos, de no haber recibido el mensaje nunca hubieran estado preparados para derrotar a semejante ejército. Ahora tanto el armamento, como las defensas habían sido mejoradas, no solo gracias a la tecnología de los humanos, sino tecnología de las razas que habían sido aniquiladas por los Tiránidos, era una amplia variedad, diversas categorías de humanos, también otro tipo de razas como Eldars, Necrones, Tau o Eldars Oscuros, serían recordados, gracias a los conocimientos que tenían intentarían que no fueran olvidados.
Todos estaban preparados, vieron como el cielo del planeta poco a poco se iba oscureciendo, como el sol o las estrellas eran tapadas por el inmenso ejército que se acercaba. Los Tiránidos ya no estaban en el subespacio, toda la flota se acercaba hacía ellos, una flota cercana a casi una decena de miles de naves atacaría el planeta. Los primeros en atacar fueron una veintena de satélites con sus armas, el resto, un total de casi cincuenta satélites permanecerían ocultos para más adelante.
Los satélites disparaban sus poderosos rayos de energía, cada nave que alcanzaban era destruida, pero al cabo de unos minutos los Tiránidos destruyeron los satélites, solo habían conseguido destruir una decena de naves cuando se abalanzaron sobre las defensas.
- Ahora atacaran el planeta.
Harry dijo aquello con toda la tranquilidad del mundo, como si aquel fuera otro ataque más, tenía que ser fuerte, fuerte por las personas que confiaban en él. Vieron como las primeras naves entraban en la atmósfera, como empezaban a disparar las esporas micéticas, las plataformas de armamento comenzaron a disparar contra las esporas, las naves ciudad disparaban sus drones contra las naves para destruir las fuerzas enemigas, si alguna espora se acercaba a la superficie era destruida, pero al comprobar la resistencia de los defensores se mandaron más naves, eso hizo que una inmensa lluvia de esporas cayera sobre el planeta, era tan inmensa que por cada diez esporas que se conseguían destruir veinte llegaban al planeta, algunas de las esporas chocaban contra los escudos, pero de las que llegaban a tierra firme emergían al momento criaturas Tiránidas. Los soldados a pie se encargaban de mantenerlas a raya detrás de los escudos, pero en poco más de media hora más de dos millares de tropas a pie de los Tiránidos atacaban con fuerza, aquellas criaturas eran conocidas como Hormagantes y Termagantes. Eran las tropas más básicas de choque de los Tiránidos y solo se diferenciaban en su forma de atacar, mientras los Termagantes parecían ir equipados con una especie de arma a distancia, los Hormagantes eran las fuerzas de choque Tiránida a cuerpo, su número era tal que parecía un inmenso río de lava cuando se acercaba a su objetivo. Según llegaban más esporas el número iba aumentando y aparecían otro tipo de atacantes. Unas criaturas voladoras parecidas a los Termagantes se dedicaban a interceptar los drones hacía las naves, las Gárgolas se sacrificaban para que las naves no fueran destruidas mientras que otras atacaban los escudos con fuerza.
- ¿Cómo van los escudos Fred?
- Apenas hemos sufrido daño Harry.
- Manda un mensaje para que ataque la primera oleada de naves contra la flota en la atmósfera.
Así se hizo, vieron como dos docenas de naves salieron del subespacio para lanzar un rápido ataque contra las naves Tiránidas, en unos segundos sus armas destruyeron medio centenar de naves antes de volver a saltar al subespacio, los Tiránidos reaccionaron mandando más naves haciendo que la estrategia de Harry no pudiera hacerse debido a que las naves en cuanto salieron del subespacio fueran destruidas, más bien es lo que quería Harry que pensaran los Tiránidos, de las naves que se encontraban en el subespacio solo habían atacado las naves Jaffa y las de los Viajeros, sus naves más potentes atacarían más adelante para que sus enemigos no comprendieran sus verdaderas fuerzas. En ese momento el Stargate se activo, desde Terra, Harry vio como un batallón de hombres entraba a través de la puerta. Eran cerca de medio millar de hombres, todos magos claramente, al frente Nicolás Flamel.
- Nicolás ¿qué haces aquí?
- Hemos venido a ayudar.
- Bien, necesitare vuestra ayuda no solo para atacar, sino para que con hechizos ayudéis a las defensas.
Así lo hicieron, los magos se dispersaron por diferentes puntos del escudo, sus hechizos atacaban a los Tiránidos y a la vez creaban murallas para defenderse, los ánimos de los soldados aumentaron ante los refuerzos, no eran muchos pero sus poderes eran de gran ayuda.
