Bueno, me presento con un nuevo proyecto. Esta vez intentaré hacer un fic más largo (¡cuidado, dos capítulos! ¬¬), a petición de muchos.


Una sonrisa lo cambia todo

Toda la tripulación era conocedora del "afecto" especial que tenía el capitán por la ladrona. Ella sin embargo, no quería creerlo.

-Nami, ¿aún no te das cuenta?- le repetía por quinta vez en la semana Robin.

-Darme cuenta… ¿de qué? En serio, esto empieza a ser molesto, Robin, ¿qué encuentras tu que yo no?

-¡Dios, Nami! ¡SI ES OBVIO!

-No sé de qué narices me hablas…- no, no era ironía. Ella estaba negando desesperadamente la realidad.

-Ya está. Estás bajo los efectos de la hipnosis, ¿no?

La peli naranja suspiró y negó con la cabeza rindiéndose. Ya tenía suficiente con no poder dormir pensando en su infantil pero atractivo capitán, como para encima comerse el coco con ilusiones y esperanzas. Se detuvo frente a su amiga y apoyó sus manos en los hombros de la morena, cerró los ojos, y cuando los abrió se pudo distinguir un brillo de decepción en sus pupilas.

-Te agradezco todo lo que haces por mí, pero no puedo hacerme ilusiones. Es imposible. Todo lo que tengo que hacer es ocupar mi cabeza con otros temas, ¿vale?- se fue en dirección a la puerta del camarote- No quiero que por estos estúpidos sentimientos acaben con la amistad entre Luffy y yo.- cerró la puerta tras de sí y se dirigió a su plantación de mandarinas. "Vamos Nami, aún te quedan mucho trabajo por acabar". Cogió una mandarina y se encerró a terminar su trabajo como navegante.

Acabó por enésima vez pensando en el capitán.

-¡Naaaaami!- esa persona estaba pronunciando su nombre en frente de su cara, a una distancia sorprendentemente corta.

Se puso roja como la camiseta de Luffy y en un intento fallido de apartarse, la silla resbaló y ella acabó en sus brazos.

-¡Uf! Deberias tener más cuidado, shishishishi…

-¿Q-qué dices? ¡S-si ha sido c-culpa tuya!- seguía en sus brazos, pero ella no podía (ni quería, para qué negarlo) moverse.

-Jo Nami, no te enfades… ¿En qué pensabas?

-En alguien.

-¿En quién?

-No te importa.- Dejó de mirarlo a los ojos y se fijó en todos y cada uno de los detalles del camarote. ¡Las paredes podían llegar a ser muy interesantes!

-¿Es alguien que te gusta?

-Sí.

Y Luffy pasó de tener cara de "niño con piruleta" a "niño sin piruleta". Sentó a Nami en el suelo y se dirigió a la cocina a una velocidad espectacular.

-¡SANJIIIIIIIIIII!- Luffy no derramaba lágrimas, derramaba cascadas.

-¿Y ahora qué?

-¡A Nami le gusta alguieeeeen!

-Vale ya, que me vas a empapar la cocina. A ver, chico, se veía venir que tarde o temprano acabaría colada por alguien. Solo tienes que averiguar quién es, tal vez te sorprendas. ¿No te has planteado que podrías ser tú?

-¿De verdad?- Se le iluminó la cara.

El cocinero le palmeó la cabeza como a un perro mientras asentía. A veces se preguntaba que haría el capitán sin él como su confidente. Cuando se hubo marchado Luffy, el rubio rompió a llorar. "¿¡Por qué!? ¡MI NAMI ME ABANDONA!", se repetía una y otra vez.


La hora de la cena se había vuelto un poco incómoda. No se oía nada, ni los cubiertos, ni las olas… nada. Todos estaban expectantes. Nami y Luffy, uno en frente del otro, como queriendo decir algo y no poder. Robin quiso probar algo. Pasó los brazos por los hombros de Nami y se colgó de ella. Entre amigas eso era normal, así que a la peli naranja no le importó, pero con el capitán no era lo mismo: que Robin pudiera abrazar a SU Nami pero él no, le molestaba, y mucho.

La arqueóloga dirigió una sonrisa triunfante a Luffy, quién infló los cachetes. Por otro lado, Sanji que ya estaba imaginando cosas indecentes tuvo que retirarse al baño por una hemorragia nasal. Robin se acercó a la chica y sin soltarla le susurró:

-Nami, yo de ti miraría a Luffy, ¿sigues creyendo que no le gustas? Hazle un favor y sonríele… como mínimo…

Tras eso, el resto de la cena transcurrió normal. Al terminar la cena y antes de irse a dormir, Nami utilizó el consejo de Robin y sonrió a Luffy, quien se encontraba sentado sobre el mascarón de proa. Éste, quien por poco se cae, respondió torpemente con otra sonrisa.

"Luffy, mañana definitivamente, tienes que decírselo." Se prometió a sí mismo.


Uhm... tengo la intención de que esto sea un Two-shot. Es la primera vez que escribo sobre esta pareja, y lamento que sea tan corto, pero es que donde yo vivo son las 00:54 y me caigo del sueño. Espero no decepcionaros demasiado. Acepto (como siempre) sugerencias, críticas, etc... ¡Arigato por leer! n.n