Noches de insomnio...

Bueno. Sé que muchos me tenéis en búsqueda y captura… Y os entiendo… Sé que llevo demasiado tiempo sin actualizar… Pero entre el trabajo y mil cosas se me ha ido pasando el tiempo. Agradezco a todos mis lectores y sus privados pidiéndome continuar.

Además, he tenido muchos reparos por lo subido de tono de los capítulos que subiré… Los he retocándolo una y mil veces, mientras que mi cabeza era un lio entre un diablito y un angelito criticándome mentalmente sobre lo subido de tono del capítulo y aun así, lo público con grandes dudas .. Este capítulo lo tengo escrito hace eones. Lo siento mucho. Pero bueno, para vuestro consuelo subiré varios capítulos por parejas, para que no se haga pesado leer.

Y sin más preámbulos ya podéis empezar a leer

Ichigo entro a casa tambaleándose de manera errática y como si fuera un Zombie, el pobre peli naranja estaba pasando por días de mucho estrés por el cierre del semestre y los parciales. Arrastrando los pies, se dirigió lentamente hacía la cocina para tomar algo, pero se detuvo en seco, cuando escucho los berridos de su alocado padre… Por variar, Isshin estaba gritando a pulmón entero el nombre de su difunta madre.

—Tsk… A saber que mosca le habrá picado… -Se quejó amargamente, mientras una gran gota caiga por su cabeza-

Cambiando de opinión, se dio media vuelta y camino sin hacer ruido hacía su habitación. Cuando entro en la habitación, tiro su maleta con desdén sobre un silla y luego se dejó caer pesadamente sobre la cama.

—¡Ay, ay que daño! –Exclamo una pequeña vocecita debajo de sus cobijas- ¡Serás burro!

Ichigo dio un salto de la cama y de un solo movimiento quito las cobijas, cuando vio quien era la causante de la voz ¡Casi se le salen los ojos de las orbitas! La maldita enana de las narices, se había colado en su cama, vestida únicamente con un sugerente picardías negro. La sensual imagen de la morena se grabó con fuego en sus retinas.

Viéndose descubierta, la joven lo saludo nerviosa con una mano.

—H-hey H-H-Hola…I-Ichigo –Exclamó tartamudeando, era lo único que le ocurría decirle al ver la descompuesta cara del joven-

Pero el joven, no le contesto. Solo se giró y recogió las cobijas, para luego tirárselas encima, tapándola.

-EHHH ¿QUE HACES? –Se quejó la morena, mientras trataba de quitarse las cobijas, si el peli naranja pensaba, que se iba a quedar quieta ¡Estaba muy equivocado!-

Ichigo al ver, como asomaba de nuevo una de las torneadas piernas de la morena, empezó a aplicar fuerza sobre las cobijas, para evitar que se destapara, haciendo que la joven empezara a gruñir y forcejear como si fuera un escarabajo patas arriba.

—¡QUEDATE QUIETA MALDITA SEA! –Chilló histérico, mientras un pequeño hilo de sangre salía de su nariz, la imagen sensual de la chica lo estaba matando- ADEMAS ¿¡COMO TE ATREVES A VESTIRTE ASI!? Y AÚN MAS GRAVE, ¡METIDA EN MI HABITACIÓN!

—¡DEJAME SALIR IDIOTA! –Se quejó la morena, mientras empezaba a ganar la lucha de quitarse las malditas cobijas-

Entre el tira y afloja, acaeció la tragedia, cuando el sonido de una de las cobijas rompiéndose dejo a los dos jóvenes helados.

—¡MI… MI COBIJA! –Chilló atónito Ichigo mientras veía la cobija rota- ¡HAS ROTO MI COBIJA!

—¡ES TU CULPA! –Le increpo la morena- ¡ERES UN BURRO!

Ichigo cerro los puños mientras temblaba de la rabia, la enana se estaba buscando una muerte rápida y dolorosa… Pero, cuando la vio quitarse las cobijas y volvió a verla con el provocador y semi transparente picardías, el hilito de sangre que ya caía de su nariz se convirtió en un rio… ¡Tenía que escapar de allí a como diera lugar!. Sin decir, ni una sola palabra más se dio media vuelta y se marchó de la habitación dando un sonoro portazo. Si la maldita enana quería burlarse de él ¡Ya se podía quedar sola!

—¡SERAS ANIMAL! –Grito con rabia-¡¿POR QUE ME DEJAS SOLA!?... –Pero no obtuvo respuesta- ¿Ichigo?... ¿Estás ahí?...

El silencio de la fría habitación la hizo estremecer, su pequeño rostro se llenó de tristeza se quedó un rato sentada en silencio, meditando sobre lo ocurrido… Y tal vez, pensando que él volvería. Pero, lo conocía, sabía que el peli naranja no iba a volver, después de irse de esa manera.

Con carita de tristeza, de su pequeño escote se sacó una pequeña libreta rosada con cara de Chappy, desde que había visto a Matsumoto sacarse cosas de su escote trataba de imitarla… Aunque, con tan poco pecho, la pobre no podía cargar muchas cosas y casi todas se le caían por entre la ropa*…

*N.A Agg morí jajajaja

—Primer intento fallido… –Exclamó con pena, mientras tachaba algo en su mini libreta con su mini lápiz-

Tal vez, la idea de meterse en su cama, antes que de que él lo hiciera, no era buena... Tendría que hacerlo de otra manera…

Al siguiente día a media noche…

La casa de los Kurosaki, estaba en silencio mientras que sus habitantes dormían plácidamente… Todos menos uno… Rukia caminaba de puntillas hacia la habitación de Ichigo, dispuesta a cumplir su misión.

