Nota de Autora: Aquí les traigo la continuación, espero que hasta ahora les vaya gustando chicos (/ñ_ñ)/ Por cierto… sigo haciendo el esfuerzo con mi otro fic (Llamémosle simplemente amor), haber cuando publico el siguiente capítulo ._.u, pero dejare de hacer publicidad xD, aquí la-
Contestación a los comentarios:
renax3023: ¡Muchísimas gracias por los halagos! La verdad es que si, procuro escribir bien, de una manera que no les aburra, me alegra que te guste eso. Esta vez quise meter un pequeño toque de "romance", no sé qué tal haya quedado, pero te invito a que lo juzgues. Espero seguir viéndote comentar por aquí x3
Anis: Hola, me alegra tenerte aquí en cada capítulo (En serio x3) y temo decir que tus sospechas eran ciertas, pero mejor no adelanto nada y espero hasta que leas ;D El capítulo viene con dos escenarios, pero creo que se entiende el cambio O.o, nos leemos debajo de nuevo, y espero seguir leyéndote en los comentarios ;D
Gracias también a Sumika..moe y a Kafferi Coffespero les agrade este capítulo también. *u*
Y sin nada más que hablar, ¡Disfruten la lectura!
"Tu sonrisa... definitivamente tu sonrisa es el inicio de toda la tormenta"
-Autor Anónimo
Capítulo 3: "Interrogatorio"
Fliqpy rio un poco, ni siquiera se había alterado.
-Ya te habías tardado en venir, bastardo-
Volteo y miro a la cara al personaje que acababa de aparecer…
Su cabello y sus ojos eran de un magnifico azul, aunque cubiertos por un antifaz rojo. Llevaba puesto un uniforme de soldado igual que el de Fliqpy y tenían exactamente la misma altura, extraña coincidencia en ellos dos.
–En verdad admiro, tu "Delicadeza" ante estos casos Fliqpy – Dijo el recién llegado con un tono sarcástico y molesto al militar, quien, sin importarle, ya se disponía a ir despreocupadamente por su cuchillo.
Volteo a ver a la joven que estaba tirada en el suelo completamente asustada, temblaba tanto que incluso le encontró cierto parecido con una gelatina, que extraño.
– ¿Quién es? – Pregunto el peli~azul, un poco curioso al otro chico mientras se acercaba a la pelirroja un poco, pero detuvo su paso al escuchar a Fliqpy.
–Jodete Splendid, aunque supiera no te lo diría... Y lo sabes –
Suspiro, nunca podía hablar con el militar sin recibir algún insulto de este, así funcionaba el asunto con él, era divertido a veces… cuando no hablaban de algo tan importante como un rehén herido.
Aun así rio un poco, Fliqpy ya tenía aquel estúpido cuchillo en su mano derecha. Splendid se giró y ambos se miraron, no se odiaban, para nada... Pero eran enemigos naturales, tenían la misma fuerza física, la misma edad, eran como dos polos idénticos, pero al mismo tiempo opuestos.
– Bien... Entonces, ¿Que haremos con la chica? –
Splendid volvió a girarse un poco preocupado, ella parecía algo aturdida y sus pupilas temblaban dilatadas hacia todos lados, seguramente se encontraba en trance.
–Por mí, matémosla –Contesto Fliqpy, burlón. La chica se volvió a asustar aún más cuando comprendió aquella frase, ¿En serio la matarían?
– ¡Claro que no haremos eso! Mírala... esta herida. – Dijo el oji~azul enojado. Fliqpy lo miro mal y puso los ojos en blanco.
–Esto se está volviendo jodidamente aburrido, me voy, decide qué hacer con ella junto a Flippy, a mí esto me tiene sin cuidado –
Dijo fastidiado el de cabello verde y de un momento a otro sus ojos cambiaron a un verde esmeralda, que confuso, se llevó las manos al rostro gruñendo un poco.
–Estúpido bastardo, siempre me deja los problemas a mí – Dijo en un tono bastante irritado Flippy, la otra personalidad. Parpadeo varias veces hasta que sus ojos se adaptaron a la luz, para luego estirarse un poco y voltear a ver también a la chica.