Ahora los atacantes se acercaban ya casi al millón unidos a los Hormagantes, Termagantes y Gárgolas estaban ahora los Genestealers, también se unieron fuerzas Tiránidas más grandes conocidas como Guerreros Tiránidos empezaban a mostrarse por millares, cada subespecie de estos guerreros atacaban con fuerza, desde aquellos alados que controlaban a las Gárgolas, a las fuerzas de choque y de disparo que avanzaban lentamente hacia los escudos. Pero a la vez estaban apareciendo aquellos Tiránidos que controlaban a los ejércitos, los llamados Tiránidos Prime no parecían muy diferentes de los Guerreros Tiránidos, casi de la misma altura y un poco más pesados, pero estos eran líderes, de gran inteligencia que controlaban sus tropas con grandes estrategias. Y así otras criaturas, cada vez más grandes, cada vez más feroces, de formas horrendas que era difícil no asustarse, era una fuerza de tal magnitud que se acercaba a los cinco millones de atacantes. Y aun solo habían atacado un millar de naves.
- Es hora de atacar por la retaguardia de la flota, que todos los satélites se concentren en destruir las naves regeneradoras de los Tiránidos para que no puedan recuperar a sus líderes caídos.
A la orden de Harry los satélites dejaron su camuflaje y tras activar los escudos empezaron a atacar, las naves Tiránidas que eran alcanzadas fueron al instante destruidas, también desde el subespacio llegaron las más poderosas naves de la alianza, la flota unida de las cuatro grandes razas se mostró delante de naves Jaffa, Ori, Viajera o de Terra, nunca antes los Tiránidos habían sido tan brutalmente atacados, las naves atacaban con todas sus armas.
Pero a pesar de tal ataque, de sus armas ser superiores, veían como los Tiránidos no se rendían, es más atacaban con más fiereza, las naves aliadas tras causar graves daños a la flota enemiga volvieron a saltar al subespacio, en ese momento lo satélites que quedaban se posicionaron estratégicamente para ser autodestruidos. Las explosiones fueron brutales, se observo gracias a los escáneres que gracias a los ataques se habían destruido cerca de un millar de naves. Harry retransmitió la información para que los soldados se animaran, los ánimos estaban algo bajos debido a que el número de enemigos no parecía descender. Pero los Tiránidos no se quedaron quietos, de varias esporas micéticas aparecieron aquellas criaturas que comandaban a los ejércitos Tiránidos, las más poderosas de las criaturas Tiránidas emergieron dando un grito psíquico, los poderosos y temibles Tiranos de Enjambre aparecieron en el campo de batalla, además, por detrás de todos ellos, parecía un Tirano de Enjambre, pero claramente diferente, allí estaba una especie de Tiránido que solo había combatido cuando sus enemigos eran verdaderamente potentes, cuando las estrategias de las tropas Tiránidas no eran suficientes, cuando los poderes psíquicos no bastaban. Esa criatura inmensa era el Señor de la Horda, las imágenes mostraban al inmenso Tiránido que era protegido por sus tropas por todos los ataques. Harry veía aquello, el arma más poderosa de los Tiránidos, quien que se hubiera encontrado con esa criatura hubiera sobrevivido, se mostró al momento como el Señor de la Horda era tan peligroso. No era peligroso por sus armas y sus defensas, era peligroso debido a sus complicadas estrategias, ser capaz de adaptarse y planear cualquier tipo de ataque.
Se hizo visible al instante, los Tiránidos comenzaron a atacar de forma organizada y disciplinada, atacaban en un determinado punto del escudo para así debilitar esa parte del escudo, mientras otras criaturas protegían con su cuerpo al señor de la horda al que se dejaba de disparar.
- Harry los escudos están siendo debilitados - dijo Fred por los comunicadores - si siguen así van a ser capaces de abrir una brecha.
- Hay que contenerlos, que salgan las armaduras.
Tras dar aquella orden unas gigantes armaduras de unos cuatro metros de altura se unieron a la batalla, era la mayor obra de ingeniera de los Caballeros Grises, el Servoterror se presento en batalla, normalmente eran armaduras que requería de años de aprendizaje para llegar a pilotarlas y manejarlas, pero Harry las había preparado para que fueran automáticas.