Finalmente, llego a la puerta del peli naranja y con cuidado la abrió, evitando hacer ruido, después se metió dentro, respiro aliviada al sentirse segura y no descubierta. ¡La primera parte de su plan, había salido a la perfección!, pero no podía relajarse… Aún le quedaba la parte más difícil. Así, que se armó de valor y se acercó lentamente a cama de Ichigo. Aliviada comprobó, que el joven dormía a pierna suelta, ignorante de la calamidad que se avecinaba…

¡Perfecto! –Susurro la morena con jubiló- Ahora ¡Solo tengo que seguir con el plan!

Pero, antes de seguir adelante con su elaborado plan, la joven reparo en el aspecto de Ichigo, el cual parecía que se hubiera peleado con las cobijas, en medio de la ¨lucha¨, se había destapado y desajustado el pijama dejando al descubierto parte de su torneado vientre. La imagen de la perfecta y espectacular tableta de chocolate del torso del joven, la dejo en shock. Ella estaba acostumbrada a ver hombres musculosos*, pero verlo así, hizo que un gran escalofrío le recorriera todo el cuerpo.

*N.A. ¡Maldita enana! Todas te odiamos T-T

La suave respiración de Ichigo movía rítmicamente su vientre, haciendo que ella sin poderlo evitar, cayera aún más, ante su creciente deseo. Aquel deseo, que le pedía a gritos tocar aquel desnudo torso… Nerviosa, apretó los puños, tratando de frenar el insidioso deseo… Pero era inútil… La pobre ya estaba atrapada en la telaraña de sus bajas pasiones y nada, ni nadie podría salvarla. Su cuerpo reacciono ante el deseo, haciendo que su mano se moviera instintivamente hacía el desnudo torso, luego, temblorosa bajo la mano, hasta que suavemente la yema de sus dedos, tocaron suavemente la firme y suave piel del joven, aquello, hizo que una corriente eléctrica atravesara todo el cuerpo de Rukia, estremeciéndola hasta la medula y haciendo que se le pusiera la piel de gallina.

Esto… No está bien… -Exclamo entre dientes, mientras trataba de calmarse-No… No puedo…

Pero, ya le era imposible parar, cada fibra de su cuerpo le pedía a gritos más y más… Así que, movió lentamente la mano, dibujando con la yema de sus dedos, los marcados abdominales del joven y entre más lo tocaba, más se agitaba su respiración ¡Necesitaba sentir aún más!... Lentamente, bajo la mano hasta posarse sobre su torso, haciendo que otra gran ráfaga de deseo la inundara por completo. Si algo no la detenía… Las cosas iban a acabar muy mal.

Ansiosa de deseo, su mirada nerviosa bajo lentamente por el torso, hasta llegar al inicio del pantalón del pijama… Inconscientemente, se mordió ligeramente el labio inferior. Mientras sus bajas pasiones la empujaban a seguir viendo y sintiendo más de Ichigo. Totalmente doblegada ante su deseo, dirigió su otra mano hacia la goma de pantalón y con cuidado, metió un par de dedos dentro, respiro nerviosa, trago saliva y luego alzó ligeramente la goma, luego inclino ligeramente la cabeza para ver dentro… Tan cerca estaba de ver, que pensó que nada se interpondría en su camino… O eso, pensaba.

—¿Qué haces Rukia-chan? –Preguntó preocupada vocecita cerca de su oído-

Rukia dio un pequeño grito ahogado, aterrada giro el rostro y se encontró con dos pequeños ojitos de peluche, que la miraban contrariado desde su hombro… ¡Era Kon! ¡La pobre deseo que la tierra se la tragara! El maldito peluche había estado observando TODA la escena…

—¿Qué pretendías hacer? –Volvió a preguntar con insistencia, mientras dirigía la mirada a las manos de la chica-

Pero Rukia fue incapaz de responderle ¿Qué podía decirle? ¿Qué verosímil historia podría contarle, para sacarla de ese embrollo?... Kon la miro con tristeza ante su silencio, luego pequeñas lagrimitas empezaron a asomar por sus ojitos.

—Últimamente… Te estás comportando de manera extraña Rukia-chan… –Se quejó amargamente, mientras iba subiendo aún más el tono de su voz- Porque…

Rukia maldijo mentalmente al maldito peluche ¡Tenía que hacerlo callar!... Si seguía hablando, despertaría a Ichigo... Pero, desafortunadamente, la pobre no tuvo tiempo de hacer nada… De golpe Kon abrió su boca de manera descomunal y empezó a gritar a pleno pulmón.

—¿PORQUE MANOCEAS ASI A ICHIGO? –Preguntó chillando, mientras frotaba su peluda cara contra ella- ¡SI CONMIGO PUEDES HACER LO QUE QUIERAS!

Eso ¡Lo último que le faltaba a Rukia! Que el frenético peluche la acosara, así que la pobre estallo, sin pensar en las consecuencias…

—MALDITA SEA ¡CALLATE KON! –Chillo, mientras lo mataba con la mirada y le tapaba con fuerza la boca-¡QUE DESPERATARAS A ICHIGO!

