Hetalia no es mío, y los personajes son de sus respectivos autores.
Palabras: 490
Notas: Esta cosita es mi pequeño aporte al Evento USxScotland 24/03/2013. Pensando en mi adicción por el yaoi se me ocurrió pensar sobre las cosas a las que son adictas este par, y voilà! Mi aparente incapacidad para escribir diálogos si está Scott presente es evidente...
Adicciones
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Las adicciones existen de todas las clases y magnitudes, en la mayoría de las ocasiones van de la mano de las obsesiones.
Tientan a la carne y al espíritu y te hacen caer frente a tus más grandes deseos, ambiciones o debilidades. Corrompen la mente, oscurecen el juicio y la razón y te dejan sediento de más para que vuelvas en su búsqueda.
Las peores fechorías se han cometido por obsesión, los más crueles actos por la adicción, sin embargo en su naturaleza no está el provocar sentimientos oscuros, es el hombre el que desea cosas prohibidas y las naciones tampoco se ven exentas del abrazo seductor de ese par de gemelas.
Pero entre todos los países se destacan dos por su poca voluntad a combatir sus adicciones. El gallardo y seductor Escocia con sus gaitas y su whisky; Estados Unidos con su refresco y sus hamburguesas.
El mundo critica aficiones y adicciones, pero solo las que están a la vista, porque esas no son las únicas tentaciones frente a las que caen sumisos, en la intimidad de un encuentro fortuito se rinden ante su más gran deseo…
Perderse en la suavidad de sus pieles una blanca y suave llena de pecas, otra bronceada y de tacto de seda.
Caer en las profundidades de sus ojos que los hunden como pozos sin fondo, como arenas movedizas donde se dicen todo lo impronunciable, donde se gritan lo que ya sabe el otro, la necesidad, la dependencia reflejada en zafiros pulidos por el tiempo y la experiencia, esmeraldas brillantes de emociones y de la magia que corre por sus venas.
Dejar la cordura tirada en alguna esquina junto a los montones de ropa, igual de inútil y molesta, y trazar un camino sobre sus cuerpos y sus entrañas, grabar su toque a fuego sobre las pieles.
Unir sus voces en el clímax y deleitar al contrario con la sinfonía de su propio placer, ser un solo cuerpo, un solo ser, pertenecer a alguien y ser dueño del ladrón de su corazón.
Reposar entre sábanas desordenadas sentir a la persona a su lado, su calidez, ver a su pelirrojo como pocos han podido contemplarlo, libre de máscaras y mentiras, dormido apoyado en su pecho, su cabello rojo contrastando con su tez blanca de expresión serena. Amaba verlo así, relajado entre sus brazos, acariciando sus cabellos rojos, sintiendo los suaves suspiros que brotaban de entre los labios rojizos. Nunca podría dejar de querer verlo así, aunque también adoraba cuando estaba despierto con todo y su humor de los mil demonios, porque se había enamorado de él, incluso antes de conocer su faceta mas tranquila, que es solo cuando duerme y toma la apariencia de una ángel pelirrojo, lo amaba por lo que era y eso incluía su personalidad, nunca se separaría de él, tenerlo es su pequeña gran adicción. Estar a su lado es el mas importante deseo del resto de su inmortal vida.
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