Ya que algunos lo habéis comentado, me gustó la idea de que Beckett reflexionara después de la carta de Royce, así que aunque el orden en la serie no sea así, para escribir el fic lo hice como sí esto hubiese pasado después de el tiroteo.
Al salir del bar, caminamos bajo la luz nocturna de Nueva York, hasta llegar al portal de mi apartamento. Ambos nos miramos.
-¿Quieres subir? – En ese momento me doy cuenta de que me estoy tocando el pelo como una adolescente, rápidamente dejo de hacerlo, aunque creo que él se ha dado cuenta. Me mira, sonríe y me responde.
-Claro. Espero que tengas tequila, sal y lima.
Ambos nos echamos a reír, pero la idea no me parece absurda. De hecho, creo que sí, creo que tengo tequila, sal y limas. Sonrío.
Una vez en mi apartamento le digo a Castle que espere en el salón, mientras yo voy a la cocina. Regreso con dos vasos de chupitos, una botella de tequila, lima y sal.
-Así que te gustó la escena de Nikki y Rook – Añade él, a modo de pregunta.
-Nunca dije que no me gustase.
-Nunca la nombraste.
-No quería alimentar tu ego ¿Te atreves a hacer los honores? – pregunto, señalando la botella de tequila.
Sirve un poco de tequila en cada vaso. Corta la lima y después coge la sal, me mira y yo le miro a él, adivinando lo que va a hacer. No me esperaba que comenzase tan directo, pero no me importa. Extiendo mi brazo y él pone un poco de sal en mi mano. Me mira y veo un tono de diversión en su rostro, seguramente le divierte protagonizar una escena de su propio libro, incluso a mí me divierte. Así que me sostiene la mano y lame la sal de ella, lo hace despacio, disfrutando del momento. Siento un escalofrío por todo el cuerpo. Coge el chupito y se lo bebe de un trago, llevándose a la boca la lima después. Ahora soy yo la que coge su mano y vierte sobre ella la sal. Le miro a la cara, a los labios, quiero besarle en la boca, pero me contengo y dirijo mi boca hacia su mano, disfrutando el momento, lamiendo la sal sobre ella. Noto cómo su respiración se acelera. Me ofrece el chupito y me lo bebo de un trago, acto seguido me ofrece la lima, pero la aparto, me acerco a su boca y comienzo a besarle. Todavía tiene el sabor de la lima en sus labios, así que los recorro con mi lengua, saboreando el gusto cítrico y la sal. Él, más que besarme se deja que le bese, está disfrutando del momento, lo puedo notar. Nos estamos dejando llevar. Él se inclina, haciendo que nuestras bocas se separen poco a poco. Me retira delicadamente el pelo hacia un lado y me extiende un poco de sal sobre mi cuello. Nos miramos, divertidos por aquello. Vuelve a llenar su vaso de tequila y yo le sostengo la lima. De pronto comienza a lamerme la sal de mi cuello. Esto es tan excitante. Después de beberse el chupito y coger la lima, es mi turno. Pero voy algo más allá. Le desabrocho la camisa y, le pido que se tumbe en el sofá. Pongo algo de sal en su pecho y comienzo a lamerla. De pronto me doy cuenta de que no he vuelto a llenar el vaso de tequila. No importa. Continuo besándole el torso desnudo, subiendo por el cuello, hasta llegar a su boca.
-Vamos al dormitorio.
Le cojo la mano, guiándolo hasta el dormitorio. Allí me rodea la cintura, mientras yo pongo mis manos sobre su cabeza, besándole mientras le toco el pelo. Siempre había querido hacer eso con Rick. Sin dejar de besarnos, termino de quitarle la camisa y la dejo caer al suelo. Él introduce sus manos por debajo de mi camiseta, tocándome la piel, explorando. Después de quitarme la camisa, sin dejar de besarnos excepto haciendo pequeñas pausas para poder coger aire de nuevo, vuelve a colocar su manos en mi espalda, esta vez buscando el cierre del sujetador. Cuando lo encuentra, lo desabrocha suavemente y me lo quita. En ese momento, deja de besarme. Está mirando la cicatriz de mi disparo, allí, entre mis pechos. Cojo su mano y la pongo sobre mi cicatriz. Aquello no me volvería a hacer más daño. Estaba superado y este gesto era una clara muestra de ello.
Me lleva hasta el borde de la cama, hasta que mis piernas topan con ésta. Delicadamente nos dejamos caer sobre el colchón. Continuamos besándonos, explorándonos. Bajo mis manos y le desabrocho el pantalón. Él hace lo mismo con el mío y ambos nos deshacemos de ellos torpemente, dejando toda la ropa esparcida por la habitación.
Continuamos desatando nuestra pasión, explorándonos, conociéndonos de una forma que no nos habíamos conocido antes. Explorando cada rincón del otro, simplemente disfrutando del momento. Olvidándonos del mundo.
En este capítulo Castle y Beckett protagonizan una escena que aparece en el libro Ola de Calor. Espero que os haya gustado :P