Fue entonces, cuando todo fue a peor… Como cual Titanic, apareció un gigantesco iceberg para acabar con ella…

—Se puede saber… ¿Qué diablos estás haciendo enana? –Preguntó Ichigo con voz tenebrosa-

Rukia se quedó paralizada, mientras sentía que todo a su alrededor se tornaba negro… Lentamente, fue girando la cabeza hacia el joven, como si fuera una autómata… Finalmente, su aterrada mirada se encontró con la mirada fría y asesina que le estaba dedicando el joven.

—Y-Y-Yo… Y-yo… N-No… No… No estoy haciendo… nada –Tartamudeo nerviosa-

Ichigo frunció aún más el ceño, mientras que lentamente una gran aura negra rodeaba todo su cuerpo, después bajo la mirada a su vientre y molesto vio como una de las manos de la enana, levantaba la goma de su pantalón.

—Pues… Eso no es lo que parece… -Exclamó con frialdad- ¿Qué diablos estabas haciendo?

Rukia trago saliva nerviosa y sin saber que hacer... Su situación era crítica: El maldito peluche seguía refregándose contra su cara, mientras seguía gritando incoherencias… Y Ichigo… Ichigo simplemente quería matarla... Así, que optó, por retirar nerviosa la mano de su pantalón.

—¡RESPONDEME MALDITA ENANA! –Grito con furia el peli naranja al ver que no le contestaba- ¡DIME QUE ESTABAS HACIENDO!

Rukia se estremeció ante el grito, abrió la boca y la movió, pero de sus labios no salió ni un solo sonido… ¡Estaba totalmente en shock y sin saber que responderle! Pero, afortunadamente para ella ¡Alguien intervino salvándola de los infiernos!… O eso, es lo que parecía en un principio.

—¡Tsk! ¿En serio tienes que preguntárselo? -Exclamo molesto Isshin a sus espaldas- Hay que ser imbécil, para no darse de cuenta de lo que estaba haciendo… Que hijo tan estúpido tengo…

Rukia se giró hacia Isshin y lo vio apoyado contra la pared con los brazos cruzados y observando toda la escena.

—¿¡QUE DIABLOS HACES TU TAMBIEN EN MI HABITACIÓN!? –Chillo histérico Ichigo, viendo como su precaria situación iba de mal a peor…-

—Escuche gritos y vine a ver qué pasaba –Se excusó Isshin mientras se encogía de brazos- Pensé que os había pasado algo grave… Pero vengo y me encuentro con esto… -Después miro a su hijo dedicándole una mirada de reprobación- En serio, hay que ser idiota para reaccionar así delante de tu novia…

El rostro de Ichigo se tornó rojo de la rabia y siguió chillando como un poseso.

—¡DEJA DE INSULTARME! ¡Y LARGATE DE MI HABITACIÓN SI NO QUIERES QUE TE ECHE A PATADAS!

Pero, las desgracias del pobre peli naranja no acababan allí… Todo fue aún a peor, cuando Yuzu entro en la habitación dispuesta a defender a su padre.

—¡Ni-chan! ¡No grites así a Papá! ¡El solo se preocupa por ti! Y tú… tú…

La vocecita de Yuzu se apagó al instante, cuando vio la sexy vestimenta de Rukia, la adolescente avergonzada se dio media vuelta mientras se tapaba los ojos.

—¡Lo siento! ¡Lo siento! –Se disculpó mientras hacía varias reverencias a la pared-

Rukia, llevaba puesto un ajustado y elaborado corsé rosado. La parte trasera del corsé, estaba cerrada por delicados lazos rosados, que acaban en un delicado moño y a juego llevaba unas diminutas braguitas rosadas llenas de encaje. De las braguitas salían dos delicadas tiras de seda, que se unían a unas delicadas medias veladas rosadas con encajes.

—¡Papá!... ¡¿Para que los interrumpes?! –Le recrimino Yuzu a su padre mirándolo de reojo a través de sus manos- ¡Así nunca serás abuelo!

Aquel comentario, hizo que una gran roca cayera del cielo aplastando a Ichigo cual cucaracha al estilo anime, dejándolo completamente K.O.… Aquello era lo último que le faltaba ¡Que hasta su hermana malinterpretara las cosas!

—¡N-no… No es lo que crees! –Se defendió inútilmente Rukia, mientras que avergonzada por la reacción de Yuzu, se tapaba torpemente lo que buenamente podía con sus pequeñas manos-

—¡No te preocupes Rukia-chan! –Le ánimo Yuzu sin girarse a verla- ¡Yo me llevare a Papá para que podáis seguir!

Yuzu cogió del brazo a su padre y empezó a jalar de él sacándolo de allí, mientras seguía reprendiéndolo por su actitud.

—No seas malo Papá, ¡Que yo quiero ser tía! Y así nunca lo seré…

Aquellas últimas palabras, hicieron reaccionar a Ichigo, que de un solo golpe se quitó la gran piedrota que tenía encima. El rostro del peli naranja era un poema, lleno de vergüenza e ira por lo absurda de la situación. Aspiro con fuerza y después estallo como un gran volcán en erupción.

—¡SE ACABO! ¡YA BASTA DE TANTA ESTUPIDEZ! ¡TODO EL MUNDO FUERA DE MI HABITACIÓN!

Sin mediar palabra, salto de la cama y saco a Yuzu empujándola suavemente por la espalda, después volvió a entrar, cogió a su padre de un brazo y lo estampo contra la pared fuera de su habitación.