–Da igual, Splendid– Aun algo desconcertado por la situación miro al nombrado –Yo tampoco tengo idea de qué hacer con ella, recuerda que este operativo dura seis semanas y apenas llevamos dos, no la podemos cargar tanto tiempo. Aparte mírala, está muy débil, será mejor que la dejemos cerca de algún pueblo antes de tener que dar el recorrido por los ríos, es peligroso –
–Mmmm... – Medito un poco –Tienes razón... Sera mejor que la dejemos en alguna casa de misioneros amistosos– Termino por decir, aunque seguía dudando un poco.
La chica los miraba hablar, pero estaba demasiado aturdida como para entender realmente lo que decían, así que lo único que pudo comprender, fue algo que le dictaba su sentido de supervivencia desde lo más profundo de si "huye, corre, ¡No seas tonta!, ¡Escapa ahora mismo!"
Se tambaleo un poco, aun con los ojos llorosos, pero lista para correr hacia la salida, ganándose la mirada confundida de los dos soldados quienes habían interrumpido su charla, para fijar la vista en ella. La pelirroja tomo impulso y se apresuró con dirección a la salida… pero antes de poder siquiera visualizar bien la puerta, su rostro se estampo contra uno de los tubos que sobresalían junto a las cajas de la bodega. Cayó inmediatamente inconsciente al suelo.
Los dos chicos miraron la escena completamente confusos, aunque había que admitirlo, les había parecido cómica la manera en que había ocurrido, ambos reprimieron una carcajada.
–Dime que no es tan estúpida –
– Creo que esta mas herida de lo que pensé –
– No creo que ese sea el nombre que yo usaría para lo que acabo de ver – Volvió a mencionar Fliqpy mientras reía un poco.
–Flippy… ¿Qué rayos fue eso? – Esta vez fue Splendid quien hablo, con una gota de sudoración resbalándose por su nuca.
–Yo no lo… – El joven fue interrumpido ante el ruido de la frecuencia en la mano de su compañero, sus expresiones cambiaron instantáneamente e intercambiaron miradas preocupantes, mientras el chico de pupilas azules contestaba.
Su rostro perdió aún más el brillo que hasta hace unos momentos seguía destilando mientras escuchaba lo que decían en el aparato.
–Parece que los demás compañeros de "The Black" se acercan a su escondite. Splendid y Flippy, o Fliqpy, no me interesa. Espero que hayan acabado con el problema y si no, más vale que lo hagan. Escuadrón número dos, salgan ahora mismo de allí. Esperen a las siguientes órdenes soldados, mientras tanto, es una retirada – Se escuchó con una voz áspera y dura.
–Maldito…– Pensó Fliqpy al escuchar eso.
–Bien, creo que es hora de que regresemos Flippy, llévate a la chica mientras doy el aviso a los demás. No olvides que tendremos que regresar hoy mismo al campamento – dijo el oji~azul algo serio, se podía notar la preocupación en su rostro.
–Está bien Splendid, no te preocupes. Solo necesitamos que nos den la orden para salir de aquí –
–Lo sé, pero quizá cambien de opinión, tu sabes que les importan una mierda nuestras vidas a esos tipos, y esta vez no conocemos las rutas, ni tendremos mucha ayuda de campesinos amistosos, ¡Ni siquiera un lugar donde acampar! no nos conviene estar aquí –
Ambos soldados se miraron serios, estaban preocupados y sabían lo que les esperaba. Flippy tomo a la chica pelirroja cuidadosamente entre sus brazos, quien seguía desmayada en el suelo, con un poco de más sangre corriéndole en la frente, donde se había golpeado hacia tan solo unos minutos.
– ¿Al menos sabemos cómo se llama? – Dijo Splendid señalando a la pelirroja y acercándose para tomar un mechón de cabello que cubría levemente su rostro.
–Ni idea… y estoy seguro que Fliqpy tampoco lo sabe – Se acomodó de distinta manera a la chica y se guardó la navaja utilizada por su alter ego.