Los Servoterrores se colocaron estratégicamente por el escudo y comenzaron a atacar a los Tiránidos, sus poderosos lanzallamas quemaban a todos los Tiránidos que se encontraban a su paso, sus misiles de largo alcance destruían aquellas criaturas que disparaban contra los escudos. Pero la ofensiva no quedo allí, las naves de camuflaje de Atlantis comenzaron a salir en oleadas para usando sus drones seguir causando daños a las fuerzas enemigas. Las naves habían sido mejoradas con mayores defensas para así poder atacar más fácilmente a los Tiránidos, pero también habían sido equipadas con lanzallamas para así poder hacer barridos que incineraran a sus enemigos.
Pero no parecía ser suficiente, por cada Tiránido que era destruido, diez ocupaban su lugar, su número era tal que las esporas micéticas ya no eran mandadas a la superficie del planeta ya que no había espacio, eran mandadas contra el escudo.
- Harry el primer escudo esta a punto de caer.
Nada más decir eso los escudos fallaron, en verdad fallo el primer escudo, menos mal que habían planeado aquel sistema de defensa o sino hubieran sido exterminados fue el pensamiento de Harry. Los Tiránidos atacaron con fuerza creyendo que habían superado las defensas del enemigo para ser repelidos por un nuevo escudo. En ese momento el Señor de la Horda cambio de estrategia, al saber que sus enemigos tenían más defensas decidió usar otra estrategia, llegaron de pronto desde el espacio un centenar de esporas micéticas que dejaron ver unas inmensas criaturas llamadas Tervigon, esas criaturas al momento de aparecer empezaron a engendrar cada una a decenas de Termagantes, el número de Termagantes se hizo inmenso sobre todo cuando estos se dedicaban a atacar con fuerza a los escudos.
- Destruir los Tervigones, si ellos caen también mueren las criaturas que han engendrado.
A las ordenes de Harry los ataques más potentes se concentraban en las inmensas criaturas, a cada segundo que pasaba engendraban más y más Termagantes, era tal su número que algunos se estrellaban contra los escudos para debilitarlos y que el ataque siguiera. Pero el horror del ataque no termino allí, al instante unas poderosas criaturas voladoras que Harry comprendió que eran Arpías atacaron con sus poderosos gritos psíquicos, a pesar de los escudos parte del grito entro causando el dolor entre los soldados, Harry tuvo que usar sus poderes para levantar una barrera mental y evitar que más soldados sucumbieran al chirrido de aquellas criaturas.
En ese momento un mensaje llego a través de una señal subespacial, era raro ya que no era de las naves que estaban allí, sino de una señal que parecía entrar en la galaxia en aquel momento.
- Harry Potter.
Una voz hablo a través de los comunicadores, una voz que Harry no conocía pero que le resultaba muy familiar.
- ¿Quién eres?
- Somos los últimos de los Caballeros Grises, soy Tallum comandante en jefe del Hiperión.
Entonces se vio como en los escáneres una gigantesca nave aparecía, el tamaño era fácilmente tres veces el de Atlantis, al instante la gigantesca nave comenzó a atacar con fuerza a los Tiránidos en el espacio.
- No puede ser Tallum esta muerto.
- No soy ese Tallum, yo soy Tallum décimo, heredero de Tallum primero, de los últimos supervivientes de los humanos de nuestro mundo, pero mi historia no importa, debemos erradicar a esta amenaza.
Nada más decir eso la flota aliada volvió a atacar con fuerza saliendo desde el subespacio, de nuevo para atacar a su enemigo, pero ahora estaban en ventaja, la gigantesca nave tenía escudos poderosos donde las naves más débiles podían refugiarse y desde donde podían disparar sin peligro, es más, los escudos se sintonizaron para dar más potencia al Hiperión. Poco a poco parecían que iban ganando la batalla, pero los Tiránidos adaptables en estrategias cambiaron de táctica de ataque otra vez al ver que ahora estaban en desventaja ante tan poderosa nave.
Fueron horas de duras batallas, horas donde los Tiránidos eran destruidos pero su número no parecía descender, varias naves aliadas habían sido destruidas, los ataques psíquicos de las tropas del planeta habían ocasionado la muerte ya a más de un centenar de soldados, los magos se habían esforzado en crear barreras mentales pero aun así el poder psíquico de los Tiránidos era inmenso. Harry tuvo que pedir refuerzos a Terra para que mandaran magos expertos en defensas mentales, si los Tiránidos seguían así los derrotarían. Los magos llegaron y levantaron las defensas, ahora incluso el más poderoso grito psíquico parecía el canto de un pajarillo. Eso hizo que los soldados volvieran a estar concentrados en el ataque, ahora miles de drones atacando de las ciudades destruían la poderosa flota Tiránida, las plataformas de armamento disparaban con toda su fuerza, las naves de la alianza atacaban a las fuerzas que aun rodeaban el planeta.