—¡ESPERA ICHIGO! –Trato de calmarlo Kon, mientras se postraba de rodillas al suelo rogando con las manos- ¡QUE YO NO…

Pero el pobre peluche, no pudo acabar la frase, Ichigo lo agarro con fuerza de la cabeza y lo tiro por la ventana como si fuera un lanzador de béisbol. La ira de Ichigo era tan grande que resoplaba con fuerza como si fuera un toro de lidia ¡Y todo gracias a la enana de las narices!

—¿E-e-estás bien Ichigo?... –Preguntó Rukia asustada por su reacción-

Sus palabras hicieron que él se pusiera recto como una tabla y se girara a verla. ¡La maldita enana aún tenía la cara dura de seguir en su habitación!

—¿¡PERO QUE DIABLOS HACES AÚN AQUÍ!? ¡LARGATE DE MI HABITACIÓN SI NO QUIERES QUE TE ECHE A PATADAS!

Rukia sabía que había ¨actuado¨ mal, pero aquello tampoco le daba derecho a amenazarla de esa manera.

—No serias capaz… -Le respondió ella con voz peligrosa y mientras lo miraba seriamente-

Ichigo le mantuvo la mirada durante unos segundos… Pero, la imagen sexy de la joven vestida de esas guisas y mirándolo sería como si fuera un felino, encendió varias alarmas en su cabeza. Así que sin dudarlo, cortó el problema de raíz, recogió una de sus cobijas se la tiro encima a la joven, luego agarro la cobija con ella dentro como pudo y la alzó poniéndosela al hombro.

—¡ESPERA ICHIGO! –Se quejó mientras pataleaba bajo las cobijas- ¡¿QUE HACES?!

Pero ella no obtuvo respuesta, lo único que sintió fue el fuerte golpe en su trasero, cuando él la tiro fuera de su habitación y antes que pudiera reaccionar, Ichigo cerró la puerta a cal y canto dando un sonoro portazo.

—¡ICHIGO BAKA! -Chillo molesta, mientras aún peleaba por quitarse la cobija-

Cuando por fin se quitó, lo primero que vio fue la fría puerta cerrada.

—Sera idiota… -Exclamó dolida-

Miro en silencio la puerta, mientras pensaba en que hacer… Intentar hacer algo ahora, sería un suicidio. Así que optó por levantarse del suelo e irse a su habitación. Tendría que tachar otro intento fallido en su agendita… Menos mal todavía tenía varios días para seguir intentándolo…

Al otro día de madrugada…

Rukia estaba de nuevo frente a la puerta de Ichigo. Pero, esta vez se había encargado de anular cualquier interrupción: Kon estaba fuertemente amarrado a la taza del baño y el resto de la familia dormía plácidamente, gracias a un spray especial para dormir humanos que le había comprado a Urahara. Esta vez ¡Nada, ni nadie la detendría!

¡Bien! Hoy seguro lo logro... –Susurro nerviosa dándose ánimos-

Puso su mano suavemente sobre el pomo de la puerta y trato de girarlo… Pero para su desgracia, ¡Ichigo había puesto el seguro! La morena murmullo varios improperios contra el peli naranja... Pero, si él pensaba que haciendo eso, iba a detenerla ¡Estaba muy equivocado!

Decidida, salió al jardín y trepo por la fachada de la casa como si fuera una araña, hasta la ventana abierta de Ichigo, luego se deslizó dentro. Afortunadamente para ella, la cama estaba pegada a la ventana, lo que le facilito aún más las cosas. Con cuidado de no hacer ruido, gateo hasta la cabecera de la cama y comprobó aliviada, que él aún dormía profundamente.

De golpe, una gran ráfaga de viento entro por la ventana haciéndola estremecer, la pobre iba medio desnuda y el frio le hizo poner los pelos de punta. Si no se colaba ya en su cama ¡Se iba a morir de frío! Con cuidado levanto la cobija y se deslizó lentamente dentro. El calor de la cama la hizo sonreír, se estaba muy a gustito con tanto calor. Así que se quedó inmóvil durante unos segundos disfrutando del calor, hasta que finalmente un rápido pensamiento la dejo totalmente descolocada.

—¡Por fin lo he logrado!… Pero ¿Y ahora qué hago? La misión era colarse en su cama y mejorar nuestra relación… Pero… Pero, no creo que sea a esto a lo que se refería Matsumoto….

Nerviosa alzó la mirada y se encontró con el apacible rostro dormido del joven, Ichigo estaba durmiendo plácidamente. Verlo dormir tranquilo y sin gritar era muy raro… Así que se quedó mirándolo un rato estudiando sus facciones. La respiración suave de Ichigo y el calor que emitía su cuerpo, hizo que Rukia se relajara aún más, mientras que poco a poco aquello empezó a arrullarla… La pobre, llevaba varios días sin dormir bien, debido a tanto intento fallido. Finalmente el cansancio, le pasó factura y lentamente fue cerrando los ojos, hasta quedarse profundamente dormida…

Al otro día…

El sol de la mañana entraba con fuerza en la habitación. Ichigo abrió los ojos lentamente y poco a poco su cuerpo fue reaccionando. Extrañamente se sentía más cansado que de costumbre, intento levantarse de la cama pero no pudo, sentía un gran peso sobre su pecho, adormilado bajo la mirada y al momento comprendió el motivo de su cansancio… ¡La maldita enana de las narices dormía agarrado a él como si fuera una garrapata! Uno de sus menudos brazos lo agarraba con fuerza del pecho mientras que una de sus piernas lo atrapaba con fuerza de la cintura.