–Entonces le llamaremos… ¡Sammy! – Dijo de un momento a otro el peli~azul, bastante contento y con una sonrisa inocente adornando su rostro –O también podríamos ponerle algo como Ni–
– Splendid…– Lo interrumpió Flippy y comenzó a masajearse el puente de la nariz con frustración, mientras con el otro brazo seguía cargando a la chica, ahora recargada en su hombro.
– ¿Qué? –
– No vamos a ponerle nombre a esta chiquilla, no es un perro – Dijo mientras lo fulminaba con la mirada.
El otro chico solo volvió a sonreír como un niño, pareciera que hubiera olvidado las malas noticias que acaban de darle y le dedico una mirada de ternura a la ex prisionera.
– Es linda… ¿No lo crees? – Menciono dándose la vuelta para acatar las órdenes que había recibido.
INICIA POV – Flaky –
Me tomo más de un minuto recobrar el sentido de la realidad después de despertar, moví mi cabeza de un lado a otro parpadeando confundida. ¿Dónde estaba ahora?
Quise moverme, pero las heridas en mi cuerpo aún no habían dado ni el menor rastro de comenzar a curarse.
Cuando caí en la cuenta, mire asustada a mí alrededor. Esta vez el escenario era diferente a todas las demás veces en las que me había intentado escapar, me encontraba sentada en una sala completamente oscura, sin una sola ventana alrededor. Mi cabeza dolía como si filosas agujas entraran y salieran de ella una y otra vez. Al reaccionar un poco más, me di cuenta que parecía que tenía una herida nuevamente abierta en el hombro derecho, pero recordaba que días antes ya estaba curada. ¿Qué había pasado?
Otros golpes en las piernas también se hacían presentes, pues me torturaban bastante los nervios al intentar moverlas.
Tente desesperadamente el suelo alrededor de mí, sintiendo al instante algo cálido y viscoso, alce mi mano y cuando intente verla, una luz se encendió segándome al principio pero después dejándome observar el espectáculo a mí alrededor.
Grite del miedo.
Decenas de cadáveres torturados, cercenados, quemados y mutilados a mí alrededor. Entre en pánico, di un grito agudo y comencé a llorar mientras intentaba levantarme, no podía. Estaba tan asustada que mis fuerzas me habían abandonado por completo.
Una figura me tomo bruscamente de la barbilla, mientras mis ojos no querían dejar de soltar lágrimas. Intente bajar mi rostro pero me obligo a mantenerle la mirada, eran dos pupilas impresionantes de color amarillo, llevaba un uniforme de militar, el cual no recordaba a qué tipo de ejercito pertenecía. Un leve recuerdo llego a mi mente acerca de que los mejores soldados de los grupos especiales llevaban una boina verde con insignias extrañas de dos colores*, pero sin embargo, seguía sin poderlo reconocer.
– ¡Vamos!, no me digas que a la princesa le dan miedo los cadáveres – Esa voz. Era el tipo que había visto la última vez que estuve despierta, el mismo que me había intentado golpear.
Solté un sollozo de miedo
–T-tú, ¿Quién eres? – Le tenía pavor, la vez anterior había puesto un cuchillo en mi cuello, y no dudaba que esta vez hiciera algo peor.
– Cállate, tú no haces preguntas aquí. Y menos cuando este yo – Camino en mi dirección y pateo el cuerpo más cercano, o mejor dicho lo que quedaba, ya que era solo un pedazo de torso sin brazos ni piernas, tenía un tono negruzco, pues al parecer aparte de las mutilaciones… lo habían quemado.
– Esta bien– Conteste armándome de valor, ese tipo era un soldado después de todo, seguramente solo eran técnicas de intimidación. Así que no debería hacerme nada, ¿Verdad?
Fue pateando con dureza los cadáveres de alrededor, juntándolos en una esquina. Pude contar aproximadamente… ¡Cinco!, pero seguramente por los despojos que rondaban, había más. Era demasiado hasta para mí, ¿Por qué ese sujeto de cabellera verde no tenía ni el menor rastro de lastima en su rostro al patearlos como si fueran basura?