Era una batalla sin tregua, pero Harry vio por las pantallas, mientras se encontraba en la silla de control, que sus tropas empezaban a mostrar signos de cansancio, era normal, fácilmente llevaban ya casi un día, aunque se había hecho relevos para descansar todos comenzaban a sentirse agotados. El mismo estaba algo cansado ya que no había dormido desde que comenzó la batalla. En ese momento un mensaje de las otras naves-ciudad llegó. Un mensaje de los jefes de cada nave para ver la situación.
- Harry las fuerzas enemigas han sido reducidas en un sesenta por ciento.
- Lo se Helia, ¿creéis que es el momento?
- Debemos usar esa arma.
Un arma de un gran poder, un arma creada por Harry para una necesidad mayor, un arma que concentraría la energía de varios MPC para crear una onda de energía desintegradota afectando a un organismo en concreto. Era un arma parecida a la de Dakara pero en menor medida.
Harry transmitió la información de que el arma iba a ser activada, necesitaba que mantuvieran a los Tiránidos a raya para tener tiempo para activar el arma. Seguirían con la misma estrategia para que los Tiránidos no se dieran cuenta de lo que pasaba, esperaba que funcionara ya que de no hacerlos las reservas de energía bajarían bastante.
El poder comenzó a fluir a través del escudo, la onda de energía se dispersaría por todo el planeta y sus alrededores, el Señor de la Horda sabía que algo estaba pasando pero decidió seguir atacando, como no sabía a que se enfrentaba no planeo ninguna estrategia, siguió con la misma.
La energía de arma estaba llegando a su clímax, el poder era tal que el mismo escudo brillaba como el sol. Cuando la energía estuvo al máximo se activo, aquellos que estaban en las siete sillas de control, una en cada ciudad se coordinaron, Harry Potter, Helia, Flamel, John Sheppard, Carson Beckett, Sirius y Jack O'Neill. La energía concentrada en el escudo comenzó a extenderse, a principio de forma lenta, pero según pasaban los segundos iba cada vez a más velocidad, el Señor de la Horda se dio cuenta tarde de lo que estaba pasando, cuando quiso retirar a sus tropas la onda de desintegración le había alcanzado. La destrucción fue increíble, al instante, cada vez que eran alcanzados los Tiránidos caían muertos, pero no solo en tierra, cada nave que rodeaba el planeta fue alcanzada por la onda, aquellas que querían escapar eran interceptadas y destruidas por las naves aliadas. Al cabo de varios minutos no había Tiránido vivo, en cuanto Harry anuncio la noticia por los comunicadores comenzó una gran fiesta, una gran alegría, lo había conseguido, habían sobrevivido, si habían muerto cientos, pero habían muerto luchando por el futuro y serían recordados.
Nada más terminar la batalla Harry activo el Stargate, fue el primero en pasar, cuando sus esposas lo vieron se abalanzaron sobre él, le abrazaron, le besaron, el horror había terminado, la guerra más cruenta que habían tenido que hacer frente había terminado con éxito.
Durante los siguientes días hubo varias celebraciones, pero uno de esos días Harry fue llamado por Tallum, era hora de que se conocieran en persona. Llego a la gigantesca estación espacial donde vio que todo estaba automatizado, no había rastro de ser humano.
- Por aquí Harry Potter.
Harry siguió la voz, llego a una gran sala de control, allí vio como en una especie de cámara de éxtasis había un hombre, un hombre con los ojos abiertos, un hombre que miraba a Harry y le hablaba telepáticamente.
- Bienvenido Harry Potter, bienvenido al último vestigio de civilización de mi galaxia.
- ¿Creí que estabas vivo?
- A duras penas Harry Potter, mi tiempo se acaba, pero antes me alegra ver que los actos de mi antepasado han tenido éxito.
- Tallum I
- En efecto, el fue quien diseño los planos de esta enorme estación, fueron muchos los que sucumbieron durante su construcción, al final quede yo, por lo que decidí conectar mi mente a la nave, gracias a la tecnología TAU se pudo terminar.
Fue una conversación larga, Tallum le hablo de cómo en una nave desconocida que descubrieron a la deriva, encontraron tecnología subluz y la pudieron aplicar a la nave, así fue como llegaron a la galaxia Pegasus, siguiendo los datos de los Tiránidos.
- Te he traído aquí para traspasar todos los datos de mi galaxia, toda nuestra historia.
- Te prometo Tallum que no seréis olvidados.