Aquello, hizo que él pobre se quedara paralizado, mientras que un rio de gotitas de sudor bañaba su rostro. Con la mirada recorrió el brazo de la joven hasta llegar a su pequeño escote y palideció cuando vio como sus pequeños pechos se ¨frotaban¨ contra él con cada respiración suya. Nervioso, trago saliva y utilizando la única mano que le quedaba libre, trato de apartarla. Pero la maldita enana, no se movía por lo que la empujo con más fuerza.

No… Chappy no te vayas….-Mascullo entre dientes, mientras lo agarraba con más fuerza-

Escucharla llamarlo Chappy y que se ¨refregara¨ aún más a él, lo hizo montar en cólera y se levantó de la cama con violencia, haciendo que la joven cayera de lado sobre la cama. Después se alejó, aspiro con fuerza y abrió la boca dispuesto a gritarla dándole una buena reprimenda. Pero, cuando vio cómo iba ¨vestida¨ esa vez, se quedó con la boca abierta y más blanco que un papel. ¡Rukia solo tenía puesto un pequeño sostén rosado transparente, acompañado de unas micro tanguitas del mismo color.

—¡WAAAA! –El pobre emitió un ligero gritito ahogado, para después quedarse en silencio y totalmente en shock-

Rukia ante el abrupto despertar, se sentó pesadamente sobre la cama mientras se sobaba los ojos, aquel movimiento, hizo que una de las delicadas tiras de su sostén se le resbalara por el hombro, dejando al descubierto una pequeña parte de su pecho. Aquello hizo que el pobre Ichigo, alzara tembloroso una mano y señalara su pequeño pecho mientras movía la boca tratando de hablar pero sin emitir una sola palabra.

Rukia aún adormilada, miro extrañada la habitación sin recordar lo sucedido la noche anterior. Poco a poco se fue despertando aún más y su mirada finalmente se encontró con la mirada petrificada de Ichigo… Y al ver su descompuesto rostro, recordó exactamente donde estaba y que había pasado….

—Erm… B-Buenos días… -Fue lo único que se le ocurrió decir, mientras le dedicaba una leve sonrisa tratando de suavizar la violenta situación-

Ichigo sin responder, retrocedió instintivamente hacía atrás mientras seguía señalándola. La imagen de aquel pequeño pecho hizo que un hilito de sangre saliera de su nariz… Rukia al ver la sangre se preocupó y de un salto de levanto de la cama y camino hacía el. La imagen de la chica caminando hacia él en ropa interior y con el sostén cayéndose aún más, hizo que el hilito de sangre se convirtiera en un rio…

—¿¡ESTAS BIEN ICHIGO!? –Preguntó preocupada, mientras caminaba alzando una mano hacía él-

Aterrado, Ichigo retrocedió aún más pegándose a la pared como una lapa, tratando de alejarse de ella. Rukia al ver su acción se acercó aún más, lo que hizo que él se alejara aún más… Fue entonces, cuando se creó una estúpida ¨persecución¨ por cada paso que ella daba, él se alejaba otros dos pasos pegándose contra la pared.

—¡Quédate quieto! –Le increpo, mientras se acercaba más y trataba de agarrarlo de nuevo con una mano-

Pero Ichigo no estaba dispuesto a que ella lo alcanzara y se diera cuenta de la gran protuberancia que tenía en su entrepierna. Por lo que, la estúpida persecución se prolongó aún más, hasta que finalmente Ichigo se acercó a la cama y al igual que la noche anterior, le tiro encima las cobijas y la saco a empujones de su habitación, para luego cerrarle de nuevo la puerta en las narices de un golpazo. Rukia se quitó las cobijas y con rabia, descargo toda su frustración dándole fuertes golpes a la puerta mientras gritaba.

—¡ICHIGO BAKA! ¡MALDITA SEA! ABREME!

Pero era inútil. La maldita puerta ¡Volvía a interponerse en su camino! Abatida puso la cabeza sobre la puerta, mientras hacía pedacitos mentalmente al obstinado peli naranja.

—Ehm… Buenos días Rukia… -Exclamo Karin, que se acaba de levantar e iba para la cocina y cuando vio toda la escena, se había quedado en silencio esperando el momento oportuno para hablar- ¿Estás bien?

Rukia giro el rostro y la miro con tristeza. No le hizo falta decirle nada más, Karin comprendió al momento que la frustración de la joven se debía a la loca misión de Matsumoto…

—Vamos a tomarnos un café –Le dijo animándola- Dudo que mi hermano te abra la puerta…

Rukia resignada asintió con la cabeza.

Varios minutos después…

Las dos estaban sentadas en el comedor, Rukia se había puesto su levantadora de Chappy y bebía lentamente de su taza de café.

—¡Vaya! Así, que eso fue lo que paso. –Exclamo Karin un tanto divertida, hubiera dado lo que fuera, por ver a su hermano sufriendo de esa manera, después volvió la mirada a la destrozada joven y sintió algo de vergüenza por divertirse con sus desgracias- No te preocupes, mi hermano es muy corto de entendederas y era más que previsible que reaccionara así.

Rukia le miro esperanzada, tal vez iba por buen camino…. ¡Tal vez su ¨cuñada¨ tenía la solución a sus problemas!...