Se detuvo delante de mí, no quería admitirlo, pero su altura me intimidaba un poco, yo siempre había sido muy bajita, y realmente no me ayudaba verlo desde el suelo.
– ¿Cómo te llamas? Tienes tres segundos para contestar – Supe porque me ordenaba lo último, la primera vez que lo había visto le había hecho enojar al tardarme en acatar lo que decía.
– Y-yo – Calle un momento para recomponerme un poco –Me llamo F-Flyn…–
Espere que me creyera, si descubría la mentira no sabría qué hacer, pero al parecer lo convencí, pues prosiguió el interrogatorio.
– Di tu edad–
No conteste, ni siquiera tenía la mayoría de edad, ¡No me convenía decirlo! Él se volteo y me miro amenazante, saco algo de su bolsillo como la vez anterior, ¿Acaso utilizaba siempre ese método para asustar a las personas?
– ¿No quieres hablar? Bien – Un nudo se formó en mi garganta al notar nuevamente esa cuchilla. Pero antes de que se acercara más, me traicionaron los nervios y solté la información.
– ¡Tengo diecisiete! – Las lágrimas se formaron en mis ojos y comencé a temblar, acababa de cumplir esa edad hacía poco tiempo.
–La próxima maldita vez contesta más rápido o no dudare en cortar uno de tus preciados dedos, ¿Entendiste? –
–S-si – Pequeñas lágrimas salieron.
– ¿Por qué estabas allí? –
– N-no lo sé –
– ¡APRENDE A MENTIR! –
– ¡No estoy mintiendo! –
–¿Así que debo creerte que no sabes porque estabas en un escondite de una peligrosa línea criminal y que tienes por nombre algo tan estúpido como "Flyn"?–
Contuve el aire ante esas palabras, él lo sabía.
–Y-yo… yo…– Débiles sollozos agudos salieron de mi interior y cerré los ojos para contener las lágrimas, el miedo podía más conmigo.
–Ya deja de llorar, te vez realmente patética – Abrí los ojos y levante la mirada para encontrarme con esas pupilas mirándome fijamente, seguí temblando como un cachorro.
– ¿Sabes? A nadie le interesa realmente quien eres – Continuo hablando –De hecho me prohibieron hacerte un interrogatorio porque acabamos de "rescatarte"– Dijo levantando sus manos y haciendo unas comillas en el aire con sus dedos –Pero la verdad es que ni siquiera sabíamos que estabas allí, fue una suerte que te encontráramos, es por eso que a nadie le importa si mueres o sigues con tu patética vida. Así que espero que tomes en cuenta eso cada que te haga una pregunta – Al terminar de decir eso, ya se había acercado lo suficiente a mí, me hablo de frente y me golpeo levemente la frente. No dije nada, ¿Qué rayos podía hacer en esa posición?
–Ahora bien, tu nombre es lo de menos. Pero no soy estúpido, no estabas allí por coincidencia y lo sabes – Me miro esperando a que asintiera, pero no me moví ni un poco, aun así prosiguió –Estarás aquí por unos días con todo el escuadrón de soldados, por lo menos hasta que encontremos donde deshacernos de ti. Pero mientras tanto, no quiero que escapes. Al menor intento abras firmado tu sentencia. Te estaré vigilando, si eres una maldita espía puedes darte por muerta – Sonrió de manera escalofriante –O algo incluso peor que eso. Aunque siendo sincero, al verte me recuerdas más a una estúpida ignorante que no sabe ni en que lio está metida, aun así espero que tus diminutas neuronas hayan comprendido todo –
Me había dicho estúpida dos veces, aun así solo asentí retrocediendo un poco, queriendo evitar una posible agresión de su parte. Rio al verme haciendo ese movimiento y se separó un poco.
