Nota de autora: Bien, puntualmente (Más bien, demasiado puntual, ya que son las 2:30 de la mañana aquí en México…) les traigo el primer capítulo de este fic, espero les guste.
*Una pequeña aclaración que seguramente utilizare a lo largo de todos los capítulos como una costumbre, es que dentro de los guiones (–) estarán los diálogos, en los diálogos con comillas ("–") serán los pensamientos y muy importante, SOLO cuando Flippy y Fliqpy hablen o piensen juntos se resaltaran en negritas las cosas que diga Fliqpy 3*
*Los recuerdos, o "Flash Back" son en letra cursiva*
Sin embargo no importa que se aprendan esto xD, ya que intentare que se entienda con solo leerlo :)
Sin nada más importante que mí parloteo, ¡Disfruten la lectura!
"Caminando juntos…"
Capitulo Uno: "¿O te mueres... O te mato?
Localización: Secreta
Fecha: Desconocida
Escuadrón de Infantería.
Soldado al mando: Flippy Fliqpy
Yacía escondido dentro de la espesa vegetación de la cerca fuera de aquel escondite, con el pecho en la tierra, armamento de guerra y su inseparable cuchillo de caza como arma blanca. Un joven bastante peculiar de unos veinte años, que seguía las órdenes del operativo actual. Apuesto, cabello de un verde brillante, ojos de pupilas amarillas, más bien parecidas a las de un psicópata y un uniforme militar verde obscuro con estampado de camuflaje, eran los adjetivos de aquel chico, perteneciente a su actual escuadrón.
No se podía apreciar por completo su complexión gracias a la posición en la que estaba, pero si notar la euforia que despedía. ¿Su nombre? Fliqpy, o más bien era el sobrenombre con el que se distinguía de su personalidad original.
Observaba con cuidado todos los movimientos a su alrededor, cuando recordó con fastidio que apenas hacia unas horas su grupo completo se había separado en dos partes para más seguridad, pero por desgracia (Oh quizá suerte) en la parte en la que él había quedado a cargo, había sido descubierto y los habían atacado antes de siquiera llegar a su destino…
Al principio Fliqpy miraba la situación y sonreía con demencia pensando cómo defenderse y atacar utilizando una filosa cuchilla para segar la vida de sus enemigos, no importaba si lo hacía lento o rápido, lo importante era matar, matar y matar, hacer sufrir a los demás, provocar que gritaran piedad con sus gargantas desgarradas a sus pies mientras seguía destrozando sus huesos y nervios de la manera más tortuosa posible.
Los tomaba entre sus manos mientras sanguinariamente les arrancaba los brazos o las piernas con sus uñas, viendo como sus compañeros de escuadrón no podían ni defenderse de dos enemigos al mismo tiempo, aunque no los culpaba, los "Tigers" eran fuertes.
Su grupo moría luchando para reducir a sus contrincantes, el peli verde por su lado destazaba de forma sádica a los soldados, sus ojos reflejaban una especie de locura mientras los intestinos, la carne y la sangre volaban por todas partes.
Oh si... La sangre era lo que más adoraba, su textura, su esencia, su color, ¡La sangre lo volvía loco!, sobre todo si acababa de salir de un soldado enemigo que le hubiera hecho batallar, que le hubiera dado pelea y que rogara misericordia alrededor de sus intestinos desechos. Fliqpy odiaba las victorias fáciles y adoraba los retos, sobre todo si estos contenían violencia en todas sus formas. Aun sin distraerse de la masacre siguió sonriendo, ¡Que divertido era matar!
Cuando pudo notar que los enemigos casi terminaban de ser derrotados, tomo a uno que se proponía atacarlo, y sin pensárselo dos veces arremetió un golpe fuerte y seco contra él, giro sobre su cuerpo y lo derrumbo contra el suelo en un claro intento de neutralizarlo. Cuando estuvo encima, su rostro ya había formado aquella sonrisa que solo los psicópatas suelen tener, con los ojos salidos de las cuencas en una mueca macabra para el pobre diablo al que fuera dedicado aquel gesto, juntó sus manos en aquel duro cuello y comenzó a ejercer presión, golpeándolo cruelmente cada que hacia un intento por defenderse.
El soldado contrincante comenzó a convulsionarse en el suelo con lágrimas en los ojos y su tono de piel poco a poco adquiría un peligroso morado, hasta cambiar y asemejarse al azul. Mientras Fliqpy aún mantenía aquella garganta apretada, con un poco de esfuerzo encajo los dedos en la piel de su víctima, quebrando la faringe y luego partiendo el cuello en dos con un sonoro *Crac* de los huesos. La lengua del fiambre se había salido completamente hacia afuera, mientras gotas de sangre resbalaban hacia el suelo.
Termino de separar la cabeza y se levantó triunfal de entre aquel cuerpo recién convertido en cadáver, cuando de pronto sintió algo detrás, un zumbido en el aire le aviso retrasadamente que el último de los soldados enemigos sobrevivientes se lanzaba a su espalda en el pequeño descuido y ahora lo intentaba asesinar con su bayoneta*.