—Entonces ¿Qué tengo que hacer? –Le preguntó emocionada y con un montón de estrellitas en sus ojos-

Karin dio un largo sorbo a su taza de café mientras pensaba. Finalmente le dijo lo que pensaba.

—Lo que pasa, es que mi hermano es un bruto y con esas tácticas tan ¨suaves¨ qué estás aplicando no lograras nada. Lo único que conseguirás, es que él se aparte aún más de ti.

El rostro de Rukia se ensombreció. ¡Eso era lo último que le faltaba! Lograr que él se distanciara más de ella.

—Pero ¡Yo no quiero eso! –Exclamó aterrada solo al pensar en aquella remota posibilidad- ¿Qué tengo que hacer?

Karin le dedico una mirada de soslayo, le daba mucho pesar la shinigami, pero ella no era la más apropiada para decirle que hacer… Su única ventaja, era que conocía bien a su hermano. De golpe un recuerdo de su infancia le dio la solución… Recordó, que cuando era pequeño, la única forma que tenía su padre, para obligarlo a tomarse las medicinas cuando estaba enfermo era amarrándolo a una silla…. Tal vez ¨eso¨ podría funcionar… Brevemente le explico su ¨inocente¨ idea a Rukia y para cuando acabo de contárselo, la pobre morena tenía los ojos abiertos como platos y la miraba sin dar crédito a lo que le estaba proponiendo…

—¿A-a-atarlo? P-p-pero… Yo… Yo… -Balbuceo mientras trataba de imaginarse aquello-

Karin se encogió de hombros, mientras le daba otro gran sorbo a su taza de café.

—No pierdes nada. Seguramente se cabreara mucho cuando lo hagas –Exclamo la joven mientras se encogía de hombros- Pero, creo que ya lo has molestado de sobra con todos los intentos anteriores… Así, que dudo que pueda cabrearse aún más…

Rukia bajo la mirada a su taza, mientras trataba de asimilar dicha idea…

—Y no te preocupes, yo te ayudare. –Le tranquilizo Karin- Yo me encargo de que no haya nadie en casa.

Rukia trago saliva, mientras se sentía como si estuviera al borde un precipicio y Karin estuviera a sus espaldas sonriendo de manera diabólica, dispuesta a tirarla al abismo…

—No… No estoy segura…. –Exclamó al cabo de un rato-

Karin le dedico una sonrisa socarrona mientras ponía su mano sobre su hombro dándole ánimos.

—¡Tu tranquila! ¡Veras como todo sale bien!

Rukia frunció el ceño con preocupación… Pero tenía que aceptar la ayuda de Karin… No tenía más ideas de cómo cumplir su misión y faltaban pocos días para la próxima reunión de chicas… Finalmente acepto con la cabeza, después miro a la chica y recordó que ella también tenía una misión.

—¿Y tú misión? –Le preguntó cambiando de tema- Seguro ya la habrás logrado. Tu misión, era más fácil que la mía.

Karin retiro su mano de su hombro y bajo la mirada a su tasa, escondiendo su rostro con el pelo.

—Aún… Aún estoy en ello…. –Respondió con un hilo de voz-

Karin no iba a admitir que su ¨fácil¨ misión, le estaba dando auténticos quebraderos de cabeza. Así que antes que Rukia le siguiera preguntando, se levantó de la mesa y cambio de nuevo el tema de conversación.

—Esta noche me encargare que no haya nadie en casa. –Exclamó mientras le guiñaba un ojo- Así que prepárate, a partir de las 8:00, la casa es toda tuya.

Rukia asintió con la cabeza, mientras su mente era un caos pensando en todo lo que precisaría para esa noche… Esperaba que los ¨sabios¨ consejos de Karin dieran resultando. Aunque la pobre, se estaba agarrando a un clavo ardiendo… Que otra ¨estrecha¨ te diera consejos, era equivalente a que una mujer virgen y sin experiencia, le explicara a una futura madre lo que tenía que hacer durante el parto…

Más tarde, ese mismo día…

Rukia estaba agazapada en el armario de Ichigo. El armario del joven parecía un escenario de guerra: Habían varios tipos de cuerdas, palos de diversos tamaños y varias mantas. Todo estaba planeado al detalle, la morena hasta había dibujado Chappys con todos los pasos a seguir y los había pegado en el fondo del armario, repasando una y otra vez lo que iba a hacer. Esta vez, estaba segura que todo saldría bien... Gracias a Karin la casa estaba vacía y Yuzu hasta se había llevado a Kon con ella.

Nerviosa volvió a mirar su reloj, ya eran más de las diez y supuestamente Ichigo ya debería estar en casa. Tanto esperar la estaba matando y ya tenía las piernas agarrotadas. Cuando apareciera el maldito peli naranja ¡Se las pagaría todas juntas por hacerla esperar tanto!

Finalmente, varios minutos después, escucho como la puerta de la habitación se abría lentamente. Rukia entre abrió ligeramente la puerta del armario y vio como Ichigo entraba con sigilo en la habitación, el pobre, después de tantos ataques vivía constantemente alerta, ante cualquier posible nuevo ataque…

Ichigo paranoicamente miro de un lado para otro, luego quito las cobijas de la cama de un solo tirón y las tiro lejos, reviso la cama, luego se agacho para descartar que no hubiera nada debajo, después se asomó por la ventana, paranoico siguió revisando su habitación ¡Hasta miro debajo de su escritorio! Y cuando por fin, se convenció que estaba solo, dejo escapar un largo suspiro.