–Entonces repasemos, Si intentas hacer algo, te matare. Si te encuentro husmeando en donde nadie te llama, te torturare aquí mismo. Y si te llego a ver queriendo escapar, desmembrare tu cuerpo parte por parte hasta que me supliques de dolor. ¿Te quedo claro todo?– Dijo cínicamente con una sonrisa, mas lagrimas se acumularon en mis pómulos hasta bajar a mi barbilla, ese tipo en serio me aterraba, y más la manera en la que veía la sangre en mis heridas, no dudaba que fuera capaz de matarme, pero me enfurecía que una vida le importara tan poco.
–Púdrete – La voz se me quebró como si fuera una niña pequeña, el borro la sonrisa y se acercó nuevamente hasta tomar mi rostro en su mano, el tacto era rasposo pero firme, seguramente por todo el ejercicio y trabajo duro que hacía, su musculatura lo delataba.
–Ya te dije que no por ser una estúpida rehén no puedo matarte perra – Me estrujo más las mejillas hasta causarme daño.
– ¡Sueltam-me! – Mi voz se quebró de nuevo, dolía.
– No quiero, y TÚ no me vas a obligar– Apretó el agarre, aplicando aún más fuerza en alguna herida de mi rostro.
– ¡Ah! – Solté un gritillo agudo y el sonrió, me tenía a su merced.
– ¿Cómo se piden las cosas? – Arrogante… pensé de nuevo
– P-por… – Jadee cuando me apretó aún más fuerte – Por f-favor– Dos lagrimas salieron de mis ojos pero le mantuve la mirada, aunque seguramente me veía patéticamente frágil, no servía de nada fingir valentía en ese momento.
– Splendid tenía razón… eres linda– Menciono como para sí, pero no lo asimile bien, pues se encontraba quitando la fuerza del agarre, aunque aun así mantenía su mano allí. Comenzó a acariciar mi piel, comenzando por mis pómulos hasta mi barbilla ¿Qué rayos se proponía ese tipo?
Poso la otra palma de su mano en mi cabello lentamente, y comenzó a subir y a bajar, dándome ligeras caricias, que pasaban desde mi columna hasta mi rostro, como para que bajara la guardia… cosa que estaba logrando. ¡Maldita sea!
Cerré los ojos lentamente, ¿Hacia cuanto que no tenía tiempo para relajarme? Hasta entonces fui consiente de mi cansancio.
Pero, cuando sentí como su brazo se posaba ahora en mi cintura, una alarma dentro de mí se encendió. Algo estaba mal.
Abrí los ojos y lo primero que note fueron esas pupilas amarillas fijas en mí, no pude evitar enrojecerme, pero cuando intente empujarlo con mis pequeñas manos, obviamente fallaron. El me atrajo más hacia su pecho, sentí sus músculos debajo de aquel uniforme, su complexión, su estructura… todo. Mi cuerpo también se unió al suyo, me sentía tan pequeña entre sus brazos, y más aún cuando él me tomaba de esa forma…
Antes de que pudiera evitarlo, unos labios duros y firmes se estamparon contra los míos robándome todo lo que quedaba de mi respiración, arrugue los ojos ante eso por un momento.
Sentí como aquel estúpido militar se abría paso entre mis labios, mordisqueándolos un poco y succionando el inferior hacia su boca, creando ciertas cosquillas por todo mi cuerpo. Respire más agitadamente, ¿Qué rayos estaba haciendo? ¡Debía defenderme de algún modo!
Antes de que siguiera, hice lo primero que se me ocurrió, lo mordí fuertemente hasta sentir la cálida sangre de su piel. El sabor a oxido inundo mi paladar.
El paro un poco y se separo, ¡Maldita sea! ¡¿Por qué sonreia de esa manera tan extraña?! ¡Acababa de morderlo hasta hacerlo sangrar, deveria haberse alejado o algo! ¡NO sonreir!
–Parece que a la pequeña le gusta rudo, por mi está bien– Comento despreocupado relamiéndose de esa manera. Aun así, estoy segura de que mi rostro paso por cientos de colores ante aquel comentario, ¿Qué me gustaba qué?