El dolor en su brazo fue muy claro, aquel bastardo había encajado la punta del arma en su brazo, rozando el hueso hasta traspasar la piel, para luego girar la cuchilla y sacarla de un rápido movimiento provocando más dolor en la herida.
El peli verde recobro la noción e ignorando su brazo (Un dolor que para alguien cualquiera hubiera sido insoportable), divertido lo tomo de las muñecas, logrando romperlas, con una increíble fuerza que reunió de la adrenalina y lo lanzo hacia el frente, quitándole su arma y posteriormente utilizándola para desollarlo vivo.
Los minutos pasaron en un silencio aplastante, donde los enemigos que les habían superado en número, no habían logrado ni siquiera conservar sus vidas. Al final para terminar con la emboscada, en un acto de crueldad hacia el soldado antes mencionado, Fliqpy lo había dejado desangrándose sin la mayor parte de su piel y con una gran abertura en el estómago donde podían verse algunos órganos todavía frescos e intactos, pero la mayoría estaban fuera regados por todos lados, haciendo un paisaje bastante tétrico.
Arranco una tira de camiseta de un cadáver cualquiera, y lo arrojo a un lado después de la usurpación. Había tanta sangre alrededor que no se tomó la molestia para adivinar a quien ó a que bando pertenecía la prenda, pero desde el principio le daba igual.
Notando la falta de ruido miro a su alrededor y siseó furioso, aquella parte de soldados de los que estaba a cargo habían muerto en su mayoría.
Decidido camino un poco entre los cuerpos, pateándolos de vez en cuando para cerciorarse de que hubieran muerto realmente, o si había alguno de los suyos que necesitara ayuda. Aunque hablando con sinceridad eso le importaba un carajo, puso los ojos en blanco mientras pensaba aburrido, que lo hacía porque eran órdenes de sus superiores mantener el mayor número de soldados con vida, ordenes que "curiosamente" no estaba cumpliendo muy bien hasta ahora, aunque bueno, igual siempre había bajas* en las misiones… ¿No?
Al final había ganado el, pero había perdido a su parte del escuadrón y todavía faltando terminar de infiltrarse para eliminar a su objetivo, lo cual lo dejaba más que irritado. Se sacudió un las vísceras y trozos de carne que tenía aun sobre su uniforme para disponerse a seguir con el plan. Sus facciones mostraron de nuevo aquella sonrisa escalofriante provocada por la idea de encontrar nuevos enemigos y así dentro de su retorcida mente... Quizá divertirse un poco.
Actualmente seguía escondido entre la maleza, tratando de encontrar algún soldado, que para su suerte, no llegaba.
Sus pupilas brillaban de la emoción ante la idea de seguir mutilando cuerpos, así que esperó un poco más para cerciorarse de que nadie se encontrara vigilando. Reviso los alrededores con cuidado, notando que por el momento no había señales de ninguna amenaza.
Quedo quieto algunos minutos más y cuando estuvo completamente seguro, se arrastró por entre la maleza y los arbustos hasta que lo vio. Había una pequeña reja metálica vigilada por tan solo dos hombres algo corpulentos, detrás de la reja una barda. Analizando la situación ensancho la sonrisa levemente. Esto sería más fácil de lo que había imaginado.
Desgraciadamente por esta vez tenía prisa, con el alboroto que había hecho haya afuera, no tardaban en enterarse los demás y avisarle seguramente a su jefe. No, no permitiría que ese estúpido volviera a escapar, y menos con él a cargo de la misión. Esta vez no podría "jugar", pero ya habría otra ocasión.
Se escabullo lentamente por las ramas que cubrían la mayor parte de su cuerpo, aunque él era un experto en el camuflaje, no había porque confiarse.
Arrojo una piedra hacia el lado contrario en el que se encontraba y los estúpidos guardias voltearon, una simple pero buena distracción.
Unos momentos después el peli~verde arrojo su cuchillo a uno de ellos, haciendo que el arma quedara clavada en la pared… con el cuello del sujeto de por medio.
Sonrió. El segundo en la puerta estaba confundido, seguramente tenía miedo y no sabía dónde estaba el enemigo así que volteaba hacia todos lados temblando como el cobarde que era, tratando de defenderse.
Pero Fliqpy no era tonto, en cuanto el guardia comenzó a distraerse, él ya estaba acercándosele, tomo su arma (Que contenía un silenciador) y disparo a la cabeza del sujeto, murió demasiado rápido. Volvió a esperar unos minutos para ver si no se acercaba alguien al escuchar el ruido (Aunque disminuido) de la pistola y cuando observo lo suficiente, se acercó a la reja metálica. Estaba cerrada.
¡Genial! Ahora tendría que hacer otra cosa.