—Esto, no puede seguir así… -Exclamo con voz cansada, mientras tiraba su maleta sobre la silla -

Desde que Rukia, se comportaba de manera extraña, el pobre vivía en una situación de peligro inminente. Esperaba que por lo menos aquella noche pudiera dormir tranquilo… Pero, pronto su ¨pequeña ¨paz, ¨ se hizo pedacitos, cuando de la nada ¡Apareció una gran cuerda que rodeo su pecho! Y antes que pudiera reaccionar, Rukia salto fuera del armario y empezó a correr a su alrededor amarrándolo con la cuerda por todo el cuerpo.

—¡MALDITA ENANA QUE DIABLOS HACES! –Grito tratando de zafarse-

Pero ella no le escucho, siguió corriendo atándolo más y más, hasta que finalmente lo dejo tan atado que parecía un gusano gigante. Después Rukia le dio una fuerte patada en el trasero, que lo hizo caer boca abajo sobre la cama.

—¡SUELTAME! –Chillo Ichigo, mientras se agitaba violentamente hecho un gusano - ¡ESTAS LOCA! ¡SUELTAME!

Rukia volvió a hacer gala de su ¨delicadeza¨ y le dio una ¨suave¨ patada que lo hizo ponerse boca arriba sobre la cama.

—¡SUELTAME MALDITA PSICOPATA! ¡SUELTAME O TE MATO!

Pero Rukia lo ignoro y se fue corriendo al armario, donde saco más cuerdas y un palo. Fue entonces cuando con horror, Ichigo pudo ver mejor el atuendo de la joven ¡Otra vez iba en ropa interior! Esta vez el modelito era de color negro y de encaje.

—¡SUELTAME! –Chillo aún con más fuerza-

Pero Rukia siguió ignorándolo. Quito algunas de las hojas de Chappys del armario y consulto lo siguiente que tenía que hacer.

—¡SI NO ME SUELTAS! ¡SEGUIRE GRITANDO HASTA QUE TODOS ME OIGAN!

Rukia dejo de repasar sus hojas y lo miro de reojo, dedicándole una mirada de loca desquiciada.

—¡Estamos solos en casa! Nadie… NADIE va a interrumpirnos esta vez…

Ichigo palideció al escucharla y empezó a moverse de nuevo como un gusano tratando de escapar.

—¡ESTAS LOCA! ¡SUELTAME! ¡LOCA! ¡PSICOPATA!

Pero ella ignoro de nuevo sus gritos, siguió mirando las posibilidades sobre lo que haría primero. Tan absorta estaba revisando sus planes, que no se dio cuenta que Ichigo había logrado ponerse en pie e iba dando saltitos hacía la puerta.

—¡¿A DONDE VAS?! –Le reprendió mientras de una fuerte patada lo tiro al suelo, frustrando su escape-

—¡ERES UNA PSICOPATA! ¡SUELTAME!

Rukia negó con la cabeza, Era ahora o nunca. Así que opto por saltarse varios pasos y fue directa al grano, empujo a Ichigo hasta ponerlo correctamente boca arriba. El peli naranja aterrado, vio como la joven abría las piernas para luego sentarse sobre su pelvis. Aterrado tiro la cabeza hacía atrás con fuerza para evitar verla.

—¡Mírame Ichigo! –Le Ordeno mientras se reclinaba suavemente sobre él-

Pero Ichigo cerró fuertemente los ojos, solo imaginarse de nuevo la imagen de la chica exponiéndose a él de esa manera hacía estragos en él.

—¡Abre los ojos! –Volvió a ordenarle- ¡No te comportes como un crio!

—¡E-estás loca! –Respondió mientras negaba fervientemente con la cabeza- ¡LOCA!

Rukia bajo la cabeza acercándose a su oído, tratando de convencerlo.

—No me ignores… Abre los ojos… -Susurro con delicadeza-

Ichigo se estremeció, al sentir la calidez de su respiración en su oído y giro con violencia la cabeza hacia el lado contrario, mientras cerraba con más fuerza los ojos. Rukia ante su negativa volvió a sentarse sobre él.

—¿En serio no quieres verme? –Preguntó al cabo de un rato con cierta pena en su voz-

—¡QUIERES QUITARTE DE ENCIMA MIO! –Chillo desesperado, mientras se movía tratando de escapar de nuevo, podía sentir como el peso de la chica sobre él, empezaba a pasarle factura- ¡ESTAS LOCA!

El rostro de Rukia se ensombreció por completo, su última oportunidad de lograr ¨algo¨ con Ichigo, no estaba funcionado... Lo único que había logrado, es que ahora ni siquiera quisiera verla. Aquello hizo que su corazoncito se encogiera de pena. Trago saliva y por primera vez le hablo directamente.

—¿Por qué me tratas así Ichigo?... –Preguntó dolida - ¿Tanto te molesta verme?

—¡TODO ES TU CULPA POR ACOSARME ASI! –Chillo defendiéndose-

Rukia frunció el ceño molesta.

—¡Es que no me dejas otra opción! –Le increpo- ¡Me tratas como una extraña! Antes, ibas a mi habitación por las noches, me besabas… Y… Y… -Rukia se sonrojo al recordar la embarazosa situación del baño*- Y… Hasta me tocabas… Pero desde entonces… ¡Ni me hablas! ¡Ni me tocas! Hasta parece que me odiaras o que te diera asco acercarte a mi…

*N.A. Esta situación la describiré más adelante, no rasgaros las vestiduras…

Un tenso silencio se hizo en el ambiente, Rukia lo miro en silencio, esperando oír la respuesta que tanto deseaba escuchar… Que le dijera, que todo era un mal entendido… Que era algo pasajero y que todo volvería a hacer como antes…

—¿No vas a responder? –Pregunto al cabo de un rato de silencio y luego formulo la pregunta que le atormentaba- Tú aún…Aún sientes algo por mi Ichigo?