– ¿Q-que estas…– No me dejo terminar la frase, volvió a abalanzarse sobre mí, esta vez apresándome contra el suelo manchado de sangre. Se colocó encima, sosteniendo su peso con las rodillas y los brazos, pero ejerciendo presión, seguramente para que no escapara.
¿Pero qué? ¡Mierda, mierda! ¡Ese tipo pensaba violarme!, me tense y comencé a querer patearlo, tenía mucho miedo.
Pero en vez de arrancarme la ropa de manera salvaje como si de un animal se tratara, comenzó a reír en mi cuello. Los cosquilleos en mi piel no se hicieron esperar al sentir aquel cálido aliento mentolado.
–No te emociones mucho – Murmuro mientras se separaba de mí, para después tenderme la mano y ayudarme a levantarme por igual, ¿A qué venia ese cambio de actitud?
Seque mis lágrimas… quizá solo había sido mi imaginación, ese tipo era un militar después de todo ¿No?
– Gracias…– Dije, aun dudando de su amabilidad.
– De nada– Volvió a sonreír mostrando su dentadura, que más bien parecía formada solo por colmillos, lo mire extrañada. Pero entonces, volvió a aprisionar mis brazos contra su pecho y a pegarme bruscamente contra él.
Sonrió antes de besarme de nuevo. Pero esta vez no duro mucho, mordió fuertemente mis labios hasta lastimarlos ¡Como dolió!
– ¡AH! – Sangre comenzó a salir inmediatamente de la herida, la cual lamio con fervor, provocándome escozor en la herida. Mas lagrimas salieron de mis ojos.
–Déjame – Parecía un susurro, pero él lo escucho y volvió a sonreír.
Mis piernas parecían de gelatina, y aun así me soltó sin ningún cuidado, haciéndome caer como una muñeca de trapo hasta el suelo.
Una escalofriante sonrisa se dibujaba en sus labios al ver mi rostro nervioso y bañado en llanto, mientras dejaba entrever esos dientes filosos, puntiagudos, peligrosos.
–Parece que no morirás hoy... – Su voz era ronca y burlona –Me gustas –
Dijo soltándome completamente y alejándose del lugar, dejando la puerta del cuarto ligeramente abierta.
–Sera mejor que no hagas nada que me moleste – Había soltado al último como única advertencia antes de salir, mientras yo seguía llorando entre aquel charco de sangre.
Notas:
*De hecho, eso de las boinas verdes es cierto (Según lo poco que se xD) hay un grupo de soldados especiales en Estados Unidos con boinas de ese tipo, los signos no los conozco bien. Pero aquí en México también hay un grupo similar que fue entrenado por esos lugares.
No sé si Mondo Media se haya basado en eso para crear el vestuario de Flippy, pero me gusto agregar ese dato :33
Nota de Autora: ¡Fin del capítulo! x3 Y como ya vieron, si era Splendid el chico (Sensual) que iba a salir xD, es que es mi personaje preferido :I y no quería dejarlo fuera, así que será uno de los principales (¡Rayos!, Spoiler D: ).
¡Haaayyyy! ¡No sé si fue muy pronto para lo del beso! Pero la verdad me moría por escribir algo como eso :3, espero lo haya hecho bien. Amo imaginarme estas situaciones…
Por cierto, si se preguntan ¡¿Cómo rayos si no tenían refugio ni lugar donde quedarse aparece un rato después Flaky en un cuarto lleno de cadáveres?! ¡¿La autora está loca o qué?!
Pues les aviso que sí, soy distraída y todo, pero eso si tiene explicación y saldrá en el próximo capítulo xD. Aun no sé si será desde el punto de vista de Flippy o será con narración normal, pero buuueeenoooo x3 ya saldrá al rato el episodio cuando la autora deje de ver henta… Digo… emmmm… estudiar, sí, eso, estudiar e.e
Si les gusto ¡Háganmelo saber por favor!
Muchísimas gracias por leer los textos de esta escritora :D, me despido amablemente de ustedes, nos leeremos en el próximo capítulo de la historia
¡Hasta entonces!
-Saori Bell Lawliet Black-