Lo pensó un poco… Bueno, quizás no era un experto como Sneaky lo fue en su tiempo al subir y escalar obstáculos, pero él tampoco era tan malo, después de todo aquel mismo amigo le había enseñado algunas cosas antes de morir.
Se disponía a subir cuando una voz lo detuvo.
"–No seas tan ingenuo Fliqpy, esa reja puede tener algo, mejor asegúrate–" Le advirtió su contraparte.
"– ¡Cállate!, ya lo sabía –" pensó gruñendo el chico de pupilas amarillas
"– Solo asegúrate de que no nos maten –"
"– Te acabo de ordenar que te calles –" Volvió a gruñir Fliqpy
"– Lo sé –"
Molesto por la advertencia, tomo una oruga un poco grande de entre la maleza extraña que había allí, y con una sonrisa la arrojo a la cerca. El animalito comenzó a retorcerse entre el metal y soltar un poco de humo mientras cambiaba de color hasta quedar de un extraño y triste gris. Murió aproximadamente a los 7 segundos de ser arrojada a la reja eléctrica.
Ahora que sabía que la cerca también era peligrosa, lo pensó un poco y rodeo la cerca hasta encontrar un buen trozo roto para poder escabullirse por él.
Cuando estuvo dentro se pegó a la barda del interior, el espacio era tan pequeño que dificultaba escalar por las grietas de las paredes, lo hizo intentando tocar en lo más mínimo la reja.
Al terminar de subir, se lanzó rápido hacia el otro lado de la cerca rasgando su uniforme con las púas de la parte de arriba, podían verlo si se quedaba mucho allí. Cayó duramente poniendo sus manos sobre el frio césped, la herida anterior en el brazo le punzo y levantando el rostro, lo supo. Ya se habían enterado de la maldita infiltración.
Sin darle tiempo a pensar más, en ese momento cayeron sobre el cientos de balas, se tiro al piso violentamente donde lo cubrían trozos de escombro y tierra de los disparos, era otra maldita emboscada. Giro sobre sí mismo y maldijo su suerte al sacar sus armas, la más grande era un rifle de precisión de largo alcance con la munición intacta, la más chica se trataba de una pistola simple, sin embargo
– Cinco balas, ¡Cinco putas balas! – Grito furioso – Ni en broma le voy a ganar a esos hijos de puta –
Suspiro frustrado e intento calmarse, los disparos cesaron y él se levantó decidido a vender caro su pellejo. Al instante las balas comenzaron a escucharse de nuevo, corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a una trinchera hecha con costales, quizá puesta por ellos mismos para defenderse de algún ataque. Fliqpy sonrió al pensar que la habían puesto para protegerse y ahora le serviría a uno de sus enemigos. Preparo y cargo el rifle rápidamente, busco a los hombres que le disparaban y sonrió al descubrir a uno que se escondía detrás de un estúpido árbol.
Basto con una detonación en la frente y el cuerpo se derrumbó en suelo, fijo su vista en otro punto y descubrió a alguien más, rio disparando nuevamente pero solo alcanzo a rozarle el hombro.
El joven volvió a cargar y apunto, pero entonces sin previo aviso seso todo ruido en el campo.
– ¿Qué mier…? – No pudo terminar la frase, pues comenzaron a salir docenas de soldados de adentro de la jodida base hacia él.
– ¡Mierda, mierda, mierda! – Corrió rápidamente intentando buscar otro lugar de donde defenderse mejor ¿Dónde estaba el apoyo cuando lo necesitabas? Maldijo a todo su escuadrón.
Logro esquivar algunas balas mientras se apresuraba al otro extremo del campo, buscando algo donde protegerse.
Casi lo lograba hasta que sintió como las cosas se nublaban dificultándole la visión, algo le dolió intensamente, pudo descubrir un horrible olor a pólvora en su chaqueta. Se balanceo hacia un lado pero aun así no se detuvo, gruño y toco su hombro con las manos temblorosas descubriendo que salía un montón de sangre de él.
Le habían disparado.
Notas:
*Bayoneta: La bayoneta es un arma blanca muy afilada, que se acopla o cala al extremo del cañón del fusil para combatir cuerpo a cuerpo
*Bajas: Creo que la mayoría sabe que significa, pero a los que no; así se dice cuando un soldado muere en alguna misión.
Nota de autora: Wow… ¡sí que me tarde en crear esto! xD, ojala hayan entendido todo perfectamente, si tienen alguna duda me encargare de aclarárselas con gusto.
Como pueden ver, apenas es el comienzo ;) y con esto espero que les comience a gustar la historia, aunque no se haya visto mucho aún.
Soy verdaderamente "perfeccionista" con lo que escribo, lo debo releer varias veces para convencerme, además de que soy bastante floja, por lo tanto espero no decepcionarlos con la continuación:
El próximo capítulo, si no hay ningún problema en ese entonces, lo subiré el Sabado 27 de abril
(Mmm, me sigo preguntando si es buena idea determinar una fecha específica cada que actualizo…)