- Gracias Harry Potter.
- Tengo una última pregunta ¿cómo sabías mi nombre?
- Eso Harry Potter es una historia muy larga de la que no tengo tiempo.
Tras decir eso Harry vio como las constantes de Tallum se apagaron, el hombre había muerto, decir que Harry no había creído al hombre, bueno no pasaba nada, algún día esperaba averiguar como Tallum había sabido su nombre.
Los datos de la fortaleza eran inmensos, historia de cada raza de la galaxia original de Tallum, no solo de cada raza, incluso entre los humanos había diversos tipos de ejércitos, era increíble, grandes civilizaciones que habían sido arrasadas por los Tiránidos ya que no habían sido capaces de unirse a tiempo contra un enemigo superior.
La paz había llegado a la galaxia Pegasus, había sido una cruenta guerra, muchas familias por fin pudieron volver a sus planetas de origen.
Harry pasó los siguientes días con su familia, con sus esposas y sus hijos, con su tía Petunia, con su padrino, con aquella gente que le había hecho feliz. Todo estaba tranquilo.
Los años pasaron y Harry vio como sus hijos crecían, como sus hijos dominaban sus poderes, como eran felices. Sus cuatro esposas siempre estaban a su lado, fue cuando su hijo mayor alcanzo la mayoría de edad que comenzó a trabajar en un proyecto, un proyecto del que nadie sabía y que a nadie había hablado.
Harry vio como Nicolás tomaba como esposa a una mujer llamada Serya, era una habitante de la galaxia Pegasus, del pueblo de Athos, fue un gran momento, un momento de felicidad, pero Harry sabía que era el tiempo de dar el siguiente paso, ahora sabía que los suyos seguirían adelante. Se reunió con sus esposas y con sus hijos días después de la boda.
- Es hora de deciros en que estaba trabajando, en que he empleado tanto tiempo.
A pesar de los años que habían pasado la voz de Harry tan solemne como siempre parecía tener ese toque de tranquilidad, de que todo iba bien.
- Hace unos mil años un hombre tomo una decisión, una decisión para preservar el futuro, hoy anuncio mis planes para seguir los pasos de ese hombre.
- ¿A que te refieres Harry? - pregunto Chaya.
- Moros tomo una decisión, que su conocimiento no fuera olvidado, que si en algún momento era necesitado pudiera regresar, tengo planeado hacer lo mismo.
- No puedes dejarnos ahora papa - dijo Nicolás - quiero que veas como crecen tus nietos.
- No te preocupes hijo, aun no me congelare, pero era para que lo supierais, en algún momento os tendría que abandonar, pero quiero hacerlo de tal manera que las siguientes generaciones de necesitar ayuda puedan contar conmigo.
Tanto sus esposas como sus hijos estuvieron de acuerdo, entendían a Harry, el motivo por el que lo hacía, era cierto que aun tardaría años en llegar aquel momento, nuestro amigo vería a sus nietos, a la siguiente generación. Pero Harry quería que estuvieran preparados para lo que iba a llegar. Para el momento que tuviera que dejarles, ya que Harry Potter se había preparado para la siguiente aventura. Hace tiempo Merlín vio que el futuro sería amenazado por los Ori y planeo lo que iba a hacer Harry, ahora nuestro amigo lo haría para si en el futuro volvieran los Tiránidos pudiera ayudar, no sabía cuanto tiempo pasaría, ojala nunca tuvieran que despertarlo, pero si la malévola raza regresaba Harry Potter despertaría para hacerle frente. Despertaría para proteger el universo como lo había hecho desde que se entero de su linaje.
Y tras varios meses por fin esta terminada la historia. Y parece que fue ayer cuando comencé a escribirla. No se que decir, salvo dar las gracias a aquella gente que me ha apoyado, que me ha seguido durante este tiempo.
Tantos reviews, tanta gente dándome apoyo, me siento muy feliz que mis historias sean bien acogidas. Ahora me gustaría poner el nombre de todos los que me han apoyado, los que me han escrito, pero al ser tantos quiero darles las gracias a todos. Son vuestros ánimos los que me ayudan a seguir escribiendo, vuestros comentarios los que me hacen seguir adelante.
Como bien saben mi nueva historia de Harry Potter con Lost Girl ya ha comenzado, espero para la semana que viene tener el siguiente capítulo. En cuanto a la historia de Harry Potter con Smallville he tenido que volver a escribir debido a que perdí varios datos del ordenador, intentare tener el primer capítulo para dentro de dos semanas.
Nos vemos en mis otras historias, saludos a todos.