Pero, de nuevo lo único que obtuvo de él, fue su silencio... Supo entonces, que todo era inútil, daba igual lo que ella hiciera, hasta podría correr desnuda frente a él, sabía que él no reaccionaria… Finalmente vencida, dejo escapar un largo suspiro y se levantó de encima de él.

—Esto es inútil… -Exclamo con pena mientras caminaba hacía el armario dispuesta a recoger sus cosas- Da igual lo que haga…

Rukia con desgano empezó a meter sus cosas en una bolsa de Chappy. Aún en el fondo de su corazón, guardaba la esperanza que él le contestara… Aunque, sabía que era el un cabezota y nunca hablaría… Finalmente acabo de recoger todas sus cosas y camino hacía él y lo miro de manera fría.

—¡Si tan solo fueras tan hombre, como los espadas! –Exclamo con rabia al recodar los ardientes relatos de la rubia- ¡Ellos seguramente si sabrían que hacer!

Aquellas palabras, hicieron que Ichigo abriera los ojos como platos, aquella afirmación lo pillo totalmente desprevenido… ¿A santo de qué, Rukia conocía lo que un Espada haría con una mujer?, fue entonces, cuando el pobre peli naranja se vio sumido en el infierno de los celos.

—¿Qué quieres decir con eso Rukia? – Preguntó con voz grave-

Rukia lo miro con indiferencia y sin imaginarse la caja de pandora que estaba a punto de abrir con sus palabras…

—Te aseguro que a Seelee y a Caym no les pasaría esto –Exclamo sería y dándole la última puñalada al celoso corazón del joven- Ellos son unos profesionales y no como tú que eres un novato idiota.

Los ojos de Ichigo se abrieron aún más. Mientras, que su mente era un hervidero de posibles situaciones donde los espadas le hacían cosas a Rukia… ¡A SU Rukia! Los celos de Ichigo crecieron hasta engullirlo por completo. Una gran aura negra rodeo todo su cuerpo e hizo que su reiatsu estallara, haciendo que el suelo bajo sus pies vibrara.

—¿Qué estás haciendo? –Preguntó preocupada Rukia ante al gran estallido del joven-

Pero Ichigo, ya no la escuchaba… Su ira interior crecía sin control. Finalmente exploto haciendo añicos todo a su alrededor. El gran polvo de destrucción de lo que antes era su habitación, cegó momentáneamente a Rukia.

—Cofff cofff –Tocio la joven, mientras movía las manos apartando la densa columna de polvo- ¡¿Pero qué diablos haces Idiota?!

Poco a poco el polvo se disipo y cuando Rukia pudo ver la cara del peli naranja, retrocedió asustada.

—Repite eso que has dicho enana… -Exclamó él con voz profunda y peligrosa-

Rukia trago saliva mientras pensaba en que responder.

—¡RESPONDE! –Chillo histérico, haciendo que todo temblara a su alrededor-

—S-Seelee y… Y Caym… si saben… saben que… que hacer con una mujer… -Fue lo único que atino a responderle-

El rostro de Ichigo se transfiguro aún más de la ira, camino hacia ella y puso su rostro a pocos centímetros de su rostro.

—¿Y COMO DIABLOS SABES TU ESO? –Le recrimino gritándola-

Rukia abrió la boca, pero no pudo responderle nada… ¿¡Cómo podía contarle los relatos embarazosos que le habían contado Inoue y Matsumoto!?... Nerviosa y avergonzada al recordar los picantes relatos, giro el rostro hacía otro lado evitando ver su iracundo rostro.

Aquella actitud vergonzosa, hizo que Ichigo se sumiera aún más en la miseria, A sus ojos ¡Con esa actitud, le admitía que había hecho algo con ellos! Varias imágenes pixeladas cruzaron por su mente, imaginándose a Rukia participando en una orgía con los dos jóvenes…

Sin poder controlar su ira, se llevó la mano derecha a la cara e invoco su máscara de Hollow. Los dos espadas pagarían cara la osadía de tocar a su chica y vivir para contarlo…

—¿¡Q-q-que haces Ichigo!? –Preguntó preocupada, mientras un mal presentimiento le recorría todo el cuerpo-

Pero no obtuvo respuesta… Ichigo dio un gran salto y salió volando de lo que antes era su habitación.

—¡ICHIGO! ¡¿A DONDE VAS?!

Pero ya era muy tarde, el peli naranja había desaparecido en el horizonte. Nerviosa corrió a su habitación a cambiarse, tenía que darse prisa e ir a buscarlo. Estaba segura, que el idiota peli naranja iba a cometer una barbaridad…

Muchas gracias por vuestros reviews y ánimos para continuar , espero en breve poder subir los otros capítulos. Por cierto, como comente en uno de mis autoreviews, gracias por el aviso de la persona que está publicando mis fanfic en otra página. Creo que lo ideal sea que re suba todo allí con la cuenta que me he creado y a su vez suba este fanfic allí.

Saludos y gracias. Os quiero a todos y de nuevo perdón por la demora.